jueves, 28 de marzo del 2024 Fecha
Ir a la página principal Ir al blog

IMPRESIÓN NO PERMITIDA - TEXTO SUJETO A DERECHOS DE AUTOR




¿El Tiempo?, ¿Qué es el TIEMPO?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Física Relativista    ~    Comentarios Comments (23)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

Para la XIX Edición del

Si nos detenemos a pensarlo, y, en el contexto temporal del Universo, no hace tanto tiempo que bajamos de la copa de los árboles  y de vagar por selvas y llanuras, resguardándonos de los peligros en cavernas que nos protegían del frío y de la lluvia. Hemos conseguido realizar un largo camino y hemos evolucionado hasta el punto de que nuestra imaginación, ha logrado inventar máquinas  que nos transportan al universo de lo muy pequeño en las profundidades del átomo, para visitar a los Quarks que forman Protones y Neutrones en los núcleos sumergidos en un océano de Gluones, o, por el contrario, nos lleva a la inmensidad del cosmos, al universo de lo infinitamente grande, donde habitan los agujeros negros con sus “singularidades” de inmensas densidades e “infinitas” energías donde el espacio y el tiempo dejan de existir.

Todo a nuestro alrededor, nos habla de las fuerzas de la naturaleza que lo rigen todo y hemos podido llegar a comprender que, en la Naturaleza residen las respuestas a todas las preguntas que podamos plantear. Somos conscientes de nuestras limitaciones, y, cuando hemos admitido nuestra insignificancia en relación al total del Universo, ha comenzado a emerger nuestra grandeza.

Como decía Popper, “cuanto más sé y más profundizo en el conocimiento de las cosas, más consciente soy de mi ignorancia. Mis conocimientos son limitados; mi ignorancia, infinita“.

Lo que nadie puede negar es el hecho cierto de que, nuestra especie, ha hecho un largo recorrido durante el que ha ido adquiriendo la experiencia, y, desde lo cotidiano y trivial, a través de nuestros sentidos, hemos sabido captar algunos de los mensajes que la Naturaleza nos envía, hemos sabido llegar al “misterio” de cómo nacen, viven y mueren las estrellas, y, en qué se convierten al final de sus vidas dependiendo de su masa. Y, hemos comprendido que allí, en los hornos nucleares de las estrellas, se fabricaron los elementos complejos que hicieron posible la química-biológica de la vida.

Una cosa ha estado, desde siempre, picando la curiosidad de nuestros más grandes pensadores: ¡El Tiempo! Algo que, a pesar de que el Universo ha cumplido 13.700 millones de años, nadie nunca, ha sabido explicar de manera satisfactoria. Porque, ¿qué es el tiempo?

Pasado,  Presente y Futuro… Una Ilusión llamada Tiempo. En realidad, estamos condenados a vivir en un perpetuo presente.

¡El tiempo! ¿Qué es el tiempo? ¿Cuándo comenzó? ¿Es igual para todos? El tiempo, ¿una cuarta dimensión?

Nos referimos al tiempo en múltiples ocasiones y para distintas situaciones y motivos, como al referirnos a la duración de las cosas sujetas a cambios, época durante la cual ocurrieron unos hechos, edad de los objetos, estación del año, el período de vida de alguien desde que nace hasta que deja de existir, ocasión o coyuntura de hacer algo, cada uno de los actos sucesivos en que dividimos la ejecución de un trabajo, y otros mil temas que requieren la referencia temporal.

En física, el tiempo es la cuarta coordenada espacial en el continuo espacio-tiempo. En gramática es la categoría que indica el momento relativo en que se realiza o sucede la acción del verbo: pretérito, lo que ha sucedido; presente, lo que sucede en ese momento y futuro, lo que aún no ha sucedido. Nos referimos al tiempo meteorológico para explicar el estado del clima (hace mal tiempo; qué tiempo más bueno hace hoy, etc). En mecánica, el tiempo puede estar referido a las fases de un motor. También están los tiempos referidos a cada una de las partes de igual duración en que se divide el compás musical. En astronomía nos referimos al tiempo de aberración en relación al recorrido de un planeta hasta llegar a un observador terrestre. El tiempo está también en la forma de cálculo horario que empleamos en nuestra vida cotidiana para controlar nuestros actos y evitar el caos (¿qué haríamos sin horario de trenes, de comercio, bancos, oficinas, etc?).

El tiempo es tan importante en nuestras vidas que está presente siempre, de mil formas diferentes, desde que nacemos (cuando comienza “nuestro tiempo”), hasta que morimos (cuando “nuestro tiempo ha terminado”). El tiempo siempre está. Es algo que, simplemente, está ahí.

Sin embargo, a pesar de lo importante que es el TIEMPO, no he podido leer nunca una explicación satisfactoria sobre el mismo; una explicación que lo defina con sencillez y claridad sin restarle la importancia que tiene para todos y lo que en realidad es dentro del contexto – no ya de nuestras vidas, simples e insignificantes puntos en la inmensidad del universo – de la naturaleza cósmica de la que formamos parte.

En el año 1.905, Einstein público su teoría de la relatividad especial y desde entonces, el concepto de “tiempo” cambió para el mundo.

