Dic
14
El Universo y sus reglas para la presencia de la Vida
por Emilio Silvera ~
Clasificado en General ~
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Lo mismo que nos pasa con las distancias existentes en el Universo, lo que ocurre con el Tiempo que, por muchas vueltas que le demos, no llegamos a comprenderlo, tampoco podemos comprender (al menos de manera total y científica), las enormes maravillas presentes en nuestro mundo (en los mundos), la variedad de exóticos objetos que, llenos de energía, pululan por el Universo inmenso, la variedad de formas, colores y olores, las diferentes formas de vida…
No siempre hemos podido explicar las extraños objetos captados por los grandes telescopios
Todo esto nos tendría que hacer pensar, preguntarnos ¿Cómo es todo eso posible? ¿Cómo se produjeron tales maravillas? ¿Será cierto lo de aquella Gran Explosión que fue el comienzo de todo, o, al menos un nuevo comienzo de lo que antes había?
Supereón Eón Era Periodo Inicio, en
millones
de añosFanerozoico Cenozoico Cuaternario 2,588 Neógeno 23,03 Paleógeno 66,0 Mesozoico Cretácico ~145,0±0,8 Jurásico 201,3±0,2 Triásico 252,2±0,5 Paleozoico Pérmico 298,9±0,2 Carbonífero 358,9±0,4 Devónico 419,2±3,2 Silúrico 443,4±1,5 Ordovícico 485,4±1,9 Cámbrico 538,8±0,2 Precámbrico Proterozoico Neoproterozoico Ediacárico ~635 Criogénico 850 Tónico 1000 Mesoproterozoico Esténico 1200 Ectásico 1400 Calímico 1600 Paleoproterozoico Estatérico 1800 Orosírico 2050 Riácico 2300 Sidérico 2500 Arcaico Neoarcaico 2800 Mesoarcaico 3200 Paleoarcaico 3600 Eoarcaico 4000 Hádico ~4600
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Si miramos hacia atrás en el Tiempo, podemos rememorar todas esas Épocas o Eras por las que ha pasado nuestro planeta Tierra en los 4.600 M de años de su vida. Muchas son las historias que podríamos contar, las especies que representaron alguna forma de vida y que se extinguieron y las nuevas que llegaron. Nosotros, en realidad, si nos situamos en el contexto temporal del Universo, sólo llevamos aquí el Tiempo que tarda el ojo en parpadear. Siendo eso así, no podemos por más que sentirnos satisfechos de los muchos logros alcanzados, ya que, de estar encerrados en las grutas huyendo del frío y de los peligros de la noche, ahora estamos tonteando con llegar a las estrellas.
Una cosa es cierta: A pesar de los logros alcanzados, sabemos menos de lo que creemos que sabemos, las preguntas siguen siendo más que las respuestas, y, si queremos comprender lo que el Universo es, nuestras mentalidades deben abrirse a nuevas ideas aunque a veces, nos puedan parecer descabelladas.



El ajuste fino del universo o también llamado “principio antrópico“, es uno de los hechos científicos más importantes con el que cuenta la teología natural contemporánea, ya que si bien no constituye una “demostración” de la existencia de un Ente superior, en cierta medida nos sugiere que el universo ha sido deliberadamente diseñado.

