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¿Se formarían las Galaxias como dicen?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Cosmología    ~    Comentarios Comments (0)

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Premiados Hawking y Mukhanov por descubrir el origen de las galaxias

La teoría se ha demostrado experimentalmente 30 años después de su formulación teórica

                      Stephen Hawking en la playa del Camisón de Arona (Tenerife) en 2015. Gorka Lejarcegi

En 1980, el físico ruso Viatcheslav Mukhanov (Kanash, 1952) pasó cerca de un año haciendo cálculos. “Las fórmulas ocupaban páginas y páginas, sin esperanza de que pudieran llegar a ser de utilidad”, confesaba Mukhanov. Un año después publicó su trabajo, Quantum fluctuations and nonsingular universe, en el que consideraba las fluctuaciones cuánticas como el origen de las galaxias. Meses después y de forma independiente, Stephen Hawking (Oxford, 1942) llegaba a la misma conclusión: en el universo recién nacido después del Big Bang, las variaciones a escala microscópica actuaron como semillas de las galaxias. Esta teoría ha tardado tres décadas en demostrarse experimentalmente y este martes, ambos científicos recibían por su descubrimiento el Premio Fronteras del Conocimiento de Ciencias Básicas, otorgado por la Fundación BBVA y dotado con 400.000 euros. El jurado, compuesto por siete reconocidos científicos internacionales, ha destacado que se trata del descubrimiento más importante confirmado experimentalmente que unifica la física de partículas con la cosmología.

Hasta aquí la Noticia. Sin embargo, no explican de manera autoconsistente esa demostración a la que se refieren, y, desde luego, hace falta saber más, mucho más de cómo se formaron las galaxias, lo que no se explica en la exigüa noticia.

Buscaremos más.

Un Nuevo Planeta… Inalcanzable.

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Noticias    ~    Comentarios Comments (0)

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ASTRONOMÍA

¿Un nuevo planeta en el Sistema Solar?

Dos científicos del Instituto Caltech aseguran haber descubierto un noveno planeta que orbita alrededor del Sol

Javier Salas
Astrónomos creen haber encontrado un nuevo planeta
Recreación de un planeta distante. FOTO: NASA / VÍDEO: EPV

Un cambio en los libros escolares de ciencia del tamaño de Neptuno. El posible descubrimiento de un nuevo planeta del Sistema Solar podría cambiar otra vez la famosa retahíla que comienza con Mercurio y que hasta hace unos años acababa en Plutón. Investigadores del Instituto Tecnológico de California (Caltech), en EE UU, acaban de publicar su llamativo hallazgo: un gran planeta, muy distante, que orbita alrededor del Sol.

Este planeta tendría 10 veces la masa de la Tierra y orbitaría alrededor del Sol 200 veces más lejos que Neptuno

Aunque varias veces en la historia se ha creído dar con un nuevo planeta que gire en torno a nuestra estrella, los cálculos de estos científicos, Michel Brown y Konstantin Batygin, proponen la existencia de un planeta del tamaño de Neptuno (con un volumen de casi 60 tierras) orbitando alrededor del Sol entre 600 y 1.200 veces más lejos que la Tierra. La órbita, dicen los expertos, es de 15.000 años.

Los astrónomos de Caltech, reconocidos por el descubrimiento de otros planetas, se apoyan en mediciones a partir de anomalías observadas en el comportamiento de varios objetos que sitúan en el mapa este posible planeta X, que estaría modificando sus rumbos por la atracción gravitatoria. Su masa, diez veces la de la Tierra, estaría explicando la órbita de estos otros planetas enanos como Sedna y otros cinco objetos que orbitan más allá de Neptuno. Según los cálculos de Brown y Batygin, el comportamiento de estos objetos solo tiene un 0,007% de posibilidades de explicarse por el azar.

 

 

MAS INFORMACIÓN

De ahí que consideren sólida la existencia de este planeta, con 500 veces más masa que Plutón, que daría sentido a las órbitas de estos otros seis objetos. “Sólo se han descubierto dos auténticos planetas desde la antigüedad [Urano, 1871; Neptuno, 1846] y este sería el tercero. Hay una parte muy importante de nuestro sistema solar que todavía está ahí fuera para ser descubierta, lo que resulta muy emocionante”, ha declarado Brown a su instituto.

