Jul
27
La incógnita de la Vida
por Emilio Silvera ~
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Lo cierto es que no había allí ningún cronista que pudiera escribir el reportaje de aquel asombroso acontecimiento ¡La Vida! la mayor maravilla que está presente en el Universo. Conocemos objetos que nos maravillaron como estrellas, púlsares, agujeros negros y Nebulosas moleculares o mundos. Sin embargo, la variedad de la vida…. ¡Es incomparable con todo lo demás!
La hipótesis predominante sobre el origen de la vida a partir de materia inerte, conocida como abiogénesis, propone que la vida surgió a partir de un proceso gradual en presencia de unos procesos químicos complejos. En resumen, se postula que moléculas inorgánicas simples se combinaron para formar moléculas orgánicas más complejas, como aminoácidos, que a su vez se ensamblaron en polímeros como proteínas y ácidos nucleicos. Estos polímeros, junto con otros componentes, eventualmente se agruparon para formar las primeras células, o proto-células.
Nosotros conseguimos algunos de estos aminoácidos de los alimentos
Los aminoácidos son moléculas orgánicas fundamentales para la vida, y son los componentes básicos de las proteínas. Se forman mediante la unión de un grupo amino (NH2) y un grupo carboxilo (COOH) a un átomo de Carbono central, además de un átomo de Hidrógeno y una cadena lateral variable, que determina las propiedades de cada aminoácido. Las proteínas, a su vez, se forman por la unión de varios aminoácidos a través de enlaces peptídicos.
Los aminoácidos están hechos de ingredientes de origen vegetal. Los productos fermentados como el miso y la salsa de soja se elaboran procesando soja o trigo con un cultivo de koji. El proceso de fermentación descompone la proteína y la convierte en aminoácidos. El miso y la salsa de soja son ejemplos del uso tradicional de aminoácidos en la cocina japonesa para hacer la comida aún más deliciosa. Los aminoácidos utilizados en los productos alimenticios se obtienen principalmente fermentando ingredientes de origen vegetal de la misma manera que se elaboran el miso y la salsa de soja.
En el contexto del origen de la vida, los polímeros (como proteínas y ácidos nucleicos) junto con otros componentes, al agruparse, forman estructuras pre-celulares llamadas protobiontes o proto-células, que se consideran precursores de las primeras células. Estas proto-células se caracterizan por ser agregados moleculares rodeados por una membrana, y pudieron haber sido los primeros pasos hacia la vida celular.
Dos científicos de Harvard consiguen «proto-células» artificiales capaces de replicar su material genético en presencia de compuestos químicos que pudieron existir en las charcas de la Tierra primitiva.
Se empieza con células simples. Las primeras células fueron probablemente células procariotas primitivas, incluso más simples que la bacteria E. coli Las primeras células probablemente no eran más que complejos orgánicos, como ARN simple rodeado por una membrana. ¿Era una membrana fosfolípida de dos capas? Probablemente no. Probablemente una membrana simple capaz de separar el interior del exterior. Con el tiempo, al desarrollarse otros compuestos orgánicos como el ADN y las proteínas, las células también evolucionaron a estructuras más complejas. Una vez que una célula era capaz de ser estable, reproducirse, y pasar su material genético a la próxima generación, entonces había vida.
Las condiciones en la Tierra primigenia no eran las adecuadas para la Vida. Sin embargo, esta surgió relativamente pronto, cuando la Tierra cumplía (aproximadament3e) los 1.300 millones de años. Así lo confirman los fósiles hallados en las rocas más antiguas.
La Vida simple fue evolucionando hacia entidades más complejas
La evolución de la vida en la Tierra, desde sus inicios hasta la aparición de la vida inteligente, ha llevado miles de millones de años. Se estima que el universo tiene alrededor de 13.800 millones de años, mientras que la Tierra se formó hace aproximadamente 4.500 millones de años. La vida surgió en la Tierra hace unos 3.700 millones de años, y la vida inteligente, como la conocemos hoy en día, es un producto relativamente reciente de ese largo proceso evolutivo.
Existió un ancestro común para el Chimpancé y el Humano que no era ni una cosa ni la otra. Se trata de una especie extinta que vivió hace millones de años, y de la cual ambos linajes evolucionaron. Este ancestro común, conocido como el Último Ancestro Común Chimpancé-Humano, no pertenece ni al género Homo (humano) ni al género Pan (chimpancé).
Lo cierto es que, no sabemos exactamente cuando las dos ramas divergieron. Sin embargo, lo que sí sabemos sin tener una explicación del por qué sucedió de esa manera es que, mientras los Chimpancés siguen en las ramas de los árboles, nosotros tratamos de llegar a las estrellas.
Emilio Silvera V.