viernes, 29 de marzo del 2024 Fecha
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¿La estructura del Universo? Ahora la vamos conociendo

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Misterios sin resolver    ~    Comentarios Comments (0)

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Disco circumnuclear de La Galaxia

Imaginaos ahora este instante en que los

murmullos se arrastran discretamente y las

espesas tinieblas llenan el gran navio del

Universo.

Esas palabras de Chakespeare en Emrique V (Acto IV, esc. 1) nos podría valer ahora a nosotros para estrapolarlas a este tiempo y haciendo un ejercicio de imaginación, convertir esas tinieblas en la “materia oscura”, esa clase de materia que no podemos ver y que nos soluciona, de un plumazo, el inmenso problema de de la estructura del Universo. Esa clase de materia “transparente” que no emite radiación, podría explicar el ritmo a grandes escalas que hemos podido observar en el comportamiento del Universo y que no sabíamos a qué era debido. Bueno, no lo sabíamos hasta la llegada de la “Materia Oscura”…”ahora sí lo sabemos”, o, al menos, eso dicen algunos.

Estrellas orbitando en torno a SgrA*

Sabemos, por ejemplo que, en el centro de la Galaxia, en Sagitario A, reside un gran mostruo que tiene tres millones de masas solares y, en la imagen de arriba podemos ver a un grupo de estrellas que lo orbitan en un perído de 15 años. Hemos hablado aquí de ese lugar, del Centro galáctico y, también de otras regiones que tienen inmensos Agujeros Negros que, al ser singularidades, hacen que el tiempo allí se distorsione y que el espacio adquiera una curvatura infinita. Sin embargo, la “materia oscura” no está compuesta por esos objetos exóticos y, según los cosmólogos, es otra cosa diferente, algo que no sabemos lo que es, algo que no podemos ver, algo que no tenemos ni idea de cómo se pudo formar ni de cuanto tiempo lleva aquí y de qué clase de partículas estará formada. “La Materia Oscura” es, en realidad, un auténtico misterio. Todos hablan de ella pero, nadie sabe lo que es.

 

Hablar de la materia oscura es para mí como hacerlo de esos personajes y animales míticos que sólo están en la mente del autor que nos narra una historia en la que, pueden estar presentes los Unicornios y también los más extraños personajes y animales que sólo existen en las peores pasadillas de mundos inimaginalbes.

Con la Materia Oscura nos pasa como cuando un enfermo terminar recibe la noticia de que ha aparecido un medicamento milagroso que podría curar su mal. Allí ponen todas sus esperanzas. Puede parecer extraño que los cosmólogos pongan todas sus esperanzas  en comprender el Universo centrándolo en una materia tan misteriosa como esa, pero eso es lo que está sucediendo en nuestros días.

Y no es que se trate  simplemente de agarrarse a un “clavo ardiendo”: aprovecharnos de la ignorancia de la naturaleza de la materia oscura para adjudicarle todas las propiedades que se requieran para resolver los problemas más inmediatos. ¿Qué falta hace conocer las propiedades de esta clase de materia para que nos resuleven el problema de la formación de las galaxias?

Cuando nos encontramos con un problema desconocido del que ignoramos los motivos que lo producen, rápidamente construimos un modelo hipotético que lo resuelve y, nuestra ignorancia, queda a salvo y fuera de la vista de los demás. Según las leyes de la mecánica de Newton, la velocidad de una estrella a lo largo de su órbita depende de la masa de la galaxia contenida dentro de la órbita de la estrella. Sin embargo, la masa visible es mucho menor que lo esperado. ¿Donde está la masa que falta?

De la misma manera, las galaxias en el Universo se agrupan en cúmulos y supercúmulos de galaxias que para mantenerse unidos necesitan una inmensa cantidad de materia que genere la fuerza de gravedad necesaria para conseguirlo. Sin embatgo, la masa requerida no se observa ¿Donde está?

¿Cómo podríamos detectar la presencia de la Materia Oscura? ¿Cual será la naturaleza de la Materia Oscura? ¿Será posible que los objetos que constituyen la materia oscura del universo (si es que finalmente existe esa materia), esten formados por partículas que no hemos llegado a conocer por no emitir radiación y ser diferentes a los Quarks, Leptones y Hadrones? Algunos físicos antiguos muy famosos que fueron nombrados Sir por la reina de Inglaterra, decían que la materia se generaba de manera expontánea en nuestro universo a partir de una sustancia cósmica primera. ¿ Será esa sustancia cósmica o Ilem (como la llamaban los clásicos griegos), la matería que estos llaman oscura?

Lo cierto es que andamos perdidos. Hay cosas en el vasto universo que no podemos explicar. La idea básica del papel de la materia oscura es fácil de entender. Como todos hemos llegado a saber, partimos de una dificultad primera que no hemos sabido resolver, nadie ha podido imaginar cómo evolucionó el universo, ya que tiene que ver con el hecho de que, si el cosmos entero está hecho de materia normal, la formación de galaxias no pudo haber empezado hasta muy avanzado el “juego”, después de que el universo se ha enfriado hasta el punto de que pueden existir átomos y la radiación se pueda desaparejar. Para entonces, la expansión de Hubble habría diseminado tanto la materia que la gravedad por sí sola no sería suficientemente fuerte para reunir cúmulos antes de que  todo se escapara de su alcance. Entonces, si eso es así (que lo es)… ¿Cómo puñetas se formaron las galaxias?

Debajo de esta imagen (Una espectacular colisión frontal entre dos galaxias vista desde el Telescopio espacial Hubble de la NASA de la Galaxia Lenticular), podemos leer los párrafos de abajo que, en algunos de sus tramos denotan nuestra ignorancia. Y, así ha sido siempre, hablamos y hablamos y no dejamos de hablar de… ‘lo que no sabemos! En realidad, nadie sabe, como pudieron formarse las galaxias.

“La formación de galaxias es una de las áreas de investigación más activas de la astrofísica, y en cierto sentido, esto también se aplica a la evolución de las galaxias. Sin embargo, hay algunas ideas que ya están ampliamente aceptadas.

