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Extraños supervivientes del pasado

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Agujeros negros    ~    Comentarios Comments (0)

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Los científicos no entienden por qué existe el agujero negro más antiguo del Universo

Tiene una masa 800 millones de veces la del Sol y ya existía cuando el universo tenía solo el 5 por ciento de su edad actual.

 

 

 

 

Ilustración que recrea el agujero negro cuando el Universo tenía un 5% de su edad actual. | Robin Dienel/Carnegie Institution for Science

 

 

Un grupo de astrónomos han descubierto el agujero negro supermasivo más distante observado. Reside en un cuásar luminoso y su luz llega desde cuando el universo tenía solo el 5 por ciento de su edad actual. Los cuásares son objetos tremendamente brillantes compuestos por enormes agujeros negros que acrecen la materia en el centro de las galaxias masivas. Este agujero negro recién descubierto tiene una masa 800 millones de veces la masa del Sol.

Recreación del cuásar más antiguo del universo descubierto desde un observatorio chileno

“Reunir toda esta masa en menos de 690 millones de años (desde el Big Bang) es un desafío enorme para las teorías del crecimiento súper masivo del agujero negro”, explica Eduardo Bañados, de la Carnegie Institution, que lideró la investigación, realizada con el telescopio Magallanes y que se publica en Nature.

Para explicar cómo agujeros negros tan grandes surgieron tan pronto después del Big Bang, los astrónomos han especulado que el universo primitivo podría haber tenido condiciones que permitieran la creación de agujeros negros muy grandes con masas que alcanzaban 100.000 veces la masa del Sol. Esto es muy diferente de los agujeros negros que se forman en el universo actual, que rara vez superan algunas docenas de masas solares.

Quásar distante ULAS J1120+0641

Bram Venemans, del Instituto Max Planck de Astronomía en Alemania, añadió: “Los cuásares se encuentran entre los objetos celestes más brillantes y distantes conocidos y son cruciales para comprender el universo primitivo”. El cuásar de Bañados es especialmente interesante porque es del tiempo conocido como la época de reionización, cuando el universo emergió de su edad oscura.

El Big Bang comenzó el universo como una sopa caliente y turbia de partículas extremadamente energéticas que se expandía rápidamente. A medida que se expandió, se enfrió. Alrededor de 400.000 años más tarde (muy rápidamente en una escala cósmica), estas partículas se enfriaron y se fusionaron en gas hidrógeno neutro.

Así se hizo la luz en el Universo

    Cuando se liberaron los fotones el Universo se hizo transparente, se hizo la luz

El universo permaneció oscuro, sin ninguna fuente luminosa, hasta que la gravedad condensó la materia en las primeras estrellas y galaxias. La energía liberada por estas galaxias antiguas causó que el hidrógeno neutral esparcido por todo el universo se excitara e ionizara, o perdiera un electrón, un estado en el que el gas se ha mantenido desde ese momento. Una vez que el universo se reionizó, los fotones podían viajar libremente por el espacio, por lo que el universo se volvió transparente a la luz.

El análisis del cuásar recién descubierto muestra que una gran fracción del hidrógeno en su entorno inmediato es neutral, lo que indica que los astrónomos han identificado una fuente en la época de reionización, antes de que suficientes de las primeras estrellas y galaxias se hubieran activado completamente para ionizar el universo. “Fue la última gran transición del universo y una de las fronteras actuales de la astrofísica”, señala Bañados.

Resultado de imagen de Cuásar lejano y desplazamiento al rojo

La distancia del cuásar está determinada por lo que se denomina su desplazamiento al rojo, que es una medida de cuánto se estira la longitud de onda de su luz mediante la expansión del universo antes de llegar a la Tierra. Cuanto mayor es el desplazamiento al rojo, mayor es la distancia, y los astrónomos posteriores están mirando a tiempo cuando observan el objeto. Este cuásar recién descubierto tiene un corrimiento al rojo de 7.54, basado en la detección de emisiones de carbono ionizado de la galaxia que aloja el agujero negro masivo.

