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Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Noticias    ~    Comentarios Comments (0)

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El gen “vegetariano” que protege cerebro y corazón

El gen “vegetariano” que protege cerebro y corazón

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El cerebro y el sistema nervioso tienen un alto contenido de dos ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga: el ácido araquidónico (omega-6) y el ácido docosahexaenoico (omega-3, DHA). Los alimentos de origen animal, en especial los pescados azules, son la principal fuente de estos ácidos grasos tan importantes para el organismo en general y para el cerebro. Cuando el aporte es escaso, estos compuestos esenciales tienen que ser sintetizados metabólicamente a partir de precursores vegetales. Según un estudio de la Universidad de Cornell, la demanda fisiológica de ácido araquidónico, así como de omega-3 EPA y DHA, en países cuya dieta es fundamentalmente vegetariana es probable que haya favorecido una genética que ayuda a una síntesis mucho más eficiente de estos metabolitos clave.

 

 

La importancia de estos lípidos radica en su capacidad para aportar una fluidez óptima a las membranas celulares, presentando un efecto antagónico al colesterol, que las hace más rígidas. Además, son esenciales para la comunicación celular y la transducción de señales intracelulares, actuando a través de vías genómicas y no genómicas. A nivel no genómico participan como moduladores de la respuesta inflamatoria, inhibidores de la agregación plaquetaria y en la proliferación y diferenciación de algunos tipos celulares.

Mediante el uso de datos del Proyecto 1000 Genomas, el equipo de investigación ha demostrado que el mantenimiento de una dieta vegetariana, durante muchas generaciones a lo largo de la evolución, puede haber impulsado una mayor frecuencia de una mutación en la población india. La mutación consiste en una inserción o delección de una secuencia de ADN, capaz que regular la expresión de dos genes, FADS1 FADS2. Dos genes clave para hacer más eficiente la síntesis de los ácidos grados omega 3 y 6 a partir sus homólogos más cortos presentes en alimentos vegetales.

 

 

Resultado de imagen de proyecto 1000 genomas wikipedia

 

 

“Con poca comida animal en la dieta, los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga se deben fabricar  metabólicamente a partir de precursores vegetales más cortos, denominados PUFA. En los veganos su aporte se basan casi exclusivamente en la síntesis endógena. La demanda fisiológica para el ácido araquidónico, así como ácidos grasos omega-3 EPA y DHA, en los vegetarianos es probable que esté favorecidos por la genética para lograr una síntesis más eficiente”, señalan los investigadores.

Publicado en Molecular Biology and Evolution, este es el primer trabajo de investigación evolutiva que traza una mayor frecuencia de una mutación concreta. La investigación muestra que en una población básicamente vegetariana como la de Pune, en India, la frecuencia de esa mutación es del 70%. Mientras que en personas con estilo de vida americano tradicional, principalmente de Kansas, que incluye carne en su alimentación, la mutación no llega al 20 por ciento.

Curiosamente, la supresión de esa misma secuencia podría haber sido también adaptativa en poblaciones que incluyen mucho pescado en su dieta, como los inuit de Groenlandia, y que obtienen de ella los ácidos grasos. Se trata de una nueva prueba de que “somos lo que comemos”.

 

 

 

Sin embargo, en las poblaciones con estas adaptaciones genéticas basadas en la alimentación, “una dieta desequilibrada en ácidos omega-6 y omega-3 pueden contribuir al aumento de las enfermedades crónicas.” Y es que, si el ácido araquidónico es esencial para el cerebro, algunos de sus metabolitos participan en la respuesta inflamatoria. De hecho, el ácido araquidónico es una diana clave en la industria farmacéutica, ya que es el principal culpable de ciertas enfermedades cardiacas, del cáncer de colon y de otras patologías relacionadas con la inflamación en grupos de alto riesgo.

En función del número de copias de esta mutación ahora descubierta (0, 1 o 2 copias de la inserción) y su influencia sobre los metabolitos de ácidos grasos, se puede hacer una medicina de precisión y la nutrición.  Cambios en la dieta en poblaciones como la india, en la que la mayoría tiene esta mutación, o en zonas de África donde la alimentación es básicamente vegetariana, pueden contribuir al aumento de enfermedad crónica en algunos países en desarrollo.

Fuente: La prensa nacional

 

 

 
 


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