Resultado de imagen de Formación de galaxias

Actualmente, se piensa que la formación de galaxias procede directamente de las teorías de formación de estructuras, formadas como consecuencia de las débiles fluctuaciones cuánticas en el despertar del Big Bang. Las simulaciones de N-cuerpos también han podido predecir los tipos de estructuras, de las imágenes captadas por el Hubble podemos deducir que las morfologías y la distribución de galaxias observadas en nuestro Universo actual y, examinando las galaxias distantes, del universo primigenio. Por lo general la media de estrellas en las galaxias es de 100.000 -150.000 millones de estrellas.

 

 

¿Y si la materia oscura no importa? Para todo aquellos escépticos, un matemático italiano ha conseguido lo nunca antes visto. El hombre ha llegado a través de una serie de fórmulas complejas y con extraordinaria similitud, trazar las curvas de la rotación de las galaxias espirales sin necesidad de materia oscura. Dicho de otra forma, a través de sus cálculos, el matemático ha representado la fuerza que mantiene unidas a las galaxias sin la necesidad de materia oscura. El trabajo de Carati frente al razonamiento deductivo de toda la comunidad científica.

Hasta ahora todos los experimentos científicos tenían a la materia oscura como parte esencial del entendimiento de las galaxias, para explicar aquello que no vemos. Si contamos la cantidad de masa en las galaxias espirales como la nuestra y luego tomamos el modelo de su rotación, obtenemos una imagen muy diferente a la que empíricamente se observa. La cantidad de masa en el centro de las galaxias espirales es enorme pero las estrellas exteriores se mueven alrededor de los discos galácticos con tanta rapidez que deberían volar hacia el espacio interestelar.

Lo cierto es que, no todos están de acuerdo con la existencia de la materia oscura y creen que los fenómenos que observamos se deben a otros parámetros que nos son desconocidos, e, incluso, podría tratarsde de alguna propiedad desconocida de la Fuerza de la Gravedad, o, ¿por qué no? podrían ser fluctuaciones del vacío que rasgan el espacio-tiempo y dejan entrar, en nuestro universo, esa fuerza misteriosa que incide directamente en el comportamiento de nuestras galaxias y estrellas…lo cierto es que, no sabemos, realmente lo que pueda ser el motor conductor de esa anomalía observada y, sin embargo, ahí estamos con “la materia oscura por aquí” “la materia oscura por allá” y, la representamos de mil maneras distintas para poder convencer, a los excepticos .

El colmo de los colmos está en noticias como esta: “3 marzo 2012. “Los astrónomos que usan datos del Telescopio Hubble de la NASA han observado lo que parece ser un grupo de materia oscura que es parte de restos de un naufragio entre los cúmulos masivos de galaxias. El resultado podría desafiar las teorías actuales sobre la materia oscura que predicen que las galaxias deberían estar ancladas a la sustancia invisible, incluso durante el choque de una colisión.”

Merging Galaxy Cluster Abell 520

Abell 520 es una fusión gigante de cúmulos de galaxias situadas a 2,4 mil millones de años luz de distancia. La materia oscura no es visible, aunque su presencia y la distribución se encuentra indirectamente a través de sus efectos. La materia oscura puede actuar como una lupa, curvar la luz y causar la distorsión de las galaxias y cúmulos detrás de ella. Los astrónomos pueden usar este efecto, llamado lente gravitacional, para inferir la presencia de materia oscura en los cúmulos de galaxias masivas”.

¿”…han observado lo que parece ser un grupo de materia oscura que es parte de restos de un naufragio entre los cúmulos masivos de galaxias”? ¿Qué tonteria es esa?

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Imágenes como estas tratan de explicar lo que no tiene explicación y, explican a su conveniente manera lo que ahí se está viendo y que, no es, necesariamente, lo que la explicación que se nos da quiere dar a entender.

Un grupo de astrónomos que utilizó telescopios de ESO anunció en abril una sorprendente falta de “materia oscura” en la galaxia dentro de la vecindad del Sistema Solar. Pero, me pregunto yo, si no sabemos como es la materia oscura, ¿de qué manera podemos detectar su falta o su presencia?

Por otra parte, el galimatias que se está formando en torno a la materia oscura es descomunal. ¿Cuántos estudios se han realizado con resultados dispares? Unos dicen que la materia oscura “se observa alrededor de las Galaxias” y otros, por el contrario, vienen a decirnos que la falta de materia oscura en las galaxias es desconcertante.

Así las cosas, tenemos que convenir en una realidad que nadie puede negar: La materia oscura (al menos de momento) es algo intangible, algo hipotético que se ha pensado que podría existir a partir de las anomalías observadas en el comportamiento de las galaxias y que nadie sabe explicar a qué puede ser debido y, en esas estábamos cuando llegó la idea “luminosa” y mencionó la “materia oscura” y, todos se lanzaron en tropel sobre ella, ¡era la salvación!

emilio silvera

La edad de los sueños y energía para cumplirlos

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Amina Helmi, la arqueóloga galáctica.

“Las estrellas se mueven más rápido de lo que deberían por algo que no vemos”

 

La arqueóloga galáctica Amina Helmi, experta en los orígenes de la Vía Láctea, sueña con desentrañar su componente más desconocido: la materia oscura.

Laura Chaparro
 

Cuando hace casi veinte años la joven Amina Helmi(Bahía Blanca, Argentina, 1970) defendía su tesis doctoral, la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) daba luz verde a la misión Gaia, el satélite que iba a cartografiar mil millones de estrellas de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Lo que la astrónoma no sabía es que su carrera iba a estar ligada a Gaia de una forma casi platónica.

Los trabajos de Helmi ayudaron a configurar el instrumento del satélite que mide las velocidades radiales, es decir, cómo se mueven las estrellasrespecto a quienes las observan. Dos décadas después, con Gaia a 1,5 millones de kilómetrosfotografiando cuerpos celestes sin parar, la astrónoma forma parte del consorcio que procesa toda información generada y la hace pública para que puedan trabajar con ella investigadores de todo el mundo.

Es lindo“, afirma Helmi, que es catedrática de Dinámica, Estructura y Formación de la Vía Láctea en el Instituto Astronómico Kapteyn de la Universidad de Groninga (Países Bajos). La arqueóloga galáctica – como la suelen llamar por sus estudios sobre el origen de la Vía Láctea – ha impartido una conferencia en el ciclo La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos organizado por la Fundación BBVA y ha charlado antes con EL ESPAÑOL.

