viernes, 19 de abril del 2024 Fecha
Ir a la página principal Ir al blog

IMPRESIÓN NO PERMITIDA - TEXTO SUJETO A DERECHOS DE AUTOR




Sistemas planetarios por doquier, mundos ¿y vida?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astrofísica    ~    Comentarios Comments (3)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

Desde siempre hemos oído aquellas historias que la ciencia ha podido ir elaborando de cómo se formó la Tierra y en ella, evolucionó la vida a partir de una primera célula replicante que supo encontrar la manera de auto reproducirse. A partir de un  Sol muy joven y activo que lanzaba ingentes llamaradas al espacio exterior cargadas de plasma que se condensó y se enfrió creando una corteza exterior. De manera gradual, aquella masa se fue endureciendo con el paso del tiempo, los materiales más pesados caían hacia el núcleo central de lo que más tarde, sería nuestro planeta. Por los alrededores y procedentes de otras llamaradas expulsadas del Sol, se formaron otros planetas.
Nos podemos imaginar cuántas veces habrá sucedido lo mismo a lo largo y a lo ancho de nuestra inmensa Galaxia en una extensión de más de cien mil años luz. Sabemos que el tamaño de una estrella clásica como el Sol, viene a ser de un millón y medio de kilómetros y conocemos que existen estrellas mucho más pequeñas y también, inmensamente más grandes. Las distancias que normalmente existe entre las estrellas suele ser de unos mil quinientos billones de kilómetros de promedio. Las estrellas suelen ser mucho más pequeñas que las distancias que las separan.
Al mirar las imágenes que del espacio lejano captan nuestros telescopios, podemos tener una primera impresión engañosa al ver tal conflometado de puntitos brillantes que en realidad son estrellas lejanas que parecen estar amontonadas y, sin embargo, es una engañosa impresión debida a las inmensas distancias que nos separan. Si nos pudiéramos acercar, veríamos las enormes distancias que las separan y, entre ellas, sólo existe un espacio “vacío” de muy grandes dimensiones que se miden en años-luz. En nuestro caso, la estrella más cercana, Alfa Centauri, está situada a unos 4,3 años-luz de nosotros. Y, siendo así (que lo es), no es de extrañar que las colisiones entre estrellas sean tan infrecuentes.
Así resulta ser el panorama de nuestro entorno: Una estrella mediana y muy corriente que en su nacimiento pudo formar una serie de planetas a su alrededor y que está situada en un entorno bastante tranquilo en el interior del Brazo de Orión a unos 30.000 años-luz del centro galáctico.
Todos estos mecanismos que surgen a partir de la formación de las estrellas y los mundos nos llevan siempre hasta la prodigiosa aparición de la vida que, podría ser muy común en muchos mundos de nuestra galaxias en una gran diversidad de mundos que, sin ser como la Tierra, podrían contener formas de vida bacteriana o incluso en algiuna forma desconocida para nosotros. En lo que nse refiere a la vida inteligente -creo-, la cosa podría ser un poco más especial y requerir condiciones más exigentes iguales o parecidas a las que se dan en nuestro planeta.
Lo cierto y así lo creo firmemente, es que según todos los indicios y los datos que conocemos, el Universo debe estar rebosante de vida. El número de estrellas en nuestra Galaxia supera el inmenso número de cien mil millones y, si en la mayoría de ellas existen planetas, éstos deben ser tantos que, cuesta pensar en la cantidad de mundos que, aún considerando un tanto por ciento pequeño, podrían estar habitados.
File:System Epsilon Eridani.JPG
          Como nuestro propio Sistema solar, existen cientos de miles en nuestra propia Galaxia
Es cierto que sentimos una especie de frustración al no poder confirmar tales predicciones de vida en otros mundos y, sin embargo, hasta no hace mucho tiempo era impensable que se pudiera confirmar la existencia de otros mundos orbitando estrellas lejanas que, como la Tierra, pudieran reunir las condiciones necesarias para mantener la vida. Tal imposibilidad ha dejado de existir y hoy, son más de 500 los planetas descubiertos y de cuyas imágenes nos hemos podido maravillar. De hecho, en alguno de ellos, incluso se ha pensado en la posibilidad de que pudiera contener alguna clase de vida dada su situación en relación a la estrella que lo alumbra y su similitud con la Tierra.

