Sep
16
Nuestro sueño de ir a otros mundos
por Emilio Silvera ~
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Ilustración de la estrella enana ultra-fría TRAPPIST-1 y de sus tres planetas. (ESO)
El sistema de TRAPPIST-1 puede tener hasta 3 planetas habitables
En la actualidad nos parece cosa cotidiana el anuncio de las Agencias Espaciales de EE. UU. y de Europa cuando anuncian el descubrimiento de nuevos planetas que, alumbrados por alguna estrella y situados a la distancia adecuada, podría tener las condiciones para la Vida. NO hace mucho podíamos leer en las noticias:
“Tres planetas potencialmente habitables que orbitan alrededor de una estrella enana ultrafria (TRAPPIST-1) a tan sólo 40 años luz de la Tierra, fueron descubiertos por un un equipo internacional de astrónomos desde el Observatorio La Silla, 470 kilómetros al norte de Santiago de Chile.”

Claro que todos esos descubrimientos sólo nos podrán ser válidos para dentro de muchas décadas o siglos, ya que, nuestras tecnologías están en pañales para poder realizar viajes del calibre requerido en expediciones a otros mundos situados fuera del Sistema solar.
Acordémonos de que la NASA tardó un año en averiguar que la Voyager 1 había salido del Sistema solar, y, lo anunció hace relativamente poco tiempo, cuando el lanzamiento del Ingenio espacial data del año 1977 y ha tardado cerca de 40 años en sumergirse en la región exterior a la que no llegan las partículas del Sol.

Cuando pasen unos 5.000 millones de años, nuestro Sol, agotado el combustible nuclear de fusión, se convertirá en una Gigante roja (proceso que durará unos 600 millones de años) que engullirá a los planetas interiores, y, entonces, la vida, dejará de existir tal como la conocemos. Cuando alcance su tamaño máximo, que se estima será casi 260 veces mayor y su luminosidad que llegará a 2 700 veces más de la que tiene hoy.
Nuestro Sol, cada segundo, fusiona 4.654.600 Toneladas de Hidrógeno, en 4.650.000 Toneladas de Helio y, las 4.600 Toneladas que en la transmutación se “pierden”, son lanzadas al Espacio Interestelar en forma de luz y de calor. Una pequeña fracción de esa luz y de ese calor (2.000 millonésimas), llega a nuestro planeta para que la Vida sea posible y se produzca el ciclo de la fotosíntesis entre otros beneficiosos fenómenos naturales.

Simulación de Proxima b en la órbita de su estrella, la enana roja Proxima Centauri (ESO/M. Kornmesser)
El empeño que tenemos de seguir oteando el Espacio Exterior y vigilando estrellas que, parecidas a nuestro Sol, puedan contener planetas en órbita que sean idóneos para la Vida, no es gratuito, ya que, aunque aún falta mucho tiempo, si conseguimos continuar por aquí, el suceso llegará y necesitaremos otros lugares en los que asentar colonias humanas.



Planetas habitables en estrellas cercanas
Claro que, por muchos motivos, las cosas no serán nada fáciles y, no todos los mundos tienen las condiciones de la Tierra. Aunque puedan ser habitables sus variables pueden ser inmensas, y, habrá que adaptarse a nuevas condiciones naturales distintas de las de la Tierra.

Plantas con dos soles y con varias “lunas”, con unas condiciones climáticas distintas a las de la Tierra, con estrella que al no ser de la misma clase que nuestro Sol (G2V amarillo), nos enviarán una luz distinta que cambiará el color de las plantas y los paisajes…


Claro que, llegado ese momento, no tendremos otra salida, habrá que adaptarse a lo que podamos encontrar y que sirva para sustentar nuestras vidas. De los muchos planetas que para entonces tendremos a nuestra disposición, unos serán más idóneos que otros pero… ¡Nos olvidamos de lo más importante! CÓMO LLEGAR HASTA ELLOS.

Imagen distribuida por el Observatorio Europeo Austral (ESO) el 24 de agosto de 2016 que muestra una recreación artística del cielo en torno a la estrella Alpha Centauri AB, y la enana roja Proxima Centauri, la estrella más cercana al Sistema Solar (Observatorio Europeo Austral/AFP
El rumor era cierto. Próxima Centauri, la estrella más cercana al Sol, alberga un planeta. Un mundo que además, se parece a la Tierra y está situado a una distancia de su estrella que en teoría, le permitiría tener agua líquida, un requisito necesario aunque no suficiente para que pudiera albergar algún tipo de vida.
Próxima b, como ha sido bautizado, se convierte por tanto en el planeta más cercano a la Tierra encontrado fuera del Sistema Solar. En el catálogo de exoplanetas (como se denominan los planetas fuera de nuestro sistema) hay más de 2.000 mundos de características y tamaños muy diversos, pero hasta ahora no se había encontrado ninguno tan cercano.

