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¡¡DEBATE!! Sobre las estrellas y lo que suponen en el conjunto del...

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Debates    ~    Comentarios Comments (23)

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LAS ESTRELLAS:

Que por cierto, son algo más, mucho más, que simples puntitos luminosos que brillan en la oscuridad de la noche. Una estrella es una gran bola de gas luminosa que, en alguna etapa de su vida, produce energía por la fusión nuclear del hidrógeno para formar helio. El término estrella por tanto, no sólo incluye estrellas como nuestro Sol, que están en la actualidad quemando hidrógeno, sino también protoestrellas, aún no lo suficientemente calientes como para que dicha combustión haya comenzado, y varios tipos de objetos evolucionados como estrellas gigantes y supergigantes, que están quemando otros combustibles nucleares, o las enanas blancas y las estrellas nucleares, que están formadas por combustible nuclear gastado.

La masa máxima de una estrella es de unas 120 masas solares, por encima de la cual sería destruida por su propia radiación. La masa mínima es de 0,08 masas solares; por debajo de ella, los objetos no serían lo suficientemente calientes en sus núcleos como para que comience la combustión del hidrógeno, y se convertirían en enanas marrones.

La luminosidad de las estrellas varían desde alrededor de medio millón la luminosidad del Sol para las más calientes hasta menos de una milésima de la del Sol para enanas más débiles.

Aunque las estrellas más prominentes visibles a simple vista son más luminosas que el Sol, la mayoría de las estrellas son en realidad más débiles que éste y, por tanto, imperceptibles a simple vista.

Las estrellas brillan como resultado de la conversión de masa en energía por medio de reacciones nucleares, siendo las más importantes las que involucran al hidrógeno.

Por cada kilogramo de hidrógeno quemado de esta forma, se convierte en energía aproximadamente siete gramos de masa. De acuerdo con la famosa ecuación de Einstein E=mc2, los siete gramos equivalen a una energía de 6,3x10exp.14 Julios.

Las reacciones nucleares no sólo aportan el calor y la luz de las estrellas, sino que también producen elementos más pesados que el hidrógeno y el helio. Estos elementos pesados han sido distribuidos por todo el Universo mediante explosiones de supernovas o por medio de Nebulosas planetarias y vientos estelares.

Las estrellas pueden clasificarse de muchas maneras:

  1. Mediante la etapa evolutiva, en presecuencia principal, secuencia principal, gigante, supergigante, enana blanca o estrella de neutrones.
  2. A partir de sus espectros, que indica su temperatura superficial conocida como clasificación de Morgan-Keenan.
  3. En Población I, II y III, que engloban estrellas con abundancias progresivamente menores de elementos pesados.

EVOLUCIÓN ESTELAR

El título anterior está referido a la serie de cambios que sufren las estrellas durante sus vidas, cuya escala de tiempo depende fuertemente de sus masas y también en cierta medida, de su composición inicial. El progreso de una estrella durante su evolución puede ser seguido en un gráfico denominado diagrama de Hertzsprung-Russell (HR).

Una estrella nace cuando se colapsa una extensa nube de gas por su propia gravedad (sería largo explicar aquí todo el proceso de rozamiento, ionización de las partículas y moléculas de la nube, hasta llegar a formarse el núcleo central). Una estrella brilla por primera vez porque la energía potencial gravitatoria perdida en este colapso se libera en forma de calor y luz.

Finalmente, la temperatura en el centro de la protoestrella se hace lo suficientemente alta como para hacer entrar en ignición una serie de reacciones nucleares que involucran deuterio (un isótopo del hidrógeno), siendo durante algún tiempo la energía de esta reacción suficiente para evitar un colapso mayor.

Una vez que el deuterio se ha agotado, el colapso continúa, y la estrella es clasificada como un objeto presecuencia principal, siguiendo una trayectoria característica en el diagrama  HR. Para una estrella como nuestro Sol, esta fase dura varios millones de años.

Finalmente, el núcleo de la estrella se vuelve lo suficientemente caliente como para iniciar las reacciones nucleares que convierten el hidrógeno en Helio, uniéndose la estrella a la secuencia principal en el diagrama HR.

