Ene
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Divagando con los pensamientos
por Emilio Silvera ~
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Es una de las grandezas del ser humano, el sentimiento del Amor. Es el que salva la especie de tantos y tantos defectos como tiene y, por ese camino del más profundo de los sentires, viajamos por el camino de la auténtica lealtad y de la verdadera entrega. El Amor, cuando es verdadero, nos lleva a poder preservar a nuestra especie y hacer posible que perdure a través de los tiempos.
Muchos han sido los símbolos del Amor que han surgido a lo largo de la Historia y, algunos, han quedado para la posteridad como el Romeo y Julieta de Shakespeare, Los Amantes de Teruel, Shah Jehan y Muntaz Mahal, Cleopatra y Marco Antonio, Tristán e Isolda, Napoleón Bonaparte y Josefina de Beauharnais, Katherine Hepburn y Spencer Tracy, Salvador Dalí y Gala, Marilyn Monroe y Arthur Miller, Hamlet y Ofelia, Zeus y la mortal Sémele, María Callas y Aristóteles Onassis, Calisto y Melibea, Abelardo y Eloisa… Y, muchos más que, sacados de la vida real o de la imaginación del escritor o el poeta, han perdurado por los siglos al contarnos historias que, realzaron el Amor hasta su más alto límite e incluso llegaron a la muerte por Amor.
La historia o leyenda de los Amantes de Teruel cuenta la historia de amor entre dos jóvenes turolenses, Isabel de Segura y Juan Martínez de Marcilla, conocido a partir de las recreaciones del teatro barroco como Diego. Desde 1996 se celebra en Teruel, como recordatorio de la tradición, la festividad de Las Bodas de Isabel de Segura.
En los primeros años del siglo XIII vivían en la ciudad de Teruel Diego (Juan) de Marcilla e Isabel de Segura, cuya temprana amistad se convirtió pronto en amor. No querido por la familia de Isabel, debido a que carecía de bienes, el pretendiente consiguió un plazo para enriquecerse. Así pues, partió a la guerra y regresó a Teruel justo cuando había expirado el plazo. Para entonces, Isabel ya era esposa de un hermano del señor de Albarracín. Pese a tal hecho, Juan logró entrevistarse con Isabel en su casa y le pidió un beso; ella se lo negó y el joven murió de dolor. Al día siguiente se celebró el funeral del joven en San Pedro; entonces, una mujer enlutada se acercó al féretro: era Isabel, que quería dar al difunto el beso que le negó en vida; la joven posó sus labios sobre los del muerto y repentinamente cayó muerta junto a él.
Incluso el Amor entre Salomón y la Reina de Saba ha sido descrito tanto en la Biblia como en el Corán, el legendario romance ha dado pie a lo largo de la historia para generar desde poesía épica hasta superproducciones hollywoodenses, pasando por supuesto por novelas y magníficas óperas. Ahora bien, lo que no se sabe con absoluta seguridad, más allá de la identidad y la nacionalidad de la bella reina, es si realmente existió o simplemente ha sido una extraordinaria leyenda que comenzó a gestarse antes de Cristo y continúa hasta nuestros días. De todos modos, muchas son las historias que se cuentan de ella y aunque ni la nacionalidad ni su nombre están claros, podemos decir, por ejemplo como ya se dijo anteriormente que los árabes la conocen como Bilquis, los griegos como Minerva Negra, y para los etíopes es Makeda.
Cabe destacar que arqueólogos alemanes han encontrado los restos del palacio de la legendaria reina de Saba en la localidad de Axum, en Etiopía, y desvelado con ello uno de los mayores misterios de la antigüedad, según ha anunciado la Universidad de Hamburgo. Las investigaciones han revelado que el primer palacio de la reina de Saba fue trasladado poco después de su construcción y levantado de nuevo orientado hacia la estrella de Sirius, destacan en un comunicado los arqueólogos que han encontrado los restos de esta residencia del siglo X a.C. bajo el palacio de un rey cristiano. Según su hipótesis, Menelik I, rey de Etiopía e hijo de la reina de Saba y del rey Salomón de Jerusalén, fue quien ordenó levantar el palacio en su lugar final. El hallazgo de este palacio resuelve algunos de los misterios que rodean a esta reina, sobre la que hablan centenares de leyendas, relatos de la Biblia o del Corán.
En la mitología griega, Narciso era un joven conocido por su gran belleza. Acerca de su mito perduran varias versiones. En primer lugar, hablaré de la versión helénica del mito.
Se trata de una historia moral en la que el orgulloso e insensible Narciso es castigado por los dioses por haber rechazado a sus pretendientes masculinos. Se cree que es una historia moralizante dirigida a los adolescentes griegos de la época. Hasta hace poco la única fuente de esta versión era un fragmento de Pausanias (9.31.7), 150 años posterior a Ovidio. Una versión muy similar fue descubierta en el llamado “Papiro de Oxyrhynchus” en el año 2004, una versión muy anterior a la de Ovidio en al menos unos cincuenta años.
En la historia helénica el joven Ameinias ama a Narciso pero es rechazado cruelmente por él. Como una forma de burlarse de Ameinias, Narciso le entrega una espada, que Ameinias utiliza para suicidarse ante las puertas de la casa de Narciso, mientras reza a la diosa Némesis pidiéndole que Narciso un día conozca el dolor del amor no correspondido.
Esta maldición se cumple cuando Narciso se enamora de su propia imagen reflejada en un estanque e intenta seducir al hermoso joven sin darse cuenta de que se trata de él mismo hasta que intenta besarlo. Entristecido de dolor, Narciso se suicida con su espada y su cuerpo se convierte en una flor.
La versión romana es distinta. En la versión contada por Ovidio, la ninfa Eco se enamora de un vanidoso joven llamado Narciso, que era hijo de la ninfa Liríope (“la que tiene forma de lirio”). Céfiso, un dios del río, se había sentido atraído por Liríope y la había rodeado con sus corrientes, atrapándola y concibiendo un hijo con ella.
Preocupada por el bienestar de su hijo, Leirope decidió consultar al vidente Tiresías sobre el futuro de su hijo. Tiresías le dijo a la ninfa que Narciso viviría hasta una edad avanzada mientras nunca se conociera a sí mismo.
Tiresías predijo que si se veía su imagen en un espejo sería su perdición, y así Liríope evitó siempre espejos y demás objetos en los que su hijo pudiera verse reflejado. Narciso creció así hermosísimo sin ser consciente de ello, y haciendo caso omiso a las muchachas que ansiaban que se fijara en ellas.
Un día mientras Narciso estaba cazando ciervos, la ninfa Eco siguió sigilosamente al hermoso joven a través de los bosques, ansiando dirigirse a él pero siendo incapaz de hablar primero, ya que la diosa Hera la había maldecido a sólo poder repetir lo que otros decían. Cuando finalmente Narciso escuchó sus pasos detrás de él preguntó: “¿Quién está ahí?” y Eco respondió: “¿Quién está ahí?”, y continuaron hablando así, pues Eco sólo podía repetir lo que otros decían, hasta que Eco se mostró e intentó abrazar a su amado. Sin embargo, Narciso rechazó a la ninfa y le dijo vanidosamente que le dejara en paz, y se marchó dejándola sola. Eco quedó desconsolada y pasó el resto de su vida en soledad consumiéndose por el amor que nunca conocería hasta que sólo quedó su voz.
Por lo que se refiere a Narciso, un día sintió sed y se acercó a beber a un arroyo, quedando fascinado por la belleza de su reflejo, por lo que no se atrevió a beber por miedo a dañarlo e incapaz de dejar de mirarlo. Ovidio escribió: “No sabe qué es lo que ve, pero lo que ve le quema”. Finalmente murió de inanición contemplando su reflejo y la flor que lleva su nombre creció en el lugar de su muerte.
El Amor siempre dio mucho juego y su variedad es inmensa, muchas son las clases de amores que podemos sentir y, sin embargo, el que nos lleva a crear una familia… es ¡El auténtico Amor! El del Hombre por la Mujer y por los hijos que vendrán, frurto de ese Amor verdadero.
¿Explicar el Amor? Bueno, muchos han sido los poetas que lo intentaron y, aunque algunos estuvieron cerca, relatar un reflejo literal de lo que el Amor es, nunca resultó fácil y, fueron porecisamente aquellos que lo sintieron profundamente los que, al ser aceptados o rechados… lo pudieron expresar mejor.
¿Cómo explicar los colores
a quien jamás los vio?
¿Cómo explicar la música
a quien jamás la oyó?
¿Cómo explicar el amor
a quien jamás lo conoció?
¿Como explicar que es razón para vivir,
o, razón para morir?
