viernes, 29 de marzo del 2024 Fecha
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¿Qué relación tenemos con el Universo?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo y la Vida, El Universo y... ¿nosotros?    ~    Comentarios Comments (2)

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Nuestra realidad es la que cada uno de nosotros percibimos, entendemos y actuamos de manera diferente en la vida. Cada uno poseemos nuestra propia realidad del mundo y de nosotros mismos. Estamos construidos a base de creencias, y esas creencias son las que influyen de manera decisiva en nuestra realidad y en nuestra conducta, por lo tanto, son las culpables de que consigamos o no nuestros objetivos. Básicamente nuestra realidad está formada por nuestras creencias.

Cada persona está modelada por su entorno, por lo que vio y vivió en su niñez, por lo que aprendió en la casa materna y la educación que pudo recibir.

 

 

 

 

 

Lo que pasó siempre deja rastros que nos cuentan la historia, parece que el Universo sí tiene memoria. Lo que arriba contemplamos es el resultado del rastro dejado por una estrella moribunda que, antes de morir, quiso dejarnos la huella en forma de bonita nebulosa.

Hemos podido llegar a saber qué es lo que allí pasó y que, esa nebulosa bipolar planetaria en tiempos pasados fue una estrella como nuestro Sol que al final de su vida se transmutó en Nebulosa y se convirtió en una estrella enana blanca después de pasar por distintos procesos fascinantes.

 

 

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El Tiempo transcurre inexorable y las cosas van cambiando, la Entropía hace estragos en los Sistemas Cerrados, nada permanece y todo se transforma, y, en esas transiciones de fase, van quedando las huellas que los científicos estudian para saber lo que pasó.

Así, en cierta manera, el Universo tiene y conserva (como ocurre en la Tierra), las reliquias de su pasado. A lo largo y a la ancho del Cosmos podemos encontrar muestras de objetos que nos cuentan lo que antes pasó en el Universo. Una supernova es el momento de la explosión de una estrella masiva, debido a que la presión para mantener todos los átomos nucleares es insostenible. “La simetría es la armonía de posición de las partes o puntos similares unos respecto de otros, y con referencia a un punto, línea o plano determinado. Una estrella tiene forma esférica, por lo tanto se espera que si la explosión es en todas las direcciones, su remanente también presente la misma apariencia simétrica. Sin embargo los remanentes de las supernovas no son simétricos. Una posible causa de asimetría en remanentes de supernovas consiste en la variación de masas de los elementos de la estrella

 

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Hay momentos en nuestras vidas que, no habiéndonos costada nada, nunca lo hubiéramos podido pagar

Puede que al final del camino que tenemos que recorrer, nos demos cuenta de que lo único importante sea el Amor. Y, mientras tanto, nuestra naturaleza llena de curiosidad e imaginación, va desvelando secretos del pasado y también, inventando el futuro.

Lo cierto es que, a veces, no sale a la superficie nuestra racionalidad, y, pasan inadvertidos por nuestras vidas, esos momentos de impagable valor que nunca volverán.

Max Planck nos decía:

“La ciencia no puede resolver el misterio final de la Naturaleza.  Y esto se debe a que, en el último análisis, nosotros somos parte del misterio que estamos tratando de resolver”. 

 

Y, desde luego, no parece que fuese muy desencaminado, nuestra complejidad es tan grande que, llegar a comprendernos, no será nada fácil. Aunque eso sí, sólo una cosa está clara: ¡Somos parte del Universo!


Las respuestas está en nuestras Mentes, sólo hay que saber buscar

¿Quién no ha tenido alguna vez, la sensación de que sabe la respuesta ? ¿De que todo está ahí, en su mente, escondido y a punto de salir a la superficie? Esas sensaciones que parecen querer hablarnos, contarnos ese secreto tan largamente perseguido por muchos y no desvelado por ninguno. Sin embargo, ese momento es efímero y, lo mismo que llegó, se fue. La frustración que deja en nostros esa sensación de tener ese algo a mano y de que se nos esfume y desaparezca sin más, es verdaderamente…dolorosa.

