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          Sí, siempre hemos pensado en esa relación

Cuántas veces habremos dicho aquí que, estamos hechos de “energía pura” fabricada en las estrellas y nuestras mentes evolucionan formando parte de un universo en constante expansión del que, sin que nos demos cuenta, recibimos continuos mensajes que nos mantiene conectados a esa fuerza invisible que nos hace pensar para descubrir su fuente.

En algún momento breve he tenido la sensación de tener en mi mente la solución a un pensamiento continuado sobre un problema científico que me preocupa y quisiera conocer. La sensación de ese saber, de tener esa respuesta deseada, es fugaz, pasa con la misma rapidez que llegó. Me deja inquieto y decepcionado, estaba a mi alcance y no se dejó atrapar. Me ocurre con cierta frecuencia con distintos temas que me rondan por la cabeza. Sin embargo, esa luz fugaz del saber aparece y se va sin dejar rastro en mi mente que me permita, a partir de una simple huella, llegar al fondo de la cuestión origen del fenómeno. El espacio-tiempo, la materia contenida en el Universo con la fuerza gravitatoria que genera, el electromagnetismo y, nuestras mentes, que tienen conocimiento de que todo esto sucede.

De manera que nuestro consciente (sentimos, pensamos, queremos obrar con conocimiento de lo que hacemos), es el elemento racional de nuestra personalidad humana que controla y reprime los impulsos del inconsciente, para desarrollar la capacidad de adaptación al mundo exterior. Al ser conscientes, entendemos y aplicamos nuestra razón natural para clasificar los conocimientos que adquirimos mediante la experiencia y el estudio que aplicamos a la realidad del mundo que nos rodea.

La mente humana es una maravilla. Esas sensaciones que antes he mencionado y que en mí, llegan y se van sin dejar huellas, son las mismas que sintieron Galileo, Kepler, Newton, Planck o Einstein, lo único diferente es que en ellos la sensación no fue tan fugaz; se quedó el tiempo suficiente en sus mentes como para que pudieran digerir el mensaje y comunicar al mundo lo que les había transmitido. Así, a fogonazos de luz del saber, avanza la Humanidad.

Nadie ha podido explicar nunca como llegan esos fogonazos de luz del conocimiento a unas pocas mentes elegidas.

El cerebro se cuenta entre los objetos más complicados del universo y es sin duda una de las estructuras más notables que haya producido la evolución. Hace mucho tiempo, cuando aún no se conocía la neurociencia, se sabía ya que el cerebro es necesario para la percepción, los sentimientos y los pensamientos.

      ¿Cuantas veces nos habremos hecho esa pregunta?

En tanto que es objeto y sistema, el cerebro humano es muy especial: su conectividad, su dinámica, su forma de funcionamiento, su relación con el cuerpo y con el mundo… no se parece a nada que la conciencia conozca.  Su carácter único hace que el ofrecer una imagen del cerebro se convierta en un reto extraordinario. Aunque todavía estamos lejos de ofrecer una imagen completa del cerebro, sí podemos ofrecer retazos y datos parciales de algunos de sus complicados mecanismos. Sin embargo, carecemos de información para generar una teoría satisfactoria de la conciencia.

El reto que tenemos por delante consiste en adoptar la forma correcta en que se deben leer los contenidos de todas esas páginas que contienen la secuenciación de las 3.000 millones de letras de ADN, y comprender el modo de cómo funcionan juntas las distintas partes para encausar la salud y la enfermedad humanas.

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            Cien mil millones de neuronas y, la escalera del ADN que va, desde nuestro mundo hasta lo más profundo del Universo

La consecuencia más importante de todo esto es que se ha abierto la puerta a un alentador y enorme (aunque complejo) paisaje biológico nuevo.  Su exploración necesitará de pensamientos creativos y nuevas ideas. Hace 30 años todo esto era un sueño; nadie se atrevía a pensar siquiera con que este logro sería posible algún día, ¡secuenciar 3.000 millones de grafos de ADN!

Sin embargo aquí viene la contradicción o paradoja: ¡el cerebro que aún no conocemos lo ha hecho posible!

La genómica es una auténtica promesa para nuestra salud pero necesitaremos algunos saltos cuánticos en la velocidad y la eficacia de la secuenciación del ADN. Está claro sin embargo que dadas todas las dimensiones del ser humano, que incluyen aspectos tanto materiales como espirituales, será necesario mucho, mucho, mucho tiempo para llegar a conocer por completo todos los aspectos complejos encerrados en nuestro interior.

