Sep
5
La complejidad que conlleva verdades sencillas
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Catástrofes Naturales ~
Comments (3)
Así nos parece el Mundo, un lugar complicado. Sin embargo, existen algunas verdades sencillas que nos parecen eternas, no varían con el paso del tiempo (los objetos caen hacia el suelo y no hacia el cielo, el Sol se levanta por el Este, nunca por el Oeste, nuestras vidas, a pesar de las modernas tecnologías, están todavía con demasiada frecuencia a merced de complicados procesos que producen cambios drásticos y repentinos. La predicción del tiempo atmosférico es más un arte que una ciencia, los terremotos y las erupciones volcánicas se producen de manera impredecible y aparentemente aleatoria, los cambios en las Sociedades fluctuan a merced sucesos que sus componentes no pueden soportar y exigen el cambio.
Es precisamente a escala humana, donde se dan las características (posiblemente) más complejas del Universo, las que se resisten más a rendirse ante métodos y reglamentos fijos que las pretenda mantener estáticas e inamovibles por el interés de unos pocos. Las Sociedades son dinámicas en el tiempo y en el espacio y, su natural destino es el de evolucionar siempre, el de buscar las respuestas a cuestiones patra ellas desconocidas y que, al estar inmersas en el corazón de la Naturaleza, se sirven de la Ciencia para poder llegar al lugar más secreto y arrancar esas respuestas que tánto, parecen necesitar para continuar hacia el futuro.
Claro que, ese futuro, no depende de esas Sociedades Humanas que, de alguna manera, están a merced de sucesos como aquel de Yucatán, cuando al parecer, hace ahora 65 millones de años, perecieron los Dinosaurios que reinaron en el Planeta durante 150 millones de años hasta que llegó aquél fatídico (para ellos) pedrusco que, en realidad, posibilitó nuestra llegada.
Aquellos terribles animales que poblaban la Tierra hubiera hecho imposible nuestra presencia
Aquello se considera una extinción masiva ocurrida en la Tierra, algo tan claramente reflejado en el registro fósil que se utiliza para marcar el final de un período de tiempo geológico, el cretáseo, y el comienzo de otro, el terciario. Puesto que la “C” ya se ha utilizado como inicial en un contexto similar en relación con el período cámbrico, este marcador se suele denominar frontera K-T, con una “K” de Kreide, que es el nombre del cretáceo en alemán. No fueron solos los dinosaurios los que resultaron afectados, aunque son los que aparecen con mayor protagonismo en los relatos populares cuando se habla de este desastre.
Esqueletos de dinosaurios expuestos en el Museo Real de Ontario, Canadá.
Alrededor del 70 por ciento de todas las especies que vivían en la Tierra al finales del cretáceo habian desaparecidos a principios del terciario, lo cual indica que se trató realmente de una “extinción en masa” y explica porque los geólogos y los paleontólogos utilizan la frontera K-T como un marcador importante en el registro fósil. Dadas las dificultades que plantean unas pruebas de tiempos tan remotos, y la lentitud con la que se acumulan los estratos geológicos, todo lo que podemos decir realmente sobre la velocidad a la que se produjo aquella extinción es que sucedió en menos de unas pocas decenas de miles de años, pero en ningún caso durante muchos millones de años; sin embargo, esto se considera un cambio brusco en relación con la escala de tiempo utilizada en geología.
Las preguntas obvias que esto plantea son las mismas que surgen tras un gran terremoto -por qué sucedió, si podría suceder de nuevo y, en su caso, cuándo- En el caso del suceso K-T hay un candidato muy adecuado para ser el desencadenante que hizo que la extinción se produjera, por ejemplo hafe, 60 0 55 millones de años. Los restos del enorme cráter que data justo de entonces ha sido descubierto bajo lo que es ahora la península de Yucatán, en Méjico, y por todo el mundo se han hallado estratos de hace 65 millones de años que contienen restos de iridio, un metal pesado que es raro en la corteza terrestre, pero del que sabemos que es un componente de algunos tipos de meteoritos. La capa de iridio es tan delgada que tuvo que depositarse en menos de 10.000 años (quizá mucho menos), lo cual es coherente con la teoría de que el suceso K-T fue desencadenado en su totalidad, de manera más o menos instantánea, por un gran golpe que llegó del espacio interestelar.
