Un equipo de científicos ha realizado un hallazgo sorprendente en la corteza terrestre de las profundidades marinas del Pacífico Oriental, a más de 2.500 metros de profundidad, cerca de la dorsal del Pacífico. Utilizando un submarino controlado remotamente llamado SuB-astian, las biólogas Monika Bright y Sabine Gollner, junto con su equipo, han descubierto un ecosistema oculto bajo el lecho marino. Éste nuevo descubrimiento revela la existencia de gusanos gigantes, caracoles y bacterias quimiosintéticas que habitan en las cavidades del fondo marino, alimentándose de los fluidos calientes de los respiraderos hidrotermales. Uno de los hallazgos más impresionantes fue la presencia del gusano tubícola gigante Riftia pachyptila, que puede alcanzar el medio metro de longitud y formar grandes colonias.
Dic
11
La Vida se abre paso
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Hallazgo inaudito: levantan la corteza terrestre y lo que encuentran cambia todo lo que se sabía
Este hallazgo revela la existencia de gusanos gigantes, caracoles y bacterias quimiosintéticas
Nuevas evidencias sobre la relación entre el sueño y la salud cardiovascular
Asombroso hallazgo: acaban de descubrir el mayor yacimiento de oro del mundo, valorado en 80.000 millones de €
Los investigadores están tratando de entender cómo sus larvas se dispersan y colonizan nuevas áreas de respiraderos hidrotermales, algo que hasta ahora no se había observado en la columna de agua. Los científicos sugieren que las larvas podrían viajar a través del subsuelo utilizando los fluidos de los respiraderos. Este descubrimiento se realizó en una zona volcánica activa, la Cordillera Albatross, una cadena submarina de 9.000 kilómetros de largo, donde los choques tectónicos crean erupciones de magma que generan los respiraderos hidrotermales. Gracias a un cincel robótico, los científicos lograron extraer muestras de la corteza terrestre, encontrando organismos que sobreviven en estas condiciones extremas.
Hallazgo inaudito debajo de la corteza terrestre
Recientemente, un equipo de biólogos marinos ha hecho un descubrimiento impresionante en las profundidades del océano Pacífico, que desafía las creencias previas sobre la vida en la corteza terrestre. En investigaciones previas, se pensaba que sólo los virus y los microorganismos podrían sobrevivir en las capas más profundas del océano. Sin embargo, los estudios realizados por Monika Bright y Sabine Gollner, publicadas en Nature Communications, han demostrado la existencia de animales mucho más complejos, como gusanos tubícolas gigantes, caracoles y otras criaturas marinas que habitan debajo del fondo marino.
Este hallazgo fue posible gracias al uso de un submarino operado remotamente llamado SuB-astian, que permitió al equipo adentrarse a 2.515 metros de profundidad en un respiradero hidrotermal situado en la dorsal del Pacífico Oriental, una de las zonas volcánicas más activas del planeta. A lo largo de su exploración, los científicos descubrieron que el lecho marino oculta tanto minerales como una vasta comunidad de vida. Bajo la superficie, encontraron grandes gusanos tubícolas que, aunque se pensaba que solo habitaban en la superficie de los respiraderos, también prosperan bajo el suelo marino en cavidades llenas de fluidos calientes.
Los investigadores plantean la hipótesis de que las larvas de estos gusanos pueden desplazarse por el subsuelo a través de los fluidos de los respiraderos hidrotermales, lo que les permite colonizar rápidamente nuevas zonas tras las erupciones volcánicas. Este fenómeno implica que las comunidades animales en el fondo marino están interconectadas con las que habitan en las cavidades subterráneas, lo que abre nuevas perspectivas sobre cómo se distribuyen y sobreviven los ecosistemas marinos en condiciones extremas.
En cuanto a las implicaciones científicas de este descubrimiento, destaca la importancia de preservar estos ecosistemas subterráneos, ya que muchos de los animales encontrados en las cavidades tienen bacterias quimiosintéticas que oxidan compuestos químicos reducidos, lo que juega un papel crucial en la fijación de carbono y en el flujo geoquímico regional.
Estas bacterias podrían tener un gran impacto en los ciclos globales de carbono y podrían ser sensibles a cambios en el entorno, lo que subraya la necesidad de proteger estos hábitats. De hecho, los científicos advierten que aún no se ha determinado la extensión total de estos ecosistemas, lo que resalta la necesidad de investigar más a fondo y garantizar la protección de estos lugares únicos.
