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¿De donde venimos? ¿Qué hacemos aquí? ¿Hacia donde vamos?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Divagando    ~    Comentarios Comments (12)

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¿Y si el sentido de nuestra existencia como especie fuera diseminar la vida por eel Universo?

 

AECC – Asociación Española de Comunicación Científica

En este lugar puedo leer:

 

“Hace casi dos años, en julio de 2015, se presentaba en Londres una iniciativa, – denominada Breakthrough Initiatives -, para facilitar la búsqueda de vida inteligente en el Universo. Y no es un proyecto cualquiera por varias razones; entre las personas que lo apoyan está Stephen Hawking y, en segundo lugar, se financia con 100 millones de dólares. Pero hay más. Y es que se ponen otros 100 millones de dólares para fomentar otra idea,  – denominada Breakthrough Starshot, con el fin de investigar y sentar las bases de una nueva tecnología que permita alcanzar el 20 % de la velocidad de la luz con naves no tripuladas muy pequeñas. El objetivo sería poder realizar el viaje hasta Próxima Centauri tardando “solo” veinte años desde el lanzamiento.  ¿Por qué Próxima Centauri? Porque, aparte de ser una de las estrellas más cercanas a nosotros, – exceptuando lógicamente al Sol -, tiene un exoplaneta (Próxima Centauri b) recientemente descubierto dentro de la zona habitable y, por lo tanto, tiene muchas probabilidades de que pueda albergar algún tipo de vida. La tecnología que se pretende desarrollar para poder alcanzar esta ambiciosa meta consiste en construir “nano-naves”, es decir, naves espaciales de escala nanométrica, muy ligeras, que además serían aceleradas por un rayo láser desde la Tierra, hasta alcanzar una velocidad cercana a los 160 millones de kilómetros por hora.”

 

 

Imagen creada por un artista del planeta Próxima B que orbita en Próxima Centauri, la estrella más cercana a nuestro Sol. Credit M. Kornmesser/European Southern Observatory

Read in English

 

Otro planeta “Tierra” podría estar orbitando alrededor de la estrella más cercana a nuestro sol.

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Sabíamos que, en el peor de los casos, nuestro vecino estelar más cercano estaría compuesto por un sistema doble (el formado por las estrellas Alfa Centauri A y B) y una estrella pasajera, pero ahora tenemos la confirmación de que Proxima Centauri, que está a 4,24 años-luz de distancia de la Tierra gira alrededor de sus compañeras. Como seguramente sepas, hemos hablado mucho de ellos recientemente, por el descubrimiento de Proxima b, el exoplaneta más cercano al Sistema Solar y que podría tener agua líquida en su superficie.

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Un poco más lejos, a 4,37 años-luz, tenemos a las dos estrellas principales. Alfa Centauri A y B orbitan mutuamente en un período de 80 años. Son muy fáciles de observar desde el hemisferio sur, porque su brillo las convierte en la tercera estrella más brillante del firmamento nocturno. En contraste, Proxima Centauri es tan tenue que sólo puede ser observada con un telescopio, quizá por eso no sea sorprendente saber que se descubrió en 1915.

Siempre habíamos sospechado que las tres estrellas formaban parte de un mismo sistema, pero hasta ahora no había sido posible demostrarlo. La teoría es bastante sencilla. Si Proxima Centauri está ligada a Alfa Centauri A y B, entonces debería moverse a través del espacio con una velocidad muy parecida, o de otra manera, esa diminuta enana roja terminaría escapando de su influencia gravitacional. La estrella está a 13.000 veces la distancia que separa el Sol de la Tierra.

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Los últimos cálculos efectuados por los científicos para realizar un viaje a Alpha Centauri con las navez actuales que alcanzan velocidades de unos 50/60.000 Km/h., tardaríamos 30.000 años en llegar. Sin embargo, esa realidad no impide que sigan soñando con ir a esos lejanos lugares como si en realidad pudieran.

