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El Universo, su destino y la Vida

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo cambiante    ~    Comentarios Comments (7)

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Si hacemos caso de la termodinámica, no importan cuántos mundos puedan existir en las galaxias y, si la vida, está en ellos. El Universo continuará expandiéndose, las galaxias se quedaran solas y el gélido frio se hará dueño de todo. A la temperatura de -273 ºC, ni los átomos se moveran. En ese universo muerto, no podrán existir los pensamientos ni tampoco los sentimientos. ¿Qué harán las criaturas que, poseedoras de consciencia, puedan estar presentes cuando ese final se acerque? Para ese tiempo, si realmente existen otros universos, habrán sabido encontrar la manera de viajar hasta ellos para preservar tiodo lo conseguido, ya que, en caso contrario… ¿Para que hemos venido a este mundo y otras criaturas -probablemente- han surgido en otros?

No podemos saber cuándo, pero sí tenemos una idea aproximada de cómo será el final. El universo es todo lo que existe, incluyendo el espacio, el tiempo y la materia. El estudio del universo es la cosmología, que distingue el Universo con “U” mayúscula, significando el cosmos y su contenido, y el universo con “u” minúscula, que es normalmente un modelo matemático deducido de alguna teoría. El universo real está constituido en su mayoría por espacios aparentemente vacios, existiendo materia concentrada en galaxias formadas por estrellas y gas. El universo se está expandiendo, de manera que el espacio entre las galaxias está aumentando gradualmente, provocando un desplazamiento al rojo cosmológico en la luz procedente de los objetos distantes – Los objetos que se alejan, desplazan su luz hacia el rojo. Si se acercan, su luz se desplaza hacia el azul.-(Efecto Doppler).

efecto_doppler

 Con la imagen de arriba, tienes un buen ejemplo del comportamiento del Efecto Doppler con cuerpos en el espacio.

Según afirman algunos, existe una evidencia creciente de que el espacio está (o puede estar) lleno de una materia invisible, “materia oscura”, que puede constituir muchas veces la masa total de las galaxias visibles (materia bariónica). Claro que también, podría deberse tal anomalía a una falta de entendimiento de las fuerzas del Universo, o, ¿por qué no? a una extraña sustancia que podría ser la misma materia bariónica en sus albores y antes de evolucionar hasta los átomos. Sabemos que el origen más probable del universo está en la teoría conocida como del Big Bang que, a partir de una singularidad de una densidad y energía infinita, hace unos 13.700 millones de años, surgió una inmensa bola de fuego que desde entonces no ha dejado de expandirse y enfriarse.

En el proceso, nació el tiempo y el espacio, surgieron las primeros quarks que pudieron unirse formar protones y electrones que formaron los primeros núcleos y, cuando estos núcleos fueron rodeados por los electrones, nacieron los átomos que evolucionando y juntándose hicieron posible la materia; todo ello, interaccionado por cuatro fuerzas fundamentales que, entonces, por la rotura de la simetría original divididas en cuatro parcelas distintas, rigen el universo. La fuerza nuclear fuerte responsable de mantener unidos los nucleones, la fuerza nuclear débil, responsable de la radiactividad natural desintegrando elementos como el uranio, el electromagnetismo que es el responsable de todos los fenómenos eléctricos y magnéticos, y la fuerza de gravedad que mantiene unidos los planetas y las galaxias.

Imagen

Pero hemos llegado a saber que el universo podrá ser plano, abierto o cerrado. Un universo que siempre se expande y una vida infinita es abierto. Esto es un universo de Friedmann que postuló que el nuestro tenía una densidad menor que la densidad crítica.

El universo cerrado es el que es finito en tamaño, una vida finita y en el que el espacio está curvado positivamente. Un universo de Friedman con la densidad mayor que la densidad crítica.

El universo en expansión es el que el espacio los objetos está aumentando continuamente. En el universo real, los objetos vecinos como los pares de galaxias próximas entre sí no se separan debido a que su atracción gravitatoria mutua supera los efectos de la expansión cosmológica (el caso de la Vía Láctea y Andrómeda). No obstante, la distancia entre dos galaxias muy separadas, o entre dos cúmulos de galaxias, aumenta con el paso del tiempo y la expansión imparable del universo.

