Ago
12
El Universo siempre asombroso
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Universo misterioso ~
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Los dos grandes retos que los Astrónomos habían tenido desde siempre habían sido medir las distancias alas estrellas y averiguar su composición. Como sabéis, el primero de los problemas se solucionó al utilizar las Cefeidas, estrellas de brillo variable, como estándares. Estas estrellas habían sido estudiadas por la americana Henrietta Leavitt, y en 1912 había conseguido relacionar la magnitud absoluta (brillo intrínseco de una estrella) con el período de su oscilación luminosa. Para llegar al lugar de Observación, las cosas no eran fáciles y, los caminos que llevaban hasta el Observatorio eran peligrosos.
Post Card
P-69 Mount Wilson Observatory, CA
Teniendo en cuenta esta Ley, Edwin Hubble había detectado en 1925 en el Mount Wilson Observatory doce cefeidas en la “Nebulosa” de Andrómeda que las situaban a una distancia mayor que el tamaño de nuestra Galaxia. Esto rompía todas las expectativas, ya que en ese momento se pensaba que todo el Universo estaba contenido en la Vía Láctea.
Hagamos un alto en el camino para hacer justicia y dar al Cesar lo que es del Cesar, es decir, el mérito del descubrimiento de las estrellas Cefeidas.
“Henrietta Swan Leavitt (Lancaster, Massachusetts, 4 de julio de 1868 – 12 de diciembre de 1921) fue una astrónoma estadounidense.
Leavitt estudió las estrellas variables Cefeidas, cuyo brillo varía a periodos regulares, en el Observatorio del Harvard College. Descubrió y catalogó estrellas variables en las Nubes de Magallanes, lo que le permitió descubrir en 1912 que las Cefeidas de mayor luminosidad intrínseca tenían largos periodos, mostrando una la relación entre ambos.
Un año después, Ejnar Hertzsprung determinó la distancia de unas pocas Cefeidas lo que le permitió calibrar la relación Periodo-Luminosidad. Por lo tanto, a partir de entonces, observando el periodo de una Cefeida se podría conocer su luminosidad (y magnitud absoluta) que comparándola con la magnitud aparente observada permitiría establecer la distancia a dicha Cefeida. Este método podría utilizarse también para obtener la distancia a otras galaxias en las que se observasen estrellas Cefeidas, tal y como lo hizo Edwin Hubble en los años 1920 con la galaxia de Andrómeda.”
Cada elemento tiene su propio espectro, su huella dactilar
Cada elemento químico (como el hidrógeno, mercurio y neón en la figura) tiene un espectro único. La identificación de las líneas en los espectros de objetos …
Así que el segundo reto había llevado a los astrónomos a estudiar el espectro de la luz que emiten las estrellas. Aunque en esa época la técnica espectroscópica era muy rudimentaria, comenzó a dar sus frutos. Uno de ellos vino de la mano de Vesto Slipher, quien en la conferencia que impartió en el Lowell Observatory de Flagstaff (Arizona), en junio de 1925, anunció que el espectro de la luz que había recogido en la mayor parte de las galaxias estaba desplazado hacia el rojo. No se sabía a ciencia cierta lo que esto podía significar, pero Harlow Shapley, apoyado en el Efecto Doppler, consideró que ese corrimiento hacia el rojo era consecuencia de que las galaxias se desplazaban.
Un Universo eterno en su evolución
Georges Lamaìtre irrumpió en ese escenario tímidamente, como un estudiante de postgrado. Había nacido a finales del siglo XIX en el sur de Bélgica. Era el mayor de cuatro hermanos. Su padre había estudiado Derecho en la Universidad de Louvain y tenía una fábrica de vidrio. Georges comenzó la carrera de Ingeniero de Minas en Lovaina, pero sus estudios se vieron interrumpidos al estallar la Primera Guerra Mundial, en la que participó como artillero. Al acabar el conflicto bélico, regreso a las Aulas, pero no para continuar sus estudios de Ingeniería, sino que, se matriculó de en el segundo ciclo de Física y Matemáticas. A su término, ingresó en el Seminario de Malinas y en cc1923 recibió las Órdenes sagradas.
Georges Lemaître en 1933, durante una de sus exposiciones.
Su condición de sacerdote no le impidió continuar en su carrera científica y pidió ser admitido como estudiante investigador de Astronomía en el Royal Observatory de Greenwich para el curso 1923-24. Allí fue alumno de Eddintong, que le enseñó a conjugar la Astronomía con la Teoría de la Relatividad. No dejó de estar al día con todos y cada uno de los adelantos y experimentos que se realizaban en aquel campo de la Astronomía Cosmológica.
En 1926, el Jurado de su Doctorado le comunicó que su tesis contenían todos y cada uno de los requisitos exigidos para su admisión y, resaltaban su grado de madurez matemática. En 1927, publicó un trabajo en el que presentaba una solución a las ecuaciones de la Relatividad general y que explicaba el Universo en su Conjunto.
El cura que encontró dónde empezaba el universo. El inventó el Big Bang
No hace demasiado tiempo, creíamos que el universo era estático y que siempre había sido como es ahora. Fue Georges Lemaître quien rompió con esta idea sembrando la idea del Big Bang.
Cuando escribió el trabajo no tenía noticias de trabajos previos de Friedmann, pues estaban escritos en ruso o alemán, y ninguno de los modelos ni soluciones que conocía hasta entonces le convencían: el de Einstein contenía materia, pero era estático; el de De Sitter ajustando la constante cosmológica: un universo de simetría esférica era dinámico pero carecía de materia. Al considerar que la densidad de materia podía variar en el tiempo, Lamaítre propuso una solución intermedia entre la de Einstein y la de De Sitter ajustando la constante cosmológica: un universo de simetría esférica, eterno y en evolución. Con ese modelo no sólo buscaba una solución matemática correcta, sino que fuera compatible con la Física, al dar explicación a las observaciones astronómicas.
