Oct
1
La Vida ¡Puede ser de tantas maneras!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Divagando, Física Cuántica ~
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“La paradoja de nuestro tiempo en la historia es que tenemos edificios más altos pero temperamentos más cortos, autopistas más anchas, pero puntos de vista más estrechos. Gastamos más pero tenemos menos, compramos más, pero gozamos menos. Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas, más conveniencias, pero menos tiempo. Tenemos más grados y títulos pero menos sentido, más conocimiento, pero menos juicio, más expertos, sin embargo más problemas, más medicina, pero menos . “
Quizá el problema esté en que no sabemos donde reside lo que realmente tiene valor, tendemos a querer tener la casa más grande, el coche que más corra, la pantalla de plasma o el celular de la última generación, siempre vamos corriendo a todas partes y, salimos de noche de casa y regresamos cuando el día ha terminado pero, cuando nos acostamos sin haber visto a los niños dormidos, nos cueta coger el sueño… La hipoteca, aquel préstamo, el negocio que no marcha, la inestabilidad de la empresa…
Dedicar algún tiempo a la familia, sacrificando los beneficios puede compensarnos a la larga, ya que, no siempre es el dinero el que nos proporciona los mejores momentos, los más auténticos. Estos momentos felices, residen siempre en lo más sencillo, lo más cercano, nuestro entorno y nuestra familia que, al fin y al cabo… ¿Qué tenemos mejor que eso?
No puedo ni recordar la cantidad de veces que me perdí, ayudar a mis hijos pequeños en la tarea del colegio. Estaba de viaje, la Oficina me ocupaba demasiado tiempo, el trabajo no me dejaba mucho tiempo libre y, sin embargo, ahora miro hacia atrás, y, nada de aquello podía compensar, de hecho no compensó nunca aquellos momentos perdidos. Que no se trata de que los perdieras tú, si no que, además, se los hicistes perder a tus hijos que, lo echaron de menos y, seguramente, así lo recordaran.
El Tiempo sólo marcha en una dirección: La flecja del Tiempo que sigue siempre adelante y, el momento que pasó, nunca podrá volver atrás, si en cada m omento no hacemos aquello que procede hacer… ¡Lo perderemos para siempre!
Así, contemplaremos el paisaje y disfrutaremos de la Naturaleza
Este viaje, aunque no se le niegue emoción… es diferente, otra cosa
No, esto no es calidad de vida. Pasarse años en esta ciudad, seguramente, acortará el tiempo que podamos estar aquí. El estrés y la agobieante forma de vida en una de estas ciudadades… ¡acabaría conmigo. La escena que arriba contemplamos es desquiciante y sin duda alguna hará mella en los seres que ahí tengan que estar cada día, en esa vorágine de actividad inusitada, de ruidos…
Mejor poder dejar pasar tu tiempo en una casa tranquila con un poco de jardín, en la que los fines de semana se escuche el bullicioso ruído de los más pequeños con sus juegos que te traen recuerdos de otros tiempos pasados que, de esta manera, puedes volver a revivir en tu memoria.
Y, mientras eso ocurre, tienes la oportunidad de mirar por la cristalera mientras tecleas tus ideas en ese espacio en blanco que te deja el ordenador para que, juntando las palabras, puedas expresar las cosas que por tu imaginación van pasando.
Claro que, no siempre podemos hacer realidad nuestros deseos y, todos, sin excepción, estamos supeditados a lo que la vida nos tiene deparado que, no pocas veces, es un destino que nos forjamos nosotros mismos.
emilio silvera
Ago
20
¡Cuánta sutileza! ¡Cuánto Misterio!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Divagando ~
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La Princesa Irulam nos dice:
”Hay en todas las cosas un ritmo que es parte de nuestro Universo. Hay simetría, elegancia y gracia… esas cualidades a las que se acoge el verdadero artista. Uno puede encontrar ese ritmo en la sucesión de las estaciones, en la forma en que la arena modela una cresta, en las ramas de un arbusto cresota o en el diseño de sus hojas. Intentamos copiar este ritmo en nuestras vidas y en nuestra sociedad, buscando la medida y la cadencia que reconfortan. Y sin embargo, es posible ver un peligro en el descubrimiento de la perfección última. Está claro que el último esquema contiene en sí mismo su propia fijeza. En esta perfección, todo nos conduce hacia la muerte.” Del Diario de la Princesa IRULAN.