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El universo real está en función de la densidad crítica que es la densidad media de materia requerida que la gravedad detenga la expansión del universo. Un universo con una densidad muy baja se expandirá para siempre, mientras que uno con densidad muy alta colapsara finalmente. Un universo con exactamente la densidad crítica, alrededor de 10-29g/cm3, es descrito por el modelo de universo de Einstein-de Sitter, que se encuentra en la línea divisoria de estos dos extremos. Pero la densidad media de materia que puede ser observada directamente en nuestro universo no representa la cantidad necesaria generar la fuerza de gravedad que se observa en la velocidad de alejamiento de las galaxias, que necesita mucha más materia que la observada para generar esta fuerza gravitatoria, lo que nos da una prueba irrefutable de que ahí fuera, en el espacio entre galaxias, está oculta esa otra materia invisible, la “materia oscura”, que nadie sabe lo que es, cómo se genera o de qué hecha. Así que, cuando seamos capaces de abrir esa puerta cerrada ante nuestras narices, podremos por fin saber la clase de universo que vivimos; si es plano, si es abierto e infinito, o si es un universo que, por su contenido enorme de materia es curvo y cerrado.

Pero la respuesta a la pregunta, aún sin saber exactamente cuál es la densidad crítica del universo, sí podemos contestarla en dos vertientes, en la seguridad de que al menos una de las dos es la verdadera.

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               Claro que, cuando hablamos de destino final…, a nadie le gusta sin importar cual pueda ser éste

El destino final será:

a) Si el universo es abierto y se expande siempre, cada vez se hará más frio, las galaxias se alejarán las unas de las otras, la entropía hará desaparecer la energía y el frio será tal que la temperatura alcanzará el cero absoluto, -273ºK. La vida no podrá estar presente.

b) Si el universo es cerrado por contener una mayor cantidad de materia, llegará un momento en que la fuerza de gravedad detendrá la expansión de las galaxias, que poco a poco se quedarán quietas y muy lentamente, comenzaran a moverse en el sentido inverso; correrán las unas hacia las otras hasta que un día, a miles de millones de años en el futuro, todo la materia del universo se unirá en una enorme bola de fuego, el Big Crunch. Se formará una enorme concentración de materia de energía y densidad infinitas. Habrá dejado de existir el espacio y el tiempo. Nacerá una singularidad que, seguramente, dará lugar a otro Big Bang. Todo empezará de , otro universo, otro ciclo ¿pero aparecerémos también nosotros en ese nuevo universo?

Esta pregunta sí que no sé contestarla.

        Pero…, podrían ser ellos los que vinieran a rescatarnos

Así las cosas, no parece que el futuro de la Humanidad sea muy alentador. Claro que los optimistas nos hablan de hiperespacio y universos paralelos a los que, ese tiempo, ya habremos podido desplazarnos garantizando la continuidad de la especie Humana. Bien pensado, si no fuera así ¿para qué tantas dificultades vencidas y tantas calamidades pasadas? ¿Para terminar congelados o consumidos por un fuego abrasador?

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Si descubrimos como burlar la velocidad de la luz a través del hiperespacio, es posible que podamos visitar otras galaxias y, ¿por qué no? incluso Universos paralelos que, llegado el momento no podría evitar el mal trago de ese final previsto nuestro Universo. Sin embargo, dudo mucho que podamos llegar tan lejos (no en lo del hiperespacio -que también- sino en ese final presentido que…¡nos queda tan lejos!

Una cosa está muy clara, se puede comentar sobre el tema pero, contestar a esas preguntas…¡Quién pudiera contestar a eso! Sin embargo, está bien pensar en lo que será el futuro pero, sin perder de vista lo que fue el pasado. En nuestro sistema solar la vida se desarrolló por primera vez sorprendentemente pronto tras la formación de un entorno terrestre hospitalario. Muchos fueron los parámetros y las circunstancias que tuvieron que concurrir para hacerlo posible.

El secreto reside en el tiempo biológico necesario para desarrollar la vida y el tiempo necesario para desarrollar estrellas de segunda generación y siguientes que en novas y supernovas cristalicen los materiales complejos necesarios para la vida. Partir del Hidrógeno y el Helio se formaron el Litio, Berilio, Carbono, Oxigeno y una larga lista de elementos de los que una , están en nosotros.

