May
17
Nuestra curiosidad, siempre haciendo preguntas… Que nadie sabe...
por Emilio Silvera ~
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Recreación digital de las auroras de Júpiter. Esta imagen ha sido generada por inteligencia artificial a partir de datos científicos, y no corresponde a una fotografía real del planeta. Fuente: ChatGPT / E. F
El telescopio James Webb capta luces en Júpiter que cambian tan rápido que ni los científicos lo entienden

Lo que revela la vida media del H₃⁺
Determinar la vida media del H₃⁺ es crucial porque esta molécula no solo emite luz: también ayuda a enfriar la atmósfera superior del planeta, disipando parte de la energía que entra por las auroras. Si su vida es muy corta, ese enfriamiento es menos eficiente, lo que implica que la atmósfera retiene más calor del que se pensaba. Según los investigadores, el tiempo de vida de 150 segundos implica que el H₃⁺ solo puede disipar una fracción del calor generado por un episodio auroral intenso.
Para llegar a este dato, el equipo comparó el ritmo de subida y bajada de las emisiones infrarrojas con las ultravioletas. Utilizando un modelo de decaimiento exponencial, hallaron que el perfil temporal del H₃⁺ se ajustaba muy bien a una caída con ese valor. “Este valor es nuestro resultado principal”, explican. También señalan que en casos extremos, como en las extinciones rápidas, la vida media podría reducirse a 29 segundos.
Un enigma aún sin resolver
Este video es independiente dle reportaje, se inserta para tener una idea de lo que es Júpiter
Uno de los aspectos más desconcertantes del estudio tiene que ver con la región activa del anochecer (DAR, por sus siglas en inglés). Esta zona mostró emisiones infrarrojas muy brillantes que no parecen tener una causa clara. En particular, los autores destacan que la energía emitida por el H₃⁺ en esta región supera la energía de entrada de los electrones que supuestamente la originan. “Esto indica que la fuente no es simplemente la precipitación de partículas”, escriben. Es decir, la cantidad de luz emitida no puede explicarse solo con el bombardeo de partículas energéticas.
Las hipótesis para este exceso energético son varias, pero ninguna es concluyente. Se han planteado mecanismos como la fricción entre iones y neutros (ion drag) o el calentamiento por corrientes eléctricas (Joule heating), pero los tiempos requeridos para producir cambios serían demasiado largos. Según el artículo, “las escalas temporales para los cambios de temperatura (10³–10⁴ s) y para la difusión o transporte (10⁴–10⁵ s) no pueden explicar la variabilidad en escalas de 10 minutos”.
Una aurora que cambia en segundos
Uno de los descubrimientos más sorprendentes fue la detección de lo que el equipo llama “extinciones”: caídas abruptas de intensidad de la aurora. En una de las secuencias analizadas, la emisión infrarroja cayó un 40 % en apenas 12 segundos. Este tipo de comportamiento no había sido observado con anterioridad. En palabras del artículo: “En estos eventos, la radiancia de H₃⁺ en regiones localizadas disminuyó súbitamente en casi un factor de 2 en unos 10 segundos”. Este comportamiento extremo sugiere que el ambiente auroral de Júpiter es mucho más variable de lo que se pensaba.
El equipo también detectó pulsaciones aurorales que se propagan a través de determinadas regiones del planeta, con velocidades equivalentes a 60 kilómetros por segundo. Estas ondas se repetían con una cadencia de 1,6 minutos y podrían estar relacionadas con perturbaciones magnéticas conocidas en la magnetosfera joviana, aunque no hay una explicación definitiva. La combinación de estos datos muestra una aurora “viva”, lejos del concepto de fenómeno estable y continuo.
Además, al comparar las imágenes del James Webb en el infrarrojo con otras obtenidas simultáneamente en el ultravioleta por el telescopio Hubble, los investigadores hallaron diferencias llamativas. Por ejemplo, una de las zonas más brillantes en el infrarrojo no tenía equivalente visible en el ultravioleta. Esto es desconcertante, porque en teoría ambas emisiones deberían responder al mismo tipo de excitación atmosférica. “La causa de tal emisión sigue sin estar clara”, señalan los autores.
Lo más probable, apuntan, es que el fenómeno esté controlado por la formación y destrucción local de H₃⁺, en lugar de por cambios en la temperatura. Esta hipótesis se apoya en los datos espectrales obtenidos con otro instrumento del James Webb (NIRSpec), que muestran que en la región brillante del anochecer aumenta la densidad de columna del H₃⁺, pero no su temperatura, lo que refuerza la idea de que lo que cambia es la cantidad de moléculas, no el calor que emiten.
Júpiter, laboratorio natural
Estos resultados tienen implicaciones que van mucho más allá del planeta Júpiter. El estudio del H₃⁺ y sus emisiones sirve como modelo para comprender las atmósferas de otros planetas gigantes y también de enanas marrones y exoplanetas, donde fenómenos similares podrían estar ocurriendo. Si las emisiones infrarrojas de H₃⁺ pueden variar con tanta rapidez y complejidad, entonces los modelos actuales sobre atmósferas planetarias podrían estar subestimando su dinámica energética.