Imagen de Próxima Centauri, tomada por el telescopio espacial Hubble (NASA
Esta es la estrella que orbita ese posible planeta habitable y, se encuentra fuera del Sistema solar a 4,2 años luz de nosotros y una distancia de 4,2 años-luz es equivalente a casi 40 billones de kilómetros, un 4 seguido de 13 ceros. Comparemos esto con cifras asociadas a la actividad humana en el espacio hasta la fecha. La máxima distancia de la Tierra a la que los humanos han volado se alcanzó en abril de 1970 cuando la tripulación del Apolo 13 pasó por detrás de la Luna a una altitud de 254 km sobre su superficie, lo que la situó a 400.171 km de la Tierra. Esto es apenas 1,33 segundos-luz de distancia, la máxima a la que ha estado el ser humano hasta el día de hoy. Los ingenios no tripulados, sí alcanzaron distancias más largas pero, eso no nos valdría. Además, fijaos que el Voyager-1 ha tardado 40 años en salir del Sistema solar. ¿Qué nave se necesitaría para hacer un viaje con garantías a Próxima CEntauri.
El calculo realizado con la velocidad que pueden alcanzar nuestras “naves” actuales de unos 50/60.000 Km/h, podríamos ir a Próxima Centauri en un viaje que duraría 30.000 años. ¿Cuántas generaciones tendrían que pasar hasta llegar allí. Además, habrá que contar con los imprevistos (que los habría), con las carencias de la nave no preparada para ese viaje y pondría en peligro la integridad de los viajeros. Cuando oímos decir que vamos a ir a Marte (mucho más cerca) en unos años… ¡Me entra la risa!

Estrellas más cercanas al Sol con distancias expresadas en años-luz
Con estos datos en la mano nos podemos desilusionar un poco, ya que, llegamos a comprender que, en ese ámbito de los Viajes Espaciales, estamos aún muy lejos de poder decir que dominamos la técnica de ir a otros planetas, ya que, no podríamos garantizar la seguridad física de los viajeros. Ahora estamos comenzando a vislumbrar ese futuro (aún muy lejos) en el que nuestros descendientes puedan visitar los planetas más cercanos de manera habitual.

Cuando hablamos acerca de por qué es tan difícil ir a Marte, tal vez el ambicioso próximo objetivo a conquistar en nuestro sistema solar, vemos que las dificultades para posar allí seres humanos derivaban principalmente de la distancia a ese planeta. Y, sin embargo, cuando trasladamos a unidades de tiempo-luz los 55 millones de km de distancia más cercana o los 400 millones de km de distancia más lejana a la que la Tierra puede estar del planeta en su recorrido orbital alrededor del Sol, estas distancias resultan ser equivalentes a 3 minutos-luz y a 22 minutos-luz respectivamente, comparables a los 8,3 minutos-luz que nos separan de nuestra propia estrella. Ciertamente, estas distancias palidecen ante la de Próxima b a pesar de ser el exoplaneta más cercano a nosotros.

Sonda Voyager 1. Fuente: NASA/JPL-Caltech.
A día de hoy, la sonda Voyager 1, lanzada al espacio en 1977, es el artefacto humano que más se ha alejado de nuestro sistema solar. La Voyager 1 entró en el espacio interestelar en agosto del 2012 y en la actualidad se encuentra mucho más lejos que Plutón, a algo más de 20 mil millones de kilómetros del Sol, una distancia absolutamente increíble, pero que es de tan solo casi 19 horas-luz, una distancia que sigue siendo imperceptible frente a los 4,2 años-luz que nos separan de nuestra estrella más cercana fuera del Sistema Solar y de su planeta.

Alpha Centauri situada a 4,3 años luz de nosotros nos obligaría a recorrer 41,3 billones de kilómetros de distancia para poder llegar hasta ella. Y, si tenemos en cuenta las velocidades máximas que pueden alcanzar nuestras navez actuales… ¿Cuándo llegaríamos hasta el planeta más cercano que orbita Próxima Centauri y que, posiblemente, sea habitable?

Inmensas Naves surcarán los Espacios Siderales en ese futuro que nunca podremos conocer. Tan grandes como ciudades y en las que, dotadas de toda clase de adelantos: Hospitales, Escuelas, lugares de cultivo hidrophónico, Laboratorios de todo tipo y, en definitiva, irán dotadas de todo aquello que los “habitantes aventureros” pudieran necesitar. No digamos de las tecnologías de a bordo que, como los materiales inteligentes capaces de repararse así mismo en caso de una colisión con micro-meteoritos, la gravedad simulada terrestre… ¡Y un sin fin de adelantos que ahora, ni podemos imaginar! Esas serán las naves que podrán llevar a nuestros descendientes a otros planetas antes de que el Sol, agotado, se despida para siempre antes de convertirse en una Gigante roja primero y en una enana blanca después que se situará en el centro de una bonita Nebulosa Planetaria.
emilio silvera
Sep
16
Caprichos de la Naturaleza
por Emilio Silvera ~
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El concepto de vecindad es relativo e indefinido. Su valor puede variar según sean las distintas medidas de celeridad de los medios habituales de comunicación y según sea la extensión dentro de la cual sirva de medida de relación.

Con el empleo de la expresión “vecina” va siempre implícita o sugerida la idea de que existe una región que no es vecina. La vecina persistente de la Tierra es la Luna; los cometas son sólo visitantes ocasionales. Podemos considerar vecinas del Sol a las estrellas situadas a una distancia comprendida entre los cincuenta y cien años-luz, dejando excluidos a los miles de millones de estrellas de la Vía Láctea. Los planetas y los cometas no son vecinos del Sol, sino miembros de su familia, y los bólidos serían una especie de parásitos cósmicos.
Pero mi intención al comenzar este comentario, era el de exponer aquí alguno de los muchos caprichos cósmicos que en el Universo podemos contemplar y, en este caso concreto, me he decidido por contaros lo siguiente:
R LEPORI