Edwin Hubble
Años más tarde, Hubble hizo la misma propuesta que hoy conocemos como Constante de Hubble. Así que, el trabajo de Lamaítre pasó muy desapercibido y ello, le obligó a darlo a conocer para que, al menos, se le diera el mérito a que era acreedor por justicia. Lamaítre consideró que el universo estaba en expansión exponencial con un pasado infinito, donde su tamaño, era casi constante en un primer momento, para luego crecer rápidamente.
Hubble era un hombre alto , elegante e imperioso, con una elevada opinión de su lugar potencial en la historia. Hubble lograba que todo lo que hacía pareciera hacerlo sin esfuerzo -había sido una gran figura del atletismo en pista, boxeador, becario en Oxford y abogado antes de ser astrónomo-, y una de las cosas que menor esfuerzo le costaba era enfurecer a Shapley. Hubble sacó docenas de fotografias de M33 y su vecina M31, la espiral de Andrómeda, y halló en ellas lo que más tarde llamó “densos enjambres de imágenes que en ningún aspecto difieren de las estrellas ordinarias”.
Mira la estrella cometa
Durante una exploración del universo en luz ultravioleta, el telescopio espacial de la NASA Galaxy Evolution Explorer escaneó la conocida ´gigante roja´ denominada ´Mira´, que ha llamado la atención de los astrónomos desde hace 400 años. Este análisis permitió ver cómo de la misma se desprende una enorme cola, similar a la que ofrecen los cometas, formada por “semillas” de nuevos sistemas planetarios. Este material se extiende a lo largo de nada menos que trece años luz, o 20.000 veces la distancia que separa a Plutón del Sol.
La cosmología, a pesar del paso del tiempo, continúa siendo una disciplina interesante, basada en la astronomía y la física. Tenemos la necesidad de saber cómo es nuestro mundo (el universo), incluso si esa visión es inexacta o incompleta. Los antiguos sumerios, hindúes, babilonios y mayas combinaron la ciencia con la religión y las estructuras sociales para completar la imagen. Pensar que ahora nosotros, hacemos algo diferente es, engañarnos a nosotros mismos. Si la cosmología moderna parece ajena a la religión, esto es porque las hemos convertido en una auténtica religión secular. Ahora, el sitio de los dioses, es ocupado por el Universo mismo, la Naturaleza sabia que tratamos de comprender.
A diferencia de los físicos o los químicos que aceptan gustosos los desafíos de sus paradigmas, los cosmólogos modernos son lagashianos, es decir, defienden el modelo que ellos han elegido frente a cualquier prueba que vaya contra él. Como dijo el físico ruso Lev Landau: “Los cosmólogos caen a menudo en errores, pero nunca dudan”.
El mundo de la cosmología ortodoxa del big bang no soporta a los disidentes y, desde luego, hay muchos y la historia nos habla de ellos. Por poner un ejemplo, me referiré al conocido protegido de Hubble, Halton Arp, educado en Harvard y Caltech que nunca renunció al rigor intelectual de su mentor y, en consecuencia, sostenía que los corrimientos hacia el rojo no demostraban necesariamente la existencia de un universo en expansión. Todos conocemos la calidad que como astrónomo tenía Arp y de sus renombrados descubrimientos que, en su día, llenaron las primeras portadas de toda la prensa.
Arp 147 es una pareja de galaxias en fuerte interacción localizada a unos 430 millones de años luz de la Tierra sobre la constelación de Cetus. La colisión entre ambos objetos, que una vez fueron una típica galaxia elíptica y una típica galaxia espiral, ha generado una onda expansiva de formación estelar intensa en lo que era la galaxia espiral, deformando este objeto de tal forma que ahora tiene una estructura claramente anular.
A veces, los objetos en el cielo que aparecen extraños o diferentes de lo normal, tienen una historia que contar que puede ser científicamente valioso. Esta fue la idea del catálogo de Halton Arp de Galaxias Peculiares que apareció en los años 1960. Uno de los raros objetos listados es Arp 261, que ahora ha sido fotografiado con mayor detalle que nunca usando el instrumento FORS2 en el Telescopio Muy Grande de ESO. La imagen contiene varias sorpresas.
Arp 261 yace a 70 millones de años luz de distancia en la constelación de Libra. Su caótica y muy inusual estructura es creada por la interacción de dos galaxias. Aunque las estrellas individuales es muy raro que colisionen en este evento, ya que están muy alejadas unas de otras, las enormes nubes de gas y polvo ciertamente chocan a gran velocidad, lo que provoca nuevos cúmulos de calientes estrellas. Las órbitas de las estrellas existentes son dramáticamente alteradas, creando los remolinos que se extienden en la parte superior izquierda e inferior derecha de la imagen. Ambas galaxias eran probablemente enanas, no muy distintas que las Nubes de Magallanes que orbitan nuestra galaxia.
Viendo esas imágenes de increíble misterio, toda vez que esconden historias que tenemos que deducir de sus configuraciones, nos hacen caer en la cuenta de que, en realidad, todas nuestras cosmologías, desde las cosmologías sumerias y maya hasta la de los “expertos” actuales, están limitadas por una falta de visión que conlleva una enorme carencia de conocimientos. El que sabe, tiene una panorámica visual de la mente mucho más amplia que el que no tiene los conocimientos y, lo decimos fuerte y claro: ¡Aún no sabemos! Innegable es que vamos avanzando y mucho pero, de ahí a decir que conocemos lo que el Universo es… hay un enorme abismo que necesita del puente del conocimiento para poder pasar al otro lado.