Por ejemplo leyendo Bécquer gira casi en su totalidad, en torno a la figura de la mujer, ciclos, temática, y dualidades, surgen del amplio universo femenino, y de las relaciones impregnadas de amor y de fatalidad que desencadenan, pero cierto es, que en ambos autores, la mujer transciende la mera función de musa inspiradora de todo un corpus literario, es decir, no se conforman únicamente con desempeñar el rol de damas inalcanzables o las simples destinatarias de poemas adulatorios, sino que arrastran al poeta a un torbellino casi místico y desgarrador, a la condena gloriosa de inmortalizarlas en su obra, no se resignan a ser el convidado de piedra o la musa inerte y volátil de unas rimas, son mujeres de piel y sangre que se cruzaron en el camino de la poesía y en el de la vida de nuestros autores. Así pues, la mujer no nace de la poesía, sino que la poesía nace, vibrante y arrolladora, de ellas.
“Para que lo leas con tus ojos grises,
Para que lo cantes con tu clara voz,
Para que llenen de emoción tu pecho
Hice mis versos yo.
Para que encuentres en tu pecho asilo
Y los des juventud, vida y calor,
Tres cosas que yo (ya) no puedo darles
Hice mis versos yo.
Para hacerte gozar con mi alegría,
Para que sufras tú con mi dolor,
Para que sientas palpitar mi vida,
Hice mis versos yo.
Para poder poner ante tus plantas,
La ofrenda de mi vida y de mi amor,
Con alma, sueños rotos, risas, lágrimas,
Hice mis versos yo.”
De Bécquer, siempre me gustó aquel verso de aquellos amantes que por razones del destino se tuvieron que separar y tomar caminos diferentes pero, aunque el tiempo pasó y estaban separados, él con voz lastimera decía algo así:
A veces tomamos decisiones equivocadas que nos pesan toda la vida
Si alguna vez te encuentra en la vida,
Y pasa junto a mí, pasa riendo.
A mis labios asoma una sonrisa de dolor,
Y, entonces pienso, ¿Acaso ella sonríe como sonrío Yo?
Sí, pudimos evolucionar y llegar a sentir el amor, ese motor que mueve el mundo
¿Cómo se puede explicar el amor? El materialismo no puede hacerlo. Ni los átomos, ni las moléculas, ni las células resuelven el problema. ¿Quién está capacitado para explicar el sentir de las neuronas? ¿Qué mecanismo nos mueve al amor? ¿Cómo es ese vínculo tan fuerte?
Al igual que la fuerza invisible y poderosa del electromagnetismo y la gravedad, la del amor también está ahí, y cuando es verdadero el sentimiento, la fuerza es mayor que las cuatro fuerzas de la naturaleza juntas. Si estamos dispuestos a entregar la vida, ¿hay algo más fuerte que eso en el universo? Creo que no.
¿Qué explica la turbadora resonancia “espiritual” de una caricia?
¡Nada!, pero ocurre. Al igual que el suave pasar de los dedos sobre el teclado del piano nos ofrece una melodía que eleva nuestra alma, una caricia del ser amado no sólo nos hace sentirnos bien, es algo más grande y más elevado, nos hace mejores.
La verdadera experiencia del amor es misteriosa y está más allá de la mera sexualidad e incluso de la misma razón; es tan grande y profundo este misterio que en realidad se escapa de nuestro entendimiento, y de ningún modo puede expresarse en términos de biogenética. Son cuestiones de la mente que no hemos llegado a comprender y que está muy por encima de las simples cuestiones materiales.
Qué razón tenía aquel que dijo: “No sólo de pan vive el hombre”. La metáfora lo dice todo.
Bueno, la frase queda bonito pero, el Amor hay que expresarlos cada día…¡de tantas maneras!
Platón también negó rotundamente esa reducción a lo físico y hablaba de un infinito inventado, algo transfigurado a través del amor, la llave que abre el corazón humano.
En el ámbito humano, después del amor con mayúsculas (no todos son capaces de amar), la ética es el arte de lo mejor y la cultura es su cultivo, que tiene un medio ideal en los libros que, desde las historias infantiles, de fantasía, de conocimiento científico o de cualquier temática, siempre, en cada momento de nuestras vidas, nos aportan algo para que seamos mejores.
La verdad es que en los tiempos que vivimos, la cultura es difícil y encuentra poca tierra de cultivo. Prima la zafiedad. Programas de televisión de los que podemos sentir vergüenza. Se ha perdido el pudor y el respeto, y los valores tradicionales se están perdiendo, y vamos, si alguien no lo remedia, hacia una sociedad del vale todo.
Parece mentira que se pueda llegar a tal degradación Humana ¿Qué tienen en sus cabezas?
No existe moralidad colectiva, y en aquellos casos aislados en que está presente, sus poseedores son mirados por los demás como bichos raros y llegan a procurar aislarlos en ese mundo de moral y honestidad que ellos ni entienden ni quieren.
Aunque -parcialmente- somos libres de elegir, la verdad es que la mayoría está condicionada por el medio; una realidad que les arrastra y no tienen ni la personalidad ni la fuerza para escapar del torbellino que irremisiblemente los engulle.
Tenemos que enseñar a los niños a leer, aprender a decir no en el momento oportuno. Un no en ese momento delicado de sus vidas puede ser la diferencia entre
ser feliz o ser un desgraciado.
La educación tiene su seno en el núcleo familiar; allí es donde todo se cuece, y los niños se miran en el espejo de los padres. Aquellos que dejan sus obligaciones y trasladan la responsabilidad a los maestros y la escuela, mal lo llevan. En los Centros educativos se enseñan otras cosas.
No existen soluciones mágicas. Todo es disciplina y trabajo. Sin sacrificio nada conseguimos nunca. Es la constancia y el querer conseguirlo lo que finalmente nos trae el resultado. Lo que tú hagas es lo que recibirás; ésa es la única y cruda realidad.
Si te esfuerzas hoy, recogerás el resultado mañana. Todo lo que pasa es fruto de lo que pasó
Lo cierto es que, ni el saber ni tampoco el Amor, llegan a través de fluctuaciones cuánticas, aunque algunos, relacionan el comportamiento de nuestros cerebros con esa extraña teoría de lo muy pequeño, y, desde luego, la Química y la Física, ¿qué duda cabe? están presentes en todos los procesos que sentimos los seres humanos y, el Amor, es uno de ellos que, sin ser material, si proviene de lo tangible.
Sí, muchos han sido los símbolos ideados para significar la Libertad
¿Qué es la libertad? Yo la entiendo como el poder de hacer en todo momento lo que desees (siempre que respetes los derechos y libertades de los demás), y la verdad, en ese sentido la libertad no existe. ¿Quién puede hacer eso? Los padres estamos supeditados a los hijos; la mujer y el hombre están supeditados a sus estudios y a sus trabajos. El banquero está supeditado a conservar e incrementar su dinero. El gobernante está sometido (es un decir) a procurar el bien común y los Jueces a impartir justicia, siendo así, la libertad que tenemos es parcial e intermitente, nunca general y continua. Sí, tenemos un amplio margen para elegir nuestro camino en la vida, y algunos, ni eso han tenido.
Muchos esquivaron el camino al confundir el bien con el placer o este con la felicidad. Estos conceptos que, mal entendido, nos puede llevar a la ruina. El deseo constante de placer artificial puede convertir el equilibrio de la mente humana en algo peligroso e inestable.
Estas cosas que aquí comento ahora, creo que en el fondo son conocidas por todos, y sin embargo, pocos las cumplen, y por no prescindir de sus pequeños placeres (el bar y los amigos, la fiesta sin fin, acompañar a su equipo de futbol dejando a la familia desamparada, etc.) dejan arruinar las vidas de sus hijos que dejan acompañados de esa fatídica maquinita de juegos infernales que, aun costando una pequeña fortuna, les compran para que les dejen tranquilos.
Hablemos de cosas materiales
Los átomos y moléculas de las que estamos formados (elementos creados en las estrellas), es probable que sean comunes a organismos de cualquier otro lugar del universo. Pero la manera específica en que estas moléculas se juntan y las formas específicas y fisiológicas de los organismos terrestres pueden ser sumamente diferentes de lo que es corriente en nuestro planeta, a consecuencia de sus diferentes historias evolutivas.
Cuando tratamos de considerar cuáles han de ser las estrellas a estudiar y examinar buscando posibles señales de radio dirigidas a nosotros desde planetas lejanos, generalmente se presta más atención a estrellas semejantes a nuestro Sol, alegando, con razón, que la búsqueda e investigación deben iniciarse con un tipo de estrella en la que sepamos con certeza que hay vida (la estrella que tiene un sistema planetario y que en uno de sus planetas ha surgido la vida, la única conocida, es nuestro Sol). De esta manera, se buscan signos de vida inteligente en estrellas como (y parecidas a) la nuestra. El proyecto Ozma fue el primer intento para
buscar señales de radio en las estrellas Tau Ceti y Épsilon Eridani, ambas estrellas con masa, radio, edad y composición muy parecidas a las de nuestro Sol.
