Abr
29
¡Nuestra curiosidad! Siempre buscando respuestas.
por Emilio Silvera ~
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La NASA cree que hallará vida extraterrestre en menos de diez años.
Yo no estaría tan seguro de que, en los próximos 10 años podamos descorrer ese velo.
“En nuestro horizonte vital, podemos muy bien finalmente responder si estamos solos en el Sistema Solar”. ( Ellen Stofan).
Las lunas con mayor potencial para albergar vida en nuestro sistema solar son Europa (luna de Júpiter) y Encélado (luna de Saturno), debido a la presencia de océanos subterráneos líquidos y posibles fuentes de energía químicas. También se ha sugerido que Titán (luna de Saturno), sin descartar Ganímedes (luna de Júpiter), la más grande del sistema solar.
A medida que las misiones de la NASA exploran el Sistema Solar y buscan nuevos mundos, la agencia espacial estadounidense se acerca a encontrar vida fuera de nuestro planeta. Y está segura de encontrarla antes de una década.
“Las actividades de la NASA han proporcionado una ola de descubrimientos asombrosos relacionados con el agua en los últimos años que nos inspiran a seguir investigando los orígenes y las fascinantes posibilidades de otros mundos, y la vida en el universo”, dijo ayer Ellen Stofan, jefa científica de la agencia. “En nuestro horizonte vital, podemos muy bien finalmente responder si estamos solos en el Sistema Solar y más allá”.
¿Qué habrá más allá del Sistema solar? Las sondas Pioneer fueron las primeras en intentar viajar más allá del Sistema Solar.
Ellen Stofan
“Creo que vamos a tener fuertes indicios de vida más allá de la Tierra dentro de una década, y creo que vamos a tener evidencias definitivas dentro de 20 o 30 años. Sabemos dónde buscar y sabemos cómo buscarlo”,
En alguno de estos pequeños mundos… ¡Habrá formas de vida!
Los elementos químicos en el agua, hidrógeno y oxígeno, son algunos de los elementos más abundantes en el universo. Hay varios mundos que se cree poseen agua líquida debajo de sus superficies, y muchos más los que tienen agua en forma de hielo o vapor. El agua se encuentra en los organismos primitivos como los cometas y los asteroides y planetas enanos como Ceres. Se cree que las atmósferas y los interiores de los cuatro planetas gigantes –Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno– contienen enormes cantidades de esta sustancia, y sus lunas y anillos, hielo.
Sólo podemos especular con lo que nos podemos encontrar ahí fuera. Nuestra imaginación es grande, sin embargo, lo más probable es que, el asombro, será la primera reacción cuando descubramos vida fuera de la Tierra.
John Grunsfeld, uno de los jefes de la misión científica de la NASA, compartió ayer el optimismo de Stofan: “Creo que estamos solo a una generación [de encontrar vida], ya sea en una luna helada o en Marte”. “La Vía Láctea es un lugar empapado”, aseveró Paul Hertz, director de la división de astrofísica de la NASA.
Tal vez los mundos de agua más sorprendentes son las cinco lunas heladas de Júpiter y Saturno que muestran una fuerte evidencia de océanos bajo sus superficies: Ganímedes, Europa y Calisto en Júpiter, y Encélado y Titán en Saturno.
Fuente: Noticias NASA.
Exoplaneta orbitando la estrella Gliese 667 C que pertenece a un sistema triple. Crédito: ESO
No me cabe la menor duda de que, finalmente, encontraremos formas de vida fuera de la Tierra (sin desechar la posiblidad de que sean esas formas de vida las que nos encuentren a nosotros). Si aún no la hemos encontrado es debido a que nuestra tecnología no lo ha permitido, y, también, a las grandes distancias que nos separan de los cuerpos celestes que, como la Tierra, tienen alguna posibilidad de dar cobijo a formas de vida.
La búsqueda de inteligencia extraterrestre
No será nada fácil que encontremos formas de vida inteligentes que, evolucionadas, tengan una historia de Civilizaciones en su pasado como la nuestra. Sin embargo, el Universo es el mismo en todas partes, y, las leyes que lo rigen siempre repiten los mismos parámetros en la diversidad de mundos que, a miles de millones se reparten por la infinidad de galaxias.