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                         Falta mucho para que esta imagen sea una realidad

Los astrónomos anunciaron recientemente que habían detectado un planeta que orbita Próxima Centauri, la vecina más cercana de nuestro sistema solar. Curiosamente, el planeta se encuentra en la Zona Ricitos de Oro, donde puede que no exista ni tanto calor ni tanto frío. Eso significa que podría existir agua líquida en la superficie, lo que aumenta las posibilidades de que haya vida.

Aunque varias observaciones en los años recientes, en especial las hechas por la misión Kepler de la NASA para encontrar planetas, han descubierto muchos planetas del tamaño de la Tierra en la galaxia, esto es particularmente prometedor porque podría ser que dentro de varias décadas, sea posible llegar hasta ese planeta. Está a 4,2 años luz de distancia, lo que en términos cósmicos es muy cerca.

Resultado de imagen de De donde venimos, que hacemos aquí, hacia donde vamos

 

 

A todo esto, tenemos que admitir que nos apoyamos en una base poco sólida para pretender viajar a las estrellas. Miramos el Universo y, de pensamiento, nos trasladamos hasta las galaxias lejanas. Buscamos y pensamos en la manera de poder alcanzarlas pero… ¡Son inalcanzables para nosotros!

Mientras tanto, nos seguimos preguntando: ¿De donde venimos? ¿Qué hacemos aquí? ¿Hacia donde vamos?

Me gustaría que de los 10.000/15.000 visitas diarias que pasan por aquí, algunos dejaran aquí su parecer sobre la trascendental pregunta, de manera tal que lo podamos discutir y comentar hasta donde nuestros limitados conocimientos nos lo permitan.

emilio silvera

 

 

  1. 1
    José Antonio Lucio
    el 3 de enero del 2019 a las 18:33

    Sr. Emilio Silvera.-
    Desde hace tiempo, sigo con gusto sus publicaciones. Modestamente sueño con el universo,  sus grandezas y el misterioso ser humano capaz de vislumbrar y ser conscientes de  tantas maravillas. Desde nuestro diminuto cerebro somos capaces de volar por el inmenso Universo. Indudablemente nuestro cerebro está mas adelantado que nuestra ciencia, pero yo estoy convencido de que el ser humano conseguirá poner a la ciencia a su misma altura. Lo que ahora somos capaces de imaginar, lo conseguiremos.
    Mi motivo de contacto es otro: Varias veces he intentado extraer o copiar, con fines divulgativos complementarios, texto o contenido de sus publicaciones. Pero sus formatos no lo permiten. ¿Por qué? ¿No es bueno que entre todos divulguemos los conocimientos?
    Muy agradecido.

    Responder
    • 1.1
      Emilio Silvera
      el 4 de enero del 2019 a las 5:27

      ¡Hola, José Antonio Lucio!

      Comprendo lo que me dice y, a veces, me gustaría que personas como usted pudieran disponer de manera fácil de los textos y trabajos que aquí se publican. El hecho que me aconsejó que dichos trabajos estuvieran registrados bajo la Ley de Propiedad Intelectual fue que un “buen señor”, puso en marcha su propio blog en el que, cada día, se limitaba a copiar, íntegramente mis trabajos, y, lo peor del caso es que tenía bastante publicidad pero, ahí no quedan las cosas, ya que, éstos trabajos son reproducidos por bastantes blogs, por ejemplo una muestra: (Aida. La Inmensidad del Universo y, la “pequeñez” de los seres .).. pero todos ponen mi nombre como autor, con lo cual, no me importa que lo hagan, aquel “buen señor”, reproducía los trabajos, ganaba dinero con la publicidad y además borraba mi nombre. La cosa terminó cuando el Juez le cerró el blog.

      De todas las maneras nada impide que se copie el trabajo o parte del mismo aunque el sistema de más trabajo.

      Leyendo su comentario veo que compartimos los mismos pensamientos.

      Un cordial saludo.

