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¡La Naturaleza! Nunca podremos doblegarla

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en La Naturaleza...El Universo    ~    Comentarios Comments (5)

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Nos empeñamos una y otra vez en querer sobrepasar nuestras posibilidades y, tenemos que pensar que, es la Naturaleza la que marca el ritmo de nuestras vidas y de nuestro tiempo, no al revés. El Universo tiene una mecánica que está regida por las fuerzas fundamentales de la Naturaleza y sus constantes y, nosotros, sólo podemos adaptarnos al mendio si queremos sobrevivir. Existen fuerzas y energías que nunca podremos controlar. Aquí mismo en la Tierra, considerada como Sistema cerrado, existen leyes y reglas inalterables, como lo son la rotación y traslación del planeta, la temperatura del núcleo, el magnetismo, las estaciones que rigen en la superficie, los océanos y los desiertos… Todo influye en el devenir de nuestras vidas sin que nosotros, pobres mortales, lo podamos evitar.

Sí, la Naturaleza nos muestra constantemente su poder. Fenómenos que no podemos evitar y que nos hablan de unos mecanismos que no siempre comprendemos. Nuestro planeta por ejemplo, se comporta como si de un ser vivo se tratara, la llaman Gaia y realiza procesos de reciclaje y renovación por medio de terremotos y erupciones volcánicas, Tsunamis y tornados debastadores que cambian el paisaje y nosotros, lo único podemos hacer es acatar el destino que ignoramos de lo que está por venir.

El mundo nos parece un lugar complicado. Sin embargo, existen algunas verdades sencillas que nos parecen eternas, no varían con el paso del tiempo (los objetos caen hacia el suelo y no hacia el cielo, el Sol se levanta por el Este, nunca por el Oeste, nuestras vidas, a pesar de las modernas tecnologías, están todavía con demasiada frecuencia a merced de complicados procesos que producen cambios drásticos y repentinos. La predicción del tiempo atmosférico es más un arte que una ciencia, los terremotos y las erupciones volcánicas se producen de manera impredecible y aparentemente aleatoria, los cambios en las Sociedades fluctuan a merced de sucesos que sus componentes no pueden soportar y exigen el cambio.

 La inmensa complejidad que está presente en el cerebro humano y de cómo se genera lo que llalamos “la mente”, a partir de una maraña de conexiones entre más de cien mil millones de neuronas, más que estrellas existen en nuestra Galaxia, la Vía Láctea. Es algo grande que, en realidad, no hemos alcanzado a comprender. Nos empeñamos en querer dominar fuerzas que no conocemos y, nuestro empeño nos podría llevar a la propia destrucción.

La mente humana es de tal complejidad que no hemos podido llegar a comprender su funcionamiento. ¿Por qué unas personas tienen una gran facilidad para tocar el piano, otros para comprender las matemáticas complejas y algunos para ver lo que nadie ha sido capaz de detectar en el ámbito de la Naturaleza, pongamos por ejemplo un paisaje, o, llegar a comprender fenómenos físicos que configuran el mundo, el Universo y la vida?

Es precisamente a escala humana, donde se dan las características (posiblemente) más complejas del Universo, las que se resisten más a rendirse ante métodos y reglamentos fijos que las pretenda mantener estáticas e inamovibles por el interés de unos pocos. Las Sociedades son dinámicas en el tiempo y en el espacio y, su natural destino es el de evolucionar siempre, el de buscar las respuestas a cuestiones patra ellas desconocidas y que al estar inmersas en el corazón de la Naturaleza, se sirven de la Ciencia para poder llegar al lugar más secreto y arrancar esas respuestas que tánto, parecen necesitar para continuar hacia el futuro.

Claro que, ese futuro, no depende de esas Sociedades Humanas que de alguna manera, están a merced de sucesos como aquel de Yucatán, cuando al parecer, hace ahora 65 millones de años, perecieron los Dinosaurios que reinaron en el Planeta durante 150 millones de años hasta que llegó aquél fatídico (para ellos) pedrusco que, en realidad, posibilitó nuestra llegada.