Son las fuerzas que rigen todo el universo
Los elementos que han permitido la diversidad de las formas de vida que conocemos, fueron creados en las estrellas, todos sabemos el “infinito” número de estrellas presentes en las galaxias, y, en todas ellas, la fusión nuclear primero, y las explosiones Supernovas más tarde, habrán posibilitado que planetas, parecidos a la Tierra y situados en la zona habitable de su estrella madre, crearan las condiciones necesarias para que, formas de vida bacteriana primero, y más evolucionada después, apareciera en la superficie y en los océanos de esos planetas que, en una rica diversidad, poblaran el inmenso Universo.
A esas cuatro fuerzas fundamentales que rigen todo el universo, hay que añadirle el complemento que les proporcionan las Constantes universales, y, además, conforme determinen las característica de los mundos (Gravedad, atmósfera, masa y elementos que contenga, océanos, distancia a su estrella….), estará o no la Vida presente.
De todas las maneras hay que pensar (aplicando la lógica), que la vida prolifera por todo el universo.
Emilio Silvera Vázquez
Abr
29
La Ignorancia supera al conocimiento
por Emilio Silvera ~
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Ya lo decía Popper, el Filósofo de la Ciencia: “Cuanto más profundizo en el conocimiento de las cosas, más consciente soy de lo poco que se. Mis conocimientos son limitados, mi ignorancia infinita.” Me recuerda este pensamiento aquel otro realizado por un famoso filósofo de la Griega Clásica: “Sólo se, que no se nada.” Tampoco hay que desechar aquel otro pensamiento, también de un filósofo: “”Cambiaría todo lo que se, por loa mitad de lo que ignoro”.
Todos ellos vienen a darnos la razón de que, las preguntas siguen ganando a las respuestas.
Cuando nos preguntan: ¿Qué es más grande el Universo o el cerebro humano? Sin pensarlo un momento responderemos el Universo. Sin embargo…
Si nos paramos a pensar en el hecho cierto de que, el cerebro humano adulto, con poco más de un kilo de peso, contiene unos 86.000.000.000 de células nerviosas o neuronas, La capa ondulada más exterior o corteza cerebral, que es la parte del cerebro de evolución más reciente, contiene alrededor de 30 mil millones de neuronas y más de un billón de conexiones o sinapsis. Si contáramos una sinapsis cada segundo, tardaríamos 32 millones de años en completar el recuento. Si consideramos el número posible de circuitos neuronales, tenemos que habérnosla con cifras hiper-astronómicas: 10 seguido de un millón de ceros. No existe en el Universo ninguna otra cosa de la que pueda resultar una cantidad igual. Incluso el número de partículas del universo conocido es de 10 seguido de tan sólo 79 ceros (El número de Eddington). En comparación con el número de circuitos neuronales…
A la vista de este dato… ¡Habría que pensarse la respuesta a la pregunta planteada! Por mi parte, para no complicarme la vida, diría que el cerebro mes como un universo en miniatura.
Sí, existe una similitud fascinante entre la expansión del universo y la del cerebro humano, aunque en diferentes escalas. Ambas se caracterizan por una expansión que implica la formación de redes complejas y jerárquicas, y se rigen por principios similares.
Nuestros cerebros, como el mismo Universo, también se expande y con el paso del Tiempo abarcan más conocimientos cuya profundidad aumenta a medida que se añaden nuevas parcelas del saber. Sin embargo… ¡Saberlo todo nunca podremos!
Se da la paradoja de que al adquirir un conocimiento nuevo, de manera automática, en el cerebro se abren nuevas posibilidades que dan lugar a plantear nuevas preguntas que, antes de adquirir ese nuevo conocimiento, no se podía plantear. Nos lleva a nuevos escenarios, y, posibilita el abrir nuevos caminos. Así hemos avanzado a lo largo de nuestra Historia.
Al menos de momento, tenemos que admitir que es así. No creo que nunca podamos adquirir un conocimiento pleno de todas las cosas. Siempre nos quedarán secretos que desvelar y misterios por descubrir, y, la inmensa variedad, la vastedad compleja de la diversidad de la Naturaleza, tendrá siempre para nosotros, algunos rincones oscuros en los que moran respuestas que deseamos encontrar y que, posiblemente, nunca podremos decir que han completado totalmente el desalojo de la ignorancia que nosotros siempre llevaremos como parte del precio que pagamos por la vida.
¿Oiremos alguna vez que han encontrado los restos de la Atlántida?