Esas señales que nunca llegan
Pero limitar la búsqueda a una exclusividad de este tipo de estrellas sería un error. Hay estrellas con menos masa y luminosidad que la de nuestro Sol que tienen existencias más antiguas, y por tanto evolucionadas en un mayor grado. Estas estrellas diminutas o “enanas” K y M pueden tener miles de millones de años más que el Sol.
Si suponemos que cuanto más larga sea la vida de un planeta, más inteligentes serán (por evolución) los organismos que en él se han desarrollado, entonces debemos dirigir nuestra atención a las estrellas no sólo G, sino también a las K y M, evitando el impulso ególatra de que la única vida existente en el universo, por fuerza, será como la nuestra. ¡Un error enorme!
Enana roja y planeta habitable
Es verdad que este tipo de estrellas con planetas a su alrededor, podría objetarse que son mundos más fríos que la Tierra, y que la vida en ellos es menos probable. Claro que este diagnóstico parte de un error muy común en nosotros; pensamos en un tipo de vida similar o muy parecido al nuestro, y además, al ser las estrellas más pequeñas, generan una fuerza de gravedad menor y los planetas están mucho más cerca del Sol que los de nuestro sistemas solar, con lo cual, puede que la cercanía equilibrase la balanza y no los haga tan fríos como creemos. En realidad, en el cosmos existen muchas más estrellas K y M que estrellas G.
Carl Sagan, enamorado de todos estos problemas del universo, nunca descartaba nada. Decía que la mayor parte de la vida surge en los planetas y allí reside. Sin embargo, se preguntaba:
“¿Acaso pudiera ver organismos que habitan en las profundidades del espacio interestelar, superficies o interiores de estrellas, o incluso otros objetos cósmicos incluso más exóticos?”
Es tan difícil responder a esa pregunta como a tantas otras que, con nuestra actual ignorancia, es imposible dar respuesta. Si evolucionamos hasta seres de pura energía, podríamos estar en cualquier parte del universo.
Los seres vivos tal y como los conocemos, necesitan de la materia para reproducirse y, por lógica, se deben asentar en aquellos lugares que, estando presente la energía, puedan reproducirse en un tiempo prudencial y adecuado a la especie de que se trate, y acorde con la complejidad del individuo que está surgiendo a la vida.
Claro que no podríamos negar y sí imaginar organismo desarrollándose en planetas con atmósferas que lentamente vayan alejándose en el espacio, permitiendo que los organismos se adapten gradualmente a unas condiciones cada vez más duras, hasta llegar a la adaptación total de un medio interestelar. Seres así podrían vivir casi en cualquier parte del universo.
¿Quién sabe sino estará al acecho? ¿No sabemos que inteligencia tendrán?
Como decía aquel… ¿No estaremos imaginando las sombras de enanos como presencia de gigantes?
Lo más probable, sin descartar nada, será una especie diferente de organismo interestelar mucho más posible: seres inteligentes de planetas parecidos al nuestro, pero que han trasladado su campo de actividad al volumen mucho más vasto del espacio interestelar.
Los seres, en nuestro lejano futuro tecnológico, deberán poseer capacidades que hoy en día ni siquiera podemos imaginar. Es verdad que el hombre moderno (nosotros), es casi idéntico al hombre de hace 50.000 años. Sin embargo, cuando pasen algunos millones de años, todo será distinto. Aparecerán nuevas formas humanas evolucionadas por pequeñas y paulatinas mutaciones encaminadas a sobrevivir en otros medios.
No puedo dudar de que tales sociedades futuras deberán dominar la materia y la energía de las estrellas y de las galaxias, y tendrán la sabiduría suficiente para explotar la radiación y la energía de los agujeros negros para
ponerla a su servicio.
Pensemos en el largo viaje que unos organismos hicieron para evolucionar del mar a la tierra firme. Ahora esos organismos que tienen su origen en las profundidades marinas, sólo se sientes “en casa” en la tierra, su nuevo medio conquistado a través de mil peripecias y peligros. De la misma manera, en el futuro, dejaremos la tierra firme para habitar en enormes ciudades volantes por las profundidades del universo, e innumerables mundos serán poblados con sociedades nuevas que llenarán de ruidos el ahora silencioso universo.
Esporas espaciales insensibles a la radiación pueden llegar hasta…
Las maravillas del universo son inagotables, y muy lentamente tenemos acceso a ellas. Hay lugares con tres soles de distintos colores: amarillo (como el nuestro), azul y verde, o blanco y rojo. Hay dos que casi se están tocando, sólo los separa una ligera y brillante materia cósmica que parece pura luz. Hay un mundo que tiene miles de lunas, y no muy lejos de él brilla un Sol que no es mayor que nuestro planeta Tierra. He podido ver un núcleo atómico de 3.000 m de diámetro que gira 160 veces por segundo. Hay soles que se desplazan por el universo a velocidades enormes y bacterias que escapan de las galaxias y vagan por el cosmos hasta encontrar un planeta donde instalarse. Las nubes de gas y polvo inundan los espacios entre las galaxias, y después de girar durante miles de millones de años, se juntan y forman nuevas galaxias de estrellas y planetas.
También, quién sabe, pueden existir lugares fuera de nuestro universo (algunos científicos así lo creen).
Para nosotros, insignificantes criaturas de una grandeza enorme, el universo resulta pavoroso. Pero también fascinante y maravilloso. ¡Qué paradoja!
Mundos que ni podemos imaginar y, seguramente portadores de vida
Si, algo puede dar miedo y placer al mismo tiempo y, aunque parezca una paradoja, así es. Nos produce miedo su enormidad y nuestra ignorancia. Nos produce placer lo que vamos descubriendo y fascinación los misterios que encierra y a los que nuestra curiosidad y osadía no resiste la necesidad de desvelar.
No parece que nuestra evolución sea debida a senderos evolutivos predeterminados que conducían infaliblemente, desde formas simples, a lo que somos, al hombre; más bien, la evolución procede de un modo convulsivo, sin un plan determinado, y la mayor parte de formas de vida conducen a callejones sin salida en la evolución. Así se han extinguido tantas, y continuarán extinguiéndose. Esperemos que no estemos en la lista.
En realidad, somos el producto de una larga serie de accidentes biológicos. En la perspectiva cósmica no tememos razones de pero para pensar que seamos los primeros, que seremos los últimos o los mejores.
Sin embargo, esa seria de accidentes biológicos, ¿fueron fortuitos? Ya me gustaría poder responder a esta pregunta.
A lo que sí puedo responder es al hecho innegable de que, en lo más profundo de nuestro ser habita un ente superior, algo grande capaz de lo más sublime. ¿Puede algo así surgir de la nada?
Me gustaría estar en ese tiempo futuro en el que la ciencia es tan avanzada que tiene como reliquias antiguas teorías como la relatividad, la mecánica cuántica y la teoría de supercuerdas. ¿Qué maravillas no tendrán entonces?
La gente sencilla sí se interesa por los temas científicos, lo que ocurre es que en la niñez, en las escuelas, la enseñanza es muy deficiente, y cuando llegan a mayores, son unos incultos científicos que, de manera interesada, han sido dejados en la ignorancia por algunos.
Es penoso que el mundo nos sea desconocidos y, nuestra obligación es cambiar eso. Procuremos saber y tratar de que todos tengamos un mínimo de conocimientos sobre las cuestiones importantes de nuestro mundo y nuestro universo. Saber cuestiones básicas como el por qué brillan las estrellas, cómo se expande el universo y que la Tierra es una nave espacial que nos lleva en un viaje alrededor del Sol a 30 Km/s.
No puedo olvidar la fascinación que sentí (sin entenderlo) cuando vi por vez primera ante mis ojos E = mc2, su sencillez y la enormidad del mensaje que encierra, me dejaron totalmente sorprendido y al mismo tiempo, maravillado.
¡La masa y la energía son dos aspectos de la misma cosa!
Pues bien, lo mismo que me ocurrió a mí, seguramente le ocurrirá a muchos otros si les damos la oportunidad de conocer, de saber sobre las cosas que les rodea y con las que conviven, sin que tengan la menor idea de qué son y cómo funcionan. La gravedad, el electromagnetismo, las fuerzas nucleares… creo que todo esto, sin tecnicismos ni profundidades científicas, puede ser explicado para dar un conocimiento básico que, al menos, evite la actual ignorancia, y para conseguirlo, el único camino es la divulgación.