Los investigadores, que publican su hallazgo en Astronomical Journal, estuvieron buscando en secreto este objeto desde que otro de los miembros de su equipo descubriera en 2014 un objeto transneptuniano cuya órbita solo podía tener una explicación: un lejano planeta que estaba influyendo en su camino.

Según publica Science, Brown es responsable de la defunción de Plutón como planeta, tras descubrir el planeta enano Eris en el cinturón de Kuiper y reabrir el debate sobre su condición. Ahora, podría volver a ser Brown el que sume un noveno planeta al Sistema Solar reescribiendo de nuevo los textos escolares.

Hito cientíco

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Biologia    ~    Comentarios Comments (0)

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Resucitan con éxito un oso de agua, la única criatura capaz de vivir en el espacio

 

Imagen microscópica en alta resolución de un oso de agua,...Imagen microscópica en alta resolución de un oso de agua, ‘Tardigrada sobre musgo’, de Nicole Ottawa y Oliver Meckes, una de las mejores fotografías de 2013 para National Geographic y la NASA.Eye of Science/Science Source
POR M. CastilloMargacastillo

 

 

 

Investigadores japoneses han revivido con éxito un oso de agua, la única criatura capaz de vivir por sus propios medios en el espacio exterior.

Investigadores del Instituto Nacional de Investigación Polar de Japón (NIPR, en sus siglas inglesas) han resucitado con éxito un oso de agua, un microanimal casi indestructible capaz de vivir en condiciones extremas y el único que ha sido capaz hasta ahora de vivir en el espacio exterior sin ayuda de un traje hermético e incluso reproducirse, según confirmó un experimento que realizó la NASA en 2007.

Los científicos han “revivido” al tardígrado después de haber estado congelado durante 30 años en la Antárdida, tras ser hallado en unas muestras de musgo obtenidas en noviembre de 1983 cerca de la base polar Showa que Japón tiene en la Antártida Oriental, informa Efe.

El proceso de descongelación del oso de agua comenzó en mayo de 2014, explica el NIPR. Hasta el momento se había logrado revivir a uno de estos microanimales tras un máximo de nueve años de congelación, por lo que este logro supondría un nuevo hito científico.

Un ser de ciencia ficción

 

 

 

Imagen microscópica de un ‘Tardigrada’.Sinclair Stammers/ UNIVERSITY OF NORTH CAROLINA AT CHAPEL HILL

El tardígrado (Tardigrada), popularmente conocido como oso de agua, es el género de este invertebrado del que existen miles de especies, es el ser vivo más resistente conocido.

Su morfología es muy característica. Se parece a un diminuto topo o un oso perezoso, y es capaz de sobrevivir en ambientes inhóspitos con temperaturas de entre más de 100 grados centígrados o por debajo de los 200 bajo cero, bajo elevada presión o radiación atmosférica que hacen casi imposible la vida. Se le ha encontrado en los ecosistemas más extremos: desde las cumbres del Himalaya hasta aguas termales o profundos océanos antárticos.

Lo consiguen entrando en estado de criptobiosis, un proceso que les permite sobrevivir en condiciones no aptas para la vida, reduciendo sus procesos metabólicos a la mínima expresión. Para ello reducen el contenido de agua de su organismo, prescinden durante años de alimento y reparan constantemente su código genético.

Roba ADN a otros seres vivos

La secuenciación de su genoma el año pasado por parte de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill, EEUU, reveló que poseen la mayor proporción de carga genómica externa conocida en cualquier otro ser viviente.

Es decir, que el oso de agua es capaz de “robar” el ADN de otros organismos (virus, bacterias, otros microorganismos) y encriptarlo en su propio código genético, lo que le confiere esa extraordinaria capacidad de adaptación a un medio ambiente adverso. Esta habilidad la tienen en mayor o menor medida el resto de seres vivos, pero el Tardigrada la emplea de forma inusitada.

