domingo, 28 de abril del 2024 Fecha
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¡Nuestra curiosidad! Será nuestra salvación

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Hacia el futuro    ~    Comentarios Comments (17)

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¿Qué es la realidad? Para nosotros, está claro que la realidad es lo que pensamos que es. Bueno, es simplemente, nuestra realidad, la que nos induce nuestros sentidos y nuestra experiencia de lo que perciben a su alrededor. Nosotros, los humanos, estamos totalmente seducidos por la belleza que nos transmite la Naturaleza, ya que, una voz dentro de nuestras mentes, no deja de gritar ¡Tú eres Naturaleza! y, siendo así, ¿quién no se quiere así mismo?

Claro que, al no tener el cerebro totalmente evolucionado, nuestras percepciones del mundo, pueden ser engañosas y podemos estar construyendo una realidad “nuestra” que, difiere de aquella otra realidad que subyace en la Naturaleza y que aún, no sabemos ver, toda vez que nuestros sentidos y nuestras mentes, no llegan a captar, lo que la Naturaleza nos trata de enseñar.

 El hombre erguido fue el primer explorador de la especie

 

Quizá nunca lleguemos a saber si el ser humano se hizo explorador y descubridor por necesidad, o si el deseo de conocer nuevos lugares y nuevas experiencias forma parte de nuestra herencia, de un principio que está gravado en nuestras mentes y que nos incita a querer saber siempre más, a saber y conocer nuevas cosas; lo cierto es que por una u otra razón, el deseo de viajar hacia lugares desconocidos e ir más lejos de lo que pudieron ir los que nos precedieron, se ha manifestado siempre como un impulso irrefrenable. Feyman decía: “…¡el placer de descubrir…!

Y, de esa manera, la Humanidad realizón un larguísimo recorrido hasta llegar al siglo XX en el que ya parecía muy mala época para dar rienda suelta a esa necesidad imperiosa, en lo que a viajes se refiere, toda vez que, salvo la Atlántida, todas las tierras del planeta estaban practicamente exploradas (casi) en su totalidad y teníamos ya rutas marítimas seguras que unían todos los continentes. Sin embargo, en alguna parte del siglo se abrieron las posibilidades de exploración con las que no se hubiesen podido ni soñar unos pocos de años antes.

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Hablamos del espacio Interestelar con Nubes moleculares Gigantes en las que, surgen nuevos elementos que hacen posible la aparición de la química-biológica que da lugar al surgir de la vida

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Gran recorrido: del Ayer al Mañana

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Hacia el futuro    ~    Comentarios Comments (0)

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 El hombre nunca dejó de hacerse preguntas que la falta de conocimientos contestaba valiéndose de las divinidades, inventándose un dios o una diosa para cada situación y, claro está, la ignorancia les producía temor que les llevaba a los sacrificios a los dioses para procurar tenerlos satisfechos y evitar su furor. Todos los sucesos y fenómenos naturales que no comprendían, los astros del cielo y las fugaces estrellas voladoras de la noche, todo ello, era traducido o bien como deseo de los dioses o como una premonición que forecía al monarca de turno.

 

                Sacrificios humanos mostrados en el Códice Magliabechiano.


Así, la Humanidad caminó por el planeta Tierra durante milenios. El tiempo inexorable pasaba, y con él las generaciones, las distintas culturas y sociedades humanas. Como el hombre no cejaba en su empeño de saber, lo observaba todo y procuraba aprender de todo lo que acontecía, de tal forma que, un día, dejando de lado la mitología y a los dioses comenzó a emplear la lógica para llegar a comprender que, todo acontecimiento, tanto en la Tierra como en el cielo, era debido a una causa natural, que la mágica intervención de los dioses, nada tenía que ver con todo aquello y, que todo lo que pasaba era la consecuencia de un suceso anterior.

Cuando el cielo se oscurecía y se llenaba de nubarrones, la lluvia y la tormenta no tardaban en aparecer. La noche les traía la oscuridad, el frío y el peligro, mientras que el día les llenaba de la luz y el calor del Sol fulgurante. Los ríos arrastraban las piedras y la arena del lecho fluvial y formaban las playas en las orillas. Una fuerza invisible se llevaba el agua del mar y la volvía a traer, siempre en períodos de tiempo iguales que se repetían sin cesar.

Poco a poco, aquellos secretos se fueron desvelando y se encontró el origen de todos los fenómenos que, en un principio, sólo eran insondables misterios. Lo que antes eran secretos de la Naturaleza, ahora se habían convertido en sucesos naturales que podían explicar.

 Civilizaciones como las de Sumeria, Mesopotamia, Babilonia, Egipto y tantas otras que, nos dejaron sus descubrimientos e inventos que, principalmente recogidos por los griegos clásicos, fueron desarrollados para el devenir del futuro. En casi todas esas civilizaciones existen leyendas y mitos. Recordemos un momento a los Sumerios.

 

La civilización sumeria empezó a desarrollarse alrededor del cuarto milenio a. C., en las tierras ubicadas entre los ríos Tigris y éufrates, alcanzando un alto grado de desarrollo urbano y comercial. Cada ciudad se organizó como un Estado teocrático pues era gobernada por los dioses tutelares, a través de sus sacerdotes.

Los sumerios fueron los primeros en desarrollar un sistema de escritura y contabilidad. Uno de los escritos más conocidos es el Código de Hamurabi, quien gobernó entre los años 1790 y 1750 a.C. Esta civilización fue dominada por distintos pueblos. Los hititas, pueblo de origen semita, invadieron Mesopotamia  estableciéndose al norte de Sumer. Allí, cerca del año 2350. Sargón I fundó la ciudad de Acad. Posteriormente, dominaron a los sumerios, pero la superioridad cultural de estos últimos terminó por imponerse, traspasándoles su lengua y sus costumbres.

La cultura de Uruk, que dará origen a la civilización sumeria, se extenderá por toda la baja Mesopotamia, proporcionando el pleno dominio de nuevas técnicas, como la rueda y el carro, la navegación, el torno de alfarero, el arado o la fundición de metales.