En cosmología, el ajuste fino del universo o universo [bien]afinado es la proposición de que las condiciones que permiten la vida en el universo solo pueden ocurrir cuando ciertas constantes fundamentales se encuentran en un rango muy estrecho de valores, de modo que si alguna de esas constantes fuera ligeramente diferente, el universo probablemente no sería propicio para el establecimiento y desarrollo de la materia, de las estructuras astronómicas, de la diversidad elemental o de la vida, tal como se entiende.1234 Por ejemplo, la vida no puede desarrollarse si la constante cosmológica o la energía oscura tuvieran valores demasiado altos, ya que así evitarían el mecanismo de la inestabilidad gravitacional y, en consecuencia, la formación de grandes estructuras. La pequeñez del valor observado de la energía oscura, en comparación con el valor que parece más natural (correspondiente a la densidad de Planck, sea 10122 veces mayor que el valor observado) es un ejemplo de ajuste fino.
Sin tantas las coincidencias, tantos los parámetros que han tenido que confluir para que la vida pudiera estar aquí presente que…¡Nos hace pensar en una Mente superior, una Conciencia Cósmica que lo hiciera posible, tanta complejidad llevada a una estructura del nivel de la Vida, no puede ser cosa del Azar.
En este punto, nos detenemos a contemplar con calma, lo que suponen las Constantes Universales del Universo.
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Si la velocidad de la luz (c) disminuyera un tercio (a unos 200,000 km/s), las consecuencias serían catastróficas: la energía (=2) se reduciría drásticamente, afectando el Sol y haciendo imposible la vida, el universo se vería diferente con la relatividad temporal alterada, y las comunicaciones serían más lentas, pero el cambio más fundamental es que las leyes físicas, incluyendo la relación masa-energía y la constancia de c, se romperían, haciendo que nuestra realidad actual no pudiera existir.
- Menor energía: La energía es proporcional al cuadrado de la velocidad de la luz (c2). Si baja un tercio c2 baja mucho más, liberando menos energía en procesos nucleares.
- El Sol se apagaría: Las reacciones nucleares que alimentan al Sol (fusión) se volverían mucho menos eficientes, o incluso se detendrían, haciendo que el Sol se enfriara y la Tierra se congelara rápidamente, acabando con la vida.
- El tiempo sería diferente: La relatividad especial de Einstein conecta espacio y tiempo. Una más lenta alteraría la dilatación del tiempo y la contracción de la longitud, haciendo que los efectos relativistas se notaran a velocidades mucho más baja.
- Percepción visual: Los colores y la forma en que vemos las cosas cambiarían, ya que la luz tardaría más en llegar a nuestros ojos desde objetos distantes, y la ‘aberración’ (cómo vemos la luz venir de frente) se manifestaría más pronto.
- Estructura atómica: La velocidad de la luz está ligada a la fuerza electromagnética. Una menor podría alterar la forma en que los electrones orbitan los núcleos, haciendo que los átomos sean inestables o diferentes.
- Universo no habitable: Las constantes físicas, como la velocidad de la luz, son finamente ajustadas para permitir la formación de estrellas, planetas y vida. Un cambio tan drástico haría imposible el universo tal como lo conocemos.

Emilio Silvera V.
Dic
14
¡Es tan grande el Universo! No, no estamos sólos
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Universo asombroso ~
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La sinfonía de los agujeros negros binarios ¿La oirémos algún día?
Hablamos de los Agujeros Negros, de la Singularidad, de los efectos que la fuerza de Gravedad que genera incide en la materia y también en el Tiempo, decimos que la Singularidad es un punto de una inconmensurable densidad que tiene energía “infinita”, allí se para el Tiempo y se distorsiona el Espacio. Pero, lo cierto es que, no sabemos de qué clase de materia está hecha la singularidad a esa Densidad tan enorme.
¿Cuánto pesa una cucharadita de la materia que conforma una estrella de neutrones?
Una cucharadita (unos 5 mililitros) del material de una estrella de neutrones pesaría alrededor de diez mil millones de toneladas (10,000,000,000 kg), una masa comparable al peso de una montaña como el Monte Everest, debido a la extrema densidad de estos objetos celestes donde los átomos se han colapsado. Y, si eso es así, ¿Qué pesaría la misma cucharadita de la materia que conforma la singularidad del agujero negro?

Una cucharadita de la materia que conforma una una singularidad de agujero negro pesaría increíblemente mucho, ¡equivalente a la masa de muchas estrellas, con una densidad “infinita!. Esto se debe a que la materia en la singularidad está comprimida a un volumen casi nulo, resultando en una masa enorme concentrada, como si toda la masa de una estrella o un cuásar estuviera en un punto infinitesimalmente pequeño, haciendo que un volumen minúsculo tenga la masa de un planeta o incluso de miles de millones de soles, dependiendo del tamaño del agujero negro.
Kip S. Thorne







Pensar que estamos solos en el Universo “infinito”, es demasiado pretencioso y no creo que seamos “la especie elegida” ni nada parecido. En cientos de miles de mundos como el nuestro y parecidos, estarán presentes las más diversas criaturas que, en algunos casos tendrán entendimiento y en otros, como pasa en la Tierra, simplemente serán seres vivos vegetativos sin ninguna clase de conciencia, o, con una conciencia limitada.

