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La Tierra, otros planetas, la Vida

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo asombroso    ~    Comentarios Comments (0)

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Desde siempre hemos oído aquellas historias que la ciencia ha podido ir elaborando de cómo se formó la Tierra y en ella, evolucionó la vida a partir de una primera célula replicante que supo encontrar la manera de auto reproducirse. A partir de un  Sol muy joven y activo que lanzaba ingentes llamaradas al espacio exterior cargadas de plasma que se condensó y se enfrió creando una corteza exterior. De manera gradual, aquella masa se fue endureciendo con el paso del tiempo, los materiales más pesados caían hacia el núcleo central de lo que más tarde, sería nuestro planeta. Por los alrededores y procedentes de otras llamaradas expulsadas del Sol, se formaron otros planetas.
Nos podemos imaginar cuántas veces habrá sucedido lo mismo a lo largo y a lo ancho de nuestra inmensa Galaxia en una extensión de más de cien mil años luz. Sabemos que el tamaño de una estrella clásica como el Sol, viene a ser de un millón y medio de kilómetros y conocemos que existen estrellas mucho más pequeñas y también, inmensamente más grandes. Las distancias que normalmente existe entre las estrellas suele ser de unos mil quinientos billones de kilómetros de promedio. Las estrellas suelen ser mucho más pequeñas que las distancias que las separan.
Al mirar las imágenes que del espacio lejano captan nuestros telescopios, podemos tener una primera impresión engañosa al ver tal conflometado de puntitos brillantes que en realidad son estrellas lejanas que parecen estar amontonadas y, sin embargo, es una engañosa impresión debida a las inmensas distancias que nos separan. Si nos pudiéramos acercar, veríamos las enormes distancias que las separan y, entre ellas, sólo existe un espacio “vacío” de muy grandes dimensiones que se miden en años-luz. En nuestro caso, la estrella más cercana, Alfa Centauri, está situada a unos 4,3 años-luz de nosotros. Y, siendo así (que lo es), no es de extrañar que las colisiones entre estrellas sean tan infrecuentes.
Así resulta ser el panorama de nuestro entorno: Una estrella mediana y muy corriente que en su nacimiento pudo formar una serie de planetas a su alrededor y que está situada en un entorno bastante tranquilo en el interior del Brazo de Orión a unos 30.000 años-luz del centro galáctico.
Todos estos mecanismos que surgen a partir de la formación de las estrellas y los mundos nos llevan siempre hasta la prodigiosa aparición de la vida que, podría ser muy común en muchos mundos de nuestra galaxias en una gran diversidad de mundos que, sin ser como la Tierra, podrían contener formas de vida bacteriana o incluso en algiuna forma desconocida para nosotros. En lo que nse refiere a la vida inteligente -creo-, la cosa podría ser un poco más especial y requerir condiciones más exigentes iguales o parecidas a las que se dan en nuestro planeta.
Lo cierto y así lo creo firmemente, es que según todos los indicios y los datos que conocemos, el Universo debe estar rebosante de vida. El número de estrellas en nuestra Galaxia supera el inmenso número de cien mil millones y, si en la mayoría de ellas existen planetas, éstos deben ser tantos que, cuesta pensar en la cantidad de mundos que, aún considerando un tanto por ciento pequeño, podrían estar habitados.
Como nuestro propio Sistema solar, existen cientos de miles en nuestra propia Galaxia
Es cierto que sentimos una especie de frustración al no poder confirmar tales predicciones de vida en otros mundos y, sin embargo, hasta no hace mucho tiempo era impensable que se pudiera confirmar la existencia de otros mundos orbitando estrellas lejanas que, como la Tierra, pudieran reunir las condiciones necesarias para mantener la vida. Tal imposibilidad ha dejado de existir y hoy, son más de 500 los planetas descubiertos y de cuyas imágenes nos hemos podido maravillar. De hecho, en alguno de ellos, incluso se ha pensado en la posibilidad de que pudiera contener alguna clase de vida dada su situación en relación a la estrella que lo alumbra y su similitud con la Tierra.

