Ene
13
Sí, todo cambia. ¿Cual es la verdadera medida? ¡Llegar a comprender!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Universo dinámico ~
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En otras ocasiones hemos presentado aquí trabajos que, entre los temas que fueron tratados, entraba el Universo estacionario y también la posibilidad de un final con la presencia del Big Crunch, lo cual, según todos los datos de la cosmología moderna, no será posible dado que, el Universo euclideo y la Densidad Crítica que se observa no sería suficiente para producir tal final.
Cuando el Universo alcance la temperatura del cero absoluto (-273 ºC) ni los átomos se moverán
Por el contrario, la dinámica observada de expansión es cada vez más acelerada y, aunque algunos hablan de la “materia oscura”, en realidad no sabemos a qué se puede deber tal expansión pero, lo cierto es que no habrá colapso final y sí, en cambio, una expansión ilimitada que nos llevará hacia un “enfriamiento térmico” que llegará a alcanzar un máximo de entropía dS = dQ/T, así habrá una gran parte de la energía del Universo que no podrá producir trabajo. Sin embargo, es curioso que siendo eso lo que se deduce de los datos que tenemos, cuando miramos lo que predicen las nuevas teorías basadas en las cuerdas y la mecánica cuántica nos indica que tal escenario es poco creíble.
Todo parece indicar que nada podrá impedir que en las galaxias se sigan produciendo explosiones supernovas que formaran hermosas Nebulosas de las que nacerán nuevas estrellas, toda vez que las galaxias, quedarán aisladas y detendrán su expansiòn y tal hecho, no parece que pueda incidir en la mecánica galáctica de formación de nuevas estrellas.
Así, las estrellas más masivas devolverán parte de la materia que las conforman al medio interestelar y la gravedad y la radiación se encargarán de que nuevos ciclos se sigan produciendo. Y, las estrellas menos masivas, como nuestro Sol y otras seguirán sus vidas durante miles de millones de años y, si tiene planetas en su entorno, ¿quién sabe si estando en la zona habitable no podrá hacer surgir alguna clase de vida? Claro que, el proceso de la dinámica del universo es llegar al frío absoluta de los -273 ºC y, en ese momento, las masas de las estrellas quedarían bloqueadas, los átomos presentes en las Nebulosas perderían su dinámica y nada, en nuestro Universo, tendría movimiento ni energía para crear trabajo, la Entropía sería la dueña y señora de todo y una última estrella habría nacido para quedar colapsada sin poder cumplir su misión de transmutar elementos.

Sería triste contemplar un Universo congelado
Pero no pocas de todas estas conclusiones son conjeturas que se hacen conforme a los datos observados que llevan a esas consecuencias. En otros panoramas se podría contemplar como en el futuro, las estrellas escaparían lentamente de las galaxias y según algunos cálculos el 90% de la masa estelar de una galaxia habría huido al espacio en unos 10^19 años. El 10% restante habría sido engullido por agujeros negrossupermasivos centrales. El mismo mecanismo haría que los planetas escaparan de su soles y vagaran por el espacio como planetas errantes hasta perderse en el espacio profundo y, los que no lo hagan caeran hacia el centro de sus soles en unos 0^20 años.
Un último estudio ha indicado que el Universo es curvo, no plano como se creía y tal resultado, aunque tendrá que ser verificado, es importante para saber el final que realmente espera a nuestro Universo en ese futuro muy lejano en el que, no sabemos siquiera si nuestra especie andará aún por aquí.

Esa imagen de arriba no sería repetida y las galaxias, los cúmulos se disgregarían debido a interacciones gravitatorias en unos 10^23 años y, en un momento determinado el universo estaría formado por enanas negras, estrellas de neutrones y agujeros negros junto con planetas y pequeñas cantidades de gas y polvo, todo ello, sumergido en una radiación de fondo a 10^-13K. Hay modelos que predicen que los agujeros negros terminarán evaporándose mediante la emisión de la radiación de Hawking. Una vez evaporado el agujero negro, los demás objetos se convertirían en Hierro en unos 10^1500 años pero también, pasado mucho tiempo, se evaporaran y a partir de este momento el universo se compone de partículas aisladas (fotones, electrones, neutrinos, protones). La densidad tenderá a cero y las partículas no podrán interactuar. Entonces, como no se puede llegar al cero absoluto, el universo sufrirá fluctuaciones cuánticas y podría generar otro universo. ¿Qué locura!
Claro que toda esa teoría podría modificarse si la “energía oscura” -si finalmente existe- resultara ser negativa, con lo cual el fin se produciría antes. Tampoco se ha contado con la posible inestabilidad del protón. Todo esto está descrito según la física que hoy día se conoce, lo cual nos puede llevar a conclusiones erróneas. Como vereis, tenemos respuestas para todo y, aunque ninguna de ellas pueda coincidir con la realidad, lo cierto es que, el panorama de la cosmología está lleno de historias que, algunas podrán gustar más que otras pero todas, eso sí, están cargadas de una imaginación desbordante.

