Jun
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¿Pueden llegarnos mensajes del futuro?
por Emilio Silvera ~
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Investigadores proponen una solución a algunos problemas de la Física Cuántica, como los viajes en el tiempo o la paradoja del abuelo
Las curvas temporales abiertas podrían resolver muchos problemas de la Física – NPJ QUANTUM INFORMATION
Un grupo internacional de investigadores, liderados por la Universidad de Singapur, acaba de demostrar que numerosos problemas de la Física Cuántica, hoy por hoy irresolubles, podrían solucionarse fácilmente con un ordenador cuántico que viajara a través de “curvas temporales abiertas”. El trabajo, que ha levantado gran expectación en la comunidad científica, se publica en la revista Nature Quantum Information.
En la Teoría de la Relatividad se admite un espacio tetradimensional, con tres coordenadas espaciales y una temporal. Como no es posible representar en nuestra realidad semejante espacio de cuatro dimensiones, realizaremos una aproximación representando por un plano el espacio tridimensional, más una coordenada temporal. Las soluciones temporales abiertas para expresar la evolución de un punto sería una gráfica del tipo que arriba podemos contemplar.
En cambio, para las soluciones que sean curvas temporales cerradas, serían las de arriba
“Esta es la tesis que sostienen los físicos, Richard Gott y Li-Xin Li, que coincidieron los dos en Princeton. Ambos comienzan recordando que “la cuestión de la causa primera” ha estado preocupando a filósofos y científicos durante más de dos mil años, pero Aristóteles consideró esto tan molesto que propuso evitarlo considerando que el Universo existe eternamente tanto en el pasado como en el futuro, de esta manera no habría que preguntar sobre el inicio de su existencia.Una variante del enfoque habitual sobre el origen del Universo lo proporcionan estos físicos, pues en la línea de Aristóteles, Got y Li sugieren audazmente que preguntar como crear el Universo a partir de la nada podría ser plantear la pregunta equivocada. ¿Por qué? Porque una propiedad importante de la Teoría de la Relatividad General de Einstein es que permite soluciones que tienen curvas temporales cerradas, o CTC. Es decir, que se contemplan soluciones en la misma donde la gravedad es lo suficientemente intensa para curvar dicho continuo espacio-temporal en una configuración de “bucle”, que permite a los acontecimientos futuros influenciar en el pasado, permitiendo en palabras del físico y matemático Roger Penrose “que una señal sea enviada desde algún acontecimiento al pasado del mismo suceso”.
“Cuando el tiempo de ejecución de un algoritmo, es por cual se obtiene una solución al problema, es menor que el cierto valor calculado partiendo del número de variables incluidas, normalmente son variables de entrada, utilizando una fórmula polinómica, se puede decir que el problema lo podemos resolver en un tiempo polinómico.”
Hace ya una década que el físico Dave Bacon, que en la actualidad trabaja para Google, demostró que la mejor forma de resolver rápidamente todo un grupo de problemas de la Física (llamados NP-completo) y que traían de cabeza a los matemáticos, era utilizando un ordenador cuántico que se desplazara a través del tiempo. ¿La razón? El hipotético ordenador de Bacon podría moverse con libertad a través de una serie de “curvas cerradas de tiempo”, atajos en el tejido espaciotemporal que se curvan sobre sí mismos. La relatividad general en efecto, permite que dichos caminos puedan existir a través de las contorsiones en el espacio-tiempo que conocemos como agujeros de gusano.
¿Pero para qué enviar un mensaje en el tiempo y bloquearlo después para que nadie pueda leer su contenido? Sencillamente porque el procedimiento podría ser la clave que se necesitaba para resolver problemas que, actualmente, no tienen solución alguna. Y es que incluso un mensaje “sin abrir” puede resultar tremendamente útil, especialmente si los científicos “entrelazan” el mensaje con algún otro sistema antes de enviarlo.
“El entrelazamiento cuántico ha sido confirmado gracias a los fotones de una luz emitida hace 600 años por una estrella lejana. Un equipo de físicos demuestra así que el entrelazamiento cuántico no tiene explicación fuera de la mecánica cuántica, ya que pensar lo contrario supondría que alguien estableció en el espacio exterior un mecanismo de interferencia, mucho antes del experimento realizado ahora.”
Como se sabe, el entrelazamiento cuántico es un efecto extraño que es posible solo en el mundo de la Física subatómica, y consiste en una suerte de “comunicación instantánea” entre partículas que, como si fueran hermanos gemelos diminutos, “saben” al instante lo que le ha sucedido a las demás partículas entrelazadas y reaccionan al instante, sin importar la distancia que las separe. Y lo que proponen los investigadores es precisamente eso, crear un entrelazamiento entre el mensaje enviado a través del tiempo y el sistema del laboratorio. Una correlación que podría alimentar y potenciar la computación cuántica.