La catástrofe está servida
No sería difícil explicar por que pudo suceder todo esto. La energía cinética contenida en un impacto de este calibre sería equivalente a la explosión de unos mil millones de megatoneladas de TNT y arrojaría al espacio unos detritos en forma de grandes bloques que se desplazarían siguiendo trayectorias balísticas (como las de los misiles balísticos intercontinentales) y volverían a entrar en la atmósfera por todo el globo terráqueo, difundiendo calor y aumentando la temperatura en todas las regiones. Se produciría un efecto de calentamiento de 10 kilowatios por cada metro cuadrado de la superficie terrstre durante varias horas, un fenómeno que ha sido descrito gráficamente por Jay Melosh. A continuación, unas diminutas partículas de polvo lanzadas al interior de la aprte superior de la atmósfera se extendería alrededor del todo el planeta y, combinada con el humo de todos los incendios desencadenados por el “asado a la parrilla”, bloquearían el paso de la luz del Sol, causando la muerte de todas las plantas que dependían de la fotosíntesis y congelando temporalmente el planeta.
Si el planeta se congela, ¿dónde nos meteremos? ¿cuántas criaturas tendrán la oportunidad de sobrevivir?
Hay pruebas de que, en épocas pasadas, la Tierra sufrió visitas inesperadas desde el espacio que trajo muerte y desolación. Hace unos 35 millones de años, la Tierra soportó unos impactos parecidos sin que se produjera una extinción del calibre del suceso K-T. Aunque los factores desencadenantes tengan la misma magnitud. Por otra parte, existen pruebas de que los Dinosaurios y otras especies estaban ya en decadencia en los dos últimos millones de años del cretáceo. Parece que los grandes lagartos habían experimentado altibajos durante los 150 millones de años que se pasaron vagando por la Tierra. Hay opiniones para todos.
El suceso K-T es en realidad sólo una entre cinco catástrofes similares (en la medida en que afectó en aquella época a la vida en la Tierra) a las que los geólogos denominan en conjunto las “cinco grandes” -y no es en absoluto la mayor-. Cada una de ellas se utiliza como marcador entre períodos geológicos y todas han sucedido durante los últimos 600 millones de años.
La razón por la que nos centramos en este pasado geológico relativamente reciente es que fue en esa época cuando los seres vivos desarrollaron por primera vez algunas características, tales como las conchas, que podían fosilizarse fácilmente, dejando rastros que pueden reconocerse en los estratos que se estudian en la actualidad.
Nuevas especies de fósiles de invertebrados marinos, que vivieron hace 465 millones de años, se han hallado en diversos yacimientos de la provincia de Ciudad Real. En la imagen de arriba se recoge el descubrimiento de dos géneros y tres especies nuevas de estos animales marinos con concha que han posibilitado su hallazgo después de tantos millones de años.
Pero centrémonos en las “cinco grandes extinciones” que, tomándolas cronológicamente se produjeron hace unos 440 millones de años (que marcaron la frontera entre los períodos ordovícico y silúrico), hace 360 millones de años (entre el devónico y el carbonífero), 250 millones de años (entre el pérmico y el triásico), 215 millones de años (en la frontera entre el triásico y el jurásico) y 65 millones de años (en la frontera K-T).
Millones de años
Intensidad de la extinción marina a través del tiempo. El gráfico azul muestra el porcentaje aparente (no el número absoluto) de los géneros de animales marinos extintos durante un determinado intervalo de tiempo. Se muestran las ultimas cinco grandes extinciones masivas. (fuente e información de la imagen).
Hay otras muchas extinciones en el registro fósil pero, las más importantes son las mencionadas. La más espectacular de todas ellas es el suceso que tuvo lugar hace unos 250 millones de años, al final del pérmico. Narrió al menos el 80 por ciento, y posiblemente hasta el 95 por ciento, de todas las especies que vivían en nuestro planeta en aquellos tiempos, tanto en la tierra como en los océanos, y lo hizo durante un intervalo de menos de 100.000 años. Sin embargo, dado que también se calcula que el 99 por ciento de todas las especies que han vivido en la Tierra se han extinguido, esto significa que son el doble las que han desaparecido en sucesos de menor importancia.
La cuestión que nos intriga es si las extinciones en masa son realmente acontecimientos especiales, de carácter diferente al de las extinciones de menor importancia, o si son el mismo tipo de suceso, pero a gran escala -¿son las extinciones de vida en la Tierra unos hechos cuya naturaleza es independiente de su magnitud, como los terremotos y todos los demás fenómenos que la Naturaleza nos envía periódicamente que dan lugar a catástrofes y pérdidas de muchas vidas? La respuesta sincera es “no lo sabemos”, pero hay bastantes evidencias como para intuir que ésta es una posibilidad muy real.
