Jul
25
¿Será único nuestro Universo?
por Emilio Silvera ~
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“Nuestro lugar en el espacio y tiempo es limitado, efímero e insignificante ante la inmensidad del universo y como dicen por ahí, nuestra pequeñez en el cosmos sólo demuestra nuestra grandeza porqué somos una pieza fundamental para entender que la existencia no tiene un límite que dicte que somo los únicos seres que habitan este plano inmenso de estrellas, somos materia y la materia no se destruye, sólo se transforma. Y “Si estamos solos en el Universo, seguro sería una terrible pérdida de espacio” diría Carl Sagan.”
“La estrella más extraña. La estrella KIC 846285 o estrella de Tabby tiene una peculiaridad llamativa: parpadea y se desvanece durante unos días, antes de volver a su brillo habitual en un patrón completamente impredecible. Las teorías al respecto incluyen enjambres de cometas, fragmentos de planetas destruidos, nubes de polvo o incluso una ‘mega-estructura alienígena‘ que abarca la estrella para drenar sus recursos.”

Un quinteto de cuatro galaxias
En el Universo, cada segundo, el Sol pierde 4.000 millones de toneladas de hidrógeno, que son eyectadas al Espacio Interestelar en forma de luz y calor, a la Tierra llega unas dos millonésimas partes que son suficientes para el ciclo de la la fotosíntesis y otros necesarios para la vida. 4.800 estrellas nacen, 10 estrellas explotan formando agujeros negros o estrellas de neutrones y el Universo de expande 900 millones de metros.
Nuestro sistema solar tarda unos 250 millones de años en orbitar la Vía Láctea, y solo lo ha hecho unas 20 veces desde que se creó el Sol. ¡Hemos cumplido 20 años galácticos!
Como nunca nadie pudo estar en otro Universo, tenemos que imaginarlos y basados en la realidad del nuestro, realizamos conjeturas y comparaciones con otros que podrían ser. ¿Quién puede asegurar que nuestro Universo es único? Realmente nadie puede afirmar tal cosa e incluso, estando limitados a un mundo de cuatro dimensiones espacio-temporales, no contamos con las condiciones físicas necesarias para poder captar (si es que lo hay), ese otro universo paralelo o simbiótico que presentimos junto al nuestro y que sospechamos que está situado en ese “vacío” que no hemos llegado a comprender. Sin embargo, podríamos conjeturar que, ambos universos, se necesitan mutuamente, el uno sin el otro no podría existir y, de esa manera, estaríamos en un universo dual dentro de la paradoja de no poder conocernos mutuamente, al menos de momento, al carecer de los conocimientos necesarios para ello.
Es curioso como un equipo de astrónomos y cosmólogos estudiante la expansión del Universo y tratando de buscar la verdadera causa de dicho comportamiento (las galaxias se alejan las unas de las otras sin una razón aparente, toda vez que, la cantidad de materia bariónica percibida, no sería suficiente para arrastrarlas de esa manera), de manera denodada y pertinaz buscan el por qué se expande el universo de esa manera que no pueden explicar y, en dicha tarea, dicen haber percibido, más allá del supuesto “borde de nuestro Universo” la presencia de algo grande.
Lo único que se me ocurre pensar es en la presencia de otro universo que tira del nuestro por la fuerza de gravedad que genera y, al final del camino, como ocurre con las galaxias, terminarán fusionándose los dos universos. Es simplemente lo que ocurre con las galaxias pero, a escala mayor.
Imagináis la grandiosidad que está presente en una sola Galaxia como la nuestra. Así el poeta, hablando consigo mismo exclamó:
¡Oh mundo de muchos mundos!
¡Oh vida de vidas!
¿Cuál es tu centro?
¿Dónde estamos nosotros?
¿Habrá algo más de lo que vemos?
¿Debemos prestar atención a las voces que oímos en nuestras mentes?
El Universo (al menos el nuestro), nos ofrece algo más, mucho más que grandes espacios vacíos, oscuros y fríos. En él podemos ver muchos lugares luminosos llenos de estrellas, de mundos y… muy probablemente de vida. Sin embargo, tenemos la sospecha de que, aparte del nuestro, otros universos podrían rondar por ahí y conformar un todo de múltiples Universos de características diversas y no en todos, sería posible la formación de estrellas y como consecuencia la Vida.