Poco esfuerzo mental tendríamos que hacer para vernos en ellos reflejados
Una característica sorprendente de nuestro retrato reconstruido del antepasado primitivo es su carácter moderno. Si este organismo lo encontráramos hoy, seguramente no delataría su inmensa antigüedad, excepto por sus secuencias de DNA. Tuvo que estar precedido, necesariamente, por formas más rudimentarias, estadios intermedios en la génesis de sistemas estructurales, metabólicos, energéticos y genéticos complejos que son compartidos por todos los seres vivos de hoy en día. Por desgracia, tales formas no han dejado descendientes igualmente primitivos que permitan su caracterización. Esta
carencia complica mucho el problema del origen de la vida.
Con el paso del Tiempo, la Tierra primitiva se fue enfriando, y, cuando pasaron algunos cientos de años, hace ahora unos 3.850 Millones de años, surgieron las primeras células vivas replicantes, y, a partir de ahí, la evolución realizó su trabajo, y, el planeta creó una atmósfera adecuada para que miles de especies pulularan por los distintos ecosistemas de este mundo.


La Tierra nació hace unos 4.550 millones de años. Se condensó, junto con los otros planetas del sistema solar, en un disco de gas y polvo que giraba alrededor de una joven estrella que iba a convertirse en nuestro Sol. Fenómenos de violencia extrema, incompatible con el mantenimiento de ningún tipo
de vida, rodearon este nacimiento. Durante al menos quinientos millones de años, cometas y asteroides sacudieron la Tierra en formación, con lo que la hicieron incapaz de albergar vida durante todo este tiempo. Algunos impactos pudieron haber sido incluso suficientemente violentos como para producir la pérdida de toda agua terrestre por vaporización, después de lo cual los océanos se habrían vuelto a llenar con agua aportada por cometas. Según esta versión de los acontecimientos, los océanos actuales de remontarían a la última oleada de bombardeo cometario intenso, que los expertos creen que tuvo lugar hace unos cuatro mil millones de años. Existen señales de que había vida en la Tierra poco después de que dichos cataclismos llegaran a su fin.
Parece como si, lo que pasa, no es el Tiempo que siempre se comporta de la misma manera. ¿No transcurren todas las cosas y los seres vivos? MIientras que el Tiempo nos mira y sonríe desde su inmortalidad.
El tiempo inexorable no deja de transcurrir, el Universo dinámico hace que todo lo que contiene, sobre todo la materia, evolucione desde formas simples a complejas y, en algunos lugares que han logrado tener las condiciones
para ello, puede estar presente la vida. Nosotros, seres evolucionados a partir de la materia inerte creada en las estrellas, hemos logrado saber algunas cosas y no dejamos de hacernos preguntas como aquella de: ¿Habrá otros mundos? ¿Estarán, como la Tierra, llenos de vida? Bueno, lo de los mundos sí hemos sido capaces de saberlo y estarán muy cerca del millar los mundos que hemos descubierto. Sin embargo, la vida, sólo la hemos podido encontrar aquí en nuestra casa, en la Tierra.
No dejamos de mandar ingenios espaciales a mundos cercanos, como Marte, para tratar de saber. Nos embarga una ilusión, una esperanza, y…, al mismo tiempo, un temor: ¿Estaremos solos? Y, si no lo estamos, ¿Cómo serán esos otros mundos y que criaturas lo habitan? ¿Si alguna vez llegamos allí, seremos tan destructivos como lo hemos sido aquí en la Tierra? ¿Le querremos quitar lo que ellos tienen? ¡Esperemos que no! Y, sobre todo, en ese primer contacto
, ¿Sabremos comportarnos y respetar sus derechos?