      Responder
  2. 2
    FRANCISCO PONCE MORENO
    el 4 de enero del 2019 a las 18:44

    Bueno, yo creo saber de dónde venimos: de una bacteria que fagocitó a otra y, viviendo en simbiosis, dieron lugar a una célula eucariota. El resto es historia, una improbable pero real.
    En cuanto a qué hacemos aquí lo tengo más seguro: en mi caso escribir este comentario y tomar un brandy español, y mucho español.
    El busilis está más bien en saber hacia dónde vamos. Obviamente cada uno a donde quiera, le dejen o pueda. Pero si hablamos del ser humano considero que es una pretensión vana intentar viajar a otros mundos, a no ser que estén en nuestro maltratado planeta. Entiendo perfectamente cuál es la pulsión que nos genera la curiosidad, que ha sido siempre una característica positiva de la Humanidad y que hace que estemos pensando siempre en ir más allá. Sin embargo, yo emplearía la mayoría de los recursos durante los próximos milenios en revertir el cambio climático, acabar con la desigualdad de oportunidades y en hacer verdaderamente habitable este planeta. Entonces tal vez tendríamos menos interés en emprender aventuras muy caras y de resultado incierto. Sé que se argüirá que si siempre se hubiera sido cicatero y conservador no estaríamos donde estamos. pero eso no quita, a mi entender, que intentemos seguir mejorando de verdad aquí en la Tierra y dejarnos de veleidades, al menos hasta que hayamos conseguido un bienestar general aceptable. Después ya habrá lugar a incordiar a cualquier ser extraño que pueda poblar algún planeta por ahí perdido. Lo de las nano-naves, que supone un intento poco invasivo, podría ser útil bajo el punto de vista de la investigación científica, pero en ningún caso como un medio para habilitar posteriormente el envío de seres humanos, ¿a dónde?, ¿para qué?, ¿a qué coste?.

    Responder
    • 2.1
      emilio silvera
      el 5 de enero del 2019 a las 6:02

      Todo eso está muy bien. Sin embargo, reconociendo que nunca hemos sido buenos administradores del planeta, tengo que decir que dedicar el esfuerzo a todo eso que dices (aunque es muy loable y, posiblemente, cambiaría las cosas en el presente, se dejaría de avanzar en otros aspectos muy convenientes para la conservación de la especie), estaríamos cerrando los ojos a otros problemas que vienen de camino y que llegarán en el futuro lejano.

      Se habla mucho de la contaminación y del medio ambiente pero, nadie caer en la cuenta de que la causa mayor de dicha contaminación no está en la actividad humana (aunque parte sí), sino que está en el Sol que incide en mucho de lo que está pasando en el ambiente y la atmósfera del planeta.

      Esa igualdad y el bienestar para todos lo vengo pregonando aquí desde hace años. Sin embargo no es cosa de que para conseguirlo dejemos de lado la investigación y el desarrollo de proyectos que el día de mañana salvaran a la Humanidad. Todos esos proyectos de viajes espaciales, aceleradores de partículas y otros muchos, en realidad, han traído a la vida cotidiana de las personas adelantos que, de otra manera no existirían, tanto en la vida doméstica, en el ámbito de trabajo, en la medicina y cura de enfermedades, y, hasta Internet se debe a todas estas investigaciones, es decir, estamos en el futuro gracias a todos esos proyectos, sin ellos, seguiríamos como estaban nuestros abuelos.

      El solucionar esos grandes problemas que mencionas no es cosa de dejar de lado ninguno de esos proyectos de investigación, el problema real está en la desigualdad del mundo (unos lo tienen todo y otros nada), un reparto equitativo de las riquezas solucionaría esa humillante desigualdad.

      Hay que continuar enviando ingenios al Sol, a los planetas, construyendo Telescopio que nos digan cómo es el Universo, máquinas que nos enseñen las entrañas de la materia para saber de qué están hechas las cosas y nosotros…

      Frenar el avance de la Humanidad para obtener un bien pasajero a cambio de quedarnos estacionados en el pasadp… ¡NO sería lo adecuado para el futuro de la Humanidad!