Resultado de imagen de Cuásar lejano y desplazamiento al rojo

Detalles del cuásar 3C 273 observado con el Telescopio Espacial Hubble. La imagen de la izquierda muestra claramente lo brillante y compacto que es el objeto, lo que hizo que pareciese una estrella. Para conseguir la imagen de la izquierda se utilizó un instrumento (un coronógrafo) que bloqueaba la luz del cuásar, dejando ver su galaxia anfitriona. En ambas tomas se aprecia el chorro de gas a alta velocidad proveniente del agujero negro súper-masivo central. Una de las componentes de la emisión en radio de 3C 273 coincide perfectamente con este chorro de gas. | Crédito de la imagen: HST / NASA / ESA / STScI.

“Esta gran distancia hace que estos objetos sean extremadamente débiles cuando se ven desde la Tierra. Los cuásares tempranos también son muy raros en el cielo. Solo se sabía que existía un cuásar con un corrimiento al rojo mayor a siete antes de ahora, a pesar de una extensa búsqueda”, afirma Xiaohui Fan, del Observatorio Steward de la Universidad de Arizona.

Se prevé que entre 20 y 100 cuásares tan brillantes y tan distantes como el cuásar descubierto por Bañados y su equipo existan en todo el cielo, por lo que este es un descubrimiento importante que proporcionará información fundamental del universo joven, cuando solo era 5 por ciento su edad actual.

Conociendo el Universo del pasado

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Representación artística de un agujero negro.

El agujero negro más antiguo del universo

Un grupo de astrónomos descubre un cuásar de cuando el universo solo tenía 690 millones de años

 

Recreación del cuásar más antiguo del universo descubierto desde un observatorio chileno
Recreación del cuásar más antiguo del universo descubierto desde un observatorio chileno ROBIN DIENEL/CARNEGIE INSTITUTION FOR SCIENCE

Acercarse al significado de las dimensiones del Universo produce vértigo. Hace alrededor de 10.000 años, los humanos comenzaron a domesticar seres vivos poniendo las bases de la civilización. Hay que retroceder 200 o 300.000 años para encontrar los primeros representantes de nuestra especie, la primera capaz de asomarse a los misterios del cosmos. Miles de generaciones humanas, 200 imperios como el de Roma, y aún no habríamos empezado a arañar la superficie de la historia universal. La Tierra se formó hace 4.500 millones de años y podría ser dos veces más vieja sin estar aún cerca de la gran inflación que dio origen a todo. Mucho más allá, a solo 690 millones de años del Big Bang, poco más que un instante en términos cósmicos, es donde se ha encontrado el cuásar más antiguo que se conoce.

Los cuásares son los objetos más brillantes del universo y son el fruto de una verdadera carnicería estelar. Se trata de agujeros negros supermasivos que ocupan el interior de grandes galaxias. Desde allí, con su inmenso tirón gravitatorio, atraen hacia ellos sistemas planetarios completos y escupen después materia acelerada a velocidades cercanas a la de la luz.

Uno de esos chorros hiperluminosos es el que descubrió un equipo liderado por el astrónomo chileno Eduardo Bañados desde el observatorio de Las Campanas, en el norte de Chile. “Este cuásar es tan luminoso que en tan solo 10 minutos de observación lo pudimos confirmar como el más lejano jamás observado”, explica el científico. El cuásar, que envía su luz desde una época en que el universo tenía solo un 5% de su edad actual, alberga en su interior un agujero negro con 800 veces la masa del Sol. Esa galaxia antiquísima ofrece información sobre lo que sucedió cuando empezaron a formarse las primeras estrellas y sobre eso escriben en Nature hoy Bañados y sus colegas.

 

 

Poco antes del tiempo en que existió este cuásar, el universo comenzó a ser visible

 

 

Resultado de imagen

 

 

Justo después del Big Bang, el universo era una sopa caliente de partículas muy energéticas que se expandían a velocidades inimaginables. Cuando las partículas se separaron unas de otras, el cosmos comenzó a enfriarse y 400.000 años de separación después, las partículas primigenias pudieron combinarse en un gas de hidrógeno neutro. El universo era entonces oscuro y permaneció falto de fuentes luminosas hasta que la gravedad comenzó a condensar la materia en las primeras estrellas y galaxias. La energía liberada por estas galaxias antiguas hizo que el hidrógeno neutro se ionizara. Con la reionización del universo, los fotones pudieron viajar libremente por el espacio, y así el cosmos se hizo transparente a la luz.