En los lejanos confines del Universo, a casi 13 mil millones años luz de la Tierra, unas extrañas galaxias yacen escondidas. Envueltas en polvo y atenuadas por la enorme distancia, ni siquiera el Telescopio Espacial Hubble es capaz de reconocerlas. Tendremos que esperar a su sustituto el James Webb.
Teníamos ganas de ver lo que nos podía enseñar éste nuevo ingenio del hombre
James Webb Space Telescope (JWST NASA). Sabiendo todo lo que nos ha traído el Hubble, esas imágenes que nos ejaron literalmente con la boca abierta por el asombro, ¿qué no podrá traernos este nuevo ingenio que supera en mucho al anterior? Su nombre es en honor al segundo administrador de la NASA y, sus objetivos:
- Buscar la luz de las primeras estrellas y galaxias formadas tras el supuesto big bang
- Estudiar la formación y evolución de las galaxias
- Comprender mejor la formación de estrellas y planetas
- Estudiar los sistemas planetarios y los orígenes de la vida
En su obra Cosmos, Carl Sagan describe varios mitos antiguos de la creación, que son, según escribe este autor, “un tributo a la audacia humana”. Al tiempo que llama al big bang “nuestro mito científico moderno”, señala una diferencia crucial en el sentido de que “la ciencia se plantera así misma preguntas y podemos realizar experimentos y observaciones para tratar de comprobar nuestras teorías”.
Sin embargo, lo que está claro es que Sagan, se sentía muy atraído por la cosmología cíclica hindú, en la cual Brahma, el gran dios creador, consigue que un universo llegue a existir cuando el lo sueña
¿Qué universos soñaría Brahma? ¿Sería como este nuestro? ¿Tendrían vida?
Según el experto en religiones Mircea Eliade, durante cada día brahmánico, 4.320 millones de años para ser exactos, el universo sigue su curso. Pero, al comienzo del anochecer brahmánico, el dios se cansa de todo esto, bosteza y cae en un profundo sueño. El universo se desvanece, disolviendo los tres dominios materiales que son la Tierra, el Sol y los cielos, que contiene la Luna, los planetas y la estrella Polar. (Hay cuatro dominios superiores a éstos que no se destruyen en este ciclo). La noche va pasando; entonces Brahma empieza a soñar de nuevo y otro universo empieza a existir.
Este ciclo de creación y destrucción continúa eternamente, lo cual se pone de manifiesto en el dios hinfú Siva, señor de la danza que , que sostiene en su mano derecha el tambor que anuncia la creación del universo y en la mano izquierda la llama que. mil millones de años después, destruirá este universo. Hay que decir tambien que Brahma no es sino uno de los muchos dioses que también sueñan sus propios universos, es decir, ya por aquel entonces, se hablaba y creía en los multiversos.
Alrededor de todas aquellas configuraciones del Cosmos, como era de esperar, tenían muchos rituales y celebraciones. Cinco días después de terminar Sat Chandi Mahayajna, culto a la Energía Cósmica, empezará Yoga Poornima que es el culto a su contraparte, la Consciencia Cósmica, Shiva. Así, ambos eventos, cada uno único en su forma, rinden tributo a la figura materna y paterna del universo y crean un círculo completo de experiencia total. Al término de ambos eventos uno se siente saciado, completo y pleno.
Los 8.640 millones de años que constituyen el ciclo completo de un día y una noche en la vida de Brahma vienen a ser aproximadamente la mitad de la edad del Universo según los cálculos actuales. Los antiguos hindúes creían que cada día brahmánico duraba un kalpa, 4.320 millones de años, siendo 72.000 kalpas un siglo brahmánico, en total 311.040.000 millones de años. El hecho de que los hindúes fueran capaces de concebir el universo en miles de millones de años (en ves de hablar de los miles de millones que se solían barajar en las culturas y doctrinas religiosas primitivas occidentales) fue, según Sagan, “sin duda una casualidad”. Desde luego es posible que fuera sólo cuestión de suerte. No obstante, la similitud entre la cosmología hindú y la cosmología actual no me parece a mí una casualidad, ahi subyace un elevado conocimiento.
Es posible que, aquellas teorías que si las trasladamos a este tiempo, en algunos casos no podríamos discernir si se trata de las ideas de entonces o, por el contrario son nuestras modernas ideas, con esos ciclos alternos de destrucción y creación, pudieran estar conectados y fuertemente ligados a nuestra psique humana que, al fin y al cano, de alguna manera que no hemos podido llegar a entender, está, ciertamente, conectada con el universo del que forma parte. Claro que, debemos entender y saber extrapolar los mensajes de entonces y traerlos al aquí y ahora, y, aquellos redobles del tambor de Siva que sugieren el inmenso impulso energético repentino, podría ser muy bien lo que provocó nuestro Big Bang.
Si es cierto, ¿Qué clase de objetos habrá en ese otro universo?
Recientemente, un prestigioso físico afirma haber hallado evidencias de un Universo anterior al nuestro, mediante la observación del fondo cósmico de microondas. Esto significaría que nuestro Universo no es único, sino que han existido otros universos con anterioridad, quizás un número infinito. Es un ciclo que hasta ahora solo se creía teórico, sin ningún tipo de prueba que lo respalde. Ahora parece haberse encontrado la primera.
En el Universo, que es casi infinito para nosotros, existen muchas cosas que debemos conocer
El descubrimiento son unos extraños patrones circulares que pueden encontrarse en la radiación de fondo de microondas del WMAP (Imagen arriba), según un artículo recientemente publicado en ArXiv.org, donde Penrose explica el fenómeno, tras analizar los datos extraídos de estas anomalías. Concluye que es una clara prueba de que el espacio y el tiempo existen desde mucho antes de nuestro Big Bang hace 13.700 millones de años, que provienen de anteriores universos que podríamos llamar “eones”, de un ciclo que se lleva repitiendo desde el infinito.