La Maestra le dice a la novicia joven:
“La reverenda Madre debe combinar las artes de seducción de una cortesana con la intocable majestad de una diosa virgen, manteniendo estos atributos en tensión tanto tiempo como subsistan los poderes de la juventud. Pues una vez se hayan ido Belleza y Juventud, descubrirá que el lugar intermedio ocupado antes por la tensión se habrá convertido ahora en una fuente de astucia y recursos infinitos.”
Del Diario de la Princesa Irulam
¡Siempre la misma historia!
Del Tesoro que la mujer cree entregar y,
Del Juguete que el hombre cree recibir.
¿Quien estará en lo cierto?
Lo cierto amigos es que, desgraciadamente, pocos saben valorar el Amor en su justa medida que ocupa, un alto nivel. ¿Darlo todo sin pedir nada… ¡Pudiera ser la medida! Sin embargo, cuando se da todo siempre, sin excepción, se recibe algo y, hasta yo me atrevería a decir que mucho.
emilio silvera
Jul
9
Divagando
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Divagando ~
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Las cosas son ¡de tantas maneras!
El año no lo recuerdo bien, y, podrían haber pasado mucho tiempo, tranquilamente, unos treinta y ocho años desde entonces. Estuve en Brasil no por turismo, un asunto de un contrato mercantil de cierta importancia, me llevó hasta aquel país en el que estuve algo más de una semana de negociaciones.
Muros invisibles separan esos dos mundos de pobres y ricos. Unos viven en la miseria mientras que los otros, derrochan sin sentido
No se borra de mi recuerdo que en la ciudad de Río, donde sobre las colinas se habían construido “casas” con simples tablones de madera del desecho de viejas construcciones y derrumbes, o, de viejas vallas, la procedencia sería diversa y, para lo que aquí cuento, poca importancia puede tener. Sobrecogía la pobreza de la gente que allí habita. El lugar, carente de alcantarillado, agua o del más elemental de los servicios, obligaba a sus moradores a bajar con grandes recipientes hasta la parte baja donde, en obras o en cualquier lugar que pudieran encontrar, se abastecían del agua mínima para poder, de alguna manera, cubrir sus distintas necesidades.
Cargaban con aquellos grandes recipientes llenos de líquido tan deseado y, más tarde, se podía contemplar cómo, colina abajo, el agua corría sucia y mal oliente, la situación, ponía a prueba la estabilidad de cualquier persona medianamente sensible que, ante aquella realidad, se vería afectada por tan descomunal injustica.
Muy cerca del lugar, quedan situados los imponentes edificios de la playa de Copacabana, apartamentos lujosos de cierta belleza y lleno de comodidades y lujos.
¿Qué era aquello? ¿Acaso carecían de los conocimientos técnicos para instalar unas tuberías que subieran la colina y paliaran aquel vergonzoso problema? El problema de entonces es el mismo problema de hoy. Nos empeñamos en hacer las cosas feas. La Sociedad, no nos parece completa si no tenemos esos focos de pobreza que son, como el complemento ideal de toda gran ciudad. ¿No se les cae la cara de vergüenza a los políticos de turno?
La gente al protestar durante la Copa Confederación estaba en su derecho. Mientras se gastaban millones en organizar el evento, ellos carecían de los servicios básicos y la pobreza inunda a una parte del país mientras la otra, vive de espalda a tanta miseria. ¿Dónde se fueron las conciencias?
Nunca estuve en política y, aunque como a todos nosotros, de una u otra manera, nos afectan sus resultados, también como a cualquiera de nosotros, ante situaciones como la descrita arriba, se nos da el derecho a que, por haber pagado unos impuestos (que no siempre se destinaron debidamente), podamos criticar pero nunca decidir sobre su uso y, de esa manera, pasa el tiempo y, amigos míos, todo sigue igual.
Cuando podemos consentir esto despertamos para darnos cuenta de que aún… ¡No somos humanos!
