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El BIchito que planta cara a Dios

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Biologia    ~    Comentarios Comments (7)

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Una hembra llena de huevos

 

Los biólogos Ricard Albalat y Cristian Cañestro, con ejemplares de 'Oikopleura'.
Los biólogos Ricard Albalat y Cristian Cañestro, con ejemplares de ‘Oikopleura’. Juan Barbosa

“Sólo la casualidad puede aparecer ante nosotros como un mensaje. Lo que ocurre necesariamente, lo esperado, lo que se repite todos los días, es mudo. Sólo la casualidad nos habla”, escribía Milan Kundera en La insoportable levedad del ser. Y algo habla, o más bien grita, en una playa de Badalona, cerca de Barcelona: la dominada por el puente del Petróleo. Por este pantalán que se mete 250 metros en el mar Mediterráneo se descargaban productos petrolíferos hasta finales del siglo XX. Y a sus pies se levanta desde 1870 la fábrica de Anís del Mono, el licor en cuya etiqueta aparece un simio con la cara de Charles Darwin como guiño a la teoría de la evolución, por entonces polémica.

Hoy, el puente del Petróleo es un precioso mirador con una estatua de bronce dedicada al mono con rostro darwinista. Y, por una casualidad que habla, entre sus paseantes habituales se encuentra un equipo de biólogos evolutivos del departamento de Genética de la Universidad de Barcelona. Caminan por la pasarela sobre el océano y lanzan un cubo para atrapar a un animal marino, el Oikopleura dioica, un bicho de tan solo tres milímetros, pero con boca, ano, cerebro y corazón. Parece insignificante, pero, como Darwin, hace que el discurso de las religiones se tambalee. Coloca al ser humano en el lugar que le corresponde: con el resto de animales.

 

 

El organismo marino ‘Oikopleura dioica’ señala a la pérdida de genes ancestrales, compartidos con los humanos, como motor de la evolución

“Hemos estado mal influenciados por la religión, pensando que estábamos en la cúspide de la evolución. No lo estamos. Estamos al mismo nivel que el resto de los animales”, sentencia el biólogo Cristian Cañestro. Junto a su colega Ricard Albalat dirige una de las tres únicas instalaciones científicas del mundo para estudiar al Oikopleura dioica. Las otras dos están en Noruega y Japón. La suya es una salita fría, con centenares de ejemplares prácticamente invisibles metidos en recipientes de agua, en un rincón de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona.

“La visión hasta ahora es que al evolucionar ganábamos en complejidad, ganando genes. Así se pensó cuando se secuenciaron los primeros genomas, de mosca, de gusano y del ser humano. Pero hemos visto que no es así. La mayoría de nuestros genes está también en las medusas. Nuestro ancestro común los tenía. No es que nosotros hayamos ganado genes, es que los han perdido ellos. La complejidad génica es ancestral”, sentencia Cañestro.

 

 

Resultado de imagen de Imagen de Oikopleura dioica

 

 

Una hembra de ‘Oikopleura dioica’ llena de huevos. Y otras en distintas posturas

En 2006, este biólogo investigaba el papel de un derivado de la vitamina A, el ácido retinoico, en el desarrollo embrionario. Esta sustancia indica a las células de un embrión lo que tienen que hacer para convertirse en un cuerpo adulto. El ácido retinoico activa los genes necesarios, por ejemplo, para formar las extremidades, el corazón, los ojos y las orejas. Cañestro estudiaba este proceso, común en los animales, en el Oikopleura. Y se quedó con la boca abierta.

“Los animales utilizan una cascada de genes para sintetizar el ácido retinoico. Me di cuenta de que en el Oikopleura dioica faltaba uno de estos genes. Luego vi que faltaban más. No encontrábamos ninguno”, recuerda. Este animal de tres milímetros fabrica su corazón, de manera inexplicable, sin ácido retinoico. “Si ves un coche sin ruedas moviéndose, ese día tu percepción de las ruedas cambia”, ilustra Cañestro.