La expedición también ofrece un nuevo enfoque para estudiar la vida en la Tierra. Los científicos ahora quien analizar más en profundidad cómo estas comunidades, que se encuentran tan lejos de la luz solar, logran sobrevivir en la oscuridad total. Los animales en estos ecosistemas dependen de la energía que proviene de reacciones químicas, en lugar de la luz solar, lo que podría proporcionar pistas sobre cómo la vida podría prosperar en otros planetas, como Marte, o incluso en las lunas de Júpiter, como Europa, donde se sabe que existen océanos subterráneos bajo la capa de hielo.
Además, este hallazgo resalta la importancia de comprender los procesos geoquímicos que ocurren en el fondo del océano, ya que estos procesos tienen implicaciones directas en la dinámica del manto terrestre y la tectónica de placas. Las interacciones entre el magma y el agua en los respiraderos hidrotermales podrían ser un factor clave en la formación de nuevos ecosistemas y en la circulación de elementos esenciales para la vida. Por ello, este descubrimiento no sólo es crucial para la biología marina, sino también para la geología, ya que ofrece una visión más completa de cómo funciona el planeta Tierra.
Dic
10
¿Cuándo cambiaremos?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Hay una parte del mundo que vive más o menos confortablemente, mientras que otra parte, está sumergida en la misería y el dolor. Parece que nuestra especie sigue en el proceso de humanización, los que están en mejor posición se olvidan de los otros que pasan penalidades, sufrimientos y carencias de todo tipo.
Hasta que no sintamos el dolor ajeno como propio… ¡No podemos considerarnos humanos! ¿Qué decimos cuando somos testigos de una escena en la que una persona mayor pega a un niño o abusa de él? ¡Qué falta de Humanidad! Pues eso. Eso es lo que nos pasa a los que estamos en regiones en las que, al menos, llevamos una vida más o menos confortable sin penar en los que no la pueden llevar.
¿Qué soy un iluso? Posiblemente, pero no puedo dejar de sentir de esa manera. Hasta que no sintamos el dolor ajeno como propio… Hasta que no pongamos remedio a estas situaciones inhumanas… Hasta que no seamos responsables hacia nuestros congéneres….
En fin, amigos, si ponemos todos un poquito de nuestra parte, si los Gobiernos del mundo se despiertan, si nos ponemos en el lugar de los otros… Si…. So-….
Emilio Silvera Vázquez
Dic
10
Curiosidades de la Astronomía
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Unidades de distancia en Astronomía
La Unión Astronómica Internacional estableció en 1976 el Sistema de constantes astronómicas entre las que se incluyen unidades de distancia por el cual podemos tratar con las descomunales distancias que nos encontramos entre los objetos celestes.
Si bien es correcto utilizar los Kilómetros para hablar de distancias en el espacio y podemos hacer uso de esta medida para hablar de la distancia a la Luna o el Sol por ejemplo, cuando tenemos que hablar de distancia entre planetas o entre estrellas es necesario utilizar unidades de medida mucho mayores. Así podemos encontrar referencias a «unidades astronómicas», «años luz» o «pársecs».
- 1 ¿Qué es una Unidad Astronómica?
- 2 ¿Qué es un Año luz?
- 3 ¿Qué es un pársec?
- 4 ¿Cómo medir la distancia a una estrella mediante paralaje?
- 5 ¿Cómo medir la distancia a una galaxia a través de las Cefeidas?
- 6 ¿Cómo medir la distancia a una galaxia a través de Supernovas Ia?
- 7 Otras modernas técnicas para medir el Universo
¿Qué es una Unidad Astronómica?
Una Unidad Astronómica (UA) es la distancia media que hay entre la Tierra y el Sol. Equivale a unos 150 millones de Kilómetros (149 597 870 700 m para ser exactos). Es posible que encuentres también la abreviatura de esta unidad de distancia astronómica como AU en escritos internacionales o de la UAI y también es frecuente encontrar la abreviatura escrita en minúsculas.
La UA es frecuentemente usada para medir distancias en nuestro sistema solar. Así, por ejemplo, decimos que Júpiter está a unas 5,2 UA del Sol o que Neptuno está a unas 30,1 UA del Sol. ¿Verdad que esto nos da una mejor referencia de lo lejanos que están algunos planetas? Para que te hagas una idea, la luz del Sol tarda en llegar a la Tierra unos 8,3 minutos, así que podemos decir que el Sol está a 1UA de nosotros o a 8,3 minutos luz. Esto nos sirve como punto de partida para hablar de la siguiente unidad de medida astronómica, el año luz.