El logotipo del Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria es un globo terráqueo sobre el que aparece la letra V y sobre ella otra pequeña tierra y el acrónimo VHEMT de Voluntary Human Extinction Movement.
Gracias a un meticuloso trabajo de investigación de Jack Sepkoski, de la Universidad de Chicago que, pudo trazar un gráfico en el que mostraba como ha fluctuado durante los últimos 600 millones de años el nivel de extinciones que se produjo en cada intervalo de cuatro millones de años.
Extinciones segun Sepkoski
El gráfico nos muestra que la muerte de los dinosaurios fue también la muerte de los invertebrados marinos. La pregunta que se puede plantear es que clase de aleatoriedad es ésta, si realmente son sucesos aleatorios. Resulta que es una ley potencial -nuestro viejo amigo, el ruido 1/f.
Ahora bien, no parece probable que todas las extinciones de vida que han sucedido en la Tierra hayan tenido como causa impactos procedentes del espacio. Lo que parece estar diciéndonos el registro fósil es que las extinciones se producen en todas las escalas, todos los tiempos, y que (como en el caso de los terremotos) puede producirse una extinción de cualquier magnitud en cualquier época. Algunas extinciones podrían ser desencadenadas por impactos de meteoritos; otras, por períodos glaciares. Una cosa sí que nos queda clara: es necesario un gran desencadenante para que ocurra un gran suceso, y, no poemos olvidar que estamos inmersos en un Sistema Complejo -la vida en la Tierra- que es autoorganizador, se alimenta a partir de un flujo de energía, y existe al borde del Caos. Si comprendemos eso, estaremos preparados para entender lo que todo esto significa para la vida en sí misma, siempre expuesta a las fuerzas del Universo.
¡La vida! Esa cosa tan frágil pero tan fuerte.
La fuente está inspirada en el maestro J. Gribbin que es Doctor en Astrofísica por la Universidad de Cambridge. Es autor de obras como: En busca del gato de Schrödinger, El Punto Omega, En busca del big bang, Cegados por la luz: la vida secreta del Sol, En el principio, Así de simple, y otras.
Que os guste la vueltecita por los sucesos del pasado.
Sep
3
Los seres vivos del planeta, están a merced de la Naturaleza
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Catástrofes Naturales ~
Comments (2)
Las erupciones volcánicas
Con más frecuencia de lo que nos gustaría, en las noticias, nos comunican sucesos de erupciones volcánicas en distintos lugares de la Tierra con la consiguiente evacuación de personas para evitar muertes innecesarias. El Caos y la destrucción que nos puede dar la variedad de colores, olores y sabores que, junto con la belleza destruida o construida cambia el paisaje del lugar donde puedan ocurrir acontecimientos como este. Así ha venido ocurriendo desde que el mundo es mundo.
Los volcanes han existido desde los inicios de la Tierra hace 4.500 millones de años. Si bien las erupciones volcánicas pueden destruir la flora y la fauna en su entorno, la lava enriquece el suelo con variados minerales. La mayor parte de los volcanes están situados a lo largo de los límites activos de las placas continentales. Los volcanes submarinos se hallan en regiones donde tienen lugar nueva formación de corteza terrestre, como en la dorsal oceánica. Estos volcanes pueden formar islas.
Los volcanes terrestres se encuentran, por lo general, en zonas de subducción, que se hallan especialmente en el Océano Pacifico. Los volcanes situados en las regiones costeras están distribuidos como una “sarta de perlas” y constituyen el anillo de fuego del Pacífico., en el que se encuentran más del 80% de los volcanes actuales. Además, los “puntos calientes” donde la fusión interna de la corteza crea magma, producen volcanes que son independientes de las placas continentales y sus limites. Un ejemplo de de este grupo lo constituyen los volcanes de Hawai.
Ago
28
Los fenómenos naturales
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Catástrofes Naturales ~
Comments (0)
De manera periódica, la Tierra, nuestro planeta, nos hace sentir como se despereza y suspira. Movimientos tectónicos que dan lugar a erupciones volcánicas y otros fenómenos naturales que hacen cambiar la faz del mundo y recrean nuevas formas de vida, nuevas imágenes en la orografía de su superficie y otras formas que no por repetidas, dejan de asombrarnos.