Los investigadores del NIPR consideran que “la supervivencia de este espécimen tras haber permanecido en temperaturas inferiores a los 20 grados bajo cero durante más de tres décadas ayudará a conocer mejor los procesos criptobiónicos”.

¿A Marte en 20 Años? No lo veo muy probable

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Noticias    ~    Comentarios Comments (12)

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Ellen Stofan, jefa científica de la NASA: “El hombre llegará a Marte en 20 años”

Por Zuberoa Marcos | 20-01-2016

Ellen Stofan

Ellen Stofan

Jefa científica de la NASA

Con cuatro años Ellen Stofan vio en directo por primera vez el lanzamiento de un cohete al espacio. Y siendo alumna de primaria ya animaba debates entre sus compañeros de colegio acerca de la posibilidad de colonizar la Luna. No es extraño teniendo en cuenta que se crió corriendo (es un decir) por los pasillos del Centro de Investigación Lewis de la NASA en Cleveland, del que su padre, el ingeniero aeroespacial Andrew Stofan, era director.

Así que podría decirse que la pasión de Ellen por el espacio exterior, los astronautas y la investigación ya venía de serie. Cincuenta años más tarde de aquella primera cuenta atrás, y tras doctorarse en Geología Espacial y desarrollar una brillante carrera, es Científica Jefa de la NASA y una de las personas que con más autoridad puede hablar en el mundo acerca de la posibilidad de que nuestra especie termine llegando a otros planetas. Y también, claro, descubrir si existe vida más allá de la Tierra. En este terreno tan pantanoso, en el que se mezclan con demasiada facilidad ciencia y supercherías, Stofan se muestra vehemente. Tanto que en una conferencia se atrevió a afirmar que “en diez años tendremos indicadores suficientes para afirmar la existencia de vida extraterrestre. Y en 20 o 30 años podremos encontrar las evidencias suficientes para demostrarlo”.

Mientras llega ese momento, Stofan continúa impulsando la carrera espacial. Una apuesta cuyo próximo reto es conseguir que el ser humano aterrice en la superficie de Marte. La tarea no es sencilla porque implica avances necesarios en todas las ramas de la ciencia que uno pueda imaginar: desde la ingeniería aeroespacial hasta la botánica, la biología o los interfaces informáticos. Para conseguirlo Ellen echa mano de su memoria y recupera su pasión infantil para transmitirla a los más pequeños: “Necesitamos que los niños de todo el mundo se emocionen con las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, porque van a ser necesarias las mejores mentes de este planeta para conseguir los objetivos que nos hemos marcado”.

Texto: J. L Álvarez Cedena

Caos y complejidad, normalidad y sencillez: Las partes de un todo

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo misterioso    ~    Comentarios Comments (1)

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Todos hemos oído hablar, con más o menos frecuencia, de “Sistemas Complejos”, aquí mismo en estas páginas, la palabra sale a relucir con cierta frecuencia y, no me extraña que “la palabreja” cree una barrera, dado que, que para muchas personas, “complejo” significa “complicado” y suponen automáticamente que, si un sistema es complicado, será difícil de comprender. La naturaleza posee una fuerte tendencia a estructurarse en forma de entes discretos excitables que interactúan y que se organizan en niveles jerárquicos de creciente complejidad, por ello, los sistemas complejos no son de ninguna manera casos raros ni curiosidades sino que dominan la estructura y función del universo.

Claro que, no siempre ese temor a lo difícil y complicado, está justificado y, tal suposición no es, necesariamente correcta. En realidad, un sistema complejo es tan solo un sistema que está formado por varios componentes más sencillos que ejercem entre sí una interacción mutua que, naturalmente, tiene sus consecuencias. Si miramos la imagen de arriba, vemos una inmensa y hermosa Nebulosa que está formada por una serie de “cosas” sencillas como lo son el gas hidrógeno y el polvo interestelar entre otros y, en presencia de energías, la gravedad y otros parámetros, ahí ocurren cosas tales como, el nacimiento de estrellas y la aparición de mundos…entre otras.