¿Qué es un Año luz?
Un año luz es la distancia que la luz recorre en el vacío durante un año terrestre, esto es casi 9 billones y medio de kilómetros. Como ya habrás podido imaginar esto resulta poco práctico para medir distancias en nuestro Sistema Solar pero es tremendamente útil para medir distancias a otras estrellas. Podemos encontrar su abreviatura escrita como a.l, al o ly en inglés.
Pongamos como ejemplo que queremos indicar la distancia a la estrella más próxima a nosotros (si exceptuamos el Sol, claro). Se trata de Próxima Centauri que está a 4,2 años luz de distancia. Es decir, cuando observamos esta estrella lo que estamos viendo es la luz que salió de ella hace 4,2 años.
Los años luz también son utilizados para indicar distancias a otras galaxias o el tamaño de algunos objetos celestes. Así la Galaxia de Andrómeda está a 2.537 millones de a.l y tiene un diámetro de 220.000 a.l.
¿Qué es un pársec?
Un pársec es una unidad de medida astronómica mayor que el año luz. Para tomar como referencia su valor es el de 3,2616 a.l.
¿Y por qué este valor? Bueno, resulta que un pársec se define como la distancia a la que una unidad astronómica (UA) subtiende un ángulo de un segundo de arco (1″). La palabra parsec viene del inglés: parallax of one arc second (paralaje de un segundo de arco).
Por tanto podemos decir que una estrella dista un pársec si su paralaje es igual a 1 segundo de arco.
¿Cómo medir la distancia a una estrella mediante paralaje?
Si no sabes lo que es la paralaje te habrás quedado igual. Vamos a intentar explicarlo. Básicamente es el ángulo que subtiende un cuerpo u objeto más cercano con respecto a un fondo más alejado. ¿Todavía no? A ver si este ejemplo nos ayuda un poco: si estiramos el brazo y ponemos uno de nuestros dedos alejado de la cara y lo miramos guiñando consecutivamente uno y otro veremos que el fondo detrás del dedo cambia, y variará más cuanto más cercano a tus ojos pongas el dedo. En este caso es la distancia entre los ojos lo que determina hasta que «distancia» podemos medir. Si tomamos como referencia la Tierra son las posiciones más alejadas de la misma en su órbita las que dan esa «distancia entre ojos». Este método de la paralaje se ha utilizado asiduamente en Astronomía para calcular distancias astronómicas, pero el paralaje más pequeño que se puede medir es de 0,001”, lo que corresponde a 1.000 parsec de distancia, o bien 3.262 años luz. ¿Cómo medir distancias mayores?
¿Cómo medir la distancia a una galaxia a través de las Cefeidas?
Cuando las distancias son mayores la paralaje resulta insuficiente para medir distancias como por ejemplo las que nos separan de otras galaxias. Esto fue un gran misterio hasta que en 1912 Henrietta Swan Leavitt, empleada del observatorio de Harvard en Massachusetts, se percató de que había una relación entre la luminosidad y el periodo de un tipo muy concreto de estrellas denominado Cefeidas. Si se mide el periodo de cada ciclo es posible conocer el brillo de la estrella. Este descubrimiento de la relación brillo-periodo de las estrellas Cefeidas fue muy importante, ya que si conocemos el brillo de una estrella es posible calcular la distancia a la que se encuentra porque su luz disminuye de forma proporcional al cuadrado de la distancia que la separa de nosotros.
Como hay estrellas Cefeidas en otras galaxias podemos conocer de manera bastante precisa la distancia a la que se encuentran esas galaxias.
Pero las Cefeidas no son las únicas candelas estándares, las estrellas RR Lyrae también tienen características que ayudan a determinar distancias a ellas.
Pero esta forma de medir distancias tiene otra limitación ¿Qué ocurre si queremos medir la distancia a una galaxia tan lejana de la que no podemos ver Cefeidas ni con el telescopio más potente?
¿Cómo medir la distancia a una galaxia a través de Supernovas Ia?
Cuando empezamos a medir distancias a objetos tan distantes como las galaxias lejanas tenemos que tener en cuenta que el rango de precisión disminuye. Podemos medir la distancia a una galaxia si observamos una supernova de tipo Ia en ella ¿Cómo es posible? Resulta que la masa de la estrella necesaria y mínima para explotar como una supernova de este tipo siempre es la misma. En todo el universo, todas las estrellas supernovas del tipo 1a explotan con la misma masa, liberan la misma energía y generan la misma luminosidad.