“Aquí tenemos a R Leporis, una estrella de Carbono a la que se puso el nombre de la “Estrella Carmesí”, o, la “Gota de Sangre”. R Leporis (R Lep / HD 31996 / HR 1607) es una estrella variable de la constelaciónde Lepus, cerca del límite con Eridanus. Visualmente es una estrella de un color rojo vívido, cuyo brillo varía entre magnitud aparente +5,5 y +11,7. Descubierta por John Russell Hind en 1845, es también conocida como Estrella carmesí de Hind. A una distancia aproximada de 1100 años luz, R Leporis pertenece a la rara clase de estrellas de carbono, siendo su tipo espectral C6. En estas estrellas, los compuestos de carbono no permiten pasar la luz azul, por lo que tienen un color rojo intenso. En R Leporis la relación carbono–oxígeno estimada es 1,2, más del doble que la existente en el Sol. Tiene un radio entre 480 y 535 veces más grande que el radio solar, equivalente a 2,2 – 2,5 UA. Si estuviese en el centro del Sistema Solar, su superficie se extendería más allá de la órbita de Marte. Su temperatura superficial, extremadamente baja para una estrella, está comprendida entre 2050 y 2290 K. Brilla con una luminosidad entre 5200 y 7000 veces superior a la del Sol, siendo la mayor parte de la energía radiada como radiación infrarroja.”
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Como nos dice más arriba la enciclopedia, cerca de la famosa estrella Rigel (Beta Orionis), la débil constelación de Lupus (la Liebre) es escenario cada catorce meses de un prodigio de la evolución estelar: R Leporis, la estrella carmesí, cobra vida y regala a los astrónomos toda su belleza al encender en la oscuridad del cielo el resplandor de color rojo más acentuado que puede observarse a través de un telescopio. La encontró el astrónomo inglés John Russell Hind en el año 1845 y dijo de ella, estupefacto, que era como una “gota de sangre”. Desde aquel día, el espectáculo celeste se repite periódicamente cada año y dos meses, cuando R Leporis abandona la oscuridad y resplandece como un candil en un área del firmamento casi vacía de estrellas que contrasta con el fulgor de los soles azules que forman la constelación de Orión.

Estrella Carmesí
R Leporis es una estrella de Carbono y constituye uno de esos caprichos cósmicos a los que antes me refería y que han permitido al hombre percibir la magia de los cielos y buscar en ellos la belleza de sus orígenes. La ausencia de colores intensos de las que adolece el firmamento se rompe aquí para deleite del observador nocturno, que asistía a un acontecimiento de la Naturaleza extensivo a miles de millones de estrellas y que en el siglo XVII asombró al científico alemán Johannes Hevelius.


A diferencia del Sol y de las estrellas de su clase, que permanecen estables, el brillo de una gran parte de la población estelar es variable, y en algunos casos su ciclo hace oscilar espectacularmente su intensidad lumínica ante nuestros ojos. En R Leporis, más que sus cambios de brillo, la faceta más hermosa es su tonalidad roja, una de las más intensas que puede observarse en todo el cielo, pero otras variables tienen un ciclo que las hace apagarse y encenderse como si fueran faros en la Vía Láctea. Ese es el caso de Mira, a la que Hevelius llamó “la estrella maravillosa” después de que apareciera en el cielo como por arte de magia.

A 400 años luz de nosotros, su nombre Mira (en latín, “maravillosa, asombrosa”), Es una estrella variable de la Constelación de Cetus (la Ballena).
Mira es el nombre propio que Hevelius le puso a esta estrella, cuya denominación original en el catálogo de Johann Bayer, basado en el alfabeto griego, era Omicrón Ceti, es decir, la estrella omicrón de la constelación de Cetus, la Ballena. Su variabilidad fue descubierta en 1596 por David Fabricius, pero Hevelius se sintió tan atraído por ella que le dedicó un libro, que tituló Historia de la estrella maravillosa. Realmente lo es; el brillo de Mira disminuye hasta la magnitud 11, invisible a ojo desnudo y sólo observable con telescopio como un débil punto de luz, pero al cabo de un tiempo su gigantesca máquina nuclear la hincha vertiginosamente y se convierte en una estrella de segunda magnitud, alcanzando un brillo notable, similar al de la estrella polar. Por eso, cuando está en la parte inferior del ciclo, Mira no puede verse sin ayuda óptica, pero después surge entre las demás estrellas de su constelación, como si se hubiera encendido de repente.

Imagen de Mira obtenida con el Telescopio Espacial Hubble
Mira pertenece a la clase espectral M, la misma que Antares y Betelgeuse. Las tres son estrellas muy frías en comparación con el Sol, ya que su temperatura es del orden de los 3000 grados. Sin embargo, Mira, Betelgeuse y Antares son decenas de miles de veces más luminosas que el Sol, puesto que figuran entre las estrellas más grandes conocidas, alcanzando diámetros de unos ochocientos millones de kilómetros, equivalentes a la distancia a la que se halla Júpiter del Sol. Estas tres gigantes, sin embargo, comparten sus atributos relativos a la clase espectral con las estrellas representativas del polo opuesto: las enanas rojas, como la estrella de Barnard y Próxima Centauri.

Las estrellas más cercanas a nuestro Sol. Alpha Centauri a 4,3 años luz
Todas se muestran ante nosotros con el bello color rojizo, pero la gigante Betelgeuse es una estrella inestable a la que los astrónomos consideran una de las mejores candidatas de la Vía Láctea para estallar en cualquier momento en forma de supernova; puede ocurrir mañana o dentro de mil años, pero Betelgeuse está destinada a un final cataclísmico que se observará alguna vez. En cambio Barnard y Próxima, dos diminutos soles rojos, viven en la eternidad, al ser tan frías y pequeñas podrían permanecer en sus condiciones actuales en torno a doscientos mil millones de años, de acuerdo con la teoría aceptada de la evolución estelar para este tipo de bajo consumo de material nuclear.