¿En qué punto se encuentra Gaia? La misión iba a durar hasta 2018 pero la ESA la acaba de ampliar hasta el 31 de diciembre de 2020.

Esperamos que siga observando un par de años más. Ya se han publicado los datos del primer año de observaciones y ahora, en abril de 2018, será la siguiente publicación. Estamos trabajando como locos porque son muchos datos. Nadie tuvo nunca tantos de la Vía Láctea y estamos tratando de validarlos y de hacerlos públicos para que sean fáciles de manejar. Uno ve la calidad de los datos y es espectacular.

Imagina todo lo que se va a descubrir con esos datos después.

Sí. Para mí especial porque cuando empecé a trabajar en astronomía, mi tesis doctoral coincidió con el momento en que Gaia empezó a concebirse. Me doctoré en el 2000 y ese año fue elegida como una de las próximas misiones espaciales de la ESA. La vi desde su concepción y contribuí en un instrumento que mide las velocidades radiales. Haber arrancado con eso y hoy tener la posibilidad de analizar los datos y ver lo que se puede hacer es increíble.

¿Gaia es como la niña de sus ojos, que decimos en España?

Algo así. Aunque hay mucha gente que siente lo mismo que yo (ríe).

En su tesis descubrió que en la Vía Láctea, un grupo de estrellas, que llamaron la Corriente de Helmi en su honor, pertenecía a otra galaxia. ¿Nuestra galaxia engulle a otras?

Sí, es como una fusión. La Vía Láctea tiene varios componentes: un disco con estrellas que se formaron en el propio disco y, alrededor, un halo. Pensamos que las estrellas del halo se formaron en galaxias más pequeñas que se fusionaron por la atracción gravitacional mutua. Es como un árbol genealógico, con muchas galaxias pequeñas que se fusionan y dan lugar a una más grande y en esa se forma el disco. Creemos que estos procesos eran muy frecuentes en el universo temprano, cuando era joven, porque el universo era más pequeño y las posibilidades de colisionar con otra galaxia, mayores. Varias de estas galaxias han dado lugar al halo estelar. La cuestión es encontrarlas, aunque con Gaia se debería poder.

Hay estrellas en el halo de nuestra galaxia que tienen la misma edad que el Universo.

¿De hace cuántos millones de años estamos hablando?

No lo sabemos bien. Eso también es lo interesante. Si la edad del Universo es de 15.000 millones de años, el disco se formó más o menos a los 7.000 millones. Lo que pasó antes es más difícil de estudiar y es entonces cuando creemos que ocurrieron estas fusiones. Pero no sabemos en qué momento, ni cuántas fueron. Hay estrellas que ahora se encuentran en el halo cuya edad es la misma que la del Universo. Son la segunda o tercera generación de estrellas. Eso también es muy interesante porque son una ventana a los procesos que tuvieron lugar cuando el Universo era muy joven. Y son estrellas que ahora están en nuestras vecindades. De pronto puedes dar un salto del presente hacia el pasado, un salto muy grande, con mucha información que va a permitir reconstruir cómo se formó una galaxia.

¿Con Gaia vamos a poder ver la Prehistoria galáctica?

Vamos a ver toda la Historia, desde la Prehistoria hasta hoy.

Hay cinco veces más materia oscura que materia común en el Universo, así que la materia oscura dicta, domina la dinámica.

En un estudio que publicó con datos de Gaia explicaba que muchos grupos de estrellas se desplazaban por el halo como si fueran bandadas de pájaros. ¿Qué les empuja a seguir esa dirección?

Una galaxia es un conglomerado de estrellas que están juntas y se mueven juntas sobre el espacio. Pero cuando este conglomerado se acerca a la Vía Láctea, siente una fuerza de marea. De la misma manera que se deforma la Tierra por la fuerza de atracción entre la Luna y la Tierra, la galaxia más pequeña también se deforma. Como la Vía Láctea es mucho más grande, más pesada, la más pequeña no sobrevive, se estira y se destruye. Las estrellas siguen la misma trayectoria que seguiría la galaxia y forman una corriente de estrellas que se mueven en el halo y que giran en torno a la Vía Láctea. Esa es la bandada de pájaros.

Otra de sus líneas de investigación es la materia oscura. ¿Qué sabemos de ella a día de hoy?

Poco (ríe). Si miras cómo se mueven las galaxias en el universo o las estrellas en la Vía Láctea, lo hacen más rápido de lo que uno derivaría en base a la cantidad, porque hay una relación entre la velocidad y la cantidad de masa: veo tanta masa y debería medir tanta velocidad, pero la velocidad es diez veces mayor. De ahí viene el término materia oscuraporque en realidad no la vemos. Sabemos que hay algo que hace que las estrellas se muevan más rápido y la idea fundamental es que son partículas fundamentales que todavía tienen que ser detectadas en la Tierra. Hay muchos experimentos de física que están tratando de detectar materia oscura de forma directa. El modelo cosmológico se basa en asumir este tipo de partículas y hacer predicciones. Como el modelo funciona, es muy posible que la materia oscura sean estas partículas que tenemos que detectar en algún momento.

Amina Helmi.

 

Amina Helmi. Fundación BBVA

 

¿Gaia no va a observar esta materia de manera directa?

No, pero en algún momento hay que detectarla (ríe). A partir de las velocidades determinas el campo de fuerzas, y ese campo debería ser de determinada forma si las partículas son materia oscura. Si resulta que las estrellas se mueven de forma diferente a la que esperamos y no encaja, hay que empezar a pensar, a encontrar otra formulación.

¿Cuál fue el papel de la materia oscura en el origen de la Vía Láctea?

Hay cinco veces más materia oscura que materia común en el Universo, así que la materia oscura dicta, domina la dinámica. Si uno mira la masa total de la Vía Láctea, es posible que sea hasta diez veces mayor que la masa de estrellas que vemos. Por ejemplo, en los procesos de fusión, la Vía Láctea atrae otras galaxias por la cantidad de masa que tiene. La materia oscura tiene un rol importante en atraer y destruir estas otras galaxias.