Vivían en simbiosis con la Naturaleza
Cuando pude ver la película Avatar, quedé fascinado por el mundo que allí quedaba escenificado y las criaturas que lo poblaban, y, sobre todo, era sobrecogedor el alto grado espiritual que tenían de la Naturaleza con la que se sentían en comunidad, formaban una simbiosis perfecta que nosotros, los humanos, nunca podremos alcanzar. Cuando miramos la Naturaleza nos llama la atención la cascada y el bello paisaje pero… ¡No pensamos más allá! ¡Que botarates podemos llegar a ser!
Hemos sabido recrear historias de esos mundos presentidos y de sus habitantes. En ellas, han quedado reflejados los instintos humanos, tantos los buenos como los malos y, mientras que unos querían preservar aquella Naturaleza, otros, sin embargo, querían destruirla para
apoderarse de sus preciados tesoros. ¡La condición Humana! ¿Estamos acaso destinados al desacuerdo que nos lleve a la destrucción, o, por el contrario, es precisamente esa condición la que nos llevará lejos?
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La belleza que se describe en el mundo llamado “Pandora” también está aquí pero, ¡no sabemos cuidarla!
Fascinantes criaturas de exóticas bellezas nos podrían estar esperando, en un futuro lejano, en esos mundos soñados que tantas veces hemos podido imaginar. Es difícil saber qué comportamiento tendremos con ellos si eso llega a suceder, sin embargo, el ejemplo que nos deja la película a la que pertenece la imagen de arriba, no es muy alentador ni dice mucho en favor
de nuestra especie que, irrumpimos por la fuerza en un planeta extraño y, violando todas las reglas, pasamos por encima de los derechos de otros para conseguir nuestros objetivos. ¿La Civilización que ocupa el planeta? ¿Qué importa? Si hay que destruirla, ¡adelante!
La fuerza bruta que siempre acompañó a la falta de inteligencia, es la única salida para seres de cuya racionalidad podríamos dudar, sin el menor temor a equivocarnos. Destruir nunca será el camino más conveniente. Creo que sería aconsejable guiarse por ese principio de la física, la causalidad. Si respetamos seremos respetados. Sobre todo, no podemos llegar a nuevos lugares pretendiendo imponer nuestras costumbres y nuestras reglas. En esos otros lugares donde posiblemente existan seres que tienen su propia forma
de vivir, se impone, sobre todo, que supeditemos nuestro comportamiento a su propias reglas a su propio mundo. Los extraños allí seremos nosotros. Ellos, los seres de la hisotira, a diferencia de nuestra Civilización Terrestre, sí han sabido convivir con su entorno, han creado una especie de simbiosis que une a todos los seres de aquel fascionante mundo, sean seres racionales o plantas, hasta el punto de poder comunicarse entre ellos en un alto grado de compenetración que va mucho más allá de lo físico.
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En esos otros Mundos pueden estar presentes seres maravillosos que han optado por otras maneras de vivir, más cercana y conectados con la Naturaleza a la que respetan y comprenden al ser conscientes de que ellos mismos, forman parte
de ella que es algo que, los humanos no han acabado de comprender y, se comportan como si la Tierra fuera un simple instrumento a su servicio, sin ser conscientes que tal comportamiento, los puede llevar a la extinción de la especie.
Las montañas, los árboles, los ríos y el viento, todo bañado por la luz y el calor de esa estrella que nos alumbra, forman un todo que mantiene el equilibrio que hace posible la vida. Si alguno de esos parámetros se viera alterado seriamente… ¡Mal nos iría! Y, sin embargo, algunos se empeñan en no ver lo evidente.



Si algún día conseguimos llegar a otros mundos y en ellos encontramos a criaturas vivas más o menos evolucionadas, lo conveniente sería respetarlos y, dentro de lo posible, aprender de ellos procurando alterar lo menos posible lo que allí nos encontremos y, si tienen algo que nosotros necesitamos, hacer un intercambio justo olvidándonos de la fuerza bruta que conlleva la destrucción irreparable.
La historia que nos cuentan en esa maravillosa película, Avatar
, desde el principio nos pone a favor de los habitantes de aquel Mundo agredido y de sus habitantes, hasta tal punto es así que muchos de los terrestres que visitan aquél planeta, no dudan, en dar sus propias vidas por preservar aquel entorno, para nosotros de fantasía y que para aquellos seres tan especiales que han sido capaces de convivir con su mundo y “hablar” con él, demostrando de alguna manera que, son mucho más civilizados que nosotros. Cuando ví aquella película… ¡Qué envidia me dieron!