Bueno, a mí me pasa continuamente, siento que de un momento a otro, mi mente, me daría respuestas a preguntas que no han sido contestadas.  El  tiempo inexorable pasa y, las respuestas no llegan. ¡Qué impotencia! Parece como si una gran Nebulosa ocupara nuestra mente y todo lo tuviera envuelto en una espesa niebla que no nos deja ver lo que buscamos.

 universo

Desde nuestro pequeño mundo, miramos asombrados hacia la inmensa Galaxia que nos acoge y que, en realidad resulta ser una más, de entre los cien mil millones de galaxias que en el Universo son. El sentido de lo pequeño y de lo grande debe medirse en el ámbito local, ya que, para nosotros (por ejemplo) nuestra propia ciudad puede ser inmensa, y, en relación con nuestro mundo es ínfima, no digamos si la comparamos con la Galaxia. Sin embargo, para nosotros, tiene una gran importancia que en otro contexto sería insignificante.

Para no saber, no sabemos, a ciencia cierta, en qué clase de universo estamos: ¿Será plano, abierto o cerrado? Bueno, eso dependerá de la cantidad de materia que pueda contener. Y, mientras tanto, para tapar los huecos en los que nada vemos y las cuentan cuadren… ¡Ahí tenemos a la buena “materia oscura” que, ninguna protesta hace del mucho traqueteo que se le da!

Imagino que, de vez en cuando, la niebla se ve despejada por alguna especie de “viento solar” dejando ver lo que allí está presente.  En algunas mentes, entonces, saltan esas respuestas (Newton, Planck, Einstein y otros) y son ofrecidas al mundo para que puedan continuar avanzando.

Los aspectos inconscientes de la actividad mental, como las rutinas motoras y cognitivas, así como los recuerdos, intenciones y expectativas inconscientes, las preocupaciones y los estados de ánimos, desempeñan un papel fundamental a la hora de conformar y dirigir nuestras experiencias conscientes.  Todo está siempre estrechamente relacionado, nada ocurre en nosotros que no esté unido a lo que pasa en nuestro entorno, somos una parte de un todo que se llama Universo, y, aún cuando somos autónomos en el pensamiento y en la manera de obrar, existen condicionantes exteriores que inciden, de una u otra manera en nosotros, en lo que somos.

Sin la fuerza de Gravedad, nuestras mentes serían diferentes (o no serían), estamos estrechamente conectados a las fuerzas que rigen el Cosmos y, precisamente, somos como somos, porque las fuerzas fundamentales de la Naturaleza, son como son y hacen posible la vida y la existencia de seres pensantes y evolucionados que son capaces de tener conciencia de SER, de hacer preguntas tales como: ¿de donde venimos? ¿Hacia donde vamos?

Resultado de imagen de La qualia y la discriminación, correlatos neuronales de la percepción del colorResultado de imagen de los gualia y el núcleo dinámico, los qualia en el tiempo neuronal, el desarrollo de los qualia: referencia al propio yo, lo consciente y lo inconsciente, los puertos de entrada y de salida

La qualia y la discriminación, correlatos neuronales de la percepción del color, ¿un grupo neuronal, un quale?, los gualia y el núcleo dinámico, los qualia en el tiempo neuronal, el desarrollo de los qualia: referencia al propio yo, lo consciente y lo inconsciente, los puertos de entrada y de salida, los bucles largos y rutinas cognitivas, aprendizaje por el estudio y la experiencia, rupturas talamocorticales: posibilidades de núcleos escindidos, la observación, el lenguaje, el pensamiento, los mensajes exteriores, la unificación de datos y la selección lógica de respuestas, y, por fin: el significado último de las cosas (las preguntas de la filosofía), la metafísica.

Sí, por todas estas fases del estudio y del pensamiento he tenido que pasar para llegar a una simple conclusión:

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La Naturaleza, a veces, nos engaña para que no seámos infelices

No pocas veces, la imagen de nuestra imaginación  nos juega malas trastadas y nos hace ver… ¡Lo que ya no somos! Los espejos, por ejemplo, son inventos crueles y, muchas veces al mirarme allí, me he podido preguntar: ¿Pero quien será ese viejo? Mientras no te vea y tu mente funcione bien, estás en esa especie de irrealidad que te dice que nada ha cambiado. Sin embargo, cuando te ves…

“No somos la imagen de nadie” y, simplemente, como seres que evolucionamos, sin que nos demos cuenta, mutamos y nos adaptamos al medio cambiante y, mientras eso ocurre, llegan mensajes que no comprendemos a la primera.   No, no exagero, dentro de esa imagen de frágil físico y de escasa capacidad para poder dar respuesta a ciertas preguntas, en realidad, se esconden cualidades y potenciales que, no sabemos ni podemos medir. En realidad, somos una compleja estructura de pensamientos que puede llegar…muy lejos.

