Mar
29
Nuevos vestigios de vida primigenia
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Artículo de Prensa ~ Comments (0)
GEOLOGÍA
Fósiles descubiertos en la región de Labrador
Rocas canadienses de hace 3.950 millones de años ¿la huella de vida terrestre más antigua?
Detalle al microscopio de una de las muestras de rocas estudiadas T. TASHIRO
Encuentran grafito biogénico, es decir, producido por organismos vivos, en rocas de Labrador. Son unos 250 millones de años más antiguas que otras rocas de Groenlandia en las que se encontró ese material.
La Tierra se formó hace unos 4.538 millones de año y la vida debió surgir varios cientos de millones de años después. Se cree que los primeros organismos posiblemente se originaron hace unos 4.200 millones de años. Encontrarlos es improbable si no imposible, pero los científicos sí están siendo capaces de hallar en rocas muy antiguas pruebas de lo que podría ser actividad microbiana. Y decimos podría porque estos hallazgos no están exentos de polémica científica, ya que esos elementos que indicarían de forma indirecta la presencia de vida también podrían haberse formado por otros procesos.
Cinturon de rocas verdes
Tubos de hematita encontrados en el Cinturón Nuvvuagittuq, en Quebec, Canadá.
Esta semana la revista Nature publica una investigación que describe el descubrimiento en Canadá de las que, según sostiene Tsuyoshi Komiya, autor principal del estudio, serían las huellas de vida terrestre más antiguas, pues se han hallado en rocas de hace 3.950 millones de años. En concreto, los investigadores de la Universidad de Tokio estudiaron rocas sedimentarias de Saglek Block, en el norte de la región de Labrador. Hicieron un detallado análisis geológico y midieron las concentraciones y composiciones isotópicas de grafito y carbonato que, según aseguran, reveló que se trataba de grafito biogénico.
En rocas sedimentarias de hace entre 3.800 y 3.700 millones de años halladas en el suroeste de Groenlandia, recuerda Komiya, se encontraron granos de grafito que también podría ser biogénico, es decir, producido por organismos vivos. Las suyas, serían, por tanto entre 250 y 150 millones de años más antiguas.
Organismos marinos
Los organismos que dejaron esas huellas, explica Komiya a EL MUNDO, habrían vivido hace 3.950 millones de años en el océano y todo el material se habría depositado en el fondo oceánico. Su estudio, asegura, descartó que la presencia de ese grafito se debiera a una posterior contaminación de esas rocas. “Todo el material es autóctono”, asegura. Según detalla, para realizar esta investigación hicieron un mapa geológico de esa zona de Canadá, una tarea que les llevó tres años, y recogieron más de 4.000 muestras.
“El grafito biogénico es el que está relacionado inequívocamente con la vida. En mi opinión, a pesar de la importancia de este estudio en relación con las condiciones de habitabilidad de la Tierra primitiva, las pruebas isotópicas y estructurales (Raman) que aportan no terminan de ser claras e inequívocas en este sentido”, explica a este diario Jesús Martínez-Frías, jefe del grupo de Investigación del CSIC de Meteoritos y Geociencias Planetarias en el IGEO (CSIC-UCM), sin vinculación con este trabajo.
Vista al microscopio de una de las rocas analizadas T. TASHIRO
No obstante, Martínez-Frías, considera que “se trata de un estudio muy interesante que incide en aspectos geoquímicos para concluir acerca de las huellas de vida antigua en la Tierra. Pero, no hay que confundir estos resultados con la existencia de biomarcadores claros e inequívocos“.
Un biomarcador, explica, es un compuesto orgánico que procede o está relacionado inequívocamente con la actividad metabólica de un organismo y según Martínez-Frías, lo que se describe en el trabajo “son geomarcadores que evidencian la posibilidad de un origen biogénico, pero no indicadores inequívocos de la presencia de vida”.