Los grandes triunfos de la Ciencia se han logrado, en gran medida, descomponiendo los sistemas complejos en sus componentes simples, es decir, estudiar por partes lo que allí está presente (en caso necesario, como primera aproximación, dando el paso suplementario de pretender que todos los componentes son más sencillos de lo que son en realidad) para llegar a comprender el todo.

En el ejemplo clásico del éxito que ha logrado este planteamiento para conocer el mundo que nos rodea, buena parte de la química puede entenderse mediante un modelo en el que los componentes simples son átomos, y para eso importa poco de qué están formados los núcleos. Ascendiendo un nivel, las leyes que describen el comportamiento del dióxido de Carbono encerrado en una caja pueden entenderse pensando en unas moléculas más o menos esféricas que rebotan unas contra otras y contra las paredes de su contenerdor, y poco importa que cada una de estas moléculas esté formada por un átomo de Carbono y dos de Oxígeno unidos entre sí. Ambos sistemas son complejos, en sentido científico, pero fáciles de entender

A veces en la vida nuestro mundo se oscurece, todo lo que nos rodea es dudoso y retorcido, oímos pasos que nos siguen, siempre han estado ahí, … No sabemos a quién pueden pertenecer y, a nuestro alrededor hay cosas que no podemos ver.

No siempre sabemos ver el mundo que nos rodea. El que miremos no significa que estemos viendo lo que realmente hay delante de nuestros ojos y, muchas veces, no son los ojos los únicos que pueden “ver” lo que hay más allá de lo que la vista puede alcanzar. Anoche, hasta una hora avanzada, estuve releyendo el Libro “Así de Simple” de John Gribbin, y, pareciéndome interesante os saqué un pequeño resumen del comienzo. Aquí os lo dejo.

El mundo que nos rodea parece ser un lugar complicado. Aunque hay algunas verdades sencillas que parecen eternas (las manzanas caen siempre hacia el suelo y no hacia el cielo; el Sol se levanta por el este, nunca por el oeste), nuestras vidas, a pesar de las modernas tecnologías, están todavía, con demasiada frecuencia, a merced de los complicados procesos que producen cambios drásticos y repentinos. La predicción del tiempo atmosférico tiene todavía más de arte adivinatorio que de ciencia; los terremotos y las erupciones volcánicas se producen de manera impredecible y aparentemente aleatorias; las fluctuaciones de la economía siguen ocasionando la bancarrota de muchos y la fortuna de unos pocos.

Sobre la posición de la salida del sol

                                              Sobre la posición de la salida del Sol

Desde la época de Galileo (más o menos, a comienzos del siglo XVII) la ciencia ha hecho progresos –enormes-, ignorando en gran medida estas complejidades y centrándose en cuestiones sencillas, intentando explicar por qué las manzanas caen al suelo y por qué el Sol se levanta por el este. Los avances fueron de hecho tan espectaculares que hacia mediados del siglo XX ya se había dado respuesta a todas las cuestiones sencillas. Conceptos tales como la teoría general de la relatividad y la mecánica cuántica explicaron el funcionamiento global del universo a escalas muy grandes y muy pequeñas respectivamente, mientras el descubrimiento de la estructura del ADN y el modo en que éste se copia de una generación a otra hizo que la propia vida, así como la evolución, parecieran sencillas a nivel molecular. Sin embargo, persistió la complejidad del mundo a nivel humano –al nivel de la vida-. La cuestión más interesante de todas, la que planteaba cómo la vida pudo haber surgido a partir de la materia inerte, siguió sin respuesta.

Un descubrimiento así no podía dejar al mundo indiferente. En unos años el mundo científico se puso al día y la revolución genética cambió los paradigmas establecidos. Mucha gente aún no está preparada para aceptar el comienzo de una era poderosa en la que el ser humano tiene un control de sí mismo mayor al habitual. Había nacido la Ingeniería genética.

