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Las fuerzas fundamentales y la materia

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Sin categoría    ~    Comentarios Comments (2)

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Como pueden haber deducido, me estoy refiriendo a cualquiera de los cuatro tipos diferentes de interacciones que pueden ocurrir entre los cuerpos. Estas interacciones pueden tener lugar incluso cuando los cuerpos no están en contacto físico y juntas pueden explicar todas las fuerzas que se observan en el Universo.

Viene de lejos el deseo de muchos físicos que han tratado de unificar, en una teoría o modelo, a las cuatro fuerzas, que pudieran expresarse mediante un conjunto de ecuaciones. Einstein se pasó los últimos años de su vida intentándolo, pero igual que otros, antes y después de él, aún no se ha conseguido dicha teoría unificadora de los cuatro interacciones fundamentales del Universo. Se han hecho progresos en la unificación de interacciones electromagnéticas y débiles.

Cuando hablamos de la relatividad general, estamos tratando el concepto de la fuerza Gravitatoria, unas 10⁴⁰ veces más débil que la fuerza electromagnética, es la más débil de todas las fuerzas y sólo actúa entre los cuerpos que tienen masa, es siempre atractiva y pierde intensidad a medida que las distancias entre los cuerpos se agrandan. Como ya se ha dicho, su cuanto de gravitación, el gravitón, es también un concepto útil en algunos contextos. En la escala atómica, esta fuerza es despreciablemente débil, pero a escala cosmológica, donde las masas son enormes, es inmensamente  importante para mantener a los componentes del Universo juntos. De hecho, sin esta fuerza, no existiría el Sistema Solar, ni las galaxias, y seguramente, ni nosotros tampoco estaríamos aquí. Es la fuerza que tira de nuestros pies y los mantiene firmemente asentados a la superficie del planeta. Aunque la teoría clásica de la Gravedad fue la que nos dejó Isaac Newton, la teoría macroscópica bien definida y sin fisuras de la gravitación universal, es la relatividad general de Einstein, mucho más completa y profunda.

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La Tierra, otros planetas, la Vida

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo asombroso    ~    Comentarios Comments (0)