La más joven de las cadenas montañosas del mundo, los Himalayas, son también la más alta. Las montañas del Himalaya se han dividido en tres partes: Gran Himalaya, Himalaya Medio y el Himalaya inferior, dependiendo de su ubicación y la altura. Las cordilleras del Himalaya son la cuan de algunos grandes ríos como el Ganges, el Yamuna, Brahamputra, Sutlej, Ravi y Chenab. El Himalaya se forma por varias cadenas montañosas, como Pir Panjal, Dhauladhar, Ladakh, Zanskar, Shivalik y Karakoram. Todas ellas son ricas en flora y fauna y contribuyen a la formación de algunos ríos que son “alimentados” por la nieve, Pir Panjal es en el Himalaya Medio. Se extiende sobre una superficie de 3.574 kilómetros cuadrados y tiene una altitud de 6.500 metros. Pir Panjal se extiende por los estados del norte de Jammu y Cachemira y Himachal Pradesh en la India. Tattakoti es la montaña más alta con una altura de 15.524 pies sobre el nivel del mar.
El mundo no siempre fue de la misma manera que ahora lo conocemos y, con el tiempo, los grandes movimientos tectónicos han cambiado la faz del mundo en el que vivimos creando nuevas formas y nuevos continentes. Como tantas veces hemos dicho aquí, nada permanece y todo se trtansforma a través del transcurrir del tiempo.
El eoceno marcó la última fase de la orogénesis de las cordilleras, el episodio de alzamiento de las grandes cadenas montañosas que se extienden hacia el norte y el sur en el oeste de las Américas. Al mismo tiempo, el supercontinente de Laurasia siguió partiéndose, la expansión de los suelos marinos comenzó en serio en la sección más septentrional de la dorsal medioatlántica, impulsando a Groenlandia hacia el oeste, alejándola del norte de Europa, y desencadenando la erupción de grandes flujos basálticos, cuyos restos pueden apreciarse en Irlanda, Escocia, Islandia y Groenlandia.
Bien conocido por todos es ese fenómeno natural que sin avisar, llega de pronto y devasta regiones enteras, son…
Los terremotos
La inmensa mayoría de los terremotos se originan en los procesos geotectónicos a gran escala que crean, hacen chocar y hunden en las zonas de subducción, las placas oceánicas. No menos del 95 por ciento de todos los terremotos se concentran a lo largo de los bordes de las placas y cerca de nueve décimas partes de éstos se localizan en el cinturón Circum-Pacífico, donde las placas, que son relativamente rápidas, están colisionando o deslizándose contra las placas continentales más pesadas. La mayor parte del resto de terremotos están asociados a los puntos calientes, generalmente señalados por volcanes en actividad.
Cinturón de Fuego del Pacífico
En conjunto, los terremotos representan una fracción muy pequeña de la energía liberada por los procesos tectónicos de la Tierra. Desde 1.900, en los mayores terremotos se han liberado anualmente una energía media cercana a los 450 PJ, que no supone más del 0’03 por ciento del flujo total de calor terrestre. La liberación anual de energía sísmica de todos los terremotos que se han medido alcanza unos 300 GW, que sumada a la energía de esfuerzo invertida en deformaciones irreversibles y al calor generado por fricción a lo largo de las fallas, daría un total próximo a 1 TW, lo cual representa solamente un 2’5 por ciento del flujo de calor global.
Pero este recuento total nos dice poco de la liberación de energía y de la potencia de un solo terremoto. Aunque la mayoría son tan débiles que pasan desapercibidos para las personas, cada año se producen terremotos terriblemente destructivos, que durante el siglo XX han causado más víctimas mortales que las inundaciones, ciclones y erupciones volcánicas juntas.
La energía de estos terremotos se puede calcular a partir de la energía cinética de las ondas sísmicas generadas por la energía liberada en el esfuerzo de la deformación del suelo, pero rara vez se realizan estos cálculos directamente. Lo más frecuente es deducir la energía del terremoto a partir de la medida de su magnitud o de su momento. La medida típica de la magnitud de un terremoto fue establecida por Charles Richter en 1.935, como el logaritmo decimal de la máxima amplitud (en micrómetros) registrada con un sismómetro de tensión estándar (Word-Anderson) a 100 Km de distancia del epicentro del temblor.
Desde que en 1.942, Richter publicó la primera correlación entre la magnitud de energía sísmica liberada en un temblor, su trabajo (como por otra parte, es de lógica) ha sufrido numerosas modificaciones. La conversión sigue la forma estándar log10 E = a + bM, donde E es la energía liberada en forma de ondas sísmicas (en ergios), M es la magnitud de Richter, y a y b son los coeficientes empíricos que varían entre 6’1 – 13’5 y 1’2 – 2 respectivamente. Otras conversiones alternativas permiten obtener la energía liberada a partir del momento del terremoto, que se define como el producto de la rigidez por el desplazamiento medio de la falla y por la superficie media desplazada.
