Sep
14
¡Los Pensamientos!
por Emilio Silvera ~
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Los pensamientos nos llevan a lugares inimaginables
Esos procesos mentales que nos permiten interpretar la realidad o distorsionarla hasta hacerla irreconocible, con ellos formamos ideas que no siempre están basadas en el conocimiento y la Mente se vale de la Conjetura y la Teoría para escenificar aquello que surge de la inmensa maraña de neuronas que bullen en nuestro cerebro mediante chispazos eléctricos que llamamos sinapsis. Los pensamientos no son “cosas” materiales. Sin embargo, pueden ser más fuerte que acero. Los pensamientos son tan fuertes que, a veces, nos auto-engañamos con ellos y podemos tomar caminos que no van a ninguna parte, otras veces nos guían hacia la correcta solución de un problema, o, incluso, a veces, a algunos privilegiados, les llevan a desvelar secretos de la Naturaleza que estaban profundamente escondidos, No siempre sabemos como llegaron a nosotros.

“Sí, los pensamientos pueden ser una poderosa guía para alcanzar tus metas, pero es crucial diferenciarlos de la rumiación o pensamientos intrusivos. Los pensamientos útiles te motivan, crean un plan y te ayudan a prever obstáculos, mientras que la rumiación te atrapa en el pasado, genera malestar y te impide actuar. Para usar los pensamientos a tu favor, practica la atención plena, identifica tus pensamientos negativos o intrusivos, no luches contra ellos, sino obsérvalos y, luego, enfoca tu atención en acciones constructivas y en el presente. “

Habrá que esperar para ver hacia donde nos llevan las ideas creadas por los pensamientos de aquellos que tratan de crear la creación en seres artificiales a loe que dotan de inteligencia y quieren (espero que no lo consigan), dar consciencia de Ser a las máquinas.

¿Hasta donde permitiremos que lleguen?
La Mente Humana es el arma más poderosa, tan poderosa que incluso pudiera llegar a poner los medios necesarios para nuestra propia destrucción. Estamos entrando en una “batalla” sin bombas pero en la que se están utilizando miles de millones por alcanzar la supremacía en I.A., se trata de que nuestra Sociedad, finalmente, dependa totalmente de ella (ya lo estamos en gran medida), pero la meta está mucho más allá y si las máquinas adquieren consciencia…. ¡Mal irán las cosas para los Humanos!

Dan mucho miedo, seres sin Alma y sin sangre en las venas…

“Ellos”, no importa la forman que puedan tener, serán los viajeros a otros mundos, suplirán nuestras muchas limitaciones para viajar por el Espacio, y, el primer mundo que será habitado por Humanos, será previamente preparado por estos seres artificiales que no necesitan comer ni dormir, la radiación no les afecta, no cogen enfermedades, son más fuertes y resistentes que nosotros, y, si a todo eso le damos conocimientos…

No tardará mucho para que los Robots suplanten a los cirujanos, a los profesores, a los economistas, a los políticos…. Cada vez van ganando más terreno y nadie sabe en qué pueda terminar esta locura.

¿No estaremos perdiendo el norte con todo esto de la I.A.?
Nos dicen: “El futuro de la Inteligencia Artificial (IA) implicará una profunda transformación en el trabajo y en la vida cotidiana de los humanos, la automatización avanzada, los asistentes virtuales más intuitivos en sectores como la Salud, la educación y en otras áreas del saber humano que lo cambiará todo. Se espera un avance en IA multimodal y en la capacidad de la IA para procesar diferentes tipos de datos de forma integrada, similar a la comunicación humana. Sin embargo, es crucial abordar las implicaciones éticas, como la privacidad, la seguridad y la responsabilidad, y desarrollar marcos regulatorios, como el de la Unión Europea, para asegurar un uso beneficioso y responsable de la tecnología.