Escenas como son posibles gracias a que, en las estrellas se formaron los materiales que, miles de años más tarde, conformaron un planeta como la Tierra que, situado a la distancia adecuada de su estrella madre, y con una atmósfera adecuada y abundante agua líquida, posibilitó el surgir de la vida que evolucionó hasta lo que arriba contemplamos. Un alto grado de Humanidad y sentimientos.

Parece que la similitud en los “tiempos” no es una simple coincidencia. El argumento, en su más simple, lo introdujo Brandon Carter y lo desarrolló John D. Barrow por un lado y por Frank Tipler por otro. Al menos, en el primer sistema solar habitado observado, ¡el nuestro!, parece que sí hay alguna relación entre el tiempo de evolución de las estrellasd y el tiempo de evolución de la vida que fue la consecuencia de aquella primera fase, sin los materiales estelares, la vida no podría haber aparecido tal como la conocemos.

La evolución de una atmósfera planetaria que sustente la vida requiere una fase inicial durante la cual el oxígeno es liberado por la fotodisociación de vapor de agua. En la Tierra esto necesitó 2.400 millones de años y llevó el oxígeno atmosférico a aproximadamente una milésima de su valor actual. Cabría esperar que la longitud de esta fase fuera inversamente proporcional a la intensidad de la radiación en el intervalo de longitudes de onda del orden de 1000-2000 ángstroms, donde están los niveles moleculares clave la absorción de agua.

Marte y Venus: Imágenes de los planetas “gemelos” a la Tierra.

Fijémonos en Venus y Marte, ninguno de los dos tiene una atmósfera como la de la Tierra. La atmósfera es un sistema caótico y complejo, y la tarea científica de comprenderlo en su globalidad, y en los tres planetas hermanos, promete ser larga, aunque eso sí, apasionante. Y necesaria. Parece que Marte pudo tenerla en el pasado y albergamos la esperanza de que en su interior, pueda existir alguna clase de vida.

En el párrafo arriba de la imagen exponemos un simple modelo que indica indica la ruta que vincula las escalas del tiempo bioquímico de evolución de la vida y la del tiempo astrofísico que determina el tiempo requerido crear un ambiente sustentado por una estrella estable que consume hidrógeno en la secuencia principal y envía luz y calor a los planetas del Sistema Solar que ella misma como objeto principal.

A muchos les cuesta admitir la presencia de vida en el universo como algo natural y corriente, ellos abogan por la inevitabilidad de un universo grande y frío en el que es difícil la aparición de la vida, y en el supuesto de que ésta aparezca, será muy parecida a la nuestra, o, al menos eso creo (al decir parecida me refiero a que en lo básico posiblemente seámos parecidos biológicamente hablando, en las formas, ¿quién sabe? Como aquí mismo en la Tierra, en otros mundos puede existir una gran diversidad de formas de vida.

Los biólogos, sin embargo, parecen admitir sin problemas la posibilidad de otras formas de vida, pero no están tan seguros de que sea probable que se desarrollen espontáneamente, sin un empujón de formas de vida basadas en el carbono. La mayoría de las estimaciones de la probabilidad de que haya inteligencias extraterrestres en el universo se centran en formas de vida similares a nosotros que habiten en planetas parecidos a la Tierra y que necesiten agua y oxígeno o similar con una atmósfera gaseosa y las demás de la distancia entre el planeta y su estrella, la radiación recibida, etc. En este punto, parece lógico recordar que antes de 1.957 se descubrió la coincidencia entre los valores de las constantes de la Naturaleza que tienen importantes consecuencias para la posible existencia de carbono y oxígeno, y con ello para la vida en el universo.

La Vida, en el inmenso Universo, que cientos de miles de millones de mundos repartidos por las galaxias, debe ser cosa cotidiana

Hay una coincidencia o curiosidad adicional que existe entre el tiempo de evolución biológico y la astronomía. Puesto que no es sorprendente que las edades de las estrellas típicas sean similares a la edad actual del universo, hay también una aparente coincidencia entre la edad del universo y el tiempo que ha necesitado desarrollar formas de vida como nosotros.