Los mayores terremotos registrados tienen magnitudes Richter comprendidas entre 8 y 8’9, con liberación de energía sísmica entre 48 PJ y 1’41 EJ. Todos hemos oído en alguna ocasión algún comentario sobre el terremoto de San Francisco de 1.906, donde los cálculos basados en tres métodos utilizados en el esfuerzo dieron valores tan distintos como 9’40 y 175 PJ, y con método cinético se obtuvo 2’5 PJ.
Imagen debida al terremoto de San Francisco
Los terremotos, por ser a la vez de breve duración y estar limitados espacialmente, desarrollan potencias y densidades de potencia extraordinariamente altas. La potencia de un temblor de magnitud 8 en la escala de Richter que durase solamente medio minuto, sería de 1’6 PW, y si toda esta potencia estuviera repartida uniformemente en un área de 80 Km de radio, la densidad de potencia sería tan elevada como 80 KW/m2.
Obviamente, tales flujos pueden ser terriblemente destructivos, pero ni las pérdidas de vidas humanas ni los daños materiales que ocasionan los temblores están correlacionados de una manera sencilla con la energía liberada. La densidad de población o de industrias, así como la calidad de las construcciones, constituyen un factor muchísimo más importante para determinar la mortandad o el impacto económico de los mismo. Por ejemplo, el coste en vidas humanas del gran terremoto japonés que en 1.923 arrasó Tokio, donde existía una alta densidad de casas de madera, fue unas 200 veces más elevado que el terremoto de San Francisco de 1.906 en el que se liberó cuatro veces más energía. También aquí salen perdiendo, como siempre, los pobres.
Otra consecuencia de los terremotos son los Tsunamis
Por otra parte, no podemos olvidar que la superficie del globo terrestre está dominada por las aguas, y los seres humanos viven en la Tierra seca. Sin embargo, vienen los tsunamis. La predicción de estas catástrofes continúa siendo imposible. Se tienen datos, se localizan las zonas de más frecuencia, y conocen las fallas de desgarre y las inversas, los ciclos, etc., pero el conocimiento es aún escaso para prevenir dónde y cuándo se producirán temblores.
Las olas sísmicas que se pueden provocar por terremotos submarinos se propagan durante miles de kilómetros a velocidades de 550 – 720 Km/h, perdiendo en su viaje muy poca potencia. Estas olas, prácticamente invisibles en el mar, se levantan hasta una altura de 10 metros en agua poco profundas y pueden llegar a golpear las costas con intensidades de potencia en superficie vertical de hasta 200 – 500 MW/m2, y con impactos horizontales de intensidad y potencia entre 10 – 100 MW/m2. Son, pues, mucho más potentes que los ciclones tropicales y causan grandes daños tanto materiales como en pérdida de vidas humanas.
Quizás algún día, en el futuro no muy lejano, podamos predecir con tiempo cuándo sucederan estas catástrofes naturales para que, al menos, podamos poner a salvo a los seres vivos.
emilio silvera
Ago
26
Enigmas que persisten
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Catástrofes Naturales ~
Comments (26)
Lo que me preocupa no es simplemente comunicar al lector lo que tengo que decir, sino, por encima de todo, transmitirle las razones, subterfugios y afortunadas casualidades que me condujeron a mis descubrimientos. Cuando Cristóbal Colón, Magallanes y los portugueses relatan como se perdieron más de una vez en sus viajes, no sólo debemos perdonarles, sino agradecerles que nos hayan dejado su narración, porque sin ella nos hubiéramos perdido lo más fundamental e interesante. Así que espero que no me culpe si, movido por idéntica consideración hacia el lector, sigo el mismo método.
Johannes Kepler
Así comienza el Capítulo XI del Libro Los Enigmas del Cosmos de Vicente Aupí, quien nos cuenta aquella vieja historia del planeta X que comienza de esta manera:
Varias décadas después del descubrimiento de Urano, obra de William Herschel en 1781, la Academia de Ciencias de Paris decidió revisar las posiciones exactas de los planetas. Alexis Bouvard, el científico encargado de hacer los cálculos, no tuvo problemas con Júpiter y Saturno, pero halló en Urano extrañas anomalías que daba a entender que el planeta no se movía en las posiciones que le correspondían de acuerdo con las leyes gravitatorias. Fue en ese momento, recien entrado el siglo XIX, cuando se forjaron los grandes enigmas que envuelven los confines del Sistema Solar cuya resolución sigue pendiente en la actualidad.