Nos podemos imaginar, en un largo viaje en el tiempo hacia el pasados, todo lo que allí, en aquellas civilizaciones de pensaba acerca del Cosmos, las leyendas que se contaban para explicar los sucesos y con detalles, narrar lo que era el “mundo-universo” que ellos, en su ya inmensa imaginación, “dibujaban” de una forma muy similar a la nuestra (salvando las distancias), toda vez que, en lo esencial, muchas son las coincidencias de ayer y hoy. ¿Quiere eso decir que hemos adelantado muy poco? Todo lo contrario, hemos adelantado muchísimo para poder comprobar que, muchos de aquellos postulados, de hace miles de años, eran ciertos y apuntaban en la correcta dirección.
Emilio Silvera V.
Ago
12
Asombrosa Naturaleza
por Emilio Silvera ~
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Ago
11
¡El Universo! ¿Nuestra casa? Sería muy pretencioso
por Emilio Silvera ~
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Como nos dice la filosofía, nada es como se ve a primera vista, todo depende bajo el punto de vista desde en el que miremos las cosas. Considerar el Universo como nuestra casa, podría considerarse algo egocéntrico, toda vez que, podrá ser la casa de muchos que lo mismo que nosotros, encontraron un lugar idóneo para evolucionar a partir de la materia inerte que, según creo, es menor inerte de lo que podríamos pensar.
Dos galaxias cuajadas de estrellas y mundos que, sin remedio, se encaminan hacia su final individual. En unos pocos millones de años formaran una gran galaxia elíptica. ¿Qué pasará con los mundos y las criaturas que allí residen? Claro que, podrían escapar a universos paralelos.
“Lo primero que hay que comprender sobre los universos paralelos… es que no son paralelos. Es importante comprender que ni siquiera son, estrictamente hablando, universos, pero es más fácil si uno lo intenta y lo comprende un poco más tarde, después de haber comprendido que todo lo que he comprendido hasta ese momento no es verdadero.”
Douglas Adams
En cosmología el principio antrópico establece que cualquier teoría válida sobre el universo tiene que ser consistente con la existencia del ser humano. En otras palabras: “Si en el universo se deben verificar ciertas condiciones para nuestra existencia, dichas condiciones se verifican ya que nosotros existimos”.
¿Qué vamos a hacer con esta idea antrópica fuerte? ¿Puede ser algo más que una nueva presentación del aserto de que nuestra forma de vida compleja es muy sensible a cambios pequeños en los valores de las constantes de la naturaleza? ¿Y cuáles son estos “cambios”? ¿Cuáles son estos “otros mundos” en donde las constantes son diferentes y la vida no puede existir?
En ese sentido, una visión plausible del universo es que hay una y sólo una forma para las constantes y leyes de la naturaleza. Los universos son trucos difíciles de hacer, y cuanto más complicados son, más piezas hay que encajar. Los valores de las constantes de la naturaleza determinan a su vez que los elementos naturales de la tabla periódica, desde el hidrógeno número 1 de la tabla, hasta el uranio, número 92, sean los que son y no otros. Precisamente, por ser las constantes y leyes naturales como son y tener los valores que tienen, existe el nitrógeno, el carbono o el oxígeno.
Esos 92 elementos naturales de la tabla periódica componen toda la materia bariónica (que vemos y detectamos) del universo. Hay más elementos como el plutonio o el einstenio, pero son los llamados transuránicos y son artificiales.
Algunos creen que el Universo ha conformado las cosas para que ellos (y nosotros) estén aquí, y, no se dan cuenta que, nuestro Universo tiene marcado su propio ritmo que, al margen de las criaturas que en él puedan surgir, sigue su inexorable camino. Hace menos de un millón de años que llegamos a esta inmensa Galaxia, y, seguramente, dentro de unos miles de millones de años, serán otros seres, los que pueblen nuestro planeta y la Galaxia. No podemos concedernos más importancia de la que en realidad tenemos.
Hay varias propiedades sorprendentes del universo astronómico que parecen ser cruciales para el desarrollo de la vida en el universo. Estas no son constantes de la naturaleza en el sentido de la constante de estructura fina o la masa del electrón. Incluyen magnitudes que especifican cuán agregado está el universo, con que rapidez se está expandiendo y cuánta materia y radiación contiene. En última instancia, a los cosmólogos les gustaría explicar los números que describen estas “constantes astronómicas” (magnitudes). Incluso podrían ser capaces de demostrar que dichas “constantes” están completamente determinadas por los valores de las constantes de la naturaleza como la constante de estructura fina. ¡¡El número puro y adimensional, 137!!
Muchas son las complejidades que en el universo se crean a partir de la materia sencilla. En cualquier galaxia lejana están presentes las estrellas, las nebulosas, los púlsares y los mundos. Y, si eso es así (que lo es), ¿por qué no estarían presentes seres vivos e inteligentes como ocurre aquí en el planeta Tierra? No parece que negar, tal posibilidad, sea aceptable.
Las características distintivas del universo que están especificadas por estas “constantes” astronómicas desempeñan un papel clave en la generación de las condiciones para la evolución de la complejidad bioquímica. Si miramos más cerca la expansión del universo descubrimos que está equilibrada con enorme precisión. Está muy cerca de la línea divisoria crítica que separa los universos que se expanden con suficiente rapidez para superar la atracción de la gravedad y continuar así para siempre, de aquellos otros universos en los que la expansión finalmente se invertirá en un estado de contracción global y se dirigirán hacia un Big Grunch cataclímico en el futuro lejano. El primero de estos modelos es el universo abierto que será invadido por el frío absoluto, y el segundo modelo es el del universo cerrado que termina en una bola de fuego descomunal.
