martes, 11 de noviembre del 2025 Fecha
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¡Las estrellas! ¡El Sol!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (0)

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Las estrellas, enormes bolas de gas y polvo luminosas que desde su nacimiento producen energía por la fusión nuclear del hidrógeno para formar helio. El término, por tanto, no sólo incluye estrellas como el Sol, que están en la actualidad quemando hidrógeno, sino también protoestrellas, aún no lo suficientemente calientes como para que dicha combustión haya comenzado, y varios tipos de objetos evolucionados como las estrellas gigantes y supergigantes, que están quemando otros combustibles nucleares más complejos que el hidrógeno, o las enanas blancas y las estrellas nucleares, que están formadas por combustibles nuclear gastado.

La masa máxima de una estrella es de unas 120 masas solares, por encima de la cual sería destruida por su propia radiación. La masa mínima está calculada en 0’80 masas solares; por debajo de ella, los objetos no serían lo suficientemente calientes en sus núcleos como para que comience la combustión del hidrógeno, y se convertirían en enanas marrones. Las luminosidades de estrellas varían desde alrededor de medio millón de veces la luminosidad del Sol para las más calientes hasta menos de una milésima de la del Sol para las enanas más débiles. Aunque las estrellas más prominentes visibles a simple vista son más luminosas que el Sol, la mayoría de las estrellas

son en realidad más débiles que éste y, por tanto, imperceptibles a simple vista.

Las estrellas brillan como resultado de la conversión de masa en energía por medio de reacciones nucleares, siendo las más importantes las que involucran al hidrógeno. Por cada kilogramo de hidrógeno quemado de esta manera, se convierte en energía aproximadamente siete gramos de masa (el 7 ‰). De acuerdo a la famosa ecuación E = mc2, los siete gramos equivalen a una energía de 6’3×1014 julios. Las reacciones nucleares no sólo aportan el calor y la luz de las estrellas, sino que también producen elementos más pesados y complejos que el hidrógeno y el helio.

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Necesitamos saber, que no estamos solos.

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (2)

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He dicho muchas veces que nuestro origen está en las estrellas, el único sitio del Universo en el que se pueden fabricar los elementos complejos de los que estamos hechos, y, también me he cansado de decir que, algún día lejano del futuro, nuestro destino está en las estrellas (si ningún acontecimiento inesperado, o, nosotros mismos, no lo impedimos antes). Claro que, al decir “nosotros mismos” me refiero a esos seres en los que, con el tiempo, nos hayamos podido convertir los humanos de hoy que, sin lugar a ninguna duda, estamos sometidos, con el paso del tiempo, a mutación evolutiva de adaptación al medio, y, como todo es cambiante y dinámico, nosotros no podíamos ser una excepción. Así que, si todo marcha bien, algún día, tendremos que dejar nuestro querido (y esquilmado) planeta para buscarnos otros mundos en el que asentar a nuestra especie que, para entonces, será muy numerosa dado que, la Ciencia, no deja de avanzar en todos los sentidos y, la vida se alarga en la misma medida que nuestro saber.

Cuando tenía yo 17 años (1957), el astrónomo alemán Wilhelm Gliese publicó un catálogo de estrellas cercanas al Sol. La número 581 de su lista era un astro de poca importancia astronómica que se situaba a 20 años-luz de nosotros, con sólo una tercera parte de la masa solar y cien veces menos luminosa. Una estrella enana roja, el tipo de estrella más abundante del Universo.

Pasado el tiempo, cincuenta años más tarde, Gliese 581 saltó a la fama. Allá por el año 2.005, el equipo de Michael Mayor y Didier Queloz (a los que denominan caza planetas), descubrieron, muy cerca de la estrella, un planeta que tenía quince veces la masa de la Tierra, y, fue bautizado, con el nombre de Gliese 581b. Más tarde, descubrieron que no estaba sólo y descubrieron dos compañeros más del anterior planeta extraterrestre.

Aquello fue la bomba, todos los medios se hicieron eco del acontecimiento y durante muchos días, se habló del descubrimiento y, no pocas mentes, se desbocaron imaginando mundos de increíble belleza y poblado de criaturas de inimaginables morfologías.

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La Imagen del día: Galaxia del Remolino

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (0)

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Nuestro amigo Shalafi, el Administrador de la Web, nos pone cada día una Imagen del Universo, y, hoy, le ha tocado a esta Galaxia llamada del Remolino que, aunque está acompañada de otra más pequeña, en la imagen no podemos verla pero, haré un breve comentario como si pudiéramos estar viendo las dos, ya que, están en interacción y la una influye en el comportamiento de la otra.

Algunos la llaman del Torbellino M 51 y, seguramente se refieren a como la galaxia dominante tiene ya, casi completamente absorbida a la más pequeña. Aunque están separadas, sus atmósferas se tocan claramente y por las figuras arabescas que se forman en el gas circundante, se vislumbran las fuerzas de marea que están ahí presentes. NGC 5194 fue descubierta por Messier en 1774.

La galaxia menos, NGC 5195, está casi despoblada y en realidad sólo se puede ver (al menos en la imagen) su brillante núcleo amarillento que está rodeado de gas estelar y de estrellas viejas y frías, no como su compañera que, sí luce orgullosa los enormes enjambres de estrellas nuevas que hace que la galaxia entera relumbre con ese azul deslumbrante que nace de los rayos ultravioletas al ionizar la materia del lugar.