Dentro de nuestro ser están todas las respuestas y solo necesitamos tiempo para encontrarlas.  Nuestra mente, es la energía del Universo, aún no sabemos utilizarla y pasaran, posiblemente, millones de años hasta que estemos preparados para saber lo que en realidad, es la conciencia. Algunas veces encontramos el camino y comenzamos a subir en busca de ese saber que se nos escapa, que presentimos. Sin embargo, llegamos a un punto en el que la escalera se queda sin peldaños y, aunque al final veámos la luminosidad de esa verdad que buscamos,,, ¡No la podemos alcanzar! Al parecer, no ha llegado el Tiempo para ello.

Mientras eso llega, algunos curiosos como yo, con más voluntad que conocimientos, tratan de especular con ideas y conceptos que nos puedan dar alguna luz sobre tan complicado problema. A veces vemos las cosas con tanta claridad que, parece que las podemos tocar con la punta de los dedos de la Mente, y, en un instante, se difuminan y desaparecen, no nos deja tiempo para que, esa visión sea plasmada en una realidad escrita que podamos desarrollar.

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Nuestra mente es una maravilla de la Naturaleza, algo tan grande que, a pesar de los muchos avances y conocimientos alcanzados, no podemos explicar…  aún. En alguna ocasión me ha llegado la intuición (certera) de que conseguiremos “saber”, en el momento adecuado, si nos adelantamos al tiempo de las cosas, nosotros mismos (como niños con juguetes peligrosos), nos podríamos causar daño, y, siendo así, la Naturaleza sabia ella, sólo nos deja acceder a esos conocimientos que vamos pudiendo dominar, aquello que no se nos pueda ir de las manos y nos envíe al garete… ¡Con el tiempo le costó al Universo traernos aquí!

Está claro que, como me ha comentado un amigo, la materia tiene memoria y, es precisamente esa memoria, la que hace posible el avance de nuestros conocimientos a través de la mente que, sin duda, está directamente conectada con el resto del Universo y las fuerzas que lo gobiernan que son las que hacen posible su funcionamiento tal como acontece.

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                                    Aprendemos mediante la observación

La curiosidad y la sabiduría, esas gotas del transcurrir del tiempo que salpican el río de la vida a través de la experiencia y nos hace saber… ¡Algunas cosas! Por lo general, la curiosidad se le supone a los pequeños que comienzan su andadura y todo lo quieren saber. El Saber y la Experiencia a los ancianos que, a vuelta de muechas cosas, la vida les enseñó cómo y por qué suceden los hechos que vemos a nuestro alred4edor, la candición humana incluida. Sin embargo, La curiosidad, siempre está con nostros, sin importar la edad ni lo que hallamos podido vivir. Siempre surgen preguntas, cosas nuevas que nos maravillen, enigmas y misterios que despertarán nuestras mentes y querremos saber. Cuando eso deje de estaqr con nosotros, el declive habrá llegado y, la vida… ¡Dejará de tener sentido!

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           Y, poco a poco, vamos aprendiendo

Pero nada es tan sencillo ni podemos hablar de lo sensorial sin tener en cuenta el plano más simple y cotidiano que está referido a la materia, a nuestro cuerpo, las sensaciones, las experiencias vivídas, lo que aprendemos, el estudio y la profundqa observación que nos lleva de la mano de la curiosidad hasta la fuente de la que mana el agua de la sabiduría.

Dicen que lños pilares de la sabiduría son: El Orden, la Constancia y la Voluntad, la Motivación, una atenta Observación, y, sobre todo, estar dispuesto a pagar el precio que todo ello conlleva.

Entender las claves que explican el devenir de la vida sobre este planeta, con la idea en el horizonte de aspiraciones intelectuales a que nos aboca la conciencia del SER, no resulta fácil, la complejidad de la empresa exige tener en cuenta múltiples factores que no siempre estamos preparados para comprender, y, sobre todo, debemos ser muy conscientes de que formamos parte de un Universo inmenso, y, estamos supeditamos a las fuerzas que lo rigen. Lo mejor para hacer nuestras vidas más fáciles, es tratar de comprender la Naturaleza de ese Universo nuestro.