Como mi intelecto es más sencillo y no alcanza a ver en esas profundas lejanías, me quedo con lo más tangible y cercano como lo es el hecho cierto de que el Universo tiene que tener miles de millones de años para que haya podido tener tiempo suficiente para que los ladrillos de la vida sean manufacturados en las estrellas.
Las leyes de la gravitación nos dice que la edad del universo está directamente ligada a otras propiedades que manifiesta, como su densidad, su temperatura y el brillo del cielo. Puesto que el Universo debe expandirse durante miles de millones de años, debe tener una extensión visible de miles de millones de años-luz. Puesto que su temperatura y densidad disminuyen a medida que se expande, necesariamente se hace más frío y disperso. Ahora sabemos que la densidad del Universo es hoy día de poco más de 1 átomo por m3 de espacio.

Traducida en una medida de las distancias medias entre estrellas o galaxias, esta densidad tan baja muestra porque no es tan sorprendente que otros sistemas estelares estén tan alejados y sea difícil el contacto con extratreterrestres. Si existen en el Universo otras formas de vida avanzada (como creo), entonces, al igual que los seres de la Tierra habrán evolucionado sin ser perturbadas por los seres de otros mundos hasta que puedan llegar a lograr una fase tecnológica avanzada.
Además, la muy baja temperatura de la radiación hace algo más que asegurar que el espacio sea un lugar frío: también garantiza la oscuridad del cielo nocturno. Durante siglos los científicos se han preguntado por esta sorprendente característica del Universo. Si ahí fuera en el espcio hubiera un número enorme de estrellas, entonces cabría pensar que mirar hacia arriba al cielo nocturno sería un poco como mirar un bosque denso.

Millones de estrellas en un sólo cúmulo globular
Cada linea de visión debería terminar en una estrella. Sus superficies brillantes cubrirían cada parte del cielo haciéndolo parecido a la superficie del Sol. Lo que nos salva de ese cielo brillante es la expansión del Universo y la lejanía a la que se encuentran las estrellas entre sí. Para encontrar las condiciones necesarias que soporte la complejidad viviente hicieron falta diez mil millones de años de expansión y enfriamiento.
La Densidad de materia ha caido hasta un valor tan bajo que aun sim toda la materia se transformase repentinamente en energía radiante no advertiríamos ningún resplandor importante en el cielo nocturno. La radiación es demasiado pequeña y el espacio a llenar demasiado grande para que el cielo parezca brillante otra vez. Hubo un tiempo cuando el Universo tenía, menos de cien mil años, en que todo el cielo era brillante, tan brillante que ni estrellas ni átomos ni moléculas podían existir, la podría radiación los destruía. Y, en ese tiempo, no podrían haber existido observadores para ser testigo de ello.
![[ic2118_dss.jpg]](http://2.bp.blogspot.com/_xBXZbW6ivIs/SOKQIm3H-hI/AAAAAAAACVQ/zaYTtkavd_M/s1600/ic2118_dss.jpg)
Con algunas estrellas por aquí y por allá, alguna que otra Nebulosa (incluso algunas brujas), el Universo es oscuro y frío.
Pero estas consideraciones tienen otros resultados de una Naturaleza mucho más filosófica. El gran tamaño y la absoluta oscuridad del Universo parecen ser profundamente inhóspitos para la vida. La apariencia del cielo nocturno es responsable de muchos anhelos religiosos y estéticos surgidos de nuestra aparente pequeñez e insignificancia frente a la grandeza e inmutabilidad (aparente) de las estrellas lejanas. Muchas Civilizaciones rindieron culto a las estrellas o creyeron que gobernaban su futuro, mientras otras, como la nuestra, a menudo anhelan visitarlas.
Mucho se ha escrito sobre el efecto emocional que produce la contemplación de la insignificancia de la Tierra ante esa inmensidad del cielo salpicado de estrellas, inmersa en una Galaxia que tiene más de cien mil millones y que ahora sabemos, que también tiene, miles de millones de mundos. En efecto, la idea de ese conocimiento es impresionante y puede llegar (en algunos casos) a ser intensamente desagradable y producir sensación de ahogo y hasta miedo. Nuestra imaginación matemática se ve atormentada ante esa inconmensurable grandeza que, nuestras mentes, no llegan a poder asimilar. Y, la sorpresa llegó cuando pudimos descubrir que dentro de nuestro Universo, existía otro a escalainfinitesimal que planteaba preguntas que no sabíamos responder.
“Pues bien, tratando de responder a estas preguntas es como nace The Scale of The Universe 2, una visualización interactiva creada por Cary y Michael Huang; la visualización es sorprendente porque nos permite ir a escalas mínimas y llegar hasta el tamaño aproximado del Universo, comparando cosas que están, de muchas maneras, más allá de nuestra imaginación (sigo pensando que es difícil imaginarse el tamaño real de un átomo, o el de una galaxia).”

