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¡¡DEBATE!! Sobre las estrellas y lo que suponen en el conjunto del...

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Debates    ~    Comentarios Comments (23)

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LAS ESTRELLAS:

Que por cierto, son algo más, mucho más, que simples puntitos luminosos que brillan en la oscuridad de la noche. Una estrella es una gran bola de gas luminosa que, en alguna etapa de su vida, produce energía por la fusión nuclear del hidrógeno para formar helio. El término estrella por tanto, no sólo incluye estrellas como nuestro Sol, que están en la actualidad quemando hidrógeno, sino también protoestrellas, aún no lo suficientemente calientes como para que dicha combustión haya comenzado, y varios tipos de objetos evolucionados como estrellas gigantes y supergigantes, que están quemando otros combustibles nucleares, o las enanas blancas y las estrellas nucleares, que están formadas por combustible nuclear gastado.

La masa máxima de una estrella es de unas 120 masas solares, por encima de la cual sería destruida por su propia radiación. La masa mínima es de 0,08 masas solares; por debajo de ella, los objetos no serían lo suficientemente calientes en sus núcleos como para que comience la combustión del hidrógeno, y se convertirían en enanas marrones.

La luminosidad de las estrellas varían desde alrededor de medio millón la luminosidad del Sol para las más calientes hasta menos de una milésima de la del Sol para enanas más débiles.

Aunque las estrellas más prominentes visibles a simple vista son más luminosas que el Sol, la mayoría de las estrellas son en realidad más débiles que éste y, por tanto, imperceptibles a simple vista.

Las estrellas brillan como resultado de la conversión de masa en energía por medio de reacciones nucleares, siendo las más importantes las que involucran al hidrógeno.

Por cada kilogramo de hidrógeno quemado de esta forma, se convierte en energía aproximadamente siete gramos de masa. De acuerdo con la famosa ecuación de Einstein E=mc2, los siete gramos equivalen a una energía de 6,3x10exp.14 Julios.

Las reacciones nucleares no sólo aportan el calor y la luz de las estrellas, sino que también producen elementos más pesados que el hidrógeno y el helio. Estos elementos pesados han sido distribuidos por todo el Universo mediante explosiones de supernovas o por medio de Nebulosas planetarias y vientos estelares.

Las estrellas pueden clasificarse de muchas maneras:

  1. Mediante la etapa evolutiva, en presecuencia principal, secuencia principal, gigante, supergigante, enana blanca o estrella de neutrones.
  2. A partir de sus espectros, que indica su temperatura superficial conocida como clasificación de Morgan-Keenan.
  3. En Población I, II y III, que engloban estrellas con abundancias progresivamente menores de elementos pesados.

EVOLUCIÓN ESTELAR

El título anterior está referido a la serie de cambios que sufren las estrellas durante sus vidas, cuya escala de tiempo depende fuertemente de sus masas y también en cierta medida, de su composición inicial. El progreso de una estrella durante su evolución puede ser seguido en un gráfico denominado diagrama de Hertzsprung-Russell (HR).

Una estrella nace cuando se colapsa una extensa nube de gas por su propia gravedad (sería largo explicar aquí todo el proceso de rozamiento, ionización de las partículas y moléculas de la nube, hasta llegar a formarse el núcleo central). Una estrella brilla por primera vez porque la energía potencial gravitatoria perdida en este colapso se libera en forma de calor y luz.

Finalmente, la temperatura en el centro de la protoestrella se hace lo suficientemente alta como para hacer entrar en ignición una serie de reacciones nucleares que involucran deuterio (un isótopo del hidrógeno), siendo durante algún tiempo la energía de esta reacción suficiente para evitar un colapso mayor.

Una vez que el deuterio se ha agotado, el colapso continúa, y la estrella es clasificada como un objeto presecuencia principal, siguiendo una trayectoria característica en el diagrama  HR. Para una estrella como nuestro Sol, esta fase dura varios millones de años.

Finalmente, el núcleo de la estrella se vuelve lo suficientemente caliente como para iniciar las reacciones nucleares que convierten el hidrógeno en Helio, uniéndose la estrella a la secuencia principal en el diagrama HR.

Esta fase de combustión del hidrógeno durará entre unos pocos millones de años, para las estrellas más masivas, a (potencialmente) más de la edad actual del Universo para estrellas poco masivas.

Una vez que el hidrógeno del núcleo se ha agotado, el núcleo se contrae bajo su propia gravedad (la que su propio peso genera) hasta que, en estrellas de más de 0,4 masas solares se vuelve lo suficientemente caliente como para iniciar reacciones nucleares que transforman helio en carbono.

La evolución posterior depende de la masa de la estrella. En estrellas de masa similar a la del Sol y mayor, mientras procede la combustión del helio, puede continuar la combustión del hidrógeno en una capa exterior al núcleo. En esta fase post-secuencia principal la estrella es más fría, más grande y más brillante de lo que lo era en la secuencia principal, y se clasifica como una gigante o, para las estrellas más masivas, una supergigante. Una vez que el helio del núcleo se ha agotado, el proceso de contracción del núcleo, seguido del comienzo de un nuevo conjunto de reacciones nucleares, puede comenzar nuevamente, repitiéndose varias veces.

