domingo, 09 de noviembre del 2025 Fecha
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¡La Astronomía! Que nos pasea por el Universo

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (0)

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      Si tenemos suerte y podemos perdurar como especie, en las estrellas, en otros mundos,  está el futuro de la especie Humana, allí están los nuevos planetas  que deben habitar los que detrás de nosotros vendrán, y, cuando nuestro Sol esté moribundo y a punto de ser una Gigante roja, para entonces, ya no estaremos aquí y habremos podido conquistar el espacio. Esta nueva manera de mirar el universo nos da nuevas ideas, no todo el espacio son agujeros negros, estrellas de neutrones, galaxias y desconocidos planetas; la verdad es que casi todo el universo está vacío y sólo en algunas regiones tiene agrupaciones de materia en forma de estrellas y otros objetos estelares y cosmológicos; muchas de sus propiedades y características más sorprendentes (su inmenso tamaño y su enorme edad, la soledad y oscuridad del espacio…) son condiciones necesarias para que existan observadores inteligentes como nosotros.

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                                     Intrincadas conformaciones físicas que no podemos explicar

No debería sorprendernos la vida extraterrestre; si existe, pudiera ser tan rara y lejana para nosotros como en realidad nos ocurre aquí mismo en la Tierra, donde compartimos hábitat con otros seres vivos con los que hemos sido incapaces de comunicarnos, a pesar de que esas formas de vida, como la nuestra, están basadas también en el carbono. No se puede descartar formas de vida inteligente basadas en otros elementos, como por ejemplo, el silicio.

La baja densidad media de materia en el universo significa que si agregáramos material en estrellas o galaxias, deberíamos esperar que las distancias medias entre objetos fueran enormes.

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¡La vida en otros mundos!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (52)

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A todos los enamorados de la Astronomía nos ha subyugado siempre la idea de que puedan existir otros mundos que, como la Tierra, estén llenos de vida, y, no pocas veces, nuestros pensamientos nos llevan hacia ciudades exóticas situadas en mundos lejanos, donde sus habitantes, habiendo logrado un nivel de conocimiento muy superior, llevan una vida alejada de polémicas y guerras estériles. Mundos así, han sido dibujados por nuestras mentes en múltiples ocasiones. Sin embargo, no han sido los únicos, también, en nuestros pensamientos, han tenido cabida otros mundos de lúgubre conformación física y que, habitado por seres de mentes enrevesadas, tratan de llegar a la Tierra para apoderarse de nuestras riquezas y destruir a la Humanidad, o, en el mejor de los casos, esclavizarla.

Habrá mundos por ahí fuera con mariposas como las de la Tierra y diferentes también. Decir que no, sería arriesgado, decir que sí… una conjetura pero, sin embargo, no decir nada… ¡Es tan poco arriesgado!

Son cuestiones que nos hemos planteado y que, conociendo la realidad del Universo que nos acoge, ambas, podrían ser una realidad. Decir qué mundos pueden estar ahí fuera, es fácil: Todos los mundos que podamos imaginar. Decir que clase de seres podríamos encontrarnos en ellos, es fácil: Todos los que podamos imaginar y, muchos más.

Cuando la Ciencia creció también lo hizo el materialismo, y con él la creencia en una pluralidad de mundos.

Toda clase de maravillas nos pueden esperar ahí fuera, en la diversidad de mundos que, cuando seámos mayores y vayamos al espacio, nos podremos encontrar. Mientras tanto, tenemos que dejar volar nuestra imaginación para que nos muestre mundos soñados que podrían ser.

En Inglaterra, en el año 1636, un clérigo protestante llamado John Wilkins publicó un libro en el que conjeturaba que la Luna era habitable. Descartes, cuya teoría de los torbellinos cósmicos prefiguró algunos aspectos de la Gravitación universal de Newton se preguntaba si “en otras partes no existirán innumerables criaturas de cualidades superiores a las nuestras”. Pero ningún autor hizo más por dar al concepto de universo diversificado y fértil una sensación de deleite que el joven cartesiano francés Bernard de Fontanelle, cuya obra Conversaciones sobre la pluralidad de los mundos que fue publicada en 1686 y consiguió tener fascinados a muchos lectores desde entonces.

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Qué lejos queda ya aquel comentario que hizo un reputado Presidente de la Real Society de Londres: “Nunca sabremos de qué están compuestas las estrellas”. Claro que lo sabemos, desde la Tierra podemos detectar los espectros de los elementos que la conforman y, mucho más.  Ahora disponemos de la Física Básica de la fusión solar y se ha hecho posible reelaborar las estimaciones de Kelvin sobre la edad del Sol, y muy exactamente, a partir de las leyes de Newton y la velocidad orbital de los planetas.