Astrónomo árabe Al-Battani
Mucho antes de que Russell descubriera la estrella carmesí y Johannes Hevelius quedara fascinado por Mira, la estrella maravillosa, los astrónomos árabes se fijaron en una estrella de la constelación de Perseo que cambiaba de brillo cada tres días, con una pauta muy regular y acentuada. Los árabes escribieron una de las escasas páginas destacadas de la astronomía medieval, paliando de alguna manera la importante decadencia que sufrió esta ciencia en ese período en Europa y el Mediterráneo en el periodo comprendido entre Ptolomeo y Copérnico, que duró un milenio y medio.

El Sol al lado de las otras estrellas, es sólo un pequeño punto que casi no podemos ver
Bueno, hablar aquí de las estrellas que conocemos bien y de sus historias resulta entretenido y nos enseña un poco de la Historia estelar en objetos individuales y determinados que, por una u otra razón tienen destacadas razones para que los astrónomos se fijaran en ellos. Alguno de estos días, tendremos que hablar de Eta Carinae, otra variable irregular hiper-gigante, que llegó a ser la segunda estrella más brillante del cielo. Es una variable azul luminosa con magnitud absoluta de -10, y es clasificada oficialmente como una estrella S Doradus. Se encuentra dentro de un cúmulo de estrellas masivas y una masa estimada en 100 masas solares, es probablemente la estrella más masiva de la Galaxia.

Eta Carinae rodeada de gas y polvo por la Nebula
El único espectro visible es el de la Nebulosa del Homúnculo que la rodea. Eta Carinae es una intensa fuente infrarroja y su importante pérdida se masa (alrededor de 0,1 masas solares por año) tiene asociadas energías próximas a las de algunas supernovas y, teniéndola a unos 8000 años-luz, lo mejor será estar vigilante, ya que, aunque son distancias inmensas…Nunca se sabe lo que un monstruo de ese calibre nos podría enviar.
emilio silvera
Sep
15
¿La Realidad? ¡Dónde estará?
por Emilio Silvera ~
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No una sino mil veces podemos haber podido hablar del “milagro griego”. La hipótesis es la siguiente: La Ciencia nació en la antigua Grecia alrededor del año 600 a. C. y floreció durante unos pocos cientos de años, aproximadamente hasta
146 a. C., cuando los griegos cedieron su primacía a los romanos y la ciencia se frenó en seco, permaneció en letargo hasta que resucitó en Europa durante el Renacimiento alrededor de 1500. Y, no pocos creen a pie juntillas que eso fue así y que, las personas que habitaron la India, Egipto, Mesopotamia, el África Subsahariana, China, el Continente americano y algún otro lugar con anterioridad al año 600 a. C. no dirigieron el desarrollo de la Ciencia. Cuando descubrieron el fuego, se quedaron esperando tranquilamente a que Tales de Mileto, Pitágoras, Demócrito y Aristóteles inventaran la Ciencia en el Egeo.
Claro que, tal pensamiento es una auténtica barbaridad, pensar eso es un sin sentido. ¿Cómo durante más de mil quinientos años, desde
el final del período griego hasta la época de Copérnico, no se produjo avance alguna en la Ciencia? Esto quiere decir que ninguna persona, en ninguna parte, demostró la capacidad o el interés necesario para proseguir insistiendo en las obras de Arquímedes, Euclides o Apolonio.

Lo cierto es que da mucha pena comprobar como el paso del tiempo hace desaparecer aquellas culturas
Las primeras observaciones sobre fenómenos eléctricos se realizaron ya en la antigua Grecia, cuando el filósofo Tales de Mileto (640-546 a.C.) comprobó que, al frotar barras de ámbar contra pieles curtidas, se producía en ellas características de atracción que antes no poseían. Es el mismo experimento que ahora
se puede hacer frotando una barra de plástico con un paño; acercándola luego a pequeños pedazos de papel, los atrae hacia sí, como es característico en los cuerpos electrizados.
Sin embargo, fue el filósofo griego Theophrastus (374-287 a.C.) el primero, que en un tratado escrito tres siglos después, estableció que otras sustancias tienen este
mismo poder, dejando así constancia del primer estudio científico sobre la electricidad. Comprobando que no todos los materiales pueden adquirir tal propiedad o adquirirla en igual medida. Se atraen, por ejemplo, una barra de vidrio y otra de ebonita. Se repelen, sin embargo, dos barras de vidrio o dos de ebonita.
Gradas y restos del edificio de la escena del teatro de Mileto. Mileto (en cario: Anactoria; en hitita: Milawata o Millawanda; en griego antiguo fue una antigua ciudad griega de la costa occidental de Anatolia (en la actual provincia de Aydın de Turquía), cerca de la desembocadura del río Meandro en la antigua Caria. El emplazamiento estuvo habitado desde la Edad del Bronce.

Aquellos ”científicos” se reunieron en Mileto. Tales, Anaximandro y Anaxímenes hicieron observaciones astronómicas con el gnomon, diseñaron cartas naúticas, plantearon hipótesis más o menos relacionadas con los hechos observados referidas a la estructura de la Tierra, la naturaleza de los planetas y las estrellas, las leyes seguidas por los astros en sus movimientos. En Mileto, la ciencia, entendida como
interpretación racional de las observaciones, aparece que dio los primeros pasos.

