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¡La Vida! ¿Será igual en todas partes?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo y la Vida    ~    Comentarios Comments (3)

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Es difícil poder imaginar en qué lugares podría estar presente la vida. Sólo tenemos que mirar aquí mismo, en la Tierra para encontrar formas de vida que, antes de saber de ellas, nos parecía increíble que pudieran existir criataturas que pudieran vivir en tales condiciones. Me refiero a los extremófilos.

Uno de los supuestos implícitos en pro de la inevitabilidad de un Universo grande y frío es que cualquier vida es muy parecida a la nuestra. Los biólogos parecen admitir sin problemas la posibilidad de otras formas de vida, pero no están seguros de que sea probable que se desarrollen espontáneamente, sin un empujón de formas de vida basadas en el Carbono. La mayoría de las estimaciones de la probabilidad de que haya inteligencia extraterrestre en el Universo se centran en formas de vida similares a nosotros que habiten en planetas y necesiten agua, atmósferas gaseosas y todo lo demás. Merece la pena abrir un poco nuestra imaginación para pensar a qué podría parecerse la vida si radicara en el espacio en lugar de radicar en un planeta.

Resultado de imagen de Rosetta busca la vida

              Buscando indicios de la vida, Rosetta estudia la composición del polvo y gas que lanza un cometa.

Debido a que es un fenómeno que por el momento permanece esencialmente fuera del alcance de la ciencia (al no disponer de datos, y por tanto de la posibilidad de experimentar y refutar las hipótesis), no existe una disciplina “formal” que estudie la vida extraterrestre, ni ningún currículo académico que forme expertos en ello. Aquellos que se han aproximado al tema de manera científica son por lo general expertos en áreas diversas, que por interés meramente personal han elaborado hipótesis sobre las posibilidades de vida en otros mundos, y han compartido sus puntos de vista a través de algún medio. Pese a ello, ha surgido una enorme cantidad de trabajos y publicaciones serias sobre el tema, de modo que puede hablarse de una cuasi-ciencia dedicada a estudiar y teorizar sobre este fenómeno, a pesar de la ausencia de evidencias. La proto-ciencia que estudia la vida extraterrestre se llama exobiología o astrobiología, y esencialmente se dedica a especular sobre los límites en los que, según nuestro conocimientos científicos, podría darse la vida.

Resultado de imagen de Herschel es un telescopio espacial

Herschel es un telescopio espacial que posee un impresionante espejo de 3,5 metros de diámetro (el mayor en telescopios espaciales de imagen). Fue lanzado al espacio en el 2007. Una de sus características es que puede “ver” un tipo de radiación que no ha sido detectado hasta ahora. Esta radiación cae dentro del espectro del infrarrojo lejano y de la luz con longitud de onda menor al milímetro, que son exactamente las radiaciones que es necesario detectar cuando se buscan compuestos químicos complejos como los de las moléculas orgánicas.

En las últimas décadas los científicos y el público en general han imaginado que se podría encontrar vida inteligente en el universo. Es probable que no seamos la única civilización en esta galaxia, que incluso podría contener docenas o centenares de civilizaciones dispersas entre sus 200.000 millones de estrellas. Si recibiéramos un mensaje complejo y detallado surgido de una de estas civilizaciones, o tuviésemos otra forma de contacto con ella, los efectos sobre nuestra civilización podrían ser intensos y profundos.

  Muchos astrónomos, biólogos, filósofos, a los que se agrega ahora otra gente, creen que la existencia de la diversidad de la vida en el universo es un valor supremo. Es decir, en el universo entero, nada es de mayor valor, importancia o significación que las civilizaciones avanzadas y las especies inteligentes, incluyendo la nuestra, por supuesto. Si se preguntara “¿qué cosa o idea tiene más importancia o valor que la diversidad de la vida en el universo, incluyendo la civilización humana?” mucha gente contestaría: “Nada; el ser humano y cualquier otra vida inteligente son la cosa más importante del universo.

