Jun
29
Nada muere… ¡Simplemente cambia y se transforma!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en ese misterio ~
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Pasa el Tiempo, las Ideas fluyen y… ¡Vamos comprendiendo! “Con el paso de los Eones, hasta la misma muerte tendrá que morir”. Nada permanece, comienza siendo una cosa y finaliza siendo otra.




La casualidad quiso que la órbita de la Estación Espacial Internacional pasara por encima de la isla rusa de Matua, hev een el archipiélago de las Kuriles, instantes después de que el estratos volcánicos en erupción. Las imágenes que fueron tomando los astronautas desde 350 Km de altura son impresionantes:
El Caos y la destrucción que nos puede dar la variedad de colores, olores y sabores que junto con la belleza destruida o construida cambiará el paisaje del lugar donde puedan ocurrir acontecimientos como este que observan los tripulantes de la Estación Espacial Internacional, como bien se dice, desde su privilegiada atalaya.
Los volcanes han existido desde los inicios de la Tierra hace 4.500 millones de años. Si bien las erupciones volcánicas pueden destruir la flora y la fauna en su entorno, la lava enriquece el suelo con variados minerales. La mayor parte de los volcanes están situados a lo largo de los límites activos de las placas continentales. Los volcanes submarinos se hallan en regiones donde tienen lugar nueva formación de corteza terrestre, como en la dorsal oceánica. Estos volcanes pueden formar islas.
Los volcanes terrestres se encuentran, por lo general, en zonas de subducción, que se hallan especialmente en el Océano Pacifico. Los volcanes situados en las regiones costeras están distribuidos como una “sarta de perlas” y constituyen el anillo de fuego del Pacífico., en el que se encuentran más del 80% de los volcanes actuales. Además, los “puntos calientes” donde la fusión interna de la corteza crea magma, producen volcanes que son independientes de las placas continentales y sus limites. Un ejemplo de de este grupo lo constituyen los volcanes de Hawaii.
Los volcanes se alimentan de las cámaras magmáticas, una especie de bolsas de rocas fundidas, a más de 1 km bajo la corteza terrestre. Si la presión en la cámara sobrepasa un determinado nivel (que es que parece que ha ocurrido en el de la imagen), el magma asciende por fisuras y grietas y forma una chimenea volcánica.
En el interior de esas montañas están activos materiales en forma de gases, líquidos y sólidos, todo a altas temperatura y presión. Cuando se producen las explosiones las zonas circundantes son bombardeadas con materiales y enterradas bajo una gruesa capa de ceniza en poco tiempo. Es la erupción denominada piroclástica (como la ocurrida en el año 79 a.C. que sepultó la ciudad de Pompeya bajo una capa de cenizas de 25 cm. de espesor) y los materiales pueden llegar a formar una nube piroclástica de 1.000 Cº de temperatura que puede desplazarse a 1.000 Km/h.
Estas nubes lanzan tanta ceniza que cubren por completo la atmósfera, no deja pasar el Sol, y, la flora y la fauna lo sienten hasta tal punto que, a veces se ha provocado la extinción de especies.
Hay diferentes tipos de explosiones volcánicas y en cada una de ellas se producen diferentes acontecimientos pero, como sólo se trata de dejar una leve y sencilla reseña de lo que estamos viendo en la imagen, creo que con la explicación dada queda bien.
Hasta hace muy poco no podía predecir este tipo de fenómenos naturales y, la gente que vivía en poblaciones situadas cercas de las laderas volcánicas estaban en peligro auque raramente, se producían erupciones espontáneas sin avisos previos como los terremotos, los volcanes y sus actividades son controladas por sismógrafos.
Los cráteres volcánicos, como parece ser el caso, están frecuentemente llenos de agua de lluvia y freáticas, formando lagos. Suele ocurrir que, tras una erupción volcánica, sean destruidos miles de kilómetros cuadrados de terreno a su alrededor y cambien por completo la orografía de la zona. Parece imposible pensar que la Naturaleza pueda recuperarse tras un acontecimiento de este tipo, sin embargo, las primeras muestras de vida vegetal aparecen a unos escasos tres meses del acontecimiento en los campos cubiertos por las cenizas ricas en minerales. Poco tiempo después, vuelven los animales y la vida, se reanuda, como si allí, nada hubiese pasado.