“Científicos de diferentes partes del mundo se han unido en un estudio de la NASA por que el han determinado que la luna de Saturno, Titán y el exoplaneta Gliese 581g son los planetas y satélites con más probabilidades de albergar vida extraterrestre.

El equipo que ha formado parte de este trabajo, que ha sido publicado en la revista especializada ‘Astrobiology’, ha creado dos sistemas de clasificación para evaluar qué cuerpos espaciales tienen mayor probabilidad de ser habitables: un índice de similitud de la Tierra -conocido como factor ESI-; y un índice de habitabilidad planetaria – factor PHI- que se fija en un grupo diferente de factores, como si el mundo tiene una superficie rocosa o congelada, o si tiene una atmósfera o un campo magnético.

Por otra parte, también se valora la energía disponible para cualquier organismo, ya sea a través de la luz de una estrella madre o de un proceso llamado flexión de la marea, en el que las interacciones gravitacionales con otro objeto pueden calentar un planeta o satélite internamente; además de la química y si hay disponibilidad de solventes líquidos para reacciones químicas vitales.”

 

 

 

File:View epsilon eridani c.png

 

 

Épsilon Eridani es una estrella que está situada a unos 10,5 años-luz de la Tierra, siendo una de las más próximas al Sistema solar y la tercera más próxima visible a simple vista. Es una estrella de la secuencia principal, de tipo espectral K2, muy parecida al Sol, con una masa de 0,83 masas solares, un radio de 0,895 radios solares y una luminosidad estelar de 0,28 veces la solar.

Su espectro óptico es muy variable, con muchas líneas espectrales de emisión. Tiene un campo magnético muy fuerte que gira aproximadamente cada 11 días. Su período de rotación es de 12 días. La razón para todo ello es su juventud: tiene sólo 600 millones de años cuando nuestro Sol tiene 4600 millones. ¿Que podría dar de sí más adelante el sistema planetario que forma esta familia cercana. No lo sabemos pero… cualquier cosa podría ser posible.

No sería de extrañar que incluso alguna estrela cercana, a menos de veinte años luz de nosotros, tuviera mundos obitándola y, en alguno de ellos, pudiera existir alguna clase de vida. Los Proyectos Ozma y SETI se fijaron en Epsilon Eridani que, a pesar de su juventud, tiene un sistema solar parecido al nuestro y algunos de aquellos planetas podría algún día… ¡Dar la sorpresa!
Sistemas planetarios formándose en Orión
El Telescopio Espacial Hubble nos muestra los Sistemas planetarios descubiertos en la Gran Nebulosa de Orión que se puede ver a ojo desnudo por encontrarse en la vecindad de la Tierra. En ella, como si de un Laboratorio natural se tratara, los astrónomos observan con interés cómo se forman las nuevas estrellas y surgen los mundos y, de la misma manera, también captán con los potentes telescopios, el surgir de los nuevos sistemas planetarios que, en principio, sólo son numerosos discos protoplanetarios.
Siendo todo eso así (que lo es), sabiendo como y por qué nacen las estrellas y sus cohortes de planetas y, también, parece que podemos suponer bastante bien y de manera muy cercana a la realidad, cómo puede surgor la vida en los mundos. Si todo eso es así como parece, sería lógico pensar que, en otros mundos distintos a la Tierra podrían estar presentes formas de vida bacterianas o de otro tipo rudimentario y, en aquellos planetas más parecidos en sus condiciones a la Tierra, podrían haber surgido formas de vida más elevada que, con el tiempo, habrán alcanzado la Conciencia de Ser y puedan ser, como nosotros, Observadores del Universo.
Que están ahí -al menos para mí- es cosa segura. Otra cuestión será el que podamos comprobarlo de alguna manera, dado que, nuestro estado tecnologíco no es aún el adecuado para poder verificar de manera fehaciente tal presencia y, nuestras naves espaciales, son en realidad, en este momento, como aquellas carretas del Oeste americano antes de inventar el ferrocarril y, desplazarce por aquellos grandes territorios rquerían meses y soltear muchos peligros. De la misma manera pero elevado a un enorme exponente, nos sucede a nosotros con la posiblidad de viajar a otros mundos que, de momento, quedan muy lejos de nuestro alcance.
emilio silvera

La materia en el Universo

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astrofísica    ~    Comentarios Comments (0)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

Los elementos químicos que componen todo aquello alrededor nuestro fueron sintetizados en el pasado en el interior de las estrellas.