Esta fase de combustión del hidrógeno durará entre unos pocos millones de años, para las estrellas más masivas, a (potencialmente) más de la edad actual del Universo para estrellas poco masivas.

Una vez que el hidrógeno del núcleo se ha agotado, el núcleo se contrae bajo su propia gravedad (la que su propio peso genera) hasta que, en estrellas de más de 0,4 masas solares se vuelve lo suficientemente caliente como para iniciar reacciones nucleares que transforman helio en carbono.

La evolución posterior depende de la masa de la estrella. En estrellas de masa similar a la del Sol y mayor, mientras procede la combustión del helio, puede continuar la combustión del hidrógeno en una capa exterior al núcleo. En esta fase post-secuencia principal la estrella es más fría, más grande y más brillante de lo que lo era en la secuencia principal, y se clasifica como una gigante o, para las estrellas más masivas, una supergigante. Una vez que el helio del núcleo se ha agotado, el proceso de contracción del núcleo, seguido del comienzo de un nuevo conjunto de reacciones nucleares, puede comenzar nuevamente, repitiéndose varias veces.

Así pues, las gigantes más masivas y las supergigantes pueden desarrollar una estructura en capas, quemándose el combustible más pesado en el centro, mientras las capas superiores contiene combustibles más ligeros del ciclo de combustión anteriores. A través de estos procesos de las estrellas se hacen mayores y más brillantes.

Finalmente, sin embargo, bien la contracción del núcleo deja de producir una temperatura lo suficientemente alta como para que se produzcan más reacciones nucleares o bien, el las supergigantes, se llega a un punto en el que el núcleo está constituido por hierro, que no puede ser utilizado como combustible nuclear. El núcleo al colapsarse se convierte en una estrella de Neutrones o posiblemente en un Agujero Negro, mientras que las capas exteriores son eyectadas explosivamente en una explosión de supernova del tipo II.

En las estrellas menos masivas la evolución procede de manera bastante diferente, en parte porque sus núcleos son lo suficientemente densos como para que sean importantes los efectos de degeneración.

Cuando el helio entra en ignición en un núcleo degenerado lo hace explosivamente en un flash del helio, haciendo que el núcleo se expanda. Después, con la estrella en la rama horizontal del diagrama HR, el helio continúa quemándose de forma no explosiva en el núcleo, mientras que el hidrógeno se quema en una capa circundante.  Una vez que el Helio se ha agotado en el núcleo, continúa quemándose en una capa durante la fase de la rama gigante asintótica.

Los detalles de la fase evolutiva posteriores son inciertos. Sin embargo, se piensa que las capas externas de las gigantes rojas son expulsadas para formar una Nebulosa planetaria, dejando al núcleo de la estrella expuesto, constituyendo una enana blanca. Así pues, el punto final de la evolución estelar, tanto en las estrellas masivas como en las poco masivas es que la mayor parte de la estrella es dispersada en el espacio interestelar, dejando un remanente colapsado de combustible nuclear agotado.

DEjo una referencia amplia sobre el tema y, en los días sucesivos procurare hacer una descripción de los tipos más comunes de estrellas que en el cielo están presentes en todas las regiones del Universo, y, desde luego, los procesos, cambios de fase, evolución y muerte de las estrellas son los mecanismos de que se ha valido el Universo para traernos a nosotros y, ¿quien sabe? a cuantos seres más al inmenso Cosmos.

¡Que comience el debate!

emilio silvera

 

  1. 1
    emilio silvera
    el 23 de marzo del 2010 a las 8:27

    Después del recorrido que hemos realizado de la mano del amigo Zephyros por los mecanismos esenciales de nuestro (no ya inestimable Sol) imprescindible estrella, hay que decir que durante los últimos años nuestro conocimiento del Sol ha expertimentado un gran avance propiciado por nuevos instrumentos de observación, el desarrollo de nuevas teorías y por la mejora de las herramientas compoutacionales.

    Hy en día disponemos de dos herramientas muy potentes para estudiar el interior solar: los neutrinos solares y la heliosismología. Bethe y Critchfield (1938) propusieron un ciclo de reacciones de fusión nuclear para explicar la generación de la energía en el caso de estrellas de masa pequeña como el Sol. El Balance final de dicho ciclo de reacciones, Ciclo p-p, es: 4p → He4 + 2e+ + 2νe + energía.