LAS PRIMERAS FORMAS DE VIDA
Determinar cuándo aparecieron las primeras formas de vida en la Tierra, dice Komiya, “es una cuestión difícil porque para ello hay que demostrar que la vida no existía antes de esa fecha. Y en ciencia es un muy difícil probar la ausencia de algo”, reflexiona. Debido a que la edad mínima de la vida en la Tierra es de entre 3.950 y 3.800 millones de años, añade, debió aparecer antes: “Yo, personalmente, pienso que la vida surgió relativamente pronto en la historia de la Tierra”, afirma. Por eso considera que es posible que se originara hace 4.200 millones de años, como sostienen algunas teorías, debido a cómo estaba ya configurado nuestro planeta.
“Personalmente, sí pienso que tal vez la vida comenzó en la Tierra antes de lo que se pensaba en un principio. Y paulatinamente se van detectando más evidencias de habitabilidad indicando que esto pudo ser así “, apunta, por su parte, Jesús Martínez-Frías. “Pero, dicho esto, también hay que ser rigurosos. Como decía Carl Sagan, afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias”.
Artículo de Prensa.
Mar
29
La Naturaleza está en nuestras Mentes
por Emilio Silvera ~ Clasificado en La Naturaleza...El Universo ~ Comments (0)
“La esfera, colgando de un largo cable fino al techo del
coro, oscilaba de un lado a otro con una majestad isócrona.
Yo sabía -pero cualquiera podía haberlo sentido en la
magia de ese sereno aliento- que el período estaba gobernado
por la raíz cuadrada de la longitud del cable y por π,
ese que, por irracional que sea para las mentes sublunares,
liga la circunferencia y el diámetro de todos los cículos posibles a
través de una racionalidad superior. El tiempo que necesitaba la
esfera oscilar de un extremo a otro estaba determinado por una
conspiración arcana la más intemporal de las medidas: la singularidad
del punto de suspensión, la dualidad de las dimensiones del plano, el
comienzo triádico de π, la secreta Naturaleza cuadrática de la raíz y la
innumerada perfección del propio círculo.”
Umberto Eco
Después de haber utilizado durante un tiempo las ecuaciones y fórmulas de la física matemática, uno se acostumbra a una peculiaridad de la Naturaleza. Es muy comprensiva con nuestra ignorancia de ciertos detalles. Las leyes de la Naturaleza tienen varios ingredientes: una máquina lógica predecir el futuro a partir del presente, constantes especiales de la Naturaleza y un conjunto de simples números. Estos simples números aparecen junto a las constantes de la Naturaleza en casi todas las fórmulas físicas.
Einstein los supo apreciar muy y así lo reflejaba en las cartas que le envió a su amiga Ilse Rosenthal Schneider y los llamaba “constantes básicas”. Son solamente números. Por ejemplo, el período (“tic”) de un reloj de péndulo estaba dado con gran precisión por una sencilla fórmula:
Período = 2π √(L/g)
Donde L es la longitud del péndulo y g es la aceleración de la gravedad en la superficie de la Tierra. Aquí podemos notar la aparición de la “constante básica” 2π = 6,28. En todas las fórmulas que utilizamos para describir algún aspecto del mundo físico, aparece un factor numérico de este . Lo más notable es que casi siempre tienen un valor próximo a uno y pueden despreciarse, o aproximarse por 1, si sólo se está interesado en obtener una estimación razonablemente buena del resultado.
Éste es un premio importante, porque en un problema como la determinación del período de un péndulo simple nos permite obtener la aproximada de la respuesta.. El período, que tiene dimensiones de tiempo, sólo puede depender de una manera de la longitud L y la aceleración g si la combinación resultante ha de ser un tiempo: esa combinación es la raíz cuadrada de L/g.
bonita característica del mundo físico, que parece estar bien descrito por leyes matemáticas en las que los factores puramente numéricos que aparecen no son muy diferentes de 1 en magnitud, es uno de los misterios casi desapercibidos de nuestro estudio del mundo físico. Einstein estaba muy impresionado por la ubicuidad de pequeños números adimensionales en las ecuaciones de la física y escribió sobre el misterio de que, aunque casi siempre parece ser así.