El hallazgo de Urano por parte de Herschel supuso la frontera cronológica que abrió una era científica de más de dos siglos en busca de los extraños y supuestos objetos que presumiblemente habitan las regiones remotas del dominio del Sol, cuya luz y calor no llegan hasta allí más que en una ínfima proporción.
Las naves ‘Voyager’ surcan un océano magnético
‘Burbujas’ en los confines del Sistema Solar
Recreación artística de las ‘burbujas’ magnéticas (en rojo). | NASA.
- Las sondas gemelas de la NASA ‘Voyager’ fueron lanzadas en 1977
- Son las naves que más lejos han llegado en la exploración del Sistema Sol
El primer episodio del extraordinario abanico de exploraciones iniciadas desde entonces (a comienzos del siglo XIX) lo protagonizaron el francés Urbain Jean Joseph Le Verrier y el inglés John Couch Adams. Los dos calcularon con acierto, aunque de manera independiente, la posición de Neptuno, el octavo planeta en orden de distancia al Sol, que gracias a ambos fue localizado en 1846 desde el Observatorio de Berlín por Johann Galle. Las propias anomálias observadas en Urano propiciaron deducir cómo era el nuevo planeta y en qué parte del cielo debía ser buscado, por lo que Le Verrier y Adams sólo tuvieron que recurrir a su inteligencia para predecir la posición de Neptuno.
Ago
13
¿El futuro? ¡Nadie lo sabe!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Catástrofes Naturales ~
Comments (16)
La estrella masiva IRS 4 comienza a desplegar sus alas. Nacida hace sólo unos 100.000 años, el material expulsado de esta estrella “recién” nacida ha formado la nebulosa llamada Sharpless 2-106 (S106) que se ve en la imagen. El gran disco de polvo y de gas que orbita la fuente infrarroja IRS 4, visible en rojo oscuro cerca del centro de la imagen, da a la nebulosa la forma de un reloj de arena o de una mariposa.
El gas de S106 cerca de 4 IRS actúa como una nebulosa de emisión ya que emite luz después de haber sido ionizado, mientras que el polvo lejano procedente de IRS 4 refleja la luz de la estrella central y, por tanto, actúa como una nebulosa de reflexión. El examen detallado de imágenes como ésta ha podido desvelar la existencia de cientos de estrellas enanas marrones de masa baja que rondan por el gas de la nebulosa. S106 se extiende unos 2 años luz y se encuentra a unos 2.000 años-luz de distancia en la constelación del Cisne.
En nuestra propia Galaxia, la Vía Láctea, ocurren suscesos que, de poder contemplarlos, no asombrarían por su inmensidad en diversos órdenes y nos maravillaría al ver, lo que la Naturaleza es capaz de hacer y las energías que se pueden generar al tiempo que se produce una acción creadora de objetos nuevos que llevan en sí mismo las huellas de lo que allí pasó. La misma imagen de arriba es altamente significativa en tal sentido.
El pasado día 9 podíamos contemplar aquí ésta misma imagen de la constelación de Orión y debajo de ella se podían leeer algunas explicaciones:
“En esta inmensa nube molecular que tan famasa es por su “cabeza de caballo”, o, mejor “caballito de mar” se encuentran moléculas que son esenciales para la vida y hemos podido saber cómo llegaron ahí, por qué medios se pudieron transmutar a partir del sencillo hidrógeno y que caminos tuvieron que seguir en la evolución de la materia en los hornos nucleares de las erstrellas para que, de todo ese conglomerado de materiales complejos, puedan surgir nuevas estrellas y mundos y… ¿Vida?
La nebulosa pertenece a la Nube Molecular de Orión, localizada a una distancia de 1.500 años luz en la constelación de Orión. La nube también contiene objetos bien conocidos como la Gran Nebulosa de Orión (M42), la Nebulosa de la Flama y el Bucle de Barnard. Es una de las regiones de formación de estrellas masivas más cercanas y fáciles de fotografiar.”
Ahí, azuladas y masivas, situadas a la izquierda de la imagen en línea inclinada de arriba hacia abajo a la derecha, acercándose a la Cabeza de Cabaallo, podemos ver esas tres hermosas restrellas: Alnilam, Alnitak y Mintakaque constituyen el Cinturón de Orión.