¿Su sueño es averiguar qué es realmente esta materia?

Sí, me gustaría contribuir a entender qué es esto de la materia oscura. Lo que pasa es que, en mi caso, estudiando las estrellas del halo, tengo acceso tanto a la materia oscura como a la historia de la Vía Láctea y eso es lindo también.

Si vas a un congreso, las mujeres tienden a ser un poco menos protagonistas, no están gritando, tratando de imponer sus ideas, frente a hombres que quieren mostrar que saben.

¿Desde niña ha querido dedicarse a la astronomía?

Sí. Recuerdo que la primera vez que leí algo de astronomía fue en el último año de primaria y me encantó. Me quedé enamoradísima. En Geografía la profesora dedicó un mes a la astronomía y es curioso porque de esa clase hay otro chico que también es astrónomo. Nos dejó huella. La capacidad deexplicar la inmensidad me parece fascinante.

En su grupo de investigación hay un equilibrio entre hombres y mujeres. ¿La astronomía es una disciplina más paritaria, a diferencia de otras ramas de la ciencia?

En astronomía también hay más hombres, sobre todo en los países del norte de Europa y en Estados Unidos. En los países del sur de Europa y en Latinoamérica está más equilibrado. Éramos 50%-50%o cuando estudiaba, pero en Holanda somos muy pocas las mujeres. Las que tienen un título de profesor en Holanda son casi todas extranjeras. Tuve suerte con mi grupo pero no fue algo que hice a propósito, ha resultado así y me alegro mucho. Es bueno que haya un equilibrio.

¿En su carrera ha tenido dificultades por ser mujer?

Creo que no, salvo una vez que participé en una convocatoria. Uno de los evaluadores dijo en uno de los comentarios que no quedaba claro si lo que proponía como plan de investigación era mi propio plan o era el de mi supervisor. Hacía cuatro años que no trabajaba con mi supervisor de tesis. Había publicado de forma independiente. Un comentario así es muy dañino, porque son ayudas prestigiosas, quieres empezar un grupo, desarrollarte… Era un comentario malintencionado. Mi supervisor es una persona muy conocida y yo no sé si un estudiante varón hubiese recibido un comentario así. Por otra parte, si vas a un congreso, las mujeres tienden a ser un poco menos protagonistas, no están gritando, tratando de imponer sus ideas, frente a hombres que quieren mostrar que saben.

Conozco personas que han vuelto a España con un contrato Ramón y Cajal, y se han vuelto a ir. Es muy triste que no se haya sabido retenerlos.

En Gaia participan equipos españoles. ¿Cómo diría que es el peso de España en la astronomía a nivel internacional?

En algunos temas, España está al frente. En Gaia hay un grupo muy fuerte, de Barcelona, que está muy involucrado en la misión. Hay una científica, Teresa Antoja, que vino a trabajar conmigo tres años a la Universidad de Groninga tras doctorarse. Después estuvo dos años en la Agencia Espacial Europea en Holanda y ahora está de vuelta en Barcelona. Es una de las personas en las que tengo puestas muchas expectativas porque tiene un conocimiento muy especial que nos va a ayudar a entender cómo funciona el disco de la Vía Láctea. A nivel general, volviendo a España, creo que hay campos en los que está muy bien en astronomía, aunque hay otros en los que está más atrasada y ha perdido gente.

¿Se aprecian desde fuera los recortes en investigación realizados en los últimos años?

La situación es más difícil. Yo conozco personas que han vuelto a España con una Ramón y Cajal, un tipo de contrato temporal para doctores, que tienen un calibre muy alto. Pero España no ha sabido retenerlos y se han ido. Es muy triste perder gente tan buena y que tiene tantas capacidades porque eso se refleja en las generaciones siguientes. Sería bueno si hubiera un poco más de esfuerzo para invertir en ciencia y retener a esta gente, para atraer de nuevo al talento que se ha escapado de España.

Misterios sin resolver

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Ciencia-ABC Reportaje de Prensa

 

Por qué el Planeta Nueve tiene que existir

 

Astrónomos dicen que es más difícil explicar el Sistema Solar sin su presencia que con ella

Ilustración de un posible Planeta Nueve en el borde de nuestro Sistema Solar. La órbita de Neptuno se muestra como un anillo brillante alrededor del Sol

 

Ilustración de un posible Planeta Nueve en el borde de nuestro Sistema Solar. La órbita de Neptuno se muestra como un anillo brillante alrededor del Sol – ESO / Tom Ruen / nagualdesign
 

 

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Algunos astrónomos creen que en los helados bordes exteriores del Sistema Solar, escondido en la oscuridad, existe un mundo gigantesco. Nadie lo ha visto, pero se hace notar estirando las órbitas de cuerpos distantes e incluso, dicen, inclinando todo el Sistema Solar hacia un lado.

Ese hipotético «Planeta Nueve» puede tener diez veces la masa de la Tierra y estar situado extremadamente lejos, veinte veces más lejos del Sol de lo que lo está Neptuno. Aunque las señales de su posible presencia no van más allá de esas huellas gravitatorias, sus principales defensores dicen ahora que es más difícil imaginar nuestro sistema planetario sin un noveno miembro que con uno.

El astrofísico planetario Konstantin Batygin y el astrónomo Mike Brown, ambos del Instituto Tecnológico de California (Caltech) en Pasadena, publicaron en 2016 un artículo en The Astronomical Journal que mostraba las mejores evidencias hasta el momento de la existencia de un nuevo y distante planeta gigante en los confines del Sistema Solar. El anuncio, además de despertar el debate en la comunidad científica, tuvo un gran impacto entre el público en general, hasta el punto de que la NASA advertía horas después de que solo se trataba de «una predicción temprana basada en modelos matemáticos elaborados con observaciones limitadas».

Casi dos años después, los autores del estudio están aún más convencidos de su teoría. «Ahora hay cinco líneas diferentes de evidencia observacional que apuntan a la existencia del Planeta Nueve», afirma Batygin. «Si quitas esta explicación e imaginas que el Planeta Nueve no existe, entonces generas más problemas de los que solucionas. De repente, tienes cinco rompecabezas diferentes, y debes encontrar cinco teorías diferentes para explicarlas».