Minkowski, un antiguo profesor de Einstein, cuando repasó el trabajo de la relatividad especial, se dio cuenta de que a partir de ese momento se tendría que hablar del continuo espacio-temporal; el espacio y el tiempo dejan de estar separados, dejan de considerarse como entidades distintas, para pasar a estar conectados; conexión que, desde el punto de vista matemático, la dan las transformaciones de Lorentz.

Las transformaciones de Lorentz ponen de manifiesto cómo varía el tiempo, considerado como una cuarta coordenada.

Estamos acostumbrados a considerar el mundo como tridimensional. Para especificar exactamente la posición de un objeto en una habitación, por ejemplo un reloj encima de una mesa, partiremos de un ángulo de la habitación e indicaremos las distancias del reloj a las dos paredes que forman el ángulo y la altura respecto al suelo; la posición del reloj queda globalmente determinada por tres números, esto es, tres coordenadas espaciales.

Pero al hacerlo así no tenemos en cuenta el hecho de que el reloj en cuestión, que estaba encima de la mesa a las diez, puede estar en el dormitorio a las once y ser colocado en el mismo punto de la mesa que ocupaba antes a las once y media. Esto no importa cuando se considera un tiempo absoluto y, por tanto, hay un único reloj para todos los observadores, pero resulta esencial cuando sistemas de referencia en movimiento relativo tienen distintos relojes no sincronizables. Por tanto, todo observador tiene un espacio cuatridimensional (el espacio-tiempo) relativo al propio sistema de referencia.

Las transformaciones de Lorentz son más complejas que las de Galileo, pero tienen la ventaja de eliminar todas las contradicciones halladas anteriormente. Sin embargo, para velocidades muy inferiores a la de la luz, estas nuevas relaciones se reducen a las de Galileo, y sólo se manifiestan grandes diferencias cuando los sistemas de referencia tienen velocidades relativistas, próximas a la de la luz; entonces, el tiempo transcurre más lentamente para ese hipotético viajero que viaje a una velocidad cercana a la de la luz.

La diferencia fundamental entre la mecánica clásica y la mecánica relativista radica en el hecho de que, en el primer caso, la velocidad de un cuerpo es diferente para un observador en reposo y para otro en movimiento, es decir, es un concepto relativo; sin embargo, en el segundo caso la velocidad es un concepto absoluto, no cambia con el movimiento. No obstante, como cociente que es entre dos magnitudes fundamentales, espacio y tiempo, el hecho de que dos velocidades que deben ser diferentes sean iguales obliga a que exista una variación en el espacio y el tiempo. Así, se debe producir un acortamiento de los metros y un retrasamiento del tiempo. En la mecánica de Newton, por el contrario, los metros y los segundos son invariables.

Las transformaciones de Lorentz son un conjunto de ecuaciones que relacionan las coordenadas espacio-tiempo de dos sistemas que se mueven a velocidad constante el uno respecto al otro. Efectivamente, las fórmulas predicen una contracción espacial (contracción conocida como de Lorentz-Fitzgerald) y una dilatación temporal, cuando la velocidad relativa de los dos sistemas se aproximan a la de la luz. Sin embargo, Lorentz se vio obligado a introducir el concepto de tiempo local, que supone que el paso del tiempo varía según el lugar. Einstein se basó en la transformación de Lorentz y la mejoró para el desarrollo de su teoría de la relatividad especial.

El Diccionario Oxford-complutense de Física explica que, cuando se viaja a velocidades relativistas, cercanas a c, se produce lo que conocemos como contracción de Lorentz-Fitzgerald que se concreta en la contracción de un cuerpo móvil en la dirección del movimiento. Fue propuesta independientemente por H. A. Lorentz  (1.853 -1.928) y G. E. Fitzgerald (1.851-1.900) en 1892 para explicar el resultado negativo del experimento de Michelson – Morley. A la contracción se le dio el marco teórico en la teoría especial de la relatividad como antes hemos reseñado. La ecuación está definida de la forma siguiente:

De donde se sigue que, L0 es la longitud en reposo (por ejemplo una barra), L es la longitud cuando el objeto se desplaza a velocidad v y c es la velocidad de la luz.

La mecánica clásica estudia los fenómenos a una escala tal que v < c, por lo que estos cambios son apreciables.

Simultaneidad

Esa variación que experimenta el tiempo en la mecánica relativista cuestiona el concepto de simultaneidad, ya que bajo ese punto de vista no es fácil afirmar que dos fenómenos son simultáneos. Si lo son, deben ocurrir en el mismo instante, y para medir ese tiempo debe emplearse un mismo reloj para cada uno de los sucesos.

Lorentz supuso dos sistemas de ejes coordenados que se mueven uno respecto al otro con velocidad v. Las coordenadas de ambos sistemas están relacionadas entre sí según muestran las ecuaciones siguientes:

Siguen otra serie de ecuaciones que, al no ser el presente trabajo de tipo técnico ni para entendidos, no me parece procedente reseñar, y me limitaré a explicaciones escritas, no numéricas que no estarían al alcance de todos.

Así que, en realidad, tanta numerología nos viene a decir que:

  • Los objetos se contraen en el sentido de su marcha si sus velocidades son relativistas (cercanas a c, la velocidad de la luz).
  • El tiempo se dilata para el viajero que ocupe una nave espacial que corre a la velocidad de la luz o similar. Su tiempo transcurre más despacio que el tiempo de los que quedamos en la Tierra.