¿Cuán extensa y diversa es la vida inteligente que se ha desarrollado en nuestra galaxia? Se ha escrito una cantidad enorme de literatura científica sobre estas dos cuestiones. Estamos pensando aquí en las especies naturalmente desarrolladas que han alcanzado por lo menos nuestro nivel de inteligencia, penetración, conocimiento y cultura. Entre los científicos que han estudiado esta cuestión, el consenso general es que se deben haber desarrollado muchas especies inteligentes a través de nuestra galaxia, ahora y en otros tiempos, y que algunos de ellas pueden estar vivas hoy.

El revoltijo de complejidad que está presente en el Universo, nos lleva a pensar que, todo se ha fraguado a través de más de 13 mil millones de años, el tiempo necesartio de evolución de la materia en las estrellas y en el propio universo para que, la vida, pueda surgir en sistemas con las adecuadas condiciones para acogerla. Hasta el momento, que sepamos, es el Carbono el material que la hace posible y la alternativa química sería el silicio que forma cadenas moleculares parecidas, pero por desgracia, tienden a ser , como el cuarzo y la arena, rígidas y poco interesantes como ladrillos para la biología.

Resultado de imagen de la revolución informática está demostrando que es la física del silicio más que la química del silicio la que constituye la mayor promesa como alternativa para la vida.

La Robotica y la Inteligencia Artificial avanza utilizando el silicio y el grafeno como materia prima.

Urónicamente, la revolución informática está demostrando que es la física del silicio más que la química del silicio la que constituye la mayor promesa como alternativa para la vida. Pero tales formas de vida e inteligencias no evolucionan espontáneamente como las nuestras sino que, deben ser fabricada por organismos basados en el Carbono para construir configuraciones altamente organizadas que, es probable quen un día de nuestro futuro, lleguen a poder auto-replicarse y, será entonces cuando podremos decir que ha nacido una nueva especie.

Está claro que hasta el momento (aunque no todos), el pensamiento sobre la vida inteligente ha sido provinciano y lo demuetran pensamientos como este:

“Un Universo tan vasto y complejo como el que sabemos que existe a nuestro alrededor, quizá haya sido absolutamente necesario…para producir un mundo que se adaptase de forma precisa en todo detalle al desarrollo ordenado de la vida que culmina con el hombre.”

Hoy no podemos hacernos eco de ese sentimiento que resulta de la cortedad de pensamientos, de mirarnos el ombligo y, de no ver más allá de nuestras propias narices. El gran tamaño del Universo observable, con sus 1080 átomos, permite un enorme número de lugares donde puedan tener lugar las variaciones estadísticas de combinaciones químicas necesarias para el surgir de la vida. ¿Cómo la nuestra? ¿Quién puede saber eso?

Por mi parte creo que, en lo esencial, seres vivos organizados, donde quiera que puedan existir en el universo, deben ser fundamentalmente, y en su naturaleza esencial, también iguales y, si eso fuese así, creo que, sería muy beneficioso para nosotros cuando tengamos que tener encuentros futuros con la vida surgida en otros planetas de nuestra propia galaxia o de otras…¿quién lo puede saber?

emilio silvera

 

  1. 1
    emiliosilvera
    el 11 de julio del 2017 a las 7:37

    “En la lava de un volcán, bajo las aguas gélidas de la Antártida, en la férrica corriente de las minas de Rio Tinto e incluso en la desolada Chernobyl. Los límites del habitat natural del ser humano se colocan en torno a condiciones tan extremas que acabarían con nosotros, altas o bajas temperaturas, poco oxígeno disponible, radiación… Y lo mismo ocurriría con el resto de seres vivos, sino fuese por un grupo de microorganismos capaces de tolerar circunstancias tan adversas como podrían ser los 80ºC de temperatura: Los extremófilos.”
     