 

                                          Grabado sumerio

Los sumerios fueron buenos observadores y como consecuencia formularon teorías astronómicas muy avanzadas a su época. Las imágenes arqueológicas que se han encontrado así lo atestiguan, pero si algo por lo que resultan especialmente llamativos (según algunos) es por su más que posible contacto con civilizaciones extraterrestres. (Cosa que ponemos en cuarentena dado que, como pasó con otras civilizaciones, son los simples grabados los que parecen el mayor testimonio de ello, y, tal prueba, no es prueba suficiente).

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Sería algo que explicaría su avanzado conocimiento de astronomía, de representar el sistema solar como hoy lo conocemos. Y es que varios especialistas han sostenido que sólo una raza alienígena podría haberles transmitido tales conocimientos, impensables para su época y que pasarían bastantes siglos para alcanzar algo similar en algunos aspectos.

En este sentido, son bien conocidos los Anunaki, un grupo de deidades sumerias que vendrían a ser seres semi-extraterrestres, enviados desde el cielo a la tierra. Serían unaraza muy avanzada que ayudaron a los sumerios en el desarrollo de su civilización.

Y todavía hoy sigue siendo algo realmente misterioso el origen de la civilización sumeria, con una estructura social compleja, conocimientos avanzados de agricultura, metalurgia, medicina, astronomía, matemáticas y creadores de la escritura jeroglífica.

De todas aquellas civilizaciones antiguas bebieron los griegos clásicos. Tales de Mileto, en la antigua Grecia, fue el primero en descubrir la importancia que tenía el agua para la vida; él también empleó la lógica para explicar las cosas. Empédocles, otro pensador griego de aquella época floreciente del saber, nos dijo que todo lo que vemos, todas las cosas estaban formadas por cuatro elementos: agua, aire, tierra y fuego, que mezclados en la debida proporción lo podría conformar todo. Aunque algo rústico no deja de ser una buena intuición el hablar de elementos si pensamos que de eso hace más de 2000 años.

 

Demócrito de Abdera (el filósofo sonriente), otro sabio de Grecia, nos adelantó (muchos años antes de Cristo) que todas las cosas estaban hechas por partículas diminutas, invisibles e indivisibles, a las que llamó átomos. Él nos habló de vacío y de materia, los dos conceptos más destacados del universo de hoy.

Pitágoras y Euclides, Anaxágora y Anaximandro, y Galeno con las matemáticas, la astronomía y la medicina, Sócrates, Platón o Aristóteles en filosofía… todos ellos y muchos otros abrieron el camino para que la Humanidad pudiera tomar un camino muy distinto y más racional que el del resto de los seres vivos del planeta.

Está claro que hemos tenido el privilegio de venir a caer en uno de los planetas que reúne condiciones para la vida. El Universo es tan grandioso que alberga a cientos de miles de millones de galaxias, y el número de las estrellas que las conforman es de tal magnitud que sería una temeridad creer que sólo en el Sistema Solar al que pertenecemos existe la vida inteligente.

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Aquí se fraguan los elementos primarios para hacer posible los ladrillos de la vida. Aminoácidos y azúcares están ahí presentes. En lugares como el que arriba podemos contemplar, se dieron las circunstancias responsables de hacer posible la existencia de todos los seres vivos que han poblado nuestro planeta Tierra.

Nuestro Sol, estrella de segunda generación, es en realidad una estrella mediana clasificada como G2V, amarilla, con una temperatura efectiva de 5.770 K (tipo espectral G2), formada en su mayor parte de hidrógeno (71% en masa), con algo de helio (27%) y elementos más pesados (2%). Su edad se estima en unos 4.500 millones de años y se encuentra en la mitad de su vida como estrella antes de agotar el combustible nuclear y convertirse en gigante roja que, finalmente, explotará lanzando las capas exteriores al vacío estelar y se contraerá bajo el peso de su propia masa (la gravedad sin ninguna fuerza que la contrarreste) para convertirse en una estrella enana blanca.

En el centro de nuestro Sol la temperatura se calcula próxima a los 15’6 millones de K y la densidad en el núcleo de 148.000 Kg/m3. El Sol tiene un diámetro de 1.392.530 Km, su masa total es de 1’989×1030 Kg y su velocidad de escape está cifrada en 617’3 Km/s; si no se alcanza no se puede escapar de él. El Sol fusiona cada segundo 4.654.000 toneladas de hidrógeno en 4.650.000 toneladas de helio. Las 4.000 toneladas restantes son enviadas al espacio en forma de luz y de calor, energía de la que una pequeña parte llega al planeta Tierra, y gracias a ello es posible la vida tal como la conocemos.

Como antes mencioné, la evolución de nuestro Sol, con el paso del tiempo, lo llevará de manera irremediable a contraerse hasta alcanzar el tamaño de la Tierra y volverse tan denso como para evitar su propio colapso por la presión de degeneración de los electrones. La densidad que alcanza es de 5×108 Kg/m3.

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 La energía del Sol y las de la propia Tierra, hacen posible la vida

En su fase anterior, la de gigante roja, crece varias veces su tamaño original, y en el caso de nuestro Sol su órbita sobrepasará al planeta Mercurio, al planeta Venus y probablemente al planeta Tierra, que para entonces, por lo elevado de las temperaturas reinantes, habrá visto evaporarse el agua de los ríos y océanos hasta dejarlo seco y yermo, sin posibilidad de vida.

           El hoy de Aldebarán, será el futuro del Sol y la Tierra será calcinada

Para cuando todo eso ocurra, ¿quién estará aquí?; faltan varios miles de millones de años y, si la Humanidad no se ha destruido a sí misma, espero que para entonces tenga preparado todos los medios necesarios para instalarse en otros mundos, preferiblemente fuera de nuestro Sistema Solar, ya que los planetas vecinos, una vez desaparecido el Sol, no creo que reúnan las condiciones idóneas para acoger la vida, y las lunas de esos planetas tampoco parecer suficientemente acogedoras: Io, el tercer satélite más grande de Júpiter, sólo tiene un diámetro de 3.630 Km y es una caldera volcánica donde la radiante lava fluye de sus muchos volcanes. Toda la superficie de Io tiene un color amarillento debido a los depósitos de azufre u óxido de azufre. Existen extensas llanuras y regiones montañosas en Io, aunque no cráteres de impacto, indicando que su superficie es muy joven geológicamente.