Claro que, en eso de lo grande y lo pequeño…, todo puede ser muy subjetivo y, no pocas veces dependerá de la perspectiva con que lo podamos mirar. Podríamos considerar la Tierra como enorme, al mirarla bajo el punto de vista que es el mundo que nos acoge, en el que existen inmensos océanos y grandes montañas y volcanes y llanuras y bosques y ríos y, una inmensa lista de seres vivos. Sin embargo, se nos aparecerá en nuestras mentes como un minúsculo grano de arena y agua si la comparamos a la inmensidad del Universo. Igualmente, podemos ver un átomo como algo grande en el sentido de que, al juntarse con otros, pueden llegar a formar moléculas que juntas, son capaces de formar mundos y galaxias.

Si comparamos una galaxia con un átomo, éste nos parecerá algo ínfimo. Si comparamos esa misma galaxia con el Universo, lo que antes era muy grande ahora resulta ser también muy poca cosa. Si el mundo que nos acoge, en el que la Humanidad ha escrito toda su historia y costado milenios conocer, dado su “inmensidad” para nosotros, lo comparamos con la Nebulosa Orión, nos parecerá ridículo en tamaño y proporción y, sin embargo, cuán importante es para nosotros. Todo puede ser grande o pequeño dependiendo de la perspectiva con que lo miremos y según con qué lo podamos comparar.
Nada es objetivamente grande; las cosas son grandes sólo cuando consiguen tocar la sensibilidad del observador que las contempla, encontrar los caminos hacia su corazón y su cerebro. La idea de que el Universo es una multitud de esferas minúsculas circulando como motas de polvo en un vacío oscuro e ilimitado, podría dejarnos fríos e indiferentes, si no acomplejados y deprimidos, si no fuera porque nosotros identificamos este esquema hipotético con el esplendor visible, la intensidad conmovedora del desconcertante número de estrellas que están ahí, precisamente, para hacer posible nuestra presencia aquí y, eso amigos míos, nos hace ser importantes, dado que demuestra algo irrefutable, formamos parte de toda esta grandeza.

Bueno, no es por nada pero, ¿quién me puede decir que una imagen como la que arriba podemos contemplar, no es tan hermosa como la más brillante de las estrellas del cielo? Incluso diría que más, ya que se trata del producto o esencia del marterial que allí se fabricó y que ha podido llegar a su más alto nivel de belleza que, aemás, tiene consciencia de Ser y genera pensamientos y, ¡sentimientos!
Yo, si tengo que deciros la verdad, no me considero nada insignificante, soy consciente de que formo parte del Universo, como todos ustedes, ni más ni menos, somos una parte de la Naturaleza y, como tales productos de algo tan grande, debemos estar orgullosos y, sobre todo procurar, conocer bien qué es lo que realmente hacemos aquí, para qué se nos ha traído y, para ello amigos, el único camino que conozco es, llegar a conocer a fondo la Naturaleza y procurar desvelar sus secretos, ella nos dirá todo cuanto queramos saber.
emilio silvera
Ene
13
La Sinfonía de los Agujeros Negros binarios… ¡Por fin la oímos!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Ondas gravitacionales ~
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Me parece al caso traer aquí este trabajo que puse hace algún tiempo ya, toda vez que el hallazgo de las Ondas gravitacionales lo ha renovado y su contenido puede resultar interesante al filo de aquella noticia. Decía por aquel entonces:
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Kip Stephen Thorne
Lo que nos cuentan Kip S. Thorne y otros especialistas en Agujeros negros nos posibilitan para entender algo mejor los mecanismos de estos extraños objetos que aún esconden secretos que no hemos sabido desvelar. Está claro que muchas de las cosas que sobre agujeros negros podemos leer, son en realidad, especulaciones de cosas que se deducen por señales obervadas pero que, de ninguna manera, se pueden tomar como irrefutables verdades, más bien, las tomaremos como probables o muy probables de acuerdo a los resultados obtenidos de muchos experimentos y, ¿por qué no? de muchas horas de prácticas teóricas y pizarras llenas de ecuaciones que tratan de llegar al fondo de un saber que, desde luego, nos daría la clave de muchas cuestiones que en nuestro Universo son aún desconocidas.
¿Qué clase de masa conforma la singularidad? ¿Emiten alguna clase de radiación o no? ¿Por qué algunas agujeros negros explotan? ¿Será cierto que por una parte el agujero negro engulle masa y por la contraria la expulsa? Incluso algunos han especulado con la posibilidad de viajar a través del agujero negro y salir a otro universo… ¡Cualquier locura es válida en la especulación!