Recreamos fantasías para que los niños vean hechos realidad sus sueños. ¿Seremos capaces de hacer realidad los nuestros?
Utilizar lo que la Naturaleza les ofrecía sin dañar, no coger más de lo estrictamente necesario para vivir, respetando las otras formas de vida del planeta y dejando que el ritmo de la Naturaleza sea el que desarrolle las cosas, sin agredir el entorno y dejando que cada cosa ocupe su lugar sin tratar de violentar, de alguna manera, su desarrollo natural.
Si el caso llega, tendremos que aprender a mirar más allá de la superficie, a entender los mensajes que nos envían la mirada de esos nuevos y exóticos seres y, sobre todo, tratar de comprender su mundo, sus maneras para poder respetarlas y hacernos acreedores, nosotros también, a su respeto.
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El árbol de Almas
¡Quién pudiera ser uno de los afortunados que, en el futuro, visitarán algunos de esos Mundos!
Nos quedan muchos muros por derribar, muchas puertas que abrir para las que aún no poseemos las llaves, y, sobre todo, para que cuando eso llegue y sea una realidad (esperemos que así sea), lo más importante: ¡Que hayamos podido evolucionar hasta ese deseado estadio de sabiduría que ahora no tenemos! De todas las maneras, no me gustaría que ese primer encuentro se produjera aquí en la Tierra. Es preferible que los visitantes seámos nosotros y, como antes digo, espero que para entonces, la Humanidad sea otra.

Claro que, también podríamos toparnos con civilizaciones mucho más avanzadas que la nuestra y, en ese caso… ¡La desventaja sería nuestra! Siempre hemos oído decir que no debemos hacer a otros lo que no queremos que nos hagan a nosotros y, si respetamos esa máxima… ¡Todo podrá ir mejor! El presente es el que tenemos y no sabemos lo que nos depara el futuro pero, una cosa es bien cierta: ¡No dejamos de avanzar! Cada día que pasa damos un paso hacia ese futuro que presentimos y estamos más cerca de saber… ¡Si realmente, como pensamos, estamos muy bien acompañados en este inmenso Universo nuestro! Y, digo en éste universo nuestro porque, en realidad, pienso que tampoco es, el único Universo.
Emilio Silvera V.
Dic
14
¿Dónde están las respuestas?
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El saber: ¡Ese viaje interminable! ~
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Tengo la sensación de que podrán tener cualquier forma. Sin embargo









El experimento de la rendija doble fue diseñado por Thomas Young en 1801
¡Son posibles tantas cosas! En las colisiones protón-protón en el LHC, una de las reacciones que se pueden producir es una interacción entre dos gluones que decaen a un par de quarks top-anti-top (t¯t) y a un mediador que se desintegra en un par de fermiones de DM
Algunos quieren encontrar las respuestas en la religión (que si ha sido escogida voluntariamente… ¡bien está!). Pero, como todos sabemos, es cosa de fe. Creer en aquello que no podemos ver ni comprobar no es precisamente el camino de la ciencia que empieza por imaginar, después conjeturar, más tarde teorizar, se comprueba una y mil veces la teoría aceptada a medias y sólo cuando todo está amarrado y bien atado, todas esas fases pasan a la categoría de una ley o norma que se utiliza para continuar investigando en la buena dirección. Einstein solía decir: “La religión sin Ciencia es ciega.”
Otros han sido partidarios de la teoría del caos y argumentan que a medida que el nivel de complejidad de un sistema aumenta, entran en juego nuevos tipos de leyes. Entender el comportamiento de un electrón o un quark es una cosa; utilizar este conocimiento para comprender el comportamiento de un tornado es otra muy distinta. La mayoría está de acuerdo con este aspecto. Sin embargo, las opiniones divergen con respecto a si los fenómenos diversos y a veces inesperados que pueden darse en sistemas más complejos que las partículas individuales son realmente representativos del funcionamiento de los nuevos principios de la física, o si los principios implicados son algo derivado y están basados, aunque sea de un modo terriblemente complicado, en los principios físicos que gobiernan el ingente número de componentes elementales del universo.
Sus últimos 30 años los dedicó a buscar la Teoría del Todo. Sus ecuaciones se exponían en un escaparate de la Quinta Avenida de Nueva York, La Gente se amontonaba para verlas sin entender una palabra de lo que allí decían los signos
“La teoría del todo o teoría unificada fue el sueño incumplido de Einstein. A este empeñó dedicó con pasión los últimos 30 años de su vida. No lo logró, y hoy continúa sin descubrirse. Consiste en una teoría definitiva, una ecuación única que dé respuesta a todas las preguntas fundamentales del Universo.