Batygin y Brown, descubridor de los planetas enanos Eris y Sedna, describieron en su día que seis objetos del lejano Cinturón de Kuiper, una región de cuerpos helados que se extiende desde Neptuno hacia el espacio interestelar, tienen órbitas elípticas que apuntan en la misma dirección. Eso ya sería suficientemente raro por sí solo, pero es que además estas órbitas también se inclinan de la misma manera, unos 30º «hacia abajo» en comparación con el plano en el que los planetas orbitan el Sol.

Además, las simulaciones por ordenador señalaban que debería haber más objetos inclinados con respecto al plano solar. De hecho, la inclinación estaría en el orden de 90 grados, como si el plano del Sistema Solar y estos objetos formaran una «X» cuando se vieran desde el borde. Brown se dio cuenta de que cinco de esos objetos ya conocidos por los astrónomos reúnen los requisitos.

Dos pistas más surgieron después del estudio original. Un segundo artículo del equipo, dirigido esta vez por la investigadora Elizabeth Bailey, demostró que el Nueve podría haber inclinado los planetas de nuestro Sistema Solar durante los últimos 4,5 millones de años. Esto explicaría por qué el plano en el que orbitan los planetas está inclinado alrededor de 6 grados en comparación con el ecuador del Sol. «Durante largos períodos de tiempo, el Planeta Nueve hará que todo el Sistema Solar avance o se tambalee», dice Batygin.

En su búsqueda

 

 

 

 

El último signo revelador de la presencia del Planeta Nueve involucra a los objetos del cinturón de Kuiper que orbitan en la dirección opuesta a todos lo demás en el Sistema Solar. La influencia orbital de ese misterioso mundo explicaría por qué estos cuerpos terminan «contaminando» el cinturón. «Ningún otro modelo puede explicar la rareza de estas órbitas de alta inclinación», señala Batygin. «Estos objetos han sido llevados fuera del plano del Sistema Solar con la ayuda del Planeta Nueve y luego esparcidas hacia dentro por Neptuno».

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El paso restante es encontrar el Planeta Nueve. Batygin y Brown están usando el Telescopio Subaru en el Observatorio Mauna Kea en Hawái para tratar de dar con él. El instrumento es la «mejor herramienta» para rastrear objetos oscuros y extremadamente distantes perdidos en grandes franjas de cielo, según Batygin.

¿Pero de dónde vino ese planeta misterioso? Quizás sea un fugitivo de nuestro propio sistema o, tal vez, un errante capturado por la gravedad del Sol. Quizás solo lo sepamos después de su detección. Y si se encuentra, será como si un hermano mayor regresara a casa. Durante los últimos 20 años, los rastreos de planetas alrededor de otras estrellas en nuestra galaxia han encontrado que los tipos más comunes son las llamadas supertierras, más grandes que la Tierra, pero más pequeñas que Neptuno. Sin embargo, esos planetas están claramente ausentes de nuestro Sistema Solar. Con unas 10 veces la masa de la Tierra, el Planeta Nueve propuesto podría ser nuestra supertierra perdida.

¿Por qué tienen lunas los planetas?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Misterios sin resolver    ~    Comentarios Comments (0)

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Veámos el por qué los planetas tienen lunas:

A veces nos hemos prguntado por la presencia de esos pequeños mundos alrededor de los planetas y, nos ha llamado la  diversidad de características que cada uno tiene y los define pero, sobre todo, nos hemos preguntado por qué están allí. Y, en a los planetas mayores como Júpiter -al menos en relación a sus cuatro lunas mayores- la respuesta que se nos viene a la mente sería:

Júpiter debe poseer estas lunas por idénticas razones por las que el Sol posee sus planetas. En un esquema menor, la situación debió ser la misma. Las grandes lunas de Júpiter son casi tan grandes como planetas, o, al menos, parecen planetas pequeños y, se formarían alrededor del planeta gigante del solar como Mercurio, Venus, la Tierra y Marte lo hicieron alrededor de la estrella que nos alumbra, creciendo a partir de fragmentos de materia planetaria que orbitaban el planeta. De hecho, el propio Júpiter parece un sistema solar en miniatura. La única diferencia está en que Júpiter, al no tener la masa suficiente, no pudio llegar a ser estrella y se quedó en planeta grande.

 

                ¿Qué “luna” será esta? ¿Tendrá que ver algo con el planeta Marte?

Es posible que las pequeñas lunas del solar tengan un origen diferente. Incluímos aquí las dos lunas de Marte, Phobos y Deimos -simples trozos de roca en forma de patata, de unos quince kilómetros de diámetro-, lo mismo que docenas de pequeñas lunas que giran alrededor de Júpiter y de los demás planetas gigantes.

Quizá, todas esas pequeñas lunas no son otra cosa que que asteroides capturados y atraídos por las grandes masas de esos planetas que generan una fuerte atracción gravitatoria que los hizo apartarse de sus trayectorias normales quedando “prisioneros” del gigante. Sin embargo, pueden pasar relativamente de planetas como Marte y seguir, tranquilamente su viaje hacia los confines del Universo. El que Marte los pueda “enganchar”, posiblemente sea debido a que Phobos y Deimos pasaron a la distancia precisa: Ni tan cerca como para chocar con el planeta ni tan lejos como para poder evadir la fuerza de Gravedad.

Así que, ya sólo nos queda saber el origen de la luna de la Tierra. No creo que ninguna de esas explicaciones nos sirva ni sean satisfactorias al caso. Nuestra Luna no puede ser un planeta en el “ solar” terrestre, porque la Tierra es demasiado pequeña para poder tener su propia familia de planetas. Y además nuestra Luna está formada por materiales muy diferentes a los de los asteroides, lo que nos dice que no se trata de una captura realizada a partir del Cinturón de Asteroides. De hecho, no se ha dado todavía ninguna explicación suficientemente fiable del origen de la Luna.