También se plantea un reto para futuras observaciones. El telescopio Webb ha abierto una nueva ventana de alta resolución temporal que obliga a reinterpretar datos anteriores tomados con exposiciones mucho más largas. Lo que antes parecía estable, podría haber estado variando sin que pudiéramos verlo. El estudio concluye que será necesario combinar estos datos con futuras observaciones de la sonda Juno y con modelos más avanzados para desentrañar los mecanismos que controlan la aurora joviana.
Finalmente, hay un mensaje claro: no todo está explicado en Júpiter, un planeta que sigue sorprendiendo incluso a los científicos que llevan décadas estudiándolo. Las auroras que creíamos comprender ahora muestran un rostro mucho más volátil, cambiante y energético de lo que imaginábamos.
Esta es la Fuente del Reportaje.
May
17
¿Qué donde está el Futuro? ¡Ya está aquí!
por Emilio Silvera ~
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Surgen resultados asombrosos de los incipientes Ordenadores Cuánticos que trabajan nen otras dimensiones
Ya dan respuestas en pocos segundos o minutos que, hasta el momento, los ordenadores normales tardarían millones de años en resolver. Estas máquinas no trabajan en nuestro Espacio-Tiempo, ellos buscan las respuestas en ese “universo cuántico” que nos niega su presencia, ya que, nosotros pertenecemos a un mundo material que no nos proporciona los medios para llegar a lugares asombrosos, allí donde están todas las respuestas. Sin embargo, nuestra imaginación nos ha permitido llegar a ese fantástico lugar mediante el invento de éstas “máquinas” ¿maravillosas? Bueno, respecto a eso… ¡El tiempo lo dirá! Me gustaría que no tengamos que arrepentirnos de haberlas creado.
Podríamos seguir hablando de todo esto y nunca llegar al final, es el nuevo campo que nos hace viajar hasta un “infinito” que, por el momento, es todavía inalcanzable.
Y, como digo tantas veces: Todo está bien unido por los hilos invisibles que lo conectan todo en nuestro universo, nada es ajeno a todo lo demás, la conexión es perfecta y los efectos se dejan sentir si nos paramos a observar: El tiempo, los Sentimientos, los átomos, las neuronas y los millones de sinapsis… ¿Nos lleva todo eso a la existencia de una Conciencia Cósmica?
Emilio Silvera V.
May
16
¿Vamos a sentir?
por Emilio Silvera ~
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May
16
¿Expedición al planeta Marte? Por el momento !Inviable!
por Emilio Silvera ~
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Independientemente del coste de tal operación, las dificultades son “infinitas”, problemas de todo tipo, y, como poder solventar la duración del viaje, la llegada y amartizaje, el obligado tiempo que hay que residir en aquel planeta antes de tener la ventana idónea para poder volver, los micro-meteoritos, la radiación, la falta de atmósfera, la Ingravidez en el Espacio, y, la diferente Gravedad de Marte en relación a la de la Tierra.
Podríamos seguir enumerando problemas, y, no es cosa menor el aire que se respira, el agua que necesitan los viajeros, los alimentos, las posibles enfermedades que aparecen en cualquier momento sin avisar. ¿De qué estamos hablando? ¿Es un sueño, o, una ilusión?
Todos estos inconvenientes no evita que, de vez en cuando, salgan los de la NASA y Elon Musk, y, nos dicen que en 2.025 0 2030 el viaje será posible. Claro que unos buscan nuevas subvenciones del Gobierno y el otro hacer propaganda de sus cohetes.
Las naves espaciales de Elon Musk, en particular Starship, están diseñadas para ser altamente eficientes, especialmente en cuanto a reutilización. Su objetivo es lograr vuelos espaciales a precios mucho más bajos y, en la mayor medida, que los actuales, utilizando la capacidad de reutilización.
Recordemos aquel trabajo aquí publicado: ¿Por qué es difícil Viajar a Marte? I
(Apuntes de la NASA)
Fotograma de la película ‘The martian’. AIDAN MONAGHAN
El estreno de la película ‘Marte’ (The Martian) ha despertado cierta curiosidad acerca de posibles futuros viajes humanos al planeta rojo. Después de haber ido a la Luna en varias ocasiones hace ya casi cinco décadas, y estando acostumbrados a ver astronautas viajar al espacio casi de forma rutinaria, es tentador pensar que enviar seres humanos a Marte pueda ser algo perfectamente plausible a día de hoy, o tal vez un tanto más complicado que lo hecho hasta ahora. Sin embargo, la realidad es que enviar seres humanos a Marte constituye un desafío de una dificultad y complejidad absolutamente descomunales que se aleja mucho de todo lo que se ha hecho hasta ahora en la historia de la exploración humana del espacio.
El sueño largamente acariciado
En esta y en la siguiente entrada hablaré de las razones por las que esta empresa constituye un desafío inmenso y sobre cómo se plantea en la actualidad una misión tripulada a Marte. Con objeto de ofrecer una perspectiva inicial para entender la dimensión del problema de una forma intuitiva, en esta entrada trataré de la razón principal que hace extremadamente difícil una misión a Marte, la razón de la que prácticamente se derivan casi todas las demás: la distancia.