Así pues, las gigantes más masivas y las supergigantes pueden desarrollar una estructura en capas, quemándose el combustible más pesado en el centro, mientras las capas superiores contiene combustibles más ligeros del ciclo de combustión anteriores. A través de estos procesos de las estrellas se hacen mayores y más brillantes.

Finalmente, sin embargo, bien la contracción del núcleo deja de producir una temperatura lo suficientemente alta como para que se produzcan más reacciones nucleares o bien, el las supergigantes, se llega a un punto en el que el núcleo está constituido por hierro, que no puede ser utilizado como combustible nuclear. El núcleo al colapsarse se convierte en una estrella de Neutrones o posiblemente en un Agujero Negro, mientras que las capas exteriores son eyectadas explosivamente en una explosión de supernova del tipo II.

En las estrellas menos masivas la evolución procede de manera bastante diferente, en parte porque sus núcleos son lo suficientemente densos como para que sean importantes los efectos de degeneración.

Cuando el helio entra en ignición en un núcleo degenerado lo hace explosivamente en un flash del helio, haciendo que el núcleo se expanda. Después, con la estrella en la rama horizontal del diagrama HR, el helio continúa quemándose de forma no explosiva en el núcleo, mientras que el hidrógeno se quema en una capa circundante.  Una vez que el Helio se ha agotado en el núcleo, continúa quemándose en una capa durante la fase de la rama gigante asintótica.

Los detalles de la fase evolutiva posteriores son inciertos. Sin embargo, se piensa que las capas externas de las gigantes rojas son expulsadas para formar una Nebulosa planetaria, dejando al núcleo de la estrella expuesto, constituyendo una enana blanca. Así pues, el punto final de la evolución estelar, tanto en las estrellas masivas como en las poco masivas es que la mayor parte de la estrella es dispersada en el espacio interestelar, dejando un remanente colapsado de combustible nuclear agotado.

DEjo una referencia amplia sobre el tema y, en los días sucesivos procurare hacer una descripción de los tipos más comunes de estrellas que en el cielo están presentes en todas las regiones del Universo, y, desde luego, los procesos, cambios de fase, evolución y muerte de las estrellas son los mecanismos de que se ha valido el Universo para traernos a nosotros y, ¿quien sabe? a cuantos seres más al inmenso Cosmos.

¡Que comience el debate!

emilio silvera

 

  1. 1
    emilio silvera
    el 20 de marzo del 2010 a las 15:49

    A mi siempre me han llamado la atención las estrellas de Carbono que, generalmente son, estrellas gigantes rojas y frias en una etapa avanzada de su evolución mostrando intensos rasgos caracterísiticos del Carbono en forma de bandas de CN, CH  y C₂, en su espectro, también conocida como estrella de tipo espectral C.

    En las estrellas de Carbono, la abundancia de Carbono es mayor que la de Oxígeno. La presencia adicional de Litio indica que estos elementos han sido producidos mediante reacciones nucleares en el núcleo de la estrella y que están siendo ahora transportados por convección hacia la superficie.

    Dado que el Carbono sólo puede ser producido por el proceso Triple-Alfa a temperaturas muy altas, estas estrellas deben de estar muy evolucionadas. Estos raros pero luminosos objetos incluyen a los antiguos tipos R (gigantes de tipo K con temperaturas de 4 000-5 000 K) y N (gigantes de tipo M aunque más frías, con unos 3 000 K). Las estrellas de Carbono de tipo N pueden ser hasta diez veces más luminosas que las de tipo R.

    Hace unos días se habló aquí de R Leporis que también es una estrella de Carbono. A lo largo del debate y, para aquellos visitantes primerisos en estos temas, dejaremos una breve referencia de los distintos tipos de estrellas que brillan en el cielo para que, no crean, que todo lo que arriba brilla está compuesto de los mismos materiales.

    Responder
  2. 2
    emilio silvera
    el 21 de marzo del 2010 a las 8:57

    Las estrellas se forman en esas inmensas masas de gas equivalentes a miles de millones de veces la masa del Sol, los brotes masivos de formación de estrellas son sucesos corrientes. Ocurre en galaxias de todo tipo, y algunos de ellos, los más poderosos, acaban lanzando fuera de las galaxias todo el material procesado en el interior de las estrellas; son los Supervientos Galácticos que dibujan las estructuras más llamativas del Universo visible: cientos y miles de estrellas jóvenes y luminosas que, al expulsar sus capas más externas, desgarran el gas que encuentran a su alrededor, empujándolo y apilándolo en cascarones de alta velocidad, que crecen y chocan entre ellos estructurando el medio interestelar.