Una Teoría que nos de todas las respuestas… ¿Cómo encontrarla?
La teoría del todo debe explicar todas la fuerzas de la Naturaleza, y todas las características de la energía y la materia. Debe resolver la cuestión cosmológica, es decir, dar una explicación convincente al origen del Universo. Debe unificar relatividad y cuántica, algo hasta ahora no conseguido. Y además, debe integrar otros universos en caso de que los haya. No parece tarea fácil. Ni siquiera se sabe si existe una teoría del todo en la Naturaleza. Y, en caso de que exista, si es accesible a nuestro entendimiento y a nuestras limitaciones tecnológicas para descubrirla.”
Einstein se pasó los últimos treinta años de su vida en la búsqueda de esa teoría que nunca pudo encontrar. En los escaparates de la 5ª Avenida de Nueva York, exponían sus ecuaciones y la gente, sin entender lo que veían, se arremolinaban ante el cristal para verlas.
Einstein buscaba una teoría unificada que pudiese extender la relatividad general y proporcionar una alternativa a la teoría cuántica. Científicos de todo el mundo siguen trabajando por conseguir una unificación en forma de una teoría completa que proporcione una descripción completa de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza. No lo consiguió y, hasta el Presente, nos quedamos con el Modelo Estándar de la Física de partículas y solo tres de las fuerzas fundamentales. La Gravedad, díscola ella, no quiere juntarse con las otras fuerzas.
El Modelo Estándar
Casi todo el mundo está de acuerdo en que el hallazgo de la Gran Teoría Unificada (teoría del Todo), no significaría de modo alguno que la psicología, la biología, la geología, la química, y también la física, hubieran resuelto todos sus problemas.
El universo es un lugar tan maravilloso, rico y complejo que el descubrimiento de una teoría final, en el sentido en el que esta planteada la teoría de supercuerdas, no supondría de modo alguno el fin de la ciencia ni podríamos decir que ya lo sabemos todo y para todo tendremos respuestas. Más bien será, cuando llegue, todo lo contrario: el hallazgo de esa teoría de Todo (la explicación completa del universo en su nivel más microscópico, una teoría que no estaría basada en ninguna explicación más profunda) nos aportaría un fundamento mucho más firme sobre el que podríamos construir nuestra comprensión del mundo y, a través de estos nuevos conocimientos, estaríamos preparados para comenzar nuevas empresas de metas que, en este momento, nuestra ignorancia no nos dejan ni vislumbrar. La nueva teoría de Todo nos proporcionaría un pilar inmutable y coherente que nos daría la llave para seguir explorando un universo más comprensible y por lo tanto, más seguro, ya que el peligro siempre llega de lo imprevisto, de lo desconocido que surge sin aviso previo; cuando conocemos bien lo que puede ocurrir nos preparamos para evitar daños.
Nuestras Mentes son poderosas pero… Limitadas
La búsqueda de esa teoría final que nos diga cómo es el universo, el tiempo y el espacio, la materia y los elementos que la conforman, las fuerzas fundamentales que interaccionan, las constantes universales y en definitiva, una formulación matemática o conjunto de ecuaciones de las que podamos obtener todas las respuestas, es una empresa nada fácil y sumamente complicada; la teoría de cuerdas es una estructura teórica tan profunda y complicada que incluso con los considerables progresos que ha realizado durante los últimos décadas, aún nos queda un largo camino antes de que podamos afirmar que hemos logrado dominarla completamente. Se podría dar el caso de que el matemático que encuentre las matemáticas necesarias para llegar al final del camino, aún no sepa ni multiplicar y esté en primaria en cualquier escuela del mundo civilizado.
“El concepto de una “teoría del todo” está arraigado en el principio de causalidad y su descubrimiento es la empresa de acercarnos a ver a través de los ojos del demonio de Laplace. Aunque dicha posibilidad puede considerarse como determinista, en una “simple fórmula” puede todavía sobrevivir la física fundamentalmente probabilista, como proponen algunas posturas actuales de la mecánica cuántica. Esto se debe a que aun si los mecanismos que gobiernan las partículas son intrínsecamente azarosos, podemos conocer las reglas que gobiernan dicho azar y calcular las probabilidades de ocurrencia para cada evento posible. Sin embargo, otras interpretaciones de la ecuación de Schrödinger conceden poca importancia al azar: este solo se tendría importancia dentro del átomo y se diluiría en el mundo macroscópico. Otras no obstante la niegan completamente y la consideran una interpretación equivocada de las leyes cuánticas. En consecuencia, la mayor dificultad de descubrir una teoría unificada ha sido armonizar correctamente leyes que gobiernan solo un reducido ámbito de la naturaleza y transformarlas en una única teoría que la explique en su totalidad, tanto en su mundo micro como macroscópico y explique la existencia de todas las interacciones fundamentales: las fuerzas gravitatoria, electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil.”
Stephen Hawking
Muchos de los grandes científicos del mundo (Einstein entre ellos), aportaron su trabajo y conocimientos en la búsqueda de esta teoría, no consiguieron su objetivo pero sí dejaron sus ideas para que otros continuaran la carrera hasta la meta final. Por lo tanto, hay que considerar que la teoría de cuerdas es un trabajo iniciado a partir de las ecuaciones de campo de la relatividad general de Einstein, de la mecánica cuántica de Planck, de las teorías gauge de campos, de la teoría de Kaluza-Klein, de las teorías de… hasta llegar al punto en el que ahora estamos.
El Universo de lo muy grande y el de lo muy pequeño… ¡Es el mismo universo! Simplemente se trata de mirar en distintos ámbitos del saber
La armoniosa combinación de la relatividad general y la mecánica cuántica es un éxito muy importante. Además, a diferencia de lo que sucedía con teorías anteriores, la teoría de cuerdas tiene la capacidad de responder a cuestiones primordiales que tienen relación con las fuerzas y los componentes fundamentales de la naturaleza.
Igualmente importante, aunque algo más difícil de expresar, es la notable elegancia tanto de las respuestas que propone la teoría de cuerdas, como del marco en que se generan dichas respuestas. Por ejemplo, en la teoría de cuerdas muchos aspectos de la naturaleza que podrían parecer detalles técnicos arbitrarios (como el número de partículas fundamentales distintas y sus propiedades respectivas) surgen a partir de aspectos esenciales y tangibles de la geometría del universo. Si la teoría de cuerdas es correcta, la estructura microscópica de nuestro universo es un laberinto multidimensional ricamente entrelazado, dentro del cual las cuerdas del universo se retuercen y vibran en un movimiento infinito, marcando el ritmo de las leyes del cosmos.
Lejos de ser unos detalles accidentales, las propiedades de los bloques básicos que construyen la naturaleza están profundamente entrelazadas con la estructura del espacio-tiempo.



