Ago
12
¡Universos paralelos! Pero, ¿los habrá?
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Universos paralelos ~
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Hablando de universos paralelos, Douglas Adams nos dice:
“Lo primero que hay que comoprender sobre los universos paralelos… es que no son paralelos. Es importante comprender que ni siquiera son, estrictamente hablando, universos, pero es más fácil si uno lo intenta y lo comprende un poco más tarde, después de haber comprendido que todo lo que ha comprendido hasta el momento no es verdadero.”
Claro que nosotros podemos imaginar y plantearnos una serie de escenarios que sean diferentes a éste nuestro, en el que, sólo podemos contemplar un Universo, el nuestro. Tenemos una visión plausible del Universo basada en que hay una sóla forma para las constantes y las leyes de la Naturaleza. Los universos son entidades de una vasta complejidad y no trucos difíciles de hacer, y cuanto más complicado son, más piezas hay que encajar. Además, ¿no tenemos de sobra con el nuestro, al que no hemos llegado a comprender?
La idea de que haya otros universos no es nueva. En los siglos XVIII y XIX se especuló con esa idea como parte del problema de la existencia de otros mundos. Charles Pantin decía: “La aparente unicidad del universo depende básicamente del hecho de que podamos concebir muchas alternativas para él.”

De todas las maneras, estaría bien que algún día lejos aún en el futuro, los científicos pudieran descubrir que sí existe la posibilidad de pasar de un Universo a otro, y a otro, y a otro. De tal manera que, llegado el momento, pudiéramos trasladarnos de casa para evitar, ciertos escenarios desfavorables para nosotros y que, en un Universo relativiamente apacible como lo es el nuestro ahora, estaría la solución de poder hacer la mudanza.
Claro que nuestras excursiones por los nuevos senderos que han abierto los intentos de entender y aplicar los valores de las constantes universales plantean muchas grandes preguntas sobre la Naturaleza de las cosas. Hemos comprobado que los cosmólogos contemplan activamente la Naturaleza de “otros mundos” en los que las constantes de la naturaleza toman otros valores diferentes que en el nuestro. Parece que cambios muy pequeños en muchas de nuestras constantes harían la vida imposible. esto plantea la cuestión más profunda de si estos “otros mundos” -universos- existen en algún sentido y, si es así, qué los hace diferentes del universo que nosotros vemos y conocemos.

También ofrece una alternativa al viejo argumento de que el aparente buen ajuste del mundo para ue posea todas aquellas propiedades requeridas para la vida es prueba de alguna forma de diseño espcial. Pues si existen todas las alternativas posibles, debemos encontrarnos necesariemente habitando en una de las que permiten la vida. U podríamos ir aún más lejos y aventurar la conjetura de que podríamos esperar encontrarnos en el tipo más probable de universo que sustenta vida. La primera persona que parece haber expresado este enfoque de los muchos universos, fue el biólogo Charles Pantin, quien trató de encontrar un contexto más atractivo para reflexionar sobre propiedades especiales de la estructura, constantes y leyes del universo introduciendo la idea de un conjunto de muchos “mundos” -universos-, cada uno de ellos con una serie diferenciada de propiedades físicas.

Si pudiéramos saber que nuestro propio Uiverso era sólo uno entre un número indefinido con propiedades cambiantes quizá podríamos invocar una solución análoga al principio de selección natural; que sólo en ciertos universos, entre los que se incluye el nuestro, se dan las circunstancias especiales para la existencia de la vida, y al menos que se satisfaga esta condición, no habrá observadores para advertir tal hecho.
Claro que, concebir siquiera tal multiverso de todos los universos posibles es que hay muchas cosas qu podrían ser diferentes. De nuestro estudio de las matemáticas sabemos que existen lógicas diferentes a la que utilizamos en la práctica, en la que los enunciados son o verdaderos o falsos. Análogamente, hay diferentes estructuras matemáticas; diferentes leyes de la Naturaleza posibles; diferentes valores para las constantes de la naturaleza; diferentes números para los valores de espacio y de tiempo; diferentes condiciones de partida para el universo; y diferentes resultados aleatorios para secuencias complejas de suscesos. Frente a ello, la colección de todos los mundos posibles tendría que incluir, como mínimo, todas las permutaciones y combinaciones posibles de estas diferentes cosas. Obtener una comprensiòn de tal galimatías es pedir demasiado.

Ya nos podemos hacer una idea de lo que podría suceder si realmente existieran esos otros universos posibles, en los que unos tendrían más dimensiones que el nuestro, la Gravedad sería diferente, la fuerza electromagnética tendría otros parámetros o escalas, y, la radiación a la que lleva la fuerza nuclear débil podría ser más fuerte y devastadora, mientras que, la fuerzxa nuclear fuerte, sería diferente y, la materia que conformaría tendría propiedades desconocidas en nuestro universo. Claro que, no podemos saber si realmente esos universos serían posibles y, siendo asó (que lo es), la pregunta es: ¿hay realmente universos alternativos permitidos o, en realidad son tan posibles como la existencia de círculos cuadrados?
No me extrañaría que cuando la Teoría de Todo sea un hecho, nos muestre también que es muy restrictiva cuando se trate de dar “permiso” para la existencia de esos universos “paralelos” que nuestras mentes soñaron como consecuencia de una ignorancia que sólo se puede permitir, ciertas licencias, por medio de la imaginación infinita en la que, la ciencia, no puede poner barreras.