 

 

 

Nuestro último ancestro común vivió hace 500 millones de años. Desde entonces, el ‘Oikopleura’ ha perdido el 30% de los genes que nos unían

 

Mikroskopaufnahme zeigt annähernd kaulquappenförmigen Organismus in großem geleeartigen Haus mit mehreren Filterwänden

 

El último ancestro común entre este minúsculo habitante de los océanos y el ser humano vivió hace unos 500 millones de años. Desde entonces, el Oikopleura ha perdido el 30% de los genes que nos unían. Y lo ha hecho con éxito. Si usted se mete en cualquier playa del mundo, allí estarán ellos rodeando su cuerpo. En la batalla de la selección natural, los Oikopleura han ganado. En algunos ecosistemas marinos, su densidad alcanza los 20.000 individuos por cada metro cúbico de agua. Son perdedores, pero solo de genes.

Albalat y Cañestro acaban de publicar en la revista especializada Nature Reviews Genetics un artículo que analiza la pérdida de genes como motor de la evolución. Su texto ha despertado interés mundial. Ha sido recomendado por F1000Prime, una clasificación internacional que señala los mejores artículos sobre biología y medicina. El suyo empieza con una frase del emperador romano Marco Aurelio, filósofo estoico: “La pérdida no es más que cambio y el cambio es un placer de la naturaleza”.

Los dos biólogos subrayan que la pérdida de genes, incluso, pudo ser clave para el origen de la especie humana. “El chimpancé y el ser humano comparten más del 98% de su genoma. Quizás habría que buscar las diferencias en los genes que se han perdido de manera diferente durante la evolución de los humanos y el resto de primates. Algunos estudios sugieren que la pérdida de un gen hizo que la musculatura de nuestra mandíbula fuera más pequeña y esto permitió aumentar el volumen de nuestro cráneo”, hipotetiza Albalat. Quizá, perder genes nos hizo más inteligentes que el resto de los mortales.

 

 

 

Investigadores del laboratorio de Cristian Cañestro y Ricard Albalat.

Investigadores del laboratorio de Cristian Cañestro y Ricard Albalat. UB
 

 

En 2012, un estudio del genetista estadounidense Daniel MacArthur mostró que, de media, cualquier persona sana tiene 20 genes que no funcionan. Y, aparentemente, tan campantes. Albalat y Cañestro, del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona, ponen dos ejemplos muy estudiados. En algunas personas, los genes que codifican la proteína CCR5 o la DUFFY están anulados por mutaciones. Son las proteínas que utilizan, respectivamente, el virus del sida y el parásito que causa la malaria para entrar en las células. La pérdida de estos genes hace a los humanos más resistentes a estas enfermedades.

En el laboratorio de Cañestro y Albalat hay un cartel que imita al de la película Reservoir Dogs, en el que aparecen los científicos y otros miembros de su equipo vestidos con camisas blancas y corbatas negras, como en el filme de Quentin Tarantino. Su montaje se titula Reservoir Oiks, en alusión al Oikopleura. Los dos biólogos creen que el organismo marino va a permitir formular, y responder, preguntas nuevas sobre nuestro manual de instrucciones común: el genoma.

El ‘Oikopleura’ permite estudiar qué genes humanos son esenciales: por qué algunas mutaciones son irrelevantes y otras provocan efectos terribles en nuestra salud

 

 

El cerebro del Oikopleura tiene unas 100 neuronas y el de los humanos contiene 86.000 millones, pero somos mucho más similares de lo que parece. Entre un 60% y un 80% de las familias de genes humanos tienen un claro representante en el genoma de Oikopleura. “Este animal nos permite estudiar qué genes humanos son esenciales”, aplaude Albalat. O lo que es lo mismo: por qué algunas mutaciones son irrelevantes y otras provocan efectos terribles en nuestra salud.

Los seres vivos poseen una maquinaria celular que repara las mutaciones que surgen en su ADN. El Oikopleura dioica ha perdido 16 de los 83 genes ancestrales que regulan este proceso. Esta incapacidad para autorrepararse podría explicar su pérdida extrema de genes, según detalla el artículo en Nature Reviews Genetics.

A Cañestro se le ilumina la mirada al hablar de estas ausencias. Los genes suelen actuar en cascada para llevar a cabo una función. Si en una cascada conocida de ocho genes faltan siete en el Oikopleura, porque la función se ha perdido, la permanencia del octavo gen puede revelar una segunda función esencial que había pasado desapercibida. Ese gen sería como un cruce de autopistas. Desmantelada una carretera, sobrevive porque es fundamental en otra ruta. “Esa segunda función ya estaba en el ancestro común y puede ser importante en los humanos”, celebra Cañestro.