    Tal ciclo sabemos que se produce no sólo porque los dijeran Bethe y su compañero, sino poeque hoy, tenemos los mecanismos y herramientas necesarias para “observar” el interior del Sol mediante detectores situados en el interior de la Tierra.

    Muchos han sido los proyectos que han tratado de “conocer” el Sol en profundidad pero, la solución nos llegó de la mano del detector SNO (Canadá). En el 2002 se obtuvieron los primeros resultados y, mientras que el experimento sensible a toda clase de neutrinos  detectaba el flujo esperado, el sensible a los neutrinos electrónicos detectaba únicamente la tercera parte. Por tanto, se confirmaba la teoría propuesta de generación de energía en el Sol, la composición química de su interior y la existencia de una oscilación de los neutrinos que cambiaban su carácter.

    La heliosismología permite el estudio del interior solar a partir de las observaciones de ondas acústicas y de gravedad. Algunos, como Ulrich y Leibacher, descubrieron que el Sol tiene oscilaciones globales con un período de 5 minutos y propusieron explicarlas en términos de ondas sonaras atrapadas en cavidades resonantes debajo de la superficie solar.

    Esta teoría fue comprobada por Deubner (1975), y de dichas oscilaciones acústicas (modos p) pueden detectarse numerosos armónicos. Los diferentes armónicos penetran a menor o mayor profundidad en el Sol y permiten realizar un sondeo sísmico del interior solar. Experimentos como GOLF y VIRGO, a bordo del satélite SOHO, permiten observar modos de oscilaciones que penetran hasta el núcleo y, aplicándo métodos de inversión, se puede obtener la velocidad del sonido en el interior (dependiente de la temperatura y composición química), compararla a partir del modelo solar estándar, y constreñir parámetros desconocidos de dicho modelo como la abundancia de Helio y de elementos pesados.

    La rotación solar produce una separación de frecuencias y, si se determina observacionalmente esta separación, se puede obtener el perfil de rotación del interior solar dependiente de la profundidad y de la latitud. Los resultados sugieren que el núcleo solar, a partir de 0,3 radios solares, rota rápidamente con la zona radiativa con un período de 26,6 días, y que en la base de la zona de convección, situada a 0,693 radios solares, existe una fuente de transición de rotación rígida a rotación diferencial.

    A esta capa de transición se la denomina la tacoclina y su espesor es de aproximadamente 0,04 radios solares. La estructura física de la tacoclina parece ser clave para entender la dinamo solar y la generación de los campos magnéticos (a los que antes se refería Zephyros) responsables de la actividad solar.

    Además de los modos p, se sospecha que en el núcleo solar existe también ondas de gravedad (modos g) cuyo interés radica en que, si son detectadas, pueden utilizarse para sondear el núcleo del Sol por debajo de 0,2 radios solares. Recientemente, han analizado diez años de observaciones de GOLF y sugieren que sus resultados son compatibles con la presencia de modos gravitatorios y de un núcleo que por debajo de 0,15 radios solares posee una velocidad de rotación cinco veces mayor que la de la zona radiativa.

    Por otra parte, la heliosismología local permite detectar, debajo de las manchas solares y de las regiones activas, desviaciones de la velocidad del sonido. Ello nos permite obtener información sobre la magnetoconvección y la existencia de flujos a gran escala asociados, en general, a la dinamo solar. Las perturbaciones de la velocidad del sonido pueden ser usadas incluso para sondear la cara opuesta del Sol y obntener información acerca de regiones activas no observables directamente.

    Como podreis comprender, el Sol es la estrella que siendo la más cercana al planeta Tierra, nos puede servir de Laboratorio Natural en nuestras investigaciones para conocer los mecanismos y funcionamiento de las estrellas. Como el comentario se hace largo, dejaré para luego el comentar sobre el fenómeno de la Corona Solar, la generación de flujos de material caliente y de los bucles coronales.