Los valores de las densidades de materia bariónica son: La densidad crítica es: Esto equivale a unos 5.6 átomos de hidrógeno por m3 para h=0.7. Esto significa que la densidad media del Universo hoy es 0.1 átomos por m3 o unos 300 átomos dentro de un volumen comparable a una piscina olímpica pequeña (50x25x2=2500 m3).
La Densidad crítica de la materia determinará el universo en el que vivimos.
Todo dependerá de cual sea el valor de la densidad de materia.
Algunos números que definen nuestro universo
- El número de fotones por protón.
- La razón entre densidades de materia oscura y luminosa.
- La anisotropía de la expansión.
- La falta de homogeneidad del Universo.
- La constante cosmológica.
- La desviación de la expansión respecto al valor crítico.
De hecho, estamos tan cerca de esta divisoria crítica que nuestras observaciones no pueden decirnos con seguridad cuál es la predicción válida a largo plazo. En realidad, es la estrecha proximidad de la expansión a la línea divisoria lo que constituye el gran misterio: a priori parece altamente poco probable que se deba al azar.
Los universos que se expanden demasiado rápidamente son incapaces de agregar material para la formación de estrellas y galaxias, de modo que no pueden formarse bloques constituyentes de materiales necesarios para la vida compleja. Por el contrario, los universos que se expanden demasiado lentamente terminan hundiéndose antes de los miles de millones de años necesarios para que se tomen las estrellas.
Sólo universos que están muy cerca de la divisoria crítica pueden vivir el tiempo suficiente y tener una expansión suave para la formación de estrellas y planetas… y ¡vida!
No es casual que nos encontremos viviendo miles de millones de años después del comienzo aparente de la expansión del universo y siendo testigos de un estado de expansión que está muy próximo a la divisoria que marca la “Densidad Crítica”
Gráfico: Sólo en el modelo de universo que se expande cerca de la divisoria crítica (en el centro), se forman estrellas y los ladrillos primordiales para la vida. La expansión demasiado rápida no permite la creación de elementos complejos necesarios para la vida. Si la densidad crítica supera la ideal (más cantidad de materia), el universo será cerrado y terminará en el Big Crunch.
El hecho de que aún estemos tan próximos a esta divisoria crítica, después de algo más de trece mil millones de años de expansión, es verdaderamente fantástico. Puesto que cualquier desviación respecto a la divisoria crítica crece continuamente con el paso del tiempo, la expansión debe haber empezado extraordinariamente próxima a la divisoria para seguir hoy tan cerca (no podemos estar exactamente sobre ella).
Pero la tendencia de la expansión a separarse de la divisoria crítica es tan solo otra consecuencia del carácter atractivo de la fuerza gravitatoria. Está claro con sólo mirar el diagrama dibujado en la página anterior que los universos abiertos y cerrados se alejan más y más de la divisoria crítica a medida que avanzamos en el tiempo. Si la gravedad es repulsiva y la expansión se acelera, esto hará, mientras dure, que la expansión se acerque cada vez más a la divisoria crítica. Si la inflación duró el tiempo suficiente, podría explicar por qué nuestro universo visible está aún tan sorprendentemente próximo a la divisoria crítica. Este rasgo del universo que apoya la vida debería aparecer en el Big Bang sin necesidad de condiciones de partida especiales.
Gráfico: La “inflación” es un breve periodo de expansión acelerada durante las primeras etapas de la Historia del Universo.
Composición del universo
WMAP. Estos resultados muestran un espectro de fluctuaciones gaussiano
Podemos concretar de manera muy exacta con resultados fiables de los últimos análisis de los datos enviados por WMAP. Estos resultados muestran un espectro de fluctuaciones gaussiano y (aproximadamente) invariante frente a escala que coincide con las predicciones de los modelos inflacionarios más generales.
El universo estaría compuesto de un 4 por 100 de materia bariónica, un 23 por 100 de materia oscura no bariónica y un 73 por 100 de energía oscura. Además, los datos dan una edad para el universo que está en 13’7 ± 0’2×109 años, y un tiempo de 379 ± 8×103 años para el instante en que se liberó la radiación cósmica de fondo. Otro resultado importante es que las primeras estrellas se formaron sólo 200 millones de años después del Big Bang, mucho antes de lo que se pensaba hasta ahora.
Emilio Silvera V.
Ago
11
¿La Sabiduría? ¡También se llama…Experiencia!
por Emilio Silvera ~
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¿Nosotros? ¿Quiénes somos? Bueno, desde hace tiempo, algo más que una célula sí que somos.
Una célula es la unidad morfológica y funcional de todo ser vivo. De hecho, la célula es el elemento de menor tamaño que puede considerarse vivo. De este modo, puede clasificarse a los organismos vivos según el número de células que posean: si sólo tienen una, se les denomina unicelulares (como pueden ser los protozoos o las bacterias, organismos microscópicos); si poseen más, se les llama pluricelulares En estos últimos el número de células es variable: de unos pocos cientos, como en algunos nematodos, a cientos de billones (1014), como en el caso del ser humano.. Las células suelen poseer un tamaño de 10 μm y una masa de 1 ng, si bien existen células mucho mayores.
¿La Vida? $Es el misterio que tratamos de resolver. Hace 3500 millones de años: los estromatolitos, primeras formas de vida complejas. Unas colonias de bacterias llamadas estromatolitos son las primeras formas complejas de vida de la Tierra
¡Hombre! Algo más que simples células eucariotas sí que somos después de algunos de miles de millones de años de evolución desde aquella lejana primera célula replicante. Si pensamos en nuestra aparición, aquí en nuestro mundo, al que irremediablemente venimos desnudos, caemos en la cuenta de que todos, sin excepción, traemos con nosotros una herramienta que, podrá ser, más o menos poderosa en función de muchas circunstancias. Me estoy refiriendo a la Mente que, desde muy pronto comienza a situarnos en el mundo a través de los sentidos y va evolucionando con las experiencias que, del entorno, van siendo acumuladas mediante las conexiones de cientos de miles de neuronas que mediante impulsos eléctricos envían información para que, en fracciones de segundo podamos tomar la decisión más conveniente (aunque no siempre es así).
