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A México, ese pueblo extraordinario

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en General    ~    Comentarios Comments (0)

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Entre los euroasiaticos del viejo mundo estuvieron los primeros grandes maestros de la técnica, pero los primeros pobladores del nuevo mundo fueron los más grandes exploradores, que atraverdaron el estrecho de Bering y emigraron rápidamente a tráves del hemisferio occidental. Cuando los europeos llegaron al Nuevo Mundo, los pueblos indígenas del hemisferio occidental no habían desarrollado aún las herramientas de hierro, salvo en los muy pocos casos en los que se utilizaba hierro de meteoritos.

Tampoco disponían de la rueda, ni de animales de montar o de tracción que puedieran utilizarce para tirar de un arado.  Sin embargo, hubo agriculturos que trabajaron con variedasdes de cultivos muy refinadas. El impacto que produjo el Nuevo Mundo en la agricultura del Viejo Mundo fue enorme. Los granjeros del Nuevo Mundo fueron quizá los mayores cosechadores de plantas del planeta.

Habian experimentado con las numerosas variedades de predecesores silvestres de sus plantas de cultivo y las habian explotado para su beneficio. Cuando llegaron a Europa, Asia, y África, estas variedades agricolas desencadenaron una revolución en la agricultura. El maiz y las patatas, por ejemplo, fueron considerados como “cultivo milagroso” después de su implantación en Europa.

Según la valoración de algunos expertos, los nativos americanos dieron al mundo los tres quintos de las plantas que actualmente se cultivan. En Mesoamerica el cacao, con el que se hace chocolate, era tan valioso que se usaba como moneda y sólo la élite podía beber chocolate caliente mezclado con miel. Los reyes mayas tenían sus propios chocolateros reales.

A principios del siglo XVI, en la época de la (nefastas) invasiones europeas, los únicos pueblos del Nuevo Mundo que disponían de tecnologías urbanas eran los de Mesoamerica y los Andes. Mesoamerica es una zona cultural que se extiende desde el norte y el centro de México hasta la orilla del Pacífico en Costa Rica, incluyendo el Sur de México, Guatemala, Belice y Honduras. Comenzó a adquirir su identidad cultural con la proliferación de poblados agrícolas alrededor del año 2.000 a.C. Los expertos están de acuerdo en que la mayoría, sino la totalidad, de las grandes culturas de Mesoamerica se generaron a partir de los olmecas del suroeste de México. Los olmecas que vivieron entre los años 1500 y 600 a.C., erigieron macizas esculturas y monumentos públicos de basalto (una roca volcánica oscura) que data de 1400 a.C.

Los pueblos mesoamericanos compartían ciertos rasgos culturales, probablemente de origen olmeca, que no estaban presentes o eran raros en cualquier otro lugar del Nuevo Mundo. Entre esos rasgos comunes está la escritura jeroglifica, los libros de papel hechos con corteza de higueras o de piel de venado que se plegaba como acordeones, un complejo calendario, conocimiento sobre el movimiento de los planetas (especialmente Venus) con respecto a las estrellas, un juego que se jugaba con una pelota de caucho en una cancha (que los mayas llamaban chaah), marcados altamente especializados, sacrificios humanos en los que se quitaba la cabeza o el corazón a las víctimas, un énfasis general en el auto sacrificio mediante sangre extraída de las orejas, la lengua o el pene, y una religión panteista en la que existían dioses de la Naturaleza, así como deidades emblemáticas de linaje real.

Compartían una ética del diseño urbano según el cual las ciudades se construían alrededor de un templo central en forma de pirámide. La típica forma de estas estructuras, con plantas cada vez más estrechas a medida que ganaban altura, contribuía a que pudieran resistir los terremotos. Aunque había muchas diferencias entre las distintas culturas, la dieta básica de los mesoamericanos incluía el “tradicional cuarteto” maíz, alubias, chiles y calabaza.

Según la obra épica que narra la fundación de la cicilización maya, el Popol Vuh, los antepasados de los mayas fueron crerados a partir de masa de harina de maíz. Las técnicas agricolas mesoamericanas eran lo suficientemente buenas como para mantener a una población que, antes de la conquista, era de ocho o diez millones de habitantes en las tierras bajas de los mayas. Los reconocimientos aéreos detectan pruebas de una ocupación practicamente continua del Jucatán desde aproximadamente el año 750 d.C. (los datos relativos a la población precolombina en el Nuevo Mundo son inexactos y controvertidos.

Los olmecas, los mayas y los aztecas y otras civilizaciones modelaron estatuillas con forma humana hechas de caucho macizo o hueco, y fabricaron tiras de goma para atar las hachas de piedra a sus mangos de madera. Pintaron con caucho y lo utilizaron también para fabricar bálsamo para los labios. Pero, sobre todo, usaron bolas macizas de caucho en los sagrados y deportivos juegos de pelota, que fueron un elemento fundamental en las sociedasdes mesoamericanas.

Junto con el caucho, la obsidiana dio lugar a una tecnología mesoamericana única en la fabricación de herramientas. Este vidrio volcánico de extraordinaria dureza fue para las civilizaciones mesoamericanas lo que es el acero en el mundo moderno. (Excepto que, obviamente, el vidrio se fue utilizando como material para la construcción). Los nativos bajaban la obsidiana de las montañas y la trabajaban en forma de cuchillos, lanzas, puntas de dardos y cuchillas prismáticas para trabajar la madera y para el afeitado. Estas cuchillas se utilizaron también en los cortes necesarios para extraer corazones.

A los arqueólogos les llevó años averiguar como hacían los mesoamericanos aquellas famosas cuchillas prismáticas. Habían verdaderos expertos en la fabricación de estos soportes herramentales utilizados para diversas funciones.

La más conocida de las civilizaciones clásicas de Mesoamerica, la de los mayas, surgió en Jukatán hacia el año 2000 a.C., a partir de unas condiciones de vida sencillas y agradables (lo que hoy podríamos considerar lo más cerca del concepto que tenemos de la felicidad), y llegó a una posición prominente alrededor de 250 d.C. en lo que es actualmente México, Guatemala, Belice y el oeste de Honduras.

Durante su período clásico las tierras bajas de los mayas contaban con cientos de ciudades y poblados, que actualmente están, casi todos enterrados bajo la cubierta impenetrable de la selva tropical.

Otro día continuaré hablando de los mayas y de aquellos pueblos que precedieron a los actuales de México, Guatemala, Belice y Honduras. Unas civilizaciones de las que tendríamos que aprender muchas cosas.

Saludos amigos.

emilio silvera

 


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