De esta forma, podemos demostrar cómo el tiempo es distinto para cada persona, lugar o circunstancia, tendremos tiempos unitarios y tiempos universales.

El transcurrir del tiempo en el universo está referido a un tiempo uniforme igual para todo y para todos. El transcurrir del tiempo de personas individuales o de grupos, en realidad, puede ser distinto del tiempo de otras personas o de otros grupos.

No es lo mismo el transcurrir del tiempo para quien está junto a la persona amada en un lugar paradisíaco que ese mismo periodo de tiempo para quien postrado en el lecho de un hospital sufre continuos dolores. El primero verá pasar el tiempo velozmente, mientras que el segundo lo verá eternizarse. En ambos casos, la noción de tiempo será engañosa según aconseje cada circunstancia; la realidad será que el tiempo transcurrido para ambos es el mismo.

Sin embargo, esta igualdad se rompe si el tiempo que transcurre es medida por un observador que está pendiente del tiempo que pasa en la Tierra y el tiempo que pasa en la nave espacial que partió de ella a 270.000 Km/s con destino a Alfa Centauro, a 4’3 años-luz de nuestro Sol.

El encargado de la medición comprobaría como el tiempo que transcurre es distinto en el planeta Tierra y en la nave espacial, donde debido a su velocidad (cercana a la de la luz) el tiempo transcurre mucho más lento, y se puede dar el caso real de que, al regreso de la nave, sus pasajeros astronautas sólo tengan 8’6 años más, mientras que sus amigos y familiares que a su partida tenía la misma edad, soportarán el transcurso de varias decenas de años y ahora sean ancianos.

Así lo demuestra √(1-v2/c2). Son los efectos predichos por la teoría de la relatividad especial de Einstein; los tiempos son relativos al movimiento de los observadores. El reloj viajero es más lento en un factor = ecuación aantes reseñada reseñada.

Para poder contestar la pregunta ¿cuándo comenzó el tiempo?, nos vemos obligado a retroceder 13.700 millones de años, hasta lo que conocemos como Big Bang, el origen del universo. Allí, en ese preciso momento, nació el tiempo y el espacio.

El Big Bang es la teoría más aceptada del origen y evolución del universo que se originó a partir de un estado inicial de alta temperatura y densidad que, desde entonces, ha estado siempre expandiéndose, y es precisamente esta expansión la que da lugar al espacio (cada vez mayor) que abarca el universo y, al mismo ritmo, crece o transcurre el tiempo inexorable.

El paso del tiempo lo cambia todo; los sistemas se transforman, viven y mueren para dar paso a otros nuevos sistemas. Estrellas que brillan durante miles de millones de años y con el paso del tiempo consumen su material-combustible nuclear y mueren explotando en novas o supernovas para, con su material complejo, contribuir a la formación de nuevas estrellas, nuevos mundos e incluso, nuevas formas de vida.

Todo envejece, se deteriora por la acción de la entropía, del paso del tiempo. Sin embargo, él no cambia, es invariante, continúa su camino mientras que, a su alrededor, las mutaciones son continuas y lo único que permanece inalterable es: el Tiempo.

Me encantaría tener sabiduría para poder exponer de manera más amplia y precisa lo que el tiempo es. Lo que aquí dejo escrito es corto y no me deja satisfecho. Cualquier persona mejor preparada lo habría explicado mejor pero, de todas formas, la voluntad que he puesto en este trabajo compensa sus posibles deficiencias y el lector sabrá disculpar las mismas.

De todas las maneras posibles en las que me he detenido a pensar sobre lo que es y supone el tiempo, la que más me impresiona es aquella que me hacer ver claramente que no podemos impedir su transcurrir, que su paso nos llevará hacia la eternidad convertidos en polvo, dejando atrás a los seres queridos que nos gustaría seguir protegiendo, sin llevarnos la certeza de lo que el destino les tiene reservado a sus vidas. Esa incertidumbre me hace sentir una gran impotencia, casi infinita que, en no pocas ocasiones, he llegado a sentir como un verdadero dolor físico y real causado por un pensamiento profundo del significado y las implicaciones irreversibles que el paso del tiempo nos trae a todos.

Individualmente hablando, el tiempo está bien mientras nos acompaña en nuestro recorrido a lo largo de nuestras vidas; después “él” continúa su camino mientras nosotros desaparecemos. Colectivamente, el tiempo es muy importante. Cada uno de nosotros hacemos un trabajo y desarrollamos una actividad que se va sumando a la de los demás. Con el tiempo, el trabajo, ese conocimiento adquirido, continúa aumentando y ese tiempo “infinito” es el que necesitamos nosotros y los que vendrán detrás para resolver problemas muy graves que se presentarán en el futuro y que, de poder o no poder resolverlos, dependerá que la humanidad perdure.

El tiempo será la mejor herramienta con la que podemos contar para resolver todos los problemas. Así lo dijo Hilbert:

“Por muy inabordables que parezcan estos problemas, y por muy desamparados que nos encontremos frente a ellos hoy, tenemos la íntima convicción de que debe ser posible resolverlos mediante un número finito de deducciones lógicas. Y para ello, la mejor herramienta es el tiempo; él nos dará todas las respuestas a preguntas que hoy no podemos ni sabemos contestar”.

En la tumba de David Hilbert (1862-1943), en el cementerio de Gotinga (Alemania), dice:

Debemos saber. Sabremos”.