Cuando vamos llegando al final del camino, nos empeñamos en rememorar el pasado, hacer balance
Habiendo sido un curioso de todo lo relacionado con la vida, siempre me llamó la atención los comienzos y la evolución que en la misma se produce en los distintos seres vivos que hemos llegado a “conocer”, y, me ha picado la curiosidad que, en nosotros, los humanos, cuando llegamos a una cierta edad, nuestra mente rememora más los hechos del pasado que aquellos que se podrían producir en el futuro, y, tal hecho cierto, nos habla de una especie de decadencia en la que, el ser humano (no siempre consciente), ve como se acerca su final y, de forma intuitiva, regresa a su pasado para repasar su vida, ya que, de alguna manera sabe que, lo que le queda por vivir no será mucho y, el futuro, será el futuro de otros y no el suyo, de ahí su falta de interés por él.
La rosa más hermosa, con su fragancia húmeda de gotas de rocío, su delicado perfume, su color y sus formas, consiguen un conjunto de armonioso de maravillosa belleza, y, sin embargo, tiene una vida efímera en el tiempo. Nosotros estamos aquí con un poco más de ese preciado bien, y, sin embargo, si comparamos nuestra estancia en el mundo con el contexto la misma Tierra, del Sol o la Galaxia…Menos que un abrir y cerrar de ojos será nuestra vida aquí. A pesar de ello, nos dejan el margen suficiente para poder hacer muchas cosas: Observar, aprender, trabajar, adquirir experiencias, estudiar e interesarnos por las cosas importantes de la Naturaleza y, sobre todas las cosas…Conocer el Amor, lo más sublime que nos podemos llevar con nosotros cuando partamos. Pero, ¿que pasa con la memoria?
La Memoria, intenta situar el pasado conectándolo con el presente y llevándolo hasta un futuro no muy lejano que, en conjunto, dibuja “toda una vida” de la que, cada cual, hace balance y valora si valió o no la pena haberla vivido. Somos conscientes (aunque no hablemos de ello) de lo efímero que es nuestro tiempo aquí.
El desorden en un sistema cerrado siempre aumenta
A todo esto, no podemos dejar de lado el “Tiempo” que, acompañado por su inseparable compañera “La Entropía”, no deja de hacer estragos en nosotros y en todo lo que en el Universo está presente, sin importar que esté en la fase de “inerte” o de “vida”.
Nuestra capacidad cognitiva se desarrolla en la edad temprana y, desde niños captamos rápidamente todos los mensajes que nuestro entorno nos envía. De tal manera es así que, pronto aprendemos a pedir la comida cuando tenemos hambre y, al no saber hablar, utilizamos el llanto. De estas tretas que nos valemos cuando somos muy pequeñitos para avisar a nuestros mayores de que no olviden sus obligaciones, utilizamos un sinfín en las distintas situaciones. Y, pudimos llegar a discernir el misterio presente en las llamadas partículas Brownianas, entre otras muchas cosas complejas.
Trayectoria irregular que siguen las partículas brownianas
Hasta no hace mucho tiempo, la mayoría de la gente no consideraba la mente como una parte del ser biológico sujeta, por tanto, a examen médico. Esto es, naturalmente, una idea errónea que hemos heredado del dualismo cuerpo-mente cartesiano. En la actualidad, la mayoría de las personas educadas están familiarizadas con la idea de que la mente pertenece al cerebro, por tanto al cuerpo.
Algunos como Alejandro Jodorowsky piensan que: Si tenemos un cuerpo imaginario, es también necesario que nos demos cuenta que tenemos una mente imaginaria. Tenemos pensamientos inconscientes, percepciones olfativas, audiciones, tactos, visiones, sabores mucho más desarrollados que los que creemos “reales”. Vemos más de lo que creemos ver, oímos más de lo que creemos oír, gustamos más de lo que creemos gustar, olfateamos más de lo que creemos olfatear, percibimos con el tacto mucho más de lo que creemos percibir, pensamos más de lo que creemos pensar. No sentimos por completo nuestras sensaciones, tenemos pensamientos de los que no nos damos cuenta, vivimos dentro de limites perceptivos, provocados desde que nacemos por nuestra familia y luego por la sociedad. Nos sumergen en prejucios y concepciones anquilosadas de la realidad y de nosotros mismos. Debemos aprender a pensar con libertad, (no digo con “inteligencia”, digo con “libertad”). El trabajo mágico consiste en disolver los límites de nuestra inteligencia y de nuestras percepciones. Estos limites nos encierran en calabozos irreales que nos impiden acceder a la conciencia suprema. La llave para lograr esto es la atención.
Aquí creen saberlo todo. Es la etapa de la inconsciente felicidad…más tarde, llegan a la realidad.
Siempre me ha llamado la atención las distintas etapas que, los seres humanos recorremos en nuestro deambular por el mundo. Cuando somos jóvenes nos empuja el deseo por lo desconocido, por lo inalcanzable, conseguir aquello que nadie alcanzó, la aventura y el riesgo. Nos sentimos (dentro de nuestra poca experiencia) superiores, imbatibles, poderosos y capaces de realizar cualquier empresa por muy dura o difícil que esta pueda ser. Más tarde, el ánimo se calma y, con el paso de los años, se buscan otras cosas, como, por ejemplo, la estabilidad. Y, no pocas veces me he preguntado: ¿No equivale esa estabilidad al estancamiento? Si conseguimos la estabilidad ¿no dejamos de ser creativos? ¿de arriesgarnos y de perder posibilidades de hacer cosas que de otra manera haríamos? Posiblemente pero, así es como la mayoría funciona.