Sí, el Universo podría ser considerado como la mayor Obra de Arte que, a su vez, es capaz de generar otras Obras de Arte que, en alguna ocasión, dan mucho que pensar, ya que, el surgir de la vida partierndo del simple hidrógeno que evoluciona en las estrellas del cielo…es ¡Increíble! pero, sin embargo, nada más cierto hay.

¡La Vida! Siempre me llamó la atención y elevó en mí el grado de curiosidad.  Ese gran misterio que llamamos ¡vida!, ¿de dónde surgío? ¿Cómo fue posible que la materia se pudiera estructurar de manera tan compleja para que, partiendo de la “materia inerte”, llegara hasta los pensamientos?

emilio silvera

¿El Misterio? Persistirá, ¡como el Tiempo!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Naturaleza misteriosa    ~    Comentarios Comments (0)

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Los habitantes de este mundo hemos, hemos conseguido construir un cuadro plausible del Universo, de la Naturaleza que tratamos de comprender. Hemos llegado a ser conscientes de que, en ella, en la Naturaleza, están todas las respuestas que buscamos y, nosotros mismos no hemos llegado a conocernos por ese mismo hecho de que formando parte de la Naturaleza, somos parte del enigma que tratamos de desvelar.

Parece que estamos entrando en la edad adulta, quiero significar que después de siglos y milenios de esporádicos esfuerzos, finalmente hemos llegado a comprender algunos de los hechos fundamentales del Universo, conocimiento que, presumiblemente, es un requisito de la más modesta pretensión de nuestra maduirez cosmológica.

Sabemos, por ejemplo, dónde estamos, que vivímos en un planeta que gira alrededor de una estrella situada en el borde de la Galaxia espiral a la que llamamos Vía Láctea, cuya posición ha sido determinada con respecto a varios cúmulos vecinos que, en conjunto, albergan a unas cuarenta mil galaxias extendidas a través de un billón de años-luz cúbicos de espacio.

También sabemos más o menos, cuando hemos entrado en escena, hace unos cinco mil millones de años que se formaron el Sol y los planetas de nuestro Sistema Solar , en un Universo en expansión que probablemente tiene una edad entre dos y cuatro veces mayor. Hemos determinado los mecanismos básicos de la evolución de la Tierra, hallado prueba también de evolución química a escala cósmica y hemos podido aprender suficiente física como para comprender e investigar la Naturaleza en una amplia gama de escalas los Quarks saltarines en el “mundo” microscópico hasta el vals de las galaxias.

El Tiempo inexorable nunca dejó de fluir y mientras eso pasaba, nuestra especie evolucionaba, aprendia al obervar los cielos y cómo y por qué pasaban las cosas. Hay realizaciones humanas de las que, en verdad, podemos sentirnos orgullosos. Aquellos habitantes de Sumer y Babilonia, de Egipto o China y también de la India y otros pueblos que dejaron una gran herencia de saber a los Griegos que pusieron al mundo occidental en el camino de la ciencia, nuestra medición del pasado se ha profundizado unos pocos miles de años a más de diez mil millones de años, y la del espacio se ha extendido desde un cielo de techo bajo no mucho mayor que la distancia que nos separa de la Luna hasta el radio de más de diez mil millones de años-luz del universo observable.

Tenemos razones para esperar que nuestra época sea recordada (si por ventura queda alguien para recordarlo) por sus contribuciones al supremo tesoro intelectual de toda la Humanidad unida al contexto del Universo en su conjunto por unos conocimientos que, aunque no suficiente, sí son los necesarios para saber dónde estamos y, , debemos buscar la respuesta a esa pregunta:

¿Hacia dónde vamos?

20120508030027-futuro-incierto.jpgResultado de imagen de El futuro incierto de la I.A.Resultado de imagen de El futuro incierto de la I.A.