A escala cósmica, el misterio de nuestra Luna es de importancia, y además es un misterio provocado. Harold Urey, el padre de la ciencia lunar, estudió el problema y se rindió diciendo:

“Es más fácil simular que la Luna no está en el cielo que explicar cómo ha conseguido estar ahí”

 

 

Teorías son muchas y muy variadas pero… Ni la captura de la Luna solitaria y viajera por la la fuerza de gravedad de la Tierra, ni una binaria -la Tierra y la Luna se formaron juntas-, o, la ficción -la Luna es en su origen parte de la Tierra- que, al ser golpeada por un cuerpo de grandes dimensiones, desgajo una parte de su superficie y, junto con otra parte del propio cuerpo invasor (que continuó su camino tan riocamente), quedaron orbitando la Tierra hasta juntarse y formar la Luna.

Hemos podido llegar a descubrir muchas curiosidades que rodean a nuestra Luna y, los modernos telescopios y aparatos de medición nos han dicho que: La Luna se aleja de nosotros describiendo un círculo espiral a razón de 2,5 centímetros cada año y, también hemos llegado a que el día, se alarga un segundo cada cincuenta mil años pero, de dónde vino la Luna… ¡Nadie lo sabe!

Uno de los diez hijos de Darwin llegó a suponer que el ritmo de separación de la Tierra y la Luna, podía dar lugar a imaginar que hace 50 millones de años, la Luna estaba a tan sólo unos 9.000 km de la Tierra en comparación con el promedio de 380.000 km y que el día, tenía una duración de apenas 5 horas.

Como podréis ver, siempre nos gustó especular.

Lo cierto es que hemos llegado a conocer muy bien la Luna y sabemos también, de qué materiales está formada y, en comparación con la Tierra, la Luna presenta una gran pobreza de elementos siderófilos (literalmente, adictos al hierro), que se adhieren con prontitud al hierro. Porque en comparación con la Tierra la Luna tiene una gran escacez de estos componentes; de hecho sólo posee una cuarta parte del hierro que se esperaría en cualquier material rocoso del Sistema solar.

File:Lunar rocks distribution lmb.jpg

El conocimiento que tenemos de la composición de la Luna se basa, por una parte, en los análisis in situ que realizaron los astronautas del programa Apolo y en los exhaustivos que se han hecho de los casi 400 kilos de rocas lunares que trajeron. Hay que tener en cuenta que los astronautas tocaron únicamente seis puntos de la Luna. Por otra parte, los miles de fotografías de la Luna que se han hecho permiten extrapolar la información obtenida en esos seis muestreos para lograr una aproximación de lo que sería un estudio global, con todos los errores que esta generalización conlleva. Con todo, los geólogos han agrupado los componentes de la Luna en cuatro grandes categorías en función de su origen.

Con la excepción de los elementos implantados por el viento solar (hidrógeno, carbono, nitrógeno y gases nobles), las principales concentraciones de interés, a partir de fuentes extralunares, son las de los elementos denominados siderófilos, como el hierro, el cobre, el níquel, etcétera. La mayor parte de ellos procede de cuerpos meteoríticos que han impactado sobre la superficie lunar, y no es raro que, aunque en algunos casos existan desviaciones de la norma, sus pautas de concentración en el regolito sean similares a las de los meteoritos condríticos. Las concentraciones que podrían tener mayor interés de tecnológica se encontrarían en los restos de meteoritos de grandes dimensiones.

Las concentraciones de elementos mayoritarios son, salvo para el titanio (abundante) y el sodio (muy escaso), similares a las terrestres a excepci´çon del hierro que es sólo una cuarta parte del que encontramos en nuestro planeta. En cuanto a los elementos traza incompatibles, destacan los altos valores en tierras raras de los basaltos de tipo KREEP. Las concentraciones de elementos menores más para su utilización in situ son las del fósforo, cromo y manganeso. El cromo muestra una mayor abundancia en las rocas lunares que en sus homólogas terrestres. El manganeso en las rocas lunares llega al 0,25%.

Lo único cierto es que, lo mismo que le pasó a Harold Urey que estudió muy a fondo el problema, nadie ha sabido hasta el momento dar una explicación creíble del origen de la Luna que, está muy de nosotros pero, sin embargo, no conocemos de dónde vino o cómo pudo llegar aquí. De todo lo demás sobre ella, hemos aprendido con el tiempo y, de la misma manera, esperémos que, algún día, alguien nos diga ¡y nos demuestre! su origen.

Claro que satélites naturales en nuestro propio sistema solar son muchos y, algunos, son fascinantes por lo que en ellos podríamos encontrar.

File:Titan in natural color Cassini.jpg

                      Titán en color natural (sonda Cassini-Huygens 2005)

Titán es el mayor de los satélites de Saturno, siendo el único del Sistema Solar que posee una atmósfera importante. Según los disponibles su atmósfera podría estar compuesta principalmente de nitrógeno, pero hasta un 6% puede ser metano y compuestos complejos de hidrocarburos. En el año 2005, la sonda espacial Cassini-Huygens descendió en paracaídas por la atmósfera de Titán y aterrizó en su helada superficie para algunos de sus secretos.

¡Sigamos soñando con la realidad! En este presente que ya es futuro.

Las sondas espaciales Cassini-Huygens nos han posibilitado para contemplar imágenes del espacio exterior que nunca habríamos imaginado ver. Fijaos en el lejano Sol que alumbra el océano de metano de la Luna Titan de Saturno, mientras que el planeta, contempla asombrado tanto belleza.

          En el Sistema Solar tenemos “lunas” que son dignas de un estudio profundo.

En lo concerniente a Europa, pocas fotografías entre las centenares de miles logradas que se inició la era espacial han dejado tan atónitos a los científicos como las transmitidas en 1997 por la nave Galileo. Desde 1979 se sospechaba, gracias a las imágenes de la Voyager 2, que la superficie del satélite joviano estaba formada por una sorprendente costra de hielo. Su predecesora, la Voyager 1, llegó al sistema de Júpiter en marzo de ese año, pero no se aproximó lo necesario a Europa y sólo envió fotografías de apariencia lisa como una bola de billar surcada por una extraordinaria red de líneas oscuras de naturaleza desconocida. En julio de 1979, poco después, la Voyager 2 obtuvo imágenes más detalladas, que desconcertaron a los científicos porque sugerían que la helada superficie podía ocultar un océano líquido, un paisaje inédito hasta el momento en el Sistema Solar.