No debe extrañarnos que sea precisamente a escala humana donde se den las características más complejas del universo. Las que se resisten más a rendirse ante los métodos tradicionales de la investigación científica. Realmente, es posible que seamos lo más complejo que existe en el universo. La razón es que, a escalas más reducidas, entidades tales como los átomos se comportan individualmente de un modo relativamente sencillo en sus interacciones mutuas, y que las cosas complicadas e interesantes surgen, cuando se unen muchos átomos de maneras complicadas e interesantes, para formar organismos tales como los seres humanos.

   ¿Que pensamientos rondaran por esa cabecita?

Pero este proceso no puede continuar indefinidamente, ya que, si se unen cada vez más átomos, su masa total aumenta hasta tal punto que la Gravedad aplasta toda la estructura importante y la aniquila. Un átomo, o incluso una molécula tan simple como la del agua, es algo más sencillo que un ser humano, porque tiene poca estructura interna; una estrella, o el interior de un planeta, es también algo más sencillo que un ser humano porque la gravedad aplasta cualquier estructura hasta aniquilarla. Esta es la razón por la cual la ciencia puede decirnos más sobre el comportamiento de los átomos y el funcionamiento interno de las estrellas o los planetas que sobre el modo en que las personas nos comportamos.

Sí, hemos podido llegar a conocer lo que ocurre en el Sol, y sabemos de sus procesos interiores y exteriores, de las ráfagas de partículas que en sus épocas activas, nos envía continuamente hacía la superficie del planeta y, que no sólo provoca esas bonitas Auroras, sino que, su intensa radiación y magnetismo incide en todos los atilugios que tenemos para leer los datos de… ¡tántas cosas!

Cuando los problemas sencillos se rindieron ante el empuje de la investigación, fue algo natural que los científicos abordaran rompecabezas más complicados que iban asociados con sistemas complejos, para que por fin fuera posible comenzar a comprender el funcionamiento del mundo a una escala más humana compleja y, para ello, hubo que esperar hasta la década de 1960, que fue cuando aparecieron los poderosos y rápidos (para lo que se estilaba en aquella época) ordenadores electrónicos. Estos nuevos inventos empezaron a ser conocidos por un público más amplio entre mediados y finales de la década de 1980, primero con la publicación del libro, ahora convertido en un clásico, Order out of Chaos, de Ilya Prigogine e Isabelle Stergers, y luego, con Chaos, de James Gleick.

Las personas sencillas que, aunque tengan una educación aceptable, no están inmersas en el ámbito de la ciencia, cuando oyen hablar de Complejidad y Caos en esas áreas, sienten, de primeras, una especie de rechazo por aquello que (ellos creen) no van a comprender. Sin embargo, la cuestión no es tan difícil como a primera vista pudiera parecer, todo consiste en tener la posibilidad de que alguien, de manera “sencilla” (dentro de lo posible), nos explique las cosas dejando a un lado las matemáticas que, aunque describen de manera más amplia y pura aquellos conceptos que tratamos, también es verdad que, no siempre, están al alcance de todos. Un conocimiento básico de las cosas más complicadas, es posible. También la relatividad general y la mecánica cuántica, se consideraron, cuando eran nuevas, como unas ideas demasiado difíciles para que cualquiera las entendiera, salvo los expertos –pero ambas se basan en conceptos sencillos que son inteligibles para cualquier persona lega en la materia, siempre que esté dispuesta a aceptar su parte matemática con los ojos cerrados-. E la misma manera, el Caos y la Complejidad, también pueden ser entendidos y, si tenemos la suerte de tener un buen interlocutor que nos sepa explicar, aquellos conceptos básicos sobre los que se asientan tanto el Caos como la Complejidad, veremos maravillados como, de manera natural, la luz se hace en nosotros y podemos entender lo que antes nos parecía inalcanzable.