    El flujo de fotones ultravioleta que producen las estrellas causa la ionización de un gran volumen de gas desvelando las estructuras, huecos, burbujas y cascarones que se generan con la energía de los flujos supersónicos. Un brote estelar deja huella en los discos y en los halos de las galaxias, huellas que perduraran durante millones de años, estructurando el medio interestelar y cambiando en muchas ocasiones las apariencias de las galaxias mismas.

    Los brotes de formación estelar en los núcleos de las galaxias son la cumbre, tanto en masa como en energía, de todo el rango que cubren las starbursts. La masa que se transforma en estrellas puede llegar a exceder 10⁹ masas solares, comparable a la masa total de hidrógeno molecular (H₂) de todo el disco de la Vía Láctea.

    Dependiendo de sus masas, edad, composición de elementos, de si está sola o acompañada, y de otros muchos factores, las estrellas están conformadas dentro de un abanico de una rica variedad que lo mismo podemos hablar de una estrella de Litio, Silicio o Tecnecio, que de una estrella de Enana Blanca, marrón o negra, de Neutrones y magnetizada o supermasivas e hipergigantes.

    Existen estrellas en el cielo que son muy ricas en metales pesados, como las estrellas de Bario o las estrellas S que están referidas a las estrellas de Circonio.

    Hablar de las estrellas es hacerlo de una parte esencial del Universo. Tan esencial que, sin ellas, no podría existir la diversidad de elementos que podemos detectar en el cielo en forma de moléculas de todo tipo que son los materiales a partir de los cuales surgen los mundos y, sobre ellos, los seres biológicos que nosotros consideramos formas de vida.

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  3. 3
    Emilio Silvera
    el 21 de marzo del 2010 a las 9:21

    El hecho de que existamos significa que cuando miramos al cielo nocturno deberemos ver inevitablemente un universo grande y viejo. El razonamiento funciona como sigue: Partiendo de los hechos de que el universo es plano, se está expandiendo, tiene una constante cosmológica pequeña y contiene irregularidades causadas por la materia agrupándose bajo la influencia de la Gravedad.

    ¿Cómo algunos de esos conglomerados de materia se transforman en estrellas, planetas y personas? El orden de todo eso es importante, porque, la vida empieza con el proceso de formación de las estrellas.

    Estamos hechos de una diversidad de material bariónico, no sólo de hidrógeno y helio (de hecho, no de helio). Cada elemento en nuestros cuerpos, aparte de los átomos de hidrógeno, ha sido fabricado dentro de una estrella, y eso tarda tiempo –un tiempo durante el que el Universo se sigue expandiendo-. De modo que el hecho de que nosotros existamos requiere que el Universo sea grande y viejo.

    El entendimiento moderno del modo en que los elementos químicos fueron fabricados dentro de las estrellas es otro ejemplo arquetípico del poder de combinar lo que sabemos de la física a gran escala –en este caso, la escala de las estrellas- con lo que sabemos de la física a pequeña escala –en este caso, la escala de los núcleos atómicos-. Esta vez, el estudio de la física de las estrellas (astrofísica) señaló el camino a una de las características clave de la física cuántica, la incertidumbre asociada con la dualidad onda-partícula.

    Para un físico, una estrella vista desde fuera es una cosa simple. Es una bola de materia unida por la gravedad, y que se evita que se colapse más por el calor generado en su núcleo, que establece una presión que equilibra la gravedad.

    Si se conoce de una estrella cuan brillante es y cuan masiva es, es un cálculo sencillo saber cómo debería ser en su corazón para prevenir el colapso. NO importa de qué esté hecha la estrella, o de donde saque la energía, tiene que tener una determinada temperatura interna para proporcionar la resistencia a la atracción de la gravedad y para que brille como lo hace.

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  4. 4
    emilio silvera
    el 21 de marzo del 2010 a las 18:48

    Todos sabemos lo que denominamos estrella binaria que está referida a un par de estrellas unidas por su atracción gravitatoria mutua y orbitando en torno a su centro de masas común, en contraposición a una doble óptica, que no está ligada gravitacionalmente.

    Una binaria visual es aquella que se puede resolver visual o fotográficamente, mientras que una binaria astrrométrica es detectable únicamente por las irregularidades en el movimiento propio de alguna de las estrellas visibles. En las binarias eclipsantes son los eclipses los que aportan evidencias directas de la existencia de una compañera, mientras que en las binararias espectroscópicas son los desplazamientos Doppler de las líneas espectrales.

    Los períodos orbitales de las binarias varían entre minutos y cientos de años. Las binarias con componentes muy próximos entre sí se subdividen de acuerdo a cuánto llena cada componente su lóbulo de Roche, dando lugar a binarias separadas, semiseparadas y de contacto.

    Las últimas dos categorias incluyen a las binarias en interacción, en las que existe una transferencia de masa. Muchas binarias son también estrellas variables, siendo las más importantes las distintas formas de binarias cataclísmicas, las supernovas de tipo l y ciertas fuentes variables de rayos X.