                                        Claro que, el futuro es incierto

en la física, en el mundo y en nuestras vidas, también está presente el principio de incertidumbre y, de ninguna manera, podemos saber del mañana. Sin embargo, cuanto más sabemos del universo, tanto más claramente comprendemos lo poco que sabemos de él. La vastedad del Universo nos lleva a poder comprender algunas estructuras cósmicas y mecanismos que se producen y repiten como, el caso de la destrucción que nos lleva a la construcción. Es decir, una estrella masiva vieja explota y siembre el Caos y la destrucción en una extensa región del espacio, y, es precisamente ese hecho el que posibilita que, nuevas estrellas y nuevos mundos surgan a la vida. Sin embargo, la grandeza, la lejanía, esa inmensidad que se nos escapa a nuestra comprensión terrestre, nunca nos dejará comprender el universo en detalle y, siendo así, siempre tendremos secretos que desvelar y misterios que resolver.

        Hasta llegar aquí, hicimos un largo recorrido

Si añadimos a todo eso  que, si poseyésemos un atlas de nuestra propia Galaxia y que dedicase una sóla página a sistema estelar de la Vía Láctea (de modo que el Sol y sus planetas estuviesen comprimidos en una página), tal atlas tendría más de dies mil millones de volúmenes de dies mil páginas cada uno. Se necesitaria una biblioteca del tamaño de la de Harvard para alojar el Atlas, y solamente ojearlo al ritmo de una página por segundo nos llevaría más de diez mil años. Añádance los detalles de la cartografía planetaria, la potencial biología extraterrestre, las sutilezas de los principios científicos involucrados y las dimensiones históricas del cambio, y se nos hará claro que nunca aprenderemos más que una diminuta fracción de la historia de nuestra Galaxia solamente, y hay cien mil millones de galaxias más.

Sabiendo todo todo esto, siendo consciente de que, realmente, es así, tendremos que convenir con el físico  Lewis Thomas dijo: “El mayor de todos los logros de la ciencia del siglo XX ha sido el descubrimiento de la ignorancia humana”.

La ignorancia, como todo en el Universo, es relativa. Nuestra ignorancia, por supuesto, siempre ha con nosotros, y siempre seguirá estando, es una compañera con la que cargamos toda nuestra vida y que nos pesa. Algunos procuramos que pese lo menos posible para hacer más llevadero el viaje. Lo nuevo está en nuestras consciencias y de ellas, ha surgido nuestro despertar al comprender de sus abismales dimensiones, y es eso más que otro cosa, lo que señala la madurez de nuestra especie. El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final pero la aventura del aprendizaje siempre será interminable y eterno, quizá (no me he parado a pensarlo) pueda ser esa la única forma de eternidad que pueda existir.

La ciencia tiene límites. Foto CC-BY Galería de NASA Goddard and Video.

La dificultad de explicarlo todo no se debe a nuestra debilidad mental, sino a la estructura misma del universo. En los últimos siglos hemos descubierto que la trama del cosmos puede abordarse en varios niveles diferentes. Mientras no se descubre el siguiente nivel, lo que ocurre en el anterior no se puede explicar, sólo puede describirse. En consecuencia, para el último nivel que se conoce en cada momento nunca hay explicaciones, sólo puede haber descripciones.

La Ciencia es intrínsicamente abierta y exploratoria, y comete errores todos los días. En verdad, ese será siempre su destino, de acuerdo con la lógica esencial del segundo teorema de incompletitud de Kurt Gödel. El teorema demuestra que la plena validez de cualquier sistema, inclusive un sistema científico, no demostrarse dentro del sistema. Es decir, tiene que haber algo fuera del marco de cualquier teoría para poder comprobarla. La lección que podemos haber aprendido es que, no hay ni habrá nunca una descripción científica completa y comprensiva del universo cuya validez pueda demostrarse.

         No es que pertenezcamos al Universo, formamos de él

Y, a todo esto, debemos alegrarnos de que así sea, de que no podamos comprender el Universo en toda su inmensa dimensión y diversidad. Nuestras mentes necesitan que así sea y, tendrán, de esa manera, el escenario perfecto para seguir creciendo a medida que busca todas esas rrespuestas que nos faltan y, lo bueno del caso es que, respuesta que encontramos, viene acompañada de un montón de nuevas preguntas y, de esa manera, esa historia interminable de nuestra aventuira del saber…llegará hasta la etermindad de nuestro tiempo que, necesariamente, no tiene por que ser el tiempo del universo.

emilio silvera.