Estoy totalmente de acuerdo con ello. El ser humano está dotado de un resorte interior, algo en su mente que llamamos curiosidad y que nos empuja (sin que en muchas ocasiones pensemos en el enorme esfuerzo y en el alto precio que pagamos) a buscar respuestas, a querer saber el por qué de las cosas, a saber por qué la naturaleza se comporta de una u otra manera y, sobre todo, siempre nos llamó la atención aquellos problemas que nos llevan a buscar nuestro origen en el origen mismo del universo y, como nuestra ambición de saber no tiene límites, antes de saber de dónde venimos, ya nos estamos preguntando hacia dónde vamos. Nuestra osadía no tiene barreras y, desde luego, nuestro pensamiento tampoco las tiene, gracias a lo cual, estamos en un estadio de conocimiento que a principios del siglo XXI, se podría calificar de bastante aceptable para dar el salto hacia objetivos más valiosos…Si el ¡tiempo! lo permite.

emilio silvera


  1. Resumen del XIX Carnaval de la Física | SCIENTIA, el 13 de junio del 2011 a las 9:06

    […] siempre un muro infranqueable? – Las nuevas teorías especulan con nuevas dimensiones. – ¿El Tiempo?, ¿Qué es es el TIEMPO? – ¡El Límite de las Teorías! – ¿Qué se habrá conseguido en el 3.011? – Un poco de […]

 

  1. 1
    Johnny
    el 12 de mayo del 2011 a las 15:24

    “El transcurrir del tiempo en el universo está referido a un tiempo uniforme igual para todo y para todos. El transcurrir del tiempo de personas individuales o de grupos, en realidad, puede ser distinto del tiempo de otras personas o de otros grupos.”
    Me ha interesado esta descripción que hace del Tiempo Don Emilio, si el tiempo es la cuarta dimensión, ¿está es la que en definitiva nos ofrecerá la posibilidad de subir a otras dimensiones más altas?, si fuera así supongo que para todos los que habitamos el planeta deberíamos ser conscientes de que ese “Tiempo uniforme” es para todos por igual, quizá en ese momento en que sepamos y tengamos presente eso podríamos estar en condiciones de utilizar nuestro propio planeta como la nave que nos transportara a esas otras dimensiones que en estos momentos no podemos ver.
    Si el Tiempo podría estar formado por cuantos también, ¿de que podría estar conformado esos cuantos?, ¿cada cuanto sería el tiempo presente de cada cuál, y de lo que decidamos individual y a su vez colectivamente con esos cuantos de tiempo (tiempo presente)?, pues con lo que se decida en nuestro presente se creará nuestro futuro, estaríamos en condiciones de manejar ese Tiempo uniforme a nuestro antojo, si la decisión es colectiva y no individual.

    Responder
  2. 2
    Zephyros
    el 12 de mayo del 2011 a las 19:28

    Disculpa Emilio, pero esa frase que pone Johnny y que también he leído creo que necesita algún tipo de aclaración porque a mi no me encaja, ni con el artículo ni con la física actual. Tampoco me encaja la mención a tiempo universal…
     
    No se si estoy espeso hoy o voy a tener que sacar el sable y batirme con alguien en temas relativistas 😀
     
    Lo del tiempo individual, sí que lo compro, ese tiempo “propio” y cuyo ritmo depende de las condiciones gravitatorias y de movimiento en el que se encuentre el objeto en cuestión sí que es algo no sólo permitido sino estandarte de la Relatividad.
     
    Lo de cuantos de tiempo, que ya dije un día que le estaba dando vueltas pues sigo en ello, y de existir cuántos de tiempo cre oque deberían ir acompañados de cuantos de espacio, es decir, un espacio-tiempo tetradimensional discretizado.
     
    Saludos!

    Responder
    • 2.1
      Johnny
      el 12 de mayo del 2011 a las 19:52

      Hola Zephyros, pues a mí tampoco me encaja muchas cuestiones por eso si te parece bien, te puedes batir conmigo a duelo y entre los dos sacar algo en concreto para beneficio mutuo, eso sí, que no haya sangre.

      Yo al tiempo uniforme del cual se hace mención, lo comprendo cómo un tiempo que se crea y se comparte para un grupo en su conjunto, en este caso podría ser el de nuestro planeta. Me gustaría saber porque no te encaja a ti, para tener otra noción del tema.

      Sobre los cuantos de tiempo, creo estar de acuerdo contigo en que deberían ir acompañados de cuantos de espacio, yo a esto te podría dar un ejemplo de lo que a mi parece que podría llegar a ser, pero lo hago en forma de pregunta ya que no tengo la seguridad en ello ¿una persona podría formar ella sola un cuanto de espacio y de tiempo con su simple existencia?.

      Saludos!

      Responder
      • 2.1.1
        Zephyros
        el 12 de mayo del 2011 a las 22:30

        Hola Johnny, pues a mi no me cuadra porque al igual que Einstein descartó la idea Newtoniana de tiempo global (absoluto e independiente de todo, fluye y punto, y sirve de marco de referencia para los procesos físicos) introduciendo esa variación ya formulada por Minkowski de un espacio-tiempo tetradimensional y que está curvado haciendo que esta dimensión llamada tiempo “fluya” de modo diferente según el observador, pues esta visión ya corroborada experimentalmente parece ser que elimina la idea de un tiempo universal.
         