    Una paradoja de los extremófilos, es que viven extremadamente cerca y lejos de nosotros, desde nuestro cuerpo a los más recónditos lugares del planeta. Aquí van algunos de los extremófilos más conocidos:

    Lactobacillus acidophilus: es normal que os suene de algo este extremófilo, pues es el responsable de la formación del yogurt. Lo curioso, es que esta bacteria se encuentra también en nuestro cuerpo, concretamente en los intestinos, en la boca e incluso en la vagina. Su función es protegernos de otros microorganismos, gracias a su capacidad para vivir en ambientes con pH muy bajo (ácidos).
    Thermococcus gammatolerans: uno de mis favoritos. Si ya pensábamos que las cucarachas podrían resistir una guerra nuclear, os sorprenderéis cuando sepáis que este extremófilo es capaz de campar a sus anchas en condiciones de elevada radioactividad, y aguanta una irradiación de 30 KGy de rayos gamma, mientras que el ser humano con 10 Gy ya está más que frito. Su estudio nos ha ayudado a comprender un poco más el envejecimiento al poseer unas enzimas especialidades en la reparación del ADN.
    Polaromonas vacuolata: perteneciente al grupo de los psicrófilos, este microorganismo vive en una temperatura de 0ºC. También se le conoce como criófilos (amantes del hielo) y nos han ayudado a entender mejor como se descompone la comida en los refrigeradores.
    Thermus aquaticus: vive entre temperaturas de 50 a 80ºC, y su importancia en la ingeniería genética es fundamental. Gracias a ella, y concretamente a sus enzimas de replicación del ADN, que son las que hoy en día utilizamos para poder llevar a cabo las PCR, técnica clave en la genética.
    Haloferax volcanii: estos microorganismos viven en entornos dónde nuestras células normalmente se desecarían por la gran cantidad de sales que existen en el medio. Haloferax volcanii se encuentra en el Mar Muerto, y ha servido como proyecto de simulación de la supervivencia de algas halófilas en Marte.

     

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  2. 2
    emiliosilvera
    el 11 de julio del 2017 a las 7:41

    El sacar a relucir a estos increíbles “seres” que viven en condiciones extremas, es simplemente, para que nos podamos hacer una idea de lo que, por ahí fuera, nos podremos encontrar cuando, lejos aún en el futuro, podamos visitar planetas lejanos y desconocidos que, aún teniendo las condiciones para el mantenimiento de vida, sean extraños a los mecanismos que conocemos en el planeta Tierra, Y, LA vIDA, PODRÍA HABER SURGIDO ALLÍ…¡De tántas maneras!
    No podemos ni afirmar ni negar nada, todo es posible y, la ausencia de prueba, no es prueba de ausencia.
    ¡Quién pudiera estar aquí dentro de 200 años!

    Responder
    • 2.1
      Emilio Silvera
      el 11 de julio del 2017 a las 23:03

      Por otra parte, se espera que para dentro de 200 años (más o menos), nuestra vida.media esté en los 150/200 años y, a veces uno se pregunta… ¿No será muy cansado el vivir una vida tan larga? Claro que, si esa vida está acompañada de buena salud y manteniendo bien despiertos los sentidos… Los muchos y nuevos acontecimientos, nos podrán mantener atentos a lo que estará por venir, ya que, para entonces, muchas maravillas se habrán instalado entre nosotros y, nuestro mundo, pudiera parecer “otro mundo”, un mundo del futuro para los que hoy poblamos la Tierra. Precisamente por eso mismo, el pensar en mundos lejanos que en nuestra propia Galaxia puedan contener la Vida, algunos podrán estar en nuestra Era de la Edad de Piedra y otros, por el contrario, podrían estar en nuestro siglo XXX.

      Cuando de verdad podamos viajar por el Espacio (cosa que ahora es sólo un sueño), los viajeros podrán gozar de todos esos sueños nuestros de hoy y que, para ellos, serán su vida cotidiana. En cuanto al personal corriente, a la gente sencilla, simplemente, serán llevadas a colonizar nuevos mundos, ya que, nuestra vieja Tierra, estará más que cansada de tenernos causándole tanto fastidio y explotando sus recurso que, llegado un momento, “ella” la Tierra, no podrá soportar.

      Todo, como hemos dicho aquí muchas veces, tiene un principio y un final, eterno no hay nada, y, el día llegará en que tengamos que mudarnos de “casa”.

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