No hace mucho, por algunos barrios de Madrid (supongo que pasará lo mismo en Nueva York o Montevideo), veía con pesar, como hombres y mujeres, desarrapados sociales que reflejaban en sus caras tristes, las carencias y las penas que tenían que soportar, estaban arrinconados, en lugares estratégicos, tratando de estar resguardados del frío intenso reinante. ¿Por qué soportamos esto? Y, lo peor del caso es que, no solo lo soportamos sino que, miramos la escena como sin ver, pasando de largo inmutables. Así lo pude comprobar en algún que otro lugar y, la verdad, es triste que nuestra Sociedad, esté anclada en ese punto intermedio entre el propio egoísmo y la insensibilidad de la desgracia ajena, lo cual, no deja de ser paradójico si, tenemos en cuenta que, mañana, cualquiera de nosotros podríamos estar en el lugar de uno de aquellos, ya que, las circunstancias actuales, no son precisamente de seguridad para nadie. Bueno, excepto para aquellos que pueden ser los culpables de esa situación.
Aquí mismo hemos hablado muchas veces del Tiempo que transcurre siempre, en una sola dirección: Hacia el futuro. Eso quiere decir que, su transcurrir, nos impide poder remediar lo que pasó en el pasado y, ese dolor, amigos míos, siempre estará con nosotros.
Todo está en manos del Tiempo del que nunca tendremos bastante
Nunca, en ninguna parte, he podido leer, ni escrito por un poeta, algo sobre el Tiempo que sea comparable al “tiempo real” que conlleva un largo, muy largo, proceso de evolución que nos afecta de manera directa e incide en el transcurrir de nuestras vidas. Sí, todos vivimos pero… ¡De tántas maneras!
No hace mucho, dejamos aquí un básico esbozo del proceso que en la Tierra estuvo presente hasta que, hace ya muchísimo tiempo, apareció aquella forma primaria de vida que, pasados algunos miles de millones de años, nos trajo hasta aquí. El Mundo, desde muy temprano, sintió bullir sobre su superficie, en las profundas aguas primero y en la tierra después, como la vida latía y se abría camino con fuerzas.
Y, ¿han tenido que pasar tantos miles de años para que nosotros tengamos que contemplar escenas como las antes descritas? ¿No hemos sido capaces, en tanto tiempo, de tener una forma más justa de Sociedad? La Humanidad, siempre lo decimos “no somos perfectos” pero, a estas alturas se podría exigir algo más de nuestros comportamientos que no siempre, son acordes con la inteligencia que hemos llegado a desarrollar y nuestras propias contradicciones nos condenan.
Claro que, paralelamente, a las cuestiones cotidianas, también ha estado presente aquí ese otro mundo llamado “Ciencia” en el que, habitan seres que, al contrario de los políticos, sólo trabajan aplicando su pensamiento y dando rienda suelta a su imaginación, para construir algo nuevo y mejor que requiere mucho esfuerzo y un duro trabajo que nadie ve. A cambio, lo único que piden como pago, es el placer de descubrir y poder desarrollar modos y sistemas de poder aplicar esos descubrimientos que nos lleven a tener un mundo mejor. Su pago (aparte del salario que puedan recibir), su verdadera recompensa, está en la excitación del momento en el que, tras inmensos esfuerzos, ven el premio de llegar a esa meta soñada, a ese saber oculto, a un nuevo panorama que despeja el camino para poder desarrollar otros sistemas y otros futuros. Y, como eso es así, me llega una ráfaga de esperanza en el devenir de esta Sociedad nuestra que, sólo podrá ser salvada gracias a la Ciencia. Porque, tampoco veo cambios ni esperanza alguna en la religión.
Si no llegamos a comprender que eso es así, podríamos perder de vista el horizonte y desviarnos del buen camino. Estamos inmersos en una gran aventura que, si actuamos con mesura y sabemos aplicar todo aquello que podamos descubrir, estaremos en el buen camino para erradicar ese otro mundo del que al principio os hablaba.