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  2. 2
    emilio silvera
    el 25 de marzo del 2010 a las 8:10

    La Hipótesis de estrella de Quarks (EQs) podrían responder a muchos interrogantes surgidos a partir de observaciones astrofísicas que no coinciden con los modelos canónicos teóricos de las Estrellas de Neutrones ( ENs ). Decimos que son hipotéticas porque se conjetura que estarían formadas por Materia Extraña ( ME ). La comunidad astrofísica espera evidencias observacionales que permitan diferenciarlas de las ENs, ya que podrían explicar un conjunto de observaciones astronómicas que aún resultan una incógnita. Es sabido que una EN es el remanente del colapso de una estrella masiva. El colapso de la estrella, la supernova, da lugar a un núcleo compacto hiperdenso de hierro y otros metales pesados que sigue comprimiéndose y calentándose. Su densidad continúa aumentando, dando lugar a una “ neutronización “ ( recombinación de electrones con protones que resultan en neutrones ) y el gas degenerado de neutrones frena el colapso del remanente.
     
    Una EQ, a diferencia de una EN, no se originaría necesariamente de una evolución estelar después del agotamiento del combustible nuclear de una estrella normal. Sería, probablemente, producto de la transición de fase hadrón-quark a altísima densidad. La Cromodinámica Cuántica ( CDC ), la Teoría de las Interacciones Fuertes que ocurren dentro de los nucleones ( protones y neutrones ), concibe teóricamente la idea de la transición de fase hadrón-quark a temperaturas y/ o densidades extremadamente altas con el consecuente desconfinamiento de quarks y gluones, que fomarían una especie de “ sopa “. Sin embargo, los quarks libres no se han encontrado aún, en uno u otro límite, en ningún experimento terrestre.
     
    La “ sopa “ que mencionamos antes, se conoce como Plasma Quark-Gluón ( PQG ). En el límite de altas temperaturas, el PQG está tratando de obtenerse en el laboratorio y existen fuertes indicios de que se logre con éxito experimentos de altas energías como el Colisionador Relativista de Iones Pesados ( conocido por sus siglas en inglás como RHIC ) de Brookhaven, New York.
     
    Por otro lado, se espera que a través de observaciones astronómicas se compruebe que la transición a altas densidades se hubiese producido en el interior de alguna EN. Esto se debe a que los valores de densidades estimados para que dicha transición tuviese lugar coinciden con densidades del orden de ( 3 – 12 ) ρ0 ( siendo ρ0 ̃ 0, 17 fmˉ ³ la densidad de equilibrio nuclear ) que son típicas del interior de las ENs. Los cálculos basados en diferentes ecuaciones de estado de la materia nuclear muestran estos resultados, por lo que sería razonable que el núcleo de las ENs estuviese formado por materia de quarks.
     
    Recientemente, la relación entre campo magnéticos y materia densa está atrayendo la atención de los astrofísicos, especialmente después de las observaciones de emisiones peculiares de pulsares anómalos de rayos X, que se interpretan como ENs en rotación, y de emisiones de radiación γ de baja energía de los llamados repetidores de rayos γ suaves ( SGRs – soƒt gamma-ray repeaters ). El motor central de esas radiaciones podría ser un campo magnético mayor que 4 x 10¹³ Gauss, que es el campo crítico previsto por la Electrodinámica Cuántica.
     
    Muchas observaciones astronómicas indirectas sólo se explicarían a través de la existencia de campos magnéticos muy intensos en los núcleos de ENs en EQs, de manera que el papel que juega el campo magnético en la ME aún constituye un problema abierto y de sumo interés en la Astrofísica.
     
    En particular, en un trabajo reciente, se ha analizado la ME considerando neutralidad de carga, equilibrio β y conservación del número bariónico. En dicho trabajo se obtuvo una cota superior para el valor del campo magnético que determina una transición de fase cuya explicación requiere ser estudiada en profundidad ya que sería independiente de la interacción fuerte entre los quarks. También se ha comprobado que la presencia de de campos magnéticos intensos favorece la estabilidad de la ME.
     
    Por otro lado, estudios teóricos han demostrado que si la materia es suficientemente densa, la materia de quarks deconfinada podría estar en un estado superconductor de color. Este estado estaría formado por pares de quarks, análogos a los pares de Cooper ( constituidos por electrones ) existentes en los superconductores ordinarios.
     