La densidad de Io, 3’57 g/cm3, sugiere que tiene un núcleo de hierro-azufre de unos 1.500 Km de radio y un manto de silicatos. Las actividades volcánicas de Io son el resultado del calor liberado por las fuerzas de marea, que distorsionan el satélite a medida que se acerca o se aleja de Júpiter en su órbita.

 

                                    Io, un pequeño planeta imposible

Europa, el cuarto satélite más grande de Júpiter y el segundo de los cuatro satélites galileanos en distancia al planeta, conocido también como Júpiter II, tiene un diámetro de 3.138 Km, ligeramente menor que nuestra Luna. La densidad de Europa es de 2’97 g/cm3 indicando que está compuesta fundamentalmente por rocas de silicio, mezcladas con, al menos, un 5% de agua.

La superficie es brillante y helada con un albedo de 0’64, dominada por redes de fracturas oscuras y lineales, algunas de más de 1.000 Km de longitud. Se han identificado en Europa al menos una docena de cráteres de impacto.

Europa es una luna de mucho interés al haberse detectado, al igual que en Encelado, que pueden tener acéanos bajo la gruesa capa de hielos de las superficies. Si finalmente resulta ser así, no debería extrañarnos que alberguen alguna clase de vida.

 

Europa, de la que recientemente (dicen que) se ha descubierto que el agua de su Océano interior, tiene un pH muy alto no apto para la vida. Sin embargo, tal noticia -al menos yo- no la creo fiable y, dadas las condiciones de aquel pequeño mundo (lo que de él conocemos), no parece que, de tener océanos interiores, éste tenga un agua de esas caracterrísticas.

Ganímedes, el satélite más grande de Júpiter y el mayor del Sistema Solar, con un diámetro de 5.262 Km, conocido como Júpiter III y es el más brillante de los satélites galileanos.

La densidad de este satélite es de 1’94 g/cm3 y posee una superficie helada llena de contrastes con regiones de alto y bajo albedo, cubiertos por complejos sistemas de surcos, indicando la existencia de varias fases de actividad en la corteza en el pasado. Algunos de los cráteres de impacto más grandes sobre la superficie se han convertido en palimpsestos debido al lento flujo del hielo, como en un glaciar.

 Ganimedes

                                                                                    Ganímedes

Titán, el satélite más grande de Saturno y el segundo más grande del Sistema Solar, con un diámetro de 5.150 Km; también conocido como Saturno VI. Fue descubierto en 1.655 por C. Huygens. La composición más probable de Titán es la de rocas y  hielo en partes iguales aproximadamente. Es el único satélite del Sistema Solar que tiene una atmósfera sustancial. La atmósfera está compuesta principalmente por nitrógeno, con un 2/10% de metano, un 0’2% de hidrógeno (porcentajes moleculares) y trazas de etano, propano, etino, cianuro de hidrógeno y monóxido de carbono. Su temperatura es de -180 ºC y pueden existir lloviznas de metano en la superficie y posiblemente nieve de metano. A unos 200 Km de altura abundan espesas nubes anaranjadas de hidrocarburos y existen además capas de neblina atmosférica hasta los 500 Km.

 http://impactobarahonero.com/home/wp-content/uploads/2011/12/titan.jpg

                                                                                                                             Titán

Las sondas Voyager revelaron un casquete polar norte en las nubes de Titán, con un collar ligeramente más oscuro a su alrededor. Además, el hemisferio norte era marcadamente más oscuro que el sur. Ambos son probablemente efectos estacionales.

Ahora mismo y desee hace algunos años, la sonda Cassini nos está dando una versión más completa de lo que es Titán y Saturno, de ambos nos ha enviado una colección de fotografías y de datos que nos da la posibilidad de conocer más a fondo estos cuerpos lejanos del sistema planetario al que pertenecemos.

                    ¡Sorprendente Titán! con océanos y lluvia de metano

Otras muchas lunas acompañan a nuestros planetas vecinos: Phobos y Deimos en Marte; Callisto, Amalthea, Leda, etc. en Júpiter; Pan, Atlas, Prometheus, Pandora, etc. en Saturno; Cordelia, Ophelia, Bianca, Ariel, etc. en Urano; Galatea, Larissa, Tritón, Nereid, etc. en Neptuno; Charon en Plutón… hasta formar un conjunto aproximado de más de 60 lunas.

De los planetas vecinos, Mercurio y Venus están descartados para la vida, y Marte con su delgada atmósfera compuesta (en volumen) por alrededor  del 95% de dióxido de carbono, 2’7% de nitrógeno, 1’6% de argón, 0’1% de monóxido de carbono y pequeñas trazas variables de vapor de agua, con unas temperaturas superficiales de entre 0 y -125 ºC, siendo la media de -50 ºC.

Es relativamente frecuente la presencia de vapor de agua en nubes blancas o de dióxido de carbono en dichas nubes cerca de latitudes polares. Existen dos casquetes de hielo de agua permanentes en los polos, que nunca se funden y que en invierno aumentan de tamaño al convertirse en casquetes de dióxido de carbono congelado, hasta alcanzar los 60º de longitud.

Está claro que, nuestra visión del planeta Marte, a partir de la Mars Phoenix Lander, con el descubrimiento de hielo de agua, ha cambiado, y, sobre todo, nos deja una duda razonable sobre la posibilidad de alguna clase de vida sobre el planeta, sino en su superficie, sí en el subsuelo.

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Marte nos puede dar…, aún, algunas sorpresas. Ahora los de la NASA dicen que para el 3 de diciembre darán alguna sorpresa

Marte está supeditado a sus tormentas de polvo, pudiendo extenderse hasta cubrir la totalidad del planeta con una neblina amarilla, oscureciendo los accidentes superficiales más familiares. La superficie de Marte es de basalto volcánico con un alto contenido en hierro, que le da al planeta el color característico por el que se le denomina “el planeta rojo”.