“Hacia más de tres meses que la erupción del volcán de La Palma se dio por finalizada. Durante los 85 días que estuvo activo, afectó a 370 hectáreas de cultivos en la zona oeste de la isla: más del 60% eran plataneras; 18% viñas y 7% aguacates. Los municipios de Los Llanos de Aridane y Tazacorte fueron los más afectados. La lava sepultó terrenos que suponían el principal modo de vida para muchos palmeros y palmeras, de forma directa o indirecta. Y las tierras que sobrevivieron al paso de la lava han quedado aisladas o muy afectadas por la ceniza, llevando a agricultores a tener que tomar la decisión de arrancar sus cultivos y volver a sembrar, lo que alarga el periodo de espera hasta obtener frutos.”
Así es la Naturaleza, y, como tantas veces se dijo aquí, algo se destruye para que algo surja a la vida. ¿Esperanza después de la muerte?
Emilio Silvera Vázquez
Jun
29
¿La cuarta Dimensión? ¿No era el Tiempo?
por Emilio Silvera ~
Clasificado en General ~
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La cuarta dimensión, por primera vez en un laboratorio
La cuarta dimensión es un concepto que puede referirse tanto al tiempo en la física cimi a una dimensión espacial adicional en la matemática. En física, la teoría de la relatividad de Einstein considera al tiempo como la cuarta dimensión, combinada con las tres dimensiones espaciales para formar el espacio-tiempo. En matemáticas, la cuarta dimensión puede referirse a espacios euclidianos de más de tres dimensiones o a espacios localmente euclidianos, donde se introduce una dimensión perpendicular a las tres dimensiones espaciales que conocemos.
“Empecemos por los conceptos separados de espacio y tiempo a ver si los podemos tener claros. Creemos tener una idea de lo que es tiempo, creemos tener una idea de lo que es espacio, y ahora se habla de espacio tiempo. ¿Es esto diferente o a qué se refieren cuando hablan de esto?
Primero veamos el tiempo. Si queremos estudiar el tiempo tenemos que aceptar primero que está ahí. Podemos percibir el tiempo de alguna manera, sabemos que el tiempo pasa y la física nos dice que está ahí. Una cosa que hay que hay tener clara acerca del tiempo es que nadie sabe exactamente qué es. Sí, por más que hayas escuchado definiciones, ideas, no. O sea sabemos bastante acerca del tiempo pero no lo entendemos en su totalidad. Una parte que sí entendemos o bueno quienes estudian física es gracias a Einstein. Pero hay un montón de cosas que ignoramos y algunas con las que los científicos aún siguen debatiendo como por ejemplo, la fluidez del tiempo. Algunos físicos como Brian Greene piensan que en el universo, cada momento es tan real como el otro y que tenemos una ilusión del pasado, presente y futuro por lo que considera que ese flujo del tiempo del que todos somos “conscientes” es una ilusión. Para otros físicos en cambio, como Richard Muller, el pensar de esa forma es un retroceso y el hecho de que la física no entienda aún el flujo del tiempo no quiere decir que sea una ilusión sino que hay más trabajo que hacer, estudiar más, encontrar nuevas ecuaciones, seguir investigando. “
Izquierda y derecha, delante y atrás y arriba y abajo. Esas son, más el tiempo, las dimensiones en las que se enmarca nuestra existencia, al igual que la de todo el Universo en que vivimos. Pero cada vez son más los científicos que piensan que el nuestro no es un mundo con solo tres dimensiones.
Las matemáticas, en efecto, abren la puerta a una realidad con muchas más dimensiones de las que nos son habituales. Hasta once diferentes, si hacemos caso de la teoría de Cuerdas…
En matemáticas, las dimensiones superiores se refieren a espacios con más de tres dimensiones espaciales. Estos espacios son difíciles de visualizar, pero se pueden definir y estudiar utilizando herramientas matemáticas como el álgebra lineal y la geometría. Un objeto de dimensión superior es aquel que existe en un sistema con más de tres ejes de coordenadas.