Accede al artículo original espacioprofundo.es/2013/01/11/einstein-tenia-razon-el-espacio-tiempo-es-una-estructura-suave/ © Espacio Profundo
El telescopio espacial James Webb capta un signo de interrogación en el Espacio Profundo.
Claro que, siendo todos los indicios muy buenos, para ser serios, no podemos decir aún que las predicciones sean definitivas y comprobables para estar seguros de que la teoría de cuerdas ha levantado realmente el velo de misterio que nos impedía ver las verdades más profundas del universo, sino que con propiedad se podría afirmar que se ha levantado uno de los picos de ese velo y nos permite vislumbrar algo de lo que nos podríamos encontrar.
La teoría de cuerdas, aunque en proceso de elaboración, ya ha contribuido con algunos logros importantes y ha resuelto algún que otro problema primordial como por ejemplo, uno relativo a los agujeros negros, asociado con la llamada entropía de Bekenstein-Hawking, que se había resistido pertinazmente durante más de veinticinco años a ser solucionada con medios más convencionales. Este éxito ha convencido a muchos de que la teoría de cuerdas está en el camino correcto para proporcionarnos la comprensión más profunda posible sobre la forma de funcionamiento del universo, que nos abriría las puertas para penetrar en espacios de increíble belleza y de logros y avances tecnológicos que ahora ni podemos imaginar.