      Responder
  3. 3
    emilio silvera
    el 5 de enero del 2019 a las 6:07

    Por otra parte, no podemos olvidad que todo tiene un principio y un final, que la vida del Sol no es eterna, y, cuando llegue el cambio y se convierta en gigante roja primera y enana blanca después… ¿Qué haremos? Para cuando eso llegue, mucho antes la humanidad habrá tenido que buscar otros mundos donde instalarse y, para esa empresa descomunal, se necesitan muchos conocimientos y tecnología que todavía no tenemos, y, el Tiempo camina inexerable y no espera por nadie ni por nada. O estamos preparado o… ¡Todos al garete!

    Claro que, si para entonces seguimos por aquí y no somos nosotros mismos los que nos buscamos la extinción que, nos puede llegar de la manera que menos pensamos pero, al menos intentemos que eso no ocurra.

    Responder
  4. 4
    nelson
    el 5 de enero del 2019 a las 16:48

    Hola muchachada.

    Aunque han pasado más de treinta años y el mundo mientras tanto ha cambiado drásticamente en múltiples sentidos, algunos temas como algunos de los últimos comentarios, se han incrementado y multiplicado peligrosamente.

    Por parecerme vigente, pues no solo el riesgo nuclear no ha desaparecido sino que otras sombras ominosas se ciernen sobre nuestra especie , me atrevo a transcribir el discurso pronunciado el 6 de agosto de 1986, en el aniversario 41 del crimen de Hiroshima, por Gabriel García Márquez, en ocasión de la Conferencia de Ixtapa, México, convocada por el Grupo de los Seis contra la carrera armamentística y que reunió al “… presidente de México, Miguel de la Madrid; el de Argentina, Raúl Alfonsín; los jefes de Gobierno de Grecia, Andreas Papandreu; de Suecia, Ingvar Carlsson, y de la India, Rajiv Gandhi, y el ex presidente de Tanzania Julius Nyerere. Esta reunión es una continuación del proceso iniciado el 22 de mayo de 1984 en Nueva Delhi (India). Quizá como un símbolo del mundo convulsionado en que se mueven estos dirigentes, podría servir el detalle que del grupo de firmantes de Nueva Delhi no estarán presentes en Ixtapa dos de ellos, la india Indira Gandhi y el sueco Olof Palme. Ambos han muerto asesinados“. (El País de Madrid)

    El cataclismo de Damocles.