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    En algunas de las imágenes tomadas por nuestras naves y sondas espaciales, se muestran extrañas figuras que…

Existen muchas áreas de dunas de arena rodeando los casquetes polares que constituyen los mayores campos de dunas del Sistema Solar.

La actividad volcánica fue intensa en el pasado. Tharsis Montes es la mayor región volcánica, estando Olympus Monts situado en el noroeste, y la vasta estructura colapsada Alba Patera, en el norte. Juntas, estas áreas volcánicas constituyen casi el 10% de la superficie del planeta. No hay volcanes activos en Marte, aunque en el pasado produjeron llanuras de lava que se extendieron cientos de kilómetros.

Muchos de los cráteres de impacto más recientes, como cráteres de terraplén, tienen grandes pendientes en los bordes de sus mantas de proyecciones, sugiriendo que la superficie estaba húmeda o llena de barro cuando se produjo el impacto.

Aunque (según parece) no existe en la actualidad agua líquida en la superficie de Marte, hay indicios de que antiguamente tuvo ríos y lagos cuando existía una atmósfera más densa, caliente y húmeda. Uno de los “canales” secos es Ma’adim Vallis, de unos 200 Km de longitud y varios kilómetros de ancho.

 

Internamente, Marte probablemente tiene una litosfera de cientos de kilómetros de espesor, una astenosfera rocosa y un núcleo metálico de aproximadamente la mitad del diámetro del planeta. Marte no posee un campo magnético importante; su diámetro ecuatorial es de 6.794 Km, su velocidad de escape de 5,02 Km/s y su densidad media de 3’94 g/cm3. Dista del Sol 1’524 UA.

Tanto las lunas antes mencionadas como el planeta Marte son objetos de interesantes estudios que nos facilitarán importantes conocimientos de los objetos que pueblan el espacio exterior y de cómo serán muchos de los planetas y lunas que nos encontraremos más allá de nuestro Sistema Solar.

Pero todo se queda ahí, en una interesante experiencia que, principalmente nos dará unos conocimientos que más tarde, necesitaremos para cuando llegue el momento de buscarnos cobijo más allá del Sistema Solar.

 Lluvia de meteoritos en Marte

                                 Lluvia de meteoritos en Marte

Sin embargo, como lugares para vivir e instalarse no parecen, por sus condiciones físicas-ambientales, los más idóneos. Si acaso, en algunos de estos objetos celestes se podrán instalar bases intermedias para el despegue hacia otros mundos más lejanos, para aprovechar sus recursos de materiales minerales, hidrocarburos, etc. que poseen en abundancia pero, desgraciadamente, no son lugares aptos para instalar a la Humanidad que necesitaría crear, artificialmente, costosas instalaciones que simularan las condiciones terrestres, y tal empresa ni económica, ni tecnológicamente son tarea fácil. También se habla de “Terra formar” al planeta  Marte, lo que técnicamente es factible pero econonómicamente no.

Mucho camino hemos tenido que recorrer desde que aquellas legendarias ciudades eran el centro del saber del mundo. Desde entonces, hemos podido conocer con exactitud todo lo que contiene nuestro Sistema Solar. Hemos llegado con nuestras modernos telescopios terrestres y espaciales, mucho más allá de lo que nunca pudimos soñar. Sabemos de la historia de nuestro mundo, del nacimiento y la vida de nuestro Sol y, también sabemos, de su muerte irremediable.

Así las cosas, el único camino posible para el futuro de la Humanidad será avanzar en la exploración del espacio exterior, construir naves espaciales mejor dotadas en todos los sentidos, sobre todo: aislante de radiaciones nocivas y peligrosas para la salud de los tripulantes, dispositivos que recreen la gravedad terrestre, espacios hidrophónicos que produzcan cosechas continuas de verduras y tubérculos, plantas de reciclaje que depuren de manera continuada el agua de toda la nave y,  sistemas que hagan posible recoger el abundante hidrógeno presente en el espacio interestelar para separar el oxígeno del hidrógeno y proveer de agua abundante e inagotable a los viajeros, motores lumínicos de positrones -antimateria-, o de cualquier otro nuevo combustiblre que de alguna manera logren la velocidad relativista, o, ¿por qué no? que puedan viajar por el Hiperespcio.

                                          Acordaos de aquella Nave-Ciudad que pudimos ver en la Serie de televisión Atlántis

Laboratorios con instalaciones tecnológicas de última generación con potentes y sofisticados ordenadores que avancen y mejoren continuamente sobre el conocimiento de la física, la química y la biología, y, en fin y sobre todo, una conciencia colectiva de todos los gobiernos del mundo para comprender que su principal cometido es mirar y tratar de conseguir el mayor bienestar y la seguridad de todos los ciudadanos y, de entre otras cuestiones, una importante es la de destinar una parte importante de los recursos para investigar, explorar y preparar el futuro de las generaciones venideras.

No podemos descansar pensando que aún falta mucho para que nuestro Sol deje de prestarnos sus servicios, ya que el reto que tendremos que superar cuando eso esté cercano, será de  tal magnitud que necesitaremos todo ese tiempo (sin dejar de trabajar) para estar preparados y tener una solución. En caso contrario… ¡Adios Humanidad!

Muchas veces hemos explicado aquí lo que pasa con las estrellas y en qué se convierten en función de sus masas, al final de sus vidas.  Una gigante roja alcanza su mayor tamaño cuando todo su hidrógeno central se ha convertido en helio. En esta época se expande hasta el punto de devorar los planetas que pudiera haber a su alrededor, si tiene un sistema planetario. Esto es lo que le sucederá a nuestro Sol, cuando se convierta en gigante roja y se trague, al menos, los cuatro primeros planetas, incluida -probablemente-  la Tierra. Mucho antes, las condiciones atmosféricas y las temperaturas serán insoportables para el ser humano, que el único camino que tendrá será buscar otros mundos parecidos al planeta Tierra para instalarse.