Como no sabemos, como la ignorancia nos lleva a la especulación y a la conjetura, pensamos y pintamos esos universos paralelos de mil maneras distintas y, en cada uno de ellos, podríamos encontrar un “mundo” diferente. En unos, como en el nuestro estará presente la vida, en otros, por no haberse producido expansión alguna, todas las galaxias conformarán una sólo y enorme galaxia universal que será la portadora de las estrellas y los mundos, otros universos habrán nacido muertos, y, también los habrá en los que, al ser diferentes las fuerzas, no reunirán las condiciones para que, ninguna clase de vida pueda estar allí presente. Otros muchos también, aunque estarán allí formando parte del Multiverso, no podrán ni consioderar universo al ser sistemas cerrados estáticos, en los que, ni la materia ni la energía tienen actividad para formar estrellas, galaxias y mundos…¿Para qué serviría un universo así?

¡Qué nos gusta imaginar! En realidad tenemos una Imaginación creadora, lo que no es posible hacer de manera física, hasta que lo podamos concebir, antes, lo hemos hecho una y otra vez xon nuestra imaginación y, de ahí, surgen las ideas quen nos llevan a plasmar en hechos lo imaginado. ¡No sería la primera vez que tal cosa ocurre!.
Estas pequeñas fantasías muestran de qué forma es concebible que el comportamiento que podríamos estimar consciente pudiera emerger de una simulación por ordenador. Pero si preguntamos dónde está “este” compartamiento consciente parce que nos vemos empujados a decir que vive en el programa. Es parte del software que se está ejecutando en la máquina y que consiste en una colección de deducciones muy complejas (“teoremas”) que se siguen de las reglas de partida que definen la lógica de la programación. esta vida “existe” en el formalismo matemático.
Estos ejemplos tratan de captar unos aspectos de la Naturaleza que están reflejados, de manera perfecta, en un programa de ordenador, que es, actualmente, la única manera que tenemos de poder reproducir lo que podría ser. Físicamente estamos imposibilitados para comprobar dicha existencia y, hacemos un buen modelo de lo que debería ser un multiverso, insertamos dentro del programa todos y cada uno de los ingredientes necesarios y, cuando podemos contemplar en la pantalla los resultados definitivos ya refinados, la sensación que podemos percibir, si el programa es bueno y está bien diseñado, es que estamos visitando un auténtico multiverso, la reunicón de muchos mundos que podrían ser y, cada cual, con sus características propias.
Claro que, si todo es tan subjetivo como algunos creen que es, podríamos estar en un universo que no es un universo sino una simple idea fugaz, pero, sales del momentaneo desvarío cuando en la vida cotidiana, sientes la sacudida muy real, al tener que dar la entrada de una casa para vivir, es en ese momento, y, en una prosaica situación, cuando te das cuenta de que hay una realidad que no resulta tan bella como todas aquellas otras que nos transportan a esos mundos soñados que están alumbrados por brillantes y azuladas estrellas. El “universo” de la vida cotidiana…¡Es otra cosa!
emilio silvera
Ago
12
La Evolución, la Mente, la Consciencia.
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El hombre en el Universo, La Mente - Filosofía ~
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En los trabajos anteriores hemos hablado del “universo de lo muy pequeño y del “universo” de lo muy grande. ¿De qué podemos hablar ahora? Partículas elementales y galaxias, tanto las unas como las otras tienen sus propias reglas que se cumplen como ordenan las fuerzas fundamentales de la naturaleza pero, ¿qué pasa con nosotros? ¿qué pintamos en todo esto? Aunque lo que sigue ha pasado ya por aquí, creo adecuado ponerlo de nuevo, su interés es indudable y, es un magnifico contrapunto para los dos trabajos referidos.
Una Galaxia es simplemente una parte pequeña del Universo, nuestro planeta es, una mínima fracción infinitesimal de esa Galaxia, y, nosotros mismos, podríamos ser comparados (en relación a la inmensidad del cosmos) con una colonia de bacterias pensantes e inteligentes. Sin embargo, toda forma parte de lo mismo y, aunque pueda dar la sensación engañosa de una cierta autonomía, en realidad todo está interconectado y el funcionamiento de una cosa incide directamente en las otras. Hace unos días pasó por las cercanías de la Tierra un gran objeto cosmológico que, de caer sobre nosotros, habría cambiado nuestro futuro. Así que, estamos supeditados a fuerzas superiores y, nuestro devenir, depende de ellas, de lo que pueda pasar en cada momento y según determine la dinámica del Universo al que pertenecemos.
![[070905asteroidearth02jn6.jpg]](http://2.bp.blogspot.com/_IP-xhn2P2rQ/SZTdrSxO0pI/AAAAAAAAAt8/VU0sYoygMSo/s1600/070905asteroidearth02jn6.jpg)
Menos mal que no se quedó con nosotros y pasó de largo pero, ¿Y dentro de cien años?
Ago
12
Si la Tierra se enfada, nosotros a temblar.
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Catástrofes Naturales ~
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Ago
11
¡Los pensamientos! ¿Quién los sujeta?
por Emilio Silvera ~
Clasificado en ¡Los pensamientos! ¿quién los sujeta? ~
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Nuestra atmósfera tiene una composición en volumen de 78% de nitrógeno, un 21% de oxígeno y un 0’9% de argón, además de dióxido de carbono, hidrógeno y otros gases como vapor de agua. La distancia que nos separa del Sol, unos 150 millones de kilómetros (una Unidad Astronómica), hace que la distancia sea la ideal para que la temperatura permita la vida en el planeta. De la enorme importancia que el agua tiene para la vida casi no es necesario mencionarlo aquí, sin agua no estaríamos.
Pues muy bien, todo eso está previsto que se acabe en unos 4.500 millones de años. Cuando nuestro Sol, estrella mediana amarilla del tipo G2V, con un diámetro de 1.392.530 Km, con una masa de 1,989 x 1030 Kg, y, que consume 4.654.600 toneladas de hidrógeno cada segundo, de las que 4.650.000 las convierte en helio y 4.600 toneladas son expulsadas al espacio exterior en forma de luz y de calor, de lo que una pequeña parte llega a la Tierra y nos permite vivir, que las plantas produzan oxígeno y otros muchos fenómenos que hace de nuestro el que es.
La vida del Sol durará lo que dure su combustible nuclear, el hidrógeno, que la mantiene activa y brillando en la secuencia principal. Su horno nuclear sirve de contrapunto a la fuerza gravitatoria que genera su enorme masa. La fusión nuclear hace que la estrella tienda a expandirse y crea una fuerza que es suficiente para que, la gravedad, no convierta a nuestro Sol en una enana blanca… ¡antes de tiempo!