Comenzamos hablando del Amor que, al fin y al cabo, también es una manifestación producirda en las criaturas que el Universo creó para poder ser observado. De todas las maneras como de Amor ha ido la cosa, me despido con Gustavo Adolfo Becquer:
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¡Que es poesía!, Y tú me lo preguntas?
Poesía… eres tú.
Por una mirada, un mundo,
por una sonrisa, un cielo,
por un beso…, yo no sé
que te diera por un beso.
Bécquer
Dicen que los poetas hablan en voz baja para sí mismos, y, el mundo, los oye por casualidad. Lo que sí debe ser cierto es que, el mundo en el que viven, es un mundo distinto al de los demás mortales.
Emilio Silvera Vázquez
Oct
27
El divagar de la mente
por Emilio Silvera ~
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Los procesos científicos que comentamos en este lugar lugar, los fenómenos del Universo que hemos debatido y, , los misterios y secretos que el inmenso Cosmos nos oculta han contribuido, aunque inadvertidamente, a comprometer e involucrar a nuestra especie en la vastedad del universo. La astronomía al destrozar las esferas cristalinas que, según se decía, aislaban la Tierra de los ámbitos etéreos que se hallan por encima de la Luna, nos puso en el universo. La Física cuántica destruyó la metafórica hoja de cristal que supuestamente separaba al observador distante del mundo observado; descubrimos que estamos inevitablemente enredados en aquello que estudiamos.
La materia es la misma en todas las regiones del Universo, distinto es que adopta distintas formas
La Astrofísica, al demostrar que la materia es la misma en todas partes y que en todas partes obedece a las mismas leyes, reveló una unidad cósmica que se extiende la fusión nuclear en las estrellas la química de la vida que allí se produce a lo largo de todo el Universo. La evolución darwiniana, al destacar que todas las especies de la vida terrestre están relacionadas y que todas surgieron de la materia ordinaria, puso de manifiesto que no hay ninguna muralla que nos separe de las otras criaturas de la Tierra, o del planeta que nos dio la vida: que estamos hechos del mismo material del que están hechos los mundos.
La convicción de que, en cierto sentido, formamos una unidad con el universo, por supuesto, ha sido afirmada antes muchas veces, en otras esferas de pensamiento. Hahvé creó a Adán del polvo; el griego Heráclito escribió que “todas las cosas son una sola”; Lao-tse, en China, describió al hombre y la naturaleza gobernados por un solo principio (“lo llamó el Tao”); y la creencia en la unidad de la Humanidad con el cosmos estaba difundida los pueblos anteriores a la escritura, como lo puso de relieve el jefe indio suquamish Seattle, quien declaró en su lecho de muerte que, “todas las cosas están conectadas, como la sangre que une a una misma familia. Todo es como una misma familia, os lo digo”.
hay algo sorprendente en el hecho de que la misma concepción general ha surgido de ciencias que se enorgullecen de su lúcida búsqueda de hechos objetivos, empíricos. los mapas de cromosomas y los registros fósiles que representan las interconexiones de todos los seres vivos de la Tierra, hasta la semejanza de las proporciones químicas cósmicas con las de las especies vivas terrestres, nos muestran que realmente formamos del universo en su conjunto.
La verificación científica de nuestra participación en las acciones del cosmos , luego, muchas implicaciones. Una de ellas es, si la vida inteligente ha evolucionado en este planeta, también puede haberlo hecho en otras partes. La Teoría de la evolución de Darwin, aunque no explica el antiguo enigma de por qué existe la vida, deja claro que la vida puede surgir de la materia ordinaria y evolucionar hasta una “inteligente”, al menos en un planeta como la Tierra que gira alrededor de una estrella como el Sol (más de diez mil millones en la Vía Láctea solamente) y, presumiblemente, más que unos pocos planetas semejantes a la Tierra, podemos especular que no somos la única especie que ha estudiado el universo y se ha preguntado sobre su papel en él.
Nuestra comprensión de la relación la Mente el el Universo puede depender de que podamos tomar con otra especie inteligente con la cual compararnos. Raramente la ciencia ha obtenido buenos resultados al estudiar fenómenos de los que sólo tenía un ejemplo: Las leyes de Newton y Einstein habrían sido mucho más difíciles -quizá imposibles- de fortmular si sólo hubiese habido un planeta para someterlas a prueba, y a menudo se dice que el problema de la cosmología es que sólo tenemos un universo para examinar. (El descubrimiento de la evolución cósmica reduce un poco dificultad al ofrecer a nuestra consideración el muy diferente del universo en los primeros momentos de la evolución cósmica.) La cuestión de la vida estraterrestre, pues, va más allá de problemas el de si estamos solos en el universo, o si podemos esperar tener compañia cósmica o si debemos temer invasiones exteriores; también es un modo de examinarnos a nosotros mismos y nuestra relación con el resto de la Naturaleza.
Aunque mucho de esto es, el interés reciente por la vida extraterrestre considerarse como un resultado del último vuelco en la fortuna del materialismo, la doctrina filosófica según la cual es posible explicar los sucesos exclusivamente en términos de interacciones materiales, sin recurrir a conceptos insustanciales tales como el espíritu. El darwinismo engendró una nueva actitud de respeto hacia las potencialidades de la materia ordinaria: un montón de barro en un charco de agua de lluvia empieza a parecer mágico, si se piensa que sus iguales de antaño lograron elevarse hasta dar origen a todo el conjunto de la vida terrestre, inclusive la del individuo que contempla el barro. Una persona reflexiva, recordando que su ascendencia se remonta, a través de los mamíferos, hasta los peces, los aminoácidos, los azúcares de la materia prebiótica, no puede estar de acuerdo con Martín Lutero en que la Tierra es “sucia” y “nociva”, o aceptar el veredicto de la Christia Sciencie de que “no hay vida, verdad, sustancia ni inteligencia en la materia”.
La Vida surgió cuando la “materia inerte” evolucionó
¿La Vida? ¡Podría estar presente en tantos lugares! El Universo es inmenso, está lleno de galaxias de estrellas y de mundos. Pensar en la remota posibilidad de que la vida, solamente apareciera aquí, en la Tierra, es ir contra la lógica y despreciar las leyes de la Naturaleza que, en todas partes, actúa de la misma manera.
Históricamente, los materialistas se han inclinado a pensar que hay vida en otros mundos. El atomista Metrodoro escribió en el siglo IV a. de C. que “considerar la Tierra el único mundo poblado en el espacio infinito es tan absurdo como afirmar que en todo un campo sembrado de mijo sólo un grano crecerá”. Cinco siglos más tarde, el singular Lucrecio sostuvo que “hay infinitos mundos iguales y diferentes de mundo nuestro”.
La Iglesia católica romana, convencida de que los seres humanos son esencialmente espíritus inmateriales, se sintió amenazada por el punto de vista materialista: cuando Giordano Bruno, el decano renacentista del misticismo popular, afirmaba que la materia “es en verdad toda la naturaleza y la madre de todo lo vivo, y declaró que Dios “es glorificado, no en uno, sino en incontables soles; no es una sola Tierra, sino en mil, que digo, en infinidad de mundos”, fue atado a una estaca de hierro y quemado vivo, el 19 de febrero de 1600, en la Piazza Campo dei Fiori de Roma.
Sin embargo, cuando la ciencia creció también lo hizo el materialismo, y con él la creencia de una pluralidad de mundos. Podríamos seguir por camino y filosofar sobre lo que fue, lo que es y, lo que probablemente será pero, el tiempo se me acaba y, luego, no quisiera cerrar este sin dejar una falsa sensación.
Es curioso como los humanos tendemos a simbolizarlo todo, sabemos del ADN y de cómo estamos conformados, tratamos de indagar sobre la conciencia y los mecanismos de la Mente, ese lugar inmaterial que genera el cerebro y del que surgen las ideas y los pensamientos, allí está todo lo somos y también, en ese misterioso lugar, se crean los sentimientos que crecen y crecen. Sin embargo, tendemos a idealizar los sentimientos con el corazón. ¿Por qué será?
Algunas formas de materia evolucionada, guardan en sus recuerdos esa memoria de la que hablamos. En ellas podemos leer las huellas dejadas por lo que antes pasó
Sí, la materia memoria y deja sus huellas por todas partes… ¡Hay que saber buscar! En el lugar más inesperado la materia habrá evolucionado hasta el protoplasma vivo que nos llevará hasta la vida, ese estado en el que la materia puede llegar a generar pensamientos, y, hasta sentimientos.
La Ciencia está muy bien, el materialismo viene a poner nuestros pies en el suelo y que no fijemos en las cosas tal como son o, al menos, tal como creemos que son. Sin embargo, una cuestión me tiene desconcertado: ¿Cómo podemos sentir en la que sentimos? ¿De donde vienen esos sentimientos? ¿Será quizá una muestra suprema de la evolución del mundo material? ¿Tendrá memoria la materia?