El canibalismo galáctico es algo cotidiano en el Universo y, cuando dos galaxias vecinas se acercan lo suficiente, se ven distorsionadas por las inmensas fuerzas de gravedad que sus propias masas generan y, generalmente, la mayor termina engullendo a la más pequeña para finalmente quedar en escena una sólo y enorme galaxia. Así ocurrirá un día lejano en el tiempo con nuestra propia Galaxia la Vía Láctea y nuestra vecina Andrómeda.

De esta aparente destrucción, en realidad, se crean un sin fin de estrellas nuevas, con lo cual, se confirma eso que dicen algunos que, a partir del cáos surge lo nuevo . Sin embargo, cada vez que observo escenas como la que a la derecha nos muestran hoy, no puedo dejar de preguntarme ¿Qué ocurrirá con los posibles mundos habitados de esas regiones afectadas?

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¡Noticias del Universo!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (0)

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Por mucho que queramos hacer creer que estamos al tanto de todo, en realidad, controlamos muy pocas cosas y, desde luego, son muchas más las que desconocemos que las que, de alguna manera, engrosan nuestro escaso saber.

UN UNIVERSO SIEMPRE EN EVOLUCIÓN
No podía ser de otra manera. El Universo, a pesar de que nuestros conocimientos sobre él aumentan cada día, sigue dando sorpresas. Nuevos y misteriosos objetos cuya mera existencia parece desafiar las leyes de la Física siguen apareciendo, a medida que los medios técnicos permiten a los astrónomos realizar observaciones más y más detalladas. Al mismo tiempo, los cuerpos y estructuras celestes que creíamos conocer mejor demuestran que no era así en absoluto.

Para los miles de investigadores que viven con la mirada clavada en el cielo, el asombro es el estado de ánimo habitual. Lejanas estrellas individuales, a miles de millones de años luz, liberan inexplicablemente más energía que miles de galaxias juntas. Pequeñas galaxias albergan en su centro monstruosos agujeros negros, los máyores jamás detectados; materia y energía oscuras, de las que poco se sabe aún y que dan cuenta del 96% de la masa total del Universo, dejando a la materia ordinaria, la que brilla en forma de estrellas y de la que nosotros estamos hechos, apenas el 4% restante.

Desde hace más de dos siglos, cientos de astrónomos de todo el mundo se reúnen periódicamente en el seno de la Sociedad Astronómica Americana, en Seattle, para hacer público el contenido de sus observaciones. Hoy, después de varios días de debates y ponencias, se clausura la 209 edición de esta histórica reunión, y una vez más se ha cumplido la norma. Reseñamos a continuación algunos de los hallazgos más significativos:

Andrómeda, más grande Los astrónomos han descubierto que Andrómeda, la galaxia vecina a la Vía Láctea, en la que nosotros vivimos, es en realidad cinco veces más grande de lo que se pensaba. Tanto, que las estrellas de su halo llegan incluso a superponerse con las del nuestro, dando lugar a una continuidad estelar que nadie esperaba. Andrómeda, en efecto, se encuentra a más de dos millones de años luz de distancia. De las tres partes fundamentales de una galaxia, un núcleo con una densa población de estrellas, un disco y un halo, la tercera es, sin duda la más difícil de observar.

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El Universo…nosotros…la vida

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (8)

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Dicen que al principio de todo, cuando la temperatura reinante era inmensa, sólo existía una sola fuerza y la simetría era perfecta. Sin embargo, a medida que el Universo se enfrío, la simetría quedó rota y la fuerza que regía la Naturaleza se dividió en cuatro, es decir, el Electromagnetismo, las fuerzas nucleares débil y fuerte, y, la Gravedad. Estas fuerzas, desde aquellos primeros momentos son las que han regido los mecanismos del Universo y, posteriormente, se unieron a ellas, como sus ayudantes, esas otras figuras que llamamos constantes universales que, como la velocidad de la luz, c, o la constante de Planck, h, son las responsables de la invariancia que podemos observar a nuestro alrededor y hace posible que el mundo sea tal como lo observamos. Una pequeña variación en alguna de estas constantes, impedirían que las estrellas brillaran en el cielo, que nosotros estuviéramos aquí, o que, el Universo se comporte en la forma que lo hace.

Nuestro cuarteto de fuerzas que aseguran la estructura de la Naturaleza se completa con información sobre la manera en que se desprenden los productos de las leyes de la Naturaleza. Una sutileza profunda del mundo es la forma en que el Universo gobernado por un pequeño número de leyes simples puede dar lugar a la plétora de estados y estructuras complicados que vemos a nuestro alrededor, y de la cual nosotros mismos somos ejemplos dignos a destacar. Las leyes de la Naturaleza se basan en la existencia de una pauta que liga un estado de cosas con otro, y donde hay pauta hay simetría.

No obstante, a pesar del énfasis que hacemos en ellas, no somos testigos de las leyes de la Naturaleza. Sólo vemos los productos de dichas leyes. Más aún, las simetrías que las leyes consagran están rotas en estos productos.

Casi todos los físicos esperan que, en última instancia, se encontrará que las cuatro fuerzas naturales sean manifestaciones diferentes de una “súper fuerza” básica, que manifiesta su unidad sólo a temperaturas muy altas. De hecho, tal unificación, ya ha sido confirmada experimentalmente para dos fuerzas: la fuerza electromagnética y la fuerza nuclear fuerte que se unifican mediante la Teoría electrodébil que nos habla de un pasado unificado, y, resulta intrigante saber que, la simplicidad del mundo depende de la temperatura del entorno.

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