“No hay animales superiores y animales inferiores. Nuestras piezas de Lego son básicamente las mismas, aunque con ellas construyamos cosas diferentes”, zanja el biólogo. Piense en su lugar en el mundo la próxima vez que bucee en el mar. Esa nieve blanca que flota en el agua y se puede ver a contraluz son las deposiciones del Oikopleura.

 

  1. 1
    Fandila Soria
    el 17 de junio del 2016 a las 7:25

    Este artículo da que pensar. ¿Por qué el Universo ha de ser necesariamente cada vez más complicado?, que no es lo mismo que más extenso y variado.
    Puede que la “genética material” fuese más completa cuanto más atrás en el tiempo. Todo estaba allí, y con la evolución se diversifica según una riqueza sin límites.
    Deberíamos pensar en que de alguna forma “todo sigue presente” y cada cosa en el lugar que le corresponde. Las extinciones también son causa para lo actual.
    Pese a todo y en otro orden, hay causas que permanecen o de lo contrario las leyes físicas no permanecerían.
    Por ejemplo, si la densidad de vacío fuese disminuyendo, las fuerzas fundamentales serían cada vez más débiles en la globalidad. No parece que eso ocurra. El 137 sería una quimera.
     
    Saludos amigos.

    Responder
  2. 2
    kike
    el 17 de junio del 2016 a las 23:03

    Es que, Fandila, las cosas suelen ser complicadas; en realidad, cuando pensamos que algo es fácil, es simplemente porque no hemos profundizado en ello.

     De hecho, no podemos enumerar algo que conozcamos un poquito que podamos decir a ciencia cierta que es fácil; todo tiene su problemática; más cuanto mejor se conozca.

     Baste decir que de cualquier disciplina científica, se está llegando ya (ya existe), a la especialización de cualquier pequeña rama; pues es tanta la información que se obtiene, que por obligación material e intelectual (dentro por supuesto de los alcances de nuestro cerebro), que para poder dominar algo el trabajo-investigación, los científicos se tienen que limitar a unas parcelas cada vez más concretas y limitadas.

      En realidad todos sabemos que actualmente nos encontramos muy lejos de los antiguos “sabios”, que dominaban varias ramas del saber; y eso ya sabemos que no es malo; simplemente significa que no eran tan sabios, y que al mismo tiempo, el saber ha avanzado tanto que es prácticamente imposible dominar, no solo una disciplina, sino una pequeña parte de ella.

     Vuelvo a lo de siempre; Avanzamos cada vez más aprisa hacia la sonrisa del gato…. (Lease magia)

     …O quizás es que esté eufórico por el triunfo de España sobre Turquia…. jeje

     Saludos cordiales. 

    Responder
    • 2.1
      Emilio Silvera
      el 18 de junio del 2016 a las 6:18

      Ya decía el filósofo: “Cuanto más profundizo en el conocimiento de las cosas, más consciente soy de lo poco que se. Ya que, mientras mis conocimientos son limitados, mi ignotancia… ¡Es infinita! Lo que viene a refrendar el pensamiento de Kike de que, las parcelas del saber son cada vez más reducidas y especializadas.