Si miramos retrospectivamente cuánto tiempo han estado en escena nuestros ancestros inteligentes (Homo Sapiens) vemos que han sido sólo unos doscientos mil años, mucho menos que la edad del universo, trece mil millones de años, o sea, menos de dos centésimos de la Historia del Universo. Pero si nuestros descendientes se prolongan en el futuro indefinidamente, la situación dará la vuelta y cuando se precise el tiempo que llevamos en el universo, se hablará de miles de millones de años. ¿dejaremos que sea así? o, por el contrario, pondremos todos los medios evitarlo?

emilio silvera

 

  1. 1
    emilio silvera
    el 3 de febrero del 2014 a las 11:45

    Llegó un momento en el cual, el pensamiento filosófico humano, comprendiendo de nuestrá efímera estancia en este mundo y en este Universo (por así tenerlo dispuesto la Naturaleza), y, al entender que nada es eterno y todo tiene un final, se sintieron frustrados e impotentes al comprender que, ni la más avanzada sabiduría desarrollada por nuestra especie, podría librarla, algún día, de sucesos irreversibles que,  no estaban en nuestra mano impedir, toda vez que no teníamos tecnología para hacer frente a grandes sucesos y, no digamos, al final del Universo del que se espera que, la termodinámica lo lleve hasta el frío de la quietud, en la que no existe energía que produzca trabajo y, la Entropía, habrá llegado a su nivel más alto que aquí pueda alcanzar.
    Claro que, como decimos en el trabajo presentado… ¿Quién sabe? Es mucho el Tiempo que tendrá que pasar para que eso llegue y, ni sabemos si, para entonces, nuestra especie estará aún aquí o habrá mutado, o, habiendo conseguido el dominio de técnicas ahora desconocidas, habrá emigrado a otros universos.
    ¡Es todo tan complejo! ¡Sabemnos tan poco! ¡Es el futuro tan imprevisible!



     

    Responder
  2. 2
    Jose Nadales
    el 2 de julio del 2017 a las 18:58

    Hola.
    Llevo mucho tiempo planteándome preguntas. Soy ingeniero industrial con 28 años de experiencia y considero que con conocimientos aceptables sobre física, matemáticas, etc.
    Mi planteamiento es bastante radical, ya que no consigo llegar a ninguna conclusión medianamente lógica, más allá de lo que uno mismo quiera creer.
    Me abstraigo de teorías porque todas ellas parten de una suposición… y es el estado actual del universo, que sea el cual sea, implica que nosotros estamos en él y somos relativamente conscientes de nuestra existencia y la del propio universo.
    No importa que el universo se expanda, o no. Ni que implosione, o no lo haga.  En todos ellos estamos nosotros ahora.   Partiendo de la más que previsible suposición de que en otros planetas existirán seres en nuestras mismas condiciones, y que por tanto no somos necesarios en el universo,
    entiendo que toda la consciencia del universo parece que evoluciona hacia una mayor complejidad, es decir, una menor entropía, mientras que el propio universo va aumentando su entropía.
    Por tanto intuyo que lo que está ocurriendo es que el mundo evoluciona hacia una consciencia mayor de sí mismo (no olvidemos que cada parte de nosotros es parte del universo y en algún momento hemos sido polvo estelar), y para como resultado se incrementa la entropía del universo en general.
    O bien es el caso contrario, que el hecho en sí de aumentar la entropía general, produce como subproducto la aparición de la consciencia.
    En cualquier caso… sea cual sea la causa o el efecto, el caso es que la consciencia del universo aumenta y eso implica mayores niveles de complejidad de la vida y por tanto una menor entropía.
    De entrada es paradójico.
    Y ahí viene la cuestión, ¿qué sentido tiene que se consiga una mayor complejidad en la consciencia después de eones de evolución cósmica, para que al final sea cual sea el caso (universo en expansión infinita hasta su completo enfriamiento, o colapso en un ‘big crash’) la propia consciencia desaparezca?
     

    Responder
    • 2.1
      Emilio Silvera
      el 3 de julio del 2017 a las 4:45

      Estimado y sincero visitante:

      Has expresado lo que muchos piensan (yo entre ellos) de lo que está ocurriendo ante nuestras propias narices, el Universo simplemente sigue su curso y, como sistema cerrado que es, aumenta su entropía, mientras que, nuestra interminable evolución (y muy posiblemente la de otros muchos seres repartidos por el Universo en mundos que ni podemos imaginar), sigue su imparable camino hacia una complejidad mucho mayor. Así es como son las cosas.