          En nosotros conviven dos partes bien diferenciadas: Cuerpo y Mente

El adelanto que se producirá en las próximas décadas estará y será más visible en el aspecto biológico y la curación de enfermedades como el Alzheimer, Cáncer, Sida…, y, otras muchas queasolan nuestro mundo. El conocimento de la psique, de nuestra propia conciencia, será mucho más lento.

¿Será posible que algún día tengamos un conocimiento completo de nosotros mismos? Tal conocimiento nos proporcionaría luz sobre lo que convierte en “únicos” a los seres humanos. Al decir únicos me refiero al hecho diferenciador de la conciencia y, desde luego, lo circunscribo al planeta Tierra, ya que referido a todo el Universo seguro que no somos “tan únicos”.

          Es cierto que, las enfermedades de la mente son las más complejas

Casi todas las enfermedades que nos aquejan están y tienen su origen en los genes. Otras dolencias están relacionadas con el entorno en el que vivimos, la forma de vida elegida por nosotros mismos (tabaco, alcohol, droga, etc), y una parte de los trastornos que padecemos (los más difíciles de curar), están situados en nuestras mentes, las más desconocidas.

Así que si el conocimiento sobre el genoma está en el buen camino y según todos los indicios, algún día podremos tener las respuestas que aún nos falta. El problema más serio está en ese gran desconocido que llamamos cerebro y que es el responsable de dirigir y ordenar todos y cada uno de los movimientos que se generan en el resto de nuestro cuerpo. Allí, en el cerebro,  está la central eléctrica que lo pone todo en marcha, ¿pero de qué mecanismos se vale? ¿Nos muestra la realidad de la Naturaleza? Precisamente esa es la explicación que nadie ha podido dar.

     ¿Cómo, a partir de células microscópicas llegamos aquí?

¿Qué es la realidad?, ¿Como la definimos?, ¿Cuántas realidades hay?, ¿Cada uno de nosotros tiene su propia realidad?¿Qué realidad nos transmite el Universo en nuestro mundo, será distinta a realidades de otros mundos? ¿Es una realidad la cuántica? ¿Existen realidades que no podemos percibir? La realidad va en función de la percepción que se tenga de ella, y esta forma parte de la Conciencia. Nuestra conciencia actual es un condicionamiento de nuestra visión del mundo actual y colectivo, es la que nos enseñaron nuestros padres, maestros, la sociedad, gobierno y religiones. A esta manera de ver y entender el mundo, pertenece el antiguo paradigma. Y, como nos diría Tom Wood, necesitamos nuevos paradigmas para poder entender la “realidad” de la Naturaleza.

Es cierto que, algunas veces, cuando profundamente pensamos en todos estos conceptos, llegamos a la conclusión de que la realidad no existe, y, si entramos en el mundo de la filosófía podríamos argumentar que nunca nadie ha podido “ver” un pensamiento y, sin embargo, ¿cuántos generamos durante nuestras vidas?

Si es cierto que estamos conectados con el Universo, tendríamos que esforzarnos en comprender como funciona la propia Naturaleza para tratar, en lo posible, de imitarla. Siempre se oyó decir: ¡La Naturaleza es sabia!

Y, lo cierto es, amigos míos que, si nos fijamos detenidamente en cómo funciona ésta, veremos que todo tiene un principio, una ley que sigue las reglas impuestas para que, el bien general sea el fin pèrseguido.

Todo lo que ocurre tiene una explicación que va encaminada a la consecución de unos propósitos que son los que rigen en todas las fuerzas fundamentales de nuestro Universo.

Sin la fuerza nuclaear fuerte, no tendríamos átomos que juntos formaran moléculas y éstas se juntaran para constituirse en materia.

Claro que, esa sabiduría de la Naturaleza a la que antes me refería, nos debería llevar hasta propósitos superiores, incluso de una célula podríamos aprender: Cada Célula del cuerpo acuerda trabajar por el bien del Todo; el Bienestar individual es secundario. Si es preciso, morirá para proteger al cuerpo (Lo que ocurre con frecuencia). La vida de cualquier célula es muchísimo más breve que la nuestra. Las celulas de la piel mueren por cientos cada hora, al igual que las inmunológicas que combaten los microbios invasores. El egoísmo resulta inconcebible, incluso cuando la supervivencia de las células está en juego.