Antes, para dominar el Mundo, teníamos que hacer grandes viajes, realizar grandes empresas aventureras de las que nunca sabíamos como podríamos salir. El riego y la ventura era el pan de cada día para aquellos que querían descubrir el mundo. Hoy día, las cosas han cambiado. No debemos descartar la posibilidad de que seamos capaces de utilizar las unidades de Planck-Stoney para clasificar todo el abanico de estructuras que vemos en el universo, desde el mundo de las partículas elementales hasta las más grandes estructuras astronómicas. Este fenómeno se puede representar en un gráfico que recree la escala logarítmica de tamaño desde el átomo a las galaxias. Y, cualquier joven, sentado tranquilamente en su casa, con un potente ordenador, puede realizar “aventuras” que antes, eran imposibles.
Sí, ahora los jóvenes se comen el mundo. ¿Quién podría pensar en mi juventud que esto fuera posible? Eso sí, habrá que procurar que el mundo, no se les atragante y que, lo puedan ir digiriendo con calma. Si les llega tanta información se podrían ver perdidos e inundados de datos que no sabrían colocar en sus debidos compartimentos. Claro que, el mundo hoy, corre a una velocidad que…
Precisamente las grandes cosas se hacen a edades muy tempranas (Newton, Einstein, Riemann, Ramanujan y muchos otros), después el personaje decae, se estaciona y acomoda y, su inspiración primera, aquel fuego creador, se apaga. Claro que, el conjunto de esas mentes no es que sean más débiles ni menos fuertes, simplemente son diferentes y, las cosas, pasan a ser de otra manera, se sitúan en un plano distinto donde las prioridades son más profundas y menos arriesgadas…incluso, menos creadoras. Se pierde la chispa y se deja de ser tan bueno en, por ejemplo, hacer cálculos laboriosos que necesitan de profundos procesos de resolución y, en su lugar, se acude al reconocimiento de patrones que no requieren una alta concentración para la que, hemos dejado de estar capacitados.
Todo lo contrario que les ocurre a los jovenes. Recordemos aquí un simple pasaje referido a Ramanujan: En 1913 escribe a Hardy la carta, a la que acompaña alrededor de 120 teoremas. Según algunos autores, había escrito a otros matemáticos europeos, pero sólo Hardy reconoció la valía del autor de la misiva. Hardy comentó:
Hardy y Ramanujan
“Quisiera que comenzaran por tratar de reconstruir la reacción inmediata de un matemático profesional corriente que recibe una carta como ésta de un contable hindú desconocido.”
Una de las fórmulas que acompañaban la carta que envió a Hardy
Tras comentar algunos de los teoremas, añade, refiriéndose entre otras, a la fórmula anterior:
“… Nunca había visto antes nada, ni siquiera parecido a ellas.”
Se puede pensar que 635318657 (=1334+1344=1584+594) tampoco es tan grande, pero eso es porque ahora estamos acostumbrados a los números que nos dan los ordenadores. En 1918 intentar calcular una propiedad de un número que andaba por encima de los 600 millones llevaba el tiempo suficiente como para decir que el número es muy grande,
Una hojeada es suficiente para comprender que solamente podían ser escritas por un matemático de la más alta categoría. Tenían que ser ciertas, porque, si no lo fueran, nadie habría tenido suficiente imaginación para inventarlas. Por último…, el autor tenía que ser enteramente sincero, ya que son más frecuentes los matemáticos eminentes que los ladrones o charlatanes de destreza tan increíble…
Cuando se tiene poco más de veinte años, muchos se vanaglorian (con cierta frivolidad) de ser capaces de seguir una clase sobre algún obstruso tema de matemáticas avanzadas sin necesidad de tomar apuntes, y de aprobar un examen sobre el tema meses más tarde. Muchos, pasados los años, no pueden repetir proezas así, han perdido esa capacidad de entender y retener en la memoria lo que más tarde, tendrá que utilizar. Sin apuntes y archivos, son incapaces de recordar cuestiones de cierta complejidad.
Claro que, la experiencia ayuda, y, ayudando con ciertos parámetros mentales cuestiones complejas, finalmente se consigue llegar a la resolución deseada y correcta que aparece, ante nuestros ojos como si de arte de magia se tratara. Con la edad se ha perdido la capacidad para trabajar dura y mentalmente hablando en un plano de voracidad acumulativa de datos, de información para guardar y utilizar. Sin embargo, todo eso se suple por la comprensión instantánea de cuestiones que, antes, necesitaban una profunda enseñanza y elaboración y que ahora, nos llega desde el fondo de la mente que, en realidad, tiene todas las respuestas acumuladas de aquellos temas y disciplinas que, en su momento, fueron allí guardados.
Paul Dirac
Paul Dirac que hizo un trabajo sobre el electrón que nada tiene que envidiar a la Teoría de Einstein, y, predijo la existencia del Positrón, además de otras cuestiones, fue un físico-matemático puro y, atesoró tanta experiencia que, en sus últimos años como Profesor, podríamos decir, sin lugar a equivocarnos, que sus alumnos estaban contemplando la imagen de un hombre sabio.
Eso amigos, no es otra cosa que el saber acumulado que se ha convertido en eso que nos ha dado en llamar: “Sabiduría”, la sabiduría del viejo, del que sabe, del que deambuló por todos los caminos, del que de nada se sorprende ya, aquel que de joven conoció el miedo y ahora, ha llegado a comprender que es algo que sólo existe de manera virtual y aparece en nuestras mentes cuando no sabemos. Siempre hemos temido a lo desconocido.