¿Inteligencia Artificial? ¡No Gracias!
Un Robot nunca será tu amigo, su cerebro positrónico no piensa como el tuyo, está falto de sentimientos, “siente” de otra manera y, muy poderosa tendrán que ser las trabas insertas en sus cerebros para que, finalmente, no nos hagan daño con decisiones que su fría “Mente” les aconsejará al creer que los Seres Humanos son irracionales. Bueno en parte lo son, los están creando a “ellos”.
En din amigos, el tema daría para muchísimo más pero está sencilla y corta reseña deja al descubierto lo que pienso sobre este espinoso asunto.
Emilio Silvera V.
Sep
14
El Poder de Creación de la Mente no tiene límites
por Emilio Silvera ~
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El rey Nabucodonosor de los Babilonios esclavizaba a los Hebreos que añorando la libertad perdida mostraban sus penas cantando con sentimientos como quedó en la Historia del Arte para siempre en la fabulosa obra de Verdi.
Sep
14
La Gravedad, la Entropía y el Tiempo ¿Serán tres aspectos de la misma...
por Emilio Silvera ~
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Quieren buscar otra explicación a lo que es la Gravedad, y, desde Einstein, parece que lo teníamos claro. Sabemos que las presencias de masa curvan el Espacio e incide en el Tiempo, sabemos que la velocidad de escape en los distintos cuerpos masivos, es totalmente proporcional a la cantidad de masa, se ha comprobado una y mil veces que lejos del cuerpo masivo, la Gravedad disminuye.
Claro que, todo eso lo sabemos y ahora tratan de enredar para buscar otras explicaciones. El Tiempo se comporta de manera diferente cuando transcurre cerca de un objeto muy masivo, y… ¿Qué pasa con la Entropía en medio de todo esto?
Cuando vemos reportajes de este calibre, la sensación es que no sabemos nada. Sabiendo que la Relatividad es una Teoría consistente y de la misma manera lo es la Teoría Cuántica… ¿Por qué no quieren juntarse? La Gravedad no participa del Modelo Estándar, y, cuando tratamos de unir las dos teorías… ¡Aquello salta explosivamente y aparecen los infinitos!
Finalmente, todo esto nos hace pensar que… ¡No sabemos nada!
Pero a pesar de nuestra ignorancia, si que podemos tratar de desvelar el gran misterio que rodea a la Gravedad, al Tiempo y a la Entropía.
Emilio Silvera V.
Sep
14
El misterio de nuestras mentes
por Emilio Silvera ~
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Una galaxia es simplemente una parte pequeña del universo, nuestro planeta es una mínima fracción infinitesimal de esa galaxia, y nosotros mismos podríamos ser comparados (en relación a la inmensidad del cosmos) con una colonia de bacterias pensantes e inteligentes. Sin embargo, todo forma parte de lo mismo, y aunque pueda dar la sensación engañosa de una cierta autonomía, en realidad todo está interconectado y el funcionamiento de una cosa incide directamente en las otras.
Pocas dudas pueden caber a estas alturas del hecho de que poder estar hablando de estas cuestiones, es un milagro en sí mismo.
¿Cómo se desarrolló la Conciencia?
Después de millones y millones de años de evolución, se formaron las consciencias primarias que surgieron en los animales con ciertas estructuras cerebrales de alta complejidad, que podían ser capaces de construir una escena mental, pero con capacidad semántica o simbólica muy limitada y careciendo de un verdadero lenguaje.
La consciencia de orden superior (que floreció en los humanos y presupone la coexistencia de una conciencia primaria) viene acompañada de un sentido de la propia identidad y de la capacidad explícita de construir en los estados de vigilia escenas pasadas y futuras. Como mínimo, requiere una capacidad semántica y, en su forma más desarrollada, una capacidad lingüística.
Los procesos neuronales que subyacen en nuestro cerebro son en realidad desconocidos, y aunque son muchos los estudios y experimentos que se están realizando, su complejidad es tal que de momento los avances son muy limitados. Estamos tratando de conocer la máquina más compleja y perfecta que existe en el universo.