Matt Damon in “The Martian.” Credit Aidan Monaghan/Twentieth Century Fox
Vemos astronautas viajar con frecuencia al espacio, a la Estación Espacial Internacional (ISS), antes a la estación Mir, a bordo de naves Soyuz, o antes a bordo del Transbordador Espacial, etc., y se suele tener la impresión de que el lugar al que se viaja en estas misiones es muy lejano; sin embargo, las altitudes típicas a las que estas estaciones y vehículos espaciales orbitan alrededor de la Tierra son de unos pocos cientos de kilómetros. La ISS, por ejemplo, orbita alrededor de la Tierra a una altitud que es equivalente a la distancia que hay en línea recta entre Madrid y Almería: unos 400 km. Esta región espacial a la que viajan los humanos de forma rutinaria está dentro de la conocida como ‘región de las órbitas bajas de la Tierra’, y técnicamente la llamamos LEO (del inglés Low Earth Orbit).
Los viajes tripulados lunares implicaron viajar más allá de las órbitas LEO ya que la Luna orbita nuestro planeta a una distancia media de unos 380.000 km, lo que viene a ser unas 1.000 veces más lejos que las altitudes de estas órbitas bajas. Una tripulación y su nave se ponen en órbita alrededor de la Tierra poco después de su lanzamiento, mientras que la distancia a la Luna se cubría en las misiones Apolo en prácticamente 3 días.
En el caso de Marte la situación es muy diferente. Ir a Marte implica pasar de una misión geocéntrica a una centrada en el Sol, o heliocéntrica, lo que supone un salto enorme en las distancias involucradas. Aunque las distancias máxima y mínima entre la Tierra y Marte varían dentro de un cierto rango, la mínima distancia posible es de unos 55 millones de km y la máxima posible es de unos 400 millones de km.
Estas son distancias enormes en comparación a todo lo que se ha volado en misiones tripuladas al espacio hasta ahora. La distancia máxima a Marte viene a ser 1.000 veces mayor que la que hay entre la Tierra y la Luna, lo que viene a ser 1.000.000 de veces mayor que la distancia que separa la superficie terrestre de las órbitas LEO a las que se viaja normalmente.
Distancias aproximadas mínima y máxima posibles entre la Tierra y Marte. Como referencia, la distancia media de la Tierra a la Luna es de 380.000 km.
Sin necesidad de conocer nada más, los datos acerca de la distancia a Marte ya constituyen una buena pista para empezarnos a asomar a la magnitud del problema. Para apreciarlo mejor, y sin entrar en detalles relativos a métodos de propulsión o dinámica orbital, vamos a comparar en números redondos dos misiones tripuladas, una orbital alrededor de la Tierra para un solo tripulante y otra lunar de tres tripulantes, para hacernos una idea de la progresión en la masa necesaria de los cohetes involucrados para llevar a cabo estas misiones y entender el contexto de lo que supondrá una misión a Marte.
Empezamos con la primera misión orbital del Programa Mercury de principios de los ’60: la Mercury 6 de John Glenn. Aquí se precisó de un cohete Atlas de 120 toneladas y 29 metros de altura para poner en una órbita de 200 km de altitud media alrededor de la Tierra una masa útil de 1,2 toneladas formada por una cápsula Mercury con su único tripulante, el cual permaneció en el espacio 5 horas.
Veamos ahora lo que cambia la situación al tener a la Luna como destino unas 1.000 veces más lejos. En el caso del Apolo 17 -la última misión de exploración lunar-, su módulo de mando y servicio más su módulo lunar, sumando todo cerca de 50 toneladas, hubieron de ser lanzados a la Luna por el poderoso cohete Saturno V de unas 3.000 toneladas y de 110 metros de altura para una misión de una duración total de unos 12 días y medio en la que 2 de sus tripulantes permanecieron sobre la superficie lunar algo más de 3 días.
Cohete lunar Saturno V junto al cohete Atlas del Programa Mercury para un tripulante (Transbordador Espacial incluido como referencia). Fuente: http://historicspacecraft.com/.
Vemos así el salto cuantitativo necesario cuando queremos ir a otro mundo que está 1.000 veces más allá de las órbitas bajas de la Tierra tanto en la masa útil a lanzar (de 1,2 a 50 toneladas) como en el tamaño del cohete lanzador requerido (de 120 a 3.000 toneladas). Comparemos todo esto con una misión a Marte. Aquí la tripulación constará de 6 astronautas y su duración, tomando como ejemplo la oportunidad en 2037, sería de 174 días para la ida y 201 días para la vuelta, con una estancia de 539 días en Marte. Una estancia tan larga en Marte sería necesaria a la espera de que la posición relativa entre este planeta y la Tierra fuera óptima para el regreso con un mínimo gasto de combustible, lo que ahorra el envío de centenares de toneladas de combustible. Todo esto supone un total de 914 días, o 2 años y medio.