La Astrofísica nuclear es una rama relativamente joven de la física entre cuyos objetivos destaca la descripción de las reacciones mediante las cuales tiene lugar la generación de energías y la síntesis de elementos químicos en el Universo. Se trata, por tanto, de un campo multidisciplinar que combina las observaciones astronómicas, con el análisis de la composición de meteoritos, la modelización astrofísica y la física nuclear tanto experimental como teórica.

En 1957, E.M. Burbidge, W.A. Fowler and F. Hoyle y de manera independiente A.G.W. Cameron publicaron sendos artículos clave, donde definen los principales procesos que explican la transformación de unos núcleos en otros, asentados en base de la Astrofísica nuclear.

Representación artística de la creación de moléculas orgánicas en el universo primitivo. La síntesis del carbono en el corazón de las estrellas continúa planteando algunos retos teóricos. [NASA/JPL-Caltech/T. Pyle (SSC)]

A lo largo de la segunda mitad del siglo XX, la Astrofísica nuclear ha conseguido importantes logros que sin duda están íntimamente conectados al impresionante avance experimentado por las técnicas instrumentales y de medidas asociadas y por la capacidad de cálculo numérico.

Los diferentes procesos de nucleosíntesis que tienen lugar durante la vida de una estrella dan lugar a la creación de nuevos elementos químicos que son expulsados al medio interestelar. Estos elementos pasan a formar parte de una nueva generación de estrellas, y pueden ser detectados mediante estudios espectroscópicos. La mejora de las técnicas utilizadas en la instrumentación observacional y de los métodos de detección espectroscópicos, la construcción de grandes telescopios como el VLT y el Keck a los que pronto se añadirá el Gran TeCan, y la posibilidad de hacer observaciones desde el espacio sin la interferencia de la atmósfera terrestre (Telescopio Hubble, Chandra, XMM Newton e Integral), ha permitido obtener toda una nueva visión del universo que nos rodea.

http://4.bp.blogspot.com/-E92K4Mda2Uo/TbwBX8kvV6I/AAAAAAAAAHM/xWiWd9YY8dM/s1600/diagrama-hr1.jpg

La Física nuclear experimental tampoco ha sido ajena a todos estos avances tecnológicos, desarrollando haces de núcleos estables e inestables y la instrumentación necesaria para realizar experimentos de precisión. Las reacciones nucleares que intervienen en los procesos astrofísicos son reacciones de fusión; reacciones de captura de protones, de neutrones y de partículas alfa y sus inversas; y procesos mediados por la interacción débil tales como las desintegraciones beta, capturas de electrones y de neutrinos. En algunos casos se miden reacciones inducidas por núcleos estables y energías próximas a las que se dan en las estrellas, con secciones eficaces muy pequeñas, que necesitan el uso de instalaciones subterráneas (LUNA) capaces de blindar los equipos de detección a la radiación de origen cósmico.

\begin{figure}\epsfig{file=pre/fig1.eps, width=\columnwidth}\end{figure}

En otros casos, se estudian reacciones inducidas por núcleos inestables (también llamados núcleos exóticos), con una vida media muy corta, y difíciles de sintetizar en el laboratorio con la tecnología actual. No obstante, en las últimas décadas, numerosas instalaciones de haces de núcleos exóticos (Louvain la Neuve, GANIL, GSI, ISOLDE) han desarrollado programas experimentales en los que se han determinado las propiedades fundamentales (masas y vidas medias) y propiedades de la estructura de núcleos claves en reacciones de interés Astrofísico. Igualmente se han medido un número importante de secciones eficaces asociadas a los diferentes procesos de nucleosíntesis. Por otro lado, la construcción de instalaciones de tiempo de vuelo de neutrones (n_ToF arroba CERN) ha permitido el desarrollo de programas dedicados al estudio de la captura neutrónica. Así mismo, las nuevas instalaciones que se construirán en los próximos años (FAIR, SPIRAL 2) incluyen en sus programas científicos el estudio de reacciones nucleares de interés astrofísico.