    Un minuto después de la última explosión, más de la mitad de los seres humanos habrá muerto, el polvo y el humo de los continentes en llamas derrotarán a la luz solar, y las tinieblas absolutas volverán a reinar en el mundo. Un invierno de lluvias anaranjadas y huracanes helados invertirá el tiempo de los océanos y volteará el curso de los ríos, cuyos peces habrán muerto de sed en las aguas ardientes, y cuyos pájaros no encontrarán el cielo. Las nieves perpetuas cubrirán el desierto del Sahara, la vasta Amazonía desaparecerá de la faz del planeta destruido por el granizo, y la era del rock y de los corazones transplantados estará de regreso a su infancia glacial. Los pocos seres humanos que sobrevivan al primer espanto, y los que hubieran tenido el privilegio de un refugio seguro a las tres de la tarde del lunes aciago de la catástrofe magna, sólo habrán salvado la vida para morir después por el horror de sus recuerdos. La Creación habrá terminado. En el caos final de la humedad y las noches eternas, el único vestigio de lo que fue la vida serán las cucarachas.
    Señores presidentes, señores primeros ministros, amigas, amigos:
    Esto no es un mal plagio del delirio de Juan en su destierro de Patmos, sino la visión anticipada de un desastre cósmico que puede suceder en este mismo instante: la explosión -dirigida o accidental- de sólo una parte mínima del arsenal nuclear que duerme con un ojo y vela con el otro en las santabárbaras de las grandes potencias.
    Así es: hoy, 6 de agosto de 1986, existen en el mundo más de 50.000 ojivas nucleares emplazadas. En términos caseros, esto quiere decir que cada ser humano, sin excluir a los niños, está sentado en un barril con unas cuatro toneladas de dinamita, cuya explosión total puede eliminar 12 veces todo rastro de vida en la Tierra. La potencia de aniquilación de esta amenaza colosal, que pende sobre nuestras cabezas como un cataclismo de Damocles, plantea la posibilidad teórica de inutilizar cuatro planetas más que los que giran alrededor del Sol, y de influir en el equilibrio del Sistema Solar. Ninguna ciencia, ningún arte, ninguna industria se ha doblado a sí misma tantas veces como la industria nuclear desde su origen, hace 41 años, ni ninguna otra creación del ingenio humano ha tenido nunca tanto poder de determinación sobre el destino del mundo.
    El único consuelo de estas simplificaciones terroríficas -si de algo nos sirven-, es comprobar que la preservación de la vida humana en la Tierra sigue siendo todavía más barata que la peste nuclear. Pues con el sólo hecho de existir, el tremendo Apocalipsis cautivo en los silos de muerte de los países más ricos está malbaratando las posibilidades de una vida mejor para todos.
    En la asistencia infantil, por ejemplo, esto es una verdad de aritmética primaria. La UNICEF calculó en 1981 un programa para resolver los problemas esenciales de los 500 millones de niños más pobres del mundo, incluidas sus madres. Comprendía la asistencia sanitaria de base, la educación elemental, la mejora de las condiciones higiénicas, del abastecimiento de agua potable y de la alimentación. Todo esto parecía un sueño imposible de 100.000 millones de dólares. Sin embargo, ese es apenas el costo de 100 bombarderos estratégicos B-1B, y de menos de 7.000 cohetes Crucero, en cuya producción ha de invertir el gobierno de los Estados Unidos 21.200 millones de dólares.
    En la salud, por ejemplo: con el costo de 10 portaviones nucleares Nimitz, de los 15 que van a fabricar los Estados Unidos antes del año 2000, podría realizarse un programa preventivo que protegiera en esos mismos 14 años a más de 1.000 millones de personas contra el paludismo, y evitara la muerte -sólo en África- de más de 14 millones de niños.
    En la alimentación, por ejemplo: el año pasado había en el mundo, según cálculos de la FAO, unos 565 millones de personas con hambre. Su promedio calórico indispensable habría costado menos de 149 cohetes MX, de los 223 que serán emplazados en Europa Occidental. Con 27 de ellos podrían comprarse los equipos agrícolas necesarios para que los países pobres adquieran la suficiencia alimentaría en los próximos cuatro años. Ese programa, además, no alcanzaría a costar ni la novena parte del presupuesto militar soviético de 1982.