Como vemos, el salto entre la Luna y Marte es descomunal, ya que doblar la tripulación y extender la duración a cerca de 73 veces la de la misión lunar más larga, supone la necesidad de proveer y transportar cerca de 150 veces más suministros. Por otra parte, una mayor duración de viaje interplanetario supone la necesidad de proveer a la tripulación de mayor protección contra las radiaciones, lo que se consigue en parte añadiendo aún más masa, aunque este problema no está aún resuelto.
Otro problema de la larga duración es que las cosas se rompen a lo largo de tanto tiempo. O bien se tendrá que mejorar sustancialmente la durabilidad de los equipos o estos habrán de poder ser repuestos por recambios que también habrá que transportar, lo que implica una mayor masa. Las naves de carga que visitan la ISS pueden abastecerla de repuestos cuando algo se estropea a bordo pero esta opción no será posible en una misión a Marte.
La nave de carga Cygnus llegó a la ISS
Una vez dicho todo esto, al igual que cuesta más acelerar y frenar un camión que un turismo por tener el primero más masa, tengamos en cuenta que enviar más masa a Marte implica transportar también más combustible para acelerar toda esa carga hacia Marte, para frenarla a la llegada a ese planeta, y para volver a la Tierra desde allí; y pensemos que todo ese combustible (centenares de toneladas) también hay que lanzarlo al espacio inicialmente.
En total, para una misión a Marte se requerirá lanzar al espacio entre 850 y 1.250 toneladas. Esta es una cantidad enorme si tenemos en cuenta que la Ia ISS tiene una masa de unas 420 toneladas y que una nave con la que estamos familiarizados como el Transbordador Espacial solo podía enviar al espacio entre 15 y 25 toneladas aproximadamente, dependiendo de la altitud de la órbita final. El Ariane 5 es capaz de poner unas 20 toneladas en órbita baja alrededor de la Tierra, al igual que el cohete ruso Protón, por ejemplo.
Las naves a Marte tendrán que ser muy distintas a las que ahora utilizamos
Así pues, a partir de todo esto, y sin saber mucho más, ya podemos anticipar de forma intuitiva que no se podrá utilizar un único cohete para ir a Marte, sino que se precisarán varios lanzamientos de cohetes -tanto o más poderosos que el Saturno V de los años ’60- para ensamblar en el espacio distintos elementos de propulsión, módulos de combustible, hábitats y naves, que habrán de enviarse a Marte por separado y por anticipado, además de la nave con la tripulación, que sería enviada en último lugar. Entraremos en estos detalles en la siguiente entrada.
Aunque depende de diversos factores, se requerirán, de hecho, del orden de 10 lanzamientos de cohetes con la capacidad del Saturno V o similar; pero recordemos que el número total de cohetes Saturno V que se enviaron a la Luna en todo el Programa Apolo fue de 9. El Saturno V fue retirado de servicio después del Programa Apolo pero ostenta el récord, aún a día de hoy, como el cohete operativo más poderoso que haya habido nunca, capaz de poner algo más de 120 toneladas en órbita baja alrededor de la Tierra y de enviar 50 toneladas a la Luna. Tuvo que ser específicamente diseñado y construido en su día para poder alcanzar la Luna, y no existe un lanzador de tanta capacidad en la actualidad. El cohete que se encargaría de la mayor parte de los lanzamientos en una futura misión a Marte se está desarrollando en la actualidad y se llama SLS (Space Launch System), el cual tendrá prestaciones parecidas o acaso un tanto mayores que el Saturno V.
Por otra parte, un tiempo de 174 días de ida en condición de ingravidez afecta profundamente a la fisiología humana, algo especialmente preocupante al llegar a un planeta donde no hay nadie para asistirte. Las naves que se pueden ver en las películas (incluida la película ‘Marte’), con un amplio y confortable habitáculo en forma de donut girando para simular la aceleración de la gravedad, no son realistas en la actualidad.
Dos años y medio es un tiempo muy largo también por razones psicológicas. La Tierra será vista por la tripulación como un punto de luz semejante a una estrella durante la mayor parte del viaje y será apenas imperceptible en la noche marciana cuando fuera visible. La tripulación tendrá que convivir en una condición de confinamiento permanente en un espacio reducido en una situación de gran estrés, y con la imposibilidad de mantener conversaciones fluidas con los seres queridos en la Tierra debido al tiempo de viaje de la señal.
Después de todo esto, y aunque no se han mencionado todas las dificultades técnicas, tecnológicas y operativas, creo que ahora puede apreciarse un poco mejor a lo que nos enfrentamos en una misión a Marte. A partir de aquí, y una vez expuesta esta perspectiva para contextualizar el problema y entrar en materia, en la siguiente entrada explicaré cómo se plantea en la actualidad una misión humana a Marte y cómo se relaciona con lo que se ve en la película ‘Marte’ (The Martian).
El trabajo sigue en la segunda parte. Sin embargo, exponerlo aquí de nuevo sería en abundar en datos negativos que no aconsejan el viaje por muchísimas razones, y, según mi modesto parecer, sería el viaje de irás y no volverás. En el presente y creo que durante algunos años más… ¡No estamos preparados para esta misión.