En el corazón de una galaxia lejana, a más de 1.000 millones de años-luz de la Tierra y hace 1.000 millones de años, se acumuló un denso aglomerado de gas y cientos de millones de estrellas. El aglomerado se contrajo gradualmente, a medida que algunas estrellas escapaban y los 100 millones de estrellas restantes se hundían más hacia el centro. Al cabo de 100 millones de años, el aglomerado se había contraído hasta un tamaño de varios años-luz, y pequeñas estrellas empezaron, ocasionalmente, a colisionar y fusionarse, formando estrellas mayores. Las estrellas mayores consumieron su combustible y luego implosionaron para formar agujeros negros; y, en ocasiones, cuando dos de estos agujeros pasaban uno cerca del otro, quedaban ligados formando pares en los que cada agujero giraba en órbita alrededor del otro.

Cuando se forma un par de agujeros negros binarios semejantes, cada agujero crea un pozo profundo (intensa curvatura espacio-temporal) en la superficie insertada y, a medida que los agujeros giran uno en torno al otro, los pozos en órbita producen ondulaciones de curvatura que se propagan hacia afuera a la velocidad de la luz. Las ondulaciones forman una espiral en el tejido del espacio-tiempo en torno al sistema binario, muy semejante a la estructura espiral del agua que procede de un aspersor de cesped que gira rápidamente. Los fragmentos de curvatura forman un conjunto de crestas y valles en espiral en el tejido espacio-temporal.

Puesto que la curvatura-espaciotemporal es lo mismo que la gravedad, estas ondulaciones de curvatura son realmente ondas de gravedad, u ondas gravitatorias. La Teoría de la Relatividad General de Einsteinpredice, de forma inequívoca, que tales ondas gravitatorias deben producirse siempre que dos agujeros negros orbiten uno en torno al otro.
Cuando parten hacia el espacio exterior, las ondas gravitacionales producen una reacción sobre los agujeros de la misma forma que una bala hace retroceder el fusil que la dispara. El retroceso producido por las ondas aproxima más los agujeros y les hace moverse a velocidades mayores; es decir, hacen que se muevan en una espiral que se cierra lentamente y hace que se vayan acercando el uno hacia el otro. Al cerrarse la espiral se genera poco a poco energía gravitatoria, una mitad de la cual va a las ondas y la otra mitad va a incrementar las velocidades orbitales de los agujeros.

El movimiento en espiral de los agujeros es lento al principio; luego, a medida que los agujeros se acercan, se mueven con mayor velocidad, radian sus ondulaciones de curvatura con más intensidad, y pierden energía y se cierran en espiral con más rapidez. Finalmente, cuando cada agujero se está moviendo a una velocidad cercana a la de la luz, sus horizontes se tocan y se fusionan. Donde una vez hubo dos agujeros, ahora sólo hay uno.

El horizonte del agujero giratorio queda perfectamente liso y con su sección ecuatorial circular, con la forma descrita precisamente por la solución de Kerr a la ecuación de campo de Einstein. Cuando se examina el agujero negro liso final, no hay ningún modo de descubrir su historia pasada. No es posible distinguir si fue creado por la coalescencia de dos agujeros más pequeños, o por la implosión directa de una estrella supermasiva construida por materia, o por la implosión directa de una estrella constituida por antimateria. El agujero negro no tiene “pelo” a partir del cual se pueda descifrar su historia.
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También dos estrellas de neutrones pueden producir ondas. Como ya se intuía y vaticinaban los rumores de los científicos, al fin se han descubierto la fusión de dos estrellas de neutrones acaecida hace millones de años a millones de años luz.
Pero lo verdaderamente interesante de esta detección es que el mismo suceso ha sido observado tanto el “espectro de las ondas gravitatorias” como en el espectro electromagnético.
Sin embargo, la historia no se ha perdido por completo: ha quedado un registro codificado en las ondulaciones de la curvatura espacio-temporal que emitieron los agujeros coalescentes. Dichas ondulaciones de curvatura son muy parecidas a las ondas sonoras de una sinfonía. De la misma forma que la sinfonía está codificada en las modulaciones de las ondas sonaras (mayor amplitu aquí, menor allí), también la historia de la coalescencia está codificada en modulaciones de las ondulaciones de curvatura. Y de la misma forma que las ondas sonoras llevan su sinfonía codificada desde la oequesta que la produce hasta la audiencia, también las ondulaciones de curvatura llevan su historia codificada desde los agujeros fusionados hasta los rincones más lejanos del Universo lejano.
Las ondulaciones de curvatura viajan hacia afuera por el tejido del espacio-tiempo a través del conglomerado de estrellas y gas del que nacieron los agujeros. El aglomerado no absorbe las ondulaciones ni las distorsiona en absoluto; la historia codificada de las ondulaciones permanece perfectamente invariable, se expanden hacia el exterior de la galaxia madre del aglomerado y el espacio intergaláctico, atraviesan el cúmulo de galaxias del que forma parte la galaxia progenitora, luego siguen atravesando un cúmulo de galaxias tras otro hasta llegar a nuestro propio cúmulo, dentro del cual está nuestra Vía Láctea con nuestro Sistema Solar, atraviesan la Tierra, y continúan hacia otras galaxias distantes.