El Renacimiento tuvo una gran influencia en la ciencia. Los científicos de la época se basaron en la observación y la experimentación para entender el mundo, en contraposición a la teología y la filosofía que predominaban en la Edad Media.
Claro que, las cosas nunca suelen ser tan sencillas. La hipótesis según la cual la ciencia surgió por generación espontánea en suelo griego y desaparecido después hasta el Renacimiento parece ridícula cuando se expresa de forma
sucinta, sin más explicaciones. Es una idea que se formuló por primera vez en Alemania hace unos 150 años y que, poco a poco, ha ido calando, sutilmente en nuestras consciencias a través de la educación que, la única concesión que se hace a las culturas no europeas es la que se refiere al Islam. Esta teoría dice que los árabes conservaron viva la cultura griega, incluida la ciencia, durante toda la Edad Media. Ejercieron de escribas, traductores y guardianes, sin pensar, aparentemente, en crear su propia ciencia.

Al Sur de la puerta de Almodóvar de Córdoba, se levanta la estatua de Averroes. Jurista, médico, filósofo. El gran Averroes fue la máxima autoridad judicial de la época,(siglo XII). Fue acusado por los fundamentalistas de poner la razón humana por encima de la ley divina. La mirada del viejo filósofo se pierde entre
las callejas mientras escucha el murmullo del agua del estanque junto al que reposa.
Nada de eso es cierto. De hecho, los eruditos islámicos admiraron y preservaron las matemáticas y la ciencia griega y actuaron como el hilo conductor de la ciencia de muchas culturas no occidentales, además de construir un edificio propio impresionante en el campo de las ciencias. Lo cierto es que, la ciencia occidental es lo que es porque se construyó acertadamente sobre las mejores ideas de los distintos pueblos, los mejores datos
e incluso, los mejores aparatos procedentes de otras culturas. Por ejemplo, los babilonios desarrollaron el teorema de Pitágoras (la suma de los cuadrados de los dos lados perpendiculares de un triángulo rectángulo es igual al cuadrado de la hipotenusa) al menos mil quinientos años antes de que Pitágoras naciera.



En el año 200 d. C., el matemático chino Liu Hui calculó para el número
π un valor (3,1416) que se mantuvo como la estimación más precisa de dicho número durante unos mil años. Nuestras cifras del 0 al 9, se inventaron en la antigua India, siendo las cifras de Gwalior del año 500 d. C. casi indistinguibles de las cifras occidentales modernas. Álgebra es una palabra árabe que significa “obligación”, como cuando se obliga a que la incógnita x tome un valor numérico.
Arabia es una región de Oriente Medio del desierto comprendido entre el mar Rojo y el océano Índico. Desde
el punto de vista histórico, esta región era conocida también como la cuna de una de las principales religiones del mundo, el Islam. Nacida en el siglo VII, esta religión había establecido importantes cambios en la configuración de mandato, los derechos económicos y principios culturales del mundo árabe. Sin embargo, pocos saben de su cultura y de la importante contribución que hicieron a la Ciencia (Astronomía, Medicina, Matemáticas…)


La ciudad de la sabiduría
China, Babilonia y también el Islam. El Califa árabe al-Mamun hizo construir la ciudad de la Sabiduría y un Observatorio para que los astrónomos pudieron observar las variantes de los parámetros astronómicos (obtenidos de los griegos) y las estrellas del cielo. Aportaron así la mayor contribución y uno de los valores más exactos de de la precesión de los equinoccios, la inclinación de la eclíptica y otros datos
de este tipo. En el año 829 sus cuadrantes y sextantes eran mayores que los que construyó Tycho Brahe en Europa más de siete siglos después.
Como antes decía, en el siglo IX, el gran mecenas de la ciencia el califa abasí al-Mamun, reunió a varios astrónomos en Bagdad para
crear la casa de la Sabiduría (Bait al-Hikmah). Allí los astrónomos llevaron a cabo observaciones del Sol y de la Luna, con el fin de determina la latitud y la longitud locales para fijar la gibla. Recopilaron algunos de los mejores resultados de un zij titulado “Lo Comprobado” (al-Mumtahan).

Al-Biruni desarrolló técnicas para medir la Tierra y las distancias sobre ella utilizando la triangulación. Descubrió que el radio de la Tierra era 6.339,6 Kilómetros, un valor que no se obtuvo en Occidente hasta el siglo XVI. Uno de sus zijs contiene una tabla que da las coordenadas de seiscientos lugares, casi todos conocidos por él directamente.

En el año 499, Aryabhata escribió un pequeño volumen, Aryabhatuya, de 123 versos métricos, que se ocupaban de astronomía y (una tercera parte) de ganitapada o matemáticas. En la segunda mitad de esta obra, en la que habla del tiempo y la trigonometría esférica, Aryabhata utiliza una frase, en la que se refiere a los números empleados en el cálculo, “cada
lugar es diez veces el lugar precedente”. El valor posicional había sido un componente esencial de la numeración babilónica, pero los babilonios no empleaban un sistema decimal.

La fuerza de gravedad mantiene unidas las estrellas, estas a las galaxias, las galaxias entre
sí, y, los mundos a las estrellas que orbitan, mientras nosotros, nos sentidos atraídos por la gravedad que genera el mundo que habitamos que mantiene nuestros pies unidos a la superficie impidiendo que flotemos sin control. (Tengo la suerte de que, Ken Crawford (Rancho Del Sol Obs.), me envíe imágenes como
la de arriba).
Veinticinco siglos antes de Isaac Newton, el Rog-Veda hindú afirmaba que la gravitación hace que el universo se mantenga unido, aunque esta
hipótesis era mucho menos rigurosa que la de Newton, en esencia, quería decir lo mismo que él dijo.