“…no podemos exigirlo rigurosamente, pues ¿por qué no debería aparecer un factor numérico (12π)3 en una deducción fisicomatemática? sin duda tales casos son rarezas.”
Es posible arrojar alguna luz sobre problema si reconocemos que casi todos los factores numéricos por los que Einstein estaba tan impresionado tienen un origen geométrico. Por ejemplo, el volumen de un cubo de arista R es R3, el volumen de una esfera de radio R es 4πR3/3. Los factores numéricos dan cuenta de la forma detallada las fuerzas de la Naturaleza están actuando. Puesto que las fuerzas fundamentales de la Naturaleza son simétricas y no tienen una preferencia por direcciones diferentes, hay una tendencia a la simetría esférica.
Nuestra Galaxia, el Sol y nuestro mundo y la Luna… ¡Todos tienden a ser esféricos!
Nos hemos podido dar de que a partir de todo lo que hemos podido aprender, hemos podido ver que las constantes de la Naturaleza tienen una influencia relativa mucho mayor cuando se trata de determinar los resultados de las leyes de la Naturaleza en tres dimensiones que la que tienen en universos con muchas más dimensiones espaciales.
Cuando consideramos mundos con dimensiones de espacio y tiempo distintas de 3 + 1 topamos con un problema sorprendente. Los mundos con más de una dimensión no permiten predecir el futuro a partir del presente. En este sentido son más bien como mundos sin dimensión temporal. Un sistema organizado complejo, como, por ejemplo, el necesario la vida, no podría utilizar la información recogida en su entorno para conformar su comportamiento futuro. Seguiría siendo simple: demasiado simple para almacenar información y evolucionar.
Si el de dimensiones de espacio y tiempo hubiera sido escogido aleatoriamente y todos los números fueran posibles, entonces esperaríamos que el número fuera muy grande. Es muy improbable escoger un número pequeño. Sin embargo, las ligaduras impuestas por la necesidad de tener “observadores” para hablar del problema significa que no todas las posibilidades están disponibles y que se nos impone un espacio tridimensional. Todas las alternativas estarían privadas de vida. Si científicos de otro universo conocieran nuestras leyes pero no el número de dimensiones en que vivimos, podrían deducir su número simplemente a partir del hecho de nuestra existencia.
Por muchas vueltas que le queramos dar, el Universo tiene tres dimensiones de Espacio y una de Tiempo
Así que, si queremos hacer una aproximación al problema de por qué el espacio tiene tres dimensiones, nos lleva a una estimación de gran alcance de cómo y por qué son peculiares los mundos tridimensionales con una única flecha del tiempo. Las alternativas son demasiado simples, demasiado inestables o demasiado impredecibles que observadores complejos evolucionen y perduren dentro de ellos. Como resultado, no debería sorprendernos encontrarnos viviendo en tres dimensiones espaciales sujetos a los caprichos de un único tiempo. No parece que existan alternativas.
Todo paisaje es cambiante y… ¡Las ideas también!
Y, a todo esto, ustedes se preguntarán: ¿Qué tiene que ver todo esto con el péndulo? Bueno, ya sabéis que todo evoluciona y, a medida que se va escribiendo parece que las ideas fluyen y también evolucionan en su transcurrir de manera tal que, de una cuestión se pasa a otra sin que lo podamos evitar.
Le doy aquí las gracias a John D. Barrow, que con sus ideas inspiró ésta página para que todos pudiéramos disfrutar al acercarnos al conocimiento de las cosas, del mundo, del universo y de su Naturaleza que continuamente nos enseña por qué camino debemos seguir avanzando.
emilio silvera