Pero lo más asombroso estaba por ver, y transcurrieron dieciocho años que una nueva misión espacial les mostró a los científicos que Europa es una luna tan extraordinaria que incluso parece albergar escenarios naturales como los descritos por Arthur C. Clarke en su novela 2010, Odisea dos. En enero de 1997, la NASA presentó una serie de imágenes en las que la helada superficie de Europa aparecía fragmentada en numerosos puntos. La increíble red de líneas oscuras que había mostrado una década antes la nave Voyager apareció en estas imágenes con notable detalle, que permitió ver surcos, cordilleras y, sobre todo, hielos aparentemente flotantes, algo así como la réplica joviana a los icebergs terrestres.qué

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Nunca podremos saberlo todo

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Misterios sin resolver    ~    Comentarios Comments (0)

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                                       Historias y Leyendas ligadas a la Mitología. Minotaurus, Druidas, Dragones y Nibelungos que buscan anillos…

Hemos demostrado tener mucha imaginación y las historias y leyendas que nos llegan desde el pasado está mezclada con la Mitología de los pueblos que, en todos los rincones del mundo crearon sus propios mitos que nos dibujan escenarios que hablan de la inmensa diversidad. Siempre hemos buscado algo pero nunca logramos encontrarlo todo. ¡La búsqueda continúa!

Al menos de momento, tenemos que admitir que es así. No creo que nunca podamos adquirir un conocimiento pleno de todas las cosas. Siempre nos quedarán secretos que desvelar y misterios por descubrir, y, la inmensa variedad y la vastedad compleja de la Naturaleza, tendrá siempre para nosotros, algunos rincones oscuros en los que moran respuestas que deseamos , y que sin embargo, es posible, que nunca las podamos atisbar.

              ¿Oiremos alguna vez que han encontrado los restos de la Atlántida?

“De todos los misterios que andan por el mundo, ninguno puede competir con las historias de tierras pérdidas y civilizaciones que ya no existen, y entre todas ellas, destaca sobremanera una: la desaparición de la Atlántida, un continente entero, que existió más allá de las Columnas de Hércules (Gibraltar) o quién sabe dónde. A la Atlántida, se la tragó la tierra, en día y una noche, sin dejar rastro ni de ella ni de la floreciente civilización que poseía.

 

Al hombre por naturaleza le ha intrigado aquellos sucesos a los cuales no encuentra una explicacion lógica, y cuando sus respuestas no son las adecuadas, las ha convertido en misterios, leyendas o mitos pero, con el del tiempo, poco a poco, fue dejando de lado la mitología y a las divinidades para emplear la lógica y la observación del mundo, y, más tarde, llegó el experimento: la Ciencia había nacido.

Uno de los misterios más grandes se refieren a nosotros mismos, de manera fidedigna no sabemos lo que pasó para que ahora podamos estar aquí. El cráneo de Lucy y unos huesos diminutos , cuidadosamente dispuestos en una vitrina del museo para su exhibición al público, nos pueden transportar hasta la cálida sabana africana en la que, según todos los indicios, se gestó la Humanidad hace unos tres millones de años.

Las estrellas, como todo en el Universo, no son inmutables y, con el del Tiempo, cambian para convertirse en objetos diferenters de los que, en un principio eran. Por el largo trayecto de sus vidas, transforman los materiales simples en materiales complejos sobre los que se producen procesos biológico-químicos que, en algunos casos, pueden llegar hasta la vida. Nebulosas hacedoras de mundos en las que, nacen estrellas nuevas y se transmutan los elementos sencillos en complejos, en ellas y en las estrellas surge el CHON (Carbono, Hidrógeno, Oxígeno y Nitrógeno) que son materiales esenciales para la vida.

          El Ardipithecus Ramidus recreado por el ilustrador Arturo Asencio para Quo

Si viajamos hacia atrás en el tiempo, por ejemplo,  unos tres millones de años, podríamos contemplar, con asombro, a nuestros primeros antepasados. Los dinosaurios nos llevan a un tiempo de setenta veces más antiguo, a unos bosques mezosoicos por los que discurren bestias prodigiosas. El mundo, nuestro mundo, ha ido cambiando a medida que el tiempo transcurría y, por ejemplo, el oxígeno que hoy respiramos no estaba presente hace algunos millones de años. De hecho, hay quien defiende la hipótesis de que los dinosaurios no cayeron por el meteorito sino que, el cambio de nuestra atmósfera los eliminó.

¿Qué habría pasado en la historia de la evolución si no hubiera caído aquel meteorito? ¿Habríamos podido nosotros llegar hasta aquí?

Claro que es mucho lo que aún desconocemos de la historia de la vida y, de la misma manera, se podrán expresar nuestros nietos, no es una asignatura de fácil comprensión, ya que, no teníamos aquí a un historiador recopilando todo lo que pasó, ni el tiempo que ha transcurrido nos permite obtener las huellas necesarias (eliminadas por los movimientos tectónicos, la erosión, y demás catástrofes naturales del planeta) que nos impiden encontrar una respuesta completa.

Claro que, a pesar de todo, incluso con esos enormes inconvenientes de la falta de pruebas, la historia de la Vida, es una narración tan apasionante que, seguimos y seguiremos buscando indicios del pasado que nos hablen de lo que pasó, de nosotros y de otros seres que, como nosotros mismos, surgieron a la vida tras un complejo proceso evolutivo del que, al parecer, sólo nosotros alcanzamos un nivel de conscienciatras un larguisimo proceso evolutivo que comenzó en las estrellas y siguió con la transmutación de los diversos materiales cada vez más complejos para crear sustancias que formaron aquelñ caldo primordial o protoplasma vivo que se organizó para que de él, surgieran aquellas primeras células replicantes. Algunos miles de millones de años más tarde, llegaron nuestros más antiguos antepasados que desembocaron en lo que hoy llamamos Humanidad.

La historia de la vida solemos relatarla al estilo de la genealogía de Abraham: las bacterias engendraron a los protozoos, los protozoos engendraron a los invertebrados, los invertebrados engendraron a los peces…y, así, sucesivamente, Claro que tales listas de conocimientos adquirido pueden ser memorizadas pero, no dejan mucho espacio para pensar que, en lugar de recitar como un papagallo esas cuestiones, es mejor, salir a espacios abiertos y a lugares remotos del planeta en los que, los vestigios e indicios nos digan que allí pasó algo, donde podamos rocas viejas y fósiles que sí, de manera fehaciente, nos hablaran de ese pasado que queremos conocer.