Los arios hoy
Los arios de lengua sánscrita suscribieron la idea de que la Tierra era redonda en una época en que los griegos creían que era plana. Los hindúes del siglo V d. C. calcularon de algún modo la edad de la Tierra, cifrándola en 4.300 millones de años; los científicos ingleses del siglo XIX estaban convencidos de que la Tierra tenía 100 millones de años. Algunos expertos chinos del siglo IV d. C. -como los árabes del s. XIII y los papúes de Nueva Guinea posteriormente- adoptaron la rutina de utilizr fósiles para
estudiar la historia del planeta, sin embargo, en el siglo XVII algunos miembros de la Universidad de Oxford seguían enseñando que los fósiles eran “pistas falsas sembradas por el diablo” para engañar a los hombres.
¡Que cosas!
Con todo esto, os quiero decir amigos míos que, cuando oímos hablar de la primacía europea con respecto a las Ciencias…, debemos dejar el comentario en cuarentena y, dedicar un tiempo a profundizar más en cómo fueron las cosas en la realidad. No siempre las cosas son como
parecen, o, como nos las quieren presentar.

Mucho antes de que llegaran los científicos modernos, en tiempos del pasado muy lejano, otras culturas de filósofos naturales ya hablaban del átomo y del vacío. Ellos supieron intuir que había una materia cósmica y que todo lo grande estaba hecho de pequeñas cosas. Los pensadores de aquellos lugares eran anacoretas encerrados en un misticismo que los unía a la Naturaleza y a ese otro mundo de los pensamientos que están situados más allá de lo material. Ellos ya se preguntaban por…:
¡Tantas cosas!
Claro que, si no fuera tan largo de contar, os diría que, en realidad, el Higgs se descubrió hace ya muchos siglos en la antigua India, con el nombre de maya, que sugiere la idea de un velo de ilusión para dar peso a los objetos del mundo material. Pocos conocen que, los hindúes fueron los que más se acercaron a las ideas modernas sobre el átomo, la física cuántica y otras teorías actuales. Ellos desarrollaron muy temprano sólidas teorías atomistas sobre la materia. Posiblemente, el pensamiento atomista griega recibió las influencias del pensamiento de los hindúes a través de las civilizaciones persas. El Rig-Veda, que data de alguna fecha
situada entre el 2000 y el 1500 a. C., es el primer texto hindú en el que se exponen unas ideas que pueden considerarse leyes naturales universales. La ley cósmica está relacionada con la luz cósmica.
El Rig-Veda, que data de alguna fecha situada el año 2000 y 1500 a. C., es el primer texto hundú en el cual se exponen unas ideas que pueden considerarse …
Anteriores a los primeros Upanishads tenemos en la India la creación de los Vedas, visiones poéticas y espirituales en las que la imaginación humana ve la Naturaleza y la expresa en creación poética, y después va avanzando unidades más intensamente reales que espirituales hasta
llegar al Brahmán único de los Upanishads.
la época de Buda (500 a, C.), los Upanishad, escritos durante
un período de varios siglos, mencionaban el concepto de svabhava, definido “la naturaleza inherente de los distintos materiales”; es decir, su eficacia causal única, , tal como la combustión en el caso del fuego, o el hecho de fluir hacia
abajo en el caso dela agua. El pensador Jainí Bunaratna nos dijo:
“Todo lo que existe ha llegado a existir por acción de la svabhava. Así… la tierra se transforma en una vasija y no en paño… A partir de los hilos se produce el paño y no la vasija”.

Tambiénm aquellos pensadores, manejaron el concepto de yadrccha, o azar desde
tiempos muy remotos. Implicaba la falta de orden y la aleatoriedad de la causalidad. Ambos conceptos se sumaron a la afirmación del griego Demócrito medio siglo más tarde: “Todo lo que hay en el universo es fruto del azar y la necesidad”. El ejemplo que que dio Demócrito -similar al de los hilos del paño- fue que, toda la materia que existe, está formada por a-tomos o átomos.
Bueno, no lo puedo evitar, mi imaginación se desboca y corre rápida por los diversos pensamientos que por la mente pasan, de uno se traslada a otros y, al final, todo resulta un conglomerado de ideas que, en realidad, quieren explicar, dentro de esa diversidad, la misma cosa.
emilio silvera
Sep
15
Colaboraciones
por Emilio Silvera ~
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ALGUNOS FRAGMENTOS DE LA “TEORÍA DE LA PLANIFICACIÓN UNIVERSAL”
DEL PENSADOR Y DIVULGADOR ARGENTINO OVIDIO PRACILIO


Aquellas primeras máquinas construidas por el hombre
Sin el primer plano que creó la primera máquina, y sin los planos sucesivos que la fueron reformando para adaptarla al ambiente y al uso a que estaba destinada, hasta llegar a los últimos planos que hoy se confeccionan para cada maquina, no existirían los transatlánticos, ni los aviones, ni los satélites artificiales, ni los submarinos ni los observatorios astronómicos, y el hombre continuaría navegando, sí, tal vez, pero sobre troncos sin ahuecar, y no volaría, ni navegaría bajo el agua, y no habría nunca podido contemplar el espectáculo maravilloso de las remotas galaxias compuestas de millones de soles multicolores.