En la imagen podéis comparar la dimensión del Sol ahora con la que tendrá cuando se convierta en gigante roja. ¿Qué podrán hacer nuestros descendientes? ¿Cómo podrán escapar a situación tan terrible? Nuestro planeta, llegado ese momento final, será literalmente arrasado y los mares y océanos se evaporaran, toda la vida como la conocemos desaparecerá.
En tales circunstancias debemos poner nuestras esperanzas en que sobre todo, sabrémos aprovechar “el tiempo” para ir buscando soluciones que nos permitan (antes de que todo eso pueda llegar), trasladarnos a otros mundos. Si es posible, en otro sistema solar, ya que en el nuestro sin el Sol tendríamos algo de frío.
¡Qué poca gente piensa en éstos graves problemas que tiene planteados, a plazo fijo, nuestra humanidad! Y, por otra parte, la galaxia Andrómeda se nos viene viene encima a velocidad escalofriante, en unos 3.000 millones de años la tendremos aquí. ¿Que eso es mucho Tiempo? Bueno, es posible pero… ¡Más vale prevenir que curar! Como decía mi padre: “Más vale un por si acaso, que un yo creí”
La capacidad humana para aprender, inventar, buscar recursos, y sobre todo, adaptarse a las circunstancias es bastante grande. A lo largo de los últimos milenios ha demostrado que puede desarrollarse y constituir sociedades que apuntan maneras de querer hacer bien las cosas (al menos sobre el papel).

Hemos podido llegar a “tocar” los átomos de la materia
El avance es irreversible, el conocimiento es insaciable, siempre quiere más y empujado continuamente por la curiosidad prosigue su camino incansable para abrir puertas cerradas que tienen las respuestas que necesitamos para seguir avanzando. Siempre estamos experimentando cosas nuevas para saber que pasaría si… Por ejemplo, Si calentamos gases de oxígeno e hidrógeno por encima de 3.000° K hasta que se descomponen los átomos de hidrógeno y oxígeno, los electrones se separan de los núcleos y tenemos ahora un plasma (un gas ionizado a menudo llamado el cuarto estado de la materia -como se menciona en otro trabajo que se presenta hoy-, después de los gases, líquidos y sólidos). Aunque un plasma no forma parte de la experiencia común, podemos verlo cada vez que miramos al Sol. De hecho, el plasma es el estado más común de la materia en el universo.
Pero, sigamos ahora calentando el plasma hasta 1.000 millones de grados Kelvin, hasta que los núcleos de hidrógeno y oxígeno se descomponen, y tenemos un “gas” de neutrones y protones individuales, similar al interior de una estrella de neutrones.