Por aquel entonces decía:
“Claro que, en toda esta historia hay un fallo, nosotros, los humanos, aún no somos lo suficientemente hábiles para haber podido construir aparatos capaces de detectar y oir las sinfonías mencionadas con entusiamos por el Sr. Thorne y, que según el cree, son mensajes que nos traen esas ondas de gravedad de los agujeros negros binarios. Es como si no pudiéramos oir esa hermosa sinfonía que nos mostraría un nuevo Universo por nosotros desconocido. Ahora sabemos que por medio de potentes telescopios podemos conocer lo que es el Universo, podemos observar galaxias lejanas y estudiar cúmulos de galaxias o de estrellas y captar las imágenes de bonitas Nebulosas, todo eso es posible gracias a que al captar la luz que emitieron esos objetos cosmológicos hace decenas, cientos, miles o millones de años como señal electromagnética que viajando a la velociodad de c, hace posible que podamos ver lo observado como era entonces, en aquel pasado más o menos lejano. De la misma manera, se cree que, las ondas gravitatorias emitidas por estos objetos misteriosos, se podrán llegar a captar con tal claridad que nos permitirá saber de otra faseta (ahora) desconocida del Universo, y, sobre todo, podremos entender el pasado de esos densos objetos que, de momento, nos resultan exóticos y también extraños.”
Finalmente el Proyecto LIGO lo ha conseguido y al Señor Thorne le dieron el Nobel.
emilio silvera
Ene
12
Las estructuras fundamentales de la Naturaleza
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Física ~
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Una molécula de Agua y otra de Amoníaco
Hemos llegado a poder discernir la relación directa que vincula el tamaño, la energía de unión y la edad de las estructuras fundamentales de la Naturaleza. Una molécula es mayor y más fácil de desmembrar que un átomo; lo mismo podemos decir de un átomo respecto al núcleo atómico, y de un núcleo con respecto a los quarks que contiene.
La cosmología sugiere que esta relación resulta del curso de la historia cósmica, que los quarks se unieron primero, en la energía extrema del big bang original, y que a medida que el Universo se expandió, los protones y neutrones compuestos de quarks se unieron para formar núcleos de átomos, los cuales, cargados positivamente, atrajeron a los electrones cargados con electricidad negativa estableciéndose así como átomos completos, que al unirse formaron moléculas.

Si es así, cuanto más íntimamente examinemos la Naturaleza, tanto más lejos hacia atrás vamos en el tiempo. Alguna vez he puesto el ejemplo de mirar algo que nos es familiar, el dorso de la mano, por ejemplo, e imaginemos que podemos observarlo con cualquier aumento deseado.

Con un aumento relativamente pequeño, podemos ver las células de la piel, cada una con un aspecto tan grande y complejo como una ciudad, y con sus límites delineados por la pared celular. Si elevamos el aumento, veremos dentro de la célula una maraña de ribosomas serpenteando y mitocondrias ondulantes, lisosomas esféricos y centríolos, cuyos alrededores están llenos de complejos órganos dedicados a las funciones respiratorias, sanitarias y de producción de energía que mantienen a la célula.

Ya ahí tenemos pruebas de historia. Aunque esta célula particular solo tiene unos pocos años de antigüedad, su arquitectura se remonta a más de mil millones de años, a la época en que aparecieron en la Tierra las células eucariota o eucarióticas como la que hemos examinado.
Para determinar dónde obtuvo la célula el esquema que le indicó como formarse, pasemos al núcleo y contemplemos los delgados contornos de las macromoléculas de ADN segregadas dentro de sus genes. Cada una contiene una rica información genética acumulada en el curso de unos cuatro mil millones de años de evolución.