    En la educación, por ejemplo: con sólo dos submarinos atómicos tridente, de los 25 que planea fabricar el gobierno actual de los Estados Unidos, o con una cantidad similar de los submarinos Typhoon que está construyendo la Unión Soviética, podría intentarse por fin la fantasía de la alfabetización mundial. Por otra parte, la construcción de las escuelas y la calificación de los maestros que harán falta al Tercer Mundo para atender las demandas adicionales de la educación en los 10 años por venir, podrían pagarse con el costo de 245 cohetes Tridente II, y aún quedarían sobrando 419 cohetes para el mismo incremento de la educación en los 15 años siguientes.
    Puede decirse, por último, que la cancelación de la deuda externa de todo el Tercer Mundo, y su recuperación económica durante 10 años, costaría poco más de la sexta parte de los gastos militares del mundo en ese mismo tiempo. Con todo, frente a este despilfarro económico descomunal, es todavía más inquietante y doloroso el despilfarro humano: la industria de la guerra mantiene en cautiverio al más grande contingente de sabios jamás reunido para empresa alguna en la historia de la humanidad. Gente nuestra, cuyo sitio natural no es allá sino aquí, en esta mesa, y cuya liberación es indispensable para que nos ayuden a crear, en el ámbito de la educación y la justicia, lo único que puede salvarnos de la barbarie: una cultura de la paz.
    A pesar de estas certidumbres dramáticas, la carrera de las armas no se concede un instante de tregua. Ahora, mientras almorzamos, se construyó una nueva ojiva nuclear. Mañana, cuando despertemos, habrá nueve más en los guadarneses de muerte del hemisferio de los ricos. Con lo que costará una sola alcanzaría -aunque sólo fuera por un domingo de otoño- para perfumar de sándalo las cataratas del Niágara.
    Un gran novelista de nuestro tiempo se preguntó alguna vez si la Tierra no será el infierno de otros planetas. Tal vez sea mucho menos: una aldea sin memoria, dejada de la mano de sus dioses en el último suburbio de la gran patria universal. Pero la sospecha creciente de que es el único sitio del Sistema Solar donde se ha dado la prodigiosa aventura de la vida, nos arrastra sin piedad a una conclusión descorazonadora: la carrera de las armas va en sentido contrario de la inteligencia.
    Y no sólo de la inteligencia humana, sino de la inteligencia misma de la naturaleza, cuya finalidad escapa inclusive a la clarividencia de la poesía. Desde la aparición de la vida visible en la Tierra debieron transcurrir 380 millones de años para que una mariposa aprendiera a volar, otros 180 millones de años para fabricar una rosa sin otro compromiso que el de ser hermosa, y cuatro eras geológicas para que los seres humanos a diferencia del bisabuelo pitecántropo, fueran capaces de cantar mejor que los pájaros y de morirse de amor. No es nada honroso para el talento humano, en la edad de oro de la ciencia, haber concebido el modo de que un proceso milenario tan dispendioso y colosal, pueda regresar a la nada de donde vino por el arte simple de oprimir un botón. Para tratar de impedir que eso ocurra estamos aquí, sumando nuestras voces a las innumerables que claman por un mundo sin armas y una paz con justicia. Pero aún si ocurre -y más aún si ocurre-, no será del todo inútil que estemos aquí. Dentro de millones de millones de milenios después de la explosión, una salamandra triunfal que habrá vuelto a recorrer la escala completa de las especies, será quizás coronada como la mujer más hermosa de la nueva creación. De nosotros depende, hombres y mujeres de ciencia, hombres y mujeres de las artes y las letras, hombres y mujeres de la inteligencia y la paz, de todos nosotros depende que los invitados a esa coronación quimérica no vayan a su fiesta con nuestros mismos terrores de hoy. Con toda modestia, pero también con toda la determinación del espíritu, propongo que hagamos ahora y aquí el compromiso de concebir y fabricar un arca de la memoria, capaz de sobrevivir al diluvio atómico. Una botella de náufragos siderales arrojada a los océanos del tiempo, para que la nueva humanidad de entonces sepa por nosotros lo que no han de contarle las cucarachas: que aquí existió la vida, que en ella prevaleció el sufrimiento y predominó la injusticia, pero que también conocimos el amor y hasta fuimos capaces de imaginarnos la felicidad. Y que sepa y haga saber para todos los tiempos quiénes fueron los culpables de nuestro desastre, y cuán sordos se hicieron a nuestros clamores de paz para que esta fuera la mejor de las vidas posibles, y con qué inventos tan bárbaros y por qué intereses tan mezquinos la borraron del Universo.
    Gabriel García Márquez.