Esta imagen compuesta muestra una imagen en rayos-X y otra óptica de Cassiopeia A (Cas A), un remanente de supernova en nuestra Galaxia ubicado a unos 11.000 años-luz de distancia. Estos son los restos de una estrella masiva que explotó hace unos 330 años, según el marco temporal de la Tierra. Los rayos-X de Chandra se ven en color rojo, verde y azul, junto con los datos ópticos del Hubble en color oro. En el centro de la imagen hay una estrella de neutrones, una estrella extremadamente densa creada por la explosión supernova.
¿Os imagináis lo que sería el choque violento de dos estrellas de neutrones altamente magnetizadas?
Las observaciones de uno de estos fenómenos ha proporcionado a los científicos evidencias del resultado de la colisión de dos estrellas de neutrones. que son los de estrellas masivas que han explotado tras agotar el combustible de su núcleo. Según los científicos, durante varios días se produce un resplandor persistente, como se pudo ver en la misma ubicación de los GRB (fuente de rayos gamma) analizados, lo que supondría que en el lugar donde ocurren estos hechos, se habrían producido cantidades sustanciales de elementos pesados, entre ellos, oro. Pero en una colisión de estas características… ¿Qué más podría pasar?
Dos remanentes de supernova que tienen en sus centros estrellas de neutrones
Una estrella de neutrones posee varias masas solares pero, su densidad, es inmensa y su diámetro es sólo de unos 30 kilómetros de diámetro. Como consecuencia, un pedacito de una estrella de neutrones del tamaño de un terrón de azúcar pesaría lo mismo que toda la Humanidad. Las estrellas de neutrones contienen la materia más densa directamente observable. Su densidad viene a ser de unos 1017 Kg/m3, con lo cual, una cucharadita del material de una estrella de neutrones puede pesar 6000 millones de toneladas.
Están por todas partes, toda vez que como las enanas blancas y los agujeros negros, son la consecuencia de estrellas que llegaron al final de sus vidas y, dependiendo de sus masas, se transformaron en esos otros objetos densos, altamente radiantes, de inmensas fuerzas magnéticas y con energías y fuerzas gravitatorias “infinitas” según los casos. El Telescopio de rayos-X Swift de la NASA han detectado una estrella de neutrones situada a menos de 1.ooo años-luz de la Tierra.
Sabemos que las estrellas masivas consumen de manera voraz el combustible de fusión y sus vidas, son mucho más cortas que la vida de estrellas como el Sol que llegan a durar unos 10.000 millones de años y, las enanas rojas mucho más. Como el Universo tiene ya 13.700 millones de años, tenemos que suponer que son muchas las estrellas que han muerto y se han convertido en estrellas de neutrones y agujeros negros.
Supongamos por un momento que dos estrellas de neutrones altamente magnetizadas colisionan y en el brutal choque, ambas quedan destruídas, hechas pedazos que, sin control, salen disparados hacia distintas direcciones sin rumbo fijo. El suceso (que por otra parte no es nada raro en los muchos acontecimientos que en el Universo son), tuvo lugar hace ahora 6.000 año y sucedió a 1.800 años-luz de la Tierra.
Pasado el tiempo, uno de aquellos grandes pedazos producto de la colisión, un trozo de unos 8 km de diámetro, recorrió la distancia que le separaba de nuestro Sistema solar y se dirigió hacia nosotros cayendo en la Luna de manera violenta y enterrándose profundamente en ella.
Resulta que dicho trozo de aquella estrella de neutrones, tiene una masa mucho mayor que la de la Tierra y el material del que está hecho sigue altamente magnetizado, con lo cual, la Luna se transforma en un objeto mucho más pesado que el planeta que orbita y tiene ahora un núcleo magnético muy potente.
El suceso que más arriba relatamos está dentro de los posibles acontecimientos futuros y, si eso pasara… ¿Qué consecuencias tendría? Bueno, nada sería igual, una Luna más mpesada que la misma Tierra lo primero que haría sería acercarse más al planeta, toda vez que, su gravedad aumentaria y ambos cuerpos, la Tierra y la Luna, se atraerían mucho más. También las órbitas serían distintas, toda vez que el magnetismo del núcleo terrestre y el que generaría ese cuerpo extraño enterrado profundamente en la Luna, tendría efectos catastróficos para el clima de la Tierra, y, aparecerían sin ninguna razón aparente, intensas fuerzas magnéticas que incidirìan en el funcionamiento de todos los aparatos y maquinarias eléctricos.