¿Cómo se determina la edad de las rocas? – El método más fiable hasta el momento es por medio de medir la cantidad de ciertos elementos radiactivos que se van transformando a lo largo de los años en otros elementos. Así se obtiene una idea de la edad de la roca. Luego sí tiene memoria la materia, sólo hay que saber hurgar en ella para que nos cuente su pasado.
Así podemos decir… “…Que no está muerto lo que duerme eternamente”.
Por si acaso, yo dejaría aquí un gran signo de interrogación, ya que, hemos alcanzado una pequeña cota de la altísima montaña que nos hemos propuesta escalar, y, luego, no sabemos lo que nos podremos encontrar lleguemos a cotas más elevadas, ya que, pensar en llegar al final…no parece nada fácil.
Emilio Silvera Vázquez
Ago
29
Nosotros y nuestra ignorancia
por Emilio Silvera ~
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Un remanente estelar es lo que queda cuando explosiona como Supernova una estrella masiva y, sus filamentos de plasma, forman imágenes imprevisibles que están conformadas por todos los elementos de la Tabla Periódica.
Sí, hay cosas malas y buenas pero, todas deben ser conocidas para poder, en el primer caso aprovecharlas y en el segundo prevenirlas.
Pero demos un salto en el tiempo y viajemos hasta los albores del siglo XX cuando se hacía cada vez más evidente que alguna clase de energía atómica era responsable de la potencia del Sol y del resto de las estrellas que más lejos, brillaban en la noche oscura. Ya en 1898, sólo dos años después del descubrimiento de la radiactividad por Becquerel, el geólogo americano Thomas Chrowder Chamberlin especulaba que los átomos eran “complejas organizaciones y centros de enormes energías”, y que “las extraordinarias condiciones que hay en el centro del Sol pueden…liberar una parte de su energía”. Claro que, por aquel entonces, nadie sabía cual era el mecanismo y cómo podía operar, hasta que no llegamos a saber mucho más, sobre los átomos y las estrellas.

Lo cierto es que la curiosidad del Ser Humano fue siempre la impulsora de que pudiéramos ir avanzando en el saber del mundo, de la Naturaleza, del Universo mismo. Siempre hemos buscado el cómo el cuando y el por qué de las cosas que podíanmos observar a nuestro alrededor sin comprenderlas. Ya desde los tiempos primitivos, nuestros ancestros, de alguna manera rústica, hicieron y dieron los primeros pasos en Ciencia, cuando llegaron a manejar el fuego o construyeron la rueda.
Cuando nos ponemos a hablar de Ciencia en relación a su historia y los orígenes de la misma, la mayoría de las veces nos perdemos por vericuetos que nos llevan hasta callejones sin salida situados muy lejos en el tiempo y que no podemos ver con claridad. Así las cosas, nos vemos obligados a ser menos ambiciosos y mirar más cerca poder obtener algunos resultados más fiables de lo que pudo pasar en esos pueblos del mundo que, como Sumer, India, Egipto, China y más tarde Grecia, nos dejaron una buena colección de señales del saber que pudieron llegar hasta nuestros días. De todo eso hemos hablado aquí en diversos trabajos presentados.
Parece que no tienen la capacidad de ver lo negativo de seguir por este camino
El mundo que nos rodea parece ser un lugar complicado. Aunque hay algunas verdades sencillas que parecen eternas (las manzanas caen siempre hacia el suelo y no hacia el cielo; el Sol se levanta por el este, nunca por el oeste), nuestras vidas, a pesar de las modernas tecnologías, están todavía, con demasiada frecuencia, a merced de los complicados procesos que producen cambios drásticos y repentinos. La predicción del tiempo atmosférico tiene todavía más de arte adivinatorio que de ciencia; los terremotos y las erupciones volcánicas se producen de manera impredecible y aparentemente aleatorias; las fluctuaciones de la economía siguen ocasionando la bancarrota de muchos y la fortuna de unos pocos.



“Una inteligencia que conociese, en un momento determinado, todas las fuerzas que operan en la Naturaleza, así como las posiciones momentáneas de todas las cosas que constituyen el universo, sería capaz de condensar en una sola fórmula los movimientos de los cuerpos más grandes del mundo y los de los átomos más ligeros, siempre que su intelecto sea bastante poderoso para someter a análisis todos los datos; para él nada sería incierto, el pasado y el futuro estarían presentes ante sus ojos.”


Sobre la escala de tiempo en el orden de un billón de años, las estrellas existentes se apagarán y la mayor parte del universo se volverá oscuro. El universo se aproxima a un estado altamente entrópico.
¿El destino final? Seguro no podemos estar de nada pero… ¡La muerte térmica, parece ser el final más probable! Lo cierto es que, ¡tampoco sabemos cuál será el final del Universo! Muchas son las versiones y, la muerte térmica… ¡Prevalece sobre todas las demás!
En el frío del Cero Absoluto -273,15ºC… ¡Ni los átomos se moverán! No se crearán nuevas estrellas
“Dentro de miles de millones de años a partir de la “muerte del Sol, habrá un último día perfecto en la Tierra… Las capas de hielo Ártica y Antártica se fundirán, inundando las costas del mundo. Las altas temperaturas oceánicas liberarán más vapor de agua al aire, incrementando la nubosidad y escondiendo a la Tierra de la luz solar retrasando el final. Pero la evolución solar es inexorable. Finalmente los océanos hervirán, la atmósfera se evaporará en el espacio y nuestro planeta será destruido por una catástrofe de proporciones que ni podemos imaginar.”
¿Será posible que una vez llegado al final… ¡Vuelva a resurgir!
Lo que entonces pueda quedar…¿Qué importa ahora? ¿Será un comienzo?
Así se expresaba Carl Sagan al pensar en el futuro de nuestra Tierra cuando el Sol, agotado su combustible nuclear, llegara a su final.
Es bueno que el ser humano sepa el por qué de las cosas, que se interese por lo que ocurre a su alrededor, por su planeta que le acoge, por el lugar que ocupamos en el universo, por cómo empezó todo, cómo terminará y qué será del futuro de nuestra civilización y de la Humanidad en este universo que, como todo, algún día lejano del futuro el tiempo inexorable, llevará al final de sus días.
El fin del universo es irreversible, de ello hemos dejado amplio testimonio a lo largo de muchos trabajos, su final estará determinado por la Densidad Crítica, la cantidad de materia que contenga nuestro universo que será la que lo clasifique como universo plano, universo abierto, o universo cerrado. En uno de estos modelos de universos, el final será distinto…, claro que para nosotros, la Humanidad, será indiferente el modelo que pueda resultar; en ninguno de ellos podríamos sobrevivir cuando llegara ese momento límite del fin. La congelación y el frío del cero absoluto o la calcinación del fuego final a miles de millones de grados, acabarán con nosotros, si para entonces, estuviéramos aún por aqui (que no es probable).
Para evitar eso se está trabajando hace décadas. Se buscan formas de superar dificultades que nos hacen presas fáciles de los elementos. La naturaleza indomable, sus leyes y sus fuerzas, hoy por hoy son barreras insuperables, para poder hacerlo, necesitamos saber.
El saber nos dará soluciones para conseguir más energías, viajar más rápido y con menos riesgos, vivir mejor y más tiempo, superar barreras hoy impensables como las del límite de Planck, la barrera de la luz (para poder viajar a las estrellas) y el saber también posibilitará, algún día, que nuestras generaciones futuras puedan colonizar otros mundos en sistemas solares de estrellas lejanas, viajar a otras galaxias, viajar a otro tiempo y, finalmente, viajar para escapar de nuestro destino, a otros universos.
¿Cómo serían esos otros universos? No lo podemos saber (pero imaginarlos sí)
Sí, lo sé, algunos de los que esto puedan leer pensarán que estoy fantaseando, pero la verdad es que no he hablado con más seriedad en mi vida, ya que, si no fuera como estoy diciendo, entonces, ¿ qué tantas calamidades, desvelos y sufrimientos? Creo que la Humanidad tiene que cumplir su destino, primero en las estrellas lejanas, en otros mundos dentro y fuera de nuestra galaxia, y después…, ¿quién sabe? Claro que, a todo esto, debemos contar con eso que denominamos TIEMPO.
Nos referimos al tiempo en múltiples ocasiones y para distintas situaciones y motivos, como al referirnos a la duración de las cosas sujetas a cambios, época durante la cual ocurrieron unos hechos, edad de los objetos, estación del año, el período de vida de alguien desde que crece hasta que deja de existir, ocasión o coyuntura de hacer algo, cada uno de los actos sucesivos en que dividimos la ejecución de un , y otros mil temas que requieren la referencia temporal.