Al hombre por naturaleza le ha intrigado aquellos sucesos a los cuales no encuentra una explicación lógica, y cuando sus respuestas no son las adecuadas, las ha convertido en misterios, leyendas o mitos pero, con el paso del tiempo, poco a poco, fue dejando de lado la mitología y a las divinidades para emplear la lógica y la observación del mundo, y, más tarde, llegó el experimento: la Ciencia había nacido.
Muchas son las cosas que no sabemos
Nosotros, los componentes de la especie Homo, ( hemos tenido un ancestro común con los Chimpancés los componentes de la especie Pan. Dicen que fue el último ancestro común que, por cierto, no era ni Homo ni Pan. No se sabe el por qué ambas especies divergieron, y, mientras que una sigue en la copa de los árboles, la otra trata de llegar a las estrellas.
El cráneo de “Lucy” (AL 288-1)
Uno de los misterios más grandes se refieren a nosotros mismos, de manera fidedigna, no sabemos lo que pasó para que ahora podamos estar aquí. El cráneo de Lucy y unos huesos diminutos , cuidadosamente dispuestos en una vitrina del museo para su exhibición al público, nos pueden transportar hasta la cálida sabana africana en la que, según todos los indicios, se gestó la Humanidad hace unos tres millones de años.
Para recorrerla por completo debemos recorrer 12 años luz
Nebulosas hacedoras de mundos en las que, nacen estrellas nuevas y se transmutan los elementos sencillos en complejos, en ellas y en las estrellas surge el CHON (Carbono, Hidrógeno, Oxígeno y Nitrógeno) que son materiales esenciales para la vida.
“La región interior de la Nebulosa de Orión vista por el instrumento NIRCam del Telescopio Espacial James Webb. Esta es una imagen compuesta de varios filtros que representa la emisión de gas ionizado, hidrocarburos, gas molecular, polvo y luz estelar dispersa. La más destacada es la barra de Orión, una pared de gas y polvo denso que se extiende desde la parte superior izquierda hasta la parte inferior derecha de esta imagen y que contiene la brillante estrella θ2 Orionis A.
La escena está iluminada por un grupo de estrellas jóvenes y calientes. estrellas (conocido como el cúmulo de trapecio) que se encuentra justo al lado de la parte superior derecha de la imagen. La fuerte y dura radiación ultravioleta del cúmulo Trapezium crea un ambiente caliente e ionizado en la parte superior derecha y erosiona lentamente la barra de Orión. Las moléculas y el polvo pueden sobrevivir más tiempo en el entorno protegido que ofrece la barra densa, pero la oleada de energía estelar esculpe una región que muestra una increíble riqueza de filamentos, glóbulos, estrellas jóvenes con discos y cavidades. Crédito: NASA, ESA, CSA.
Si viajamos hacia atrás en el tiempo esos tres millones de años, podríamos contemplar, con asombro, a nuestros primeros antepasados. Los dinosaurios nos llevan a un tiempo de veinte a setenta veces más antiguo, a unos bosques mesozoicos por los que discurren bestias prodigiosas.
Bosques mesozoicos por los que discurren bestias prodigiosas
¿Qué habría pasado en la historia de la evolución si no hubiera caído aquel meteorito?
Claro que es mucho lo que aún desconocemos de la historia de la vida y, de la misma manera, se podrán expresar nuestros nietos, no es una asignatura de fácil comprensión, ya que, no teníamos aquí a un historiador recopilando todo lo que pasó, ni el tiempo que ha transcurrido nos permite encontrar las huellas necesarias que nos den una respuesta completa.
Claro que, a pesar de todo, incluso con esos enormes inconvenientes de la falta de pruebas, la historia de la Vida, es una narración tan apasionante que, seguimos y seguiremos buscando indicios del pasado que nos hablen de lo que pasó, de nosotros y de otros seres que, como nosotros mismos, surgieron a la vida tras un complejo proceso evolutivo del que, al parecer, sólo nosotros alcanzamos un nivel de consciencia superior.
La historia de la vida solemos relatarla al estilo de la genealogía de Abraham: las bacterias engendraron a los protozoos, los protozoos engendraron a los invertebrados, los invertebrados engendraron a los peces…y, así, sucesivamente, Claro que tales listas de conocimientos adquirido pueden ser memorizadas pero, no dejan mucho espacio para pensar que, en lugar de recitar como un papagayo esas cuestiones, es mejor, salir a espacios abiertos y a lugares remotos del planeta en los que, los vestigios e indicios nos digan que allí pasó algo, donde podamos encontrar rocas viejas y fósiles que sí, de manera fehaciente, nos hablaran de ese pasado que queremos conocer.