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Se cree que las galaxias se han formado por la acumulación gravitacional de gas, algún tiempo después de la época de la recombinación. Las nubes de gas podrían haber comenzado a formar estrellas, quizás como resultado de las colisiones mutuas. El tipo de galaxia generado podría depender del ritmo al que el gas era transformado en estrellas, formándose las elípticas cuando el gas se convertía rápidamente en estrellas, y las espirales si la transformación de estrellas era lo suficientemente lenta como para permitir crecer de forma significativa un disco de gas.

http://apod.nasa.gov/apod/image/1003/m78_torregrosa.jpg

                    Nubes moleculares en Orión que son los materiales primigenios para complejidades futuras

Las galaxias evolucionan al convertir progresivamente su gas remanente en estrellas, si bien no existe probablemente una evolución entre las diferentes tipos de la clasificación del conocido sistema de Hubble. No obstante, algunas galaxias elípticas pudieron haberse creado por la colisión y posterior fusión de dos galaxias espirales.

NGC 5426 y NGC 5427 son dos galaxias espirales de tamaños similares involucradas en una danza espectacular. No es seguro que esta interacción culmine en una colisión y a la larga en la fusión de las dos galaxias, aunque éstas ya han sido ya afectadas. Conocidas ambas con el nombre de Arp 271, su danza perdurará por decenas de millones de años, creando nuevas estrellas como resultado de la mutua atracción gravitacional entre las galaxias, un tirón observable en el borde de las estrellas que ya conectan a ambas. Ubicada a 90 millones de años-luz de distancia hacia la constelación de Virgo (la Virgen), el par Arp 271 tiene unos 130.000 años-luz de extensión. Fue descubierta originalmente en 1785 por William Herschel. Muy posiblemente nuestra Vía Láctea sufrirá una colisión similar en unos cinco mil millones de años más con la galaxia vecina Andrómeda, que ahora está ubicada a cerca de 2,6 millones de años-luz de la Vía Láctea.

Sí, mirando las imagenes nos da la sensación de que está por llegar cierto Caos y Complejidad a la región del universo en la que se sitúan las dos galaxias.

Tenemos que entender que, algunos sistemas (“sistema” no es más que una palabra de la jerga científica para asignar cualquier cosa, como un péndulo que oscila, o el sistema solar, o el agua que gotea de un grifo) son muy sensibles a sus condiciones de partida, de tal modo que una diferencia mínima en el “impulso” inicial que les damos ocasiona una gran diferencia en cómo van a acabar, y existe una retroalimentación, de manera que lo que un sistema hace afecta a su propio comportamiento. Así, a primera vista, parece que la guía es sencilla y, nos puede parecer mentira que así sea. Sin embargo, esa es la premisa que debemos tener en cuenta. Nos podríamos preguntar: ¿Es realmente verdad, que todo este asunto del Caos y de la Complejidad se basaba en dos ideas sencillas –la sensibilidad de un sistema a sus condiciones de partida, y la retroalimentación-¿ La respuesta es que sí.

La mayor parte de los objetos que pueden verse en el cielo nocturno son estrellas, unos pocos centenares son visibles a simple vista. Una estrella es una bola caliente principalmente compuesta por hidrógeno gaseoso. El Sol es un ejemplo de una estrella típica y común. La gravedad impide que el gas se evapore en el espacio y la presión, debida a la alta temperatura de la estrella, y la densidad impiden que la bola encoja. En el corazón de la estrella, la temperatura y la densidad son lo suficientemente altas para sustentar a las reacciones de fusión nuclear, y la energía, producida por estas reacciones, hace su camino a la superficie y la irradia al espacio en forma de calor y luz. Cuando se agota el combustible de las reacciones de fusión, la estructura de la estrella cambia. El proceso de producir elementos, cada vez más pesados, a partir de los más livianos y de ajustar la estructura interna para balancear gravedad y presión, es llamado evolución estelar.

Observar una estrella a través del telescopio permite conocer muchas de sus importantes propiedades. El color de una estrella es un indicador de su temperatura y ésta, a su vez, depende de una combinación entre la masa de la estrella y su fase evolutiva. Usualmente, las observaciones también permiten encontrar la luminosidad de la estrella o la tasa con la cual ella irradia energía, en forma de calor y luz.

