May
23
Podría pasar dentro de algunos cientos de años
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Futuro incierto ~
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Éste es el concepto artístico de un Toro de Stanford. Un hábitat espacial que podría albergar de 10.000 a 140.000 personas. Fue propuesto en 1.975. Crédito: Donald Davis – NASA Ames Research Center.
El cuerpo humano soporta mal la Ingravidez, se necesita crear la Gravedad artificial en las naves del futuro.
Podemos tratar de simular la gravedad mediante un sistema de rotación. Sin embargo, A diferencia de la gravedad real, que nos empuja hacia el centro del planeta, esta gravedad artificial nos empuja fuera del eje de rotación. Además, es preferible que construyamos naves con tamaños muy grandes. Cuanto más grandes, mejor, porque en una nave que tenga un eje demasiado pequeño, la diferencia de gravedad que experimentaríamos entre la cabeza y los pies sería muy significativa, dificultando nuestros movimientos en el interior de la estructura.
Pero claro, desde 1.975, las cosas han cambiado muchísimo, y, ahora, un Consejo Mundial que cuenta con muchos recursos, tiene Bases Estelares situadas en los sitios mas estratégicos del Sistema solar. Son cosas del pasado los océanos de Europa y Encelado que están siendo explotados, y, también, las riquezas de productos minerales y combustibles energéticos de Titán.
Pero vamos hacia el futuro (imaginando):
Con nuestra enorme nave espacial, de nombre Esperanza, habíamos salido de la Tierra allá por el año 3.211, en una gélida mañana de la Luna Titán del planeta Saturno, en la que, un conjunto de Naciones de nuestro planeta, había instalado una completa y confortable Estación Espacial. En dicha Instalación que, era más que eso, una nueva ciudad poblada por más de 4.000.000 de habitantes entre Compañías mineras, técnicos de todo tipo, y personal especializado en viajes espaciales, fue la elegido por el Consejo terrestre para que, desde este seguro lugar tecnológico, saliera la Misión Esperanza que, con destino al planeta LHS 1140b, situado a 20 años luz de la Tierra que, además de estar en la zona habitable de su estrella, tenía todos los ingredientes necesarios para contener la Vida.
La “Súper Tierra”, un planeta rocoso y templado que orbita a una estrella enana roja y que, por sus características iniciales, podría contener agua, lo que lo convierte en un muy buen candidato para albergar vida, fue bautizado como LHS 1140b, se encuentra fuera del Sistema Solar, y orbita en torno a una estrella tipo M, una estrella enana roja “algo más pequeña que nuestro Sol y menos luminosa pero de las más abundantes de la galaxia.
Después de un profundo estudio de todos los pros y los contras que los expertos habían valorado durante meses, se decidió que la Nave Espacial Esperanza, con capacidad de más de 6.000 viajeros, entre tripulación, científicos, equipos médicos, y otros expertos en distintas ramas, partieran hacia LHS 1140b, donde buscarían formas de vida y, verían que otras cuestiones de interés podía ofrecer aquel planeta. Y, si los informes eran positivos, dejar sentadas las Bases para futuros viajes con más naves y personal.
Hacia más de dos siglos que se habían construido nuevas ciudades en planetas extraterrestres que, por ahora, contaban con millones de habitantes y que, como delegaciones de la Tierra, habían construido Sociedades de envidiables costumbres y normas de convivencia, donde los viejos hábitos de la Tierra habían quedado olvidados.
En nuestro largo viaje por el Espacio Interestelar, muchos eran los mundos que habíamos dejado atrás pero, no sin que antes de abandonar el lugar, enviáramos una pequeña nave auxiliar a explorarlo y tomar buenos videos de sus condiciones y posibilidades para posteriores misiones.
En esta época de 3.211, nuestras naves no habían logrado todavía entrar en el Hiperespacio (se estaba cerca de lograrlo), y, las velocidades alcanzadas eran de 120.000 Km/s., casi la mitad de la velocidad de la Luz, y, para ello, los técnicos, habían afrontado con éxito muchas dificultades que tales velocidades creaban y tenían que evitar, y, una vez logrado todo eso, así como la Gravedad artificial perfecta, la Misión se puso en marcha.
El Tiempo de llegado al nuevo mundo, se había calculado en 44 años, siempre que las cosas rodaran bien y no aparecieran inconvenientes no previstos que retrasaría el viaje. La Nave era autónoma y contaba con todos los pertrechos necesarios y los medios para fabricar alimentos, medicinas, vestimenta y otros objetos necesarios, y, de la misma manera, contaba con un moderno hospital con todos los adelantos, además de escuela para los pequeños que nacerían por el camino.
Los desocupados que habían terminado el turno de trabajo dentro de la nave, podían acudir, a una Sala Holográfica y pedirle al programa, luchar con Dinosaurios o integrarse en las guerras de Alejandro Magno. Nada allí era imposible. También podían convivir con Einstein, o, pasar el día con Tesla.