La prueba irrefutable de que estuvieron aquí
Los actuales descubrimientos de la Paleontología, la más tradicional de las empresas científicas, se entrelazan con nuevas ideas nacida de la biología molecular y la geoquímica. Los huesos de los dinosaurios son grandes y espectaculares y nos llevan al asombro. Pero, aparte del tamaño de sus habitantes, el Mundo de los dinosaurios se parecía mucho al nuestro. Contrasta con él la historia profunda de la Tierra, que nos cuentan fósiles microscópicos y sutiles señales químicas y que es, pese a ello, un relato dramático, una sucesión de mundos desaparecidos que, por medio de la transformación de la atmósfera y una evolución biológica, nos llevan hasta el mundo que conocemos hoy.
fósiles de bacterias descubiertos en Australia se convierten en la evidencia más antigua de la que se tiene constancia, se han datado en 3.450 millones de años.
Pero, ¿cómo podemos llegar a comprender acontecimientos que ocurrieron hace unos miles de millones de años? Una cosa es aprender que en las llanuras mareales de hace mil quinientos millones de años vivían bacterias fotosintéticas, y otra muy distinta entender cómo se infiere que unos fósiles microscópicos pertenecen a bacterias fotosintéticas, cómo se averigua que las rocas que los rodean se formaron en antiguas llanuras mareales y cómo se estima su edad en mil quinientos millones de años.
En tanto que empresa humana, está es también la historia de la exploración que se extiende desde el espacio interior de las moléculas al espacio literalmente exterior del espacio interestelar y de los planetas como Marte.
¿De verdad hay una cara en Marte?
“La sonda Viking 1, un orbitador de la NASA, volaban algunas de las esperanzas más excitantes de la carrera espacial estadounidense en plena madurez aventada por la guerra fría y los fracasos del enemigo soviético. La Viking debía realizar una somera inspección visual de la superficie marciana con la finalidad de encontrar los mejores emplazamientos posibles para el aterrizaje de su sucesora, la Viking 2, que, ella sí, tocaría suelo. El 25 de julio de 1976, la sonda tomaba fotografías de la región marciana de Cydonia, un área de panzas y llanos que ofrecía una relativa seguridad en contraste con otras zonas más meridionales de Marte, escarpadas y peligrosas. Los técnicos del Jet Propulsion Laboratory en Pasadena que recibían en Tierra las imágenes estaban acostumbrados a procesar cientos de fotos aburridas y terriblemente iguales. Por eso debió de ser para ellos un motivo de alborozo, un martillazo en sus tediosas jornadas de trabajo, la llegada de la muestra 070A13, la primera de una serie de capturas cada vez en mayor resolución que arrojaban los monitores lo que indiscutiblemente se asemejaba a una gran cara, con los ojos profundos, la nariz griega y una boca tranquila y misteriosa, ensombrecida en su mitad izquierda por los estragos de un sol demasiado bajo.””
“No podría ser otra cosa que un efecto óptico sobre el relieve de una protuberancia rocosa, pero alguien intuyó que aquella imagen podría tener un efecto mediático gigantesco: todo el mundo iba a enterarse de lo que Estados Unidos estaba haciendo en las proximidades del planeta rojo. Otra victoria propagandística de la NASA estaba en ciernes, pues no tardaron en emitir una nota de Prensa algo rocambolesca. «La gran formación rocosa en el centro de la imagen, que remeda una cara humana, está formada por sombras que dan la ilusión de ser ojos, nariz y boca», concluían.”
Muchas son las evidencias de la existencia de agua en Marte
Muchas de las imágenes del planeta Marte, nos hablan de secretos que… Aunque podrían se figuras conformadas por el azar, como cuando miramos las nubes y creemos ver en ellas figuras de dinosaurios. Alguna vez con los niños y en el campo, acostados sobre la yerba, jugábamos a eso.