        Estoy seguro que Emilio se refiere a otra cosa. En mi opinión cada partícula elemental, sea quarks, sea cuerda, sea lo que sea, tiene su tiempo propio, como un reloj interno, y según las condiciones gravitatoria en la que se encuentra este reloj o frecuencia temporal marcha a un ritmo u otro.
         
        Nuestra concepción del tiempo es otra cosa, partiendo porque vivimos el pasado, no un presente, y nuestro cerebro al que le llegan estímulos del pasado y tarda en procesarlos, hace una especie de promedio de sucesos o una secuencia de fotogramas que hace las veces de flujo temporal para nuestra mente. No se aleja, no obstante, de la realidad macroscópica puesto los datos nos llegan en cierto orden (marcado por la Termodinámica y su segundo principio, ese por el cual la entropía aumenta en cada proceso)
         
        Lo último que preguntas, no lo veo científico y ahí me pierdo, lo siento, no puedo aportar nada.
         
        Saludos!

        Responder
        • 2.1.1.1
          Johnny
          el 12 de mayo del 2011 a las 23:23

          Hago una suposición, si resultara ser que los relojes que llevamos siempre con nosotros no solo dieran el horario de la región en donde vivimos en el planeta (o sea el país); mi primo podría estar en Canadá  y yo en Australia, cada uno se guiaría por el reloj que lleva en su muñeca, ese sería el tiempo que determinaría su vida y sus comportamientos, y yo en Australia haría lo mismo pero con el horario que se utiliza en aquel país, nuestros actos dictados por nuestras decisiones en el tiempo presente de cada cual tendría un efecto individual en una línea de tiempo imaginaría que transcurre en nuestro planeta, repercutiendo en el mismo de determinada manera.
          Supongamos ahora que en Marte por ejemplo haya una colonia de personas que se han establecido allí para vivir y entre esas personas tengo otro primo, ellos obviamente tendrían otro horario muy diferente al nuestro y se regirían por ese horario que se colocarían tal vez en su muñeca, ese horario estaría determinado según las características que se tengan en ese planeta.
          El cuanto de cada uno de nosotros, si es que existe, tendría diferentes características y funcionarían de determinado modo dependiendo del presente que vive cada uno, y por lo que entiendo sobre los cuantos, ya sea de tiempo o de lo que sea cumple una función específica para realizar un trabajo con la energía que este aporta.
          Entonces pregunto, ¿Qué sucedería si en nuestros relojes pulsera colocáramos no solo el horario de nuestro país, sino también un horario planetario y, hasta un horario universal?.

          Saludos cordiales.

        • 2.1.1.2
          Zephyros
          el 12 de mayo del 2011 a las 23:39

          La Teoría de la Relatividad no trata de que ajustemos nuestros relojes. Cada reloj funcionará a un ritmo diferente, además tendríamos problemas para sincronizarlos, a no ser que estemos primero juntos, los sincronicemos y nos separamos, en ese caso cada reloj ya funcionando a un ritmo diferente (incluyendo nuestro reloj biológico) perderían sincronismo.
           
          Y es que el concepto de simultaneidad se perdió con la Relatividad

        • 2.1.1.3
          Johnny
          el 13 de mayo del 2011 a las 0:19

          Es que yo no estoy hablando de la Teoría de la Relatividad, y el hecho de sincronizar nuestros relojes a un mismo tiempo es para ser consciente de estar transcurriendo en un tiempo que se comparte con todo un grupo, el de nuestro planeta por ejemplo.
          Si mi primo en Canadá decide hacer un enorme hoyo en la tierra, eso tendría un efecto en ese espacio de territorio que el realizó el hoyo, yo en Australia ni me enteraría de que mi primo en Canadá hizo un enorme hoyo en la tierra. Pero en nuestro Planeta si habría un cambio físico, insignificante, pero un cambio en fin, ya que en ese punto del planeta en donde antes había llanura ahora hay un enorme hoyo.
          La suposición de colocar un horario planetario en nuestros relojes pulsera sería para tener presente las decisiones de los actos que realizamos individualmente y en grupo en nuestro planeta, y el efecto que podría tener al mismo, dependiendo de en qué se está invirtiendo nuestro tiempo claro.

        • 2.1.1.4
          Zephyros
          el 13 de mayo del 2011 a las 1:01

          Date cuenta que los relojes van a distinta velocidad según dónde estén y su velocidad relativa.
           
          Pero vamos, creo que tampoco estoy entendiendo mucho por donde vas… 🙁
           
          Saludos!

        • 2.1.1.5
          Johnny
          el 13 de mayo del 2011 a las 2:20

          Otra suposición, para ver si entiendes por dónde voy, si se decidiera establecer un horario propio que transcurriría en internet, y todos en el planeta sincronizamos nuestros relojes a ese horario ¿no estaría transcurriendo ese tiempo a todos por igual?.
          Y a lo que voy lo describo con otro ejemplo, si un grupo de 5 personas deciden utilizar la energía de cada uno y en grupo al mismo tiempo para empujar un objeto este se movería a cierta velocidad dependiendo también de varios factores; ahora supongamos que se decidiera utilizar la energía de cada habitante del planeta para un mismo fin, si es que ese cuanto del tiempo existiera y una persona fuera portadora del mismo, la energía invertida en grupo al mismo tiempo hipotéticamente debería realizar el trabajo al cual fue encausada toda esa energía.