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Desde siempre hemos oído aquellas historias que la ciencia ha podido ir elaborando de cómo se formó la Tierra y en ella, evolucionó la vida a partir de una primera célula replicante que supo encontrar la manera de auto reproducirse. A partir de un  Sol muy joven y activo que lanzaba ingentes llamaradas al espacio exterior cargadas de plasma que se condensó y se enfrió creando una corteza exterior. De manera gradual, aquella masa se fue endureciendo con el paso del tiempo, los materiales más pesados caían hacia el núcleo central de lo que más tarde, sería nuestro planeta. Por los alrededores y procedentes de otras llamaradas expulsadas del Sol, se formaron otros planetas.
Nos podemos imaginar cuántas veces habrá sucedido lo mismo a lo largo y a lo ancho de nuestra inmensa Galaxia en una extensión de más de cien mil años luz. Sabemos que el tamaño de una estrella clásica como el Sol, viene a ser de un millón y medio de kilómetros y conocemos que existen estrellas mucho más pequeñas y también, inmensamente más grandes. Las distancias que normalmente existe entre las estrellas suele ser de unos mil quinientos billones de kilómetros de promedio. Las estrellas suelen ser mucho más pequeñas que las distancias que las separan.
Al mirar las imágenes que del espacio lejano captan nuestros telescopios, podemos tener una primera impresión engañosa al ver tal conflometado de puntitos brillantes que en realidad son estrellas lejanas que parecen estar amontonadas y, sin embargo, es una engañosa impresión debida a las inmensas distancias que nos separan. Si nos pudiéramos acercar, veríamos las enormes distancias que las separan y, entre ellas, sólo existe un espacio “vacío” de muy grandes dimensiones que se miden en años-luz. En nuestro caso, la estrella más cercana, Alfa Centauri, está situada a unos 4,3 años-luz de nosotros. Y, siendo así (que lo es), no es de extrañar que las colisiones entre estrellas sean tan infrecuentes.
Así resulta ser el panorama de nuestro entorno: Una estrella mediana y muy corriente que en su nacimiento pudo formar una serie de planetas a su alrededor y que está situada en un entorno bastante tranquilo en el interior del Brazo de Orión a unos 30.000 años-luz del centro galáctico.
Todos estos mecanismos que surgen a partir de la formación de las estrellas y los mundos nos llevan siempre hasta la prodigiosa aparición de la vida que, podría ser muy común en muchos mundos de nuestra galaxias en una gran diversidad de mundos que, sin ser como la Tierra, podrían contener formas de vida bacteriana o incluso en algiuna forma desconocida para nosotros. En lo que nse refiere a la vida inteligente -creo-, la cosa podría ser un poco más especial y requerir condiciones más exigentes iguales o parecidas a las que se dan en nuestro planeta.
Lo cierto y así lo creo firmemente, es que según todos los indicios y los datos que conocemos, el Universo debe estar rebosante de vida. El número de estrellas en nuestra Galaxia supera el inmenso número de cien mil millones y, si en la mayoría de ellas existen planetas, éstos deben ser tantos que, cuesta pensar en la cantidad de mundos que, aún considerando un tanto por ciento pequeño, podrían estar habitados.
Como nuestro propio Sistema solar, existen cientos de miles en nuestra propia Galaxia
Es cierto que sentimos una especie de frustración al no poder confirmar tales predicciones de vida en otros mundos y, sin embargo, hasta no hace mucho tiempo era impensable que se pudiera confirmar la existencia de otros mundos orbitando estrellas lejanas que, como la Tierra, pudieran reunir las condiciones necesarias para mantener la vida. Tal imposibilidad ha dejado de existir y hoy, son más de 500 los planetas descubiertos y de cuyas imágenes nos hemos podido maravillar. De hecho, en alguno de ellos, incluso se ha pensado en la posibilidad de que pudiera contener alguna clase de vida dada su situación en relación a la estrella que lo alumbra y su similitud con la Tierra.

“Científicos de diferentes partes del mundo se han unido en un estudio de la NASA por que el han determinado que la luna de Saturno, Titán y el exoplaneta Gliese 581g son los planetas y satélites con más probabilidades de albergar vida extraterrestre.

El equipo que ha formado parte de este trabajo, que ha sido publicado en la revista especializada ‘Astrobiology’, ha creado dos sistemas de clasificación para evaluar qué cuerpos espaciales tienen mayor probabilidad de ser habitables: un índice de similitud de la Tierra -conocido como factor ESI-; y un índice de habitabilidad planetaria – factor PHI- que se fija en un grupo diferente de factores, como si el mundo tiene una superficie rocosa o congelada, o si tiene una atmósfera o un campo magnético.

Por otra parte, también se valora la energía disponible para cualquier organismo, ya sea a través de la luz de una estrella madre o de un proceso llamado flexión de la marea, en el que las interacciones gravitacionales con otro objeto pueden calentar un planeta o satélite internamente; además de la química y si hay disponibilidad de solventes líquidos para reacciones químicas vitales.”

 

 

exoplaneta

 

 

Épsilon Eridani es una estrella que está situada a unos 10,5 años-luz de la Tierra, siendo una de las más próximas al Sistema solar y la tercera más próxima visible a simple vista. Es una estrella de la secuencia principal, de tipo espectral K2, muy parecida al Sol, con una masa de 0,83 masas solares, un radio de 0,895 radios solares y una luminosidad estelar de 0,28 veces la solar.

Su espectro óptico es muy variable, con muchas líneas espectrales de emisión. Tiene un campo magnético muy fuerte que gira aproximadamente cada 11 días. Su período de rotación es de 12 días. La razón para todo ello es su juventud: tiene sólo 600 millones de años cuando nuestro Sol tiene 4600 millones. ¿Que podría dar de sí más adelante el sistema planetario que forma esta familia cercana. No lo sabemos pero… cualquier cosa podría ser posible.