Ahora, la experiencia nos lleva a no expresarnos con vehemencia sobre lo primero que se nos viene a la mente en relación a una cuestión determinada. La prudencia está con nosotros y, antes de emitir un dictamen sobre este o aquel tema, lo pensamos y recapacitamos, hacemos un compendio de todo lo que aquello implica, los factores y parámetros que están involucrados y, finalmente, emitimos un veredicto que, siempre tratará de ajustarse lo más posible a la realidad que tratamos de comentar en relación a ese asunto concreto.
Hemos llegado a saber que, utilizar el cerebro es sacarle un mayor partido. En el cerebro nacen células nerviosas (neuronas) durante toda la vida. El nacimiento de nuevas neuronas y el lugar que irán a ocupar en el cerebro están regulados por la actividad mental. Cuanto más usamos nuestro cerebro, más neuronas creamos, y estas nuevas neuronas van a parar a las partes del cerebro que más utilizamos. A medida que vamos envejeciendo utilizamos cada vez más nuestro hemisferio izquierdo, lo que a su vez lo protege frente al deterioro. Así que, sin lugar a ninguna duda, sabemos que, ejercitando nuestro cerebro lo estamos protegiendo contra el deterioro. Nadie que con 72 años se pase los días hablando de Física y Astronomía, verá mermado los poderes de su mente, sus rápidos reflejos, su capacidad de repentizar soluciones instantáneas a problemas surgidos inesperadamente siguen ahí y, con la ventaja que antes hemos mencionado, “la sabiduría” está presente.
¡Cuántos recuerdos! ¡Cuántas vivencias! ¿Cuánta Experiencia?
Claro que, la Sabiduría, como todo en el Universo, tiene un precio: la vejez inexorable que nos trae el tiempo que pasa acompañado de la maldita entropía, esa que deteriora todas las cosas, y, nuestros cerebros también. Así, los que saben, con la edad llegan a alcanzar la imagen “del sabio” que fue (y lo sigue siendo) reverenciada en todas las culturas. Tras la fascinación de la juventud, la vejez comienza a ser respetada (no siempre) de nuevo en nuestra impaciente y engreída cultura.
Sabemos que el Sabio no nace “Se hace” con mucho trabajo, estudio y sacrificio y, no pocas veces, con experiencias vitales que, se produjeron en circunstancias límites o de escasez y carencias y en condiciones no siempre propicias y, ese periplo, dura toda una vida. Es el periplo que la mente tiene que recorrer hasta llegar a la Sabiduría. Así que, el precio que tenemos que pagar, es el envejecimiento. Claro que, la Sabiduría en sí, no tiene precio.
Emilio Silvera V.
Ago
11
¡La Música! Que incide en nosotros
por Emilio Silvera ~
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Descubren como afecta al cerebro tu canción favorita.
Escuchar o tocar música nos ayuda a concentrarnos, favorece la memoria, pero además estimula varias áreas del cerebro y la producción de: Óxido nítrico, una sustancia vasodilatadora. Libera serotonina. Ayuda a reducir los niveles de cortisol, hormona responsable del estrés y la ansiedad.
Un estudio revela los efectos en el cerebro de nuestras melodías preferidas. Los resultados se han publicado en Scientific Reports, una de las revistas de la editorial Nature.
Los primeros acordes de nuestra canción favorita desencadenan un patrón común de actividad cerebral -se generan pensamientos y recuerdos- independientemente de la persona que disfrute de la melodía. Sin embargo, hasta ahora no se conocía cómo se produce dicha activación en el cerebro. Los hallazgos, publicados este jueves en Scientific Reports, una de las revistas de la editorial Nature, podrían explicar por qué diferentes personas describen sentimientos y recuerdos similares al escuchar su pieza musical favorita, tanto si es una composición de Beethoven o Eminem.
Para entender por qué la gente tiene experiencias comparables, el grupo de investigación estadounidense evaluó las diferencias en las redes funcionales del cerebro (utilizando imágenes de resonancia magnética funcional, fMRI) en 21 personas que escucharon diferentes tipos de música, incluyendo rock, rap, y melodías clásicas. Los científicos identificaron modelos consistentes de la conectividad cerebral asociada a las canciones favoritas y demostraron que un circuito importante en los pensamientos introspectivos -la red neuronal por defecto (Default Mode Network o DMN, en inglés)- se conecta más cuando se escucha la música preferida.
Como explica a Sinc Jonathan Burdette, profesor del Centro Médico Wake Forest Baptist (EE UU) y uno de los principales autores del estudio, “aunque no entendemos completamente lo que hace la DMN, es probable que tenga un papel importante en la determinación de quiénes somos y cómo encajamos en el mundo”. Los expertos se refieren a esto como pensamientos auto-referenciales. Según los autores, los resultados fueron inesperados “dado que las preferencias musicales son fenómenos individualizados y que la música puede variar mucho en complejidad rítmica, presencia o ausencia de la letra, consistencia, etc.”.
Canciones favoritas, viejas emociones
El trabajo pone de manifiesto que la escucha de una canción favorita altera la conectividad entre las áreas cerebrales auditivas y el hipocampo, una región responsable de la memoria y la consolidación de las emociones. Los expertos comprobaron así que al oír las melodías favoritas se produce una desconexión de las áreas de procesamiento de sonido del cerebro en las zonas de codificación de la memoria de dicho órgano. “Esto se debe probablemente a que al escuchar nuestra música favorita, no estamos creando nuevos recuerdos. Más bien, estamos aprovechando recuerdos y viejas emociones”, subraya Burdette.
Para los autores, estos hallazgos podrían tener importantes implicaciones en la terapia musical, sobre todo en la elección apropiada de la música capaz de involucrar a los circuitos cerebrales dañados.
Claro que, también se podría decir de lo que incide una buena poesía en nosotros, una pintura, o, si me apuráis… ¡Hasta una ecuación! Todo dependen del estado de ánimo y de la preparación del sujeto.
La Fuente: (¿)