“Científicos de diferentes partes del mundo se han unido en un estudio de la NASA por que el han determinado que la luna de Saturno, Titán y el exoplaneta Gliese 581g son los planetas y satélites con más probabilidades de albergar vida extraterrestre.

El equipo que ha formado parte de este trabajo, que ha sido publicado en la revista especializada ‘Astrobiology’, ha creado dos sistemas de clasificación para evaluar qué cuerpos espaciales tienen mayor probabilidad de ser habitables: un índice de similitud de la Tierra -conocido como factor ESI-; y un índice de habitabilidad planetaria – factor PHI- que se fija en un grupo diferente de factores, como si el mundo tiene una superficie rocosa o congelada, o si tiene una atmósfera o un campo magnético.

Por otra parte, también se valora la energía disponible para cualquier organismo, ya sea a través de la luz de una estrella madre o de un proceso llamado flexión de la marea, en el que las interacciones gravitacionales con otro objeto pueden calentar un planeta o satélite internamente; además de la química y si hay disponibilidad de solventes líquidos para reacciones químicas vitales.”

 

 

exoplaneta

 

 

Épsilon Eridani es una estrella que está situada a unos 10,5 años-luz de la Tierra, siendo una de las más próximas al Sistema solar y la tercera más próxima visible a simple vista. Es una estrella de la secuencia principal, de tipo espectral K2, muy parecida al Sol, con una masa de 0,83 masas solares, un radio de 0,895 radios solares y una luminosidad estelar de 0,28 veces la solar.

Su espectro óptico es muy variable, con muchas líneas espectrales de emisión. Tiene un campo magnético muy fuerte que gira aproximadamente cada 11 días. Su período de rotación es de 12 días. La razón para todo ello es su juventud: tiene sólo 600 millones de años cuando nuestro Sol tiene 4600 millones. ¿Que podría dar de sí más adelante el sistema planetario que forma esta familia cercana. No lo sabemos pero… cualquier cosa podría ser posible.

No sería de extrañar que incluso alguna estrela cercana, a menos de veinte años luz de nosotros, tuviera mundos obitándola y, en alguno de ellos, pudiera existir alguna clase de vida. Los Proyectos Ozma y SETI se fijaron en Epsilon Eridani que, a pesar de su juventud, tiene un sistema solar parecido al nuestro y algunos de aquellos planetas podría algún día… ¡Dar la sorpresa!
                         Captados nuevos sistemas planetarios en la Vía Láctea
El Telescopio Espacial Hubble nos muestra los Sistemas planetarios descubiertos en la Gran Nebulosa de Orión que se puede ver a ojo desnudo por encontrarse en la vecindad de la Tierra. En ella, como si de un Laboratorio natural se tratara, los astrónomos observan con interés cómo se forman las nuevas estrellas y surgen los mundos y, de la misma manera, también captán con los potentes telescopios, el surgir de los nuevos sistemas planetarios que, en principio, sólo son numerosos discos protoplanetarios.
Siendo todo eso así (que lo es), sabiendo como y por qué nacen las estrellas y sus cohortes de planetas y, también, parece que podemos suponer bastante bien y de manera muy cercana a la realidad, cómo puede surgor la vida en los mundos. Si todo eso es así como parece, sería lógico pensar que, en otros mundos distintos a la Tierra podrían estar presentes formas de vida bacterianas o de otro tipo rudimentario y, en aquellos planetas más parecidos en sus condiciones a la Tierra, podrían haber surgido formas de vida más elevada que, con el tiempo, habrán alcanzado la Conciencia de Ser y puedan ser, como nosotros, Observadores del Universo.
Que están ahí -al menos para mí- es cosa segura. Otra cuestión será el que podamos comprobarlo de alguna manera, dado que, nuestro estado tecnologíco no es aún el adecuado para poder verificar de manera fehaciente tal presencia y, nuestras naves espaciales, son en realidad, en este momento, como aquellas carretas del Oeste americano antes de inventar el ferrocarril y, desplazarce por aquellos grandes territorios rquerían meses y soltear muchos peligros. De la misma manera pero elevado a un enorme exponente, nos sucede a nosotros con la posiblidad de viajar a otros mundos que, de momento, quedan muy lejos de nuestro alcance.
emilio silvera

 

 

 

 

 


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