Entonces si vemos una supernova de tipo 1a en una galaxia distante y registramos su brillo podremos saber a qué distancia se ha producido porque su brillo disminuirá de forma proporcional al cuadrado de la distancia que la separa de nosotros.
Por este motivo hay grupos muy activos de observadores de supernovas entre la comunidad profesional y amateur y se solicitan mediciones de brillo de varios observadores para que los cálculos sean lo más precisos posibles.
Otras modernas técnicas para medir el Universo
En la actualidad, los avances científicos están desarrollando nuevas técnicas para medir distancias en el universo como pueden ser las oscilaciones acústicas de bariones (BAO) o recientemente con el estudio de las ondas gravitacionales.
Dic
9
Una ilusión desilusionante
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
El planeta Marte desde hace mucho tiempo ha despertado nuestra imaginación, y, ayudado por algunos científicos del pasado, como sucedió en 1877, cuando el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli, observó que sobre alguna región de aquel planeta se observaban formaciones que a él les daban todas las pistas para pensar que eran canales, lo que desató la imaginación de muchos y todos los medios de aquel momento tiraban primeras páginas en las que (no sin tomarse algunas licencias literarias), hablaban de los canales y de sus posibles constructores (los marcianitos verdes).
Abundando en aquello, entre 1895 y 1908, llegaron al publico el resultado de las investigaciones realizadas por el astrónomo estadounidense Percival Lowell, científico de gran prestigio en el mundo de la ciencia, llegó a la conclusión de que los canales habían sido construidos para llevar el agua desde los polos hasta las zonas desérticas del planeta.
Por aquel entonces se hicieron películas de marcianos, en la que la imaginación desatada podían exhibir toda clase de inimaginables escenarios en los que, hombrecillos verdes, atacaban la Tierra, escenas que hoy nos producen risa y que, en aquel momento, aterrorizaban a los espectadores.
El Tiempo con su inexorable transcurrir, nos llevó a impensables avances de la tecnología para que pudiéramos ver la realidad y fuésemos conscientes de las dificultades que se nos presentaban para poder viajar al planeta rojo, en los que ni había canales ni tampoco hombrecillos verdes. En cuanto a ,la presencia de alguna clase de vida…
¡Estaría en el subsuelo del planeta, donde cavidades formadas por las corrientes de lava en el pasado volcánico de aquel mundo, haría posible, con temperaturas más altas que en la superficie, que el agua líquida corriera libre y rumorosa, los líquenes, los hongos y las bacterias tendrían un campo para su desarrollo.
Posibilidades de viajar al planeta Marte para instalar allí una colonia de la Tierra:
Los datos técnicos volcados en esta página provienen de un estudio hecho por la NASA sobre la dificultad de viajar a Marte
Dic
8
El Universo y la Vida… ¡Nuestra imaginación!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (1)
Estamos tratando de recrear la creación
“Una inteligencia que conociese, en un momento determinado, todas las fuerzas que operan en la Naturaleza, así como las posiciones momentáneas de todas las cosas que constituyen el universo, sería capaz de condensar en una sola fórmula los movimientos de los cuerpos más grandes del mundo y los de los átomos más ligeros, siempre que su intelecto sea bastante poderoso para someter a análisis todos los datos; para él nada sería incierto, el pasado y el futuro estarían presentes ante sus ojos.”
Inmensas galaxias cuajadas de estrellas, nebulosas y mundos. Espacios interestelares en los que se producen transmutaciones de materia que realizan el asombroso “milagro” de convertir unas cosas en otras distintas. Un Caos que lleva hacia la normalidad. Estrellas que explosionan y riegan el espacio de gas y polvo constituyentes de materiales en el que se forjarán nuevas estrellas, nuevos mundos y nuevas formas de vida.
No pocas veces nos tenemos que maravillar ante las obras de la Naturaleza, en ocasiones, con pinceladas de las propias obras que nosotros mismos hemos sido capaces de crear. Así, no es extraño que algunos piensen que la Naturaleza nos creó para conseguir sus fines, que el universo nos trajo aquí para poder contemplarse así mismo. Claro que, también habrá podido crear a otras criaturas con el mismo fin.
Siempre hemos tratado de saber lo que el Universo es, lo que la Naturaleza esconde para conocer los mecanismos de que ésta se vale para poder hacer las maravillas que podemos contemplar tanto en la tierra como en el cielo. Valles, ríos y montañas, hermosos bosques de lujuriante belleza , océanos inmensos llenos de formas de vida y, criaturas que, conscientes de todo eso, aunque algunas veces temerosas ante tanto poder, no por ello dejan de querer saber el origen de todo.