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En nuestro sistema solar la vida se desarrolló por primera vez sorprendentemente pronto tras la formación de un entorno terrestre hospitalario.  Hay algo inusual en esto. Según toos los datos que tenenos la edad de la Tierra data de hace unos 4.500 millones de años, y, los primeros signos de vida que han podido ser localizados fosilizados en rocas antiguas, tienen unos 3.800 millones de años, es decir, cuando la Tierra era muy joven ya apareció en ella la vida.

El secreto reside en el tiempo biológico necesario para desarrollar la vida y el tiempo necesario para desarrollar estrellas de segunda generación y siguientes que en novas y supernovas cristalicen los materiales complejos necesarios para la vida, tales como el Hidrógeno, Nitrógeno, Oxígeno, CARBONO, etc.

Parece que la similitud en los “tiempos” no es una simple coincidencia.  El argumento, en su forma más simple, lo introdujo Brandon Carter y lo desarrolló John D. Barrow por un lado y por Frank Tipler por otro.  Al menos, en el primer sistema Solar habitado observado ¡el nuestro!, parece que sí hay alguna relación entre t(bio) y t(estrella) que son aproximadamente iguales el t(bio) –tiempo biológico para la aparición de la vida- algo más extenso.

La evolución de una atmósfera planetaria que sustente la vida requiere una fase inicial durante la cual el oxígeno es liberado por la fotodisociación de vapor de agua.  En la Tierra esto necesitó 2.400 millones de años y llevó el oxígeno atmosférico a aproximadamente una milésima de su valor actual.  Cabría esperar que la longitud de esta fase fuera inversamente proporcional a la intensidad de la  radiación en el intervalo de longitudes de onda del orden de 1000-2000 ángstroms, donde están los niveles moleculares clave para la absorción de agua.

       La imagen del cielo de Canarias nos puede servir para mostrar una atmósfera acogedora para la vida

Este simple modelo indica la ruta que vincula las escalas del tiempo bioquímico de evolución de la vida y la del tiempo astrofísico que determina el tiempo requerido para crear un ambiente sustentado por una estrella estable que consume hidrógeno en la secuencia principal y envía luz y calor a los planetas del Sistema Solar que ella misma forma como objeto principal.

A muchos les cuesta trabajo admitir la presencia de vida en el Universo como algo natural y corriente, ellos abogan por la inevitabilidad de un Universo grande y frío en el que, es difícil la aparición de la vida, y, en el supuesto de que ésta aparezca, será muy parecida a la nuestra.

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Es cierto que la realidad puede ser mucho más imaginativa de lo que nosotros podamos imaginar. ¿Habrá mundos con formas de vida basadas en el Silicio? Aunque me cuesta creerlo, tambie´n me cuesta negarlo toda bvez que, la Naturaleza nos ha demostrado, muchas veces ya, que puede realizar cosas que anosotros, nos parecen imposibles y, sin embargo, ahí está el salto cuántico… Por ejemplo.

Los biólogos, por ejemplo, parecen admitir sin problemas la posibilidad de otras formas de vida, pero no están tan seguros de que sea probable que se desarrollen espontáneamente, sin un empujón de formas de vida basadas en el carbono.  La mayoría de los estimaciones de la probabilidad de que haya inteligencias extraterrestres en el Universo se centran en formas de vida similares a nosotras que habiten en planetas parecidos a la Tierra y necesiten agua y oxígeno o similar con una atmósfera gaseosa y las demás condiciones de la distancia entre el planeta y su estrella, la radiación recibida, etc.  En este punto, parece lógico recordar que antes de 1.957 se descubrió la coincidencia entre los valores de las constantes de la Naturaleza que tienen importantes consecuencias para la posible existencia de carbono y oxígeno, y con ello para la vida en el Universo.

Hay una coincidencia o curiosidad adicional que existe entre el tiempo de evolución biológico y la astronomía.  Puesto que no es sorprendente que las edades de las estrellas típicas sean similares a la edad actual del Universo, hay también una aparente coincidencia entre la edad del Universo y el tiempo que ha necesitado para desarrollar formas de vida como nosotros.

        Para nosotros ha pasado mucho tiempo, y, sin embargo, para el Universo ha sido solo un instante

Si miramos retrospectivamente cuánto tiempo han estado en escena nuestros ancestros inteligentes (Homo sapiens) vemos que han sido sólo unos doscientos mil años, mucho menos que la edad del Universo, trece mil millones de años, o sea, menos de dos centésimos de la Historia del Universo.  Pero si nuestros descendientes se prolongan en el futuro indefinidamente, la situación dará la vuelta y cuando se precise el tiempo que llevamos en el Universo, se hablará de miles de millones de años.