    Saludos cordiales.

    Responder
  5. 5
    FRANCISCO PONCE MORENO
    el 5 de enero del 2019 a las 18:27

    Pero es que me da la impresión que, contra toda evidencia, intentamos ser la única especie  que no se extingue. Es bastante improbable que así sea. Y, desde luego, estoy de acuerdo con no dejar que esto suceda, la extinción, sin batallar lo más posible, pero nos puede suceder que en procura de esa utopía dejemos a mucha gente en el camino. No basta, a mi entender, con decir que quisiéramos que, mientras se investiga acerca de nuevas tecnologías y se consigue que la ciencia avance una barbaridad, como decía el cuplé, la gente tenga un bienestar razonable. Considero que. además, hemos de arbitrar los medios para que esto suceda. Y si eso supusiera frenar algo lo que se ha venido en llamar progreso ( a pesar de que la evolución muestra que no es el progreso el que rige su funcionamiento sino la adaptación al medio, aunque esto no suponga progreso alguno, si, por otra parte, supiéramos qué demonios significa eso) pues qué le vamos a hacer. Probablemente no habría materia para blogs tan interesantes como éste pero tampoco es que sea el fin del mundo. San Juan que se fastidie.

    Responder
    • 5.1
      Emilio Silvera
      el 6 de enero del 2019 a las 6:36

      Es cierto que no pocas veces nos miramos el ombligo y nos creemos los únicos, los mejores, los que nunca podrán ser vencidos, los invulnerables. Cuando lo cierto es que somos tan frágiles que, en cualquier momento, una anomalía de la Naturaleza nos puede mandar al garete y hacernos desaparecer. Simplemente somos importantes para nosotros mismos y nuestro entorno, lo que pasa es que, como especie tenemos la obligación de procurar que ese final fatídico de la extinción de la especie no llegue (si podemos ponerle remedio).

      Está claro que avanzamos sin hacer los deberes que, como humanos, estamos obligados a cumplir (será que el proceso de humanización no terminó todavía), y ese deber es el de procurar que nuestros congéneres menos afortunados tengan ese mínimo de dignidad y que no vivan humillados. Esa es nuestra vergüenza, Se podría administrare mejor los recursos y, desde luego, sin dejar de avanzar en el conocimientos de la Ciencia en todos sus apartados y disciplinas, tener cubierto ese apartado “humano” para las regiones más pobres que no lo serían tanto si los grandes capitales no se dedicaran a explotar los recursos de sus territorios y llevarse las ganancias a otro sitio.

      En realidad, en el contexto del Universo, nosotros, como hombres y mujeres verdaderos sólo llevamos aquí unos 200 mil años, lo que supone muy poco tiempo, y, si miramos hacia atrás en el Tiempo, la barbarie que nos acompañó siempre, va disminuyendo (muy poco a poco) y, aunque ahora también se hacen barbaridades bien camufladas para que tengan apariencia de normalidad, espero que las cosas mejoren y seamos cada vez más humanos y menos animales.

      Lleva razón en una cosa, no debemos avanzar a costa de lo que sea, las inversiones en tecnología y ciencia en general deben estar marcadas por anteponer a todos los proyectos esa exigencia de que, nadie en el planeta pase hambre y tenga un techo, mientras que eso no sea una realidad…

      ¡La vergüenza nos acompañará!

      En el horizonte del futuro se ven llegar acontecimientos que acabarán con nuestra especie, y, aunque parezca que están demasiado lejos y que nunca llegarán, el Tiempo inexorable nos dice lo contrario, y, para cuando eso suceda tenemos que estar preparados (si podemos) para evitar la extinción de la especie que, aunque no siempre podemos estar orgullosos de sus comportamientos, lo cierto es que es la nuestra y debemos procurar que mejore y, desde luego que se salve de las amenazas futuras. Pensándolo bien, quizás la mayor amenaza que tenemos seamos nosotros mismos.

