jueves, 09 de mayo del 2024 Fecha
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El mejor Modelo que hoy tiene la Física

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Física Cuántica    ~    Comentarios Comments (0)

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Más de una vez ha sucedido que, después de años de esfuerzo intelectual y de experimentos, surge de la confusión previa una imagen coherente del mundo físico. Un ejemplo muy elocuente de ello, es lo que pasó a finales de los años veinte del siglo XX cuando se inventó la mecánica cuántica, que desveló al fin el extraño mundo del átomo que llevaba décadas desconcertando a los físicos. Otro ejemplo que se me viene a la mente es la revolución del campo de medida, que desembocó en la invención (a finales de los años sesenta del siglo próximo pasado) de las teorías relativitas del campo cuántico de las fuerzas electromagnética débil y fuerte. Estas teorías, investigadas durante décadas, pusieron orden en el mundo subatómico. El resultado de las revoluciones de este género suele ser una nueva unanimidad científica, una visión compartida del orden del mundo. Para la ciencia, es importante disponer de una unanimidad establecida de este tipo. Proporciona un objetivo definido para la crítica y un terreno firme desde el cual es posible lanzarse a vuelos especulativos.

Hacer formulaciones lo más sencillas y precisas sobre la física de las partículas elementales y sus interacciones representa para los físicos que se centran en el estudio de la física de altas energías uno de sus más caros anhelos.

El devenir de la evolución de la física nos ha hecho conscientes de que teorías a ciertas escalas de energía se incompatibilizan y, regularmente, adquieren la propiedad de ser «límites fronterizos» de una teoría más general que trabaja a una escala de energía mayor que la asociada a las teorías independientes y que, además, casi siempre suele ser de una mayor sencillez conceptual. Sin embargo, como ha sido la “gracia” de los humanos que procuran hacer ciencia en física, siguen explorando posibilidades dentro de la teoría que actualmente describe bastante bien a las partículas elementales y que se conoce como «modelo estándar (ME)».

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Los comienzos

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (2)

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En medio de la «nada» más absoluta apareció una mota de luz muy brillante y casi infinitamente caliente. En su interior nació el espacio y con él empezó a andar el gran reloj del tiempo, cuyo primer tic-tac sonó hace unos 15.000 millones de años. La energía de esta ínfima bola de fuego estaba tan concentrada que la materia empezó a aparecer espontáneamente, aunque totalmente desconocida para el actual conocimiento de la humanidad. Nada más nacer; la bola de fuego empezó a expandirse como un gas, pero no a partir de un espacio exterior sino dentro de sí misma, porque el universo contiene en su interior todas las cosas y el propio espacio. Cuando hubo pasado una 10-36 de segundo del tiempo de su nacimiento, el universo había crecido hasta hacerse 100 millones de veces mayor, mientras su temperatura descendía desde casi el infinito hasta apenas 1028 °K.

¡No! No hubo un «antes» del Big Bang porque el tiempo no existía. La mayoría de los físicos teóricos creen que el espacio y el tiempo están íntimamente ligados, de forma que no pueden existir el uno sin el otro. Así, sólo cuando el tiempo empezó a transcurrir, el espacio pudo iniciar su expansión, y viceversa.

El Big Bang no fue una explosión ocurrida dentro de algo, sino que sucedió a la vez en todo el espacio: no había un lugar vacío fuera de él. El propio espacio fue creado con el Big Bang y aún puede contemplarse las consecuencias de esta creación en la constante expansión del universo actual. En cualquier parte del espacio se ve que cada galaxia parece alejarse de las demás a velocidades increíblemente elevadas. En realidad es el espacio intergaláctico el que se estira, separándolas.

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