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¿Vida sólo en la Tierra? ¡Qué disparate!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en ¡La vida! El misterio persiste    ~    Comentarios Comments (0)

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La vida (a partir de su primer paso, del primer individuo de cada especie) viene de la vida. Ha surgido en el Universo de manera expontánea y, el Azar, bajo ciertas circunstancias muy especiales que estaban presentes en lugares privilegiados del Universo, dio lugar al surgir de la vida tal como la conocemos y, posiblemente, de muchas más formas desconocidas para nosotros. Y, todo eso amigos, es Entropía Negativa. Ahora, Las características de un ser vivo son siempre una recombinación de la información genética heredada.

CONSECUENCIA LOGICA: Las variaciones dentro de una misma especie son el resultado de una gran cantidad de información genética presente ya en sus antepasados y, como consecuencia de la lógica evolución, de la aparición espontánea de nueva información genética…

“La idea de que la vida en el Universo sólo existe en la Tierra es básicamente precopernicana. La experiencia nos ha enseñado de forma repetida que este tipo de pensamiento es probablemente erróneo. ¿Por qué nuestro pequeñísimo asentamiento debe ser único? Al igual que ningún país ha sido el centro de la Tierra, tampoco la Tierra es el centro del Universo.”

Así se expresaba Fred Hoyle.

Los icebergs, esas enormes montañas de hielo desgajado que flotan en el mar y que se hicieron famosas por causar el hundimiento del Titanic, ya no son patrimonio exclusivo de la Tierra. Gracias a la nave espacial Galileo, desde 1997 sabemos que también existen en Europa, uno de los cuatro satélites principales de Júpiter, que con sus 3.138 Km de diámetro tiene un tamaño muy similar al de la Luna. Si exceptuamos Marte, puede que no exista ningún otro lugar próximo a la Tierra sobre el que la ciencia tenga depositadas tantas esperanzas de que pueda haber formas de vida, con el aliciente de que en esta luna joviana ha ocurrido un proceso opuesto al del planeta rojo merced a su exploración.

Existen dos casquetes  de hielo de agua permanentes en los , que nunca se funden. En invierno éstos aumentan de tamaño al convertirse en casquetes de dióxido de carbono congelado hasta alcanzar los 60º de longitud. Ocurren esporádicamente tormentas de polvo que llegan a cubrir la totalidad del planeta con una neblina amarilla, oscureciendo los accidentes superficiales más familiares.

Es una imagen de la parte de Marte con el Sino Sabaus y de Regio Deucalionis. El cráter a la derecha inferior es Flaugergues, y el doble cráter en la parte inferior izquierda es Wislicenus. Esta imagen fue tomada por el Mariner 6 en 1969. En esta imagen pueden encontrarse muchas características que sugieren ríos Marcianos, e incluso la salida de una llanura central. Se recomienda ver esta imagen en alta resolución. (Cortesía de la NASA/JPL)

¿Quien puede negar la presencia de agua en este lugar en el remoto pasado, o…, puede que no tan lejos. El paisaje marciano nos habla de correntías violentas que surcaron la tierra  oradándola y dejando a la vista esos inmensos cañones naturales.

Mientras que los ingenios espaciales enviados por el hombre revelaron que la naturaleza marciana es mucho más hostil para la vida de lo que insinuaban los telescopios de Schiaparelli, Lowell y Pickering, las sondas Voyager y Galileo han encontrado en Europa el mejor candidato del Sistema solar para albergar la vida extraterrestre (sin olvidar Encelado).

Para los exobiólogos, esos científicos que estudian la existencia de la vida en otros lugares del Universo, Europa ha sido la gran revelación del siglo XX, y Titán, una luna de Saturno que es la segunda más grande del Sistema Solar, constituye una gran incógnita que, poco a poco, se va desvelando gracias a la misión Cassini-Huygens, uno de los más ambiciosos proyectos de la NASA.

Visión artística de Encélado

Visión artística del cielo de Encélado, por David Seal (NASA). Encelado tiene mucha actividad volcánica y también, es poseedor de mucha agua en su interior. Es una de las lunas de Saturno que deben ser estudiadas.