Acordaos de aquellos que, en viejas Sociedades antiguas creían que el mundo estaba situado encima de una tortuga y ésta, estaba sobre otra y otra y otra. Estaban en un mar que no tenía fondo y, lo que sustentara al mar, era otra cuestión que, ¿a quién le importaba? Además, nadie lo sabía. De la misma manera, ahora no hablamos de tortugas pero sí, lo hacemos de universos paralelos y multiversos,o, incluso de metaversos que, conforman inmensas estructuras de muchos universos unidos que los conforman y, unos estarán muertos y carentes de vida, otros no tendrán ni la materia tal como la conocemos, en algunos, carentes de partículas, no habrán aparecidos los átomos y, en otros muchos, como en el nuestro, la vida bullirá y evolucionará llevada de la mano de las leyes fundamentales de la Naturaleza que hacen posible su presencia en mundos que, como el nuestro, tienen las precisas condiciones requeridas para el surgir de la química-biológica de la vida.
Nuestro universo ha sido descrito por muchos, pero él, el Universo, simplemente continúa y continúa, con un límite tan desconocido como el fondo de aquel mar que sustentaba a las tortugas de aquellos antiguos. La Gravedad y el Magnetismo, imponen su ley en todo el universo y, la materia, dominada por las fuerzas nucleares fuerte y débil, sigue su marcha evolutiva que la lleva a transmutarse desde la materia inerte hasta la materia viva que, a veces, llega a adquirir consciencia.
Por mucho que miremos nunca veremos el “borde” del Universo
Claro que, el límite de lo desconocido sigue estando ante nosotros, allí reside el futuro de lo que será y que, por mucho que podamos imaginar, realmente, nunca podremos conocer. ¿Cómo se puede conocer aquello que no existe? ¿Si no ha pasado no podemos contar nada de ello, ya que, nadie lo vio ni fue testigo?
Sin embargo, y, a pesar de esa “verdad”, nosotros nos atrevemos a comentar sobre el futuro y a especular con este o aquel cuadro que en ese futuro presentido, se podría dar. Todo será consecuencia de lo que hagamos hoy. Ya sabéis, la causalidad de la Física: El presente está cargado del pasado y, el futuro, será la consecuencia de nuestro presente.
Las maravillas nos rodean y nuestros avances en el conocimiento de las cosas nos llevan a perder alguna capacidad de asombrarnos. Cada día, sabemos de nuevos descubrimientos y de nuevas técnicas que nos hacen avanzar, imparables, hacia ese futuro soñado pero, volviendo al principio de estos pensamientos, ¿no serán precisamente estos avances los que, nos hace olvidar las cosas que, equivocadamente creemos “pequeñas” y, al contrario de lo que pretendemos construir, estamos haciendo una sociedad injusta de marginados sin techo que, al margen de todas estas cuestiones, su único problema es el hoy y, desde luego, el mañana para ello no existe?
Si miramos una puesta de Sol, extasiados ante la belleza de un océano inmenso que brilla ante los últimos rayos de la luz del día que se va, podemos exclamar ¡Qué mundo tan maravilloso! Y, sin embargo, si pensamos en otras cuestiones, podemos llegar a la conclusión de que, quizás, seamos nosotros los que no somos tan maravillosos como el mundo que nos acoge.
¡Es todo tan complicado!
Necesitamos de las hipótesis y conjeturas científicas que nos lleven hasta las buenas teorías que, con el tiempo, se convertirán en leyes. De la misma manera, en nuestra misma ignorancia de lo que la Naturaleza es, necesitamos de Filósofos y Poetas que nos lleven hacia esos mundos presentidos o soñados que nos alejen, de la frialdad de esa realidad irrebatible del no saber, al menos, los filósofos y los poetas, procuran enseñarnos otros mundos y nos dicen, los unos cómo podrían ser y, los otros, como nos gustaría que fueran. Es como una especie de alimento del Alma que, como sabéis, no sólo de pan se alimenta.
La poesía y la música nos llevan a otros mundos que…, por un momento, nos alejan de la fealdad de éste
Si bien ciertas hipótesis “científicas” recientes no abarcan un abanico tan amplio como el que nos puedan ofrecer los filósofos, en cierto sentido son todavía más exóticas o extremas: ¿Universos Paralelos o Multiversos? ¿Hasta dónde podrá llegar nuestra imaginación?
¡La Conciencia! Esa luz que en algunos produce destellos cegadores y en otros… permanece en la más absoluta oscuridad. ¿Por qué no estará presente en todos con la misma intensidad? Podemos ver que la Conciencia puede ser acomodaticia y, en algunos, hasta se puede evitar su presencia, se pueden comportar como si ésta no existiera.