Muestras recogidas en Marte nos podrán hablar de qué aspectos de nuestra biología terrestre se pueden encontrar allí donde existe la vida, existió la vida o, ¿quién sabe? existirá. Seguramente en Marte podremos encontrar, para nuestro asombro, productos específicos de nuestra particular historia que yacen allí para darnos una respuesta pero, el camino que hemos de seguir para buscar la vida en el Universo dependerá, en gran medida, de lo que podamos encontrar en nuestro “barrio”: Marte, Encelado, Europa, Titán, Ganímedes y otros pequeños mundos que, cuando les dedicamos una profunda mirada, nos envían promesas que, no podemos desatender.
Uno de los temas más claros en la historia evolutiva es el carácter acumulativo de la diversidad biológica. Las especies individuales (al menos la de los organismos nucleados) aparecen y desaparecen en una sucesión geológica de extinciones que ponen de manifiesto la fragilidad de las poblaciones en un mundo de competencia y cambio ambiental. Pero la historia de las asociaciones -de formas de vida con una morfología y fisiología características- es una historia de acumulación. La visión de la evolución a gran escala es indiscutiblemente la de una acumulación en el tiempo gobernada por las reglas del funcionamiento de los ecosistemas. La serie de sustituciones que sugieren los enfoques al estilo de la genealogía de Abraham no consigue captar este atributo básico de la historia biológica.
Otro de los grandes temas es el de la coevolución de la Tierra y la Vida. Tanto los organismos como en Ambiente han cambiado drásticamente con el tiempo, a menud de forma concertada. Los cambios del clima, la geología e incluso la composición de la atmósfera y de los océanos han influido en el curso de la evolución, del mismo modo que las innovaciones biológicas han influido, a su vez, en la historia del medio ambiente.
Los científicos saben que, la Vida, nació por mediación de procesos físicos -tectónicos, oceanográficos y atmósfericos- estos mismos procesos antes mencionados, sustentaron la vida era tras era al tiempo que modificaban continuamente la superficie de la Tierra.
Aunque la cifran en dos millones de especies, lo cierto es que podrían ser más de siete millones de especies las que pueblan la Tierra, y, eso teniendo en cuenta que sólo el 1% de las que han existido viven en la actualidad.
Por fin la vida se expandió y diversificó hasta convertirse en una fuerza planetaria por derecho propio, uniéndose a los procesos tectónicos y físico-químicos en la transformación de la atmósfera y los océanos.
Creo que, el surgimiento de la vida como una característica definitoria de nuestro planeta es algo que, no podemos calificar con una palabra menor a la de un hecho extraordinario.
¿Cuántas veces habrá ocurrido lo mismo en la vastedad del Universo? Debemos pesar que el Universo tiene 13.750 millones de años, y, que nosotros, solo llevamos aquí algunos cientos de miles de años. Sabemos que las estrellas han estado “fabricando” los elementos de los que está hecha la vida durante diez millones de años, lo que nos lleva a pensar que esos 3.750 millones de años habrán podido suceder muchas cosas en los miles de millones de planetas que existen en nuestra propia Galaxia. Que nosotros desconozcamos los hechos,,, ¡No significan que no sucedieran!
Como decía aquel gran cosmólogo: “La ausencia de pruebas no es prueba de ausencia.”
Emilio Silvera Vázquez
Abr
29
¡La Vida se abre paso!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en La vida sigue ~
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Noticias – Ciencia y tecnología
La NASA descubre dos seres vivos a 200 metros bajo el hielo de la Antártida
La Agencia Espacial Estadounidense (NASA) ha detectado la existencia de dos seres vivos a casi 200 metros bajo la capa de hielo de la Antártida, en plena oscuridad, un descubrimiento que altera las teorías sobre las condiciones en las que se puede desarrollar la vida.
En un comunicado, la Agencia Espacial asegura haber hallado un Lyssianasid Amphipod, una criatura parecida a un camarón o gamba, y de unos 8 centímetros de tamaño. Además, encontró lo que parecía ser el tentáculo de una medusa, de unos 30 centímetros.
Un equipo de la NASA introdujo una pequeña cámara de vídeo a través de la gruesa capa de hielo, y la hizo descender en la profundidad marina, donde reina la oscuridad.
“El crustáceo rompe los principios sobre las condiciones en que puede haber vida“
Primo hermano del camarón
A unos 190 metros, se detectó y se fotografió al crustáceo que, pese a su pequeño tamaño, ha logrado romper los principios establecidos hasta ahora sobre las condiciones extremas en las que puede haber vida.