    Nota al lóbulo de Roche: Está referido a la región que rodea a las estrellas de un sistema binario, dentro del cual cualquier material se encuentra gravitacionalmente ligado a esa estrella particular. La frontera de un lóbulo de Roche es una superficie equipotencial, y los lóbulos se tocan en el punto lagrangiano interior, L1, a través del cual puede ocurrir transferencia de masa si una de lass componentes se expande hasta llenar su lóbulo.

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  5. 5
    emilio silvera
    el 21 de marzo del 2010 a las 18:58

    Hay estrellas que poseen un intenso campo magnético, como revela el desdoblamiento de Zeeman de las líneas de su espectro. Algunos ejemplos importantes de estrellas magnéticas son las denominadas estrellas A peculiares, en las que la intensidad del campo magnético también es variable.

    Más recientemente se ha aplicado el término de estrella magnética a las estrellas AM Herculis, una clase de variable cataclísmica que contiene enanas blancas con campos magnéticos extremadamente intensos (del orden de 100 tesla).  

    Responder
  6. 6
    emilio silvera
    el 22 de marzo del 2010 a las 8:19

    Fred Hoyle tenía un dominio de la física nuclear no superado entre los astrónomos de su generación y sus trabajos acerca de las reacciones nucleares de fusión en las estrellas a mediado de los años cuarenta es difícil de superar pero, su carácter rebelde le tenía enfrentado a los “arbitros” del momento que, no acogían muy bien sus avanzadas e innovadoras ideas. Respecto a todo esto y, como le era difícil pasar el filtro de esos “señores”, tenía que enviar a los periódicos sus artículos sobre el tema y, en uno que escribió en 1954, demostró sin lugar a ninguna duda como las estrellas gigantes rojas podían convertir carbono en oxígeno 16 (O16).

    Claro que aún quedaba el obtáculo aparentemente insuperable del hierro. El hierro es el más estable de todos los elementos; fusionar núcleos de hierro para formar núcleos de otros elementos más pesados consume energía en vez de liberarla; ¿cómo, pués, podían las estrellas efectuar la fusión del hierro y seguir brillando? Fue Hoyle el que pensó que las supernovas podían realizar la tarea, que el extraordinario calor de una estrella en explosión podía servir para forjar los elementos más pesados que el hierro, si el de una estrella ordinaria no podía.

    Luego, en 1956, el tema de la producción estelar de elementos recibió un nuevo ímpetu cuando el astrónomo norteamericano Paul Merrill identificó las reveladoras líneas de tecnecio 99 en el espectro de las estrellas S. El tecnecio 99 es más pesado que el hierro. Tambioén es un elemento inestable, con una  vida media de sólo 200.000 años. Si los átomos de tecnecio que Merrill detectó se hubiesen originado hace miles de millones de años en el big bang, se habrían desintegrado desde entonces y quedaria hoy muy pocos de ellos en las estrellas S o en otra cualquiera. Sin embargo, allí estaban. Evidentemente, las estrellas sabían como construir elementos más allá del hierro, aunque nlos astrofísicos no lo supiesen.

    Estimulado por el trabajo de Merryll, Hoyle reanudó sus trabajos de investigación junto con Willy Fowler experto en la física nuclear, y Geoffrey y Margaret Burbidge, un talentoso equipo de marido y mujer que, como Hoyle eran excepticos ingleses en lo relativo al big bang.

    La historia entera sería larga de contar pero, dando un salto me iré a ese día feliz en el cual y felizmente, la Naturaleza les proporcionó una piedra de Rosetta con la cual Hoyle y su equipo podían someter a prueba sus ideas sobre la forma en que la curva atómica de la abundancia de elementos va surgiendo a medida que las estrellas hacen su trabajo de fusión primero y, al agotar el material nuclear explotan como supernovas y dejan sembrado el cielo de esos otros materiales que no se pueden fabricar de otra manera que a esa de enormes temperaturas que sólo puede proporcionar una explosión supernova.

    Así que, partiéndo del Hidrógeno se hace un largo recorrido que nos hace pasar por el Helio, Litio, Berilio, Boro, Carbono, Oxígeno, Neón, Silicio, Azufre, Hierro…Plomo, Torio y Uranio. He dado muchos saltos para no poner los 92 elementos naturales que se fabrican en las estrellas y en su medio estelar con las transiciones de fases correspondientes a los distintos ciclos por las que pasan las estrellas en función de sus masas y lo rápido o lento que consuman su material nuclear.

    Esos otros elementos que sobrepasan de la Tabla Periódica, son artificiales que, como el Plutonio, por ejemplo, ha podido conseguir el hombre para paliar la falta de Uranio 235 en la Naturaleza al convertir, mediante el bombardeo de neutrones lentos en un reactor generador, Uranio 238 en Plutonio 239 pero, eso sería otra historia.

    Responder
  7. 7
    kike
    el 22 de marzo del 2010 a las 12:17

    Buenos dias.