Esos dos satélites de Júpiter y Saturno conforman, junto a Marte (y Encelado), los principales puntos de atención en la búsqueda de la vida extraterrestre, aunque eso no significa que vayamos a encontrarla allí, según todos los datos que se van acumulando, el índice de probabilidades de que ciertamente exista alguna clase de vida en el planeta y las lunas mencionadas, es muy alto. Es decir, si al margen del caso privilegiado de la Tierra existen tres nombres propios en el Sistema Solar donde no está descartada su existencia, esos son, Marte, Europa y Titán.

Sobre Marte, el planeta más parecido a la Tierra, a pesar de sus notables diferencias, nuestros conocimientos actuales son extensos y muy valiosos, pero nos falta desvelar lo fundamental. Y es que, a pesar de los grandes avances conseguidos durante las exploraciones espaciales, los astrónomos actuales siguen obligados a contestar con un “no lo sé” cuando alguien le pregunta sobre la existencia de vida en aquel planeta.

En lo concerniente a Europa, pocas fotografías entre las centenares de miles logradas desde que se inició la era espacial han dejado tan atónitos a los científicos como las transmitidas en 1997 por la nave Galileo. Desde 1979 se sospechaba, gracias a las imágenes de la Voyager 2, que la superficie del satélite joviano estaba formada por una sorprendente costra de hielo. Su predecesora, la Voyager 1, llegó al sistema de Júpiter en marzo de ese año, pero no se aproximó lo necesario a Europa y sólo envió fotografías de apariencia lisa como una bola de billar surcada por una extraordinaria red de líneas oscuras de naturaleza desconocida. En julio de 1979, poco después, la Voyager 2 obtuvo imágenes más detalladas, que desconcertaron a los científicos porque sugerían que la helada superficie podía ocultar un océano líquido, un paisaje inédito hasta el momento en el Sistema Solar.

Pero lo más asombroso estaba por ver, y transcurrieron dieciocho años hasta que una nueva misión espacial les mostró a los científicos que Europa es una luna tan extraordinaria que incluso parece albergar escenarios naturales como los descritos por Arthur C. Clarke en su novela 2010, Odisea dos. En enero de 1997, la NASA presentó una serie de imágenes en las que la helada superficie de Europa aparecía fragmentada en numerosos puntos. La increíble red de líneas oscuras que había mostrado una década antes la nave Voyager apareció en estas imágenes con notable detalle, que permitió ver surcos, cordilleras y, sobre todo, hielos aparentemente flotantes, algo así como la réplica joviana a los icebergs terrestres.

Interior de Europa pq

Lo más importante de la exploración sobre Europa, a pesar de su enorme interés científico, no fueron sus fotografías, sino los indicios inequívocos de su océano líquido bajo la superficie que, además, tiene todas las características de ser salado. La NASA ha tenido que reconocer que todos los estudios realizados en Europa dan a entender la posibilidad y muestran una notable actividad geológica y fuentes intensas de calor. Las posibilidades de vida en la superficie parecen prácticamente nulas, puesto que se halla a una distancia media del Sol de unos ochocientos millones de kilómetros y su temperatura es inferior a los 150 grados bajo cero. Sin embargo, si bajo la helada corteza existe un océano de agua líquida como creen la mayor parte de los investigadores y expertos, nos encontramos ante la mayor oportunidad para la vida en el Sistema Solar después de la Tierra.

Los sensores de las naves exploradoras han detectado un campo magnético en Europa que cambia de forma constante de dirección, hecho que sólo puede explicarse si este mundo en miniatura posee elementos conductores muy grandes. Como quiera que el hielo, presente en la corteza, no sea un buen conductor, la NASA ha sugerido que esas fluctuaciones del campo magnético de Europa estarían asociadas a la existencia de un océano de agua salada bajo la superficie.

Quizá no debamos dejarnos llevar por la imaginación pero, incluso muchos de los científicos de la NASA, tras haber visto los Icebergs fotografiados por la Galileo, recordaron emocionados el pasaje de 2010, Odisea dos, en el que el profesor Chang lanza a la Tierra un estremecedor grito desde los lejanos abismos del Sistema Solar: “¡Hay vida en Europa!” Repito: “¡Hay vida en Europa!”.