Los actuales descubrimientos de la Paleontología, la más tradicional de las científicas, se entrelazan con nuevas ideas nacida de la biología molecular y la geoquímica. Los huesos de los dinosaurios son grandes y espectaculares y nos llevan al asombro. Pero, aparte del tamaño de sus habitantes, el Mundo de los dinosaurios se parecía mucho al nuestro. Contrasta con él la historia profunda de la Tierra, que nos cuentan fósiles microscópicos y sutíles señales químicas y que es, pese a ello, un relato dramático, una sucesión de mundos desaparecidos que, por medio de la transformación de la atmósfera y una evolución biológica, nos llevan hasta el mundo que conocemos hoy.

         En Australia fueron descubiertos los fósiles de bacterias más antiguas de la Tierra. Las rocas australianas se han convertido en el lugar más idóneo del planeta para buscar indicios del origen de la vida en la Tierra. Ha sido en la formación Strelley Poll, al oeste del país, en Pilbara, donde un equipo de científicos, australianos en su mayoría, ha descubierto los fósiles microscópicos de unas bacterias que vivieron hace 3.400 millones de años y que aparecen asociados a diminutos cristales de pirita.

Pero, ¿cómo podemos llegar a comprender acontecimientos que ocurririeron hace unos miles de millones de años? Una cosa es que en las llanuras mareales de hace mil quinientos millones de años vivían bacterias fotosintéticas, y otra muy distinta entender cómo se infiere que unos fósiles microscópicos pertenecen a bacterias fotosintéticas, cómo se averigua que las rocas que los rodean se formaron en antiguas llanuras mareales y cómo se estima su edad en mil quinientos millones de años.

En tanto que empresa humana, esta es también la historia de la exploración que se extiende desde el interior de las moléculas al espacio literalmente exterior del espacio interestelar y de los planetas como Marte y lunas como Europa, Encelado, Titán, Io y Ganímedes. En todos esos pequeños mundos pueden exitir sorpresas biológicas que ni podemos sospechar.

 Muchas de las imágenes del planeta Marte, nos hablan de secretos que… ¿De dónde sale el metano allí detectado? ¿Lo producen metanógenos? Esos inmensos escenarios que las naves allí enviadas nos han podido mostrar. El Olimpus Mont con el cañón fluvial más grande del Sistema solar de miles de kilómetros de largo oradado por las aguas turbulentas que en el pasaso, vertiginosas discurrían por allí dejando esa descomunal huella. Y, ¿que habrá en las entrañas del planeta, en el subsuelo rico en galerias dejadas por los ríos de lava que la actividad volcánica del pasado fueron creando a lo largo de los años. ¿A qué lugar fue a parar todo el agua de los acéanos de Marte?

Muestras recogidas en Marte nos podrán hablar de qué aspectos de nuestra biología terrestre se pueden encontrar allí donde existe la vida, existió la vida o, ¿quién sabe? existirá. Seguramente en Marte podremos encontrar, para nuestro asombro, productos específicos de nuestra particular historia que yacen allí para darnos una respuesta pero, el camino que hemos de seguir para la vida en el Universo dependerá, en gran medida, de lo que podamos encontrar en nuestro “barrio”: Marte, Encelado, Europa, Titán, Ganímedes y otros pequeños mundos que, cuando les dedicamos una profunda mirada, nos envían promesas que, no podemos desatender.

Uno de los temas más claros en la evolutiva es el carácter acumulativo de la diversidad biológica. Las especies individuales (al menos la de los organismos nucleados) aparecen y desaparecen en una sucesión geológica de extinciones que ponen de manifiesto la fragilidad de las poblaciones en un mundo de competencia y cambio ambiental. Pero la historia de las asociaciones -de formas de vida con una morfología y fisiología características- es una historia de acumulación. La visión de la evolución a gran escala es indiscutiblemente la de una acumulación  en el tiempo gobernada por las reglas del funcionamiento de los ecosistemas. La serie de sustituciones que sugieren los enfoques al estilo de la genealogía de Abraham no consigue captar este atribuito básico de la historia biológica.

Otro de los grandes temas es el de la coevolución de la Tierra y la Vida. Tanto los organismos como en Ambiente han cambiado drásticamente con el tiempo, a menudo de forma concertada. Los cambios del clima, la geología e incluso la composición de la atmósfera y de los océanos han influido en el de la evolución, del mismo modo que las innovaciones biológicas han influido, a su vez, en la historia del medio ambiente.

Los científicos saben que, la Vida, nació por mediación de procesos físicos -tectónicos, oceanográficos y atmósfericos- estos mismos procesos antes mencionados, sustentaron la vida era tras era al tiempo que modificaban  continuamente la superficie de la Tierra. Por fin la vida se expandió y diversificó hasta convertirse en una fuerza planetaria por derecho propio, uniéndose a los procesos tectónicos y físico-químicos en la transformación de la atmósfera y los océanos. Creo que, el surgimiento de la vida como una característica definitoria de nuestro planeta es algo que, no podemos calificar con una plabra a la de un hecho extraordinario. Sin embargo, creo, que para que surja la vida sólo se necesita “un sol” y “un planeta” que estén a la adecuada distancias, ya que todos los materiales necesarios estarán allí dispuestos para que se conformen… ¡de tántas maneras!

¿Cuántas veces habrá ocurrido en la vastedad del Universo, que la vida surgió y se extingiuió para volver a surgir en otros lugares ?

El próximo vehículo robótico para explorar Marte en 2020 deberá investigar mas intensamente que nunca la superficie del planeta rojo en busca de señales de vida pasadas, anunció un equipo de na NASA hace poco tiempo. Sin embargo, vuelven a equivocarse en una cosa, la vida en el planeta hermano, no la encontraran en la superficie del planeta. Ellos saben que si hay alguna posibilidad de encontrar la vida allí, ésta estará en el subsuelo pero, como no dispone de medios para enviar una misión tripulada por humanos… ¡Sigue jugando con el Azar! Si suena la campana… de la suerte.

emilio silvera