No sería de extrañar que incluso alguna estrela cercana, a menos de veinte años luz de nosotros, tuviera mundos obitándola y, en alguno de ellos, pudiera existir alguna clase de vida. Los Proyectos Ozma y SETI se fijaron en Epsilon Eridani que, a pesar de su juventud, tiene un sistema solar parecido al nuestro y algunos de aquellos planetas podría algún día… ¡Dar la sorpresa!
                         Captados nuevos sistemas planetarios en la Vía Láctea
El Telescopio Espacial Hubble nos muestra los Sistemas planetarios descubiertos en la Gran Nebulosa de Orión que se puede ver a ojo desnudo por encontrarse en la vecindad de la Tierra. En ella, como si de un Laboratorio natural se tratara, los astrónomos observan con interés cómo se forman las nuevas estrellas y surgen los mundos y, de la misma manera, también captán con los potentes telescopios, el surgir de los nuevos sistemas planetarios que, en principio, sólo son numerosos discos protoplanetarios.
Siendo todo eso así (que lo es), sabiendo como y por qué nacen las estrellas y sus cohortes de planetas y, también, parece que podemos suponer bastante bien y de manera muy cercana a la realidad, cómo puede surgor la vida en los mundos. Si todo eso es así como parece, sería lógico pensar que, en otros mundos distintos a la Tierra podrían estar presentes formas de vida bacterianas o de otro tipo rudimentario y, en aquellos planetas más parecidos en sus condiciones a la Tierra, podrían haber surgido formas de vida más elevada que, con el tiempo, habrán alcanzado la Conciencia de Ser y puedan ser, como nosotros, Observadores del Universo.
Que están ahí -al menos para mí- es cosa segura. Otra cuestión será el que podamos comprobarlo de alguna manera, dado que, nuestro estado tecnologíco no es aún el adecuado para poder verificar de manera fehaciente tal presencia y, nuestras naves espaciales, son en realidad, en este momento, como aquellas carretas del Oeste americano antes de inventar el ferrocarril y, desplazarce por aquellos grandes territorios rquerían meses y soltear muchos peligros. De la misma manera pero elevado a un enorme exponente, nos sucede a nosotros con la posiblidad de viajar a otros mundos que, de momento, quedan muy lejos de nuestro alcance.
emilio silvera

 

 

 

 

¿Sabremos alguna vez quiénes somos?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El origen    ~    Comentarios Comments (0)

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Portada de la revista ´Science´

 

“Hallado un extraño homínido que aspira a cambiar la historia evolutiva de la especie. El australopiteco sediba, de hace dos millones de años, es un mosaico de rasgos humanos y simiescos y los científicos no tienen claro dónde colocarlo entre los antepasados del ‘Homo sapiens’”

Madrid 11 ABR 2013 – 19:48 CET27

 

Los esqueletos de una pequeña hembra de ‘Homo sapiens’ (izquierda), de un ‘A.Sediba’ (centro) y de un chimpancé (‘Pan troglodytes’). / LEE R. BERGER- UNIVERSITY OF THE WITWATERSRAND

Dos esqueletos fosilizados, bastante completos y bien conservados, de unos extraños australopitecos que vivieron en África hace casi dos millones de años desconciertan al batallón de investigadores de 16 instituciones de todo el mundo que los han estudiado a fondo. Los Australopithecus sediba, que así se llaman, eran capaces de caminar erguidos, aunque no con tanta soltura como la especie humana, dado su talón simiesco; pero, a la vez, treparían por los árboles y las rocas con destreza. Por sus dientes, columna vertebral y mandíbula eran parecidos a los humanos primitivos, pero sus hombros y brazos eran más bien de mono, y la caja torácica superior se parece a la de los grandes simios. La extraña criatura tenía el cerebro pequeño. Entonces, ¿está en la línea ancestral de la especie humana o no? ¿Dónde encaja en el árbol de familia de los homínidos? Los paleontólogos siguen sin tenerlo claro. Ya apuntaban a esa indefinición hace dos años, cuando presentaron oficialmente los fósiles de A.sediba, descubiertos dos años antes en Sudáfrica. Desde entonces, los científicos, divididos en seis equipos de especialistas que se han repartido los fósiles (dientes unos, brazos otros, extremidades inferiores otros, etcétera) han analizado exhaustivamente los esqueletos descubiertos de aquellos dos misteriosos individuos (más un tercero representado solo por un fragmento de tibia). Han comparado los huesos con restos de otras especies de australopitecos y de humanos y escrito seis artículos en la revista Science con sus conclusiones.