Dicen que va unido al espacio. Pero, también que es relativo. Pero, también que es una abstracción y que no existe en realidad. Pero, todos queremos disponer de él. Pero, vemos los efectos de su transcurrir. Pero, sin tiempo no podemos hacer nada ni tener esperanzas de futuro. ¿Qué será, en realidad el Tiempo?
En física, el tiempo es la cuarta coordenada espacial en el continuo espacio-tiempo. En gramática es la categoría que indica el momento relativo en que se realiza o sucede la acción del verbo: pretérito, lo que ha sucedido; presente, lo que sucede en ese momento y futuro, lo que aún no ha sucedido. Nos referimos al tiempo meteorológico para explicar el estado del clima (hace mal tiempo; qué tiempo más bueno hace hoy, etc). En mecánica, el tiempo puede estar referido a las fases de un motor. También están los tiempos referidos a cada una de las partes de igual duración en que se divide el compás musical. En astronomía nos referimos al tiempo de aberración en relación al recorrido de un planeta hasta llegar a un observador terrestre. El tiempo está también en la de cálculo horario que empleamos en nuestra vida cotidiana para controlar nuestros actos y evitar el caos (¿Qué haríamos sin horario de trenes, de comercio, bancos, oficinas, etc?).
Todo deja su huella
En ese espacio temporal que se nos da, alguna huella habremos dejado por el camino andado
El tiempo es tan importante en nuestras vidas que está presente siempre, de mil formas diferentes, desde que nacemos (cuando comienza “nuestro tiempo”), hasta que morimos (cuando “nuestro tiempo ha terminado”). El tiempo siempre está. Es algo que, simplemente, está ahí.
Sin embargo, a pesar de lo importante que es el TIEMPO, no he podido leer nunca una explicación satisfactoria sobre el mismo; una explicación que lo defina con sencillez y claridad sin restarle la importancia que tiene para todos y lo que en realidad es dentro del contexto – no ya de nuestras vidas, simples e insignificantes puntos en la inmensidad del universo – de la naturaleza cósmica de la que formamos .
Santo Tomás, cuando hablaba del Tiempo, decía cosas como éstas:
¿Qué explique que es el Tiempo?
“Si nadie me lo pregunta, lo sé.Pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé.Lo que sí digo sin vacilación es que sé que si nada pasase no habría tiempo pasado,y si nada sucediese no habría tiempo futuro,y si nada existiese no habría tiempo presente.Pero aquellos dos tiempos,pasado y futuro,¿cómo pueden ser, si el pasado ya no es él y el futuro todavía no es?Y en cuanto al presente,si fuese siempre presente y no pasase a ser, pasadoya no sería tiempo, sino eternidad.Si, pues, el presente para ser tiempo es necesario que pase a ser pasado,¿cómo decimos que existe este, cuya causa o razón de ser está en dejar de ser,de tal modo que no podemos decir con verdad que existe el tiempo en cuanto tiende a no ser?”Lo cierto es que se nos escurre de entre los dedos y, cuando venimos a darnos cuenta… ¡Se esfumó!
Como nos ocurre con tantas otras cosas y conceptos, debemos saber, de una vez por todas qué es, en realidad el Tiempo. Creo que cuando sepamos comprender lo que el Tiempo es, la Humanidad habrá dado un paso tan importante en su caminar por el Mundo que, a partir de ese momento, lo podremos “ver” todo de otra manera, con otra perspectiva más amplia y que nos permitirá “ver” más lejos en la comprensión del Universo Universo mismo.
¡Saber lo que es el Tiempo! ¡Un dolor de cabeza.
Emilio Silvera V.
Ago
19
¡Inexorable paso del “Tiempo”! ¿Qué será el Tiempo?
por Emilio Silvera ~
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El vacío aterrador ¿Qué contiene?

Sí, a veces la Conciencia nos gritaCuando algún comportamiento nuestro (empujado por un arrebato, por falta de meditarlo antes de su ejecución, por un calentamiento del que más tarde nos arrepentiremos, empujado por la necesidad del momento, mal aconsejado y habernos dejado llevar…), no nos satisface y es contradictorio con nuestra auténtica manera de ser, algo dentro de nosotros, nos machaca continuamente dejando ese pensamiento latente para que nos castigue y nos hace pagar el precio.

El final de todo llegará y aunque tenemos datos para saber cómo podría ser… ¡Está lo impredecible!
En lo que a nosotros nos pueda afectar más de cerca, nos tendríamos que preocupar de la muerte del Sol.
Cuando llegue ese momento, la Tierra se calcinará, y, la vida, tal como la conocemos, desaparecerá
La estrella Gigante Roja en la que se convertirá nuestro son dentro de 5.000 millones de años, engullirá a los planetas Mercurio y Venus, y, a la Tierra, la dejará desierta y yerma, sin océanos ni mares ni el menos signo de vida.
“Dentro de miles de millones de años a partir de ahora
, habrá un último día perfecto en la Tierra… Las capas de hielo Ártica y Antártica se fundirán, inundando las costas del mundo. Las altas temperaturas oceánicas liberarán más vapor de agua al aire, incrementando la nubosidad y escondiendo a la Tierra de la luz solar retrasando el final. Pero la evolución solar es inexorable. Finalmente los océanos hervirán, la atmósfera se evaporará en el espacio y nuestro planeta será destruido por una catástrofe de proporciones que ni podemos imaginar.”
Al final se convertirán en otro objeto distinto dependiendo de sus masas
Las estrellas evolucionan en función de sus masas y, nuestro Sol, finalizará su vida siendo una estrella enana blanca rodeada de una Nebulosa planetaria cuyo material estará ionizado por la radiación ultravioleta de la misma estrella
Eso nos decía Carl Sagan pensando en ese tiempo que llegará, cuando nuestro Sol, agotado su combustible nuclear de fusión, se convierta primero en gigante roja y en enana blanca después. El Sol crecerá tanto que su esfera se hinchará como un gigantesco globo rojo hasta engullir a los planetas Mercurios y Venus quedando muy cerca de la Tierra.
Lo que entonces pueda quedar… ¿Qué importa? Ya no estaremos aquí
Cualquiera de esas imágenes podría ser la representación de nuestro Sol cuando llegue al final de su vida como estrella que fusiona elementos. Así estará muchos años hasta que se enfríe y se convierta en un cadáver estelar.
Es bueno para el ser humano que sepa el por qué de las cosas, que se interese por lo que ocurre a su alrededor, por su planeta que le acoge, por el lugar que ocupamos en el universo, por cómo empezó todo, cómo terminará y qué será del futuro de nuestra civilización y de la Humanidad en este universo que, como todo, algún día lejano del futuro el tiempo inexorable, llevará al final de sus días.
El fin del universo es irreversible, de ello hemos dejado amplio testimonio a lo largo de muchos trabajos, su final estará determinado por la Densidad Crítica, la cantidad de materia que contenga nuestro universo que será la que lo clasifique como universo plano, universo abierto, o universo cerrado. En cada uno de estos modelos de universos, el final será distinto…, claro que para nosotros, la Humanidad, será indiferente el modelo que pueda resultar; en ninguno de ellos podríamos sobrevivir cuando llegara ese momento límite del fin. La congelación y el frío del cero absoluto o la calcinación del fuego final a miles de millones de grados, acabarán con nosotros, si para entonces, estuviéramos aún por aqui (que no es probable).
Para evitar eso se está trabajando desde hace décadas. Se buscan formas de superar dificultades que nos hacen presas fáciles de los elementos. La naturaleza indomable, sus leyes y sus fuerzas, hoy por hoy son barreras insuperables, para poder hacerlo, necesitamos saber.
El saber nos dará soluciones para conseguir más energías, viajar más rápido y con menos riesgos, vivir mejor y más tiempo, superar barreras hoy infranqueables como las del límite de Planck, la barrera de la luz (para poder viajar a las estrellas) y el saber también posibilitará, algún día que nuestras generaciones futuras puedan colonizar otros mundos en sistemas solares de estrellas lejanas, viajar a otras galaxias y, ¿por qué no? ¡viajar a otro tiempo! Y, finalmente, viajar para escapar de nuestro destino…, ¿a otros universos?
La imaginación es libre y nunca hemos dejado de soñar con lo que podría ser. Si profundizamos mucho en el conocimiento de las cosas, si llegamos a comprender que no sabemos, si somos conscientes de que nuestro destino es el de una búsqueda “eterna”, y, no dejar nunca de plantear preguntas que nadie sabe contestar, entonces, al tener claro todo eso, podremos quedar tranquilos dejando que el “Tiempo” transcurra al saber que todo llegará, no importa las prisas que nosotros tengamos, todo tiene su momento y todo estará donde tiene que estar en el lugar y en el tiempo adecuado, el que la Naturaleza ha elegido para que así sea.