En la mayor parte de los Modelos Astrofísicos la Física Nuclear Teórica es necesaria para convertir un texto experimental en el ritmo de reacción que es necesario en la aplicación astrofísica concreta. Ahora mismo nos encontramos al comienzo de una nueva era de desarrollo de modelos teóricos basados en primeros principios (ab-anitio). Esto permitirá reducir las incertidumbres asociadas con extrapolaciones a regiones de la carta de núcleos que no han sido exploradas experimentalmente, pero que son relevantes para diferentes procesos astrofísicos como es el caso de núcleos muy ricos en neutrones para el proceso r.

De forma complementaria, se han producido grandes avances en la modelización astrofísica de las diferentes etapas de evolución estelar. Los desafíos actuales se centran en la realización de simulaciones en tres dimensiones espaciales de los diferentes fenómenos astrofísicos y en particular de las espectaculares explosiones de supernovas tanto termonucleares como debidas al colapso gravitatorio.

Cuando una estrella supermasiva muere, las consecuencias energéticas son inmensas. Ahí, en esa explosión se producen transiciones de fase que producen materiales pesados y complejos. En una supernova, en orden decreciente tenemos la secuencia de núcleos H, He, O, C, N, Fe, que coincide bastante bien con una ordenación en la tabla periódica que es:

H, He, (Li, Be, B) C, N, O… Fe

¿Apreciáis la maravilla? Las estrellas brillan en el cielo para hacer posible que nosotros estemos aquí descubriendo los enigmas del universo y… de la vida inteligente. Esos materiales para la vida sólo se pudieron fabricar el las estrellas, en sus hornos nucleares y en las explosiones supernovas al final de sus vidas.

La explosión de una estrella gigante y supermasiva hace que esta brille más que la propia galaxia que la acoge y, en su ese tránsito de estrella a púlsar o agujero negro, se forman elementos que, como el oro o el platino, se riegan por el espacio interestelar en las inmensas nebulosas de las que, más tarde, naceran nuevas estrellas y nuevos mundos.

Pero está claro que todo el proceso estelar evolutivo inorgánico nos condujo desde el simple gas y polvo cósmico a la formación de estrellas y nebulosas solares hasta los planetas, la Tierra en particular, en cuyo medio ígneo describimos la formación de las estructuras de los silicatos, desplegándose con ello una enorme diversidad de composiciones, formas y colores, asistiéndose, por primera vez en la historia de la materia, a unas manifestaciones que contrastan con las que hemos mencionado en relación al proceso de las estrellas.

Es posible que lo que nosotros llamamos materia inerte, no lo sea tanto, y, puede que incluso tenga memoria que transmite por medios que no sabemos reconocer. Esta clase de materia, se alía con el tiempo y, en cada momento adopta una forma predeterminada y de esa manera sigue evolucionando hasta llegar a su máximo ciclo o nivel en el que, de “materia inerte” llega a la categoría de “materia viva”, y, por el camino, ocupará siempre el lugar que le corresponda. No olvidemos de aquel sabio que nos dijo: “todas las cosas son”. El hombre, con aquellas sencillas palabras, elevó a todas las cosas a la categoría de SER.

foto

¿No os hace pensar que nosotros estemos hechos, precisamente, de lo que llamamos materia inerte?

Claro que, el mundo inorgánico es sólo una parte del inmenso mundo molecular. El resto lo constituye el mundo orgánico, que es el de las moléculas que contienen carbono y otros átomos y del que quedan excluidos, por convenio y características especiales, los carbonatos, bicarbonatos y carburos metálicos, los cuales se incluyen en el mundo inorgánico.

Según expliqué muchas veces, los quarks u y d se hallan en el seno de los nucleones (protones y neutrones) y, por tanto, en los núcleos atómicos. Hoy día, éstos se consideran como una subclase de los hadrones. La composición de los núcleos (lo que en química se llama análisis cualitativo) es extraordinariamente sencilla, ya que como es sabido, constan de neutrones y protones que se pueden considerar como unidades que dentro del núcleo mantienen su identidad. Tal simplicidad cualitativa recuerda, por ejemplo, el caso de las series orgánicas, siendo la de los hidrocarburos saturados la más conocida. Recordad que su fórmula general es CnH2n+2, lo que significa que una molécula de hidrocarburo contiene n átomos de carbono (símbolo C) y (2n+2) átomos de hidrógeno (símbolo H).

                                  ¡Maravillas de la materia!