          Saludos.

        • 2.1.1.6
          Johnny
          el 13 de mayo del 2011 a las 2:39

          Leyendo bien tu comentario, creo saber porque no entiendes adónde voy, lo que quiero decir es que no interesa que estén todos los relojes sincronizados a la perfección segundo a segundo, sino que se tenga una noción de que se está compartiendo un mismo tiempo en todo el planeta, y basarse en ese tiempo en nuestras decisiones individuales como todo un grupo.

          Ahora sí , espero se haya entendido, saludos.

  3. 3
    ozzy
    el 12 de mayo del 2011 a las 19:51

    Gracias Emilio por este articulo.
    Me hace pensar mucho.

    Responder
    • 3.1
      emilio silvera
      el 13 de mayo del 2011 a las 6:00

      Esa es la idea Ozzy, a la mente le encantan estos ejercicios y, de camino, se hace mayor.

      Responder
  4. 4
    kike
    el 12 de mayo del 2011 a las 22:18

       El tiempo puede ser subjetivo; puede ser elástico dentro de nuestras mentes, que al fin y al cabo, junto con otros seres vivos sonos los únicos que percibimos el tiempo, lo que de alguna manera crea su función, de alguna manera creamos un tiempo para nuestro uso personal.

      Pero aparte de su percepción por los seres vivos el tiempo es inexorable; ni se alarga ni se detiene, y siempre es unidireccional, con dirección hacia el futuro, lo que por otra parte es lógico ya que si no fuese tan inflexible rompería multitud de leyes físicas, lo que no parece posible.

      Como ya se ha comentado en alguna ocasión, existen muchas clases de tiempo, pero todas menos una son percepciones de los seres vivos y especialmente de los humanos. ¿Existirán por esos mundos otros seres con una mente muy avanzada por la que puedan percibir el tiempo de una forma mucho más completa, compleja y comprensiva de la que nosotros percibimos?; no lo descartaría por si las moscas..

    Responder
    • 4.1
      emilio silvera
      el 13 de mayo del 2011 a las 6:31

      ¡El Tiempo! ¿Has dicho algo?
      Recuerdo aquel gran Físico, ganador de un Premio Nobel que, cuando le preguntarón: “Qué es el Tiempo”
      contestó: El Tiempo es algo que siempre ha estado ahí.
      Y se quedó tan pancho. Siempre ha estado ahí y estará mientras nosotros también lo estemos para percibirlo de mil maneras distintas. Recordamos el tiempo pasado durante el que hemos vivido y que nos trae los recuerdos de las experiencias pasadas. Vivímos el efímero presente que se convierte en pasado al instante para pasar al futuro inmediato que instantáneamente se hace presente de nuevo. Es decir, siempre vivímos en el presente con la esperanza de un futuro que, cuando llega, es de nuevo presente que se marcha al pasado. Así pasamos la vida, en un continuo laberinto temporal que llamamos pasado y recordamos dentro de un presente que añora un futuro que vendrá y que, cuando llega se nos va. Si eso es así, ¿en qué tiempo en realidad vivimos?
      La verdad es que, el Tiempo, es un concepto que nunca hemos dominado, y, lo hemos amoldado a nuestro ritmo de vida para conciliar muchas cosas dentro de las Sociedades que hemos construído. Sin el concepto de tiempo, nuestras vidas serían un galimatias, y nuestras vidas cotidianas un desastre monumental.
      Claro que ese es el Tiempo de andar por casa. El otro Tiempo, ese que marca nuestras vidas, que es el Tiempo del Universo, ese Tiempo es el importante, el que no hemos llegado a entender, y, como bien dice Kike, solo camina en una dirección…hacia el futuro. Y, dicho caminar, se rige por un Principio inalterable:Que todo lo deja atrás y mientras avanza, su poder inexorable, lo va cambiando todo, a medida que él pasa, nada permanece igual, todo se transforma, enveje y muere.
      Si alguna Civilización avanzada, algún día, puediera acceder a un Mecanismo que pudiera deterner el Tiempo, podría decir que habrían encontrado la fuente…¡de tantas cosas! Poder dominar el Tiempo a placer supondría tener el poder más grande que nunca nadie pudiera imaginar.
      Pero, esos son sueños, ya que, lo que conocemos como Tiempo, nunca se detendrá, la flecha del Tiempo fue lanzada con las energías desencadenadas en el Big Bang, y, hasta donde podemos saber, nada ni nadie la podrá detener mientras este Universo continúe su caminar de expansión sin fin.
      – ¿Me puede decir que Tiempo tenemos?
      – Ya me gustaría a mí poder decir lo que es el Tiempo, además, no estoy seguro de que todos tengamos el mismo Tiempo. Quizás sí en lo general pero, en lo particular de cada uno, el tiempo puede estar dividido de tal manera que sean “muchos” Tiempos los que existan, al menos en relación a nosotros, los seres racionales.
      ¡Que complejo es eso que llamamos Tiempo!
      Podemos enumerar mil figuras del Tiempo y cada una estará determinada para una función específica, sin embargo, el Tiempo, lo que entendemos por Tiempo con mayúscula, es algo tan complejo que a pesar del tiempo transcurrido desde que aparecimos en el planeta y tuvismos consciencia de ser, ningún sabio ha sabido determinar, de manera precisa y certera, lo que el tiempo es.
      ¡El Tiempo! Ese misterio surgido de los albores del Universo que nos acompaña mientras vivímos y que ha sido testigo de todo lo acontecido en el mundo y en los más lejanos confines del Universo. Mira que si el Tiempo nos pudiera hablar y contarnos todo lo que sabe…¿Cuánto trabajo nos ahorraría y problemas solucionaría?
      Bueno aquí lo dejo que, se me va…”El Tiempo”
      Un saludo amigos.
       