¿Por qué no hacemos nosotros lo mismo? ¿Acaso no hemos finalizado nuestro proceso de Humanización, o, por el contrario, simplemente se trata de que somos así. Seres egoistas en los que prima lo individual y el YO, contra el NOSOTROS, como “Ente” principal? Hay una cuestión que me da algo de esperanza: Cuando hablamos de nuestros hijos, de nuestro ser Amado… El Yo se queda detrás y prevalecen esos valores, esos sentimientos que, en realidad, son los que nos ditinguen y nos hacen grandes.

¡Nosotros y el Universo!

       Sí, todo el universo infinito está dentro de nuestras mentes… Ahí debemos buscar

A veces me gusta pensar que nuestros cuerpos carecen de edad y nuestras mentes de tiempo. Una vez que identificados con esa realidad, que es congruente con la visión cuántica del universo, entraremos en el nuevo paradigma, y nuestras conciencias, sé expandirán, cósmica y cuánticamente en fractales radiales exponenciales y dimensionales que formaran un todo con el Universo al que pertenecemos.

Al mirar por el microscopio electrónico, (Microcosmos) vemos como las partículas cuánticas se mueven, (virtualmente) a la velocidad de la luz, y si miramos al cielo y observamos las Estrellas, veremos la inmutabilidad del Macrocosmos. Cada uno habita en una realidad que se encuentra mas allá de todo cambio. En lo más profundo de nosotros, sin que lo sepan nuestros sentidos externos tridimensionales o físicos, existe un intimo núcleo del ser, un campo de inmortalidad, que crea la personalidad, él yo y el cuerpo. Este ser es nuestro estado esencial, es nuestra esencia (¿Alma?), es quien realmente somos. ¿Somos, después de todo “Almas Etéreas” en este inmutable escenario cósmico que se repite una y otra vez?

Una galaxia es simplemente una parte pequeña del universo, nuestro planeta es una mínima fracción infinitesimal de esa galaxia, y nosotros mismos podríamos ser -en relación a la inmensidad del cosmos- como una ínfima colonia de seres pensantes e inteligentes. Sin embargo, todo forma parte de lo mismo, y aunque nos pueda dar la sensación engañosa de una cierta autonomía y libertad, lo cierto es que todos y todo está interconectado y el funcionamiento de una cosa incide directamente en las otras y, nosotros, no somos ninguna excepción.

Está claro que en lo más profundo de esta consciencia ¡que no conocemos!, se encuentran todas las respuestas planteadas o requeridas mediante preguntas que nadie ha contestado. Para poder llegar a esos conocimientos tan profundamente escondidos dentro de nosotros, debemos observar la Naturaleza que, habiendo logrado traernos hasta aquí, a partir de la materia “inerte”, es la que contiene todos y cada uno de los datos que nos dirán lo que somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.

En corriente que en muchas oportunidades mencione y los ponga en un plano de estrecha relación, el Universo y la Mente-consciencia- , en realidad, aunque no siempre lo consiga, lo que trato de hacer ver es que todo ello es la misma cosa: universo-galaxia-mente. Nada es independiente en un sentido global, sino que son partes de un todo y están estrechamente relacionados.

Lo cierto es que creamos nuestra propia realidad, dentro de otra realidad más grande que resulta ser el UNIVERSO del que sólo somos una parte…, que seguramente, no será la más importante.

emilio silvera

 

  1. 1
    Biologist
    el 20 de diciembre del 2012 a las 17:09

    Muy buen artículo como siempre, al ir leyendo cada uno de sus parrafos, estos me van llevando poco a poco mas aún a esa tan escurridiza respuesta, ¿existe vida en otros planetas? esto mas allá de si es cierto , creo traerá otra complicación, pues basdo en la ciencia, era mas práctico decir que la vida se había desarrollado en la tierra producto de una ” Casualidad”, pero si se comienza a comprobar qu en realidad, no somos producto de una salualidad sino de una ” Causalidad”, entonces vaya que la cosa cambia, significaría que todo en el Universo sigue un orden, y este bine dado por la evolución estelar ( es allí donde se forma los sistemas solares) y es precisamente en estos sistemas donde se encuentran los planetas y en uno de estos, nosotros, esa ” Causalidad manifiesta”.

    Un orden, un principio, una ley, de seguro, encontraremos un apelativo para hacerle calzar a esta, una de las mayores dudas de la humanidad y tal vez de cuantas otras. Bién dices en otro de tus artículos, 3.000 millones de letras de ADN, si verdad, un ADN con memoria, asi es, como todo en el Universo, todo se replica basado en una ” Memoria”.

    ¿ De donde nace la vida? ¿que hace que de la matería inanimada nasca la materia animada? muchas veces hablamos de la química, quizas, la madre de las ciencias, pero hoy, claramente una de sus hijas, La biología, tiene la palabra y mucho que decirnos.