    Como se indica arriba, el hierro, con su gran estabilidad, actúa de manera inversa a otros elementos, y cuando se constituye en la mayor parte del núcleo de las estrellas, su fusión necesita de energía en vez de donarla, motivo por el cual las estrellas se desestabilizan, ya que esa energía es crucial para contener a la omnipresente gravedad, que ante el menor fallo de la fuerza que la contrarresta, redobla su empuje, consiguiendo colapsar a la estrella involucrada.

    Ese proceso que pareciera accidental es en realidad de lo más corriente, siendo el camino más normal en la evolución de los astros; así que podríamos decir que el hierro es determinante en la vida de las estrellas precisamente por su gran estabilidad; y eso que en el espacio la estabilidad es algo raro, ya que todo evoluciona y se transforma contínuamente.

    De todas formas es curioso el saber  que algunas estrellas evitan su colpaso a base de robar gas a su compañera binaria, consiguiendo durante bastante tiempo evitar su destino y ocasionando unos cambios tan drásticos de sus condiciones que pueden ser vistos a gran distancia; no obstante únicamente consiguen alargar su agonía, pues más tarde o temprano siguen uno de los diversos caminos que la naturaleza les ha otorgado; sólo las pequeñas y solitarias estrellas se pueden burlar durante mucho tiempo (Quizás más del que se pueda pensar), de ese destino, y ello en base a comportarse como si estuvieran en crisis, gastando sólo lo imprescindible y ahorrando al máximo; de esa forma su capital de gas les permite llegar muy lejos, a diferencia de las gigantes rojas y azules, que por su gran poderío gastan energía de manera descontrolada, y en poco tiempo se les acaba su capital.

    Por supuesto que estoy haciendo una analogía con nuestra forma de ser, ya que es muy parecido el uso económico que hacemos de nuestro capital y los resultados que tarde o temprano llegan; aquellas familias con ingresos pequeños, pero que no obstante controlan sus gastos, podrán vivir en buenas condiciones quizás mucho  más tiempo que otras, que dotadas de amplios capitales, los gastan sin miramiento alguno, lo que pronto conduce a su ruina.

    Siguiendo ese símil, existen desgraciadamente otras familias, que por sus exíguos réditos, no consiguen nunca sacar adelante a la familia, quedando esta rota y sin futuro; lo que podría parecerse a las enanas marrones, que  debido a su falta de materia no consiguen obtener en su núcleo el calor suficiente para que comiencen las reacciones nucleares, quedando en estrellas fallidas.

    Responder
  8. 8
    emilio silvera
    el 22 de marzo del 2010 a las 14:29

    Buena analogía extrapolada desde el comportamiento de las estrellas hacia las familias y en la forma que las unas y las otras “gastan su combustible”, las unas de hidrógeno y helio, etc., y, las otras de capital del que puedan disponer.

    Muchos son los factores, tanto en uno como en el otro caso que podríamos traer a quí a colación para explicar esos comportamientos pero, ya iremos avanzando en ello, sobre todo, en el de las estrellas de los distintos signos, masas, temperaturas, materiales, etc.

    Me marcho a Ciencia Kanija a comentar sobre tres nuevos artículos que han salido y, más tarde regreso para ver como anda esto. Aunque los comentarios no sean muchos, al menos en este Debate me he propuesto dejar una amplia reseña de lo que son las estrellas, sus comportamientos según sus masas, los materiales de los que están conformadas dependiendo de la generación a la que pertenezca la Nebulosa que les dio la vida, etc.

    ¡Las estrellas! Esas maravillas.

    Responder
  9. 9
    Javier
    el 22 de marzo del 2010 a las 19:33

    Paciencia Emilio, los comentarios ya se irán multiplicando. Y si no lo hacen tal vez sea porque para muchos de nosotros las estrellas están asociadas a la contemplación silenciosa. Lo que, seguramente en razón de la inmensidad que nos revela, suele pasarnos tambien con el mar. “Perdiendo el tiempo de cara al mar” cantaba Serrat, y quién no ha perdido el tiempo de cara al cielo nocturno alguna vez.
      

    Responder
  10. 10
    emilio silvera
    el 22 de marzo del 2010 a las 20:17

    Sí, amigo Javier, por naturaleza soy muy impaciente y quiero tener las cosas terminadas antes de empezarlas, lo cual, como bien se no es posible. Sin embargo, mi carácter es así. Ya me gustaría ser tranquilo y pensar las cosas dos veces, me habría evitado más de un disgusto.

    Pero, volviendo a las estrellas, hablaré de un extraño tipo que llaman estrella de litio. Es una estrella gigante inusual de tipo espectral G, K o M que presenta litio en su espectro. Las reacciones nucleares en o cerca del núcleo de la estrella evolucionada produce berilio, que es transportado por convección a las capas superiores.