El nuevo cuásar envía información sobre aquella era en la que todo comenzó a ser visible. El análisis que se publica ahora en Nature muestra que una gran parte del hidrógeno de los alrededores inmediatos de aquella galaxia antiquísima es neutro, algo que indica que aquella fuente existió en la era de la reionización, antes de que las primeras estrellas y galaxias se hubiesen formado y tuviesen la capacidad para cambiar completamente el equilibrio electrónico del universo.

Figure 1

Lo más espectacular de los cuásares no es su lejanía, sino que puedan ser visibles. Un cuásar deber ser tan brillante como 1.000 galaxias juntas.

“Fue la última gran transición del universo y una de las fronteras actuales de la astrofísica”, dice Bañados. El investigador chileno lleva tiempo trabajando en investigar aquel tiempo de cambio, desde la edad oscura al universo visible al que estamos acostumbrados, y los cuásares, esas intensas fuentes de luz que viajan desde el universo temprano, son su herramienta.

En 2016, Bañados también anunció el descubrimiento de 63 nuevos cuásares con edades casi tan antiguas como el que presenta hoy. “La formación y la evolución de las primeras fuentes de luz y estructuras del universo es uno de los grandes misterios de la astronomía”, decía entonces. “Cuásares muy brillantes como los 63 descubiertos en este estudio son las mejores herramientas para ayudarnos a indagar en el universo temprano, pero hasta ahora, los resultados concluyentes se han limitado a una muestra muy pequeña de cuásares antiguos”, añadía.

“Este cuásar, por ser tan brillante, se está convirtiendo en una mina de oro para estudios del universo primitivo y ya hemos asegurado más observaciones de este objeto con gran parte de los observatorios más poderosos en la Tierra y en el espacio, desde rayos X a ondas de radio”, concluye Bañados sobre su último hallazgo.

Reportaje de prensa en el País

Atisbar en los agujeros negros

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NASA Selecciona una Misión Para Estudiar los Agujeros Negros

 

04.01.17.- La NASA ha seleccionado una misión científica que permitirá a los astrónomos explorar, por primera vez, los detalles ocultos de los de algunos de los objetos astronómicos más extremos y exóticos, tales como agujeros negros estelares y supermasivos, estrellas de neutrones y púlsares.

Los objetos tales como los agujeros negros pueden calentar los gases circundantes a más de un millón de grados. La radiación de alta energía de rayos X de este gas puede ser polarizada, vibrando en una dirección particular. La misión Imaging X-ray Polarimetry Explorer (IXPE) transportará tres telescopios espaciales con cámaras capaces de medir la polarización de estos rayos X cósmicos, permitiendo a los científicos responder preguntas fundamentales sobre estos entornos turbulentos y extremos donde los campos gravitatorios, eléctricos y magnéticos están en sus límites.

“No podemos ver directamente lo que está pasando cerca de objetos como agujeros negros y estrellas de neutrones, pero estudiar la polarización de los rayos X emitidos desde sus entornos revela la física de estos enigmáticos objetos”, dijo Paul Hertz, director de división de astrofísica de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA en Washington. “La NASA tiene una gran historia de lanzamiento de observatorios en el Programa de Exploración Astrofísica con nuevas y únicas capacidades de observación. IXPE abrirá una nueva ventana en el universo para que los astrónomos puedan mirar a través. Hoy, sólo podemos adivinar lo que vamos a encontrar”.

El Programa de Exploración de Astrofísica de la NASA solicitó propuestas para nuevas misiones en Septiembre de 2014. Se presentaron 14 propuestas y se seleccionaron tres conceptos de misión para su revisión adicional por un grupo de expertos y científicos externos. La NASA determinó que la propuesta IXPE proporcionaba el mejor potencial científico y el plan de desarrollo más factible.