Brandon Carter y Richard Gott han argumentado que esto parece hacernos bastante especiales comparados con observadores en el futuro muy lejano.

Podríamos imaginar fácilmente números diferentes para las constantes de la Naturaleza de forma tal que los mundos también serían distintos al planeta Tierra y, la vida no sería posible en ellos.  Aumentemos la constante de estructura fina más grande y no podrá haber átomos, hagamos la intensidad de la gravedad mayor y las estrellas agotarán su combustible muy rápidamente, reduzcamos la intensidad de las fuerzas nucleares y no podrá haber bioquímica, y así sucesivamente.

Hay cambios infinitesimales que seguramente podrían ser soportados sin notar cambios perceptibles, como por ejemplo en la vigésima cifra decimal de la constante de estructura fina.  Si el cambio se produjera en la segunda cifra decimal, los cambios serían muy importantes.  Las propiedades de los átomos se alteran y procesos complicados como el plegamiento de las proteínas o la replicación del ADN PUEDEN VERSE AFECTADOS DE MANERA ADVERSA. Sin embargo, para la complejidad química pueden abrirse nuevas posibilidades.  Es difícil evaluar las consecuencias de estos cambios, pero está claro que, si los cambios consiguen cierta importancia, los núcleos dejarían de existir, n se formarían células y la vida se ausentaría del planeta, siendo imposible alguna forma de vida.

Las constantes de la naturaleza ¡son intocables!

Ahora sabemos que el Universo tiene que tener miles de millones de años para que haya transcurrido el tiempo necesario par que los ladrillos de la vida sean fabricados en las estrellas y, la gravitación nos dice que la edad del Universo esta directamente ligada con otros propiedades como la densidad, temperatura, y el brillo del cielo.

Puesto que el Universo debe expandirse durante miles de millones de años, debe llegar a tener una extensión visible de miles de millones de años luz.  Puesto que su temperatura y densidad disminuyen a medida que se expande, necesariamente se hace frío y disperso.  Como hemos visto, la densidad del Universo es hoy de poco más que 1 átomo por M3 de espacio.  Traducida en una medida de las distancias medias entre estrellas o galaxias, esta densidad tan baja muestra por qué no es sorprendente que otros sistemas estelares estén tan alejados y sea difícil el contacto con extraterrestres.  Si existe en el Universo otras formas de vía avanzada, entonces, como nosotros, habrán evolucionado sin ser perturbadas por otros seres de otros mundos hasta alcanzar una fase tecnológica avanzada, entonces, como nosotros, habrán evolucionado sin ser perturbadas por otros seres de otros mundos hasta alcanzar una fase tecnológica avanzada.

La expansión del Universo es precisamente la que ha hecho posible que el alejamiento entre estrellas con sus enormes fuentes de radiación, no incidieran en las células orgánicas que más tarde evolucionarían hasta llegar a nosotras, diez mil millones de años de alejamiento continuado y el enfriamiento que acompaña a dicha expansión, permitieron que, con la temperatura ideal y una radiación baja los seres vivos continuaran su andadura en este planeta minúsculo, situado en la periferia de la galaxia que comparado al conjunto de esta, es solo una cuota de polvo donde unos insignificantes seres laboriosos, curiosos y osados, son conscientes de estar allí y están pretendiendo determinar las leyes, no ya de su mundo o de su galaxia, sino que su osadía ilimitada les lleva a pretender conocer el destino de todo el Universo.

Cuando a solas pienso en todo esto, la verdad es que no me siento nada insignificante y nada humilde ante la inmensidad de los cielos.  Las estrellas pueden ser enormes y juntas, formar inmensas galaxias… pero no pueden pensar ni amar; no tienen curiosidad ni en ellas está el poder de ahondar en el porqué de las cosas, nosotros si podemos hacer todo eso y más. De todas las maneras, nsootros somos una parte esencial del universo: La que siente y observa, la que genera ideas y llega a ser consciente de que es, ¡la parte del universo que trata de comprender!

emilio silvera

Lo que queda al morir una estrella masiva

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Noticia comentada    ~    Comentarios Comments (0)

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La gigantesca Nebulosa del Cangrejo, captada en todo su esplendor

 