Supongamos ahora, como una hipótesis, que la raza humana desapareciera de pronto de la faz de la Tierra, e inmediatamente llegaran a ella seres subhumanos aunque inteligentes provenientes de un mundo cuya civilización fuera igual al que el nuestro tenía en la época de las cavernas, y encontraran aquí todas las maquinas creadas por el hombre al cabo de los siglos, muchas de ellas abandonadas y en desuso pero otras funcionando automáticamente y dirigidas por cerebros electrónicos: usinas, buques, satélites artificiales, etc. Y supongamos que esos seres subhumanos extra-terrestres, menos evolucionados que el hombre, comenzaran a estudiar “el origen y evolución de esas especies de maquinas” que encuentran en la Tierra. Si en su investigación científica prescinden admitir como hizo el hombre de ciencia respecto de las creaciones naturales, que tales máquinas fueron “planificadas” en su origen y en sus reformas sucesivas (evolución) por ingenieros “X”, cualquier teoría que esos seres subhumanos elaboraran para explicar la transformación de un tronco de árbol y subsecuente canoa en un transatlántico, o de un tubo de latón en un observatorio astronómico, o de un artefacto como planeaba y construía Leonardo en un satélite artificial, sería una teoría falsa, absolutamente errónea, porque la verdad (que nosotros conocemos) es que el origen y evolución de tales maquinas fue la “planificación” que de ellas fueron efectuando los ingenieros humanos al cabo de milenios.


Pero si un día alguien de esos seres subhumanos concibiera la teoría de que pudo existir en la Tierra una raza de seres más inteligentes y sabios que ellos que “planificaron ”la construcción de tales maquinas (y todas sus sucesivas transformaciones) y buscando la corroboración de esa teoría “descubriera” los dibujos de Leonardo, los planos de los aviones, de los submarinos, de los transatlánticos, satélites, rascacielos y automóviles, recién entonces la ciencia de esos seres imaginarios subhumanos que hipotéticamente supusimos vinieron a poblar este mundo al desaparecer la raza humana, estaría en condiciones de explicarse acertadamente cuál fue el origen y cuál la evolución de las especies de maquinas humanas, y estaría en condiciones también de continuar su construcción y su funcionamiento.

Los “pinceles” de la Naturaleza crean obras que son difíciles de imitar por el hombre
Con las creaciones de la Naturaleza, fruto de una técnica llevada al más alto grado de perfección, yo creo que ocurre exactamente lo mismo.


Aquella primera célula replicante Las organelas, núcleos y mitocondrias
Ni el protozoario, ni el organismo humano, surgió de la materia física organizándose como tal por generación espontánea, ni fue evolucionando al cabo del tiempo por la sola fuerza ciega de la adaptación al medio ambiente, de la lucha por la supervivencia, del triunfo del más fuerte sobre el más débil, de la atrofia de órganos por el desuso o de su desarrollo o perfeccionamiento por el uso o el mayor y mejor esfuerzo. No, aunque todos esos factores debieron ser tenidos en cuenta por la inteligencia que planificó las reformas, así, como las peripecias sufridas por los primeros automóviles al luchar, mal equipados técnicamente, con los malos caminos y toda suerte de obstáculos y fallas, eran tenidas en cuenta por los ingenieros mecánicos que debían mejorar los vehículos propios y lograr su supervivencia frente a la competencia de otras maquinas destinadas a lo mismo.




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No están todas las que fueron en el pasado, ni tampoco las que son en el presente, Se desconoce, al menos, el 80% de las especies que viven en la Tierra. Muchas de ellas se extinguieron y otras se pudieron adaptar.
La infinita cantidad de seres vivos que existen en nuestro mundo, deben ser necesariamente el fruto de una técnica super-humana concebida por una sabiduría también super-humana que podemos llamar “Técnica y sabiduría natural”, que los ha planificado desde su origen y en y para sus sucesivas transformaciones, así como ya la propia técnica humana incursiona en la evolución de los organismos naturales, en la medida en que va conociendo algunas de las leyes que gobiernan la materia, y transforman animales y vegetales con la inteligencia y la ciencia de los zoólogos y botánicos geneticistas.

Y aunque sería de rigurosa lógica admitir que tal variedad de organismos naturales que existen en nuestro mundo son creaciones de innumerables inteligencias super-humanas que las fueron planificando en el transcurso de las eras geológicas (tal como las maquinas humanas fueron creadas por el hombre en el transcurso de los últimos milenios) bajo la guía omnisciente de la Inteligencia Suprema al que damos el nombre de Dios, Supremo Hacedor que planificó y rige la Creación, para no entrar en el terreno puramente
filosófico, parasicológico o religioso, podemos dar al conjunto de inteligencias planificadoras de las creaciones “no humanas” que existen en el Universo el nombre genérico de “Inteligencia Natural”.
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Hoy día existen máquinas que hacen cosas asombrosas
Y para completar la analogía entre el origen y la evolución de las especies naturales y el origen y evolución de las maquinas humanas, como fruto, ambas, de una “planificación” inteligente y no de un ciego automatismo resultante de simples acciones y reacciones mecánicas, consideremos que ya la técnica del hombre ha “planificado” y crea maquinas que reproducen automáticamente otras maquinas y que pueden automáticamente descubrir y corregir defectos de construcción así como los organismos naturales, establecidas las inmensas diferencias de perfectabilidad, se reproducen a sí mismos con las modificaciones que impone la evolución necesaria a una mejor adaptación o con los defectos resultantes de anomalías genéticas, similares a los defectos de construcción de las maquinas humanas. Pero siempre detrás de las maquinas están los ingenieros que las crearon.