Este exhaustivo examen “nos da una idea de una especie de homínido que parece un mosaico en su anatomía y que presenta un conjunto de complejos funcionales que son diferentes tanto de lo predicho para otros australopitecos como los del Homo primitivo”, resume Lee R.Berger, descubridor de A.sediba y líder de la investigación, en la revista Science. “La clara visión de la anatomía de esta especie de homínido primitivo tendrá claramente implicaciones a la hora de interpretar el proceso evolutivo que afecta al modo y al tiempo de la evolución de los homínidos y la interpretación de la anatomía de las especies no tan bien conocidas”.

Berger, o más bien su hijo Mathieu, de nueve años, descubrió el primer fósil de lo que luego se denominó A.sediba, en agosto de 2008, en los alrededores de Johanesburgo, en concreto en un lugar llamado Malapa. Fue el pistoletazo de salida y Berger (investigador de la Universidad de Witwateersrand, Suráfrica) inició con su equipo científico una exploración intensa. En total han salido ya a la luz los restos esqueléticos de dos individuos, una mujer y un hombre joven, más un hueso de un tercero. Medirían 1,27 metros de altura, ella pesaría unos 33 kilos y él, 27, y su cerebro rondaría los 420 o 450 centímetros cúbicos, frente a los 1.200 a 1.600 del nuestro.

En la antigua visión de la evolución, el A.sediba sería el perfecto eslabón perdido, el ejemplar oportuno que tiene unos rasgos del precedente en antigüedad y otros del siguiente. Pero los científicos saben que la cosa no funciona así, que la evolución no es una cadena, sino una intrincada ramificación de especies con ancestros comunes y parentescos más o menos próximos. La cuestión es situar este homínido con un mosaico de características en ese árbol de familia. Además, la antigüedad es clave en este caso porque hace dos millones de años existía ya en África el Homo erectus, antepasado del Homo sapiens y, seguramente, el primero que salió del continente ancestral y se expandió por el viejo mundo. A.sediba se ha datado en 1.980.000 años.

Los investigadores, en sus estudios comparativos, se han centrado sobre todo en los rasgos de aquel H.erectus y en un australopiteco anterior al A.sediba, el A.africanus. Pero entra en el debate una especie más de australopiteco, A.afarensis, a la que pertenece el célebre esqueleto Lucy, adoptado como abuela ancestral de la humanidad, aunque hay ya importantes paleoantropólogos que se inclinan por sacar a la familia de Lucy de la línea evolutiva humana. Berger sugiere “la posibilidad de que A.sediba y tal vez A.africanus no descienden del linaje de A.afarensis” y él no llega a afirmar que los fósiles de Malapa se sitúen en la línea humana, pero Science destaca que “el conjunto de análisis ahora presentado parece apuntar hacia un probable ancestro del género Homo”. El hecho de que Lucy y su familia fuesen bípedos parece complicar las cosas para los A.sediba, si estos no descienden de los A.afarensis. Pero “múltiples formas de bipedalismo fueron practicadas por nuestros ancestros primitivos homínidos”, señala el científico de Johanesburgo.