      Responder
  3. 3
    Fandila Soria
    el 18 de junio del 2016 a las 12:46

     
    Son cosas distintas. Profundizar en lo más intimo de algo, o desubrir y comunicar aotros como se comporta con unas sencillas relaciones.
    No creo que Newtón, por ejemplo, analizase el interior de la manzana, la cantidad de aire de la columna qoe ocupara el bajar, o el influjo que tuviera sobre ella lo que le rodeara.
    Detrás de su famosa formula estaba su no menos famoso intecto, que pudo pensar correctamente cuando decidió invertar la fórmula !que resultó ser válida! Claro que antes “inventó la fuerza”, “inventó la masa” y “la energía”, o algo aproximado.
    Se puede prescindir de la Física y vivir despreocupados, gracias a que otros para bien o para mal se ocupan en ella.
    Tengo un amigo “casi hermitaño” que vive solo, que aborrece las máquinas (Pero tiene un pequeño tractor), la medicina y todo que no sea natural. Opina que él no necesita lsos médicos (Ni siquiera está apuntado a la seguridad social), pues según él los médicos solo buscan ernriquecerse, y que cuando llegue la hora se morirá y ya esta. Su pasión es el ecologismo, y aboga por la vida natural, sin hacer nada especial en ese sentido, pero aprovechándose de lo que la “sociedad del artificio le ofrece”. Su vida no es tan natural (no sé si imaginais porqué).
    No podría entrar más a fondo porque traicionaría nuestra amitad y tampoco sé, aunque no creo, si tendrá alguna referencia de lo que estoy escriniendo. Pero no creaís tampoco le importaría demasiado.
    Ya dijimos no hace mucho en que consiste “la facilidad de la ciencia” que no es otra cosa que el ofrecimiento a otros de unos resultados ecuánimes y entendibles tras unas dificultades para llegar a ellos a veces “titánicos”, aunque sea mucho exagerar.
    La sencillez es fácil para andar por la vida, pero mantenerla y progresar (Algo instintivo) ya no es tan fácil. A menos que no nos impote morir como a mi amigo o pensemos que todo es tan llano como la palma de la mano.
    Como siempre cada cual puede tomar los derroteros que guste, siempre que el resto se lo permita, que esa es otra.
    Saludos amigos.

    Responder
  4. 4
    Fandila Soria
    el 18 de junio del 2016 a las 13:16

     
    Amigo y paisano Kike, no quiero figurarme lo que no sea, pero supongo que lo de “fácil” te venga quizá por el título de mi trabajo, que será fácil según para quién. Ni te imaginas el tiempo que me ha llevado, y la cantidad de consideraciones e información y cálculos previos que tuve que elaborar para llegar a ese “fácil”. Si yo expresara en él todo el tinglado nadie sería capaz ni de ojearlo, como no se trate de un entendido.
    A ver si lo publicamos, y ampliamos el “círculo” de lectores. Se me ofrece en Amazón para cualquier lugar de mundo, es un decir, y no es que desconfíe, pero aún desconozco los trámites y “tramitillos”. Mi trabajo no es mejor que otros, pero también requiere de ser criticado o aprovado y/o enmendado. Es la presunción que siempre nos persigue.
    Lo que me extraña y mucho es que la gente entre a valorar, si es que es así, y no diga ni pío, como tu sí que haces.
    Hasta la fecha nadie me ha hecho ninguna crítica en el blog. Y es extraño. En otros sitios, sí que he recibido opiniones, no de este trabajo precisamente. Como así de Emilio que me comentó de algunas cosas interesante que había visto.
    Muy particular todo esto pero creo sea válido.
    Saludos amigos.

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    • 4.1
      kike
      el 18 de junio del 2016 a las 15:00

      Hola Fandila; como de seguro comprendes, en mi comentario únicamente  me he agarrado a la primera frase en la que dices que:—- “Porqué el universo ha de ser necesariamente cada vez más complicado”—; respecto a lo demás no he dicho “ni pio”, o al menos no era mi intención.

        De verdad paisano, que más de una vez me hubiera gustado contradecirte en algo de lo que dices en tus comentarios, pero mis limitados conocimientos y algo de vergüenza que aún me queda, me lo impide.

       Pero para que veas que aún así tengo algo de atrevimiento, te diré que en algunas de tus intervenciones, noto en el fondo algo en relación con un comentario mio anterior; quizás tu ya estés avanzando en la conversión de los científicos en filósofos, pues me parece ver algo (algunas veces bastante), de una cierta filosofía en tratar algunos temas de la física moderna.  Y que conste que eso no es una crítica negativa; al revés, lo considero positivo.

       Saludos cordiales paisano. 

      Responder
  5. 5
    Fandila Soria
    el 18 de junio del 2016 a las 20:31

    No es así. Solo si se piensa con arreglo a lo tangible. Con los pies en la tierra que otros han pisado, es posible avanzar “filosóficamente” en la Ciencia. La Filosofía o Metafísica siempre está va por delante de la Física. Pero Filósofia y Metafísica solo son las “herramientas” primeras. La realidad y esas materias pensantes no tienen porqué coincidir. Del pensamiento al hecho va un trecho.
    Muy agradecido por tus consideraciones, amigo Kike.

    Responder

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