Hasta ahora, los científicos creían que sólo unos cuantos microbios eran capaces de vivir en estas condiciones.
El descubrimiento de la NASA podría llevar a realizar expediciones en busca de vida a lugares hasta ahora descartados en el espacio, como planetas o lunas congeladas.
“Estábamos trabajando con la presunción de que no íbamos a encontrar nada”, dijo el científico de la NASA Robert Bindschadler, quien presentará el vídeo del descubrimiento en la reunión de mañana, miércoles, de la American Geophysical Union. “Es un camarón que te gustaría tener en el plato”, bromeó.
El científico matizó que el Lyssianasid amphipod no es exactamente un camarón o gamba, aunque sí es un primo lejano de esta especie.
Noticias de Ciencia.
Abr
28
¿La Vida en otros mundos? ¡Cada vez más cerca!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en General ~
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La tecnología tiene la palabra.
Comprobar desde inmensas distancias la presencia de vida en otros mundos… No será nada fácil, y, la posibilidad de ir hacia ellos… No está a nuestro alcance. Sin embargo, simplemente aplicando la lógica, tendremos que convdenir en que, lo más probable e que la vida prolifera por todo el Universo.
Abr
28
¿Qué somos en realidad? ¿Lo sabremos algún día?
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Universo y... ¿nosotros? ~
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Es lo más probable, teniendo la evidencia de que existen miles de millones de mundos, de que no pocos están situados en la zona habitable de sus estrellas, que el universo es igual en todas partes, que las leyes fundamentales y las constantes universales que rigen nuestro universo son las mismas en todas sus regiones y galaxias…
Si la Vida está “Aquí” ¿Por qué no estaría Allí”.
“La argumentación de que no hubo tiempo suficiente para que la vida surgiera localmente en la Tierra se basa en una valoración puramente subjetiva y arbitraria, que no está corroborada por ningún elemento objetivo. No existe prueba alguna de que la aparición de la vida requiera cientos de millones de años, como se ha afirmado. Por el contrario, la visión que debemos tener es esencialmente química y determinista. Así debemos mirar este fenómeno que lleva a creer, más bien, que la vida surgió de manera relativamente rápida, en un período de tiempo que con probabilidad hay que contar en milenios y no en millones de años. Según esta concepción, el margen de unos cien millones de años que permiten los datos actuales deja tiempo suficiente para que la vida naciera en la Tierra. Es incluso posible que la vida surgiera y desapareciera varias veces antes de establecerse, tanto aquí como en otros muchos planetas de ésta y otras galaxias.”
Una versión de la máquina del tiempo de Thorne consiste en dos cabinas, cada una de las cuales contiene dos placas de metal paralelas. Los intensos cambios eléctricos creados entre cada par de placas de metal paralelas (mayores que cualquier cosa posible con la tecnología actual) rizan el tejido del espacio-tiempo, creando un agujero en el espacio que une las dos cabinas. Una cabina se coloca entonces en una nave espacial y es acelerada a velocidades próximas a la de la luz, mientras que la otra cabina permanece en la Tierra. Puesto que un agujero de gusano puede conectar dos regiones des espacio con tiempos diferentes, un reloj en la cabina de la nave marcha más despacio que un reloj en la cabina de la Tierra. Debido a que el tiempo transcurriría a diferentes velocidades en los dos extremos del agujero de gusano, cualquiera que entrase en un extremo del agujero de gusano sería instantáneamente lanzado al pasado o al futuro.
Pero centrémonos en esa pregunta del título: ¿Qué somos en realidad? ¿Lo sabremos algún día?

No es que estemos conectados con el Universo, lo cierto es, ¡que somos parte de él!
Estoy totalmente convencido de que, de alguna manera, nuestras mentes, están conectadas con el cosmos del que formamos parte. Estamos aquí y nos parece de lo más natural, nunca nos paramos a pensar en cómo fue eso posible, en cómo surgió el “milagro”. A partir de la materia “inerte” evolucionada surgen entes pensantes y vivos, ¿Cómo es posible tal maravilla? Hay que pensar (lo he referido en muchas ocasiones) que, el material del que estamos hecho (Nitrógeno, Carbono, etc.), se fabricó en las estrellas a partir del elemento más simple, el Hidrógeno que, evolucionado a materiales más complejos que llegaron hasta nuestro Sistema Solar primitivo en formación para constituirse en parte del Planeta Tierra en el que, bajo ciertas condiciones atmosféricas, presencia de agua y de radiación cósmica, dio lugar al nacimiento de aquella primera célula capaz de reproducirse que evolucionó hasta nosotros.