    El término es en ocasiones explicado para referirse a las estrellas T Tauri (que son muy jóvenes y todavía en formación); en estos casos el litio es probable que se hallara en el gas del cual se formó la estrella, y será pronto destruido una vez que la estrella alcance la secuencia principal.

    Amigo Javier, yo también he pasado horas mirando el horizonte del Océano Atlántico en su inmensidad y, desde luego, mirando el titilar de las brillantes estrellas en una noche oscura. En ambos casos, nos podemos sentir pequeños ante tanta grandeza pero, sin embargo, nuestra imaginación nos transporta a lugares maravillosos y también, ¿por qué no decirlo? a mundos imaginarios y fantásticos que allí, en la lejanía de las estrellas, pueden tener a seres inteligentes que mirándo a nuestra ubicación en el Brazo de Orión, se pregunte si por aquí podría existir alguna clase de vida.

    Un saludo cordial amigo.

    Responder
  11. 11
    emilio silvera
    el 22 de marzo del 2010 a las 20:40

    Por ser bien conocidas por todos, me referiré aquí de manera muy breve,  a las estrellas de Neutrones, esos objetos extremadamente pequeños y densos que es lo que queda después de que una estrella masiva sufre una explosión de supernova de tipo II. Durante la explosión, el núcleo de la estrella masiva se colapsa bajo su propia gravedad hasta que, a una densidad de unos 1017 kg/m3, los electrones y los protones están tan juntos, que pueden combinarse para formar neutrones. El objeto resultante, consistente solo en neutrones, se soporta frente a un mayor colapso gravitacional por la presión de degeneración de los neutrones, siempre que su masa no sea mayor que unas dos masas solares (límite de Oppenheimer-Volkoff).

    Si el objeto fuese más masivo colapsaría hasta formar un agujero negro. Una típica estrella de neutrones con una masa poco mayor que la del Sol tendría un diámetro de sólo 30 Km, y, si consideramos que el Sol tiene aproximadamente 1.400 Km de diámetro, nos podemos hacer una idea de la sdensidad adquirida por esa clase de estrellas. Podríamos decir que, la densidad podría ser mucho mayor que la que tendría un terrón de azúcar con una masa igual a la de toda la humanidad.

    Cuanto mayor es la masa de una estrella de neutrones, menor será su diámetro y mayor su densidad. Se cree que una estrella dse neutrones tienen un interior de neutrones superfluidos y, en algunos casos, la enorme compresión a la que ha sido llevada la materia, se puede haber convertido en un plasma de quarks y gluones, las partículas que componen a los neutrones y, de momento, las pequeñas conocidas. En ese caso, la materia  allí presente se comportaría como un superfluido de viscosidad cero que, rodeado de una corteza de más o menos 1 Km de grosor, estaría compuesta de elementos como el hierro.

    Los púlsares son estrellas de neutrones magnetizadas en rotación. Las binarias de rayos X masivas también se piensa que contienen estrellas de neutrones, y, algunos casos especiales y bajo ciertas circunstancias, aparecen los magnetares, otra fase de estas extrañas estrellas de las que hablaremos más durante el debate.

    Responder
  12. 12
    emilio silvera
    el 22 de marzo del 2010 a las 20:50

    Las estrellas, enormes bolas de gas y polvo luminosas que desde su nacimiento producen energía por la fusión nuclear del hidrógeno para formar helio. El término, por tanto, no sólo incluye estrellas como el Sol, que están en la actualidad quemando hidrógeno, sino también protoestrellas, aún no lo suficientemente calientes como para que dicha combustión haya comenzado, y varios tipos de objetos evolucionados como las estrellas gigantes y supergigantes, que están quemando otros combustibles nucleares más complejos que el hidrógeno, o las enanas blancas y las estrellas nucleares, que están formadas por combustibles nuclear gastado.

    La masa máxima de una estrella es de unas 120 masas solares, por encima de la cual sería destruida por su propia radiación. La masa mínima está calculada en 0’80 masas solares; por debajo de ella, los objetos no serían lo suficientemente calientes en sus núcleos como para que comience la combustión del hidrógeno, y se convertirían en enanas marrones. Las luminosidades de estrellas varían desde alrededor de medio millón de veces la luminosidad del Sol para las más calientes hasta menos de una milésima de la del Sol para las enanas más débiles. Aunque las estrellas más prominentes visibles a simple vista son más luminosas que el Sol, la mayoría de las estrellas son en realidad más débiles que éste y, por tanto, imperceptibles a simple vista.

    Las estrellas brillan como resultado de la conversión de masa en energía por medio de reacciones nucleares, siendo las más importantes las que involucran al hidrógeno. Por cada kilogramo de hidrógeno quemado de esta manera, se convierte en energía aproximadamente siete gramos de masa (el 7 ‰). De acuerdo a la famosa ecuación E = mc2, los siete gramos equivalen a una energía de 6’3×1014 julios. Las reacciones nucleares no sólo aportan el calor y la luz de las estrellas, sino que también producen elementos más pesados y complejos que el hidrógeno y el helio.