Aquellos terribles animales que poblaban la Tierra hubiera hecho imposible nuestra presencia en el planeta. Formas de vida incompatibles con nuestra especie que desaparecieron -según parece- por causas naturales venidas del espacio exterior para que más tarde, pudiéramos nosotros hacer acto de presencia en el planeta que nos acoge.

Aquello se considera una extinción masiva ocurrida en la Tierra, algo tan claramente reflejado en el registro fósil que se utiliza para marcar el final de un período de tiempo geológico, el Cretáseo, y el comienzo de otro, el Terciario. Puesto que la “C” ya se ha utilizado como inicial  en un contexto similar en relación con el período Cámbrico, este marcador se suele denominar frontera K-T, con una “K” de Kreide, que es el nombre del Cretáceo en alemán. No fueron solos los dinosaurios los que resultaron afectados, aunque son los que aparecen con mayor protagonismo en los relatos populares cuando se habla de este desastre.

Esqueletos de dinosaurios expuestos en el Museo Real de Ontario, Canadá.  

Alrededor del 70 por ciento de todas las especies que vivían en la Tierra al finales del cretáceo habian desaparecidos a principios del Terciario, lo cual indica que se trató realmente de una “extinción en masa” y explica por qué los geólogos y los paleontólogos utilizan la frontera K-T como un marcador importante en el registro fósil. Dadas las dificultades que plantean unas pruebas de tiempos tan remotos, y la lentitud con la que se acumulan los estratos geológicos, todo lo que podemos decir realmente sobre la velocidad a la que se produjo aquella extinción es que sucedió en menos de unas pocas decenas de miles de años, pero en ningún caso durante muchos millones de años; sin embargo, esto se considera un cambio brusco en relación con la escala de tiempo utilizada en geología.

Las preguntas obvias que esto plantea son las mismas que surgen tras un gran terremoto -por qué sucedió, y si podría suceder de nuevo y, en su caso, cuándo- En el caso del suceso K-T hay un candidato muy adecuado para ser el desencadenante que hizo que la extinción se produjera, por ejemplo, hace 60 0 55 millones de años. Los restos del enorme cráter que data justo de entonces ha sido descubierto bajo lo que es ahora la península de Yucatán, en Méjico,  y por todo el mundo se han hallado estratos de hace 65 millones de años que contienen restos de iridio, un metal pesado que es raro en la corteza terrestre, pero del que sabemos que es un componente de algunos tipos de meteoritos. La capa de iridio es tan delgada que tuvo que depositarse en menos de 10.000 años (quizá mucho menos), lo cual es coherente con la teoría de que el suceso K-T fue desencadenado en su totalidad, de manera más o menos instantánea, por un gran golpe que llegó del espacio interestelar.

                                                                              La catástrofe está servida

No sería difícil explicar por que pudo suceder todo esto. La energía cinética contenida en un impacto de este calibre sería equivalente a la explosión de unos mil millones de megatoneladas de TNT y arrojaría al espacio unos detritos en forma de grandes bloques que se desplazarían siguiendo trayectorias balísticas (como las de los misiles balísticos intercontinentales) y volverían a entrar en la atmósfera por todo el globo terráqueo, difundiendo calor y aumentando la temperatura en todas las regiones. Se produciría un efecto de calentamiento de 10 kilowatios por cada metro cuadrado de la superficie terrestre durante varias horas, un fenómeno que ha sido descrito gráficamente por Jay Melosh. A continuación, unas diminutas partículas de polvo lanzadas al interior de la parte superior de la atmósfera se extendería alrededor del todo el planeta y, combinada con el humo de todos los incendios desencadenados por el “asado a la parrilla”, bloquearían el paso de la luz del Sol, causando la muerte de todas las plantas que dependían de la fotosíntesis y congelando temporalmente el planeta.