Como alguna vez deje aquí escrito, la conciencia ha sido a un tiempo misterio y fuente de misterio. Objeto de los principales estudios filosóficos que, de mil maneras, han querido con sus pensamientos, plasmar lo que la consciencia es, y, sin embargo, sus logros no han sido suficientes. Entraron en escena otros estudiosos más especializados para tratar de entrar en ese complejo campo del funcionamiento cerebral y tratar de saber cómo surgía eso que llamamos consciencia y, hasta que punto, la conciencia era consciente.
Muy claro no lo tenemos… ¡aún!
Ahí estamos, en el camino, tratando de descubrir quiénes somos y hacia dónde vamos. Como nuestra complejidad puede ser comparada con la del universo mismo, la tarea no es fácil y habrá que estar, no ya a la espera de investigaciones y nuevos descubrimientos, sino que, nuestros conocimientos sobre nosotros mismos, llegará por la evolución que conlleva el paso del tiempo y, probablemente, por descubrimientos que haremos fuera de la Tierra, en el espacio exterior, y, sin descartar que, los datos que nos faltan podrían venir de la mano de seres que, de momento, ni sabemos que existen y, sin embargo, ellos podrían tener la clave de nosotros, de por qué somos así, de cómo hemos podido construir la Sociedad que ahora tenemos y, sobre todo, de cómo podríamos llegar a cristalizar una Humanidad en la que, las desigualdades de hoy, se puedan transmutar en ese “todos somos iguales” en el sentido más amplio de la palabra y queriendo significar que nadie, sin excepción, carecerá de aquello que le aleje de una vida digna.
emilio silvera
May
9
¿Qué tenenos ahora? ¿Es mejor que lo de ayer?
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Divagando ~
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“La paradoja de nuestro tiempo en la historia es que tenemos edificios más altos pero temperamentos más cortos, autopistas más anchas, pero puntos de vista más estrechos. Gastamos más pero tenemos menos, compramos más, pero gozamos menos. Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas, más conveniencias, pero menos tiempo. Tenemos más grados y títulos pero menos sentido, más conocimiento, pero menos juicio, más expertos, sin embargo más problemas, más medicina, pero menos . “
Quizá el problema esté en que no sabemos donde reside lo que realmente tiene valor, tendemos a querer tener la casa más grande, el coche que más corra, la pantalla de plasma o el celular de la última generación, siempre vamos corriendo a todas partes y, salimos de noche de casa y regresamos cuando el día ha terminado pero, cuando nos acostamos sin haber visto a los niños dormidos, nos cueta coger el sueño… La hipoteca, aquel préstamo, el negocio que no marcha, la inestabilidad de la empresa…
Dedicar algún tiempo a la familia, sacrificando los beneficios puede compensarnos a la larga, ya que, no siempre es el dinero el que nos proporciona los mejores momentos, los más auténticos. Estos momentos felices, residen siempre en lo más sencillo, lo más cercano, nuestro entorno y nuestra familia que, al fin y al cabo… ¿Qué tenemos mejor que eso?
No puedo ni recordar la cantidad de veces que me perdí, ayudar a mis hijos pequeños en la tarea del colegio. Estaba de viaje, la Oficina me ocupaba demasiado tiempo, el trabajo no me dejaba mucho tiempo libre y, sin embargo, ahora miro hacia atrás, y, nada de aquello podía compensar, de hecho no compensó nunca aquellos momentos perdidos. Que no se trata de que los perdieras tú, si no que, además, se los hicistes perder a tus hijos que, lo echaron de menos y, seguramente, así lo recordaran.
El Tiempo sólo marcha en una dirección: La flecja del Tiempo que sigue siempre adelante y, el momento que pasó, nunca podrá volver atrás, si en cada m omento no hacemos aquello que procede hacer… ¡Lo perderemos para siempre!
Así, contemplaremos el paisaje y disfrutaremos de la Naturaleza
Este viaje, aunque no se le niegue emoción… es diferente, otra cosa
No, esto no es calidad de vida. Pasarse años en esta ciudad, seguramente, acortará el tiempo que podamos estar aquí. El estrés y la agobienate forma de vida en una de estas ciudadades… ¡acabaría conmigo.