Es posible que nos creámos más de lo que en realidad somos. Queremos jugar con fuerzas que no hemos llegado a comprender y, desde las estrellas y las inmensas galaxias, hasta los mundos y las fuerzas que todo lo rigen en el Universo, hemos querido conocer para poder, con esos conocimientos, crear la misma creación. Los científicos han dado ya el primer paso para la creación de la vida sintética, han sido capaces de crear un cromosoma completo a partir de una célula de levadura. El logro es considerado un gran hallazgo dentro de la biología sintética, que busca diseñar organismos desde sus principios más básicos.
¿Hasta dónde queremos llegar?
A veces, viendo como se desarrollan las cosas y cómo se desenvuelven los hechos a medida que el Tiempo transcurre, no tenemos más remedio que pensar que parece como sí, la Naturaleza supiera que estamos aquí y, desde luego, nos tiene impuesto límites que no podemos traspasar hasta que “ella” no considera que estamos preparado para ello. Un amigo asiduo a éste lugar nos decía que la Naturaleza nos preserva de nosotros mismos. Nosotros, los humanos, no conocemos ninguna regla que nos prohíba intentar todo aquello que podamos imaginar y, de esa manera, a veces, jugamos a ser dioses.
Sí, somos parte del Universo hechos del material estelar
Pero, ¿acaso no somos, nosotros mismos universo? Dicen que genio es aquel que puede plasmar en realidad sus pensamientos y, aunque nos queda mucho camino por recorrer, lo cierto es que, hasta el momento presente, mucho de eso se ha plasmado ya. Es decir, hemos sabido de qué están hechas las estrellas, conocemos la existencias de las grandes estructuras del Universo constituidas por cúmulos y supercúmulos de galaxias, sabemos de mundos en los que, con mucha probabilidad puedan existir criaturas diversas que, conscientes o no, piensen, como nosotros, en todos los secretos que el Universo esconde.
Sinceramente creo que, dentro de nosotros, están todas las respuestas a las preguntas que podamos plantear, toda vez que, como parte del Universo que somos, en nuestros genes, en lo más profundo de nuestras mentes están grabados todos los recuerdos y, siendo así, solo se trata de recordar para saber lo que pasó, para comprender los orígenes y, finalmente saber, el por qué estamos aquí y para qué. Nos hemos olvidado de que somos “polvo de estrellas”, los materiales que nos conforman se forjaron en los “hornos” nucleares de los astros que brillan en el firmamento lejano. A temperaturas de millones de grados se pudieron fusionar los elementos que hoy están en nosotros. Una Supernova, hace miles de millones de años, hizo brillar el cielo con un resplandor cegador, una enorme región quedó sembrada de materiales en forma de Nebulosa que, con el paso de los eones, conformó un sistema planetario con un Sol central que le daba luz y calor a un pequeño planeta que, mucho después, llamaron Tierra. Los seres que allí surgieron y evolucionaron, eran el producto de grandes transiciones de fase y cambios que, desde el Caos hizo todo el recorrido necesario hasta la creación de la Vida consciente.
De esa manera, sin lugar a ninguna duda, podemos hablar de un Universo viviente en el que, la materia evoluciona hasta la vida y los pensamientos. En el que en un carrusel sin fin surgen nuevas estrellas y nuevos mundos en los que, como en la Tierra, pasando el tiempo, también surgirá la vida que, podrá ser… ¡de tántas maneras! Una galaxia como la Vía Láctea puede tener más de cien mil millones de estrellas, en el universo pueden estar presentes más de cien mil millones de galaxias, los mundos que existen en una sola galaxia son cientos de miles de millones y, sabiendo todo eso, ¿Cómo poder pensar que la vida sea única en la Tierra?
“La vida se abre paso… ¡imparable!”
Halófilas plantas que viven en la Sal. Atriplex portucaloides
La vida en la Tierra comenzó hace entre 3.700 y 4.500 millones de años, después de que meteoritos salpicaron y vertieron elementos esenciales en pequeñas charcas cálidas.
“…en alguna pequeña charca caliente, tendrían la oportunidad de hacer el trabajo y organizarse en sistemas vivos…” Eso comentaba Darwin sobre lo que podría ocurrir en la Naturaleza. Hemos podido constatar la persistencia con la que la vida, se abre paso en este mundo, la hemos podido hallar en lugares tan insólitos como fumarolas marinas a más de 100 ºC, o en aguas con una salinidad extrema, o, a varios kilómetros de profundidad bajo tierra, o, nutriéndose de metales, o metanógenas y halófilas y tantas otras infinitesimales criaturas que nos han causado asombro y maravilla.