Si calentamos aun más el gas de nucleones hasta 10.000 millones grados K, estas partículas subatómicas se convertirían irremisiblemente en quarks disociados. Ahora tenemos un gas de quarks y leptones (los electrones y neutrinos). Está claro que, si calentamos este gas de quarks y leptones, aún más, la fuerza electromagnética y electrodébil se unen. Aparecen simetrías antes ausentes y las fuerzas electrodébil y fuerte se unifican y, aparecen las simetrías superiores GUT [SU (5), O (10), o E (6)].

Finalmente, a la fabulosa temperatura de 1032 K, la gravedad se unifica con la fuerza GUT, y aparecen todas las simetrías de la supercuerda decadimensional. Hemos vuelto, con el proceso descrito, a la situación reinante en los primeros instantes del Big Bang, la simetría era total y existía una sola fuerza. Más tarde, el universo recién nacido y en expansión, comenzó a enfriarse, la simetría se rompió para crear las cuatro fuerzas de la naturaleza que hoy nos gobiernan y lo que al principio eran quarks sueltos que formaban un plasma opaco, se juntaron para formar protones y neutrones que unidos, crearon los núcleos que al ser rodeados por los electrones conformaron los átomos que más tarde creó la materia tal como ahora la conocemos, haciendo el universo transparente y apareciendo la luz.
Todo este relato anterior no es gratuito, lo expongo como una muestra de cómo pueden evolucionar las cosas de acuerdo a las condiciones reinantes y a los hechos y circunstancias que concurran. He contado lo que sucedería, por ejemplo, a un poco de agua que se calienta de manera continua. Pasa por todos los procesos de su evolución hacia atrás hasta llegar a lo que fue en origen: quarks y leptones, y, posiblemente, cuerdas vibrantes.
De la misma manera, nuestra civilización, no puede dejar de avanzar en el conocimiento a medida que va pasando el tiempo. Nuestras necesidades (cada vez más exigentes) nos llevan a inventar nuevas tecnologías y a producir artículos de consumo más y más sofisticados que hacen más fácil y cómoda la vida, eliminan las distancias, acercan las conexiones y globaliza el mundo.

Si pudiéramos ver una imagen de Marte dentro de 1.000 años… ¿Qué veríamos?
Ahora se habla de operaciones delicadas que se realizan sin ningún riesgo mediante láseres que están planificados por ordenador para intervenir con precisión milimétrica. Se avanza en lo que denominamos nanotecnología, una maravilla de artilugios microscópicos que permitirá (entre otras muchas cuestiones), colocar un fármaco en el lugar exacto de nuestro organismo, el dañado, evitando así (como ocurre ahora) que partes sanas de nuestro cuerpo soporte fármacos que ingerimos para curar partes dañadas pero que, no podemos evitar que incida de manera generalizada en todas partes. Podemos investigar en computación cuántica (teoría cuántica de la luz) que permitirá la revolución tecnológica de crear y transmitir información y crear ordenadores que permitirán cálculos a velocidades ahora imposibles en ordenadores de plasma (Juan Ignacio Cirac, físico español de 41 años, director del Departamento de teoría del Instituto Max Planck, es el autor y responsable de estos estudios). Se investiga en la energía de fusión que estará lista para cuando en los próximos cincuenta años, cuando sea difícil extraer gas y petróleo, se pueda suministrar la demanda mundial que está en aumento creciente.

¡Si nuestros abuelos levantaran la cabeza!
El que tenga la fortuna de vivir a finales de este siglo XXI y a comienzos del XXII, podrá disfrutar de maravillas ahora impensables. A mediados del siglo XXII, por ejemplo, comenzará a ser utilizado otro medio de transporte que, poco a poco, desbancará al automóvil terrestre que ahora abarrotan las calles y carreteras.
Para desplazarnos por la ciudad, por las calles, tendremos aceras móviles que nos llevaran a cualquier parte. Traslados más rápidos serán cosa de vagones subterráneos o de naves voladores que suplirán a los coches y desterrarán, casi por completo, los accidentes de tráfico que nuestro sistema actual de transporte nos hace padecer.

Poco a poco, todo irá cambiando. También en los desplazamientos largos se verá un cambio radical. Modernas naves súper rápidas nos llevarán de un continente a otro en la décima fracción de tiempo que emplean los actuales medios de transporte. La carrera espacial, en el 2.250, será un hecho tangible y modernas naves tripuladas cruzaran el espacio de nuestro sistema solar visitando las colonias terrestres de Marte, Europa, Titán, Ganímedes o en las minas de Azufre de Io.