En nuestras ansias de querer saber sobre “esa verdad” que incansables perseguimos, hemos realizados innumerables excursiones por todos los senderos conocidos y otros nuevos que hemos dejado abiertos intentando llegar a entender y explicar si, las fuerzas fundamentales de la Naturaleza y, las Constantes Universales pudieran estar presentes, en otros Universos de la misma manera que en el nuestro. La conclusión ha sido que no. Otros Universos (si existen) podrían ser iguales al nuestro y también, muy diferentes y todo dependería de su momento inicial que es el que determina la clase de Universo que será cualquier universo que pudiera llegar a existir.
No es fácil imaginar cómo serían esos otros universos y como llegar. desde luego dando un paseo no, y, la llave que abre el Hiperespacio aún no se ha podido fabricar. ¿Agujeros de gusano? ¡Quién sabe!
Hemos visto como los cosmólogos contemplan activamente la naturaleza de “otros mundos” en los que las condiciones allí reinantes harían la vida imposible. Esto nos plantea la cuestión más profunda de si estos otros mundos “existen” en algún sentido y, si es así, qué los hace diferentes del mundo que vemos nosotros. También ofrece una alternativa al viejo argumento de que el aparente buen ajuste del mundo para que posea todas aquellas propiedades requeridas para la vida es prueba de alguna forma de un diseño especial. Pues si existen todas las alternativas posibles, debemos encontrarnos necesariamente habitando en una de las que permiten que exista la vida. Y podríamos ir aún más lejos y aventurar la conjetura de que podríamos esperar encontrarnos en el tipo más probable de Universo que sustenta la vida.
La Tierra un vergel para la Vida, mientras que Venus es un Infierno tóxico
“Si pudiéramos saber que nuestro propio Universo era sólo uno entre un número
indefinido con propiedades cambiantes quizá podríamos invocar una solución análoga al principio de la selección natural; que sólo en ciertos universos, entre los que se incluye el nuestro, se dan las condiciones apropiadas para el surgir de la vida, y a menos que se satisfaga esta condición en otros universos no podría existir observadores para advertir tal hecho.”
¡No saben lo que se pierden! ¡Pobres universos!
Una de las dificultades de concebir siquiera semejantes multiversos de todos los universos posibles es que hay muchas cosas que podrían ser diferentes. De nuestro estudio de las matemáticas sabemos que existen lógicas diferentes a la que utilizamos en la práctica, en la que los enunciados son o verdaderos o falsos. Análogamente, hay diferentes estructuras matemáticas; diferentes leyes de la Naturaleza posible ; diferentes valores para las constantes de la Naturaleza; diferentes números de dimensiones de espacio y de tiempo; diferentes condiciones de partida para el Universo; y diferentes resultados aleatorios para secuencias complejas de sucesos. Frente a ello, la colección de todos los mundos posibles tendría que incluir, como mínimo, todas las permutaciones y combinaciones posibles de estas diferentes cosas. Obtener una comprensión de todo este maremágnum sería pedirnos demasiado (al menos por el momento).
Claro que, concebir Universos con más dimensiones que el nuestro…se nos hace muy cuesta arriba. Nuestras mentes son tridimensionales y, hemos llegado
al añadido de esa cuarta dimensión temporal que nos trajo la relatividad especial pero, cuando tratamos de ir más allá, no asimilamos bien y la visión de ese “mundo” de dimensiones extra, no caben en nuestra cabeza. Sin embargo, los números sí lo permiten y pueden configurar mundos de 10, 11 y hasta 26 dimensiones y, en ese mundo teórico-matemático, sí pueden convivir todas las fuerzas de nuestro Universo y allí podemos encontrar
respuestas que, en nuestro Universo cotidiano cuatridimensional, no podemos hallar.
Dimensiones que no podemos representar porque… ¡No existen!
Lo cierto es que, ya hemos visto lo que puede suceder si se realizaran algunos de esos otros mundos posibles, mundos con más dimensiones u otros valores de las constantes cruciales. Sin embargo, no sabemos si estos diferentes mundos son realmente posibles. Está muy bien contemplar cambios en las constantes de la Naturaleza y las cantidades que definen la forma y el tamaño del Universo. Pero ¿hay realmente universos alternativos permitidos o son tan posibles como los círculos cuadrados? Podría ser que la “Teoría de Todo” sea muy restrictiva cuando se trate de dar permiso de planificación para otros universos.