Miles de sinapsis neuronales en nuestros cerebros
Si eso es así, resultará que después de todo no somos tan insignificantes como en un principio podría parecer, y sólo se trata de tiempo. En su momento y evolucionadas, nuestras mentes tendrán un nivel de conciencia que estará más allá de las percepciones físicas tan limitadas. Para entonces sí estaremos totalmente integrados y formando parte, como un todo, del universo que ahora presentimos.
El carácter especial de la conciencia me hace adoptar una posición que me lleva a decidir que no es un objeto, sino un proceso, y que desde este punto de vista puede considerarse un ente digno del estudio científico perfectamente legítimo.
La conciencia plantea un problema especial que no se encuentra en otros dominios de la ciencia. En la física y en la química se suelen explicar unas entidades determinadas en función de otras entidades y leyes. Podemos describir el agua con el lenguaje ordinario, pero podemos igualmente describir el agua, al menos en principio, en términos de átomos y de leyes de la mecánica cuántica. Lo que hacemos es conectar dos niveles de descripción de la misma entidad externa (uno común y otro científico de extraordinario poder explicativo y predictivo, ambos niveles de descripción), el agua líquida, o una disposición particular de átomos que se comportan de acuerdo con las leyes de la mecánica cuántica (se refiere a una entidad que está fuera de nosotros y que supuestamente existe independientemente de la existencia de un observador consciente).
En el caso de la conciencia, sin embargo, nos encontramos con una simetría. Lo que intentamos no es simplemente comprender de qué manera se puede explicar las conductas o las operaciones cognitivas de otro ser humano en términos del funcionamiento de su cerebro, por difícil que esto parezca. No queremos simplemente conectar una descripción de algo externo a nosotros con una descripción científica más sofisticada. Lo que realmente queremos hacer es conectar una descripción de algo externo a nosotros (el cerebro), con algo de nuestro interior: una experiencia, nuestra propia experiencia individual, que nos acontece en tanto que observadores conscientes. Intentamos meternos en el interior, o en la atinada ocurrencia del filósofo Tomas Negel, saber qué se siente al ser un murciélago. Ya sabemos qué se siente al ser nosotros mismos, qué significa ser nosotros mismos, pero queremos explicar por qué somos conscientes, saber qué es ese “algo” que nos hace ser como somos, explicar, en fin, cómo se generan las cualidades subjetivas experienciales. En suma, deseamos explicar ese “Pienso, luego existo” que Descartes postuló como evidencia primera e indiscutible sobre la cual edificar toda la filosofía.
Ninguna descripción, por prolija que sea, logrará nunca explicar claramente la experiencia subjetiva. Muchos filósofos han utilizado el ejemplo del color para explicar este punto. Ninguna explicación científica de los mecanismos neuronales de la discriminación del color, aunque sea enteramente satisfactoria, bastaría para comprender cómo se siente el proceso de percepción de un color. Ninguna descripción, ninguna teoría, científica o de otro tipo, bastará nunca para que una persona daltónica consiga experimentar un color.
En un experimento mental filosófico, Mary, una neurocientífica del futuro daltónica, lo sabe todo acerca del sistema visual y el cerebro, y en particular la fisiología de la discriminación del color. Sin embargo, cuando por fin logra recuperar la visión del color, todo aquel conocimiento se revela totalmente insuficiente comparado con la auténtica experiencia del color, comparado con la sensación de percibir el color. John Locke vio claramente este problema hace mucho tiempo.
Pensemos por un momento que tenemos un amigo ciego al que contamos lo que estamos viendo un día soleado del mes de abril: el cielo despejado, limpio y celeste, el Sol allí arriba esplendoroso y cegador que nos envía su luz y su calor, los árboles y los arbustos llenos de flores de mil colores que son asediados por las abejas, el aroma y el rumor del río, cuyas aguas cantarinas no cesan de correr transparentes, los pajarillos de distintos plumajes que lanzan alegres trinos en sus vuelos por el ramaje que se mece movido por una brisa suave, todo esto lo contamos a nuestro amigo ciego que, si de pronto pudiera ver, comprobaría que la experiencia directa de sus sentidos ante tales maravillas nada tiene que ver con la pobreza de aquello que le contamos, por muy hermosas palabras que para hacer la descripción empleáramos.
Aquí cada cual contesta lo primero que se le ocurre que cree estar viendo ahí
La mente humana es tan compleja que no todos ante la misma cosa vemos lo mismo. Nos enseñan figuras y dibujos y nos piden que digamos (sin pensarlo) la primera cosa que nos sugiere. De entre diez personas, sólo coinciden tres, los otros siete divergen en la apreciación de lo que el dibujo o la figura les sugiere.
Esto nos viene a demostrar la individualidad de pensamiento, el libre albedrío para decidir. Sin embargo, la misma prueba realizada en grupos de conocimientos científicos similares y específicos: físicos, matemáticos, químicos, etc, hace que el número de coincidencias sea más elevado; más personas ven la misma respuesta al problema planteado. Esto nos sugiere que la mente está en un estado virgen que cuenta con todos los elementos necesarios para dar respuestas pero que necesita experiencias y aprendizaje para desarrollarse.
¿Debemos concluir entonces que una explicación científica satisfactoria de la conciencia queda para siempre fuera de nuestro alcance?
¿O es de alguna manera posible, romper esa barrera, tanto teórica como experimental, para resolver las paradojas de la conciencia?
Nadie, ni tú mismo, puedes saber lo que tu conciencia determine en un momento dado
La respuesta a estas y otras preguntas, en mi opinión, radica en reconocer nuestras limitaciones actuales en este campo del conocimiento complejo de la mente, y como en la física cuántica, existe un principio de incertidumbre que, al menos de momento (y creo que en muchos cientos de años), nos impide saberlo todo sobre los mecanismos de la conciencia, y aunque podremos ir contestando a preguntas parciales, alcanzar la plenitud del conocimiento total de la mente no será nada sencillo, entre otras razones está el serio inconveniente que suponemos nosotros mismos, ya que con nuestro quehacer podemos, en cualquier momento, provocar la propia destrucción.
Una cosa sí está clara: ninguna explicación científica de la mente podrá nunca sustituir al fenómeno real de lo que la propia mente pueda sentir.
Emilio Silvera V.
Sep
14
Ese Tiempo no será el nuestro
por Emilio Silvera ~
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El Futuro es impredecible. Sin embargo, si eliminamos los imprevistos del Azar, podemos imaginar como será el nuestro.
















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