Estamos hecho de energía pura fabricada en las estrellas y nuestras mentes evolucionan formando parte de un Universo en constante expansión del que, sin que nos demos cuenta, recibimos continuos mensajes que nos mantiene conectados a esa fuerza invisible que nos hace pensar para descubrir su fuente.
En algún momento breve, he tenido la sensación de tener en mi mente la solución a un pensamiento continuado sobre un problema científico que me preocupa y quisiera conocer. La sensación de ese saber, de tener esa respuesta deseada, es fugaz, pasa con la misma rapidez que llegó. Me deja inquieto y decepcionado, estaba a mi alcance y no se dejó atrapar. Me ocurre con cierta frecuencia con distintos temas que me rondan por la cabeza. Sin embargo, esa luz fugaz del saber aparece y se va sin dejar rastro en mi mente que me permita, a partir de una simple huella, llegar al fondo de la cuestión origen del fenómeno.
¡Esa conexión invisible que nos ata a las estrellas!
La mente humana es una maravilla. Esas sensaciones que antes he mencionado, y, que en mí, llegan y se van sin dejar huellas, son las mismas que sintieron Galileo, Kepler, Newton, Planck o Einstein, lo único diferente es que en ellos, la sensación no fue tan fugaz, se quedó el tiempo suficiente en sus mentes como para que pudieran digerir el mensaje y comunicar al mundo lo que les había transmitido. Así, a fogonazos de luz del saber, avanza la Humanidad.
Nadie ha podido explicar nunca como llegan esos fogonazos de luz del conocimiento a unas pocas mentes elegidas.
El cerebro se cuenta entre los objetos más complicados del Universo y es sin duda una de las estructuras más notables que haya producido la evolución. Hace mucho tiempo, cuando aún no se conocía la neurociencia, se sabía ya que el cerebro es necesario para la percepción, los sentimientos y los pensamientos.
En tanto que objeto y sistema, el cerebro humano es muy especial: su conectividad, su dinámica, su forma de funcionamiento, su relación con el cuerpo y con el mundo, no se parece a nada que la conciencia conozca. Su carácter único hace que el ofrecer una imagen del cerebro se convierta en un reto extraordinario. Aunque todavía estamos lejos de ofrecer una imagen completa del cerebro, si podemos ofrecer retazos y datos parciales de algunos de sus complicados mecanismos. Sin embargo, carecemos de información para generar una teoría satisfactoria de la conciencia.
Estamos tratando de algo que pesa poco más de 1 kg –aproximadamente- y que contiene unos cien mil millones de células nerviosas o neuronas, generando continuamente emociones, etc.
¡Increíble, grandioso! ¿Pero sabemos encausarlo? De momento: NO.
El ADN de nuestros cuerpos contienen un registro del pasado, porque nuestros genes han sido moldeados por circunstancias ambientales. Aunque el registro genético, como el registro geológico, ha quedado envuelto y oscurecido por los estragos del tiempo, no está completamente borrado.
Sonsacando información de los genes, los microbiólogos pueden decir mucho sobre el ancestro universal que pudo haber vivido hace unos 4.000 millones de años, y con esta información podemos conjeturar algo sobre las condiciones que imperaban en aquella época. El mensaje que se extrae es una auténtica sorpresa. Pero debemos confiar en nosotros mismos, en ese cerebro que aún no conocemos y que, en abril de 2.003, por ejemplo, nos llevó a completar con éxito la secuenciación de 3.000 millones de letras de A D N presentes en el genoma humano.
Precisamente, ese conocimiento, se puede ver como un manual de instrucciones reconvertible en el libro de medicina más potente imaginable. Parece que ahí está el futuro de la salud humana: La Genética. El reto que tenemos por delante consiste en adoptar la forma correcta en que se deben leer los contenidos de todas esas páginas que contienen la secuenciación de los 3.000 letras de A D N, y comprender el modo de cómo funcionan juntas las distintas partes para encausar la salud y la enfermedad humanas.
La consecuencia más importante de todo esto es que se ha abierto la puerta a un alentador y enorme (aunque complejo) paisaje biológico nuevo. Su exploración necesitará de pensamientos creativos y nuevas ideas.