Sin embargo, las curvas temporales cerradas conllevan no pocos problemas. En general, los físicos creen que, aunque son teóricamente posibles, algo debe de estar evitando que ese tipo de desplazamientos temporales se produzcan en la Naturaleza. De otra forma, argumentan, podrían darse todo tipo de paradojas, entre ellas la clásica de que alguien podría viajar al pasado y matar a su abuelo, impidiendo así su propia existencia.
Y no solo es la familia la que estaría amenazada por unos viajes así. En efecto, romper el flujo temporal, dejando a un lado el principio de causalidad (un acontecimiento causa otro, que causa otro, y otro…) también puede tener consecuencias para la propia Física cuántica. A lo largo de las dos décadas pasadas los investigadores han mostrado hasta la saciedad que los principios mismos sobre los que se basa la Física Cuántica se quiebran en pedazos ante la presencia de curvas temporales cerradas. Por ejemplo, se puede quebrar el principio de incertidumbre, que establece la imposibilidad de conocer al mismo tiempo determinados pares de magnitudes físicas de una partícula (como la velocidad y el momento). O incluso dejar a un lado el Teorema de no Clonación, que dice que los estados cuánticos no se pueden copiar y que constituye uno de los pilares más sólidos de la Mecánica Cuántica.
Evitar las paradojas
La máquina del Tiempo de la película Contac que llevó a la heroína a miles de millones de años luz de la Tierra
Sin embargo, el nuevo trabajo muestra que un ordenador cuántico sería capaz de resolver problemas hasta ahora irresolubles si en vez de por curvas cerradas, se desplazara a través de “curvas temporales abiertas”, que no crean los problemas de causalidad anteriormente descritos. Esto se debe a que dichas curvas no permiten la interacción directa con cualquier cosa en el propio pasado del objeto: las partículas viajeras del tiempo (o, para ser más exactos, los datos que contienen) nunca interaccionarían con sí mismas.
Pra Mila Gu, de la Universidad de Singapur y director de la investigación, de esta forma “evitamos las paradojas clásicas, como la de los abuelos, aunque seguimos consiguiendo todos esos resultados extraños”.
“Cada vez que presentamos la idea -afirma por su parte Jayne Thompson, coautor de la investigación- todo el mundo dice que no hay forma de que esto pueda tener un efecto”. Pero sí que la hay. Las partículas enviadas de esta forma a través de un bucle temporal pueden, de hecho, ganar un enorme poder de “super computación”, incluso si jamás interactúan con nada del pasado. “La razón se debe a que algunos datos se almacenan en las correlaciones de entrelazado: y esto es precisamente lo que estamos aprovechando”, asegura Thompson.
Sin embargo, no todos los físicos piensan que estas líneas de tiempo abiertas tengan más posibilidades de manifestarse en el Universo físico que las líneas cerradas. Y pueden que tengan razón. Uno de los principales argumentos en contra de la existencia de curvas temporales cerradas es que nadie, que sepamos, nos ha visitado nunca desde el futuro. Un argumento que, por lo menos, no es válido con las curvas temporales abiertas, ya que en ellas cualquier mensaje procedente del futuro resultaría bloqueado.
Recopila y publica: emilio silvera
Jun
6
El Universo siempre sorprendente
por Emilio Silvera ~
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Noticias NASA
Imagen del cúmulo Westerlund 2, publicada con motivo del 25 aniversario del Hubble. Crédito: NASA, ESA, Hubble Heritage Team (STScI/AURA), A. Nota (ESA/STScI), y el Equipo Científico Westerlund 2.
NASA y ESA celebraron el aniversario número 25 del Telescopio Espacial Hubble presentando esta imagen de fuegos artificiales naturales; un cúmulo gigante de aproximadamente 3.000 estrellas llamado Westerlund 2. El cúmulo se encuentra dentro de un vibrante semillero estelar conocido como Gum 29, ubicado a 20.000 años-luz de distancia en la constelación de Carina (la quilla).
Westerlund 2 es difícil de observar debido a que está rodeado por polvo, pero los instrumentos del telescopio Hubble son capaces de ver a través de este velo de polvo en infrarrojo cercano, dando a los astrónomos una vista clara del cúmulo. La visión nítida de Hubble nos muestra la densa concentración de estrellas en el cúmulo central, que abarca unos 10 años-luz de diámetro.
Chorros supersónicos liberados por estrellas jóvenes. Estas son las imágenes del comportamiento dinámico de los chorros estelares, grandes flujos de gas y partículas arrojadas desde los polos de las estrellas recién nacidas.
Los inimitables fuegos “artificiales” que se producen en la Naturaleza
Este cúmulo estelar relativamente joven de 2 millones de años, contiene algunas de las estrellas más calientes, brillantes y masivas de nuestra galaxia. Las estrellas más grandes están liberando un torrente de luz ultravioleta y vientos huracanados que dan forma a la nube de hidrógeno gaseoso presente en la región. Esto crea un fantástico paisaje espacial de pilares, crestas y valles.
emilio silvera