 

 

La NASA ha seleccionado una misión científica que permitirá a los astrónomos explorar, por primera vez, los detalles ocultos de los de algunos de los objetos astronómicos más extremos y exóticos, tales como agujeros negros estelares y supermasivos, estrellas de neutrones y púlsares. Image Credit: NASA

 

 

 

Fusión de Agujeros Negros: Ondas Gravitacionales

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Científicos detectan una cuarta onda gravitacional

 

Por primera vez, el hallazgo no ha sido realizado solo por el detector estadounidense, LIGO, sino también por el europeo, Virgo. Esto consolida la tecnología y permite mejorar 10 veces la precisión de la detección

Ondas gravitacionales detectadas. Son distorsiones del espacio-tiempo generadas en la fusión de agujeros negros (en la imagen) y que viajan hasta la Tierra

Ondas gravitacionales detectadas. Son distorsiones del espacio-tiempo generadas en la fusión de agujeros negros (en la imagen) y que viajan hasta la Tierra – Max Planck Institute for Gravitational Physics

G.L.S. Madrid

 

 

Los físicos han sido capaces de detectar una onda gravitacional, una distorsión del espacio-tiempo predicha por Einstein, por cuarta vez. El hallazgo, publicado este miércoles en Physical Review Letters, no solo consolida una nueva era de exploración basada en estas ondas, sino que pasará a la historia por ser el primero logrado gracias a la actividad conjunta del detector de ondas gravitacionales de Estados Unidos (LIGO, «Laser Interferometer Gravitational-wave Observatory») y su contraparte europea, (Virgo).

Resultado de imagen de Ondas gravitacionales, distorsión del Espacio

La detección se produjo el 14 de agosto cuando los dos observatorios estadounidenses (situados en Livingstone, Luisiana, y Hanford, en Washington) junto con el europeo, (localizado en Cascina, Italia), detectaron una fuente, conocida como «GW170814», que han relacionado con la fusión de dos agujeros negros. Uno tendría 31 masas solares y el otro 25 y ambos estarían a una distancia de la Tierra de 1.800 millones de años luz. Después de la fusión, y según los cálculos de los científicos, el agujero negro resultante adquirió una masa de 53 soles y el resto se transformó en energía emitida en forma de ondas gravitacionales.

«La incorporación de Virgo nos ha dado un montón de datos útiles», ha explicado en un comunicado de la Universidad de Glasgow John Veitch, coautor del hallazgo. «Tener un tercer detector significa que podemos triangular la posición de la fuente, y determinar con mucha mayor precisión el punto exacto del Universo desde donde llega la señal».

De hecho, gracias a la participación del observatorio europeo, en el que recientemente comenzó a funcionar una importante ampliación técnica conocida como «Advanced Virgo», los científicos han podido multiplicar por diez la precisión con la que se ha situado.

Perturbaciones del espacio-tiempo

 

 

Resultado de imagen de Desde el primer hallazgo de ondas gravitacionales, en septiembre de 2015, el observatorio LIGO ha detectado estas formas de energía en tres ocasiones

 

 

Desde el primer hallazgo de ondas gravitacionales, en septiembre de 2015, el observatorio LIGO ha detectado estas formas de energía en tres ocasiones. Tanto Ligo como Virgo son capaces de detectarlas gracias a una tecnología conocida como interferometría y que, fundamentalmente, permite medir distancias con una increíble precisión gracias a un sistema de rayos láser. Gracias a esta capacidad, es posible localizar las distorsiones del espacio-tiempo generadas por las ondas gravitacionales.

Estas distorsiones están provocadas por objetos muy masivos que giran a altas velocidades. De forma parecida a las ondas que aparecen en un estanque cuando se arroja una piedra, los objetos muy masivos generan unas ondas que viajan por el espacio a la velocidad de la luz y que pueden ser detectadas en la Tierra.

Tal como ha explicado John Veitch, la detección requiere varias fases de análisis. La primera tarea es filtrar y comparar los datos de los instrumentos para distinguir las detecciones reales de las que no lo son. Y, una vez que se encuentra una coincidencia, los análisis de datos se centran en determinar la masa y la posición de la fuente y luego compartirla con científicos de todo el mundo.

