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El Carbono y la Vida

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en General    ~    Comentarios Comments (1)

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Todos los seres vivos que han poblado la Tierra (el 99% que ya desapareció), el 1% que aún queda sobre ella, todos, sin excepción, están basados en el Carbono. Este elemento es el más idóneo para juntarse con otros y permite lo que otros no pueden. Los biólogos no niegan que en algún mundo por ahí fuera perdido puedan existir formas de vida basadas en el Silicio o en otros elementos. Sin embargo, no lo creen probable. El Universo es igual en todas partes, por muy lejos que se puedan encontrar sus regiones y sus distintas galaxias, en todas ellas, la Naturaleza se rige por cuatro fuerzas fundamentales y una serie de constantes universales. Eso nos lleva a emplear el sentido común y suponer que lo que pasa “allí” también es lo que pasa “aquí”.

Conforme a esa premisa, tenemos que suponer (sin negar ninguna otra posibilidad), que la vida en todo el Universo estará basada en el Carbono y, las formas, ,se suponen que serán y estarán acordes a la masa del planeta y la Gravedad que genere. Un planeta muy grande tendrá, seguramente insectos de un metro y sus pobladores inteligentes serán gorditos y pequeños.

¡Qué nos gusta especular!

Emilio Silvera V.

 

  1. 1
    Marta Ruiz
    el 6 de octubre del 2025 a las 10:07

    Cada vez que pienso en cómo surge la vida, me maravilla lo mucho que depende de algo tan aparentemente ‘simple’ como el carbono. Ese elemento casi invisible, presente en todo lo que somos, tiene unas propiedades únicas: puede enlazarse consigo mismo y con otros elementos múltiples veces, formar estructuras complejas, cadenas, anillos… eso permite que existan moléculas enormes, muy variadas, con funciones distintas.

    Pienso en el carbono como el arquitecto silencioso de la vida: sin él no habría proteínas que nos dan estructura, ni ácidos nucleicos que guardan la información de lo que somos, ni lípidos que conforman membranas para separar “dentro” y “fuera”. Gracias al carbono, la química viva puede ser flexible pero estable, dinámica pero ordenada.

    Y también me hace reflexionar sobre lo frágil y especial que es este equilibrio: el carbono circula entre rocas, aire, agua, organismos, recicla, transforma. Somos parte de ese ciclo. Saber esto no solo enseña ciencia, también ayuda a valorar lo que somos, lo que respiramos, lo que comemos… lo que vivimos.

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