    Estos elementos pesados y más complejos (litio, carbono, oxígeno, etc) han sido distribuidos por el espacio, de tal manera que están presentes por todo el universo mediante explosiones de supernovas o por medio de nebulosas planetarias y vientos estelares. De esta manera, y, a partir de las estrellas que acaban sus vidas, de ese material que dejan espacido por el espacio, nacen nuevas estrellas y nuevos mundos.

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  13. 13
    emilio silvera
    el 22 de marzo del 2010 a las 21:31

    Cuando lleguemos a las estrellas supermasivas y gigantes tendremos que utilizar el concepto mismo de “singularidad”que, desagradaba a la mayoría de los físicos, pues la idea de una densidad infinita se alejaba de toda comprensión.  La naturaleza humana está mejor condicionada a percibir situaciones que se caracterizan por su finitud, cosas que podemos medir y pesar, y que están alojadas dentro de unos límites concretos; serán más grande o más pequeñas pero, todo tiene un comienzo y un final pero… infinito, es difícil de digerir.  Además, en la singularidad, según resulta de las ecuaciones, ni existe el tiempo ni existe el espacio. Parece que se tratara de otro universo dentro de nuestro universo toda la región afectada por la singularidad que, eso sí, afecta de manera real al entorno donde está situada y además, no es pacífica, ya que se nutre de cuerpos estelares circundantes que atrae y engulle.

    La noción de singularidad empezó a adquirir un mayor crédito cuando Robert Oppenheimer, junto a Hartlan S. Snyder, en el año 1.939 escribieron un artículo anexo de otro anterior de Oppenheimer sobre las estrellas de neutrones. En este último artículo, describió de manera magistral la conclusión de que una estrella con masa suficiente podía colapsarse bajo la acción de su propia gravedad hasta alcanzar un punto adimensional; con la demostración de las ecuaciones descritas en dicho artículo, la demostración quedó servida de forma irrefutable que una estrella lo suficientemente grande, llegado su final al consumir todo su combustible de fusión nuclear, continuaría comprimiéndose bajo su propia gravedad, más allá de los estados de enana blanca o de estrella de neutrones, para convertirse en una singularidad.

    Los cálculos realizados por Oppenheimer y Snyder para la cantidad de masa que debía tener una estrella para terminar sus días como una singularidad estaban en los límites másicos de M =~ masa solar, estimación que fue corregida posteriormente por otros físicos teóricos que llegaron a la conclusión de que sólo sería posible que una estrella se transformara en singularidad, la que al abandonar su fase de gigante roja retiene una masa residual como menos de 2 – 3 masas solares.

    Oppenheimer y Snyder desarrollaron el primer ejemplo explícito de una solución a las ecuaciones de Einstein que describía de manera cierta a un agujero negro, al desarrollar el planteamiento de una nube de polvo colapsante. En su interior, existe una singularidad, pero no es visible desde el exterior, puesto que está rodeada de un horizonte de suceso que no deja que nadie se asome, la vea, y vuelva para contarlo. Lo que traspasa los límites del horizonte de sucesos, ha tomado el camino sin retorno. Su destino irreversible, la singularidad de la que pasará a formar parte.

    Desde entonces, muchos han sido los físicos que se han especializado profundizando en las matemáticas relativas a los agujeros negros. John Mheeler (que los bautizó como agujeros negros), Roger Penrose, Stephen Hawking, Kip S. Thorne, Kerr y muchos otros nombres que ahora no recuerdo, han contribuido de manera muy notable al conocimiento de los agujeros negros, las cuestiones que de ellas se derivan y otras consecuencias de densidad, energía, gravedad, ondas gravitacionales, etc, que son deducidas a partir de estos fenómenos del cosmos.

    Se afirma que las singularidades se encuentran rodeadas por un horizonte de sucesos, pero para un observador, en esencia, no puede ver nunca la singularidad desde el exterior. Específicamente implica que hay alguna región incapaz de enviar señales al infinito exterior. La limitación de esta región es el horizonte de sucesos, tras ella se encuentra atrapado el pasado y el infinito nulo futuro. Lo anterior nos hace distinguir que en esta frontera se deberían reunir las características siguientes:

    §   debe ser una superficie nula donde es pareja, generada por geodésicas nulas;

    §   contiene una geodésica nula de futuro sin fin, que se origina a partir de cada punto en el que no es pareja, y que

    §   el área de secciones transversales espaciales jamás pueden disminuir a lo largo del tiempo.

    Todo esto ha sido demostrado matemáticamente por Israel, 1.967; Carter, 1.971; Robinson, 1.975; y Hawking, 1.978 con límite futuro asintótico de tal espaciotiempo como el espaciotiempo de Kerr, lo que resulta notable, pues la métrica de Kerr es una hermosa y exacta formulación para las ecuaciones de vacío de Einstein y, como un tema que se relaciona con la entropía en los agujeros negros.