Mientras tanto, el tiempo pasará y nosotros nos iremos para que otros puedan venir. Como pasa con las estrellas, es necesario que unas mueran para que otras nuevas surjan con nuevos brios y nuevo fulgor, dado que las que se van agotaron su tiempo y sus energías y, en un Universo dinámico en el que todo se mueve, las cosas -también las animadas que tienen vida propia-, tienen que cambiar y renovarse.
El sueño de encontrar atajos intergalácticos que nos lleve a las estrellas
Me gustaría creer que nuestra especie, que la Humanidad, tiene que cumplir su destino, primero en las estrellas lejanas, en otros mundos dentro y fuera de nuestra galaxia, y después…, ¿Quién sabe? Incluso alguna vez he pensado que podríamos llegar a un estadio del conocimiento que nos fundiera con la Naturaleza convertidos en luz que, según creo, es el estado puro de la materia, en la luz están las respuestas de muchas de las cosas que incansables buscamos. Las respuestas, como siempre están escritas en el “tiempo” que vendrá.
Nos referimos al tiempo en múltiples ocasiones y para distintas situaciones y motivos, como al referirnos a la duración de las cosas sujetas a cambios, época durante la cual ocurrieron unos hechos, edad de los objetos, estación del año, el período de vida de alguien desde que nace hasta que deja de existir, ocasión o coyuntura de hacer algo, cada uno de los actos sucesivos en que dividimos la ejecución de un trabajo, y otros mil temas que requieren la referencia temporal. Y, a pesar de que le podamos dar tantas aplicaciones… ¡No sabemos lo que es!
Dicen que va unido al espacio. Pero, también que es relativo. Pero, también que es una abstracción y que no existe en realidad. Pero, todos queremos disponer de él. Podemos ver los efectos de su transcurrir. Sin tiempo no podemos hacer nada ni tener esperanzas de futuro. ¿Qué será, en realidad el Tiempo? Sea cual fuere la condición de vida que alguien pueda tener, casi nunca quiere dejar su tiempo, todos queremos ser testigos de los hechos que nos tocaron vivir y, todos también, pensamos en ese tiempo pasado y en ese otro que está por venir.
¡Pasado, presente y futuro! ¡Una ilusión llamada “Tiempo”!
“No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho” Eso nos decía Séneca en De la brevedad de la vida
En física, el tiempo es la cuarta coordenada espacial en el continuo espacio-tiempo. En gramática es la categoría que indica el momento relativo en que se realiza o sucede la acción del verbo: pretérito, lo que ha sucedido; presente, lo que sucede en ese momento y futuro, lo que aún no ha sucedido. Nos referimos al tiempo meteorológico para explicar el estado del clima (hace mal tiempo; qué tiempo más bueno hace hoy, etc). En mecánica, el tiempo puede estar referido a las fases de un motor. También están los tiempos referidos a cada una de las partes de igual duración en que se divide el compás musical. En astronomía nos referimos al tiempo de aberración en relación al recorrido de un planeta hasta llegar a un observador terrestre. El tiempo está también en la forma de cálculo horario que empleamos en nuestra vida cotidiana para controlar nuestros actos y evitar el caos (¿qué haríamos sin horario de trenes, de comercio, bancos, oficinas, etc?).
Antes de que se dé cuenta… ¡Será mayor!
El niño se convierte en anciano, su Tiempo se acaba, y, lo que no hiciera… Se quedó en el saco de las frustraciones.
El tiempo es tan importante en nuestras vidas que está presente siempre, de mil formas diferentes, desde que nacemos (cuando comienza “nuestro tiempo”), hasta que morimos (cuando “nuestro tiempo ha terminado”). El tiempo siempre está. Es algo que nunca hemos sabido explicar pero que, simplemente, está ahí.
Sin embargo, a pesar de lo importante que es el TIEMPO, no he podido leer nunca una explicación satisfactoria sobre el mismo; una explicación que lo defina con sencillez y claridad sin restarle la importancia que tiene para todos y lo que en realidad es dentro del contexto – no ya de nuestras vidas, simples e insignificantes puntos en la inmensidad del universo – de la Naturaleza cósmica de la que formamos parte.
Tommaso D’Aquino
Cuando le preguntaron a Tomas de Aquino, un buen filósofo natural seguidor de Aristóteles y gran pensador: ¿Qué es el Tiempo? Él contestó:

Como nos ocurre con tantas otras cosas y conceptos, queremos saber de una vez por todas qué es, en realidad, el Tiempo. Creo que cuando sepamos comprender lo que el Tiempo es, la Humanidad habrá dado un paso tan importante en su caminar por el Universo que, a partir de ese momento, lo podremos “ver” todo de otra manera, con otra perspectiva más amplia y que nos permitirá tener una visión más amplia en la comprensión del Universo y de qué manera, estamos nosotros involucrados en eso que llamamos tiempo.
¡Saber lo que es el Tiempo! ¡Qué dolor de cabeza!
Emilio Silvera V.
Ago
4
¡Qué bonito es saber! A mí me gustaría
por Emilio Silvera ~
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La Noche estrellada
“… y me fui a caminar solo,
en el húmedo y místico aire nocturno,
mirando de rato en rato,
en silencio perfecto a las estrellas.”
En su breve poema “Cuando escuché al docto astrónomo”, Walt Whitman relata una velada en una conferencia científica. Aquello todo eran Cifras y demostraciones que llenan la estancia y crean un ambiente opresivo, y asfixiante. Ninguna explicación sugerente y mágica que, de alguna manera, mantuviera despierta la curiosidad del oyente y, sobre todo, cuestiones sugerentes y misteriosas que despertaran su imaginación.
“hasta que me levanté y me escabullí, salí a pasear en soledad
bajo la mística niebla de la noche, y de vez en cuando,
alzaba la mirada a las estrellas en absoluto silencio.”
Pese a que fue escrito hace más de un siglo el poema de Whitman, sigue hallando eco entre un público contemporáneo sorprendentemente grande. A todos nos gusta escuchar a los científicos que saben explicar, de manera sencilla, cuestiones difíciles relativas al universo, a la materia, y a las leyes que todo lo rigen.
La NASA revela la primera imagen de la estrella más lejana
Lo que pasa en la lejanía del Universo, en el ámbito de las estrellas, siempre nos ha subyugado
Si el orador, tiene talento para desgranar los temas con esa forma de cuento de niño, que sin embargo, está lleno de una cantidad ingente de datos presentados de una manera mágica que los lleve al asombro y a la maravilla, entonces, nadie se aburre, todos están “enganchados” en el hilo de lo que allí se cuenta y, de alguna manera, se produce la simbiosis entre orador y público, de tal manera que, se puede oír el vuelo de una mosca, tal es el silencio y la alta atención que se presta cuando lo que se oye, nos gusta y nos enseña.
Nuestro Universo está repleto de maravillas que desconocemos y, a medida que nos vamos adentrando en sus secretos, sentimos crecer la adrenalina y el asombro desaparece para dar paso a la maravilla y la sorpresa de todo lo que la Naturaleza puede hacer.
Pero, ¿es realmente cierto que la ignorancia supera al conocimiento como camino más directo hacia el asombro? Bueno, lo cierto es que, nos asombra todo aquel fenómeno que no llegamos a comprender y nos sorprendemos de su existencia de la que no tenemos una explicación. A medida que aprendemos, el Asombro Decrece en la misma proporción que la ignorancia para dar paso al conocimiento que, no pocas veces resulta ser, una realidad mágica de la que la Naturaleza está repleta y, nosotros, sólo tenemos que descubrirla para poder disfrutar de tales maravillas.
El Hubble de la NASA detecta un brillo inexplicable de una expansión colosal
El 15 de noviembre de 2023, Integral, el telescopio espacial de rayos gamma de la Agencia Europea del Espacio (ESA, por sus siglas en inglés) detectó una explosión repentina de un objeto extraño. Durante tan solo una décima de segundo apareció una breve explosión de rayos gamma procedente de la galaxia M82. El estudio, en el que participa la investigadora Nanda Rea del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC) y del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC), se publica hoy en la revista Nature.
Un nuevo tipo de estrella ofrece pistas sobre el origen de los magnetares
Cuando puedo admirar la imagen de n magnetar, me siento transportado a regiones lejanas del espacio en las que, ese magnetar o magnetoestrella (que es una estrella de neutrones alimentada con un campo magnético extremadamente fuerte y, Simplemente se trata de una variedad de púlsar cuya característica principal es la expulsión, en un breve período -equivalente a la duración de un relámpago-, de enormes cantidades de alta energía en forma de rayos X y rayos gamma. ), ha surgido a partir de una estrella masiva y se ha conformado como un extraño objeto exótico que nos produce sorpresa y admiración al ver como, a partir de una cosa totalmente diferente, por medio de transiciones de fase de diversa índole, se llega a formar otro objeto totalmente distinto del que fue.