Emilio Silvera V.
May
16
Sí, es mucho, ¡lo que no sabemos!
por Emilio Silvera ~
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El Cinturón de Orión: Almitak, Amilan y Mintaka, las tres estrellas que forman el Cinturón, son tres gigantes azules con un brillo cegador.
El Cinturón de Orión y su espada son parte de la constelación de Orión, un grupo de estrellas que forma la figura del cazador. El Arado, el Carro o el Gran Cazo son nombres comunes para la constelación Ursa Mayor, también conocida como la Gran Osada.

Como siempre nos pasa cuando no sabemos alguna cosa, nuestra imaginación se desboca y plantea mil y una solución de lo que podría ser. , nos ocurre con el Universo y los secretos que aún no hemos podido desvelar. Construimos modelos que nos den una satisfactoria explicación o menos aceptable, buscamos remedio -no pocas veces poniendo “parches”- para cuestiones que no podemos explicar, y nos inventamos escenarios y situaciones que, tampoco sabemos si alguna vez podremos comprobar: materia oscura, agujeros de gusano, universos paralelos…
Cuando oímos la palabra hiperespacio todos pensamos en un lugar por encima, alto, más allá del “espacio normal” de tres dimensiones en el que nos movemos en nuestra vida cotidiana. Y, las ideas se pueden mezclar para confundirnos más, con espacios vectoriales lineales que pueden tener un infinito de dimensiones, como si fuera un espacio de Hilbert. Es como un túnel situado fuera de este mundo nuestro que nos puede llevar hacia regiones lejanas en la galaxia o, incluso, en otras galaxias y hasta en otro universo, sin tener que recorrer el espacio que de esos lejanos lugares nos separa.
Nuestra fantasía dibuja de mil maneras el Hiperespacio ¿Una puerta a otro lugar?
Michio Kaku, un físico que nos habla de dimensiones extra y de hiperespacio, en una de sus obras comienza diciendo:
“¿Existen dimensiones superiores? ¿Están los mundos invisibles más allá de nuestro alcance, más allá de las leyes corrientes de la física? Aunque las dimensiones superiores hayan sido históricamente cosa de charlatanes, místicos y de escritores de ciencia ficción, muchos físicos teóricos creen ahora, no solo que las dimensiones superiores existen, sino que además pueden llegar a explicar algunos de los más profundos secretos de la Naturaleza. Aunque queremos aclarar que no existen evidencias experimentales de la existencia de dimensiones superiores, en principio, pueden llegar a resolver el problema esencial de la física: la unificación de todo el conocimiento físico a un nivel fundamental.”
La imagen que vemos arriba es la prueba irrefutable de la grandiosidad del Universo, esa que llaman los Pilares de la Creación tienen la dimensión de 61 mil billones de kilómetros. El mayor de los tres pilares tiene una longitud de unos 4 años luz (38 billones de km) y las pequeñas protuberancias en forma de dedo en los bordes de los pilares son mayores que el Sistema Solar.
La Nebulosa Cabeza de Caballo, también conocida como Barnard 33, tiene un tamaño de unos 3,5 años luz de ancho Se encuentra a una distancia de aproximadamente 1500 años luz de la Tierra. Esta nebulosa oscura se ubica en la constelación de Orión, específicamente al lado de la estrella Alnitak.
Hace mucho tiempo que alguien fantaseó con la Quinta Dimensión
Hemos mirado por todo el Universo y, añadiendo el tiempo como otra dimensión, vemos que es tetradimensional, no podemos ver dimensiones que algunas teorías dicen que están compactadas en el límite de Planck. Cuando hablamos del límite de Planck nos estamos refiriendo a esas unidades fundamentales de longitud, tiempo y masa de Planck que marcan el límite de nuestra comprensión del Universo a la escala más pequeña. Estas unidades, derivadas de la Constante de Planck.
La longitud de Planck es 10-35 metros, eso es 0.000000000000000000000000000000000016 metros o alrededor de una billonésima de una billonésima de una …
Está claro que los físicos y también los matemáticos, que mencionaron la existencia de dimensiones extra, al ser preguntados por donde estaban esas dimensiones, no podían contestar y, a uno de ellos (no recuerdo ahora si fue Kaluza o Klein), se le ocurrió decir que estaban compactadas en el límite de Planck, un lugar que no podíamos ver, un mundo invisible allá del poder de la Ciencia para poder localizarlas o visualizarlas. Una buena manera de salir del atolladero de explicar algo que no podían explicar.
¡AH! Lo recordé, fue El físico Theodor Kaluza el primero en hablar de una quinta dimensión, en 1919, al intentar unificar la teoría de la relatividad general de Einstein con el electromagnetismo de Maxwell.