Según algunos estudios realizados, la posibilidad más cercana de encontrar sistemas solares que tengan algún planeta similar a la Tierra, está situada entre 12 y 15 años-luz de nosotros: 15×9’4607×1012 Km ó 15×63.240 unidades astronómicas (1 UA = 150.000.000 Km).

Así eran nuestras primeras viviendas, lo único bueno era que no teníamos hipotecas y, la decoración tampoco nos resultaba demasiado cara. Desde entonces, hemos podido crear ciudades y lo que se conoce como una verdadera civilización como la que al principio se describe (la sumeria y otras que fueron), y, ahora, en un mundo moderno, pensamos en ese futuro que inexorable se nos viene encima y que no está exento de peligros que tendremos que soltear.

¿Lo podremos lograr? Esa pregunta, como podréis comprender, nadie la puede contestar, simplemente nos queda, confiar en nuestro destino que, sea el que pueda ser, no es seguro que esté en nuestras manos pero… ¡por si acaso! hagamos lo posible para que sea el deseado.

emilio silvera

La Curiosidad y ese espíritu aventurero…

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Hacia el futuro    ~    Comentarios Comments (0)

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“Lo que me preocupa no es simplemente comunicar al lector lo que tengo que decir, sino, por encima de todo, transmitirle las razones, subterfugios y afortunadas casualidades que me condujeron a mis descubrimientos. Cuando Cristóbal Colón, Magallanes y los portugueses relatan como se perdieron más de una vez en sus viajes, no sólo debemos perdonarles, sino agradecerles que nos hayan dejado su narración, porque sin ella nos hubiéramos perdido lo más fundamental e interesante. Así que espero que no me culpen si, movido por idéntica consideración hacia el lector, sigo el mismo método.”

Johannes Kepler

Así comienza el Capítulo XI del Libro Los Enigmas del Cosmos de Vicente Aupí, quien nos cuenta aquella vieja historia del planeta X que comienza de esta manera:

Varias décadas después del descubrimiento de Urano, obra de William Herschel en 1781, la Academia de Ciencias de Paris decidió revisar las posiciones exactas de los planetas. Alexis Bouvard, el científico encargado de hacer los cálculos, no tuvo problemas con Júpiter y Saturno, pero halló en Urano extrañas anomalías que daba a entender que el planeta no se movía en las posiciones que le correspondían de acuerdo con las leyes gravitatorias. Fue en ese momento, recien entrado el siglo XIX, cuando se forjaron los grandes enigmas que envuelven los confines del Sistema Solar cuya resolución sigue pendiente en la actualidad.

El hallazgo de Urano por parte de Herschel supuso la frontera cronológica que abrió una era científica de más de dos siglos en busca de los extraños y supuestos objetos que presumiblemente habitan las regiones remotas del dominio del Sol, cuya luz y calor no llegan hasta allí más que en una ínfima proporción.

  Las naves ‘Voyager’ surcan un océano magnético

‘Burbujas’ en los confines del Sistema Solar

Recreación artística de las 'burbujas' magnéticas (en rojo). | NASA.

Recreación artística de las ‘burbujas’ magnéticas (en rojo). | NASA.

  • Las sondas gemelas de la NASA ‘Voyager’ fueron lanzadas en 1977
  • Son las naves que más lejos han llegado en la exploración del Sistema Sol

El primer episodio del extraordinario abanico de exploraciones iniciadas desde entonces (a comienzos del siglo XIX) lo protagonizaron el francés Urbain Jean Joseph Le Verrier y el inglés John Couch Adams. Los dos calcularon con acierto, aunque de manera independiente, la posición de Neptuno, el octavo planeta en orden de distancia al Sol, que gracias a ambos fue localizado en 1846 desde el Observatorio de Berlín por Johann Galle. Las propias anomálias observadas en Urano propiciaron deducir cómo era el nuevo planeta y en qué parte del cielo debía ser buscado, por lo que Le Verrier y Adams sólo tuvieron que recurrir a su inteligencia para predecir la posición de Neptuno.

Todo aquello despertó el ánimo astronómico para la búsqueda de nuevos mundos. De la misma manera que Urano mostró anomalías en sus movimientos, pronto se comprobó que el problema también afectaba a Neptuno, de forma que se dio por hecho que tenía que haber algún planeta más allá de él que influía gravitatoriamente en su órbita. Y así comenzó, en la segunda mitad del siglo XIX, la búsqueda de un mundo transneptuniano que explicara las alteraciones sobre Urano y Neptuno, una búsqueda que se creyó terminada en 1930 con el descubrimiento de Plutón, pero que en realidad, no se ha terminado ni en la actualidad, puesto que Plutón sólo tiene un diámetro de 2300 km y, por tanto, su masa no es suficiente para causar las supuestas alteraciones gravitatorias sobre planetas que le superan en tamaño.

Pero otras muchas cosas extrañas están presentes en el abismno del Sistema Solar, en sus confines perduran misterios que no hemos sabido desvelar y, se sigue investigando para conocer nuestra propia casa, antes de que, un día lejano aún en el futuro, podamos sumergirnos en los abismos del Cosmos.

Han aparecido “Cordones” magnéticos que nos pueden llegar a afectar. Aunque los mapas del cordón (ver abajo) parecen mostrar un cuerpo luminoso, el cordón en sí no emite luz. En cambio, se hace notar a través de partículas llamadas “átomos neutrales energéticos” (energetic neutral atoms o ENAs, en idioma inglés), los cuales son en su mayoría átomos de hidrógeno comunes y corrientes. El cordón emite estas partículas, que son recogidas por la sonda IBEX en órbita alrededor de la Tierra.

ver imagen

Arriba: Comparación de las observaciones llevadas a cabo por la sonda IBEX (izquierda) con un modelo de reflexión que incluye un campo magnético tridimensional (derecha). Son hechos reales y no pensamientos salidos de una calenturienta imaginación. Nuestro Sistema Solar nos enconde cosas.