Y a tal punto a que ha llegado la perfectibilidad de la técnica humana, no es absurdo admitir, por ejemplo, que algún día del futuro tal vez no muy lejano, habrá en el mundo buques –arquetipos planificados y construidos por el hombre, que haciendo astilleros reproductores, construyan en su interior en forma absolutamente mecánica y dirigidos por control remoto por cerebros electrónicos, a otros buques idénticos más pequeños que salgan del buque madre listo para navegar, así como del interior de una ballena nace un
ballenato.
Admitir esta hipótesis, que parcialmente ya tiene principio de ejecución en nuestro mundo, es mucho menos absurdo hoy día, que en la época en que Julio Verne escribió su Viaje a la Luna hubiera sido admitir la posibilidad de que el hombre construyera un cohete y su nave sideral capaz de conducirle a Venus lo que actualmente no hay científico que pueda dudarlo.
Con estas ideas quiero significar que, en mi opinión, la materia informe no se transforma en un organismo simple ni este organismo se transforma en otro más complejo por obra de factores físicos exteriores a esa materia, así como el agua, el viento, el sol y demás condiciones ambientales no transformaron nunca a ningún tronco de árbol ni en un bote, ni en un barco ni en un transatlántico, sino que tal transformación es la obra de una inteligencia que planifica el organismo simple y sigue planificando sus sucesivas reformas hasta llegar a la planificación del organismo complejo y su subsecuente construcción.
Y no se me pregunte, frente a los argumentos que acabo de exponer, donde están los “ingenieros naturales” o superhumanos que planifican las creaciones de la Naturaleza,

Porque ello me obligaría a repreguntar a quién tal pregunta me hiciera, pidiéndole que me la contestara previamente, qué pensarán las águilas posadas en las cumbres de las montañas (dando por supuesto que las águilas pensaran) respecto a quiénes son y donde están los ingenieros que construyeron y dirigen por control remoto esos pequeños y maravillosos mundos llamados satélites artificiales que circunnavegan la ionósfera trasmitiendo informaciones a los centros científicos de su mundo-madre, o lo que habrán pensado los marcianos, si existen habitantes en Marte y son menos inteligentes que nosotros, respecto del Mariner norteamericano, si es verdad, como se ha informado, que ese artefacto espacial navegó en las proximidades de aquel planeta sin llevar ningún tripulante a bordo, o, por ejemplo lo que suelen preguntarse los arqueólogos cada vez que descubren en las selvas asiáticas, americanas o bajo las arenas del desierto africano, los restos portentosos de ciudades prehistóricas monumentales, cuyos constructores y habitantes han desaparecido, a veces sin dejar ni siquiera rastros directos de su existencia, hace milenios de la faz de la Tierra.
He creído necesario expresar estos puntos de vista, para que el lector de esta obra pueda comprender el móvil que guio mi pensamiento mientras ejecutaba la tarea de investigar si realmente era posible traducir, con el uso exclusivo del compás moviéndose uniformemente por senderos circulares, la conformación de los organismos y creaciones naturales (no humanas), es decir, si la planificación de estas creaciones podría responder al uso de una geometría esferoidal.


Y todos los gráficos de las conformaciones generales de organismos naturales o parte de los mismos que ilustran este libro, son la prueba evidente de que sí es posible efectuar esa traducción, muy tosca y rudimentaria por ahora, por supuesto, porque apenas es el comienzo del uso de la técnica empleada para ello, pero que inteligencias mejores que lamía, usando esa otra maravillosa técnica lograda por la ciencia de este siglo, resuelven aplicarse a ello.

En consecuencia de lo expuesto en esta Introducción, se verá que, con todo el profundo respeto que me merece la teoría evolucionista cuyo máximo exponente fue Darwin, que comparto en cuanto a la evolución de las especies animales y vegetales sin negar que también existe evolución de formas materiales en el reino mineral, yo agrego al concepto puramente mecanicista de la evolución, una concepción espiritualista, al introducir el Factor “planificación” en el concepto “evolución”, lo que da por resultado la existencia de una “evolución planificada”, desde sus orígenes y hasta sus últimas modificaciones, evolución planificada por la Inteligencia Natural, a la que yo humildemente y sin tener vergüenza de inclinarme deslumbrado ante su Infinita Sabiduría, llamo Dios.

Si el Universo es igual en todas partes y está regido por las mismas leyes… ¡La Vida estará presente en muchos mundos. Las cristuras que en ellos puedan existir podrían ser de cualquier manera que podamos imaginar pero (seguramente), basadas en el Carbono como nosotros.
“Si observamos la serie de los seres –escribió Allan Kardec– se advierte que forman ellos una cadena sin solución de continuidad desde la materia inerte hasta el más inteligente de los hombres. Pero, ¡cuán inmensa laguna entre Dios y el hombre! ¿Es razonable pensar que en éste terminan los eslabones de esa cadena? ¿Qué sin transición sea franqueada la distancia que separa al hombre de lo Infinito? La razón nos dice que entre el hombre y Dios tiene que haber otros eslabones, así como dijo a los astrónomos que entre los mundos conocidos debían existir mundos desconocidos.”


Lo anterior son fragmentos del libro “Un experimento en el misterio de la Creación: La Planificación Universal”
Autor: Dr. Ovidio Pracilio.
Transcripción: Dante Pracilio
dantepracilio@gmail.com
Sep
14
Curiosidades
por Emilio Silvera ~
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