Almacenado en un alfabeto de nucleótidos de cuatro “letras”- hecho de moléculas de azúcar y fosfatos, y llenos de signos de puntuación, reiteraciones para precaver contra el error, y cosas superfluas acumuladas en los callejones sin salida de la historia evolutiva-, su mensaje dice exactamente cómo hacer un ser humano, desde la piel y los huesos hasta las células cerebrales.

Si elevamos más el aumento veremos que la molécula de ADN está compuesta de muchos átomos, con sus capas electrónicas externas entrelazadas y festoneadas en una milagrosa variedad de formas, desde relojes de arena hasta espirales ascendentes como largos muelles y elipses grandes como escudos y fibras delgadas como puros. Algunos de esos electrones son recién llegados, recientemente arrancados átomos vecinos; otros se incorporaron junto a sus núcleos atómicos hace más de cinco mil millones de años, en la nebulosa de la cual se formó la Tierra.
Si elevamos el aumento cien mil veces, el núcleo de un átomo de carbono se hinchará hasta llenar el campo de visión. Tales núcleos átomos se formaron dentro de una estrella que estalló mucho antes de que naciera el Sol. Si podemos aumentar aún más, veremos los tríos de quarks que constituyen protones y neutrones.

Los quarks han estado unidos desde que el Universo sólo tenía unos pocos segundos de edad y ahora están en nosotros y en todos los objetos del universo, chicos o grandes, todo lo material está hecho de Quarks y Leptones desde una bacteria hasta una galaxia. Por supuesto, también nuestro cerebro y las neuronas que crean pensamientos.
Al llegar a escalas cada vez menores, también hemos entrado en ámbitos de energías de unión cada vez mayores. Un átomo puede ser desposeído de su electrón aplicando sólo unos miles de electrón-voltios de energía. Sin embargo, para dispersar los nucleones que forman el núcleo atómico se requieren varios millones de electrón-voltios, y para liberar los quarks que constituyen cada nucleón se necesitaría cientos de veces más energía aún.


Introduciendo el eje de la historia, esta relación da testimonio del pasado de las partículas: las estructuras más pequeñas, más fundamentales están ligadas por niveles de energía mayores porque las estructuras mismas fueron forjadas en el calor del big bang.
Esto implica que los aceleradores de partículas, como los telescopios, funcionen como máquinas del tiempo. Un telescopio penetra en el pasado en virtud del tiempo que tarda la luz en desplazarse entre las estrellas; un acelerador recrea, aunque sea fugazmente, las condiciones que prevalecían en el Universo primitivo.
Hemos llegado a dominar técnicas asombrosas que nos facilitan ver aquello que, prohibido para nuestro físico, sólo lo podemos alcanzar mediante sofisticados aparatos que bien nos introduce en el universo microscópico de los átomos, o, por el contrario nos llevan al Universo profundo y nos enseña galaxias situadas a cientos y miles de millones de años-luz de la Tierra.

Cuando vemos esos objetos cosmológicos lejanos, cuando estudiamos una galaxia situada a 100.000 mil años-luz de nosotros, sabemos que nuestros telescopios la pueden captar gracias a que la luz de esa galaxia, viajando a 300.000 Km/s llegó a nosotros después de ese tiempo, y, muchas veces, no es extraño que el objeto que estamos viendo ya no exista o si existe, que su conformación sea diferente habiéndose transformado en diferentes transiciones de fase que la evolución en el tiempo ha producido.

Todo lo que ahí podemos ver está formado por pequeños átomos hechos de Quarks y Leptones
Todo lo grande está hecho de “cosas” pequeñas que interaccionan entre ellas y con las fuerzas
En el ámbito de lo muy pequeño, vemos lo que está ahí en ese momento pero, como se explica más arriba, en realidad, también nos lleva al pasado, a los inicios de cómo todo aquello se formó y con qué componentes que, en definitiva, son los mismos de los que están formadas las galaxias, las estrellas y los planetas, una montaña y un árbol y, cualquiera de nosotros que, algo más evolucionado que todo lo demás, podemos contarlo aquí.
Estas y otras muchas maravillas son las que nos permitirán, en un futuro relativamente cercano, que podamos hacer realidad muchos sueños largamente dormidos en nuestras mentes.
emilio silvera
Ene
12
El peligro nos acecha
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Astronomía y Astrofísica ~
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La Nasa sorprende con una nueva foto de la estrella condenada.
¿Es la estrella Eta Carinae un riesgo para la vida en la Tierra?
Hace algún tiempo, en sus siempres magnificas cronícas del Cosmos, Rafael Bachiller nos habló de las explosiones que ha venido experimentando la estrella Eta Carinae. Una estrella azul con una masa más de 100 veces mayor que la del Sol, situada a una distancia de 7.500 años-luz de nosotros. Eta Carinae ha sufrido múltiples episodios eruptivos, algunos de los cuales han sido observados desde la Tierra, y su futuro, como nos dice Rafael Bachiller, se prevé violento, pudiendo llegar a explotar como una supernova o como una hipernova para formar un agujero negro. Dada su distancia la Tierra, ¿podría alguno de estos escenarios suponer un riesgo para nuestro planeta?