Los pesados trajes espaciales se habrán olvidado. Ahora, en el año 3.211, eran finos y adaptados al cuerpo, estaban hechos de fullereno y en láminas finas como un cabello humano y más duras que el propio acero, sus aleaciones no podían traspasarla las radiaciones del espacio. Y, el sistema diminuto de oxígeno concentrado les daba 12 horas de autonomía.
Regiones de nuestra Galaxia donde se crean nuevas estrellas
Por el largo recorrido, nuestra nave Esperanza, ha tenido que pasar por regiones y mundos de inusitada belleza, en algunos, como en la Tierra, las aguas rumorosas corrían con ese dulce y adormecedor rumor que lleva la libertad, y, en otras regiones, pudimos contemplar con arrobo como grupos de estrellas nuevas radiaban en el ultravioleta rabioso, ionizando toda la zona y sacando los colores a los elementos de los que la nebulosa estaba conformada.
Para nuestra sorpresa, nuestros instrumentos de a bordo avisaron de que, una nave de enormes dimensiones se acercaba a nosotros a una gran velocidad, nos encontrábamos a muchos miles de kilómetros del Sistema solar y, no esperábamos dicho encuentro. Era el primer contacto que nuestra especie tenía con seres de otros mundos.
Ambas naves tratamos de conseguir alguna comunicación y, finalmente, sólo intercambiamos algunas ecuaciones e imágenes muy significativas que representaban el átomo y algunas contantes, así como, las fuerzas fundamentales, ninguna otra información pudimos entregar a los inesperados viajeros que, por su parte, además, nos enviaron al ordenador datos de su sistema planetario.
Aquello podía ser el principio de una buena amistad.
Nos hicimos señales de Paz, y, ambas naves, encendieron sus motores lumínicos y partieron veloces hacia sus destinos.
El resto del viaje estuvo lleno de incidencias todas interesantes y, para cuando llegamos al destino, habían pasado 48 años. Lo que pasó después os lo contaré en otro momento.
Nuestra imaginación no tiene límites y siempre vamos más allá de lo que sabemos, imaginando lo que podría ser
Seres fascinantes
Mundos fascinantes como Pandora
Todo eso y mucho más estará ahí afuera y algún día lejano en el futuro… ¡Lo podremos comprobar!
Emilio Silvera Vázquez
el 24 de mayo del 2025 a las 6:06
¡El Futuro que vendrá!
Espero que pasen de una vez por todas las situaciones de miseria moral, de falta e ética, de ausencia de honradez política y empresarial, que las balanzas se equilibren y, que de una vez por todas, en ese plano social en el que todas las personas tengan garantizado ese mínimo de dignidad que le permita mantener a su familia y poder dar a sus hijos (sin excepción), la oportunidad de elegir su destino futuro, y, sobre todo, que prevalezca la meritocracia, es decir, que cada cual, sin límite alguno, alcance la posición que se merezca por sus propios medios y en función de su capacidad intelectual, ya que, de esa manera, el nivel de bienestar social será mucho mayor, y, con la desaparición de la mala costumbre de darle el puesto al hijo de de, o al amigo, y, sobre todas las cosas tener claro que no puede seguir prevaleciendo ese privilegio de que algunos nacen y, no sabemos en qué Derecho se puedan bazar, tienen su futuro resuelto en razón de…. Esos escenarios deben ser abolidos, todos somos uno, todos debemos partir de la meta con los mismos argumentos y las mismas posibilidades, y, que llegue el primero el que tenga las mejores razones personales, sin ayudas externas ni ventajas.
Ese es, amigos míos, el mundo que me gustaría “ver” para toda la Humanidad que, estaría regida por una Asamblea mundial en la que participaran personas de todas las regiones del mundo, y, todos se rigieran por la misma Constitución legal, cuyos preceptos marcaran el camino de los comportamientos, de los Derechos y las Obligaciones que finalizaran con esa verdad de que “todos somos uno”, y, estuviéramos mentalizados para sentirse el dolor ajeno como el propio dolor.
A partir de ahí, estaríamos situados en un nivel aceptable como especie para que otras avanzadas y situadas en otros mundos nos acepten como iguales, ya que, mientras tanto todo eso no llegue… ¡Aunque nos estuvieran observando y contemplando como somos hoy… ¡No querrían cuenta con nosotros! Una gente de poco fiar, y, que llamándose Humanos, se comportan de una manera poco Humana con una parte de su propia gente.
Si conseguimos todo eso que digo, quizás podamos conseguir un Futuro aceptable para nuestros descendientes (todavía lejanos (los cercanos estarán atados pagando la inmensa deuda que dejaron los políticos del presente), y, llegado a este punto, siento el enorme peso que llevamos sobre nosotros al saber que, lo que hagamos hoy, lo pagarán los que vengan mañana que, sin haber causado tanto daño lo tendrán que pagar.
¡Así somos los ¿mal llamados? humanos!
Empecé con la idea de esbozar un escenario acorde al contenido del trabajo, y, sin saber como, las ideas se desviaron a este otro camino… ¡Pues así se quedan escritos los pensamientos que surgieron de mi mente sin que yo los llamara!