Para entonces, modernas naves surcarán el espacio exterior camino de estrellas lejanas, ocupadas por sofisticados robots que irán enviando al planeta Tierra datos y fotografías del cosmos que permitirá confeccionar rutas y mapas para próximos viajes tripulados en aeronaves espaciales que utilizaran nuevas técnicas de desplazamiento basada en la curvatura del espaciotiempo que, permitirá por vez primera, vencer, o, ¡mejor burlar! la barrera de la velocidad de la luz…, ¡sin traspasarla! Algo que las leyes del Universo no permiten.
Tendremos colonias en otros planetas y lunas del Sistema solar

La escena de arriba (al menos por el momento), es sólo un sueño. Poder ver humanos en el planeta Marte requiere de muchas cosas que no tenemos, de entre las cuales, la más importante son los conocimientos para plantear un viaje seguro y poder construir allí una verdadera colonia que garantice la seguridad física para los viajeros a aquel inhóspito mundo.
En el pasado existió una intensa actividad volcánica en Marte. Tharsis Montes es la mayor región volcánica, estando Olympus Mons situado en el Noroeste, y la vasta estructura colapsada Alba Patera, en el Norte. Juntas, estas áreas volcánicas constituyen casi el 10% de la superficie del planeta. Hoy no hay volcanes activos en Marte, aunque en el pasado produjeron llanuras de lava que se extendieron cientos de kilómetros. Por otra parte, dicha actividad volcánica del pasado, creó una gran red de galerias subterráneas por las que corría la lava y, en un hipotético viaje al planeta, algunas de ellas podrían ser aprovechadas como habitat más seguro.

Una colonia residente en la Luna o Marte podría obtener oxigeno a partir de la trituración de las rocas y, como las rocas disponen de grandes cantidades de oxígeno, hasta el punto de que significan -más o menos- la mitad de su peso (de hecho, la mitad de la masa de todo el mundo es oxígeno). Claro que, el oxígeno existente en las rocas no se encuentra en condiciones de ser respirado porque se halla estrechamente encadenado a otros elementos que componen las rocas y, tendremos (cuando llegue el momento), que idear un sofisticado sistema para depurar el oxígeno allí presente y hacerlo viable para los seres humanos. No, las cosas no son tan fáciles como quisiéramos que fuesen.

Después de haber obtenido el oxígeno, se puede haber transportado hidrógeno líquido desde la Tierra y combinarlos para obtener agua. La mayoría del peso del agua reside en los átomos de oxígeno que contiene. Por ejemplo, en un kilogramo de agua, los átomos de hidrógeno pesan únicamente doscientos cincuenta gramos. Transportar material desde la Tierra hasta la Luna resulta muy caro y, no digamos hasta Marte -alrededor de unos cien mil dolores el kilogramo de peso-, y teniendo in situ el oxígeno, el agua sería mucho más acequible hasta que, se pudiera extraer de la que hay en el mismo planeta que, por cierto, hay mucha en el subsuelo según todos los indicios.

Para cuando todo eso llegue, la misma Tierra será una desconocida si la comparamos con la “Tierra” de hoy. El futuro que nos espera será muy distinto al presente que ahora podemos vivir, y, la vida cotidiana en las Sociedades venidaderas, serán también distintas debidos a los cambios que se avecinan en campos de la Ciencia como la física y la tecnología, computación, materiales y, sobre todo, nuevas fuentes de energía que todo lo cambiaran.
Por primera vez se aspira a que un reactor de fusión produzca energía
Este proceso puede liberar enormes cantidades de energía sin dejar residuos nosivcs. Sin embargo el proceso no es tan simple, requiere de una enorme energía de activación a una temperatura del orden de los millones de grados. Conseguir esta energía nos presenta otra dificultad: la estructura material de un reactor puede fundirse a tan elevada temperatura. Sin embargo… ¡Todo llegará!
Dentro de unos cuarenta años estaremos en el camino correcto, la energía de fusión será una realidad que estará en plena expansión de un comenzar floreciente. Sin residuos peligrosos como las radiaciones de la fisión nuclear, la fusión, nos dará energía limpia y barata en base a una materia prima muy abundante en el planeta Tierra, el hidrógeno que contienen los mares y ocèanos del planeta.