Las grandes preguntas acerca de la extraña criatura de Malapa siguen abiertas, y los científicos aspiran a contestarlas, sobre todo cuando tengan más fósiles de esta especie. El próximo verano Berger y su equipo retomarán la excavación en el yacimiento. Tal vez el A.sediba sea un antepasado remoto del Homo sapiens, o tal vez fuera un especie de homínido que acabó en un callejón sin salida de la evolución, es decir, extinguiéndose.

¡Noticia! ¿Una nueva física por “debajo” del cero absoluto?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Noticias    ~    Comentarios Comments (2)

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Lo que es normal en invierno para muchas personas, hasta ahora ha sido imposible en la física: Una temperatura por debajo de cero. Para mucha gente, las temperaturas bajo cero en la escala Celsius (grados centígrados) sólo son sorprendentes en verano. En la escala absoluta de temperatura, llamada también escala Kelvin y usada por los físicos, no es posible descender por debajo de cero, al menos no en el sentido de que algo esté más frío que cero grados kelvin.

Según el significado físico de temperatura, la temperatura de un gas está determinada por el movimiento caótico de sus partículas. Cuanto más frío esté el gas, más lentamente se mueven sus partículas. A cero grados Kelvin (273 grados centígrados bajo cero), las partículas dejan de moverse y desaparece todo ese desorden. Por tanto, nada puede estar más frío que cero grados en la escala Kelvin.

File:Edificio principal de la Universidad Ludwig-Maximilian, Múnich, Alemania, 2012-04-30, DD 01.JPG

                                               Edificio principal de la Universidad de Múnich

Sin embargo, unos físicos en la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich, y el Instituto Max Planck de Óptica Cuántica en Garching, ambas instituciones en Alemania, han creado ahora en el laboratorio un gas atómico que llega a alcanzar valores negativos en la escala Kelvin, siguiendo las definiciones convencionales adoptadas. Estas temperaturas absolutas negativas tienen varias implicaciones aparentemente absurdas: Aunque los átomos en el gas se atraen entre sí y producen una presión negativa, el gas no se colapsa, una conducta también postulada en la cosmología para el efecto principal de la energía oscura.

Con la ayuda de temperaturas absolutas negativas, se podría, hipotéticamente hablando, crear motores térmicos capaces de proezas imposibles en el mundo físico conocido, como por ejemplo un motor de combustión con una eficiencia termodinámica superior al 100 por cien.

Para convertir al agua en vapor, hay que suministrar energía. A medida que el agua se calienta, las moléculas de agua incrementan su energía cinética y en promedio se mueven cada vez más rápido. Sin embargo, las moléculas individuales poseen energías cinéticas distintas, desde muy lentas hasta muy rápidas. Los estados de baja energía son más comunes que los de alta energía, es decir, sólo unas pocas partículas se mueven con mucha rapidez. En física, esta distribución se conoce como Distribución de Boltzmann. El equipo de físicos de Ulrich Schneider e Immanuel Bloch ha dado ahora con un gas en el que esta distribución está invertida: muchas partículas poseen energías altas, y sólo unas pocas tienen energías bajas. Esta inversión de la distribución de energía implica que las partículas han asumido, al menos en ese aspecto, una temperatura absoluta negativa.

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A una temperatura absoluta negativa, la distribución de energía de las partículas se invierte en comparación con lo que ocurre a una temperatura positiva. (Imagen: © LMU / MPG Munich)

La Distribución de Boltzmann invertida es el sello distintivo de la temperatura absoluta negativa, y esto es lo que Schneider y Bloch han logrado. Sin embargo, el gas no está más frío que cero grados Kelvin, sino más caliente, otra aparente paradoja.