El número de protones y neutrones determina al elemento, desde el hidrógeno (el más simple), al uranio (el más complejo), siempre referido a elementos naturales que son 92; el resto son artificiales, los conocidos transuránicos en cuyo grupo están el einstenio o el plutonio, artificiales todos ellos.

Los núcleos, como sistemas dinámicos de nucleones, pertenecen obviamente a la microfísica y, por consiguiente, para su descripción es necesario acudir a la mecánica cuántica. La materia, en general, aunque presumimos de conocerla, en realidad, nos queda mucho por aprender de ella y, la Astrofísica, nos abrirá el camino para comprender, lo que la materia es (ayudada por ingenios como el LHC).

emilio silvera

¿Quiénes somos? ¿Llegaremos a saberlo alguna vez?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El hombre en el Universo    ~    Comentarios Comments (4)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

                                                                 ¡Pienso, luego existo!

 

Tomado a pie juntillas, “soy consciente, luego existo” conduce a la creencia en que nada existe fuera de la propia conciencia, y, como eso sabemos que no es así, tenemos que pensar en el hecho cierto de que habrá que tomar la forma más realista: muchas son las cosas que existen y que están fuera de nuestra consciencia. Adoptar posturas idealistas que se aferran más a la mente que a la materia… es decir, las ideas, la percepción, los pensamientos; en una palabra, la conciencia. Claro que, al tomar la Mente como punto de partida, la filosofía idealista se las ven y se las desean para explicar la materia, lo que no es mecesariamente menos peliagudo que partir de la materia para poder explicar la Mente.

¿Dónde estará el camino adecuado?

Descartes nos decía que existe una distinción absoluta entre la sustancia mental y la sustancia material. La característica que define la materia, reflexionaba, es su extensión, su ocupación del espacio, lo que consecuentemente la hace susceptible de explicaciones físicas en tanto que las características definitoria de la Mente es estar consciente o, en un sentido amplio del término, pensar. Desde esta perspectiva, la sustancia mental existe en forma de mentes individuales. De este modo inauguraba Descartes el dualismo, una postura filosófica que científicamente no es satisfactoria, pero que es intuitivamente sencilla y atactiva.

El debate filosófico sobre el problema cuerpo-mente es hoy extraordinariamente sofisticado y, dentro de su gran diversidad, algunas de las disputas actuales rivalizan con las que prosperaron entre los filósofos post-cartesianos. Del mismo modo quye tuvimos la teoría del doble aspecto de Spinoza, o el ocasionalismo de Melebranche, el paralelismo de Leibniz y su doctrina de la armonía preestablecida, tenemos hoy la teoría del estado central, el monismo neutral, el conductismo lógico, el sidicalismo de tipos y el fisicalismo de casos, el epifenomenalismo de casos, el monismo anómalo, el materialismo emergente, varias formas de funcionalismo y tantas otras teorías que, en definitiva, son una muestra palpable y diáfana del hecho cierto de que…¡no sabemos!

http://api.ning.com/files/5*G9mgw*mb*iepdQV7SKQgc3ictmULTknxoI-fzE6nT-qY-p21x8iyQd2pu2DS881qgSorIJD750Bxug7thoizTn1kpkbLFk/brain_exercising_hg_clr.gif

No, no será nada fácil llegar a comprender ese conjunto, esa simbiosis que podemos constatar entre nuestros cuperpos y nuestras mentes. El primero nos sirve de perfecto soporte que, como un todo, desarrolla una serie de funciones que nos permite estar en perfectas condiciones para realizar todo aquello que podamos necesitar y, siempre, se comporta como algo físico y material que depende de su entorno y requiere el cuidado necesario para su desarrollo y funcionamiento corporal. Por el contrario, en lo que a la mente se refiere, parece que, aunque resida en nuestro cerebro (parte de ese cuerpo material), es algo muchom más sofisticado, algo inmaterial y que puede trascender del cuerpo, salir al exterior y viajar a las estrellas, crear pensamientos y sentir sufrimientos, tener sensibilidad y llegar a inundarse de felicidad cuando siente el Amor, padecer por el dolor ajeno de una persona amada, ser creativa e intuitiva, poder “ver” lo que no existe, tener la capacidad de dilucidar cuestiones muy complejas y desvelar misterios…¡La Mente! ese portento de la Naturaleza.