Inversiones multimillonarias

 

 

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Esta tarea es extremadamente compleja y, por ello, requiere un importante despliegue. Detrás de Virgo hay 20 laboratorios de seis países, una inversión de más de 324 millones de euros y un equipo de 280 científicos. LIGO, por su parte, tiene un equipo de 1.000 investigadores y ha supuesto una inversión de al menos 1.100 millones de dólares (cerca de 935 millones de euros).

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La detección conjunta lograda por Virgo y LIGO tiene más ventajas. Tal como ha informado Sciencemag.org, dado que permite localizar con mayor precisión la fuente de las ondas, más adelante facilitará localizar el origen visualmente. Esto será muy interesante para situar otra fuente de ondas gravitacionales que hasta ahora no ha sido detectada nunca: la fusión de estrellas de neutrones.

Resultado de imagen de El programa VIRGO y las Ondas Gravitacionales

Si pudiéramos visualizar la fusión de dos agujeros negros… ¡Sería impresionante!

Hace unas semanas se rumoreó que se había detectado la primera, y ahora es cuestión de semanas o meses que se confirme o descarte. Sea como sea, lo interesante es que, cuando se detecte esta fuente, los científicos podrán mirar a través de los telescopios el origen de estas ondas gravitacionales. Esto permitirá aprender más sobre el fenómeno y sobre las estrellas de neutrones.

Además, la última observación permitirá poner a prueba las teorías sobre la polarización de las ondas gravitacionales, una propiedad predicha por la Relatividad de Einstein.

«Este es solo el comienzo de las observaciones de la red formada por Virgo y LIGO», ha dicho en un comunicado de la Universidad de Glasgow David Shoemaker, portavoz del LIGO. «Con la próxima carrera, prevista para otoño de 2018, podemos esperar una detección así cada semana, si no más». En los próximos años la ventana al Universo que son las ondas gravitacionales dará muchas sorpresas.

Otra manera de mirar el Universo

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           La colisión de agujeros negros o de estrellas de neutrones las provacan

NATURE

 

Las ondas gravitacionales se adentran por fin en el nacimiento de los agujeros negros

 

Una investigación sugiere que el origen de los agujeros negros binarios está en estrellas independientes que se unieron después de su muerte

Las ondas gravitacionales contienen información sobre los cuerpos que las originan

     Las ondas gravitacionales contienen información sobre los cuerpos que las originan – LIGO

La primera detección de la historia de las ondas gravitacionales, anunciada en febrero de 2016, consiguió dos importantes logros. Confirmó que Einstein estaba en lo cierto cuando predijo que el Universo era surcado a la velocidad de la luz por distorsiones del espacio tiempo, e inauguró una nueva era en la Astronomía. Si a partir de los setenta la detección de rayos X permitió conseguir un nuevo sentido para observar las profundidades del espacio, en los años venideros se espera que las ondas gravitacionales permitan descubrir mucho sobre aquello que no podemos ver bien: por ejemplo los agujeros negros o las etapas tempranas del Big Bang.

Resultado de imagen de Ondas gravitatorias

En total, las ondas gravitacionales se han detectado en tres ocasiones, lo que ha permitido comprobar que la tecnología es madura. Además, en cuestión de un año o dos, dos nuevos detectores (Virgo y KAGRA) trabajarán a pleno rendimiento en la tarea de cazarlas. Este miércoles, los científicos podrían estar ante el primer descubrimiento de esa nueva era en la Astronomía. Investigadores de la Universidad de Birmingham han usado las ondas gravitacionales detectadas en tres ocasiones, más una cuarta, para sugerir cuál es el origen de los agujeros negros binarios. Tal como han concluido en Nature, su origen parece estar relacionado con el encuentro de agujeros negros formados tras la muerte de estrellas independientes. Además, han explicado que con tan solo diez detecciones en total, se podría concluir con certeza cómo se forman estos objetos.

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Los agujeros negros son entidades muy esquivas y difíciles de entender. Se caracterizan porque a partir de un cierto punto de su «superficie», el llamado horizonte de sucesos, toda (o casi toda) la información está atrapada y no sale al exterior. Por eso, solo hay dos propiedades muy sencillas para explicar su comportamiento: se trata del giro o momento angular y de la masa.