      Lo cierto es que tiene las ideas muy claras sobre nosotros y sobre lo que el Universo es (mejor dicho, somos todo el conjunto, ya que, formamos parte de la misma cosa). En cuanto a las teorías, dices bien, nosotros suponemos cosas que más tarde, o son desechadas o confirmadas por los experimentos y la observación, y, así hemos estado en los últimos siglos y seguiremos, ya que, no hay otro camino, toda vez que, somos “aprendices” con una gran carga de ignorancia a cuestas.

      Claro que, nada de todo esto tendrá algún sentido si al final nos encaminamos hacia un callejón sin salida, el Universo, como todo lo que existe, no es Eterno y cuando llegue su final… ¿quién estará aquí? Si los Seres inteligentes han evolucionado hacia una mayor complejidad, entonces, amigo mío, sabrán si hay otros universos para hacer el traslado, o, por otra parte, también cabe la posibilidad de que, si hemos sido capaces de conseguir viajar en el Tiempo, estaremos ante un gran abanico de posibilidades para poder marchar hacia atrás en el Tiempo y situarnos en épocas tranquilas lejos de ese final.

      Lo cierto es que, las preguntas son muchas más que las respuestas, y, seguiremos planteando preguntas que nadie sabrá contestar, y, precisamente eso, es lo que nos empujará a seguir desvelando secretos de la Naturaleza que nos permita saciar la sed de saber que tenemos.

      Un cordial saludo.

      Responder
  3. 3
    Jose Nadales
    el 3 de julio del 2017 a las 9:42

    Como mis conocimientos son limitados, mis preguntas y mis respuestas a ellas también lo son. Pero aun así busco un resquicio, desestimando obviedades, por el que el asunto tenga sentido.
    A la altura de la física que nos encontramos, ya parece claro que el universo en el que existimos es uno entre infinitos, que existen simultáneamente o bien que se crean después de la desaparición del anterior, ya que si el universo en el que existimos fuera único y existiera una sola vez seria una probabilidad extremadamente insignificante que a la primera se consiguiera un universo estable con leyes físicas estables que permitieran la evolución del mismo tal y como lo vemos actualmente… Demasiadas pocas probabilidades para que este universo existiera, a no ser que admitamos la existencia de un
    creador, claro. Pero entonces las preguntas serían otras como ¿Quién ha creado al creador?
    Por tanto, admitiendo que somos resultado de infinitos experimentos de universos, bien creados simultáneamente o uno tras otro, y admitiendo que o bien este universo existe para siempre aumentando su entropía o bien se colapsa… parece seguro ya que solo la consciencia del universo puede detener el terrible final.
    Pero pensando que somos un universo consciente entre infinitos no conscientes, es por tanto seguro que también habrá infinitos universos conscientes, y es por tanto seguro que hay infinitos universos conscientes que hayan detenido el colapso de su universo. Y si un universo consciente es capaz de detener el colapso de su propio universo, ¿No es probable que éste pueda incluso crear de nuevo un universo con las leyes correctas sin tener que esperar a experimentos aleatorios?
    ¿No parece algo absurdo?
    ¿Hay algo en la física moderna que indique algo en este sentido?
     

    Responder
    • 3.1
      Emilio Silvera
      el 4 de julio del 2017 a las 5:06

      Amigo mío, las mismas preguntas que te haces al final de tus elucubraciones, nos las hemos hecho muchos junto a otras que, tampoco hemos sabido contestar. Lo único cierto es que, nuestra especie, a trompicones por este mundo, a base de equivocarse una y otra vez, ha hecho un camino largo y no exento de peligros que, ha desembocado en lo que hoy tenemos: Aceptable conocimiento de las distintas disciplinas científicas desde la Astronomía a la genética pasando por la biología, la Química y, no debemos olvidad las raíces del árbol del saber… ¡Las Matemáticas!

      Tenemos una idea aproximada de lo que pudo pasar aquí para que “naciera” el Universo que nos acoge junto al Tiempo y a su hermana la Entropía, y, a partir de ahí a medida que fuímos comprendiendo algunas cosas, hicimos conjeturas sobre las otras muchas que no podíamos entender, teorizamos sobre otras muchas y, de esa manera, hemos venido abriendo nuevos caminos que nos llevan hacia el futuro de otros, ya que, nosotros, estamos confinados en un presente eterno (si entendemos por eternidad todo el tiempo que dure nuestras vidas), nadie nunca podrá vivir en el futuro.