Buscando pistas sobre el tema, en www.paleoastronáutica.com La tercera Vía, encuentro algún dato (más o menos relacionado) que pongo a continuación:

En 1.976, el escritor e investigador Zecharia Sitchin proponía una hipótesis revolucionaria en su libro “El Duodécimo Planeta. En él exponía, como los sumerios, primera civilización conocida de la antigua Mesopotamia, hacían referencia a un gran planeta  conocido con el nombre de “Nibiru”  (planeta del cruce), bautizado posteriormente por los babilonios con el nombre de su principal deidad, Marduk.

En su obra, Sitchin argumenta el conocimiento de los antiguos pueblos de Mesopotamia de la existencia de doce planetas o cuerpos celestes principales, que conformaban también los doce dioses principales de sus panteones. A los nueve planetas comúnmente aceptados en la actualidad, Mercurio, Venus, La Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón, añadían hasta formar el número de doce, al propio Sol, la Luna y el planeta principal de sus dioses “Nibiru – Marduk”.

Fue este último nuevo planeta, el que según siempre su cosmogonía, puso el orden existente actual en nuestro Sistema Solar. Con una gigantesca órbita elíptica en torno a el Sol, penetró en el Sistema Solar, creando grandes perturbaciones en los planetas, y tras una gran colisión, creó la Tierra al desgajar un antiguo planeta que orbitaba alrededor del Sol, cuyo nombre era Tiamat, en la actual posición del cinturón de asteroides  existente entre Marte y Júpiter, y que diferencia a los planetas interiores de los exteriores. Del mismo modo liberó a uno de sus satélites, “Kingu”, que tras la colisión quedó atrapado en la órbita del nuevo planeta creado, La Tierra, pasando a ser desplazados ambos a su posición actual, siendo “Kingu” desde entonces nuestra conocida Luna.

ASTEROIDES QUE SE ACERCAN A LA TIERRA
Los asteroides son cuerpos cósmicos rocosos o metálicos que tienen diámetros desde unos pocos metros hasta el mayor conocido con 1000 Kilómetros (Asteroide 1 Ceres). Giran alrededor del Sol como parte del Sistema Solar. Se conocen varios miles, la mayoría girando entre Marte y Júpiter en el llamado Cinturón Principal.
La imagen corresponde al asteroide tipo “S” Ida, y su pequeña luna Dáctil, observación realizada por la sonda Galileo.
[Cortesía JPL/NASA]

Es de destacar que dentro del cinturón de asteroides se encuentra el mayor de los asteroides conocidos del Sistema Solar, Ceres, con un diámetro de 930 kilómetros, su masa equivale a una cuarta parte del total de las decenas de miles de asteroides que conforman el cinturón, y donde los científicos apuntan la existencia de abundante agua, un 25% del total de la masa de Ceres, unos 200 millones de kilómetros cúbicos, frente a unos 1.400 millones de kilómetros cúbicos estimados para la Tierra. Del mismo modo, la mitología sumeria hablaba del desaparecido planeta Tiamat, como un planeta acuoso. ¿Es quizá Ceres una clara evidencia del choque planetario entre Nibiru y Tiamat y que terminó por configurar nuestro planeta Tierra?

Ésta hipótesis explica algunos de los misterios que la ciencia aún no ha terminado de aclarar, tales como las cavidades oceánicas sobre la Tierra, la devastación observada sobre la Luna, las órbitas invertidas de los cometas y el fenómeno enigmático de Plutón.  El nuevo orden creado por la irrupción del duodécimo planeta sería la causa de la enigmática excentricidad de Plutón, que tiene la órbita más extensa y elíptica de todos los planetas conocidos del Sistema Solar, por lo que también es el único planeta que atraviesa la órbita de otro planeta, Neptuno. Mientras el resto orbitan casi dentro del mismo plano, Plutón se encuentra desviado diecisiete grados. El tamaño de Plutón, que como decíamos anteriormente fue recientemente desposeído del “título de planeta”, sería una señal inequívoca que en su momento fue victima de las perturbaciones que le hicieron ser expulsado de la órbita de Saturno al paso de “Nibiru”, del que era un simple satélite mas,  hasta ocupar su posición actual.

La gran colisión con Tiamat, a la vez que aclara la existencia del cinturón de asteroides, aclararía también el fenómeno de los cometas, que no obedecen a ninguna de las reglas normales de desplazamiento del resto del cosmos. Mientras que como explicábamos antes, las órbitas de los planetas son casi circulares y discurren en el mismo plano, excepto Plutón, la de los cometas son alargadas y en muchos casos muy pronunciadas, con periodos que abarcan de los cientos a los miles de años. Además,  mientras la totalidad de los planetas orbitan en dirección contraria a las agujas del reloj, muchos de los cometas se mueven en dirección inversa.

Sitchin llega a la conclusión de que la órbita del planeta “X” o Nibiru alcanza los 3.600 años y que, millones de años después de los cataclismos que configuraron el actual Sistema Solar y que aportaron “la chispa de la vida” a nuestro planeta Tierra, continuó orbitando en torno al Sol, repitiendo una y otra vez en su paso más próximo a la Tierra, es decir, el antiguo emplazamiento del desaparecido Tiamat (actual cinturón de asteroides). Y fue precisamente desde Nibiru donde llegó a la Tierra una antigua civilización que la colonizó, mucho antes de que el hombre moderno apareciese, porque fueron ellos quienes a través de la modificación genética, quienes impulsaron evolutivamente a los antiguos homínidos pre-humanos. Ellos fueron los dioses de la antigüedad, quienes crearon al hombre “a su imagen y semejanza”.

Pero, ¿es posible que un planeta como Nibiru, tan lejano al Sol, pueda tan siquiera albergar un mínimo de vida?

Trayectorias de las sondas Voyager

Hace más de 33 años que iniciaron su aventura espacial. Tras su largo viaje, las naves gemelas ‘Voyager’ de la NASA están alcanzando los confines del Sistema Solar. Allí, acaban de descubrir un fenómeno que ha dejado boquiabiertos a los científicos y que acaba de ser publicado en la revista ‘Astrophysique’: una zona de turbulencias llena de ‘burbujas’ magnéticas.