Sin necesidad de llegar tan lejos, toda una corriente de la física se inclina decididamente por la existencia de una cuarta dimensión espacial. Una que, por supuesto, nuestros sentidos no pueden percibir, pero cuyos efectos podrían ser detectados incluso en nuestro universo tridimensional.
Si existe, esa cuarta dimensión de espacio… ¿Estará fuera de nuestro mundo? Y, por eso no se deja ver
¿Cómo conseguir una proeza semejante? Dos equipos independientes de investigadores, uno en Suiza y otro en Estados Unidos, han hallado una solución al problema. Y han conseguido, cada uno por su lado, tener un atisbo de esa cuarta dimensión.
Imaginemos por un momento que somos criaturas planas, y que solo podemos percibir dos dimensiones. Sin el concepto «arriba y abajo» no podríamos ver, por ejemplo, un cubo. Sin embargo sí que podríamos ver la proyección, o sombra, bidimensional de ese objeto 3D, que sería un cuadrado. Un cuadrado en una superficie plana, como una hoja de papel, podría darnos alguna (aunque no toda) información sobre el cubo que la está proyectando.
Imaginemos ahora que también el propio cubo no es más que una proyección, o una sombra, tridimensional de un objeto de cuatro dimensiones. Un hipercubo que no podemos percibir en nuestro universo 3D, pero del que podemos atisbar algunas características.
Eso es, precisamente, lo que han hecho los investigadores en sus laboratorios a ambas orillas del Atlantico, observar la «sombra» tridimensional de un suceso que tiene lugar en la cuarta dimensión. Y lo han conseguido observando la manifestación de un efecto cuántico, el efecto Hall cuántico, del que las ecuaciones dicen que se manifiesta en la cuarta dimensión.
¿Complicado? Puede. Pero es lo más cerca que hemos llegado a estar, hasta ahora, de una dimensión superior a la nuestra.
Reportaje de prensa
Jun
29
El Universo se expande, la Mente también III
por Emilio Silvera ~
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Final de la parte II
Pero en el ejemplo que antes puse de hace veinte millones de años, nuestros antepasados más cercanos ni habían aparecido. Más tarde, interminables selvas húmedas estaban pobladas por una vegetación exuberante, por plantas y árboles gigantescos, cuajadas de una interminable variedad de especies vegetales que embriagaban el aire caliente y húmedo con mil aromas. Pululaban y bullían en ellas miles de insectos diferentes y las habitaban reptiles diversos, desde pequeñas lagartijas hasta gigantescas serpientes. Los dinosaurios habían desaparecido muchos millones de años antes y, en su lugar, numerosas aves y mamíferos vegetarianos se alimentaban de los inagotables recursos que ofrecían los bosques. Una muchedumbre de depredadores prosperaban alimentándose de los herbívoros, bien alimentados y abundantes
Comienza III
En aquellas selvas, los simios se encontraban en su paraíso. Las condiciones climáticas eran las más adecuadas para el desarrollo tranquilo y sin grandes sobresaltos.
Se puede suponer, por lo tanto, que habitaban un bosque que aún era espeso, con algunos claros, y abundante en frutas y vegetales blandos, aunque el enfriamiento progresivo que se venía produciendo en esos últimos miles de años y las catastróficas modificaciones geológicas tuvieron que reducir la disponibilidad de los alimentos habituales de estos simios.
El Ardipithecus ramidus no abandonaba nunca sus selvas. Como los monos antropomorfos de hoy, debía tratarse de una especie muy poco tolerante a los cambios ambientales. Todo apunta a que se auto-confinaban en la búsqueda de la comodidad fresca y húmeda y la fácil subsistencia que les proporcionaba sus bosques y nunca traspasaban los límites: en la linde se encontraba, para él, el fin del mundo, la muerte.