Del extraordinario viaje emprendido para dar un merecido homenaje a Cassini y Huygens y financiado de manera conjunta por la NASA y la ESA, todos tenemos un conocimiento aceptable a través de las noticias y de nuestras lecturas científicas. En el año 2004 la nave nodriza Cassini, lanzada en 1997, inició la exploración de Saturno y su corte de satélites y, la información recibida hasta el momento es de tan alto valor científico que nunca podremos agradecer bastante aquel esfuerzo.

                                       Tenemos motivos -también- para estar orgullosos

No cabe dudas de que la NASA tenía su principal interés puesto en la nave Cassini y Saturno, pero Titán ha tenido una atención especial que los americanos compartieron con la Agencia Europea ESA, la nave principal o nodriza Cassini se desprendió del módulo Huygens de la ESA, cuya misión será caer sobre Titán, pero antes tenía que estudiar su atmósfera, su superficie y otros elementos científicos de interés que nos dijeran como era aquel “mundo”.

Titán es, de hecho, la luna más enigmática que se conocía. Junto a Io y Tritón en Neptuno forma el trío de únicos satélites del Sistema Solar que mantiene atmósfera apreciable; pero Titán es radicalmente diferente, puesto que mientras en aquellos dos la densidad atmosférica es muy baja, en la luna mayor de Saturno supero, incluso a la de la Tierra. Esto es algo insólito que dejó pasmado a los científicos del Jet Propulsión Laboratory de la NASA cuando obtuvieron los primeros datos a través de la Voyager. La presión atmosférica es 1,5 veces la de la Tierra, un hecho sorprendente para su tamaño, puesto que en otros lugares más grandes como el mismo Marte, la Gravedad ha sido insuficiente para retener una atmósfera apreciable.

No estaría nada mal construir un Hotel en Titán y, por la venta, ver todas las mañanas la magnificencia de Saturno y todo el entorno que con el camino por el espacio interestelar.

Titán tiene 5 150 Km de diámetro, es la segunda luna mas grande conocida y supera en tamaño a Mercurio, pero en comparación con nuestro planeta es un mundo en miniatura, por lo que resulta excepcional algunas de las características en el halladas. Orbita Saturno en 15,945 días a una distancia de 1 221 830 Km. Es conocido desde 1655, cuando Huygens lo descubrió.

                                                                             La sonda Huygens

De ahí que la NASA, pusiera su nombre a la sonda que acompañó a la Cassini para investigar Titán. Aunque está compuesto por rocas y hielos a partes iguales, aproximadamente. De sus océanos de metano, ¿qué podemos decir? Sabemos que es el único satélite del Sistema Solar que tiene una atmósfera sustancial, de una gran densidad y que su composición es muy parecida a la de la Tierra, ya que el elemento fundamental, como aquí, es el nitrógeno. El papel secundario -aunque primordial- que en la Tierra desempeña el oxígeno, le corresponde en Titán al metano y también se han hallado trazas de hidrógeno. Se tienen muchas esperanzas de que, ésta luna de características tan especiales, sino ahora, algún día más lejano en el futuro podría contener formas de vida y, más adelante, incluso ser un hábitat para nosotros.

Resultado de imagen de La Huygens nos ha enviado imágenes más que suficientes para poder estudiar el enorme conglomerado de datos que en ellas aparecen

   Titán resulta fascinante con sus lagos de metano

La Huygens nos ha enviado imágenes más que suficientes para poder estudiar el enorme conglomerado de datos que en ellas aparecen y, tantos las fotografías como otros datos de tipo técnico tomados por los censores de la Huygens y enviados a la Tierra, tendrán que ser estudiados durante mucho tiempo hasta estar seguros de muchos de los enigmas que con ellos podamos desvelar.

La verdadera incógnita de Titán está en su superficie que aún, no se ha estudiado debidamente y, aparte de esos océanos de metano, ¿podrían existir también océanos de agua? Científicamente nada lo impide.