El resultado es 1.989 x 1033 gramos, el equivalente de 300.000 Tierras. Según revela el espectrógrafo la composición del Sol, al menos en la superficie, es principalmente hidrógeno y helio. Conociendo, por consiguiente, la masa el volumen y la composición aproximada del Sol, podemos conocer las condiciones que prevalecen en su centro, donde se producen los procesos termonucleares. Sabemos que la temperatura del núcleo alcanza los 15 millones de grados, la que la densidad es unas doce veces la del plomo (aunque el calor mantiene el denso material en estado gaseoso, y no sólido), y que la tasa de la fusión es tal que unos 4,5 millones de toneladas de hidrógeno se fusionan para formar helio dentro del Sol cada segundo. Se ha calculado que la vida total del Sol está próxima a los 10.000 millones de años. Puesto que la datación radiométrica de los asteroides y la Tierra da unos 5.000 millones de años, debemos concluir que el Sol, actualmente, está a la mitad de su vida, y tiene otros 5.000 millomnes de años de combustión de hidrógeno de manera que, la Tierra y nosotros (si somos capaces de llegar hasta allí), gozamos de ese tiempo para resolver muchos problemas que la misma dinámica del Universo nos trae de camino.

El Sol visto por SDO. Imagen NASA

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Astronomía: Un poco de Historia I

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (6)

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La astronomía es el estudio de los cuerpos celestes, sus movimientos, los fenómenos ligados a ellos, y es, sin duda, la ciencia más antigua. Puede decirse que nació con el hombre y que está íntimamente ligada a su naturaleza de ser pensante, a su deseo de medir el tiempo, de poner orden en las cosas conocidas (o que cree conocer), a su necesidad de hallar una dirección, de orientarse en sus viajes, de organizar las labores agrícolas o de dominar la naturaleza y las estaciones y planificar el futuro.

 

 Los hallazgos arqueológicos más antiguos muestran sorprendentes contenidos astronómicos. Stonehenge se construyó sobre conocimientos astronómicos muy precisos. También se desprende una función astronómica de la disposición de los crómlech y monolitos bretones, los trilitos ingleses, las piedras  y túmulos irlandeses, la medicine Wheel de los indios norteamericanos, o la Casa Rinconada de los indios anasazi. Es evidente la importancia astronómico-religiosa de los yacimientos mayas  de Uaxactun, Copán y Caracol, de las construcciones incas de Cuzco o de Machu Picchu, así como la función exquisitamente científica de antiguos observatorios astronómicos indios, árabes o chinos.

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Astronomía: Un poco de Historia II

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (0)

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KEPLER Y BRAHE: LAS PRUEBAS MATEMÁTICAS

El alemán Johannes Kepler (1571-1630)  estudió matemáticas y astronomía a partir de textos antiguos, escribió en latín y realizó pronósticos astrológicos de meteorología y agricultura que le hicieron famoso. Era religioso y místico, y veía en la astrología un instrumente esencial para interpretar el nexo entre el hombre y el cosmos. Estaba convencido de que en cualquier fenómeno podía hallarse  un orden superior o una armonía geométrica. Era un copernicano convencido y ya en su Misterio cósmico explicaba cómo algunas observaciones que Tolomeo no consiguió aclarar hallaban fácil solución en el sistema de Copérnico. Pero las cuestiones que se planteaba derivaban de su búsqueda de la armonía y sus explicaciones formaban parte de un contexto complejo donde la astrología, simbolismo, religión y necesidad de perfección geométrica y matemática desempeñan un papel esencial. Esferas copernicanas, vértices, caras y lados de sólidos perfectos interpuestos a las órbitas planetarias, las órbitas mismas y sus relaciones matemáticas…Para Kepler todo estaba unido a una única armonía: al construir el mundo, Dios siguió leyes matemáticas y geométricas, y la teoría copernicana se ajustaba a dicho esquema.

Brahe brindó una ocasión de oro a Kepler para hallar las pruebas numéricas de esta idea cuando le ofreció su inmenso archivo de observaciones. Tycho Brahe (Dinamarca, 1546-1601) estaba obsesionado por la precisión. Para realizar observaciones más exactas, construyó nuevos instrumentos. Su fama rebasó las fronteras del país y el rey de Dinamarca le ofreció la isla de Hveen para construir un observatorio. Uranibog, el primer observatorio europeo, era futurista: torres, cúpulas, péndulos, cuadrantes solares, globos solares, un cuadrante mural de más de 4,5 m de diámetro, un globo celeste de bronce de 1,6 m de diámetro y en el sótano los talleres para construir los instrumentos, el laboratorio de alquimia, la imprenta, la fábrica de papel…También construyó un segundo observatorio subterráneo, del que sólo emergían las cúpulas: Stjoernerborg.

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