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EL ALMA INMORTAL

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Invento del Alma    ~    Comentarios Comments (1)

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El insigne apóstol del Espiritualismo que fue León Denis, ha dejado como herencia a la humanidad pensamientos llenos  de sabiduría en el vasto campo de la vida espiritual, para bien explicarnos, qué somos, de donde venimos y hacia donde vamos los seres humanos que poblamos este planeta.

Nos dice Denis, que el Estudio del Universo nos conduce al estudio del alma, a la indagación del principio que nos anima y dirige nuestros actos.

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La Fisiología nos enseña que las diferentes partes  del cuerpo humano se renuevan en un período de algunos años. Bajo la acción de dos grandes corrientes vitales, se produce un cambio perpetuo de moléculas en nosotros; las que desaparecen del organismo son sustituidas una a una por otras que provienen de la alimentación. Desde las sustancias blandas del cerebro hasta las partes más duras de la armadura ósea,  todo nuestro ser físico se halla sometido a continuos cambios. Nuestro cuerpo se deshace y se reforma muchas veces durante la vida, sin embargo, a pesar de las modificaciones constantes, a través  de las transformaciones del cuerpo material, continuamos siendo las mismas personas. La materia de nuestro cerebro puede renovarse, pero nuestro pensamiento subsiste, y, con él, nuestra memoria., el recuerdo de un pasado del que nuestro cuerpo actual no participó. Hay, pues, en nosotros un principio distinto de la materia, una fuerza indivisible que persiste y se mantiene en medio de esos perpetuos cambios.

Sabemos que la materia no puede por sí misma organizarse, y producir la vida. Desprovista de unidad, se disgrega y se divide hasta lo infinito. En nosotros, por el contrario, todas las facultades, todas las abarca, las une, las ilumina;  y esta unidad es la conciencia, la personalidad, el yo; en una palabra: el alma.

El alma es el principio de la vida, la causa de la sensación; es la fuerza invisible e indisoluble que rige nuestro organismo y mantiene el acuerdo entre todas las partes de nuestro ser. Las facultades del alma no tienen nada de común con la materia. La inteligencia, la razón, el juicio, la voluntad no podrían ser confundidos con la sangre de nuestras venas o con la carne de nuestros músculos. Lo mismo ocurre con la conciencia, con ese privilegio  con que hemos de pesar y discernir el bien del mal. Ese lenguaje íntimo que se dirige a todo hombre, al más humilde como al más elevado, esa voz cuyos murmullos pueden turbar el esplendor de las mayores glorias, que no tiene nada de material.

Unas corrientes opuestas se agitan en nosotros. Los apetitos, los deseos pasionales tropiezan contra la razón y el sentimiento del deber. Ahora bien, si nosotros no fuésemos más que materia, no reconoceríamos  esas luchas, esos combates; nos dejaríamos llevar sin pesar, sin remordimiento, por nuestras tendencias naturales. Por el contrario, nuestra voluntad se halla frecuentemente en un conflicto, respecto de nuestros instintos. Por ella, podemos escapar de la influencia de la materia, dominarla y hacer de ella un dócil instrumento.

Así, pues, débil o poderoso, ignorante o esclarecido, un espíritu vive en nosotros y rige este cuerpo que, bajo su dirección, no es más que un servidor, un simple instrumento. Este espíritu  es libre y perfectible, y, por consiguiente, responsable. Cuanto más grande y noble es el ideal más sutíl y gloriosas son las obras que inspira. ¡Dichosa el alma a la que un noble entusiasmo  sustenta en su marcha: amor a la verdad, a la justicia, a la patria, a la humanidad!….

Ideas de León Denis recopiladas por Dante Pracilio.

 

  1. 1
    Emilio Silvera
    el 10 de enero del 2018 a las 7:56

    Dante Priscilo admira a León Denis y, de él, recopila trabajos y pensamientos que, de vez en cuando me envía, y, alguna vez, lo publico aquí para difundir las ideas que otros tienen sobre alguna cuestión en particular. De la lectura del trabajo, cada cual podrá obtener sus propias conclusiones.

    Particularmente no estoy de acuerdo con algunas de las afirmaciones que hace el autor de las cuestiones que trata, y, en relación al “ALMA”, mi opinión es que es una de los grandes inventos de la Humanidad. Las religiones se dieron cuenta que, el cuerpo, al llegar al final de la vida, se deteriora y es comido por los gusanos, así que, ¿cómo podían ofrecer su salvación imposible? De esta manera cayeron en la cuenta de que, del cuerpo salía, llegado el momento, lo que de superior tenemos, lo llamaron “Alma”, algo incorpóreo e inmaterial, que trasciende a la materia, la parte espiritual de los humanos, lo que más se asimila a lo “divino”. Eso sí, podían prometer salvarlo, y, naturalmente, esas promesas conllevan contribuciones del personaje que vería salvada su Alma en el más allá.

    Lo cierto es que, lo que llamamos “alma o espíritu” es, simplemente, el conglomerado de neuronas que funcionan en el cerebro y avanzan hacia conocimientos superiores, emiten sentimientos y tienen ideas y pensamientos… ¡Eso sí es al “Alma” si es que en realidad, existe algo así!

    ¡El Alma! Sí, y querubines, gárgolas, hadas y caballos mágicos con cuernos en la frente.

    ¡Cómo somos!

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