Miro con atención y no consigo ver esas otras dimensiones
¿Dónde, pues, ha de hallarse el universo hiper-dimensional de la simetría perfecta? Ciertamente, no aquí y ahora; el mundo en que vivimos está lleno de simetrías rotas, y sólo tiene cuatro dimensiones, tres de y una temporal. La imaginación que nunca descansa, nos lleva a una en la cosmología, la cual nos dice que el universo super-simétrico, si existió, pertenece al pasado. Como nos decían los autores de la Teoría Kaluza-Klein, esas otras dimensiones se quedaron compactadas cuando el universo se desarrolló y, aunque son parámetros necesarios para las grandes teorías de cuerdas y supercuerdas… ¡No las vemos por ninguna parte!
Hace tiempo ya que buscamos esas otras dimensiones pero,,, ¿Dónde están?
La implicación de eso es que el universo tuvo que comenzar en un estado de perfección simétrica, desde el que evolucionó a este otro universo menos simétrico que conocemos y en el que vivimos. Si es así, la de la simetría perfecta sería la del secreto del origen del universo, y la atención de sus acólitos puede volverse con buenas razones, como las caras de las flores al alba, hacia la blanca luz de la génesis cósmica. Alguna vez hemos podido comentar aquí de aquella simetría primera, cuando todas las fuerzas de la naturaleza estaban unidas en una sola fuerza y, a medida que el universo se enfrió en los infiernos del Big Bang, aquella simetría se rompió, y se desgajó en las cuatro fuerzas que ahora conocemos y, algunos dicen que, se formaron las cuatro dimensiones que podemos ver y, otras, quedaron confinadas en el límite Planck, ese límite que antes mencionamos
De manera que, la simetría, quedó rota para siempre.
El satélite Planck de la ESA produce la imagen más detallada del universo primigenio
Así que las teorías se han embarcado a la de un objeto audaz: buscan una teoría que describa la simplicidad primigenia que reinaba en el intenso calor del universo en sus primeros tiempos; una teoría carente de parámetros, donde estén presentes todas las respuestas. Todo debe ser contestado a partir de una ecuación básica.
El Universo está lleno de simetrías que es una guía para descubrir
Recordemos que: “En griego, la simetría significa “la misma medida” (syn significa “juntos”, como en sinfonía, una unión de sonidos, y metrón, “medición”); así su etimología nos informa que la simetría supone la repetición de una cantidad medible. Pero la simetría para los griegos, también significaba la “la debida proporción”, lo que implicaba que la repetición involucrada debía ser armoniosa y placentera. Así, la Naturaleza nos está indicando que una relación simétrica debe ser juzgada por un criterio estético .”
Nos empeñamos en tareas que no podemos llevar a buen fin, nos sobrepasa
De esa manera, como digo más arriba, buscar “la simplicidad primigenia” y, para ello, hacemos cábalas con dimensiones más altas que nos devuelva una simetría superior que nos lo explique todo y donde todo quepa sin que surjan los indeseables infinitos que aparecen cuando tratamos de juntar la Mecánica cuántica con la Relatividad general, es decir, cuando queremos unificar el “universo” de lo infinitesimal con el “universo” de lo muy grande.
Humo simétrico
Muchos de nosotros, la mayoría, conocimos la simetría en sus manifestaciones geométricas de aquellas primeras clases en la Elemental, más tarde en el arte y, finalmente, la pudimos percibir en la Naturaleza, en el Universo y en nosotros mismos que, de alguna manera, somos parte de ese Universo de simetría.
También en nosotros está presente la simetría
Los planetas son esféricos y, por ejemplo, simetría de rotación. Lo que quiere indicar es que poseen una característica -en este caso, su circular- que permanece invariante en la transformación producida cuando la Naturaleza los hace rotar. Las esferas pueden hacerse rotar en cualquier eje y en cualquier grado sin que cambie su “personalidad” , lo cual hace que sea más simétrica.
La simetría está en la Naturaleza que también, en lo simétrico, nos muestra la Belleza
Sí, a nuestro alrededor podemos contemplar la simetría que en el Universo quedó rota. Así las cosas, nuestra imaginación que es libre de “volar” hacia espacios desconocidos y hacia escenarios imposibles, también puede, no sólo escenificar el Hiperespacio, sino que, llevando la fascinación aún más lejos, ¿quién sabe? (como tántas veces hemos comentado), si los teóricos no habrán dado en el y, con su intuición “infinita”, haber podido vislumbrar que toda la materia del universo está formada por cuerdas vibrantes y armónicas que se conjugan de diferentes maneras, produciendo con sus pulsos, nuevas partículas en un “universo hiper-dimensional” que no podemos ver pero que, está ahí.
¡Es todo tan extraño! ¡Es todo tan complejo! y, sobre todo…¡sabemos tan poco!
Las nuevas características descubiertas por los científicos en las transiciones de fases es que normalmente van acompañadas de una ruptura de simetría. pues, el estado de máxima simetría es con frecuencia también un estado inestable, y por lo tanto corresponde a un falso vacío. Con respecto a la teoría de supercuerdas, los físicos suponen (aunque todavía no lo puedan demostrar) que el universo decadimensional era inestable y pasó por efecto túnel a un universo de cuatro y otro de seis dimensiones. pues, el universo estaba en un estado de falso vacío, el estado de máxima simetría, mientras que hoy estamos en el estado roto del verdadero vacío.