Es la parte del Universo violento en que se desatan energías que ni podemos imaginar
Allí, los rayos Gamma están formados por fotones pertenecientes al extremo más energético del espectro electromagnético, seguidos de los rayos X y, a continuación, de los rayos ultravioleta. Si los rayos X expulsados por el magnetar son de alta intensidad recibe entonces el nombre de “púlsar anómalo de rayos X”. Si los rayos expulsados pertenecen al espectro Gamma de más alta intensidad.
El cosmos es sobrecogedor. Vasto. Misterioso. La ciencia es la mejor herramienta que tenemos para descubrirlo muy poco a poco, aunque los científicos son plenamente conscientes de que lo que conocemos de él es tan solo una ínfima porción de lo que contiene. La fascinación que tantas personas sentimos por él se alimenta sobre todo de su capacidad de albergar objetos enigmáticos que en gran medida escapan a nuestra comprensión.
Las estrellas de neutrones son remanentes estelares que han alcanzado el fin de su viaje evolutivo a través del espacio y el tiempo. Estos objetos tan interesantes nacen de estrellas anteriormente gigantes que crecen de cuatro a ocho veces el tamaño del Sol antes de explotar en supernovas catastróficas.
A pesar de su pequeño diámetro (alrededor de 12,5 millas, o 20 kilómetros) las estrellas de neutrones pueden presumir de contener 1,5 veces la masa del Sol, por lo que son increíblemente densas. Un solo trozo de materia de estrella de neutrones con el tamaño de un terrón de azúcar pesaría cien millones de toneladas en la Tierra
Las estrellas de neutrones y las aún hipotéticas estrellas de quarks son, al igual que los agujeros negros, unos objetos apasionantes. La astrofísica se ha desarrollado lo suficiente para ser capaz de entregarnos información muy valiosa acerca de ellas, lo que nos anima a mantenernos a la expectativa con la esperanza de que los cosmólogos consigan conocerlas mejor y ayudarnos a entender con más precisión los procesos que desencadenan su formación.
¿Qué son las estrellas masivas? Las estrellas masivas son objetos celestes que nacen a partir de fragmentos de materia de gran tamaño. De hecho, se le otorga esta categoría a una estrella cuando se calcula que la misma tiene más ocho masas solares
Curiosamente, las estrellas más masivas consumen su combustible mucho más rápido que las estrellas menos masivas, por lo que, como veremos a lo largo del artículo, tienen una vida más corta, y, sobre todo, más violenta y espectacular. A medida que la contracción gravitacional va condensando la materia contenida en la nube su temperatura se va incrementando poco a poco.
Cambiemos de tema
De la misma manera, si miro el cráneo de Lucy y sus huesos diminutos, cuidadosamente dispuestos para su exhibición en la vitrina de un museo, y, a su lado, puedo contemplar una también minuciosa reconstrucción de lo que Lucy fue en vida. No puedo evitar (ni quiero) que mi imaginación “vuele” hasta las cálidas sabanas africanas en la que se gestó la Humanidad hace tres mil millones de años.
Si pienso en los grandes reptiles del Jurásico, de inmediato me veo transportado a un tiempo en el que, los bosques mesozoicos por los que discurrían aquellas bestias prodigiosas, eran también un prodigio de exuberancia en la Naturaleza.
reptiles del Jurásico
Así, tanto si miramos al espacio interestelar en las regiones lejanas del Universo, como si lo hacemos en las capas profundas del planeta, encontramos los fósiles de estrellas o de seres vivos que nos cuentan lo que allí pasó. La información queda, y, por nuestra parte, lo único que tenemos que hacer es aprender, para poder leer los “infinitos mensajes” que, por todas partes, podemos encontrar para que nos cuenten lo que pasó y nos den una pista de lo que pasa
Moléculas precursoras de la vida en la Nebulosa Orión
¡De las estrellas a la vida! Pasado 10.000 millones de años las primeras bacterias
¿Os imagináis, si pudiéramos conocer toda la historia científica de la creación? Sería una narración apasionante que, correcta y sencillamente explicada, nos ayudaría a conocer de dónde venimos y, casi, por definición, hacia dónde vamos. Todos hemos llegado a comprender que, el “milagro biológico” ha sido posible gracias a una conjunción de situaciones presentes en el conjunto del Sistema Solar que, escogió (por Azar) al planeta Tierra para que, en él, surgiera la Vida después de cuatro mil años de evolución. Somos parte de ese legado y, al tratar de comprender ese legado, hemos comenzado a dar los primeros pasos para poder llegar a saber, algún día, nuestro propio lugar en este mundo y, posiblemente, el el Universo.
Puede parecer mentira pero, todo, comenzó con aquella primera célula replicante. Las bacterias, los protozoos, los invertebrados, los peces…y, así, evolucionando a través de miles de años, pudimos llegar aquí nosotros que, por esa especie de “lotería” químico-biológica, se conformó primero en el protoplasma de la vida y, más tarde, de él, pudo surgir la primera señal, el primer exponente de eso que llamamos vida. Todo un logro de la Naturaleza que, a partir de la “materia inerte”, nos trajo aquí y, seguramente, de la misma manera, lo habrá hecho una y miles de veces en otros planetas lejanos que nos quedan por descubrir. Creo que estamos bien acompañados pero las familias están muy distantes las unas de las otras.
El entusiasmo que en mi cerebro injerta todos estos temas, me lleva a preguntarme muchas cuestiones y situaciones y, una de ellas, es esa pregunta de cómo serán “ellos” qué aspectos de la biología terrestre nos unirán con todos aquellos que, como nosotros en la Tierra, habiten un planeta desde el que, se asombren al ver las estrellas y se hagan las mismas preguntas que nos hacemos nosotros?
Pero, ¿Cómo llegaremos a comprender acontecimientos que pudieron suceder hace más de mil millones de años o más? Una cosa es saber que en las llanuras mareales de hace mil quinientos millones de años vivían bacterias fotosintéticas, y otra muy distinta es entender como se infiere que unos fósiles microscópicos pertenecen a bacterias fotosintéticas, cómo se averigua que las rocas que los rodean se formaron en antiguas llanuras mareales y cómo se estima que su edad es de mil quinientos millones de años.
En las rocas más antiguas de la Tierra se hallaron fósiles de 3.850 millones de años
Como estamos inmersos en una empresa Humana que va encaminada a conseguir los conocimientos necesarios de todo esto para poder, de una manera científica, poder explicar las cuestiones que más nos afectan y conciernen y, en tanto que empresa humana, éste es también un relato de exploración que se extiende desde el espacio interior de las moléculas a ese otro espacio que llamamos exterior, fuera de nuestro ámbito del Sistema solar, allí donde residen las galaxias lejanas, mundos nuevos, y objetos tan extraños y exóticos como lo pueden ser…
los magnétares, los púlsares, las estrellas de neutrones (todos lo mismo presentados en diferentes formas), o, los agujeros negros.
No quiero cerrar este trabajo sin dejar (aunque sea de pasada) un recuerdo a esos minúsculos “seres” que, sin duda alguna, han contribuido y siguen contribuyendo a la coevolución de la Tierra y la Vida. Tanto los organismos como el ambiente han ido cambiando drásticamente con el paso inexorable del Tiempo, a menudo de forma concertada. Los cambios de clima, la geología e incluso la composición de la atmósfera y de los océanos han influido de manera directa en la evolución. De la misma manera, las innovaciones tecnológicas de nuestra Sociedad Moderna, también influye, a su vez, en la historia del Medio Ambiente.
La materia prima para que surja la vida está ahí, en miles de millones de mundos, donde fueron depositadas por explosiones supernovas, y, más tarde, su el planeta “cayó” en la zona habitable, sili será cuestión de tiempo que la evolución haga surgir “seres” unicelulares primero y más complejos después.
Todo esto que aquí hemos contado de manera sencilla y procurando no profundizar en demasía, nos puede llevar a la convicción de que no estamos solos, de que las leyes del Universo se repiten de la misma manera en todas partes y, en consecuencia, en todas partes ocurren las mismas cosas. Por otro lado, deberíamos considerar a nuestro planeta y (¿por qué no?) a la estrella que nos acompaña, como “entes vivos” que, a su manera, procuran cuidar de nosotros y nos ofrecen lo mejor que tienen. Aunque, no siempre nosotros seamos conscientes de ello.
¡Merluzos! Al fin y al cabo… ¡La Humanidad! ¿Cambiará alguna vez?
Emilio Silvera V.