      Responder
  5. 5
    Marco Antonio Morales Orellana
    el 13 de mayo del 2011 a las 6:31

    Ahora el tiempo de nosotros de 24 horas movimiento de rotación y 365 días de traslación. O sea que los movimientos dan el tiempo práctico.  Me gustaría información sobre el tiempo de los movimientos en los planetas.   Supongo que en unos el día dura meses, la noche meses.

    Responder
  6. 6
    emilio silvera
    el 13 de mayo del 2011 a las 6:35

    Piensas bien, ese tiempo al que te refieres, no es igual para todos los mundos y, cada uno tiene su propio tiempo que depende de su movimientos. De la misma manera, aunque nos lo parezca, en la realidad, cada uno tenemos un tiempo propio dependiendo de nuestras circunstancias personales de trabajo, familia, entorno, salud, etc.
    Nunca podremos saber lo que el Tiempo es. Pero, eso sí, hacer especulaciones y plantear situaciones…se nos da de maravilla para mantener la mente despierta.
    saludos.

    Responder
  7. 7
    floren
    el 13 de mayo del 2011 a las 8:04

    El tiempo, depende sobretodo, del lado de la puerta del cuarto de baño donde te encuentres.

    Responder
  8. 8
    Johnny
    el 13 de mayo del 2011 a las 13:43

    Luego de haberme batido a duelo con Zephyros, he llegado a una conclusión respecto al Tiempo, lo que diferencia a un tiempo de otro, sería el motivo para que se utilizara ese tiempo.
    El mejor ejemplo que se me ocurre para dar a entender lo que quiero decir es con el conocido evento http://www.earthhour.org/, se estipula un horario en el que las personas apagan las luces de sus hogares para el ahorro de consumo energético en el mundo.
    Lo que yo entiendo por cuanto de tiempo, sería el momento preciso en el que se decide o no, apagar la luz de nuestra casa, ese preciso instante que tenemos el poder de decidir qué hacer con nuestros actos es el más claro ejemplo que puedo dar referido al cuanto de tiempo que cada uno podría llegar a tener, si es que existiera claro.
    Como dije anteriormente, lo que definiría a un “tiempo” es el motivo por el cual fue creado para realizar cierto trabajo.

    Un saludo.

    Responder
  9. 9
    Anadelagua
    el 15 de mayo del 2011 a las 1:20

    Compañeros del Universo:
    Mi mundo está anclado en el sistema solar,en un planeta llamado Tierra.enramado a su vez a una galaxia,la Vía Láctea
    En mi mundo hay personas ,sentimientos,ideas,herramientas,colores,olores,sabores…Pero sobre todo y lo más importante…Hay tiempo.Un tiempo y un espacio para cada posible mundo 🙂
    Aunque me gusta más parafrasear a Saint-Exupery:
    “Como tu rosa hay miles,lo que  hace importante a tu rosa es el tiempo que tú le dedicas”
    A través de las emociones podemos “estirar” el tiempo,pero en esa dimensión ,la emocional…Ah! que no es una dimensión ,claro…
    Todo un mundo hermético cuyas llaves guarda celosamente Cronos…por ahora.
    Como siempre ,pero hoy en especial,me ha encantado leerte y también los comentarios.
    Un abrazo