Como mejor se puede ilustrar el significado de una temperatura absoluta negativa es con esferas que ruedan en un paisaje en el que los valles representan una energía potencial baja, y las colinas una energía potencial alta. Cuanto más rápido se muevan las esferas, mayor es su energía cinética: Si se parte de temperaturas positivas y se aumenta la energía total de las esferas calentándolas, esas esferas se moverán cada vez más hacia regiones de alta energía. Si fuera posible calentar las esferas hasta una temperatura infinita, las probabilidades de que estuvieran en algún punto del paisaje serían la mismas para cualquier punto, independientemente de la energía potencial. Si en esa situación se pudiera añadir aún más energía y por tanto calentar aún más las esferas, éstas se reunirían preferentemente en estados de alta energía, y estarían aún más calientes que una temperatura infinita. La distribución de Boltzmann se invertiría, y la temperatura sería por tanto negativa. A primera vista, puede parecer extraño que una temperatura absoluta negativa sea más caliente que una positiva. Sin embargo, esto es simplemente una consecuencia de la definición histórica de Temperatura Absoluta; si estuviera definida de manera diferente, esta contradicción aparente no existiría.

La temperatura en el espacio exterior, según todas las mediciones de satélites de microondas, es de -270,43ºC (2,72 Kelvin) y los átomos y moléculas se mueven más despacio que cuando están en un medio más caliente.

Esta inversión de la población de estados de energía no es posible en el agua o en cualquier otro sistema natural, ya que el sistema tendría que absorber una cantidad infinita de energía, algo imposible. Sin embargo, si existiera un límite superior para la energía de las partículas, como sería el caso de la cima de la colina en el símil del paisaje de energías potenciales, la situación sería completamente diferente. El equipo de Bloch y Schneider parece que ha dado ahora con un sistema de gas atómico de ese tipo, caracterizado por un límite superior de energía. Este aparente logro es fruto de su trabajo en el laboratorio, siguiendo las propuestas teóricas de Allard Mosk y Achim Rosch.

Hipotéticamente, la existencia de materia a temperaturas absolutas negativas tiene toda una serie de implicaciones sorprendentes, de entre las que destaca la ya citada de un motor de combustión con una eficiencia superior al 100 por cien. Sin embargo, esto no significa que se viole la ley de conservación de la energía. Lo que ocurriría es que el motor no sólo podría absorber energía de un medio más caliente, sino también de uno más frío.

El logro de los físicos de Múnich también podría ser interesante para la cosmología, ya que la conducta termodinámica de la temperatura negativa presenta semejanzas con la llamada energía oscura. Los cosmólogos consideran que la energía oscura es la fuerza misteriosa que acelera la expansión del universo, cuando parece lógico que el cosmos debería contraerse por la atracción gravitatoria entre todas las acumulaciones de masa del cosmos.

Existe un fenómeno similar en la nube atómica creada en el laboratorio de Múnich: El experimento se basa en el hecho de que los átomos en el gas no se repelen entre sí como en un gas convencional, sino que sus interacciones son de atracción. Esto significa que los átomos ejercen una presión negativa en vez de una positiva. Como consecuencia, la nube de átomos “quiere” contraerse y debería colapsarse, tal como cabría esperar que pasara con el universo bajo el efecto de la gravedad. Pero debido a la temperatura negativa de la nube de átomos, esto no sucede.

Fuente: NCYT Amazings

Universo, Teorías, las Estrellas, y…¡tantas cosas!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (3)

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Einstein tuvo pronto que modificar ligeramente sus ecuaciones de universo, pues estas no eran compatibles con la ley de la conservación de la energía. Esto constriñó a Einstein a modificar sus ecuaciones de Universo, que adquirieron su forma definitiva tras la publicación en 1915 del artículo Aplicación de la teoría de la relatividad general al campo gravitatorio:

 Archivo:Star collapse to black hole.png

 En la imagen se reproducen las ondas gravitatorias emitidas por una estrella durante su colapso. En las ecuaciones de Einstein se descubre el misterioso proceso que ocurre en las estrellas al final de sus vidas y de como se convierten en agujeros negros.

¿Qué sería de la cosmología actual sin la ecuación de Einstein de la Relatividad General? Es la ecuación de Einstein donde el tensor energía-momento mide el contenido de materia-energía, mientras que es el Tensor de curvatura de Riemann contraído el que nos dice la cantidad de curvatura presente en el hiperespacio. La cosmología estaría 100 años atrás sin esta ecuación.

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