    Los quarks, a diferencia de los electrones, poseen grados de libertad asociados con el color, el sabor y el espín. Por este motivo, dependiendo del rango de densidades en el cual estamos trabajando, algunos patrones de apareamiento pueden verse favorecidos generando la aparición de distintas fases superconductoras de color. Según estudios teóricos, la fase superconductora más favorecida a densidades extremadamente altas sería la Color Flavor Locked ( CFL ), en la cual los quarks u, d y seç poseen igual momento de Fermi, y en el apareamiento participan los tres colores y las dos proyecciones de espín de cada uno de ellos. Estudios recientes sobre la fase CFL han incluido los efectos de campos magnéticos intensos, obteniendo que bajo determinadas condiciones el gap superconductor, que corresponde a la separación entre bandas de energía en el espectro fermiónico, crece con la intensidad del campo. A esta fase se la llama Magnetic Color Flavor Locked ( MCFL ).
     
    En la superconductividad electromagnética usual, un campo magnético suficientemente fuerte destruye el estado superconductor. Para la superconductividad de color no existe aún un consenso de cómo, la presencia del campo magnético, podría afectar al apareamiento entre los quarks.
     
    En este trabajo describiremos brevemente la materia extraña, con el objetivo de explicar su formación en el interior de una EN y entender la composición y características de una EQ. Posteriormente, utilizaremos el modelo fenomenológico de bag del Massachussets Institute of T echnology ( MIT ) para encontrar las ecuaciones de estado de la ME en condiciones determinadas, comprobando la estabilidad de la misma, frente a la materia de quarks ordinaria formada sólo por quarks u y d. Presentaremos, además, algunas candidatas posibles a EQs según observaciones astrofísicas. Por último, trataremos de entender la superconductividad de color y la influencia del campo magnético intenso en las fases superconductoras.
     
    Materia de Quarks:

    Uno de los mayores logros alcanzados por los físicos en el último siglo, fue la construcción del Modelo Estándar en la física de partículas elementales. Este modelo sostiene que la materia en el Universo está compuesta por fermiones, divididos en quarks y leptones, que interactúan a través de los llamados bosones de calibre: el fotón ( interacción electromagnética ), los bosones W± y Zº ( interacción débil ), y 8 tipos de gluones ( interacción fuerte ). Junto con los bosones de calibre, existen tres generaciones de fermiones: ( v e, e ), u, d ); ( vµ, µ ), ( c, s ) ; ( v….); y sus respectivas antipartículas. Cada “ sabor “ de los quarks, up ( u ), down ( d ), charm ( c ), strange ( s , top ( t ) y bottom ( b), tiene tres colores ( el color y el sabor son números cuánticos ). La partícula que aún no ha sido descubierta experimentalmente es el bosón de Higgs, que cabe suponer sería responsable del origen de la masa de las partículas.
     
    Los quarks son los componentes fundamentales tanto de los hadrones fermiónicos ( bariones formados por la combinación de tres quarks ) como de los bosónicos ( mesones formados por un quark y un antiquark ). ES sabido que el núcleo de un átomo está compuesto por nucleones ( protones y neutrones ) que a su vez están compuestos por quarks ( protón = udd ). David Gross y Franks Wilczek y David Politzer, descubrieron teóricamente que en la CDC el acoplamiento efectivo entre los quarks disminuye a medida que la energía entre ellos aumenta ( libertad asintótica ). La elaboración de esta teoría permitió que recibieran el Premio Nobel de Física en el año 2004. En los años 60, la libertad asintótica fue comprobada expermentalmente en el acelerador lineal de Stanford ( SLAC ).
     
    Sin embargo, la CDC no describe completamente el deconfinamiento en un régimen de alta densidad y baja temperatura, debido a su complejidad matemática y a su naturaleza no lineal para bajas energías. No obstante, es posible recurrir a una descripción fenomenológica para intentar entender la física de la formación de la materia de quarks en las ENs. La materia de quarks, es decir, el plasma de quarks deconfinados y gluones, es una consecuencia directa de la libertad asintótica cuando la densidad bariónica o la temperatura son suficientemente altas como para considerar que los quarks son partículas más fundamentales que los neutrones o protones. Esta materia, entonces, dependiendo de la temperatura y del potencial químico (µ ) de los quarks, aparecería esencialmente en dos regímenes. Uno de ellos, el PQG, constituiría la fase “ caliente “ de la materia de quarks cuando T >>μ. El Universo pasó seguramente por esa fase en los primeros segundos después del Big Bang, cuando la temperatura era extremadamente alta y la densidad bariónica muy baja.
     