Simplemente con cerrar los ojos, la Mente nos puede transportar a lugares fantásticos. ¡Es tan real! que, a veces, no poemos separar esos pensamientos creados de la misma realidad. Muchos son los misterios y secretos que nuestras mentes esconden y que no hemos podido desvelar.

En efecto, nuestros esfuerzos por discernir los orígenes de la conciencia topan con una limitación fundamental que surge, en parte, de la suposición de que basta con pensar para revelar las fuentes del pensamiento consciente. Esta suposición es tan claramente inadecuada como lo fueron, en su tiempo, los esfuerzos por conocer la cosmogonía, la base de la vida y la estructura de la marteria sin ayuda de observaciones experimentales. Sin el método científico, poco podremos avanzar en el conocimiento de la Ciencia y, menos aún, de nuestras complejas mentes.

 

¡La Belleza! Todo y en todo, está presente la belleza, el problema reside simplemente en quen no siempre tenemos la capacidad de poderla observar con objetiva lógica, y, nuestras mentes, tienen ya preestablecido sus modelos de belleza que no siempre nos lleva a saber, lo que ralmente es bello. Mucha es la belleza presente en un simple átomo y, sin embargo, ¿a quién llama la atención? Nos falta capacidad para entender dónde está lo importante y…¡lo bello!

Sí, es cierto que creo firmemente que nuestras Mentes y el Universo, están, indisolublemente conectadas por esos hilos invisibles que une todo lo que en el Cosmos existe. Nuestras Mentes están relacionadas con la materia, con el espacio-tiempo y con las fuerzas fundamentales que todo lo rigen en esta inmensa burbuja de energíoa en la que vivímos y de la que formamos parte.

Hagan lo que hagan los científicos, será imposible reconciliar las perspectivas de primera persona y tercera persona de individuos conscientes, imposible tender un puesnte entre las explicaciones enfrentadas, e imposible resolver el problema fundamental: la generación de sensaciones, de estados fenomenales o experienciales, a pertir del zumbido de las neuronas que, no a todos nos suenan de la misma manera.

Así, cuando nos preguntamos: Y a los científicos ¿qué tal les ha ido en sus intentos por explicar el misterio? Si dirigimos nuestra mirada a la psicología veremos que la “ciencia de la mente” siempre tuvo problemas para situar su tema central -la cionciencia- dentro de un marco teórico aceptable. Cuando tocamos este campo, nos llega a pasar algo parecido a lo que ocurre con los astrofísicos y su “materia oscura”, algo que han inventado para poder explicar lo que no sabe. En el ámbito de la Mente y la Conciencia, ocurre algo parecido y, cuando se llega al límite de lo que podemos entender, entran en lisa los metafísicos queriendo explicar el ser, echando manos de una especie de teología que, de manera clara, no nos dice nada. No consiguen explicar por qué y cómo se pueden producir los complicados procesos necesarios para equilibrar nuestros sentidos, nuestro peso al caminar, o para articular las palabras al hablar no somos conscientes, pero el simple proceso de apretar un dedo contra un objeto caliente, produce una experiencia consciente.

 

Sí, sabemos que el Universo y la Mente están conexionados, la segunda nació del primero, evolucionó a partir de la materia “inerte” que, el Universo fabricóm en las estrellas con un propósito bien determinado. Aunque tenía de todo: Estrellas, mundos, galaxias, tiempo y espacio y se regía por las leyes de la materia y el electromagmnetismo…algo le faltaba, no podía contemplarse. Entonces, nos trajo aquí como observadores )parter del universo mismo) para que pudiera contemplarse.

Así que, observamos el mundo que nos rodea y, desde siempre, estamos tratando de profundizar en los misterios de la naturaleza para poder llegara comprender que és, por qué se comporta como lo hace y, sobre todo, nos interesa saber de nosotros mismos y de sí, hemos venido aquí para desempeñar alguna misión determina, lograr algún destino, o, por el contrario, somos productos del Azar y, lo mismo que hemnos llegado aquí nos iremos cuando nuestro ciclo se acabe. ¿Qué triste! Si realmente fuera así.