En el Universo todo es energía y de ellas surgimos nosotros y surgió la Conciencia que tratamos de conocer. Vinimos de las estrellas y hacia las estrellas regresaremos algún día lejano en el futuro, cuando esa conciencia se expanda hasta el punto de que podamos comprender. Nadie puede negar que: ¡La energía del Universo está en nosotros! Se nos da un tiempo (si no surgen problemas) para que podamos desplegar la parte alícuota de intelecto que nos toco en “suerte”, por “azar”, “genética” o vaya usted a saber el motivo de que, algunos tengan dotes superiores a las que otros tenemos y puedan “ver” con más facilidad la naturaleza de la Naturaleza. Creo que, todos los misterios del Universo, residen en nuestras mentes en las que, se encuentran todas las respuestas que podremos encontrar con el Tiempo. Precisamente por eso, se nos ha otorgado el don de poder luchar contra la entropía y, junto con las galaxias espirales, podemos generar entropía negativa que impide el deterioro ininterrumpido del mundo.
Lo incomprensible de todo esto es que lo podamos comprender. ¡Ideas que surgen tratando de decirnos como es el “mundo”
Hace 30 años, todo esto era un sueño, nadie se atrevía a pensar siquiera con que este logro sería posible algún día ¡secuenciar 3000 millones de grafos de A D N! Sin embargo, aquí viene la contradicción o paradoja, el cerebro que aún no conocemos, lo ha hecho posible. La genómica es una auténtica promesa para nuestra salud, pero necesitaremos algunos saltos cuánticos en la velocidad y la eficacia de la secuenciación del A D N.
No será fácil llegar a comprender lo que aquí vemos
Los circuitos y conexiones cerebrales generan números que sobrepasan el de estrellas en las galaxias. Estamos tratando de algo que pesa poco más de 1 Kg –aproximadamente–, que contiene unos cien mil millones de células nerviosas o neuronas, generando continuamente emociones y pensamientos.
La consecuencia más importante de todo esto es que se ha abierto la puerta a un alentador y enorme (aunque complejo) paisaje biológico .Su exploración necesitará de pensamientos creativos y nuevas ideas. Hace 40 años, todo esto era un sueño, nadie se atrevía a pensar siquiera con que este logro sería posible algún día ¡secuenciar 3000 millones de grafos de A D N! Sin embargo, aquí viene la contradicción o paradoja, el cerebro ¡que aún no conocemos!, lo ha hecho posible. La genómica es una auténtica promesa para nuestra salud, pero necesitaremos algunos saltos cuánticos en la velocidad y la eficacia de la secuenciación del A D N.
Nuestra consciencia trata de “volar” hacia el universo al que pertenece
Está claro sin embargo que, dadas todas las dimensiones del ser humano, que incluyen aspectos tanto materiales como espirituales, será necesario mucho, mucho, mucho tiempo, para llegar a conocer por completo todos los aspectos complejos encerrados en nuestro interior.
El adelanto que se producirá en las próximas décadas estará y será más visible en el aspecto biológico y la curación de enfermedades como el cáncer y otras nefastas como el Sida que asolan nuestro mundo. El conocimento de la Psique, de nuestra propia conciencia, será mucho más lento.
Hay que tener en cuenta que primero debemos tener un conocimiento completo de los primates, tal conocimiento nos proporcionaría luz sobre lo que convierte en únicos a los seres humanos. Al decir únicos me refiero al hecho diferenciador de la conciencia y, desde luego, lo circunscribo al planeta Tierra, ya que, referido a todo el Universo, seguro que no somos “tan únicos”.
Una cosa es cierta: No prestamos la debida atención al poder de nuestros pensamientos que, lo mismo están presentes en nuestras vidas cotidianas, en nuestra realidad del día a día que, nos llevan en viajes alucinantes hacia mundos ignotos situados en regiones perdidas del universo, o, también, nos puede situar en un mundo mágico en el cual, llegamos a comprender, sin dificultad alguna y con una claridad de ideas que sólo una alta calidad intelectual podría lograr, esas teorías inalcanzables que no pueden ser verificadas por el hombre por falta de medios y comprensión. La Mente es una herramienta muy poderosa y, de ella, surgen las ideas que nos llevarán hacia el futuro.
Emilio Silvera Vázquez