Mejor poder dejar pasar tu tiempo en una casa tranquila con un poco de jardín, en la que, los fines de semana se escuche el bullicioso ruído de los más pequeños con sus juegos que te traen recuerdos de otros tiempos pasados que, de esta manera, puedes volver a revivir en tu memoria.
Y, mientras eso ocurre, tienes la oportunidad de mirar por la cristalera mientras tecleas tus ideas en ese espacio en blanco que te deja el ordenador para que, juntando las palbras, puedas expresar las cosas que por tu imaginación van pasando.
Claro que, no siempre podemos hacer realidad nuestros deseos y, todos, sin excepción, estamos supeditados a lo que la vida nos tiene deparado que, no pocas veces, nos forjamos nosotros mismos.
emilio silvera
May
2
Algunos recuerdos del pasado
por Emilio Silvera ~
Clasificado en Divagando ~
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Aunque hombre de ciudad, en alguna que otra oportunidad, he tenido la posibilidad de pasar algunas noches en el campo y tambien, en pleno océano, alejado de la tierra firme, lejos del ruido habitual de las aglomeraciones, vehículos y personas que, de alguna manera, no dejan de contaminar acústica y luminosamente los ámbitos de su presencia.
En aquel silencio campestre donde en las noches oscuras sólo se oyen lejanos ruidos y gruñidos de algún animal que salió a buscar el sustento, o el batir del viento sobre las ojas de los árboles, o, incluso, según la temporada, también el correr de las aguas del regajo que lleva, sin demora, sus aguas hacia el río en el que tienen que confluir. En el mar, el esacenario es diferente, te sientes más sólo y, los ruidos son distintos, además del viento que te corta la cara, se oyen el batir de las grandes masas de agua que, en formas de ondas, hacen que tu minúscula embarcación se mueve continuamente y acostumbrarme, nunca pude.
En la casa, llegada la noche y habiendo cenado, la chimenea deja oír su “eterna canción” del chisporroteo de la leña de encina quemándose y las llamas fantasmagóricas reflejándose en las paredes del recinto. Aquella contemplación sólo dura un rato, más tarde, me levanto y salgo al exterior, a la noche desnuda. El frío se deja notar y hay que cubrirse. Despacio me dejo deslizar por el camino que se aleja de la casa y llego hasta una conglomeración de árboles, allí, los chicos, tienen un lugar preferido en el que vienen para hacer sus fogatas y preparar sus viandas entre risas y cantos.
Aproveché ese sitio por tener preparados algunas piedras grandes en forma de asintos y, sentado en una de ellas, me quedé en silencio, con la mirada perdida hacia el firmamento en el que, las estrellas, titilaban pareciéndome a mí que trataban de hacerme alguna señal, de mandarme algún mensaje. Sin embargo, sabía que tal titilar era debido al fenómeno que produce la atmósfera interpuesta entre las estrellas y yo.
En el supulcrar silencio, inmerso en la oscuridad, arreciendo el frío y en ausencia de la Luna, sólo tenía ojos para contemplar aquellas estrellas lejanas que hacían volar mi imaginación que no dejaba de hacer preguntas sobre mundos ignotos y criaturas desconocidas.
Esto es lo que podía ver cuando nos alejamos de la costa y nos sumergíamos en las tranquilas aguas del océano Atlántico caminando hacia el horizonte lejano. Me acompañaba un expero marinero, yo nunca me podría aventurar a estar sólo en un ámbito que no puedo dominar y que me produce algo de temor.
Alejados hasta haber perdido de vista las luces, todo era una oscuridad cenicienta y mortecina que, sin embargo, te dejaba ver hasta cierta distancia y, el vaiven de la barca te mecía suavemente hasta que, llegaba un momento en el cual, habiéndote acostumbrado a esa situación, no le prestaba atención.
Mirara hacia donde mirara, nada. Todo eran las profundas aguas del océano y algún que otro ruído típico del ámbito marinero, gruesas olas que sin cesar pasan y mecen la embarcación, algún ruído de extraño origen que no puedo calificar y, la brisa marina que era más fresca, mucho más que aquella otra campestre.