    El Plasma de Quarks Gluones se podría crear en el laboratorio de manera artificial haciendo colisionar iones pesados. La temperatura y la densidad del PQG depende de la energía del bombardeo de partículas. En la actualidad se están realizando experimentos en este sentido el el RHIC.
     
    Bueno, no me extrañaría que llegara el día en que, de continuar los avances al ritmo actual, lleguemos a poder disponer de la energía ilimitada existente en los discos de acreción de los agujeros negros, que podamos poner los mecanismos necesarios para hacer surgir nuevas estrellas y, por supuesto, el tener la posibilidad de terraformar mundos que, como ahora Marte, están “casi” inertes para la vida humana.

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  3. 3
    emilio.silvera
    el 25 de marzo del 2010 a las 20:20

    Hablar de las estrellas y no explicar el diagrama de Hertzsprung-Russell, parece algo ilógico. Se trata de un gráfico en el que se representa una medida del brillo de las estrellas (normalmente su magnitud absoluta) frente a una medida de su temperatura (bien su tipo espectral o bien su índice de color).
    El Diagrama muestra como están relacionadas las luminosidades con las temperaturas superficiales. A partir de la posición de una estrella en el diagrama, los astrónomos pueden estimar su masa y la fase de su evolución.
    La mayoría de las estrellas se encuentran en la secuencia principal, una banda que se dirige desde la parte superior izquierda hacia la parte inferior derecha del Diagrama. Una estrella de la secuencia principal está quemando hidrógeno en su núcleo, y durante esta fase de su vida permanecerá en un punto en el diagrama que está determinado por su masa.
    Otras áreas del diagrama de HR están pobladas por estrellas que no queman hidrógeno en sus núcleos, aunque pueden estar quemando hidrógeno en una fina envoltura alrededor de éste. La más prominente de estas áreas es la rama gigante, consistente en estrellas que han agotado el combustible de hidrógeno en sus nucleos.
    Otras regiones de interés  son las bandas ocupadas por las supergigantes, con luminosidades 300 a 100 000 veces la del Sol, y las enanas blancas estrellas moribundas con luminosidades típicamente 10 000 veces menores que nla del Sol. Las teorías de la evolución estelar deben explicar las distintas características del Diagrama HR. Se llama así en honor de H.N. Russell y E. Hertzsprung, quienes lo diseñaron independientemente.

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  4. 4
    emilio.silvera
    el 25 de marzo del 2010 a las 20:34

    En las densas nubes moleculares se forman muchas estrellas y, es cotidiano en el devenir de las Nebulosas que a partir de grandes masas de gas y polvo interestelar, surjan, al mismo tiempo, grupos pequeños o grandes de estrellas a los que denominamos cúmulos que, podrán ser abiertos o cerrados y también cúmulos globulares. Pongamos aquí un simple ejemplo.
     
    El Cúmulo abierto de estrellas M16 (NGC 6611), fue descubierto por Philippe Loys Chéseaux en 1,745-6 y la Nebulosa M16 (IC4703), fue descubierta por Charles Messier en 1764.
     
    La primera fotografía de la Nebulosa la hizo E.E. Barnard en 1895 y también Isaac Roberts en 1897. Están a la distancia de 7.000 a.l. de nosotros en la Constelación de la Serpiente en el límite del Escudo y Sagitario en el brazo espiral interno de nuestra Galaxia.
     
    Brilla con luz de emisión excitada por la inmensa radiación ultravioleta de las estrellas jóvenes masivas que abundan en la región. El mismo cúmulo estelar abierto M16 se formó a partir de esta nube gaseosa y polvorienta, la nebulosa difusa del Águila IC 4703 que, ahora brilla gracias al proceso de creación de las nuevas estrellas.
     