Si, amigos míos, en lo que a la vida se refiere, ésta se abre paso en los lugares más extremos e inesperados por muy malas condiciones que allí puedan estar presentes. De la misma manera, podrían estar situadas en mundos lejanos que, con unas condiciones distintas a las de la Tierra, se puedan haber creado criaturas que ni nuestra desbordante imaginación pueda configurar en la mente.
Hasta que supimos que existían otros sistemas planetarios en nuestra Galaxia, ni siquiera se podía considerar esta posibilidad como una prueba de que la vida planetaria fuera algo común en la Vía Láctea. Pero se sabe que más de cien estrellas de nuestra zona de la galaxia tienen planetas que describen órbitas alrededor de ellas. Casi todos los planetas descubiertos hasta ahora son gigantes de gas, como Júpiter y Saturno (como era de esperar, los planetas grandes se descubrieron primero, por ser más fáciles de detectar que los planetas pequeños), sin embargo es difícil no conjeturar que, allí, junto a estos planetas, posiblemente estarán también sus hermanos planetarios más pequeños que, como la Tierra, pudieran tener condiciones para generar la vida en cualquiera de sus millones de formas.
Es cierto que en todo el Universo rigen las mismas leyes y están presentes las mismas constantes universales que, ni con el paso del tiempo pueden variar, así la luz siempre irá a 300.000 Km/s, la carga del electrón será siempre la misma como la masa del protón y, gracias a que eso es así, podemos estar nosotros aquí para contarlo. Sin embargo, el Universo, no es uniforme y en el inmenso espacio interestelar impera la diversidad.
Existe una amplia variedad de densidades dentro del medio interestelar. En la modalidad más ligera, la materia que está entre las estrellas es tan escasa que sólo hay un átomo por cada mil centímetros cúbicos de espacio: en la modalidad más densa, las nubes que están a punto de producir nuevas estrellas y nuevos planetas contienen un millón de átomos por centímetro cúbico. Sin embargo, esto es algo muy diluido si se compara con el aire que respiramos, donde cada centímetro cúbico contiene más de diez trillones de moléculas, pero incluso una diferencia de mil millones de veces en densidad sigue siendo un contraste espectacular.
La cuestión es que, unos pocos investigadores destacaron allá por 1.990 en que todos estos aspectos -composición, temperatura y densidad- en el medio interestelar dista mucho de ser uniforme. Por decirlo de otra manera más firme, no está en equilibrio, y parece que lo que lo mantiene lejos del equilibrio son unos pocos de procesos asociados con la generación de las pautas espirales.
Aquí se crea entropía negativa. También nosotros, tenemos una manera de vencer a la inexorable Entropía que siempre acompaña al Tiempo, su transcurrir deja sentir sus efectos sobre las cosas que se hacen más viejas. Sin embargo, sabemos, como las galaxias, generar energía reproductora y, mientras que las galaxias crean estrellas nuevas y mundos, nosotros, recreamos la vida a partir de la unión entr hombre y mujer, y, de esa unión surgen otros seres que, perpetúan nuestra especie. Es la entropía negativa que lucha contra la extinción.
Esto significa que la Vía Láctea (como otras galaxias espirales) es una zona de reducción de la entropía. Es un sistema auto-organizador al que mantienen lejos del equilibrio, por una parte, un flujo de energía que atraviesa el sistema y, por otra, como ya se va viendo, la retroalimentación. En este sentido, nuestra Galaxia supera el test de Lovelock para la vida, y además prestigiosos astrofísicos han argumentado que las galaxias deben ser consideradas como sistemas vivos.
Sí, nos creemos más de lo que somos,
Nos damos una importancia que no tenemos,
Pero somos pequeños como Gnomos,
Somos engreídos y tan ilusos… miramos el Universo lleno de cosas que no vemos.
Puede que podamos ser más de lo que parece y que, seamos menos de lo que nosotros mismos nos podamos creer. No parece muy aconsejable que estemos situados en un plano de superioridad en el cual podamos mirarlo todo por encima del hombro. Precisamente por ser Naturaleza nosotros mismos, estamos supeditados a sus cambios y, por lo tanto, a merced de ellos.
El problema está, como dijo aquel hombre sabio: “¡Somos parte del problema que tratamos de resolver!”
Emilio Silvera Vázquez