Las estrellas eran las mismas, en mi región, siempre se ven las mismas estrellas y nada, como puede pasar en otras regiones más privilegiadas (Chile, por ejemplo), es excepcionalmente llamativo y sorprendente. Aquí, en la zona Sur de España, pasando el Mediterráneo entre las antiguas Columnas de Hércules (hoy el Estrecho de Gibraltar), se llega al Golfo de Cádiz en el que, se encuentran las Costas de Huelva, una ciudad antigua y marinera que, como todas, ha ido desvirtuándose con el paso del tiempo.
Mirad esta estatua de Colón, comemorando el descubrimiento está mirando hacia el horizonte lejano de las Américas que él (re) descubrió. Está situada en la confluencia de los ríos Tinto y Odiel, frente al Monumento está el Monasterio de la Rábida en el que, con su hijo, fue acogido por los padres Franciscanos.
Muy cerca del monumento, han construído las tres carabelas (una copia exacta) en las que partieron de este lugar para la gran aventura. Ahora son visitadas por los turistas que pueden contemplar, con asombro, como en aquellas frágiles barcas, pudieron llegar tan lejos.
Cerca de donde están las embarcaciones, se encuentra el Monasterio de la Rábida que, como vereis muestra la parte vieja original y los añadidos modernos que se lo han cargado, Aquí vivió Colón con su hijo durante un tiempo y, por dentro, es precioso y sirve de diversión visual a los turistas y de buena fuente de ingreso a los curas que allí habitan. Está enclavado en un paraje natural de gran belleza donde las flores de inmensos jardines adornan el lugar y dejan sentir sus distintos y exquisitos aromas, siempre, acompañados de una suave brisa de las aguas marinas que lo rodean por casi todas partes.
Junto al Monasterio se levanta un enorme obelisco que fue construido en conmemoración del cuarto centenario del nuevo continente y, en su interior, como podeis ver arriba, existen obras pictóricas conmemorativas de la gesta que pintó Daniel Vazquez Díaz.
El monasterio tipológicamente pertenece al Gótico-Mudéjar incorporado a la Rábida desde el período Almohade.
La iglesia-Santuario es de dimensiones pequeñas y estructura compacta posee una sola nave y un hermoso artesonado de influencia mudéjar que cubre la bóveda primitiva. El ábside posee arcos apuntados. En las paredes conserva pinturas de Juan de Dios realizadas en el Siglo XVIII que tratan temas de la vida de San Francisco.
El claustro del Monasterio de la Rábida es pequeño y sigue el modelo de San Isidoro y Guadalupe: estilo mudéjar. Se amplió en el siglo XVII con un cuerpo superior y se le incorporaron almenas como protección de invasiones.
Tiene en sus paredes frescos del siglo XV que han sido restauradas. El claustro estuvo punto de desaparecer en 1855 por la desamortización, y salvado el conjunto por el Gobernador Alonso. Es uno de los monumentos mas importantes y significativos en la historia de España y de América, fue declarado primer monumento histórico de los pueblos Hispanos y en 1856 fue declarado el tercer monumento nacional y patrimonio de la humanidad.
Muy cerca del entorno, junto al Monasterio, está la Sede de la Universidad Internacional Iberoamericana de La Rábida, en la que, se imparten Cursos de verano y se acogen a grandes personalidades en los distintos campos del saber que dan conferencias muy apreciadas. Aquí, en el pasado no muy lejano, tuve la suerte de asistir a una de Lynn Margulis y pude hablar con ella de los temas tratados.
Muy cerca de donde está la el monumento de Colón, se encuentra este puente totalmente hecho de hierro por el famoso Eisffel (el de la Torre de París que lleva su nombre). Se construyó para llevar el mineral en vagonetas hasta los barcos que lo transportaban a todos los lugares del mundo. Después, con la supremacía de Chile en el cobre, quedó relegado y ahora sirve para que paseen los enamorados.
Bueno, un día más me ha pasado, comencé el trabajo queriendo hablaros de las estrellas y del universo y, sin saber por qué, he terminado en estos comentarios sobre cosas de mi entorno, de mi infancia, lugares por los que jugué de niño y que, seguramente por eso, los recuerdos me trajeron hasta aquí.
emilio silvera