Si el planeta se congela, ¿dónde nos meteremos? ¿cuántas criaturas tendrán la oportunidad de sobrevivir?

Hay pruebas de que, en épocas pasadas, la Tierra sufrió visitas inesperadas desde el espacio que trajo muerte y desolación.  Hace unos 35 millones de años, la Tierra soportó unos impactos parecidos sin que se produjera una extinción del calibre del suceso K-T. Aunque los factores desencadenantes tengan la misma magnitud. Por otra parte, existen pruebas de que los Dinosaurios y otras especies estaban ya en decadencia en los dos últimos millones de años del Cretáceo. Parece que los grandes lagartos habían experimentado altibajos durante los 150 millones de años que se pasaron vagando por la Tierra. Hay opiniones para todos y algunos dicen que su desparición se debió, en realidad, al aumento del Oxígeno en nuestra atmósfera.

El suceso K-T es en realidad sólo una entre cinco catástrofes similares (en la medida en que afectó en aquella época a la vida en la Tierra) a las que los geólogos denominan en conjunto las “cinco grandes” -y no es en absoluto la mayor-. Cada una de ellas se utiliza como marcador entre períodos geológicos y todas han sucedido durante los últimos 600 millones de años.

La razón por la que nos centramos en este pasado geológico relativamente reciente es que fue en esa época cuando los seres vivos desarrollaron por primera vez algunas características, tales como las conchas, que podían fosilizarse fácilmente, dejando rastros que pueden reconocerse en los estratos que se estudian en la actualidad.

Nuevas especies de fósiles de invertebrados marinos, que vivieron hace 465 millones de años, se han hallado en diversos yacimientos de la provincia de Ciudad Real en España, y, por todas partes del mundo, si se profundiza en la Tierra, se encuentran fósiles y conchas de tiempos pasados. En la imagen recreada arriba se recoge el descubrimiento especies nuevas,  de animales marinos con concha que han posibilitado su hallazgo después de tantos millones de años.

Pero centrémonos en las “cinco grandes extinciones” que, tomándolas cronológicamente se produjeron hace unos 440 millones de años (que marcaron la frontera entre los períodos Ordovícico y Silúrico), hace 360 millones de años (entre el Devónico y el Carbonífero), 250 millones de años (entre el Pérmico y el Triásico), 215 millones de años (en la frontera entre el Triásico y el Jurásico) y 65 millones de años (en la frontera K-T).

Extinction intensity.svg

                                   Millones de años

Intensidad de la extinción marina a través del tiempo. El gráfico azul muestra el porcentaje aparente (no el número absoluto) de los géneros de animales marinos extintos durante un determinado intervalo de tiempo. Se muestran las ultimas cinco grandes extinciones masivas.

Hay otras muchas extinciones en el registro fósil pero, las más importantes son las mencionadas. La más espectacular de todas ellas es el suceso que tuvo lugar hace unos 250 millones de años, al final del Pérmico. Se extinguieron al menos el 80 por ciento, y posiblemente hasta el 95 por ciento, de todas las especies que vivían en nuestro planeta en aquellos tiempos, tanto en la tierra como en los océanos, y lo hizo durante un intervalo de menos de 100.000 años. Sin embargo, dado que también se calcula que el 99 por ciento de todas las especies que han vivido en la Tierra se han extinguido, esto significa que son el doble las que han desaparecido en sucesos de -aparente- menor importancia.

La cuestión que nos intriga es si las extinciones en masa son realmente acontecimientos especiales, de carácter diferente al de las extinciones de menor importancia, o si son el mismo tipo de suceso, pero a gran escala -¿son las extinciones de vida en la Tierra unos hechos cuya naturaleza es independiente de su magnitud, como los terremotos y todos los demás fenómenos que la Naturaleza nos envía periódicamente que dan lugar a catástrofes y pérdidas de muchas vidas? La respuesta sincera es “no lo sabemos”, pero hay bastantes evidencias como para intuir que ésta es una posibilidad muy real.

 http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/f7/Voluntary_Human_Extinction_Movement_logo.png

El logotipo del Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria es un globo terráqueo sobre el que aparece la letra V y sobre ella otra pequeña tierra y el acrónimo VHEMT de Voluntary Human Extinction Movement.