La estrella Eta Carinae y la Nebulosa del Homúnculo. Fuente: NASA/ESA/HST
Eta Carina está constantemente en tensión y, para evitar su propia destrucciópn por medio de la propia radiación, se defiende expulsando material al espacio interestelar que la destensione.
La pregunta puede parecer exagerada ya que 7500 años-luz es una distancia enorme; sin embargo, las explosiones de supernovas e hipernovas, con su explosión asociada de rayos gamma, son los fenómenos naturales conocidos que más energía liberan en el Universo. Una sola supernova puede ser más brillante que una galaxia entera durante unos días, y una explosión de rayos gamma puede desprender en pocos segundos la energía equivalente a la que nuestro Sol emitirá en toda su vida estelar de diez mil millones de años.
A lo largo de la historia de la vida en la Tierra, ha habido en nuestro planeta numerosos episodios de extinción de distintas proporciones, siendo algunos referidos como episodios de extinciones masivas ya que en ellos desaparecieron más de la mitad de las especies que entonces habitaban nuestro mundo. Si bien las causas que dieron origen a estos procesos de extinción son aún, en muchos casos, sujeto debate, en los últimos tiempos se ha empezado a pensar en la posibilidad de que algunos de ellos hayan podido ser propiciados por sucesos cósmicos tales como explosiones de supernovas o de rayos gamma cercanas a la Tierra.
Los efectos en la biosfera provocados por esta clase de explosiones tienen que ver con las consecuencias de la alteración de la química atmosférica debida a la exposición a la radiación gamma y a los rayos cósmicos emitidos en ellas. Estas radiaciones poseen la energía suficiente para romper las moléculas de oxígeno y nitrógeno gaseosos en el aire que respiramos, facilitando la formación de otras como el monóxido de nitrógeno o el dióxido de nitrógeno cuya presencia en altas concentraciones en la atmósfera tendría importantes repercusiones en la biosfera.

Galaxia UGC 9379 (a 360 millones de años-luz) antes y durante la explosión de la supernova SN 2013cu. Fuente: Sloan Digital Sky Survey (izda.), Palomar Observatory (dcha.)
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Los efectos provocados por la presencia de estas moléculas son varios; pero, de ellos, el más importante tiene que ver con el papel que desempeñan como catalizadores en la destrucción de la capa de ozono. La presencia de ozono en la atmósfera es vital para la inmensa mayoría de organismos ya que bloquea la mayor parte de la radiación ultravioleta emitida por el Sol. Sin la presencia de ozono, este tipo de radiación llegaría casi en su totalidad a la superficie terrestre provocando un daño significativo en la práctica totalidad de los seres vivos expuestos, además de provocar un aumento en el número de mutaciones en la biota a nivel global que afectaría a su pauta evolutiva.

A pesar de que la radiación ultravioleta es absorbida por unos metros de agua, los seres vivos de las profundidades marinas también se verían afectados en la medida en que dependen de una cadena alimenticia que comienza en la superficie con el fitoplancton, el cual se vería gravemente afectado por las altas dosis de radiación. El aumento de la radiación ultravioleta a partir de la destrucción del ozono resultaría, por tanto, en una alteración profunda de la biosfera que amenazaría la supervivencia de muchas especies y afectaría a los ritmos evolutivos de las poblaciones que sobrevivieran.
La intensidad de los efectos descritos anteriormente dependería de la distancia a la que se produjera la explosión y de la energía liberada en la misma. En este sentido, una explosión de Eta Carinae en forma de supernova que no fuera acompañada de una explosión de rayos gamma no tendría una repercusión negativa en la Tierra ya que se estima que un fenómeno semejante debería tener lugar a una distancia de hasta unas cuantas decenas de años-luz para resultar en un pérdida de ozono que propiciara un aumento significativo en el flujo de radiación ultravioleta en la superficie de la Tierra de forma que fuera suficiente para aniquilar numerosas especies y para influir en el desarrollo evolutivo de otras muchas. Sin embargo, en el caso de acabar sus días como supernova con una explosión asociada de rayos gamma, esta radiación, incluso a pesar de ser emitida a 7500 años-luz, sí que tendría efectos notables en la Tierra de ser alcanzada.