    Un gran saludo.

    Responder
    • 1.1
      emilio silvera
      el 21 de diciembre del 2012 a las 4:32

      Dices bien amigo Biologist:
      Una sucesión de hechos contatenados que todos tienen su origen en el anterior, van escribiendo la historia de lo que ocurrió aquí en la Tierra y habrá pasado también, en múltiples planetas de las galaxias más o menos lejanas.
      Todo está presente en el ritmo del Universo y en la Biología de las estrellas que hacen las primeras transmutaciones químico-biológicas para hacer posible ese “milagro” que llamamos vida.
      Una explosión Nova llena la oscuridad del vacio de un tremendo respondor, las capas exteriores de esa estrella que de esa amanera anuncia el final de su vida, salen eyectadas en todas las direcciones e inunda una extensa región de material estelar.
      Con el paso del tiempo, ese material (que como todo en el univero se mueve y está sometido a interacciones con las cuatro fuerzas fundamentales del univeros), sufre transformaciones y la gravedad va creando aquí y allá enormes conglomerados de gas y polvo que se retuercen y se juntan haciendo, cada vez más densos, esos enormes conglomerados de material que se va haciendo más y más denso en el centro que, por la fricción de los átomos de hidrógeno, llega un momento que las temperaturas son tan grandes que se produce la fusión para que así, de manera irreversible, nazca la protoestrella que, con el paso del tiempo, será una estrella nueva más o menos masivas que, por lo general, en el proceso de violenta rotación, de lla se habrán desprendido “trozos” que saldran despedidos más o menos lejos y quedan atrapados por la gravedad de la nueva estrella.
      Éstos vecinos de la nueva estrella, seguiran girando y, atraídos por la gravedad del astro nuevo, lo orbitarán y todos, menos el sol que nació, se irá enfriando al no tener masa suficiente para fusionar hidrógeno en helio, se quedarán como simples planetas de los que, según los tamaños, también se habrán podido desprender “trozos” de material que por el mismo sistema (en más pequeño) se convertiran en satélites del planeta.
      De entre todos los planetas que formen el sistema solar nuevo, alguno o algunos, podrá estar situado en la “zona habitable”, en ese lugar en el que el calor emitido por su sol no sea tórrido y evite el frío congelante. El agua, correrá allí rumorosa y cristalina.
      A partir de allí, el curso de la historia seguirá, el paso del tiempo inexorable, el enfriamiento del planeta, el agua, la luz del sol, los rayos cósmicos, los poderosos y rugientes volvacenes, los movimientos tectónicos y los terremotos, las lluvias torrenciales, la formación de los mares y océanos…Todo ello creara el adecuado clima para que, en ese planeta privilegiado, se pueda formar el protoplasma vivo del que surgirán células replicantes y, amigo mío…¡la vida estará servida! Ya sólo queda esperar la natural evolución para constatar si alguna de las especies llega hasta la ¡consciencia” de SER.
      Resumido de manera muy escueta y sencilla, así, a grandes rasgos, tenemos la historia de lo que aquí y en otros muchos lugares pudo pasar. Una cosa no debemos olvidar nunca: El Universo, en todas partrs se rige por las mismas leyes y, siendo así (que lo es), ¿Por qué se podría formar aquí la vida y en otros lugares no?
      Un saludo cordial.

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  2. 2
    emilio silvera
    el 25 de julio del 2013 a las 10:38

    De todas las maneras, y fuera como pudiera ser el surgir de la vida en nuestro planeta, lo cierto es que, aquí estamos y nos podemos preguntar por ella y tratar, si ello es posible, de averiguar de dónde pudo venir en su origen y cómo, el Universo, pudo hacer posible tal maravilla… porque, maravilla es que, a partir de “la amteria inerte”, pudiéramos alcanzar los pensamientos y llegar a saber de física, química, biología, astronomía, matemáticas y otras muchas ramas del saber humano que nos posibilitan saber, como el mundo es.
    ¿Cuántas formas de vida inteligente estarán presentes en esos mundos lejanos?
    Hasta que no podamos hacer ese primer contacto comn otra especie nacida fuera de la Tierra, no dejarémos de hacer esa pregunta, ya que, nuestros escasos pero, suficientes conocimientos, nos posibilitan para saber que, la Vida, pulula por todo el Universo.
    ¡La veremos algún día¿
    Las distancias están en contra de tal posibilidad pero… ¡Es tan grande nuestra imaginación que, quién sabe!
     

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