Gracias a un meticuloso trabajo de investigación de Jack Sepkoski, de la Universidad de Chicago que, pudo trazar un gráfico en el que mostraba como ha fluctuado durante los últimos 600 millones de años el nivel de extinciones que se produjo en cada intervalo de cuatro millones de años.

grafica de las extinciones los últimos 250 My

                         Extinciones segun Sepkoski

El gráfico nos muestra que la muerte de los dinosaurios fue también la muerte de los invertebrados marinos. La pregunta que se puede plantear es que clase de aleatoriedad es ésta, si realmente son sucesos aleatorios. Resulta que es una ley potencial -nuestro viejo amigo, el ruido 1/f-. El origen de esta señal aleatoria, de enorme interés por su ubicuidad y propiedades matemáticas, sigue siendo un misterio, a pesar de la atención que se le ha dedicado.

Ahora bien, no parece probable que todas las extinciones de vida que han sucedido en la Tierra hayan tenido como causa impactos procedentes del espacio. Lo que parece estar diciéndonos el registro fósil es que las extinciones se producen en todas las escalas, todos los tiempos, y que (como en el caso de los terremotos) puede producirse una extinción de cualquier magnitud en cualquier época. Algunas extinciones podrían ser desencadenadas por impactos de meteoritos; otras, por períodos glaciares. Una cosa sí que nos queda clara: es necesario un gran desencadenante para que ocurra un gran suceso, y, no podemos olvidar que estamos inmersos en un Sistema Complejo -la vida en la Tierra- que es autoorganizador, se alimenta a partir de un flujo de energía, y existe al borde del Caos. Si comprendemos eso, estaremos preparados para entender lo que todo esto significa para la vida en sí misma, siempre expuesta a las fuerzas del Universo.

La Tierra es una nave espacial que recorre el universo y, en sus viajes… ¿Por qué sitios tendrá que pasar? ¿Qué peligros la acechan?

A lo largo de nuestra Historia hemos conocido situaciones de muertes masivas como por ejemplo: La Peste de la Guerra del Peloponeso (430 a.C.), La Plaga Antonina (165 y 180), La Plaga de Justiniano (541 y 542), La Peste Negra (1348 y 1350), o, La Gripe Española (1918) y, todas ellas son en realidad de origen desconocido.  Esto me lleva a pensar que la Tierra, nuestro planeta, viaja por el espacio como una gran nave espacial y recorre regiones interestelares en las que no sabemos qué puede haber, y, ¿quién puede negar que al atravesar esas regiones, no estén presenten en esas esporas fuertemente acorazadasa contra la radiación que, atravesando la atmósfera terrestre se instalen tan ricamente en nuestro mundo para florecer y sembrar la muerte entre nosotros? Lo cierto es que son muchas las cosas que no sabemos.

Al contacto con la atmósfera y el agua de la Tierra, con el calor del Sol, se abren y traen desolación y muerte

De todas las maneras, no podemos negar que grandes cambios nos acechan y, como la medida del “tiempo” es distinta para la escala humana que para la del Universo, en cualquier momento podrá tener lugar un acontecimiento de índole diversa (la caída de un meteorito, una pandemia debastadora, cataclismos tectónicos de gran magnitud, explosiones supernovas  de inmensa intensidad que barra nuestra atmósfera y siembre de radiación el planeta…) que vendrá a transformar todo lo que nosotros consideramos importante y que, para la Naturaleza, no es nada.