Se estima que una explosión de rayos gamma a menos de 10000 años-luz ya tendría, de hecho, efectos perjudiciales para la biosfera; pero una explosión a aproximadamente 6500 años-luz de distancia (casi el 87 % de la distancia que nos separa de Eta Carinae) tendría, sin embargo, efectos devastadores en nuestro planeta pues se piensa que a esa distancia podría hacer desaparecer hasta la mitad de la capa de ozono.
En nuestra Galaxia se conocen unas pocas estrellas masivas cuyo final podría resultar en una explosión de rayos gamma, y Eta Carinae no es solo una de ellas sino que es, además, la más cercana conocida. Es extremadamente difícil especificar cuándo podría darse la muerte de Eta Carinae y si se dará o no con una explosión de rayos gamma. Se sospecha, sin embargo, que su fin tendrá lugar pronto, tal vez en bastante menos tiempo que un millón de años. De morir en un proceso que desencadenase una explosión de rayos gamma, ¿estaríamos avocados a una catástrofe en la Tierra? Afortunadamente, podemos contestar con un no a esta pregunta ya que hay algo que nos salvaría en esta ocasión.

Composición artística de una explosión de rayos gamma. Fuente: NASA/Swift/Mary Pat Hrybyk-Keith and John Jones.

Cuando se da una explosión de rayos gamma en el proceso del colapso gravitatorio de una estrella masiva como Eta Carinae, la radiación así generada no se emite en todas direcciones sino en la forma de dos chorros estrechos con ángulos de apertura de pocos grados que se emiten en sentidos opuestos y en una dirección que es la que coincide con el eje polar de su progenitor. Afortunadamente, se sabe que el eje polar de Eta Carinae no apunta a nuestro sistema solar, sino que lo hace a una distancia angular de entre 47 y 67 grados de nosotros, por lo que, en principio, la Tierra no estaría bajo peligro. Afortunadamente, esto nos salvaría esta vez; pero pensemos que la Vía Láctea está poblada por más de cien mil millones de estrellas y que solo estamos familiarizados con algunas que habitan una pequeña porción de nuestro entorno.
Ene
12
La misteriosa señal que emite un agujero negro
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Astronomía y Astrofísica ~
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Científicos investigan unas señales de rayos X en torno a un gigantesco agujero negro.
El 22 de noviembre de 2014, astrónomos detectaron un suceso raro en el Universo: un agujero negro supermasivo en el centro de una galaxia, a casi 300 millones de años luz de la Tierra, engullendo una estrella. El evento creó una enorme explosión de actividad de rayos X cerca del centro de la galaxia. Desde entonces, una gran cantidad de observatorios han centrado sus investigaciones en este suceso para tratar de aprender más sobre los agujeros negros.

Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, y en otros lugares han aportado nuevos datos: tras revisar las observaciones de varios telescopios, han descubierto señales de rayos X curiosamente intensas, estables y periódicas. Las señales emanan de un área muy cercana al horizonte de eventos del agujero negro, el punto a partir del cual el agujero negro engulle toda la materia a su alrededor, incluida la luz.
La señal parece iluminarse y desaparecer periódicamente cada 131 segundos y persiste durante al menos 450 días. Los científicos creen que la fuente de esta señal está orbitando el agujero negro justo fuera del horizonte de eventos, en la denominada Órbita Circular Estable Inferior, o ISCO, la órbita más pequeña en la que una partícula puede viajar con seguridad alrededor de un agujero negro sin caer en él.
Siguiendo esta hipótesis, los científicos han establecido que el agujero negro, de una masa un millón de veces mayor que la del sol, está girando a aproximadamente el 50 por ciento de la velocidad de la luz.
El primer autor del estudio, Dheeraj Pasham, dice que la mayoría de los agujeros negros supermasivos están inactivos. Solo ocasionalmente lanzan una explosión de actividad, como cuando las estrellas se acercan lo suficiente para que los agujeros negros las devoren. Por ello, estos datos son clave para conocer algo más sobre estos fenómenos.

Según el escenario que maneja el equipo para explicar las señales, el agujero negro estaría siendo orbitado por una enana blanca. En algún momento, una segunda estrella pasó lo suficientemente cerca del sistema para que el agujero negro la destrozara, lo que generó una enorme cantidad de radiación de rayos X.
Cuando el agujero negro empujó este material hacia el interior, algunos de los escombros estelares permanecieron fuera, en la misma órbita que la enana blanca. Al entrar en contacto la estrella con este material, es probable que lo arrastrara consigo, lo que hizo que generara una intensa cantidad de rayos X perceptible por los telescopios cada vez que rodea el agujero negro, en intervalos regulares de 131 segundos.
















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