Todas las estrellas visibles a simple vista forman parte de nuestra galaxia, la Vía Láctea. La Vía Láctea es un sistema compuesto por unos cien mil millones de estrellas, junto con una considerable cantidad de material interestelar. La galaxia tiene forma de un disco chato sumergido en un halo débil y esférico. La gravedad impide que las estrellas se escapen y, sus movimientos, hacen que el sistema no colapse. La Vía Láctea no posee un límite definido, la distribución de las estrellas decrece gradualmente con distancias crecientes del centro. El SDSS detecta estrellas más de un millón de veces más débiles que las que podemos ver a simple vista, lo suficientemente lejos para ver la estructura de la Vía Láctea.

De algún modo, esto es como decir que “todo lo que hay” sobre la teoría especial de la relatividad es que la velocidad de la luz es la misma para todos los observadores. Sin embargo, la complejidad de la estructura que se levanta sobre este hecho sencillo resulta asombrosa y requiere algunos conocimientos matemáticos para poder apreciarla plenamente. Claro que, eso no quita para que, un buen comunicador le pueda transmitir a otras personas mediante explicaciones sencillas lo esencial de la relatividad especial y general y también, sobre la esencia de la mecánica cuántica, y, de la misma manera, podríamos hablar del Caos y de la Complejidad. Debemos ser conscientes de que, el Caos, puede surgir a partir del Orden y que, la Complejidad, siempre llega a través de la sencillez de un comienzo. Podemos estar al borde del Caos y, de manera milagrosa ver que también a partir de él surge la normalidad y lo nuevo que no en pocas ocasiones pueden ser nuevas formas de vida. De la misma manera, las transformaciones de los elementos sencillos, bajo ciertas condiciones, llegan a adquirir una complejidad inusitada que, de alguna manera, es necesaria para que en este mundo que nos rodea, existan seres que como nosotros, sean el ejemplo más real y de más alto nivel que está presente en el Universo. Y, de la misma manera que nosotros estamos aquí, en un minúsculo sistema solar habitando un pequeño planeta que reúne todas las condiciones necesarias para la vida, de la misma forma digo, estarán poblados otros muchos planetas de otros muchos sistemas solares repartidos por nuestra Galaxia y por las otras que, a cientos de miles pululan por el Universo, y, todos esos seres “racionales”, se preguntaran las mismas cosas que nosotros y estarán interesados en descubrir los mismos misterios, los mismos secretos de la Naturaleza que, presintiendo que existen, tienen la intuición de que serán las respuestas esperadas para solucionar muchos de los problemas e inseguridades que ahora, en nuestro tiempo, nos aquejan.

Claro que, la mente nunca descansa. Acordaos de Aristarco de Samos que, en el siglo III a. C., ya anunció que la Tierra orbitaba alrededor del Sol y, Copérnico, que se llevó el premio, no lo dijo hasta el año 1543. Esto nos viene a demostrar que, a pesar de la complejidad del mundo, lo realmente complejo está en nosotros, en nuestras mentes que, presienten lo que pueda ser, intuyen el por qué de las cosas, fabrican pensamientos que, mucho más rápidos que la luz, llegan a las galaxias lejanas y, con los ojos de la mente pueden, atisbar aquellas cosas de las que, en silencio, ha oído hablar a su intuición dentro de su mente siempre atenta a todo aquello que puede ser una novedad, una explicación, un descubrimiento.

vista de la tierra y el sol de la órbita (la imagen de la tierra tomada de http://visibleearth.nasa.gov) Foto de archivo - 4911867

Vista de la Tierra y el Sol de la órbita (la imagen de la tierra tomada de http://visibleearth.nasa.gov)

Ahora estamos centrados en el futuro aquí en la Tierra pero, sin dejar de la mano ese futuro que nos espera en el espacio exterior. Es pronto aún para que el hombre vaya a las estrellas pero, algún día, ese será su destino y, desde ya, debe ir preparándose para esa aventura que sólo está a la espera de tener los medios tecnológicos necesarios para hacerla posible. Mientras tanto, jugamos con las sondas espaciales que enviamos a planetas vecinos para que, nos vayan informando de lo que están hechos aquellos mundos –grandes y pequeños- que, en relativamente poco tiempo, serán visitados por nuestra especie para preparar el salto mayor.

emilio silvera