Lo cierto es que, estemos en el Universo que podamos estar, lo que no podemos negar es que es, ¡bello!
Los físicos, en su incansable de respuestas, nos llevan a “cosas” como la “super-gravedad”, una construcción matemáticamente complicada que consigue combinar la supersimetría con la fuerza gravitatoria pero, ¿Qué es la super-gravedad? Meternos en esos berenjenales matemáticos sería algo engorroso y (para muchos) aburrido.
¿Qué pasa entonces con la super-gravedad? Aquí, al principio las cosas parecen mucho mejores e incluso al nivel de tres lazos nada parece ir mal. Los entusiastas afirman que esto no podía ser una coincidencia y que la teoría final de todas las fuerzas podría estar a la . ¿Una teoría de todas las fuerzas? ¿Podemos imaginar una cosa así? ¿Sería posible una formulación exacta de las leyes de la física? ¿Se podría conseguir eso alguna vez?. Claro que, todo esto nos lleva a “universos” insospechados, lugares cada vez más pequeños en un reino donde el espacio y el tiempo dejan de existir, ya no podemos hablar de puntos y, nos vemos obligados a tener que hablar de cuerdas vibrantes.
Según lo que podemos entender y hasta donde han podido llegar nuestros conocimientos actuales, ahora sabemos donde están las fronteras: donde las masas o las energías superan 1019 veces la masa del protón, y esto implica que estamos mirando a estructuras con un tamaño de 10-33 centímetros. Esta masa la conocemos con el de masa de Planck y a la distancia correspondiente la llamamos distancia de Planck. La masa de Planck expresada en gramos es de 22 microgramos, que la es la masa de un grano muy pequeño de azúcar (que, por otra parte, es el único de Planck que parece más o menos razonable, ¡los otros números son totalmente extravagantes!). Esto significa que tratamos de localizar una partícula con la precisión de una longitud de Planck, las fluctuaciones cuánticas darán tanta energía que su masa será tan grande como la masa de Planck, y los efectos de la fuerza gravitatoria entre partículas, , sobrepasarán los de cualquier otra fuerza. Es decir, para estas partículas la gravedad es una interacción fuerte.
En las explosiones de Supernovas está presente la Gravedad
Si la Gravedad llegara a ser una interacción fuerte, sería un verdadero desastre. No se puede ni imaginar lo que haría, en ese caso, la gravedad, tan difícil como “la cromodinámica cuántica” cuando interacciona con los quarks. Aquí la situación es mucho más grave. Cuanto más pequeñas sean las estructuras que tratamos de estudiar más intensa es esta fuerza, hasta el extremo de que incluso los intentos más burdos para describirla darán lugar a resultados completamente absurdos.
Todo lo que conocemos acerca de la naturaleza será inválido en la escala de Planck, y nosotros que pensábamos que conocíamos todo con gran precisión. La Teoría de Einstein acerca de la naturaleza de la fuerza gravitatoria funciona espléndidamente, parte de un principio muy fundamental, uno que prácticamente tiene que ser correcto: la gravedad es una propiedad del y el tiempo mismos. El y el Tiempo están “curvados” decir exactamente lo que sucede a un trozo de papel cuando se humedece: de deforma y no hay manera de alisarlo ni pasándole la plancha caliente. La fuerza Gravitatoria es la responsable de semejante rugosidad en el espacio-tiempo.
Hasta aquí, al menos sí hemos podido comprender. Sin embargo, cuando nos sumergimos en el océano profundo del hiperespacio y del universo extra-dimensional… ¡las cosas cambian! Estamos perdidos y, nuestras mentes no encuentran esa luz que ilumine el entendimiento para , de una vez por todas, todo eso puede estar ahí o, simplemente, son falsos escenarios que nuestras mentes imaginan para huir de la cruda realidad.
Claro que, por otra parte, como nos pasó con la paradoja del gato de Schrödinger que, al principio era tan extraña que uno podía recordar la reacción de Alicia al ver desaparecer el gato de Cheshire en el centro del cuento de Carroll: “Allí me verás”, dijo el Gato, y desapareció, lo que no sorprendió a Alicia que ya estaba acostumbrada a observar cosas extrañas en aquel lugar fantástico. Igualmente, los físicos durante años se han acostumbrados a ver cosas “extrañas” en la mecánica cuántica.
¡Lo que no sea capaz de nuestra imaginación! Y, a pesar de su “infinita riqueza, la Naturaleza la supera y contiene y ocurren cosas inimaginables.
