Dic
19
Escenario ¿Fantástico? de lo que puede ser el futuro
por Emilio Silvera ~
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Finalmente, ¿se apoderará de todo la I.A.?
La Inteligencia Artificial, dijo John McCarthy cuando acuñó el término en las conferencias de Darmouth de 1956, es: “…la ciencia e ingeniería de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de cómputo inteligentes.” Ese sentido no ha cambiado desde entonces. En cambio, las técnicas y aplicaciones de la Inteligencia Artificial son cada más variadas, profundas y sorprendentes. A pasos exponenciales inundarán nuestras vidas y pronto serán tan omnipresentes que apenas las percibiremos, como hoy nos sucede con la televisión, los modernos teléfonos móviles y el Internet que forman parte de nuestras vidas y, de alguna manera nos podríamos preguntar: ¿Qué haríamos sin todo esto?

Puede que vivamos en un mundo donde cada persona se conectará mentalmente con una red de ordenadores con miles de mentes pensantes también conectadas. O puede que las máquinas realicen todas las tareas para nosotros y nos permitan vivir con total lujo durante toda nuestra vida. Pero ¿Qué ocurriría si las máquinas nos vieran como algo innecesario – o algo peor-? Si las máquinas llegan al punto donde se puedan reparar ellas mismas o incluso crear versiones mucho mejores, ¿podrían llegar a la conclusión de los humanos son simplemente una molestia? Realmente es un escenario que asusta. ¿Podría ser cierta la versión de Vinge del futuro? ¿Hay alguna manera de evitarlo?

He dado muchas vueltas a la IA y a la consciencia de los seres vivos. Las conclusiones a las que he podido llegar son que el pensamiento consciente debe involucrar componentes que no pueden ser siquiera simulados adecuadamente por una mera computación; menos aún podría la computación por sí sola, provocar cualquier sentimiento o intención consciente. En consecuencia, la mente debe ser realmente algo que no puede describirse mediante ningún tipo de términos computacionales. Sin embargo, noticias que llegan de nuevos descubrimientos te hacen dudar de hasta dónde podrán llegar esos “seres” artificiales creados por el hombre.

De todas las maneras, no dejamos de insistir y queremos llegar a conseguir poder insertar los sentimientos en esos seres artificiales que cada día creamos con mayor perfección. ¿No somos conscientes del peligro que conlleva imitar a los humanos de esa manera? Las consecuencias son impredecibles y, como tantas otras cosas, cuando queramos darnos cuenta…será tarde.

Si llegan a tener conciencia de Ser… ¡estaremos perdidos!
Investigadores europeos están desarrollando un software que dará a los robots la capacidad de aprender cuándo una persona está triste, feliz o enfadada. Existe un proyecto que está uniendo sencillos robots que pueden detectar diferentes parámetros (expresiones faciales, voz y cercanía) para determinar estados emocionales. El objetivo del proyecto es desarrollar un robot que pueda servir a los humanos con necesidades especiales, como los enfermos y los ancianos mediante redes neuronales adaptables, el robot puede aprender la manera correcta de responder a las emociones de la gente a partir de la experiencia. Por ejemplo, si alguien tiene miedo, el robot puede aprender a cambiar su comportamiento para parecer menos amenazante. Si alguien parece feliz, el robot puede tomar nota mental (¿positrónica, positrónica…?) de lo que logró esa respuesta. Y si alguien parece enfadado o solitario, puede darle una palmadita en la espalda, ofrecerle una bebida fuerte y decir: “No te preocupes, te mereces a alguien mejor”. Sólo podemos esperar que no se hayan olvidado de las tres leyes de Asimov.


¿De igual a igual máquinas y humanos? ¿No estaremos perdiendo el Norte?
Bien es verdad que no tenemos una comprensión científica de la mente humana. Sin embargo, esto no quiere decir que el fenómeno de la consciencia deba permanecer fuera de la explicación científica. Ya se están buscando caminos científicos para dar esa explicación del misterio más profundo (seguramente) del Universo. Y, a pesar de no conocer a fondo nuestra mente, ya estamos tratando de incorporar, a mentes artificiales lo poco que de ella sabemos. ¿No será una temeridad?
La comprensión es, después de todo, de lo que trata la ciencia; y la ciencia es mucho más que la mera computación mecánico-electrónica. Sin embargo, parece que la realidad desmiente estos pensamientos y, podría llegar el momento en el que, la Inteligencia Artificial, alcance niveles preocupantes al dotar, a esos “seres” artificiales de pensar por sí mismos y, si me apuran, hasta de tener sentimientos.

¿Cuál es el campo de acción de la ciencia? ¿Son solamente los atributos materiales de nuestro Universo los que son abordables con sus métodos, mientras nuestra existencia mental debe quedar para siempre fuera de su alcance? ¿O podríamos llegar algún día a una comprensión científica adecuada del profundo misterio de la mente? ¿Es el fenómeno de la consciencia humana algo que está más allá del dominio de la investigación científica, o podrá la potencia del método científico resolver algún día el problema de la propia existencia de nuestro yo consciente?

De seguir por este camino emprendido en el que tratamos de dar a “seres artificiales” entendimiento y conciencia… Llegaremos a dejarlo todo en sus manos, desentendernos de todo, que la I.A. se ocupe de nuestro trabajo, de realizar todos nuestros proyectos, de plasmar en realidad nuestros sueños, y, lo más probable será que, en posesión de la Consciencia de Ser, terminen por realizar sus propios sueños y dictarnos la manera en la que debemos vivir, como comportarnos con la excusa de que no nos hagamos daño….

El Futuro siempre será incierto, nadie nunca podrá viajar a ese Tiempo por venir y contarnos lo que vio para prevenir escenarios nocivos para la Humanidad. Así que, todos estos “mundos” futuros que nos “dibujan” la propia I.A., tienen bastantes probabilidades de suceder.
A nivel mundial en el Presente, nadie, ningún Gobierno, está tomando las medidas oportunas para que nada de esto pueda suceder en el mañana.
Algunas voces de expertos se han alzado advirtiendo del peligro cierto que nos acecha. Sin embargo, deseñan tales advertencias y siguen su camino que es el de hacer prevalecer los beneficios.
Pero, ¿Qué pasa con el destino de la Humanidad?
Qué más da lo que pase, ellos, , los que han hecho posible tal barbaridad… ¡Ya no estarán aquí!
¡La Humanidad! ¿Quién la entiende! Ya lo dijo aquel hombre sabio:
“Al final del camino, descubriremos que, la Humanidad forma parte del problema que trata de resolver.”
Lo que nos lleva a que, siendo parte del problema, no podemos contemplar en su totalidad, es lo que nos pasa con la Galaxia Vía Láctea, podemos tomar imágenes de otra cualquiera menos de la nuestra, porque estamos dentro de ella.
Emilio Silvera V.
















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