‘Voyager 1’ es la nave que más lejos ha llegado, pues ha logrado situarse a unos 17.000 millones de kilómetros del Sol. Los vehículos, desarrollados en California, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés), son las naves que más tiempo han permanecido en el espacio

A pesar de que cada vez disponemos de más información sobre el Sistema Solar, éste sigue sorprendiendo a los científicos. Prueba de ello es el último gran hallazgo de las naves gemelas. Los científicos encargados de la misión han revelado que las naves han enviado información de lo más sorprendente… y burbujeante.

Una sorpresa efervescente

Las naves han detectado la presencia de burbujas, confirmando que nuestro Sistema Solar está, nunca mejor dicho, en constante ebullición. Utilizando un nuevo modelo informático para analizar los datos transmitidos por las sondas los investigadores han calculado que el campo magnético solar mediría unos 160 millones de kilómetros de longitud. Algunas de las burbujas tienen una anchura similar a la distancia entre la Tierra y el Sol, por lo que harían falta semanas para atravesar una de ellas.

Archivo:Voyager.jpg

Voyager 1

‘Voyager 1’ penetró la ‘zona burbujeante’ en 2007 y ‘Voyager 2’ lo logró aproximadamente un año después. Al principio, los investigadores tuvieron dificultades para entender qué era lo que las naves mostraban. Ahora, creen haber resuelto parte de sus dudas.

Entendiendo la estructura del campo magnético solar, los astrónomos pretenden explicar cómo los rayos cósmicos galácticos penetran en nuestro Sistema Solar y cómo el Sol interactúa con el resto de nuestra galaxia, la Vía Láctea.

“El campo magnético del Sol se extiende a lo largo del Sistema Solar y se retuerce y contrae porque el sol gira”, explica Merav Opher, investigador de la Universidad George Mason. Opher hace una bonita metáfora, comparándolo con la falda de una bailarina. Concluye que “muy lejos del Sol, donde ahora están las naves ‘Voyager’, los pliegues de la falda se juntan”.

Como la falda de una bailarina

Cuando un campo magnético se dobla de tal manera, pueden suceder cosas muy interesantes, ya que las líneas de fuerza magnética se cruzan y vuelven a conectar. Los pliegues de la falda se reorganizan por sí mismos, a veces de forma explosiva y así nacen las burbujas magnéticas.

“Nunca pensamos que podríamos encontrar esta espuma en uno de los rincones más lejanos del Sistema Solar, pero ahí está!”, señaló entusiasmado el físico Jim Drake, colega de Opher, de la Universidad de Maryland.

El Sistema Solar sigue sorprendiéndonos, y los nuevos descubrimientos incluso ponen en entredicho una teoría de los años 50 que proponía un escenario muy distinto.

Inesperados intrusos

Los científicos aún deben evaluar las implicaciones de este nuevo hallazgo y desentrañar los misterios de esta zona del Sistema Solar. “Esto no es más que el principio, presiento que nos esperan más sorpresas”, concluye Opher.

Voyager 1 y Voyager 2 fueron lanzadas al espacio en 1977. Han sobrevolado Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Los abundantes datos recopilados por los nueve instrumentos que llevan a bordo cada una de ellas han convertido su misión científica del Sistema Solar en la más exitosa de toda la historia espacial.

Recreación del área estudiada por las 'Voyager' antes y después del hallazgo. | NASA la nueva y la antigua visión | NASA

El Planeta X, Hercóbulus, El 12º Planeta, Nibiru, son diferentes nombres que existen desde antiguo para designar a un extraño y destructor cuerpo celeste, que forma parte del Sistema Solar vecino de Tylo, pero que sin embargo su órbita tan elíptica y tan larga le lleva a cruzarse con nuestro Sistema Solar cada 3660 años.

El paso del planeta X, cruzándose por dentro de nuestro Sistema Solar, crearía unos efectos devastadores en La Tierra, encendiendo volcanes, terremotos, tsunamis, lluvias de fuego, etc… pues tendría que acercarse a unos 14 millones de millas de La Tierra, que astronómicamente se puede considerar como una distancia peligrosamente próxima.

La órbita elíptica de Nibiru, un planeta rojizo, más grande que Júpiter, le lleva a atravesar nuestro sistema solar, causando desequilibrios apocalípticos en la Tierra.

Hercóbulus tiene un tamaño bastante grande, entre 2 y 5 veces mayor más que Júpiter, con lo que la fuerza de este planeta gigante altera electromagnéticamente y gravitacionalmente, a todos los niveles, a nuestro planeta; su polo norte ejerce una gran infuencia magnética al acercarse al polo norte de La Tierra, momento en el que ambos cuerpos se repelen magnéticamente y se produce una gran sacudida geo-magnética que cambia los polos en La Tierra.

Esto explicaría que la civilización humana transcurre y evoluciona en el tiempo mediante periodos cíclicos, de aproximadamente cada 4 milenios, siendo una de las visitas indeseables de Nibiru la causante de la desaparición del continente de la Atlántida.

Se calcula que el paso de Nibiru cerca de La Tierra, hacia el año 2012, podría ocasionar la muerte de 2/3 de la población mundial. (Ya tenemos aquí “hecha realidad” la predicción maya). ¡qué gente!

El Planeta X se acerca a La Tierra

El máximo secreto sobre el Planeta X, “Ajenjo”, ha sido ordenado en todos los gobiernos del mundo siguiendo las directrices del Vaticano. Dicen que “para no causar el pánico”.

Este asunto está clasificado en la comunidad de países occidentales de la Nato-Otan como “Cosmic Top Secret”, es decir, un secreto al más alto nivel. En el Vaticano, el caso “Hercobulus” está clasificado como “Secretum Omega” con nivel 1, que es el máximo nivel de secreto, es decir, igualmente el mayor nivel de encubrimiento hacia la población civil mundial.

De todos modos, muchos astrónomos conocen perfectamente acerca de la realidad del Planeta X, puesto que se deduce científicamente que las irregularidades orbitales de Urano, Neptuno y Plutón, solamente se explican satisfactoriamente mediante la órbita del 12º planeta, Nibiru.