    En noviembre de 1.995 se publicó una fotografía de esta región que, tomada por el Hubble, posibilitó a los astrónomos una mayor comprensión del proceso de formación estelar..
     
    El cúmulo abierto combinado con la nebulosa difusa de emisión, es decir, que emite luz debido al nacimiento de nuevas estrellas, forma un bonito cuadro que se nos muestran en las nebulosas del cielo, nos habla del Universo creador y transformador de la materia por medio de las energías y  de mecanismos que sólo en el Universo pueden ser posible.
     
    Cuando hablamos de cúmulo abierto, nos estamos refiriendo a un grupo de estrellas formadas juntas en los brazos espirales de una galaxia; denominado en ocasiones cúmulo galáctico. Los cúmulos abiertos tienen normalmente formas irregulares y contienen desde unas pocas decenas de estrellas hasta varios cientos de estrellas relativamente jóvenes en un volumen de hasta 50 a.l. Las Hyades y las Pléyades son los ejemplos más famosos.
     
    Los cúmulos abiertos se dividen en varios tipos de acuerdo a la clasificación de Tumpler. Están más sueltos que los cúmulos globulares, aunque pueden tener todavía una densidad de estrellas en su centro de unas 10.000 veces mayor que la existente en la vecindad del Sol. Se conocen más de mil, todos en el disco galáctico.
     
    Sus edades varían entre unos pocos millones hasta varios miles de millones de años, y los más jóvenes están todavía rodeados por trazas de la nebulosa a partir de la cual se formaron. Los menos densos de ellos son disgregados gradualmente por la interacción gravitacional con el resto de la Galaxia.

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    • 4.1
      Javier
      el 26 de marzo del 2010 a las 16:30

      No sabía que cuando se hablaba de cúmulos se hacía referencia a agrupaciones de estrellas, creí que se refería a agrupaciones de galaxias. No se de donde saqué eso entonces. Lo que entiendo ahora de esta lectura, contrariamente a lo anterior, es que los cúmulos están contenidos en las galaxias y que se trata entonces de grupos de estrellas que interaccionan gravitacionalmente entre sí y que pueden ser tomados como un único objeto (cúmulo) en lo que hace a su interacción gravitacional para con el resto de la galaxia. ¿Es así?
      Bien, y las galaxias no se agrupan entonces. ¿No existe interacción gravitacional entre galaxias?

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      • 4.1.1
        emilio silvera
        el 26 de marzo del 2010 a las 20:45

        Amigo Javier, no estabas equivocado, también existen los cúmulos de Galaxias y, como ocurre con las estrellas, son galaxias que están gravitacionalmente conectadas, por ejemplo, nuestra Galaxia, la Vía Láctea, es un miembro del Grupo Local, un cúmulo bastante pequeño cuyo otro gran kiembro es la galaxia Andrómeda.
        En el otro extremo se encuentran los cúmulos de Abell, que contienen muchos cientos e inclusos miles de galaxias en una región con un tamaño de sólo unos pocos millones de años-luz; algunos ejemplos cercanos importantes son los cúmulos de Virgo y Coma.
        Entre estos dos extremos, las galaxias parecen estar agrupadas en sistemas de densidad variable. Los cúmulos de Abell más densos están unidos por la propia autogravedad. Dichos cúmulos ricos están repletos de gas que emite rayos X, a temperaturas de hasta 10 exp.8 K, y tienden a tener galaxias elípticas gigantes en sus centros. Los sistemas menos ricos y más extendidos pueden no estar unidos por la gravedad.
        También existen supercúmulos de galaxias que son las mayores estructuras del Universo. Recuerda que, los objetos del Universo, de una u otra manera, están unidos por los hilos invisibles de la fuerza de gravedad.