Astrónomos han obtenido una imagen de todas las longitudes de onda de los restos de una increíble explosión estelar ocurrida hace miles de años

La nebulosa se formó cuando estrella creó una enorme explosión, hace unos 7.500 años

La nebulosa se formó cuando estrella creó una enorme explosión, hace unos 7.500 años – NASA, ESA, NRAO/AUI/NSF and G. Dubner (Universidad de Buenos Aires)

Reportaje de ABC Ciencia

 

 

Las estrellas son «máquinas» fascinantes. Son creadoras de enormes cantidades de energía, cobijan planteas en su entorno y fabrican átomos más complejos a partir de helio e hidrógeno. Y, por si fuera poco, la muerte de algunas de ellas permite que nazcan nuevas estrellas. Esto ocurre porque a veces las estrellas agotan su combustible y colapsan, generando explosiones increíbles: las supernovas. En esos casos se libera tanta energía y materia, que el gas del espacio se comprime y se calienta lo suficiente como para activar las reacciones de fusión nuclear y el nacimiento de nuevas estrellas. De hecho, se cree que el Sol nació precisamente gracias a la explosión de una supernova.

La Nebulosa del Cangrejo está formada por los restos de una de las supernovas más espectaculares y conocidas. Está situada a 6.500 años luz de distancia, en la constelación de Tauro, y mide unos 11 años luz de diámetro. Tiene un aspecto que recuerda al de un ojo, y su forma hace pensar en una explosión de dimensiones cósmicas. Los filamentos deshilachados de materia que forman su «cuerpo» están a temperaturas de 15.000 grados centígrados, mientras que la superficie del Sol está a «solo» 5.000 grados, y, en suma, la nebulosa produce 75.000 veces más energía que nuestra estrella.

Este miércoles, los astrónomos han publicado en la revista Astrophysical Journal nuevos datos y una detallada fotografía del «cangrejo». Han combinado en una sola imagen todo el espectro de longitudes de onda de la luz que procede de la nebulosa. Si se pudiera partir la luz en trozos, como si se tratara de una tarta, cada uno estaría formado por unas longitudes de onda determinadas, con luces de distinta energía, color y características.

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En esta tarea han participado los telescopios «Very Large Array» (VLA) (que observa ondas de radio), el observatorio Chandra (rayos X), el telescopio espacial Hubble (luz visible), el Spitzer (infrarrojos) y el XMM-Newton (ultravioleta).

Una investigación, dirigida por Gloria Dubner, del Insituto de Astronomía y Física de la Universidad de Buenos Aires (Argentina) ha analizado los últimos datos recogidos, recopilados en noviembre de 2012, y ha descubierto nuevas características del complejo interior de la nebulosa.

«Comparar esas nuevas imágenes, tomadas en distintas longitudes de onda, nos ha proporcionado una gran cantidad de detalles sobre la Nebulosa del Cangrejo. Aunque se ha estudiado mucho a lo largo de los años, aún tenemos mucho que aprender», ha explicado Dubner.

El corazón de la nebulosa: un púlsar

 

 

 

 

En el centro de la enorme nebulosa, que crece a un ritmo de vértigo de 1.000 millones de kilómetros diarios, se encuentra el cadáver de la estrella que estalló y originó la supernova. Se trata de una estrella de neutrones, en la que la materia está fuertemente compactada. Emite un intenso campo magnético y potentes pulsos de radiación eletromagnética de forma periódica, por lo que se dice que se trata de un púlsar. Aunque este pesa 1,5 veces más que el Sol, su diámetro es de tan solo 30 kilómetros (en comparación con los casi 1.400 millones de kilómetros del Sol). Además, la pequeña estrella gira sobre sí misma una vez cada 33 milisegundos.

La influencia del púlsar y los restos dejados por la explosión generan una compleja interacción que los astrónomos encuentran muy interesante estudiar.

La explosión que originó la Nebulosa del Cangrejo fue registrada en el año 1054 por astrónomos chinos, cuando la explosión se hizo bien visible en el cielo. Pero no fue hasta el año 1721 cuando la nebulosa en sí fue descubierta por el astrónomo británico John Bevis. Desde entonces, el púlsar y la nebulosa han estado cambiando y moviéndose a velocidades que no se pueden ni imaginar, a pesar de la aparente tranquilidad captada por las imágenes.