Si bien ciertas hipótesis “científicas” recientes no abarcan un abanico tan amplio como el que ofrecen los filósofos, en cierto sentido son todavía más exóticas o extremas. Por ejemplo, algunos neurocientíficos se han adheridos a posisicones dualistas según las cuales la mente consciente interactúa con el cerebro gracias a “psicones” que se comunican con los “dendrones” o dendritas en determinadas regiones del hemisferio cerebral izquierdo (Descartes decía y postulaba que el lugar de interacción era la grándula pineal porque se encontraba en el centro de la cabeza). Otros (no sabemos si podemos calificarlos de científicos), han llegado a la conclusión de que la física convencional no es fundamento suficiente para las teorías sobre la conciencia; que es necesario invocar conceptos físicos esotéricos como la gravedad cuántica, para explicar la conciencia.

Agún día podremos llegar a comprender que mente-Universo, o, Universo-Mente, son dos aspectos se la misma cosa. Al igual que el Espacio y el Tiempo, que la Materia y la Energía, que la Elecricidad y el Magnetismo, la Mente y el Universo forma un todo que se complementa y completa lo que el mundo es. El Universo sólo y sin la Mente que lo contemple y lo estudie…¿qué es? Y, ¿qué es la Mente sin un Universo que observar?

Está claro que, la existencia misma de la conciencia nos plantea un problema fundamental que, de momento, no hemos sabido resolver y de la cual, la teoría científica tiene la obligación de dar cuenta. El estudio, la observación, el experimento nos debe llevar a saber. Alguien, no hace mucho, me “echo una bronca” cuando dije que la Mente era la máquina más compleja del Universo. Puede que, en otros mundos, puedan existir otras mentes más avanzadas que las nuestras pero, no que sean más complejas, Aquellas y estas, estarán regidas por las mismas leyes y su funcionamiento y crecimiento, también se deben a lo mismo, al ritmo que les impone el Universo y, si están más adelantados será, simplemente, por que son más viejos, no porque realmente tengan mentes más privilegiadas que las nuestras.

No importa que aspecto puedan tener. Tanto ellos, como nosotros, pensamos. luego somos. Acordados “todas las cosas son” pero no de la misma manera. Unas veces llegan a tener consciencia de ser y otras, según les marca el ritmo del universo, están y se mantienen “unertes” esperando “su tiempo” para sentir.

En una super Tierra, debido a la Gravedad, podrían ser así.

               La escena podría ser real en el futuro muy lejano

Claro que todo esto de lo que hemos hablado, son muchas debidas a la imaginación tan complejas son que, no podemos llegar a entenderlas. Eso sí, imaginamos sin límites, podemos jhacer mil conjeturas y lanzar teorías de más o menos fundamentos pero, finalmente, queda en el aire esa sensación de vacío que nos produce el “no saber” y, de esa manera, lo único que podemos hacer es…preguntarnos:

¿Quiénes somos? ¿Llegarémos a saberlo alguna vez?

emilio silvera

No siempre la Física se puede explicar con palabras

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en La Teoría de Cuerdas    ~    Comentarios Comments (40)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

Se dice que un agujero negro (una masa M concentrada en un volumen menor que el dictado por su radio de Schwarzschild rs = 2GM/c2) absorbe todo lo que cae sobre él. Sin embargo, Beckenstein y Hawking determinaron que el agujero negro posee entropía (proporcional al área del horizonte) y por ello temperatura, y Hawking concluye (1975) que la temperatura le hace radiar como un cuerpo negro; por tanto, eventualmente el agujero se evapora.

Aquí viene la paradoja. Si formamos el agujero negro arrojando materia en forma concreta (por ejemplo, un camión), la masa del camión acabaría eventualmente escupida como radiación del cuerpo negro, perdiéndose la preciosa información sobre el camión. Pero se supone que la evolución de “todo” es cuántica, y por ello unitaria. Ahora bien, la evolución unitaria mantiene la información (estados puros van a estados puros, no mezcla…); he ahí la paradoja.

Fue Hawking quien primero presentó la paradoja de “pérdida de información” en contra de otros que, como Gerard’t Hooft y Susskind, quienes mantienen que la información no se puede perder, y que por ello debe haber sutiles correlaciones en la radiación emitida, de las que en principio sería posible extraer la información original sobre que el agujero negro tragó un camión…

Paradógicamente, ha sido, durante el desarrollo de la “Teoría de Cuerdas” cuando se ha podido dilucidar el problema planteado hace veinticinco años por Beckenstein y Hawking que, han resultado llevar razón.

Leer más