Profundas e intensas descargas eléctricas se verían por todo el mundo y, las consecuencias, serían catastróficas para nosotros. De hecho, lo cambiaría todo y, con el tiempo, lo más posible sería que la Luna terminara acecándose más y más a la Tierra hasta colisionar con ella. No podemos saber si de dicha colisión surgiría un nuevo planeta y, si en ese planeta renovado podría existir la vida. Circula una vieja teoría por ahí que nos habla de un posible gran impacto que se pudo producir en el pasado lejano.
“La llamada “Teoría del gran impacto” fue presentada por primera vez en 1975. De acuerdo a diversos estudios, hace 4500 millones de años, cuando el Sistema Solar comenzaba a gestarse, un cuerpo llamado Theia impactó contra la Tierra. Debido al estruendoso choque, gran cantidad de escombro salió proyectado hacia el cosmos. Este material, producto del choque, habría dado vida a la Luna.”
Lo cierto es que, nuestra realidad es que estamos a merced de lo que el destino nos pueda deparar y nuestro futuro es impredecible. Acordáos de que no hace mucho tuvimos la visita de DA 14, aquel meteorito que nos pasó muy cerca y, por las mismas fechas, otro menor cayó en alguna parte de Rusia. En otros tiempos del pasado, algunos mayores también nos visitaron en Tunguska en Siberia.
Una misión de la NASA visitó Yucatán para promover que la zona de Chicxulub, donde hace 65 millones de años cayó un meteorito, sea declarada Patrimonio Científico de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Se cree que las consecuencias de aquel impacto provocó la extinción de más del cincuenta por ciento de todas las especies vivas del planeta que quedó, envuelto en una densa bruma duante más de diez años.
Sí, hablamos de estos acontecimiento pero, realmente, no pensamos en esa posibilidad como en algo que realmente nos pueda suceder a nosotros y, de alguna manera, tan “equivoda” manera de sentir, nos preserva de estar continuamente preocupados con esa posibilidad tan real como la vida misma.
Calco que también, existen otras posibilidades para estar preocupados y en las que tampoco pensamos mucho. ¿Quién nos puede asegurar que, en cualquier momento, no aparezcan inmensas naves venidas del espacio profundo, de otros mundos, a visitarnos quíen sabe con qué intenciones. Yo no apostaría por la bondad de seres venidos del espacio exterior.
“Siempre hemos creído ser los únicos, pero… ¿quien no nos dice que realmente somos unos cuantos entre muchos? El prestigioso científico Stephen Hawking, opinó sobre enviar mensajes al espacio exterior indicando que somos una raza “inteligente” y que vivimos en el planeta tierra. ¿Por qué? la respuesta es bastante sencilla, y su argumentación muy lógica: si existe alguien ahí fuera, serán muy parecidos a nosotros. Eso significa, que si por el motivo que sea están faltos de recursos, porque su planeta ha quedado exhausto, tomarán el nuestro por las buenas o por las malas… ¿creeis que podríamos hacer algo contra seres que han sido capaces de atravesar galaxias para encontrarnos? no sería como en las películas…”
El argumento de Hawking es pobre, toda vez que si esos hipotéticos seres inteligentes nos pueden visitar, demostrarían tener recursos muy avanzados y, siendo así, ¿que les impediría obtener esos recursos de miles de millones de planetas y lunas a su disposición? El argumento no es válido y, esperémos que, si alguna vez nos visitan (cosa que no debemos descartar), sea por motivos de otra índole como el intercambio de ideas científicas y otras cuestiones que nos lleven a conocernos mejor los habitantes del Universo.
Son muchas las cuestiones que nos deben preocupar y, la inversión de los polos magnéticos de la Tierra es una de ellas. Debajo de la imagen de arriba se puede leer “Científicos en EE.UU. han dado la voz de alarma: a la Tierra le aguarda un intercambio de polos magnéticos. Los investigadores llegaron a esta conclusión después de que se revelara que el núcleo de la Tierra crece de forma asimétrica debido a los procesos caóticos que tienen lugar en su interior.”
Además, varios expertos advierten que el sistema inmunológico de los animales, especialmente las aves, se vería muy afectado, ya que son muy dependientes de la polaridad magnética del planeta. Es más, el planeta podría experimentar una ola de cambios climáticos bruscos que, de hecho, ya estamos sintiendo. La capa de ozono se debilitaría al adaptarse a la nueva polaridad, prácticamente desaparecería y comenzaría a crearse nuevamente en el nuevo ciclo.”