    Responder
    • 9.1
      emilio silvera
      el 15 de mayo del 2011 a las 7:29

      Querida amiga Anadelagua.
      De la inexorabilidad del paso del tiempo, sólo nos puede compensar eso que mencionas: “…personas, sentimientos, ideas, herramientas, colores, olores, sabores…” Que, por otra parte, es lo que nos hace sentir que, a pesar de lo efímero de la vida, tenemos aquí el “tiempo” suficiente para poder dejar el rastro de nuestra pequeña obra: Podemos amar y sufrir, sentir penas y alegrías, luchar denodadamente por sonseguir lo mejor para tus seres queridos, compartir con otros y con la Naturaleza, saber oír el silencio, sacrificarte por la persona que amas poseído de un sentimiento de alegría, admirar la belleza de un amanecer o contemplar un cielo estrellado…somos tantas cosas, poemos sentir y hacer sentir tanto…
      Nunca se borrará de mi memoria aquel día que, en soledad, dejando el coche en la entrada de un angosto camino, continúe andando, despacio, las jaras del estrecho sendero eran espesas y había abundancia de ortigas. De vez en cuando, me topoba con bañas de jabaliés en las que habían dejado la marca de sus pezuñas. El lugar era algo salvaje y, la huella del hombre no se veía por ninguna parte. Aquel paraje era (y sigue siéndolo) conocido como Barranco del Lobo.
      Cuando tras una larga caminata llegue a la cumbre del Monte cuajado de pinos y flores silvestres, ante mí se ofreció la imagen más bella: Un enorme lago de aguas transparentes brillaba allí, en el fondo del Valle y de la superficie cristalina salían mil señales luminosas al reflejar los rayos del sol. Todo era “silencio” pero un silencio engañoso, ya que, los trinos de los pajarillos, el rumor de las ramas mecidas por la suave brisa, los colores y los olores, el día luminoso y un cielo limpio y azulado-celeste que se reflejaba en las tranquilas agua del Lago, formaban un conjunto inolvidable.
      Pude estar allí varias horas, en silencio, sintiendo en medio de aquella Naturaleza de la que, por un espacio corto de tiempo, pase a formar parte, me fundí con ella, y, casi podía escuchar la charla que se entablaba entre los arbustos y los árboles, el viento y las hojas de las coloridas plantas y los mensajes que el canto de los pajarillos de mil colores (verdones, jilgueros, chamarices, oropéndolas, pinzones, y un sin fin de ellos) inundaban el lugar.
      Aquel conjunto de cosas bellas, me transportó a otro mundo que, estando en este nuestro, me hizo ver con claridad, lo que todos nosotros nos perdemos. Inmersos en la baraúnda de las ciudades, “sin tiempo” para nada, dejamos, no pocas veces, lo que realmente tiene algún valor.
      No hemos sabido nunca aprovechar el “tiempo” y, una gran parte de ese tiempo nuestro, lo hemos dedicado a cuestiones secundarias que, en realidad, no merecían tal dedicación, la recompensa no justifica algunas veces el tiempo que dedicamos a las cosas. No hemos sabido nunca aprovechar el “tiempo” para vivir con la Naturaleza, no a espaldas de ella.
      Y, por otra parte, tampoco hemos sabido nunca dedicar ese “Tiempo” a los seres queridos que, no pocas veces se han visto marginados por “nuestro trabajo” tan importante, cuando en realidad la importancia estaba en asistir a esa fiesta del colegio, a ese cumpleaños, o ayudando en hacer aquella tarea del Colegio.
      Muchas veces aprendemos algo tarde, y, cuando queremos darnos cuenta…¡hemos perdido tantas cosas! que, recuperarlas es imposible, la felcha del tiempo sólo camina en una dirección, nunca puede regresar lo que pasó ni tenemos la oportunidad de volver al principio.
      Bueno, aquel día que antes contaba junto a la Naturaleza, quedó gravado en mi memoria para siempre, de la misma manera que han quedado aquellos viajes en el velero, sí, ese de vela triangular latina, que era de mi abuelo y en el que mi padre, me llevó no pocas veces por el estrecho de gibraltar. Son m omentos inovidables, ¡qué sensaciones!
      De la misma manera, supe renunciar (dentro de lo posible) al dinero, y, dejando de lado oportunidades, dediqué aquel tiempo a mis seres queridos junto a los que he estado en aquellos momentos cruciales de sus vidas (nuestras vidas), y, por ello, a pesar de la cortedad de ese tiempo que aquí se nos da, puedo estar contento de que, de alguna manera, nunca lo administré mal, ya que, en esos momentos míos, “mí tiempo” fue dedicado a buscar respuestas a preguntas que siempre tengo amontanadas a la espera de que sean contestadas.
      Por todo eso, querida amiga, te puedo decir que, quien sabe elegir como utilizar su tiempo, es un ser privilegiado, ya que, en esta Sociedad de consumo en la que nos ha tocado vivir, no es fácil decir que NO a situaciones que, por compromisos y otros se nos puedan presentar, si sabemos hacerlo, no habremos pasado por aquí sin pena ni gloria…Nuestro Tiempo Ha sido Bien Empleado.
      Un cariñoso y respetuoso abrazo, querida amiga.

      Responder
  10. 10
    emilio silvera
    el 15 de octubre del 2013 a las 11:12

    Está bien que te guste la página y su contenido. Aquí, como digo siempre, tratamos de llevar algo del saber del mundo a todos los que por el lugar puedan pasar y que siempre, dicho sea de paso, son acogidos con agrado y, se procura atenderlos en sus preguntas que, no siempre estamos capacitados para contestar pero, el que da lo que tiene… ¡Paga lo que debe!
    Puede que el dinero y la “libertad” sea la panacea que todos buscan. De la primera siempre la he tenido en mi Mente. El segundo, nunca me llamó gran cosa la atención y procuré tener el necesario para conservar la dignidad en este mundo nuestro que, como debes saber, no es perfecto y se deja llevar por las “ilusiones” (gran parte de las veces vanas), de tener muchas cosas y, ello, no pocas veces lleva a muchas personas a dejar de lado esas otras que son las que realmente valen.
    Por ejemplo, poder divulgar el saber, aunque sea de manera sencilla y sin pretensiones, como aquí se hace, es un gran tesoro y tiene un valor incalculable, no todo lo podemos medir en función del dinero y, desde luego, el Ser Humano, tiene la necesidad de otras “cosas” que están más hallá de todo eso, de lo material que, si se tiene en la justa medida… ¡Es más que suficiente!
    Hay que tomar la parte que nos pueda corresponder, el resto, es de los demás.
    Un saludo cordial.

    Responder
    • 10.1
      emilio silvera
      el 15 de octubre del 2013 a las 12:24

      Donde dice más hallá, debe decir “más allá”.
      Rectificado queda, nunca las prisas fueron buenas.

      Responder
Cerrar respuesta

Responde a Johnny



Comentario:

XHTML

Subscribe without commenting