Como he podido comentar en otras oportunidades, Edward Witten, uno de los pioneros y más destacados experto en la teoría de cuerdas, autor de la versión más avanzada y certera, conocida como teoría M, resume la situación diciendo que: “la teoría de cuerdas es una parte de la física que surgió casualmente en el siglo XX, pero que en realidad era la física del siglo XXI“.
Witten, un físico-matemático de mucho talento, máximo exponente y punta de lanza de la teoría de cuerdas, reconoce que el camino que está por recorrer es difícil y complicado. Habrá que desvelar conceptos que aún no sabemos que existen.
El hecho de que nuestro actual nivel de conocimiento nos haya permitido obtener nuevas perspectivas impactantes en relación con el funcionamiento del universo es ya en sí mismo muy revelador y nos indica que podemos estar en el buen camino revelador de la rica naturaleza de la teoría de cuerdas y de su largo alcance. Lo que la teoría nos promete obtener es un premio demasiado grande como para no insistir en la búsqueda de su conformación final.

El universo, la cosmología moderna que hoy tenemos, es debida a la teoría de Einstein de la relatividad general y las consecuencias obtenidas posteriormente por Alexandre Friedmann. El Big Bang, la expansión del universo, el universo plano y abierto o curvo y cerrado, la densidad crítica y el posible Big Crunch que, según parece, nunca será un hecho y, el universo, tendrá una “muerte” térmica, es decir, cuando el alejamiento de las galaxias lo haga más grande, más oscuro y más frío. En el cero absoluto de los -273 ºC, ni los átomos se moverán.
Un comienzo y un final que abarcará miles y miles de millones de años de sucesos universales a escalas cosmológicas que, claro está, nos afectará a nosotros, insignificantes mortales habitantes de un insignificante planeta, en un insignificante sistema solar creado por una insignificante y común estrella.
Pero… ¿somos en verdad tan insignificantes
Emilio Silvera V.
Dic
14
Lo que podría Ser
por Emilio Silvera ~
Clasificado en General ~
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LUCY, la película que nos lleva a un viaje que nos muestra la fantasía de lo que podría alcanzar el cerebro humano mediante ciertos tratamientos que posibilitarían su máxima prestación. En ese Estadio, nada resultará imposible de conseguir, y, entonces podremos decir con propiedad que, la materia, alcanzó su grado máximo alcanzando y uniéndose a la Conciencia Cósmica del Universo-.
La historia que nos cuenta la película LUCY, es de pura fantasía, no se concibe que unas drogas potentes de nuevo diseño haga evolucionar al cerebro hasta el punto que aquí nos muestran. A nivel cerebral, las drogas actúan sobre los neurotransmisores alterando y perturbando el correcto funcionamiento afectando a la conducta, estado de ánimo o percepción. Además, son susceptibles de crear dependencia física y/o psicológica. Todo lo contrario de lo que nos muestra la película que, por otra parte, no es un buen ejemplo para mentes poco formadas que pueden confundir el mensaje y caer en el pozo del que casi nunca se puede salir.
Sabemos que nuestra Mente es una maravilla, también sabemos que, el Universo se expande y nuestras Mentes también lo han hecho, el paso del Tiempo, lo que vamos viviendo, la observación, el estudio de las cosas en las distintas disciplinas del saber humano, la Ciencia en General, nos ha llevado a un nivel muy aceptable del conocimiento del mundo, de la Naturaleza, del Universo en fin.
No será la droga el camino para poder elevar el nivel de la Mente hasta cotas insospechadas, lo que hace que la Mente se alimente y evolucione es el Tiempo, su inexorable transcurrir nos permite ir comprendiendo, y, mientras nuestros cerebros asimilan cuestiones complejas, va envejeciendo y (es ley de vida), dejamos paso a otros que detrás de nosotros vendrán. Siempre ha sido de esa manera y lo seguirá siendo.
Hay procesos que, si tratamos de hacerlos avanzar contra los principios naturales… ¡Puede llegar el desastre y desandar el camino ganado.
¿Drogas? No gracias.
Emilio Silvera V.
















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