     

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  14. 14
    Javier
    el 22 de marzo del 2010 a las 21:35

    ¿Dónde termina todo esto? ¿Termina?
    Conocemos distintas teorías respecto del fin o del no fin del universo. Las evidencias hoy tal vez favorecen mayormente a la idea de un universo que se iría expandiendo y enfriando cada vez mas. La muerte definitiva del universo suele asociarse a la muerte de la última estrella. El universo en su carrera entrópica parece avanzar hacia un final anunciado. ¿Habrá en efecto un “día”, ya sea en miles de millones o trillones de “años”, en que el universo no tendrá estrellas? (hablo de días y años por simplificación, no sin advertir que para entonces ya no habrán sucesiones de días y noches sobre la tierra, ni tierra girando alrededor del sol cada 365 días) Y por otro lado, ¿la muerte de las últimas estrellas sería necesariamente el fín del universo?

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  15. 15
    Zephyros
    el 23 de marzo del 2010 a las 3:43

    Las estrellas. Solemos hablar casi siempre de los procesos de fusión en su interior, yo voy a mirar de reojo a otro aspecto, el magnetismo. Por ejemplo: el magnetismo solar por ser el que nos cae más cerca y además algo nos toca.

    Muchos misterios quedan por desvelar respecto los campos magnéticos creados en el Sol y las manchas que se producen, y es que si algo hay en el Sol es precisamente mucha marcha  y esa marcha produce fenómenos dignos de estudio.

    Resulta que desde la superficie (fotosfera) hacia el interior tenemos una especie de plasma compuesto por átomos de hidrógeno fundamentalmente que han perdido sus electrones que vagan por el plasma creando grandes corrientes eléctricas, también hay helio en menor medida. Y tal y como nos enseñaron en clase de física una corriente eléctrica genera un campo magnético, al igual que un campo magnético en movimiento genera una corriente eléctrica (induce) en un hilo conductor que pongamos al lado. Y es que el plasma cargado se mueve, rota, hierve como agua hirviendo y esto provoca que se cree un magnetismo bestial  (y eso que el sol no genera magnetismo como el que ha comentado Emilio de 100T ni mucho menos)

    El caso es que los movimientos del plasma cargado por un lado son caóticos (de ahí las grandes variaciones en los campos magnéticos solares y la emisión de energía variable), pero por otro está el misterio de la regularidad que hace que cada 11 años se produzca un pico en las tormentas solares, realmente es un ciclo que dura 11 años, empieza suave para ir alborotándose y terminar con gran inestabilidad, grandes explosiones y emisiones de viento solar, luego después de la tormenta solar viene la calma y otro periodo de 11 años hasta la nueva fiesta (aunque no es de golpe, va aumentando el alboroto a lo largo del ciclo). Y es que las explosiones que se dan o espectaculares fulguraciones solares equivalen a millones de bombas de hidrógeno explotando a la vez.

    Parece ser que hay dos zonas diferenciadas en cuanto a la dinámica o movimiento solar, una interior que se comporta como un rígido y otra exterior (el plasma comentado) y ambas rotan a distintas velocidades y el plasma rota también en el ecuador va más rápido y en los polos un poco más lento, esto favorece el magnetismo solar.

    Existen zonas un poco más frías que vemos como manchas, pero son como un cañón magnético, una especie de túnel por el que escapan las líneas de fuerza del campo magnético. Aparecen en estos puntos esos espectaculares arcos de material eyectado por un lado y recogido después, suelen coincidir las fulguraciones solares con las zonas de manchas, las zonas de mayor actividad magnética como he comentado antes.

    No se dispone a día de hoy de un mapa magnético solar que explique los ciclos de actividad que llegan incluso a afectar a planetas “cercanos”, como en la Tierra donde se producen verdaderas interferencias (en satélites especialmente detectables) y grandes apagones como en las últimas tormentas solares (ej Quebec 1989), aunque tengamos un escudo que nos protege del viento solar, se ha demostrado que tiene fisuras

    Pero tras el campo magnético terrestre que nos protege casi de todo el viento solar, está la atmósfera que lo completa absorbiendo el viento solar que se cuele, ese viento compuesto principalmente por protones de alta energía, y algunos electrones seguro también habrá. Ese viento que sería tan dañino para nosotros se nos acaba mostrando como bellas y espectaculares auroras boreales y australes al agruparse las partículas en los cinturones de Van Allen. Seguro que la vida en la Tierra sería bastante diferente si no tuviéramos magnetismo terrestre entre otras protecciones que disponemos.

    Pero, volviendo a las estrellas, para campo magnético el de los púlsares, estrellas de neutrones que como relojes emiten pulsos de radiación electromagnética regulares. Son los faros del espacio.

    PD: los emoticonos los he cogido de otro foro 🙂

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    • 15.1
      Zephyros
      el 23 de marzo del 2010 a las 3:44

      Pues vaya, no han salido ni lo emoticonos ni la foto tan chula que puse, sorry

      Responder

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