De todas las maneras, en una cosa sí tenemos que estar de acuerdo: ¡La vida! Esa cosa tan frágil pero…,  tan fuerte, se ha resistido a desaparecer a lo largo de los millones de años que lleva en el planeta y, eso nos lleva a sospechar que, lo mismo habrá sucedido en otros lugares y la Vida, debe estar por todas partes… ¡A pesar de todo! Algunas veces no puedo evitar el pensamiento de esa pregunta: ¿Cuántas Civilizaciones estarán ahora mismo germinando en otros mundos?

emilio silvera

 

  1. 1
    kike
    el 24 de octubre del 2015 a las 15:44

    Al comentar Emilio sobre la posibilidad de que en nuestro viaje a remolque de nuestra estrella a través de la galaxia pudiéramos encontrarnos con un montón de cosas extrañas, que entre otras cosas pudieran haber sido responsables de diversas pandemias sufridas por la humanidad a través de los siglos, no puedo dejar de recordar el famoso caso (aún sin explicación oficial), de la famosa “Lluvia Roja de kerala”, en la India, ocurrido en el 2.001; donde durante varios meses estuvo lloviendo un líquido rojo de composición desconocida (sin ADN, pero con células o algo parecido).

      Parece ser que los últimos estudios convienen en que pudiera haberse tratado de esporas,de una clase análoga a los extremófilos, existente en árboles de la India, con una capacidad de supervivencia incluso superior a los 121 grados, pero el tema queda en el aire al no poderse demostrar fehacientemente ninguna teoría, así que bien podría ser análogo a los acontecimientos que pudieron provocar las famosas pandemias, y si apuramos, hasta las llegada de vida a nuestro planeta. 

     Total, que si fuera verdad la teoría de la panspermia, sucesivas llegadas de meteoritos con vida bien podrían ocasionar pandemias…

     Para los interesados, les dejo unos enlaces de la noticia:

    http://www.abc.es/20100901/ciencia/extraordinario-caso-lluvia-roja-201009011237.html

    https://proyectoverdad.wordpress.com/2013/12/12/la-misteriosa-lluvia-roja-extraterrestre/

    https://www.youtube.com/watch?v=hUbSl-1dfzA

    Responder
    • 1.1
      Emilio Silvera
      el 26 de octubre del 2015 a las 7:25

      Sí, amigo Kike, de sucesos como el que cuentas hay bastantes y, no todos, han sido publicados, los Gobiernos han preferido ocultarlos para evitar el “desmadre” en la población. Son muchas las cosas que desconocemos y, en ese sentido que comentamos, es cierto que hay muchas cosas sin explicar. Vamos viajando en una Nave espacial a velocidad considerable y dicha nave atraviesa rgiones que ni sabemos que puedan contener y, algunos de esos “contenidos”, podrían entrar en nuestra Atmósfera para fastidiarnos.

      Responder
    • 1.2
      Fandila
      el 26 de octubre del 2015 a las 11:47

      Por qué ese liquido rojo estuvo callendo durante dos meses sobre la región de Kerala. Por qué no calló en otros lugares .
      De ser un epiodio puntual y persistente en aquel estado significaría una espacie de persistentes lluvias localizadas en un relativamente extensa región.
      Una procedencia extraterrestre significaria que el fenómeno se extendiera a más regiones de la tierra. ¿Acaso hubo un pasillo tubular hacia esa región, cuando la Tierra no para de girar? La procedencia terraquea del fenómeno de Kerala parece más lógica.
      Por otra parte desde que el Universo echó a andar habrían ocurrido muchas lluvias de panspermia por todo el globo, pero la vida terraquea siempre salió airosa. Una vez que la vida arraigó, procediera de donde procediera, consolidó sus leyes y sus defensas ante biologías extrañas.
       
      Los efectos de microorganismos extraños pudieran ser las mutaciones, es decir no forman ADN pero lo trastocan, cosa que también ocurre  con ciertas radiaciones. En comparación pudieran ser como pequeños tumores, no malignos, pues nunca sustituirán a funciones propias, pues no podrían.
       