¡Ya veremos!

emilio silvera

Sobre Próxima b. El planeta podría albergar alguna clase de vida

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Futuro    ~    Comentarios Comments (0)

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 Resultado de imagen de Próxima b

    Próxima b alumbrado por la enana roja

ABC -Ciencia

Las auténticas posibilidades de vida en el planeta Próxima b

Astrobiólogos llegan a conclusiones bastante desalentadoras, pero no definitivas, respecto al nuevo mundo hallado alrededor de la estrella más cercana

 

 

Resultado de imagen de Próxima b

 

 

Aunque hace apenas unas semanas que se anunció su descubrimiento, ha pasado ya más de un año en Próxima b, el planeta rocoso y potencialmente habitable que orbita la estrella más cercana al Sol, Próxima Centauri, a solo 4,2 años luz de distancia. Y en este corto espacio de tiempo, un grupo de astrobiólogos ha empezado ya a devanarse los sesos para averiguar, con los datos disponibles en la mano, qué clase de vida podría albergar este mundo tan parecido al nuestro. Con resultados, por cierto, que por ahora no son demasiado alentadores. El trabajo acaba de publicarse, en forma de dos artículos, en arXiv.org.

Los investigadores han considerado un amplio rango de escenarios para el planeta. Y en la mayor parte de ellos Próxima b resulta del todo inhabitable, aunque los científicos admiten un cierto margen de posibilidades que sí serían compatibles con la vida. En otras palabras, la vida en Próxima b es una posibilidad remota, pero no imposible.

Resultado de imagen de Próxima b

En las dos últimas semanas, este mundo tan cercano a nosotros ha acaparado centenares de titulares de prensa debido a su masa, tan similar a la de la Tierra (1,3 veces), y especialmente al hecho de que se encuentra a la distancia exacta de su estrella, ni demasiado cerca ni demasiado lejos, para que su temperatura, ni demasiado caliente ni demasiado fría, permita la existencia de agua líquida en su superficie.

Sin embargo, los investigadores recuerdan en su estudio que existen muchos otros factores, además del tamaño y la distancia a su estrella, que resultan determinantes a la hora de ser un buen candidato para albergar vida.

Resultado de imagen de Próxima b

El estudio, llevado a cabo por Rory Barnes y su equipo del Instituto de Astrobiología de la NASA, considera diferentes posibilidades y valores para los datos que aún no conocemos de Próxima b, como la variabilidad del brillo de su estrella madre o la composición de su atmósfera, si es que la tiene. De modo que los científicos fueron modificando esas variables y simularon qué clase de mundo resultaba en cada combinación.

En los dos artículos de arXiv.org, los astrobiólogos explican que una de las mayores cuestiones que marcan la posible habitabilidad de Próxima b es el hecho de que su estrella, Próxima Centauri, es una enana roja, lo cual implica que a pesar de que se trata de un astro mucho menos brillante y caliente que el Sol, su brillo puede ser muy variable y cambiante. Por ejemplo, su producción de energía, tras una observación de varios meses, ha descendido hasta un 17%, Una barbaridad si se compara con la variabilidad del brillo de nuestro Sol, de apenas el 0,1%, pero aún así suficiente para causar en la Tierra una o dos edades de hielo cada cien mil años.

Además, las enanas rojas también son conocidas por su capacidad de producir “mega llamaradas”, hasta 10.000 veces más poderosas de las mayores de nuestro Sol. Y cuando nuestra estrella lanza una llamarada sobre nosotros, todo un torrente de partículas cargadas puede provocar apagones generalizados y espectaculares auroras. La mega llamadara de una enana roja, mucho más potente, podría, por ejemplo, barrer de un solo golpe toda la atmósfera de un planeta si éste no dispone de un campo magnético lo suficientemente fuerte como para desviar el ataque.

Resultado de imagen de Próxima b

Ni amaneceres ni atardeceres

 

Otra cuestión clave es el modo en que la cercanía de Próxima b a su estrella puede haber afectado a su evolución. De hecho, los escasos siete millones de km. que separan al planeta de la estrella (mucho más cerca, incluso, de lo que Mercurio está del Sol) podrían haber hecho que Próxima b esté “anclado” gravitatoriamente a ella, haciendo que siempre le muestre la misma cara, igual que la Luna hace con la Tierra. Si fuera así, en Próxima b no habría ni amaneceres ni atardeceres. Desde su superficie (en la cara que mira hacia su sol) veríamos contínuamente el gran disco rojizo de la estrella madre, que estaría siempre fijo en el cielo.