      Responder
  6. 6
    Fandila Soria
    el 5 de enero del 2019 a las 18:34

    Pero bueno, y lo bueno…

    Responder
  7. 7
    Pedro
    el 5 de enero del 2019 a las 19:15

    El jue., 3 de ene. de 2019 10:53 PM, Pedro Fresnillo Fresnillo <rolfogato1@gmail.com> escribió:

    El jue., 3 de ene. de 2019 9:48 PM, Pedro Fresnillo Fresnillo <rolfogato1@gmail.com> escribió:

           Vamos a animar el ambiente:

     

    Cuando se impone la pobreza, ¿Que quedara de nuestra supuesta firmeza?, ¿Que impidira que nos convirtamos  en fieras?.
    ¿Puede haber equilibrios, donde se desbocan los delirios?
    “¿Donde va la esperanza, si la pobreza la espanta?”
    “¿Donde queda el libre albedrío, allí donde se impone el suplicio?.”

    “Solo son fuertes quienes en las estrecheces se crecen”.

       “Allí donde se impone la pobreza, la tiranía se crece.”
    “¿Hay forma de salir de la opresión, allí donde el ladrón se convierte en un dictador? Si, ridiculizando su tesón.”
    “Quienes son pobres por falta de recursos tienen mil perdones, a diferencia de aquellos que son pobres por falta de ambiciones.”
    “Tu, nacido para la dicha, no permitas que predomine la mentira.”
    “Hombre justo no es aquel que reparte por igual, sino aquel que distingue bien por igual, todo parecer.” 
    (Ya que pueden estar soslayando, ocultando a un tirano, en el supuesto reparto).
    “Si no quieres convertirte en un dictador,  deja que  otros planten su flor.”
    “Los dictadores  se imponen alli, donde sus gentes pierden sus alicientes, alimentándose de estrecheces.”
    “Crees, que estas muy segura de tus convicciones, ¿Frente a lo adverso te servirán de alimento?.”

     

           Los grandes males de las sociedades actuales se enraizan en la falta de distribución equitativa de los recursos de la naturaleza, aquellos regímenes que se consideran los amos, capitalismo exacerbado, neoliberales extremistas, socialismo solipistas execrables, se convierten en verdaderos tiranos delecnables, ofreciendo falsos reclamos,  soslayando sus efectos tan nefastos. Tanto unos como otros forman todo este tinglado. ¿Que debemos hacer cada uno de todos, los ciudadanos, frente a estos sistemas totalitarios?   ¿Mirar para otro lado mientras sigan imponiendo sus desigualdades? ¿Por qué coños siguen las democracias incipientes o no en hacer tratos comerciales con semejantes engendros, justificando con ello sus atropellos, al hacer caso omiso de nuestros deberes, que es denunciarlos explícitamente , y dejando bien claro , la definición de lo que son regimenes tiranos por totalitarios, osea autoritarios?. 
    No hay mayor enemigo para el hombre mismo, que hacer caso omiso de su deber frente a todo aquello que cercena su libertad, ya que serán otros quien impongan sus mirandeces con sus estrecheces.
    Es nuestra máxima prioridad como individuos, hacer que nuestros gobernantes sean verdaderamente competentes, no porque miren solo nuestros propios intereses, si no porque enaltecen a todos y cada uno de nosotros y el entorno que nos protege.”
    “Los hombres en sí mismos no se distinguen en na de unos a otros, salvo como se enfrentan a lo adverso.”
    Y es aquí donde radica la cuestión fundamental, por lo general todos sabemos lo que queremos, bien distinto es: ¿Como lo resolvemos?
    (Salvo algún  demente , que si los hay.)
    “Los regímenes totalitarios se imponen, allí donde individuos se alimentan de estrecheces.” (Frente a la injusticia mirar para otro lado).
    “Allí donde el mal enraiza, no hay más alternativa que o bien sufrir su saña, o bien arrancarla con más destreza y saña.”
    “Toda indolencia, no tiene más que una consecuencia, que el tirano se haga el amo.”
     

    Responder
  8. 8
    Fandila Soria
    el 6 de enero del 2019 a las 3:14

    Gran pensamiento amigo: “hacer que nuestros gobernantes sean verdaderamente competentes, no porque miren solo nuestros propios intereses, sino porque enaltezcan a todos y cada uno de nosotros y al entorno que nos protege”.

    Responder

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