El futuro será, seguramente, mucho más de lo que ahora podemos imaginar, toda vez que, a medida que vamos haciendo nuevos descubrimientos, nuestras mentes evolucionan y alcanzan nuevos niveles del saber que, al descubrir los secretos de la naturaleza y de cómo funciona el Universo, podemos, plasmar en realidad todo aquello que podamos imaginar y más. ¿El límite? ¡No, no hay límites!
Mira que si algún día los robots pudieran pensar como nosotros
A mí, particularmente, me da mucho miedo un futuro en el que las máquinas sean imprescindibles. En este mismo momento ya casi lo son. ¿Qué haríamos sin ordenadores que mediante sus programas dirigen fábricas, llevan todo el movimiento de las Bolsas del mundo y de los bancos, dirigen los satélites del espacio, llevan a cabo complicadas operaciones quirúrgicas y montan y ensamblan elaborados mecanismos industriales? El mundo quedaría paralizado. Ese fenómeno que llamamos Internet, está presente en todas partes y nos ha creado una dependencia que… ¡Ya veremos!
Las máquinas del futuro nos pueden superar. Hemos comenzado a inventar robots que, cada vez son más sofisticados y tienen más prestaciones y, de seguir por ese camino, de no poner unas reglas claras, precisas u rígidas sobre el límite…las cosas podrían salir mal.
Una de las condiciones esenciales que debe tener una máquina-robot para ser considerada como tal es la posibilidad de ser programada para hacer tareas diversas según las necesidades y la acción que de ellos se requieran en cada situación. Y, si llegan a poseer la potestad de pensar por sí mismas, de repentizar soluciones no programadas, de sentir y ser conscientes…¡malo!
Los Androides del futuro. ¿Tendrán autonomía de pensamiento?
La ciencia robótica, basándose en avanzados principios de la electrónica y la mecánica, busca en la constitución y modo de funcionamiento del cuerpo y del cerebro humano los fundamentos con los que diseñar androides de posibilidades físicas e intelectivas semejantes a los del ser humano.
Nada de esto es ciencia ficción; es lo que hoy mismo ocurre en el campo de la robótica. Aún no podemos hablar de robots con cerebros positrónicos capaces de pensar por sí mismos y tomar decisiones que no le han sido implantados expresamente para responder a ciertas situaciones, pero todo llegará. Ya tienen velocidad, flexibilidad, precisión y número de grados de libertad. ¿Qué hasta donde llegarán? ¡Me da miedo pensar en ello!
Y, a todo esto, ¿no comencé hablando de la atmósfera de la Tierra? ¿Como pude llegar hasta aquí?
¡La Mente! ¡La Imaginación! ¡Las ideas! ¿Quien puede comprender todo eso?
emilio silvera
Ago
11
¡Y conseguimos saber de qué estaban hechas las estrellas!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Universo ~
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En alguna ocasión os he contado:
“El enigma que representaba en la antigüedad de qué estaban hechas las estrellas y otros objetos celestes, se pudo resolver finalmente no mediante el telescopio o la cámara solamente, sino combinando ambos con el espectroscopio, que revelaría de qué están hechas las estrellas y las nebulosas, algo que el filósofo Auguste Comte, todavía en 1844, citaba como ejemplo de un conocimiento que nunca llegaría a tener la mente humana.”

Imágen Messier 4 (NGC 6121)
Augusto Comte, pensador francé que decía:
“La Humanidad nunca llegará a conocer de qué estaban hechas las estrellas. Lo mismo que a él, le ocurrió, muchos años antes y en otro ámbito, al Presidente de la Real Society de Londres, cuando ante una gran audiencia dijo: “Nunca nada más pesado que el aire podrá volar” y, el hombre se llenó de gloria cuando, poco tiempo después, remontó el vuelo el primer avión de los hermanos wright.”
La prudencia, a la vista de las muchas anécdotas que como las anteriores podríamos contar, nos aconseja no negar nada y dar la posibilidad, por increíble que nos parezca, a cualquier acontecimiento futuro que ahora nos parezca imposible y que, con los avances de la Ciencia, mañana podría ser posible.

La figura de arriba representa el espectro de la luz solar (ahí están presentes elementos como el potasio, sodio, rubidio… etc. Pero Wollaston dejó su experimento de lado, y la elevación de la espectroscopia al rango de ciencia exacta quedó para un pobre adolescente enjuto con una tos persistente, que, cuando Wollaston hizo su descubrimiento, estaba en un hospital recuperándose de heridas sufridas en el derrumbe de un taller de óptica donde trabajaba en los suburbios de Munich. Su nombre era Joseph Frunhoufer, y su suerte estaba por mejorar.
Sigamos con la historia de cómo se desarrolló la espestroscopia y cuando comenzó esa aventura allá por el año 1666, cuando Newton observó que la luz blanca del Sol, al pasar un prisma, produce un arcoíris de colores. En 1802, el físico inglés William Wollaston descubrió que si colocaba una fina ranura frente al prisma, aparecían en el espectro una seríe de rayas oscuras paralelas, como las grietas entre las teclas del piano. Sin embargo, pronto dejó de lado aquello y no profundizó en el fenómeno.
Ya os hablé aquí de aquel escuálido muchcho, Joseph von Frunhofer, pobre adolescente enjuto con una tos persistente, que, cuando Wollaston hizo su descubrimiento, estaba en un hospital recuperándose de heridas sufridas en el derrumbe de un taller de óptica donde trabajaba en los suburbios de Munich. El acontecimiento haría que su suerte comenzara a mejorar.