Ya en la década de los 90 los astrónomos hallaron que los planetas que siempre muestran la misma cara a sus estrellas pierden inevitablemente sus atmósferas, cuyos gases se congelan en su lado frío. Sin embargo, otros estudios posteriores discrepan de este punto, ya que los fuertes vientos superficiales podrían llevar, en determinadas condiciones, calor a la “parte trasera” del planeta. Una posibilidad crucial en el caso que nos ocupa.

En su estudio, Barnes y sus colegas consideran estos aspectos, junto a muchos otros, para tratar de averiguar cuáles son realmente las condiciones que reinan en Próxima b en la actualidad. Y la conclusión es que, a pesar de sus aparentes similitudes con la Tierra, Próxima b podría ser un mundo completamente distinto al nuestro, hirviendo en una de sus caras y congelado en la otra, como Mercurio, o quizá envuelto en una atmósfera tórrida, como Venus, o incluso ser un planeta templado y seco, como lo es Marte.

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                         Agua y oxígeno no son suficientes

 

Existe también otra posibilidad, en la que el planeta contiene tanto agua como oxígeno, y aún así sigue siendo inhabitable, dado que un exceso de oxígeno podría obstaculizar, en vez de favorecer, la formación de biomoléculas complejas. Lo cual significa que, en las condiciones de Próxima b, ni siquiera la futura detección de agua y oxígeno serían garantías suficientes de la existencia de vida. Más fiable sería la detección de metano, un gas producido por los organismos vivientes.

Sin embargo, y entre los múltiples y descorazonadores escenarios posibles para Próxima b, los investigadores admiten un puñado de ellos en los que este esperanzador mundo podría haber evolucionado de una forma similar a la de la Tierra. Aunque para que sea así, el planeta debería de haber partido de unas condiciones iniciales muy concretas, con una enorme cantidad de agua disponible y una atmósfera muy rica en hidrógeno desde el principio. Cosa que, por desgracia, no sabremos a ciencia cierta hasta que la nueva generación de instrumentos, especialmente el nuevo telescopio espacial James Webb, sea puesto en órbita en 2018.

Vela solar japonesa Ikaros 1 (JAXA).
Vela solar japonesa Ikaros (JAXA).

Pero expliquemos las velas láser. Forward se dio cuenta de que la relativamente baja dispersión de un haz láser permite iluminar una vela solar continuamente, aumentando su velocidad hasta velocidades compatibles con el viaje interestelar tripulado (un eufemismo para decir que un astronauta puede llegar a su destino antes de morir de viejo). En 1969 el canadiense Philip Norem perfeccionaría el concepto de Forward de nave interestelar propulsada por láser, pero había dos pequeñas pegas que se interponían entre esta brillante idea y la realidad. Una era que la vela láser debería ser increíblemente fina e increíblemente grande para acelerar a velocidades relativistas. Y uso increíble en el sentido literal. Por ejemplo, Norem imaginó una vela láser de 40 kilómetros de diámetro con un espesor de solo 0,3 micras (!) capaz de mantenerse a una temperatura de 1200º C de forma constante sin perder una reflectividad de un 99% en la longitud de onda del láser (si la reflectividad fuera inferior, la temperatura de la vela aumentaría y esta se vaporizaría). Vamos, unas características de ciencia ficción pura y dura.

Seguimos el reportaje

Mientras, el descubrimiento de Próxima b ha dado un gran impulso al Proyecto Starshot, que planea utilizar rayos láser para impulsar un enjambre de micro naves (del tamaño de granos de arroz) hasta un 20% de la velocidad de la luz. En suorigen, el proyecto contemplaba enviar las micro naves a Alfa Centauri, pero sus objetivos se han redefinido para que puedan dirigirse a Próxima b.

publica emilio silvera

Seguimos soñando pero, ¡mañana, será realidad!