      El dichoso Tiempo no se deja comprender, es misterioso y, nosotros, los pobres mortales lo hemos dividido en trozos que llamamos Pasado, Presente y Futuro para saber, cuando hablamos de él, a qué época nos estamos refiriendo. Lo cierto es que sólo dos de esas partes temporales tienen sentido real, la del Pasado porque está recogida en la Historia y nos cuenta los hechos pasados, y, la presente, porque la estamos viviendo. En cuanto a la otra, la imaginamos de mil maneras diferentes según los datos con los que cada cual pueda contar.

      De los multiversos pienso que están ahí, y, lo que no puedo saber es si algún día, nuestra especie podrá tener acceso a visitarlos. Por otra parte, es muy probable que el nuestro, el Universo que conocemos, sea el producto de una larga historia cíclica, es decir, que pueda surgir una y otra vez de sus propias cenizas ¿quién puede saber eso?

      De lo único que podemos estar seguros es de que, mientras estemos por aquí (me refiero a la especie humana), la curiosidad estará con nosotros y no dejaremos de hacernos preguntas y tratar de contestarlas y, ese camino, esa forma de ser, nos llevará lejos… ¡Si la Naturaleza nos deja en paz!

      ¡Es todo tan complejo!

      Responder
    • 3.2
      nelson
      el 8 de julio del 2017 a las 0:44

      Hola muchachada.
      Hola José.
      Me gusta tu manera de pensar. Incisiva, escudriñadora… Pero hablar de infinitos o eternidades, me temo lleva  a teologizar. Pensar que antes de… tiene que haber algo o que más allá de… tiene que haber otra cosa nos arrastra a un círculo vicioso. Si “más allá” se descubre “otro universo”, pues bien, entonces será una parte ahora desconocida de una unidad mayor: nuestro Universo (“todo lo que hay”). Si antes del Big Bang había “algo”, antes de ese “algo” ¿qué había?… y así Ad æternum.
      Creo que es más lógico revisar nuestras propios conceptos sobre lo que entendemos por universo;  por ejemplo, tratar de encontrar una topografía del espacio-tiempo que resuelva a la vez el problema (humano) de “la flecha” del tiempo y de los límites del Universo.

      Tratando de seguirte, es posible que nuestro Universo desarrolle su consciencia al punto de cambiar las reglas que necesite y lograr detener su propio colapso, resolviendo su supervivencia. Por lo que no requerirá de la “Creación” de un universo a su medida. 
      ¿O llegaremos a ser dioses? Mmmmmmmm…………
       
      Saludos cordiales.

      Responder
      • 3.2.1
        Emilio Silvera
        el 8 de julio del 2017 a las 7:11

        ¿Ser dioses? No creo que la cosa llegue tan lejos. Sin embargo, una cosa tengo clara, si la Naturaleza nos respeta y una gran catástrofe natural, no acaba antes con nosotros (o lo hacemos nosotros mismos -que nada me extrañaría viendo lo melones que podemos llegar a ser algunas veces- intentando jugar a lo que no somos), lo cierto es que, de seguir por un largo período de tiempo por aquí, creo que seremos una especie a tener en cuenta por todo el Universo, ya que, imaginación no nos falta y con tiempo por delante…

        Amigo Nelson razonas bien al pensar en el “antes” y también en el “después” con la interrogación de lo que no sabemos. El Modelo de Universo que hemos creado no es perfecto y son muchas, las preguntas que han quedado sin contestación. Que todo el Universo saliera de un punto de densidad y energías infinitas… ¡Es duro de pelar!

        Sólo podemos, como hace el amigo José y tú mismo, lanzar teorías al viento, es decir, conjeturar aquello que se nos pueda ocurrir y que esté acorde a los pocos conocimientos que tenemos, a partir de ahí, cada cual es libre de suponer lo que mejor le parezca de todo este endiablado conjunto de cosas que llamamos universo, lo que lo contiene todo y que, por el momento, se nos hace inalcanzable.

        Claro que, desde que andamos por aquí, muchos son los secretos que hemos desvelados, y, seguimos descorriendo el velo que oculta muchas cuestiones que antes nos eran insondables y misteriosas. Somos una especie curiosa, tozuda y tenaz en nuestros empeños y, con el paso del Tiempo… ¿Quién sabe?

        Claro que dioses no creo pero, señores del Espacio… ¡Podría ser posible!

        Hay que seguir haciéndose preguntas y tratando de contestarlas.

        Un abrazo amigo.

        Responder
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