Supuestamente, Observatorios de todo el mundo como el de Neuchatel en Francia ya han fotografiado y hacen seguimiento del planeta X, en aproximación a La Tierra. Pero como es habitual, una cortina de silencio gubernamental cae sobre las direcciones de los observatorios astronómicos.

El encubrimiento se articula mediante mentiras gigantescas como “El cambio climático”, que se dice que es causado por la contaminación industrial, cuando en realidad podría explicarlo la llegada de Hercóbulus. A medida que el Planeta X se acerque, los desequilibrios en la Tierra serían mayores.

Otra idea sospechosa, similar a la anterior, es la supuesta conversión de Júpiter en un Sol. Ahora les ha dado por decir que Júpiter se va a poner a arder como una tea, y que se convertirá en un segundo sol, cuyo proceso sería uno de los causantes de los desequilibrios geo-climáticos que están teniendo lugar en La Tierra. Un proceso que nunca podría ir tan rápido.

En fin amigos, que cualquier hallazgo nuevo desata la imaginación de muchos y surgen historias que, no pocas veces, aunque no estemos seguros de ello, tienen una semilla de realidad que, no sabemos ni podemos explicar como floreció pero, sin embargo, debemos estar ojo avisor…¡por si acaso!

emilio silvera

¡Si dejamos de soñar y dejamos de imaginar…!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Hacia el futuro    ~    Comentarios Comments (6)

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¿Viajar en el tiempo?

Me hace “gracia” ver como mucha gente, incluso científicos, se atreven a dar su opinión sobre cuestiones que no conocen. No pocas veces, algunos que quieren ganar notoriedad, hacen afirmaciones que van más allá de sus conocimientos que, por lo general, son muy limitados (como nos ocurre a todos).

La mayoría de los científicos, que no han estudiado seriamente las ecuaciones de Einstein, desprecian el viaje en el tiempo como una tontería, algo que solo es aplicable a relatos sensacionalistas e historias fantásticas. Sin embargo, la situación que realmente nos encontramos es bastante compleja.

Llegará un tiempo en el que, desplazarnos de una a otra galaxia será posible, y, la limitación de c, habrá pasado a la historia. La imaginación e inventiva que nuestras mentes pueden desarrollar son ilimitadas…con el tiempo. ¿Quién podría imaginar hace 200 años que, tendríamos una sonda en Titán que nos envía imágenes y datos de aquel pequeño mundo?

Para resolver la cuestión debemos abandonar la teoría más sencilla de la relatividad especial, que prohíbe el viaje en el tiempo, y adoptar toda la potencia de la teoría de la relatividad general, que puede permitirlo. La relatividad general tiene una validez mucho más amplia que la relatividad especial. Mientras que la relatividad especial sólo describe objetos que se mueven a velocidad constante muy lejos de cualquier estrella, la teoría de la relatividad general es mucho más potente, capaz de describir cohetes que se aceleran cerca de estrellas supermasivas y agujeros negros. La teoría general sustituye así algunas de las conclusiones más simples de la teoría especial. Para cualquier físico que haya analizado seriamente las matemáticas del viaje en el tiempo dentro de la teoría de la relatividad general de Einstein, la conclusión final, de forma bastante sorprendente, no está ni mucho menos clara.

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2.013: ¿Qué nos dirá la Física? y… ¿Qué el Universo?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Hacia el futuro    ~    Comentarios Comments (2)

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El LHC se adentra en la materia del universo primigenio

 

En los comienzos del universo, justo después del Big Bang, existió un ‘plasma de quarks y gluones, dos partículas confinadas hoy en la materia pero que entonces vagaban libremente… Ahora hemos construído aceleradores de partículas que tratan de recrear aquellos momentos para poder “ver” lo que allí pasó y, buscamos el origen de la masa y partículas exóticas que nos digan algo sobre esa supuesta masa “perdida”, o, que no alcanzamos a ver.

Esta fotografía muestra el anillo de polvo de la estrella Fomalhaut, situada a 25 años luz de distancia de la Tierra. 

La galaxia NGC 2683 es una galaxia espiral que emula la forma clásica de las naves especiales en la ciencia ficción.

Esta es la imagen más detallada que existe de Messier 9, una conjunción de estrellas en el centro de la Vía Láctea.

El Hubble produjo esta bella imagen de la galaxia espiral NGC 1483, localizada en el sur de la constelación Mahi-mahi.


Como las nubes asechan en un día de lluvia, el hubble nos regala esta imagen de la galaxia Centauro.

Este gigantesco grupo de jóvenes estrellas, llamado R136 está a sólo unos cuantos millones de años luz y reside en la galaxia Doradus Nebula, dentro de la gran Nube de Magallanes. 

             El Hubble captó esta imagen del sistema Eta Carinae

Un equipo de científicos ha recolectado suficientes fotos de alta resolución del Hubble durante 14 años, que es suficiente para crear un timelapse.

En la celebración del 21 Aniversario del Hubble, en abril de 2011, apuntaron hacia el grupo de galaxias llamado Arp 273 y rescataron esta bella imagen. 

El telescopio espacial Hubble ha logrado captar la extrema violencia del proceso de formación de una estrella es su etapa final, en el que el objeto astronómico se rebela contra su nebulosa.

             Esta es una imagen de un anillo de agujeros negros.

                                            En el corazón de la Nebulosa Laguna

La nebulosa IRAS 05437+2502, una pequeñuela cercana a la constelación de Tauro.

                            ¿Qué pintor podría plasmar esta belleza creadora de estrrellas?

Los ingenios creados por nuestra civilización ha podido arrancar secretos de la Naturaleza que, ni soñar podrían nuestros abuelos

partculahiggscp0.jpg

El Tiempo sigue su camino imparable, siempre hacia adelante, ese lugar que llamamos futuro en el que pensamos estará todo lo que buscamos pero, siempre tendremos preguntas que hacer y que nadie sabrá contestar pero, nuestro destino es seguir adelante y tratar de desvelar los secretos que la Naturaleza esconde…, ella, tiene todas las respuestas.

emilio silvera