      Será difícil la interacción entre biologias extrañas para formar organismos distintos como resultado, si no poseen una base común de casación. Para un organismo invadido por microorganismos no compatibles en forma alguna, estos son considerados como objetos extraños a los que eliminar, como lo que son para él, objetos extraños. La cosa está en que durante millones de años que la panpermia sembraría nuestra Tierra ninguna especie distinta a la forma de vida habitual terraquea ha aparecido.
       
      Un abrazo amigos.

      Responder
      • 1.2.1
        Fandila
        el 26 de octubre del 2015 a las 11:50

        Excusen alguna que otra falta de ortografía que salta a la vista.

        Responder
  2. 2
    Fandila
    el 24 de octubre del 2015 a las 18:37

    Adaptarse al medio, a la Naturaleza, significa de algún modo manipular sus leyes,sus fuerzas, y encauzarlas
    o soslayarlas en nuestro benificio, para no perecer antes de tiempo, y que nuestro paso por la vida sea lo más agradable y seguro posible.
    La dualidad que eso conlleva, viene a ser como un arma de dos filos. Tergiversar o violentar al medio tiene respuesta por parte de la Naturaleza, cuyas fuerzas ciegas no obedecen a nuestra voluntad sino que sus mecanismos le son propios. Pero en esto también hay peros, nosotros también somos Naturaleza y hay una parte de ella que nos corresponde.
     
    Quizá el homínido, o el prehomínido, fuera una criatura indefensa ante los animales que con él convivían, y para encontrar su nicho entre espacies hubo de sacar provecho de una tendencia que ya le apuntaba desde hacía tiempo, su habilidad manual, que fuera la base para el desarrollo de una excepcional inteligencia. Se convirtieron en los “pillos” de la sabana sin necesidad de un gran esfuerzo para mejorar físicamente.
    La mente no descansa nunca y bien que lo aprovechamos para buscar soluciones a todo continuamente, una tras otra. Y hasta para buscarle tres pies al gato.
     
    Ya es hora de buscar el equilibrio entre mente y cuerpo, como pregonaban los antiguos griegos. Vivir la vida de forma más natural. Ell disfrute de lo que la Naturaleza nos ofrece sin volcarnos tozudamente en vivir la virtualidad de la mente como el sustituto. El equilibrio bien concebido nos hará más dueños de nosotros mismos y menos obsesionados por el futuro, ¡que no existe!. Un poco de previsión queda bien, pero sin pasarse de rosca.
    Quién le iba a decir Einstein y a otros como él, que sus descubrimientos serían aprovechados para matar a tanta gente, que en adelante llevaríamos el temor nuclear en el subsconciente.
     
    Ocurre con esto como con todo, cualquier acción humana tiene su respuesta por parte de la Naturaleza al no seguir a pie juntillas lo que ella dicta, a no someternos porque eso puede resultar fatal para nosotros. No es casual que nuestra especie haya sobrevido sobre ese 99% que se estima se extinguieron.
    Hasta los animales, a su medida, burlan la Naturalaleza para adaptarse. En cierto sentido la vida va contra corriente, se sobrepone al decaimiento mientras vive, cosa que la materia inerte ha de dpender sin solución a las intercciones que la rodean.
     
    Las propiedades, las fuerzas, las energía…  provienen de la relación de cada partícula con las demás, de cada sistema con los demás…
     
    Una sola persona aislada no podría existir si no es relacionada con las demás. Es esta relación la que nos ofrece nuestras condiciones de ser, nuestras virtudes, nuestros defectos, lo que en definiva somos.
    No podemos perder de vista que somos seres sociales, y que como tales nos debemos los unos a los otros. No se puede perder de vista que cualquier realización, descubrimiento, o acción, ha de ser en aras de esa sociedad que nos lo permite y procura. Traspasar esa norma, pudiera ser bueno o no. Depende “Si al final la dicha es buena”… para todos.
     
    Saludos cordiales.

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