Joseph creció al abrigo de un mentor que le apoyó en todo y se hizo mayor. Fraunhofer tenía instinto para lo esencial, y sus intensas investigaciones sobre las características básicas de diversos tipos de vidrios pronto le hicieron ganarse la fama de ser el primer fabricante de lentes para los mejores telescopios del mundo.
“Vi con el telescopio -escribió- un número casi incontables de rayas verticales fuertes y débiles, más oscuras que el resto de la imagen de color. Algunas parecían totalmente negras.”
Detectó centenares de tales rayas en el espectro del Sol, y halló regularidades idénticas en los espectros de la Luna y los planetas, como era de esperar, pues estos cuerpos brillan por la luz solar que reflejan. Pero cuando dirigía su telescopio a otras estrellas, sus lineas espectrales parecían muy diferentes. La significación de esa diferencia era un misterio.
Esta historia ya os la conté el pasado día 3 de este mismo mes de Octubre y, todos sabéis ya que Fraunhofer empezó usando las líneas espectrales como fuentes de luz monocromática para sus experimentos dirigidos a mejorar la corrección cromática de sus lentes, pero pronto se sintió fascinado por la lúneas mismas.

Como Tycho o Copérnico, Fraunhofer también tiene su cráter en la Luna. Fraunhoufer llegó a ser un personaje muy conocido y reconocido pero, su delicada salud acabó con su vida el día 7 de junio de 1826, a los treinta y nueve años, de tuberculosis, dejando como legado las misteriosas lineas de Fraunhofer. En 1849, León Foucault en Paris y W. A. Miller en Londres hallaron lineas brillantes que coincidían con las lineas oscuras de Fraunhofer. Hoy unas y otras son conocidas, respectivamente como lineas de emisión y lineas de absorción, y tienen en la espectroscopia un papel tan importante como la de los fósiles en la geología, pues dan información sobre la temperatura, la composición y los movimientos de las nebulosas gaseosas y las estrellas que, a pesar de sus inmensas lejanías, nos pueden contar de qué están conformadas gracias a las líneas de Fraunhofer.
Gustav Kirchhoff Robert Bunsen
En los años comprendidos entre 1855 y 1863, los dísicos Gustav Kirchhoff y Robert Bunsen (el inventor del mechero Bunsen) demostraron que los diversos elementos químicos producen las distintas series de líneas de Fraunhofer. Una noche vieron, desde la ventana de su laboratorio en Heidelberg, un incendio que hacía estragos en la ciudad portuaria de Mannheim, a dieciseis cilómetros al oeste.

Usando su espestroscopio, detectaron las reveladoras líneas del bario y del estroncio en las llamas. Esto hizo preguntarse a Bunsen si podrían detectar elementos químicos en el espectro del Sol. “Pero -añadió- la gente pensaría que estamos locos en pensar tal cosa.” Sin embargo, Kirchhoff era lo bastante loco como para intentarlo, y en 1861 había identificado sodio, calcio, magnesio, hierro, cromo, niquel, bario, cobre y cinc en el Sol. Se había hallado un nexo entre la física de la Tierra y la de las estrellas, y se abrió un camino hacia las nuevas ciencias de la espectroscopia y la astrofísica.
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Willian Huggins
En Londresm un rico astrónomo aficionado llamado William Huggins se enteró del hallazgo de Kirchhoff y Bunsen de que las líneas de Frunhofer eran generadas por elementos químicos conocidos del Sol, y comprendió de inmediato que sus métodos podían ser aplicados a las estrellas y las Nebulosas.
“Esta noticia es para mí como el descubrimiento de un manantial en una tierra seca y agostada”
Eso escribió Huggins t, de inmediato, adaptó un espectroscopio al telescopio Clark de su laboratorio privado, en Upper Tulse Hill, Londres. Estudiando cuidadosamente cada espectro hasta que pudo dar sentido a sus numerosas líneas superpuestas, logró identificar hierro, sodio, calcio, magnesio y bismuto en los espectros de las estrellas brillantes Aldebarán y Betelgeuse. Fue la primera prueba concluyente de quen otras estrellas están compuestas de las mismas sustancias que encontramos en todo el Sistema Solar.
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Así, sabemos que los materiales y sustancias de las estrellas del cielo, son las mismas que conforman nuestro Sistema Solar que, al fin y al cabo, nació de una Nube estelar Nebulosa de la que también, nacieron las estrellas que nos rodean y,. siendo así, era lógico pensar que todo, estaba hecho de la misma cosa como se vino a confirmar.

Con creciente excitación, Huggins dirigió su telescopio hacia una Nebulosa. Su diario del año 1864 registra la sensación “de excitada incertidumbre, mezclada con algún temor, con que, después de unos momentos de vacilación, puese mis ojos en el espectroscopio. ¿No estaba por descubrir un lugar secreto de la Creación?. No se decepcionó:
Miré en el espestroscopio. ¡No había ningún espectro como el que yo esperaba! ¡Sólo una única línea brillante!… El enigma de las Nebulosas estaba resuelto. La respuesta, que no había llegado en la luz misma, decía: no hay una agrupación de estrellas, sino un gas luminoso. Las estrellas como nuestro nuestro Sol y como las estrellas más brillantes darían un espectro diferente; la luz de esa Nebulosa había sido emitida por un gas luminoso.
Puesto que esa primera Nebulosa que observó Huggins era gaeosa, llegó a la errónea conclusión de que todas las nebulosas, incluídas las elípticas y las espirales, eran gaseosas y nunguna estaba compuesta por estrellas.