Esto se extiende a los sistemas donde dos agujeros negros giran en torno a un centro de gravedad común, unos objetos que se cree que están presentes en el Universo en un número de decenas de millones. En efecto, los investigadores explican su origen a partir del giro y la masa.

El huevo y la gallina

 

 

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El debate es muy técnico, pero se asemeja a la paradoja del huevo y la gallina: ¿qué va antes? En el caso de los agujeros negros, la pregunta es si dos estrellas que giraban una en torno a la otra se transformaron en agujeros negros, o bien si estrellas independientes, comenzaron a interaccionar después de colapsar y de convertirse en estos misteriosos objetos. Una tercera opción es que los agujeros negros no procedan de la muerte de estrellas, sino que se hayan formado a partir de la acumulación de plasma en las etapas tempranas del Universo.

El equipo de Will Farr, investigador de la Universidad de Birmingham, ha examinado estos escenarios a la luz de las ondas gravitacionales.

Cada una de estas hipótesis tiene varias implicaciones. Si los agujeros provienen de una estrella binaria, en la que sus dos miembros han muerto y colapsado, ambos deberían tener el giro alineado y además girar muy rápido. ¿Qué quiere decir esto? Que en relación con el eje de la órbita entre los dos agujeros, el eje de rotación de los propios cuerpos es perpendicular, tal como se aprecia en la imagen de abajo, a la izquierda. (En el Sistema Solar esto no ocurre en la Tierra, puesto que su eje de rotación está inclinado en comparación con el eje de su órbita en torno al Sol).

Si los agujeros provienen de una estrella binaria, su rotación debería de estar alineada con la órbita (izquierda). A la derecha no aparece este alineamiento, lo que sugiere que el origen es otro
Si los agujeros provienen de una estrella binaria, su rotación debería de estar alineada con la órbita (izquierda). A la derecha no aparece este alineamiento, lo que sugiere que el origen es otro- STEINN SIGURÐSSON/NATURE

 

También podría ocurrir otra cosa: que los agujeros negros se hubieran formado separadamente, en un lugar atestado de estrellas, como puede ser un cúmulo. A la muerte de dos estrellas, las interacciones con los vecinos estelares y su distinto origen conllevarían que su eje de giro no estuviera alineado. En este caso, además, el giro podría ser muy rápido o muy lento.

Tal como ha explicado Steinn Sigurdsson en un artículo que ha acompañado en Nature a la publicación de Farr, hay una tercera opción. Los agujeros negros binarios podrían haberse formado justo después del Big Bang, en concreto en un entorno caliente y dominado por un denso plasma, y no tras la muerte de estrellas. Si esto fuera cierto, los agujeros negros binarios que vemos hoy en día tendrían un giro no alineado y lento.

Resultado de imagen de Agujeros negros binarios

Will Farr ha investigado todo lo que ha podido sobre el giro y el alineamiento de los agujeros negros binarios para desvelar este misterio y tratar de dilucidar cuál es el escenario más probable. Después de usar las señales de ondas gravitacionales detectadas hasta ahora, (GW150914, GW170104 y GW151226), junto a una última, la candidata a señal LVT151012, Farr ha sugerido que estos objetos giran rápidamente y de forma no alineada, lo que es compatible con la idea de que estos sistemas se formaron a partir de estrellas individuales que colapsaron antes de convertirse en un sistema binario.

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El hallazgo no es inequívoco porque hay varios puntos oscuros. Hay incertidumbres en relación con la precisión con la que se ha medido el giro de los agujeros negros, podría ocurirr que los detectados hasta ahora no fueran representativos de la población y además podría haber muchas explicaciones o bien muchos tipos de agujeros negros binarios. En todo caso, los autores consideran que será posible concluir con confianza cuál es el origen de los agujeros negros binarios, o al menos saber cuál es el mecanismo predominante, con tan solo diez nuevas detecciones de ondas gravitacionales procedentes de la fusión de agujeros. La lenta carrera hacia lo desconocido continúa, esta vez «a lomos» de las ondas predichas por Einstein.