Por imaginar que no quede. Nuestras mentes construyen escenarios que…
El hecho de que podamos concebir muchos universos alternativos, definidos por otros valores de las constantes de la Naturaleza, quizá sea simplemente un reflejo de nuestra ignorancia acerca de “la prisión” en la que está confinada la consistencia lógica que exige una Teoría de Todo. Cuando se trata de contemplar otros universos tenemos dos formas de abordar el problema. Existe la aproximación conservadora que produce mundos alternativos haciendo pequeños cambios en las propiedades de nuestro mundo; pequeños cambios en los valores de algunas de las constantes de la Naturaleza, propiedades ligeramente diferentes del Universo astronómico, quizá, pero no cambios en las propias leyes de la Naturaleza. Normalmente estos estudios muestran que si “los pequeños cambios” son demasiado grandes hay consecuencias adversas para la existencia de la vida tal como la conocemos. Nuestro tipo de vida puede seguir existiendo si hubiera un cambio de una parte en cien mil millones en el valor de la constante de estructura fina, pensamos nosotros, pero no si hubiera un cambio de una parte entre diez.
Cuando el momento llegue, no será fácil encontrar “otras Tierras”
¿Quién sabe? Con unas constantes diferentes podríamos tener cualquier clase de Universo incluso ¿Alguno en la sombra? Claro que grandes cambios pueden alterar otras cosas como las leyes, la lógica matemática subyacente o el número de dimensiones del espacio tiempo. Tiene que concebir tipos de “vida” que ni podemos imaginar, serían completamente nuevos y que podrían existir en ambientes tan diferentes al nuestro que, incluso, teniéndolos a nuestro lado, no lo podríamos ver y, claro, al llegar a este punto nos suscita tener que hacer un examen más detallado de qué entendemos por vida, dado que esa vida de ese otro universo, sería tan vida como la del nuestro.
Ante todas estas ideas… al contemplar escenas de nuestro mundo como la que arriba contemplamos, no puedo dejar de imaginar lo que pensarían seres de otros mundos que nos pudieran estar contemplando. Fabricamos “colmenas” que nos sirven de habitad y que están adecuadas a las condiciones de nuestro mundo. En otros mundos mucho mayores, de tener presente la vida, dada su enorme gravedad, ésta tendría que ser pequeña ¿De insectos quizá?
No sería nada agradable visitar otro Universo en cuyos mundos sólo vivieran insectos de dos metros, o, aquellos otros que, poblados de sofisticados robots tuvieran una Sociedad constituida sobre una continuada replicación y su único objetico sería el de poblar mundos y más mundos en los que, como sería lógico pensar, no cabrían otros seres que, como nosotros, venimos de un origen natural que serían, seguramente los seres primigenios del planeta que construyeron a los que hoy dominan esos mundos.
En nuestro mundo podemos contemplar a las estrellas reflejadas en la pleamar de la playa
Haber podido conquistar algunos conocimientos que nos hablan de la inmensidad del Universo, de la diversidad de infinitas estrellas y de la multiplicidad de mundos que existen en las galaxias que pueblan el Cosmos, no podemos dejar de imaginar los mundos que, con propiedades diferentes a las de la Tierra, puedan albergar a criaturas que, unas veces habrán alcanzado la consciencia y otras no. Cuando podamos alcanzar la tecnología necesaria para visitar otros mundos que orbitan a estrellas similares y diferentes al Sol, entonces, y sólo entonces, podremos comprender que la vida en el Universo es de muchas maneras y que no estamos solos en tan vasto espacio.
Negarlo no lo podemos negar y, hasta es muy probable que sí puedan existir esos otros Universos. Sin embargo, yo me quedo con el nuestro que, poco a poco, se va dejando descorrer el velo que esconde sus secretos y estamos llegando a un nivel aceptable de comprensión de lo que su Naturaleza pudiera ser. Ningún Universo como el nuestro para vivir y tratar de llevar a cabo nuestros proyectos de futuro. Y, si finalmente nos vemos abocados a tener que “mudarnos” a uno de esos otros Universos, lo esencial será comprobar antes que, las condiciones son exactas o muy parecidas a las del nuestro.