Algunos, como Alejandro Jodorowsky piensan que: “Si tenemos un cuerpo imaginario, es también necesario que nos demos cuenta que tenemos una mente imaginaria. Tenemos pensamientos inconscientes, percepciones olfativas, audiciones, tactos, visiones, sabores mucho más desarrollados que los que creemos “reales”. Vemos más de lo que creemos ver, oímos más de lo que creemos oír, gustamos más de lo que creemos gustar, olfateamos más de lo que creemos olfatear, percibimos con el tacto mucho más de lo que creemos percibir, pensamos más de lo que creemos pensar. No sentimos por completo nuestras sensaciones, tenemos pensamientos de los que no nos damos cuenta, vivimos dentro de limites perceptivos, provocados desde que nacemos por nuestra familia y luego por la sociedad. Nos sumergen en prejuicios y concepciones anquilosadas de la realidad y de nosotros mismos. Debemos aprender a pensar con libertad, (no digo con “inteligencia”, digo con “libertad”). El mágico consiste en disolver los límites de nuestra inteligencia y de nuestras percepciones. Estos limites nos encierran en calabozos irreales que nos impiden a la conciencia suprema.”
Si realmente eso es, estaríamos limitados por nuestras propias concepciones del mundo. Sin embargo, ahí están los físicos teóricos que se salen del “régimen” establecido y, sus mentes generan e imagina mundos y universos que, siendo muy dispares de este nuestro que creemos real, podrían ser, los auténticos mundos y los auténticos paisajes que la Naturaleza trata de mostrarnos y que, nosotros, nos empecinamos en no querer ver.
Antes, para conocer el mundo, teníamos que hacer grandes viajes, realizar grandes aventureras de las que nunca sabíamos cómo podríamos salir. El riesgo y la ventura era el pan de cada día para aquellos que querían descubrir otras tierras, otros pueblos y culturas. Hoy día, las cosas han cambiado. No debemos descartar la posibilidad de que seamos capaces de utilizar las unidades de Planck-Stoney para clasificar todo el abanico de estructuras que vemos en el universo, desde el mundo de las partículas elementales hasta las más grandes estructuras astronómicas. Este fenómeno se puede representar en un gráfico que recree la escala logarítmica de tamaño desde el átomo a las galaxias. Y, cualquier joven, sentado tranquilamente en su casa, con un potente , puede realizar “aventuras” que antes, eran imposibles.
Sentado cómodamente ante este sencillo conjunto de inventos tecnológicos, cualquier joven, puede construir e inventar “mundos” de inimaginable belleza. Y, lo que parecía un sueño, podrían recrear el de las galaxias, una colisión entre dos agujeros negros, e incluso, una explosión supernova.
Algunas veces me sorprendo al constatar que, algunas llegan a tu mente sin haberlas llamado en ese preciso momento. Son preguntas que te hiciste hace muchísimo tiempo y que no tuvieron una respuesta adecuada. Sin embargo, la experiencia, el ir acumulando y algún que otro saber, finalmente determina esa llegada del por qué de las cosas. Todo, sin que nos demos , queda registrado en nuestras mentes y, en el momento oportuno… ¡surge como por arte de magia aquello que queríamos saber! Ciertos parámetros mentales retienen esas cuestiones complejas y, finalmente, la mente consigue llegar a la resolución deseada y correcta que aparece ante nuestros ojos y nos producen, a pesar de todo, algo de asombro de que podamos haber llegado tan lejos en la comprensión de la Naturaleza.
Cien mil neuronas, tantas como estrellas tiene nuestra Galaxia. Conexiones sin fin
¿Cuántas veces no habré puesto aquí imágenes como la de arriba que quiere significar las conexiones del cerebro que generan los pensamientos? Y, la cuestión es, que esas conexiones no se limitan a estar ahí en ese ámbito reducido que llamamos cerebro, sino que, utilizando ese otro “ente” inmaterial y que llamamos mente y que también nos mantiene conexionados con el Universo, del que, al fin y al cabo, formamos parte.
Esta sí es una realidad, sin ella, el mundo no sería tal como lo conocemos. Sabemos que si variara la carga del electrón y la masa del protón en una diezmillonésima parte, las cosas serían totalmente diferentes, es decir, nosotros, no estaríamos aquí para comentar todas estas cuestiones.
Sin embargo, y a pesar de todo, no podemos negar nuestras limitaciones tanto de percepción como intelectuales para reconocer “el mundo” tal como es. Es “nuestro mundo” que, cuando sea visitado por “otros” con distintas percepciones y sentidos, pudiera ser un mundo muy distinto al que nosotros percibimos y, “ellos” podrían “ver” cosas que nosotros no vemos.
Vivímos en nuestra propia realidad, la que forja nuestra mente a través de los sentidos y la experiencia. Incluso entre nosotros mismos, los seres de la misma especie, no percibimos de la misma manera las mismas cosas. Sí, muchos podemos coincidir en la percepción de , sin embargo, otros muchos diferirán de nuestra percepción y tendrán la suya propia. Esa prueba se ha realizado y la diversidad estuvo presente.
Existen algunas discrepancias que tratamos de solucionar
No, no será nada despejar las incógnitas presentes en esta inmensa complejidad que llamamos Universo. Pero, firmemente creo que las dimensiones extra están en nuestras Mentes, donde todo se traduce a Química y Luz. Energías de velocidades alucinantes que recorren el enmarañado entramado de neuronas y que hace posible todas y cada una de las maravillas que “”mente se producen en nosotros y que no siempre sabemos traducir ni comprender.
¡Qué complicado resulta ser todo!
Emilio Silvera V.