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  5. 5
    emilio silvera
    el 4 de abril del 2010 a las 9:45

    En la década de los treinta Fritz Zwicky y Walter Baade descubrieron un tipo de estrella notable: las supernovas. Durante unas semanas o meses una supernova brilla tanto como toda una galaxia, formada por cientos de miles de millones de soles. Zwicky y Baade dedujeron que las supernovas no son propiamente una estrella, sino la violenta explosión que da fin a la vida de una estrella. En esta explosión, durante la cual se generan múltiples reacciones nucleares que producen los elementos mas pesados (como el oro, la plata, el cobre y el plomo), la mayor parte del gas que formó a la estrella sale arrojado a velocidades de unos diez mil kilómetros por segundo. La parte central de la estrella se colapsa sobre su propia gravedad, hasta quedar reducida a una esfera de tan solo veinte kilómetros de diámetro, pero con una masa superior a la del Sol, conocida como una estrella de neutrones. En ellas la materia se encuentra tan densamente concentrada que un cubo de un centímetro de lado contiene un millón de millones de toneladas.
    Si bien las supernovas fueron aceptadas desde los años de Zwicky y Baade, la existencia de las estrellas de neutrones fue motivo de polémica, hasta que en 1967 fueron descubiertos los pulsares, fuentes de radio con una señal que presenta pulsos regulares muy rápidos, en muchos casos a razón de varios pulsos por segundo. Toda la evidencia observacional indicó que los pulsares son estrellas de neutrones y durante treinta años el estudio de los pulsares ha aportado valiosa información acerca de estas estrellas, importantes laboratorios astrofísicos, ya que no solo la materia se encuentra en condiciones extremas de densidad, sino que tambien se presentan en ellas los campos magnéticos mas intensos conocidos en el Universo. Entre los poco mas de setecientos pulsares descubiertos a la fecha, hay algunos que llegan a tener campos magnéticos estimados de diez billones de Gauss (es decir diez millones de millones de Gauss). Para poner este número en contexto, el campo magnético de la Tierra, al cuál responden las brújulas, es de poco mas de medio Gauss; un imán de los que se ponen en los refrigeradores produce un campo de cien Gauss, y los campos magnéticos mas intensos producidos en laboratorios son de casi medio millón de Gauss. Muchos pulsares tienen campos millones de veces mas intensos.
    En mayo de este año, científicos utilizando el detector BATSE del observatorio Compton de rayos gamma, un satélite en órbita a quinientos kilómetros de la Tierra, reportaron haber encontrado pulsaciones a raíz de un pulso cada 7.5 segundos en la fuente de rayos X denominada SGR 1806-20, la cual ya se sabía que era una estrella de neutrones. Como ocurre en los pulsares, la presencia de un campo magnético intenso produce que la estrella se frene y aumente su período de pulsación. En el caso de SGR 1806-20 la tasa de frenado medida fue tan alta que el campo magnético deducido es de mil billones de Gauss, es decir cien veces mayor que en cualquier pulsar. Esta fue la primera evidencia de la existencia de las estrellas “magnetars”, estrellas de neutrones con campos magnéticos extremos.
    Pocos meses después, el 27 de agosto de este año, una ráfaga de rayos gamma de inusitada intensidad fue detectada. La ráfaga incidió en el lado nocturno de la Tierra, con una intensidad tal que ionizó átomos de la alta atmósfera a niveles solo observados en el día. Se trató del pulso de radiación originado fuera del sistema solar de mayor intensidad registrado a la fecha. De hecho la fuente resultó ser otra “magnetar”, denominada SGR 1900+14 situada a veinte mil años luz de distancia. La detección de pulsos a razón de uno cada 5.16 segundos condujo a la deducción de que el campo magnético de esta estrella es también de unos mil billones de Gauss. Estos campos magnéticos son tan poderosos que una “magnetar” a la mitad de la distancia de la Luna sería capaz de borrar tarjetas de crédito y sacar llaves de nuestros bolsillos. Aunque en realidad, los rayos X y gamma emitidos por la supuesta estrella nos hubieran aniquilado.
    El descubrimiento de las “magnetars” tiene interés mas allá de establecer un nuevo “record universal” en campos magnéticos. Los censos de pulsares mostraban una población demasiado baja de estrellas de neutrones, unas treinta veces menor de lo que debería esperarse a partir del número de supernovas que estallan en nuestra galaxia. De hecho, de las seis supernovas observadas en tiempos históricos solo a una se le conoce un pulsar (el del Cangrejo). La nueva evidencia observacional sugiere que muchas supernovas en vez de formar simples pulsares producen “magnetars”, apuntando hacia la solución del largo problema de la demografía de las estrellas de neutrones.

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