Este escenario evolutivo de nuestro Universo tiene la característica clave de que las condiciones físicas en el pasado no eran las mismas que las actuales o las futuras. Hubo épocas en que la vida no podía existir porque había demasiado calor para los átomos; hubo épocas previas a las estrellas y habrá un tiempo en el que todas las estrellas hayan muerto. En este escenario hay un intervalo preferido de la historia cósmica durante el que es más probable que los observadores evolucionen por primera vez y hagan sus observaciones del Universo y, si hemos hecho nuestra tarea, también sabremos de esos otros universos que nos pudieran acoger en ese momento final del nuestro.
¡Es todo tan complicado! ¡Sabemos tan poco!
Emilio Silvera V.
el 25 de julio del 2025 a las 9:41
La idea de que nuestro universo podría no ser el único no solo desafía nuestra intuición, sino que nos obliga a reconsiderar conceptos tan fundamentales como la causalidad, el tiempo o incluso la realidad misma.
Teorías como la inflación cósmica eterna, la interpretación de muchos mundos de la mecánica cuántica, o incluso algunos marcos dentro de la teoría de cuerdas, ofrecen escenarios en los que múltiples universos —con diferentes constantes físicas, leyes, o incluso dimensiones— podrían coexistir. Aunque muchas de estas propuestas están lejos de ser comprobadas experimentalmente, no dejan de ser valiosas como ejercicios de frontera que empujan a la ciencia más allá de lo observable.
Personalmente, lo que más me fascina de estos temas es cómo se entrelazan física, filosofía y hasta una dosis de humildad. Nos recuerda que, por muy grande que pensemos que es nuestro conocimiento, apenas estamos rascando la superficie. Son estas preguntas las que mantienen viva la curiosidad científica.
el 26 de julio del 2025 a las 6:30
El filósofo de la Física, Karl Popper decía:
“Cuanto más profundizo en el conocimientos e las cosas, más conscientes soy de lo poco que se. Mis conocimientos son limitados, mi ignorancia infinita.”
Esto refleja la realidad que siempre nos acompañó. Sin embargo, nuestra imaginación es grande y nuestra curiosidad insaciable, lo que nos ha llevado a especular con posibilidades de lo que podría ser y a buscar sin descanso respuestas a preguntas planteadas que nadie nos sabía contestar.
Las Teorías que algunas Mentes construyeron en algunos ámbitos del saber humano, son indicios muy claros de que podríamos estar en el buen camino, algunas de ellas pudieron ser verificadas demostrando que eran reflejo de lo que la Naturaleza nos mostraba, mientras que otras, como la Teoría de Cuerdas, han quedado (por el momento), aparcadas y pendientes de verificar, no poseemos lo necesario para llegar a las cuerdas que exigen 10 elevado a la 19 potencia de GeV, una energía de la que no disponemos.
Claro que hemos sabido suplir nuestras carencias a base de tecnología que nos facilitó llegar allí donde físicamente no podíamos, y, de esa manera, pudimos realizar ese fantástico viaje que nos llevó desde el átomos a las estrellas.
Logramos poder contemplar galaxias situadas a 13.000 millones de años luz de nosotros gracias a los grandes telescopios terrestres y espaciales, conseguimos desmenuzar la materia hasta llegar a los Quarks escondidos en las entrañas de los hadrones, y, el mayor suceso y más maravilloso de todos es haber podido constatar que a partir de la materia “inerte”, surgió la vida que evolucionó hasta llegar a los pensamientos.
Como somos insaciables en el querer saber, seguimos haciendo preguntas que no podemos contestar y nos preguntamos si existen otros universos y de ser así qué características tendrían.
Espero que nunca nos abandone ese “ingrediente” que nos acompaña desde el nacimiento y que llamamos curiosidad, ya que, gracias a nuestro sentido insaciable de buscar respuestas hemos llegado hasta el momento presente con unos aceptables conocimientos en las distintas disciplinas científicas que nos permiten seguir avanzando para poder contestar a preguntas planteadas que nadie pudo.
Así inmersos en este fantástico lugar, seguimos caminando persiguiendo a esa verdad que parece ser más rápida que nuestras Mentes. Sin embargo, lo que hemos logrado en tan poco Tiempo, ya que, en el contexto temporal del universo (13.800.000 de años), nuestro tiempo sería el que tardan los ojos en parpadear.
Seguiremos especulando y creando teorías y errando unas veces y acertando otras, pero sin dejar de avanzar para que nuestra especie, en ese futuro lejano que ni podemos imaginar, haya alcanzado los conocimientos que nos permitan ser los seres de luz que el Universo “pensó” que seriamos cuando nos creó.