Esta es una de las Nebulosas que más me gustan, en ella están represerntadas todas las cosas que en ellas están presentes. Polvo y Gas, estrellas nuevas que radiantes en el ultravioleta ionizan el material circunsdante y, las fuerzas que con todo eso interaccionan para que todo cambie y se transforme. Ahí ya están las moléculas de la vida.
Pero la vida pocas veces es simple, y las pruebas engañosas a favor de la hipótesis nebular continuaron acumulándose. Se hizo el mapa de las posiciones de cientos de nebulosas espirales y se halló que eran más numerosas en las partes del cielo que están muy distantes de la Vía Láctea, que “evitaban” a la Vía Láctea, en la jerga astronómica. El efecto de evitación parecía indicar que las nebulosas espirales estaban asociadas a nuestra galaxia. (En realidad, la evitación resulta del hecho de que las nubes oscuras que hay en eplano de nuestra galaxia oscurecen nuestra visión de las otras galaxias, de modo que vemos generalmente las que están lejos del plano galáctico.) La hiopótesis nebular también se fortaleció en el campo teórico, cuando el astrofísico James Jeans demostró, con considerable rigor matemático, que una nube de gas que se contrae tiende a adptar la forma de un disco, muy similar al de la nebulosa espiral. Jeans hasta logró que su modelo generase brazos espirales como los que se ven en las astrofotografías.

Las galaxias lejanas que antes se tomaban por Nebulosas
En ese momento, la hipótesis nebular tenía tánto éxito que se apoderó de los astrónomos un síndrome de conformismo con la corriente de moda y, extrapolando todo aquello en el tiempo, ahora pasa lo mismo con la dichosa “materia oscura” que, veremos si no termina todo como aquella historia de las Nebulosas que, finalmente resultaron ser las galaxias.

Han llegado a decir (sin fundamento alguno) que ahñi arriba, en la imagen, están juntas la materia bariónica y la llamada oscura y la muestran en distitntos colores. La realidad es que, estamos tan lejos de saber si en realidad existe algo como la materia oscura como de si podremos, dentro de algunos años, acceder a la energía de Pklanck para poder llegar hasta las cuerdas vibrantes.
¡Menos mal!, amigos míos, que la Ciencia tiene un mecanismo autocorrector, y a principios del siglo había comenzado a afirmarse. Las primeras grietas en la fachada de la hipótesis nebular aparecieron en el campo teórico, cuando se descubrió un efecto fatal en la teoría de Jeans de cómo se había condensado el sistema solar. De ser correctas la hipótesis, calcularon los matemáticos, el Sol debía haber conservado la mayor parte del momento angular del sistema solar y rotar muy rápidamente; en cambio, el “día” solar dura veintiseis lentos días en el ecuador del Sol, y los planetas tienen el 98 por 100 del momento angular del Sistema Solar. Los datos de observación también empezaron a volverse contra la hipótesis nebular. Huggins obtuvo un espectro de la Nebulosa de Andrómeda en 1888, pero la ahlló difícil de interpretar. Nueve años más tarde, Julius Schteiner publicó en Alemania un espectro de la Nebulosa de Andrómeda, y señaló que el espectro no era gaseoso sino estelar. indudablemente, al menos algunas nebuliosas espirales estaban constituidas por estrellas.

Aquello sería el principio del fin para que las galaxias se pudieran confundir con Nebulosas y, tal descubrimiento de enorme importancia, se lo debemos a Fraunhofer, aquel muchacho que un día, nos habló de las lineas espectrales que delatan las distancias sustancias y elementos del que están hechas las estrellas y los mundos. Espero que, de la misma manera, podamos seguir avanzando para poder rechazar algunas teorías actuales que nos llevan a una gran confusión hablñándonos de una clase de materia inexistente y de cuya existencia real nadie ha podido dar ni un sólo dato hasta el momento y, sin embargo, está ocupando una gran parte del tiempo de físicos y astronómos que, al no saber, continúan curiosos investigando sobre la certeza de ese exceso de materia que “dicen” tiene el Universo pero quen no podemos ver.

No, no trato de decir que para creer en la existencia de algo lo tengamos que tocar ineludiblemente pero, en Ciencia, amigos míos, para aseverar una cosa, para aseguar algo con rotundidad, no podemos apouarnos sólo en la intuición o en la teoría, la ciencia exige algo más: Lo que no está comprobado…¡No existe! Y, desde luego, así debe ser para evitar confusiones que nos atrasen decenas de años ene l camino del saber sobre los misterios de la Naturaleza.
emilio silvera
















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