May
24
¿La Naturaleza! ¡Es la misma en todas partes!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Universo y la Vida ~
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La Música que incide en nosotros
¿Estamos ahora en condiciones de comprender por qué, si existieran animales en otros planetas capaces de moverse a través de sus mares, de su atmósfera o de sus tierras, sería muy probable que, también ellos, tengan simetría bilateral? En otro planeta, igual que en la Tierra, atuarían los mismos factores que darían lugar a la mencionada simetría. La Gravedad produciría diferencias esenciales entre arriba y abajo, y la locomoción originaría marcadas diferencias entre frente y dorso. La ausencia de asimetrías fundamentales en el entorno permitiría que la simetría izquierda derecha de los cuerpos permaneciera inalterada.
No pocas veces contemplamos escenas que son dignas del mayor asombro
¿Podemos ir más allá? ¿Podemos esperar semejanzas más concretas entre la vida extraterrestre y la vida tal como la conocemos? Creo que sí, que de la misma manera que existen planetas como la Tierra que tendrán paisajes parecidos a los que podemos contemplar en nuestro mundo, de igual forma, dichos planetas podrán albergar formas de vida que, habiéndo surgido en condiciones similares a las nuestras de Gravedad, Magnetismo, Radiación… Habrán seguido el mismo camino que tomamos nosotros y los otros seres que en la fauna terrestre nos acompañan.
¡Sorprendente Naturaleza!
En los extraños mares de otros planetas, sin tener en cuenta la composición química, es difícil imaginar que la evolución de lugar a una forma más sencilla de locomoción que la que se produce ondulando colas y aletas. Que la propia evolución encontraría este tipo de propulsión viene avalado por el hecho de que, incluso en la Tierra, esta evolución se ha produción de manera totalmente espontánea e independiente. Los peces desarrollaron la propulsión cola-aleta; después, ellos mismos evolucionaron hasta convertirse en tipos anfibios que se arrastraban por tierra firme hasta llegar a ser reptiles.
Ornitorrinco: ¿Mamífero, Ave o Reptil? Lo cierto es que, sin movernos de aquí, podemos ver los mismos extraños animales que nos podríamos encontrar en cualquier lugar situado en lejanos sistemas planetarios alumbrados por otras estrellas distintas a nuestro Sol. Allí como aquí en la Tierra, las mismas leyes, las mismas fuerzas, los mismos principios y los midsmos ritmos que el Universo impone por el inmenso Cosmos, estarían presentes.
Algunos reptiles fueron evolucionando y dieron lugar a a los mamíferos. Pero cuando algunos de estos últimos regresaron al mar (los que luego han sido ballenas y focas, por ejemplo), sus piernas volvieron a evolucionar hacia las formas de las aletas destinadas a la propulsión por el medio acuatico y a la navegación.
De la misma manera, cuesta imaginarse una forma más sencilla de volar por el aire que no sea utilizando las alas. De nuevo, también en la Tierra ha habido una evolución independiente y paralela de las alas. Los reptiles las desarrollaron a causa de la evolución, y llegaron a volar.
Los Pterodáctilos desaparecieron hace unos 100 millones de años
Lo mismo hicieron los insectos que los podemos encontrar conformados en las figuras más asombrosas y con estremedidas y ojos que nublan la imaginación, la Naturaleza los ha dotado para que se defiendan en el medio en el que se mueven y les otorgó los atributos necesarios para ello.. Algunos mamíferos, como la ardilla voladora, desarrollaron alas para planear. El murciélago, otro mamífero, desarrolló unas alas excelentes. Algunas especies de peces, que saltan por encima del agua para evitar ser capturadas, se han provisto de alas de planeo.
¡La Naturaleza! ¿Qué no será posible para ella?
En tierra firme, ¿existe algún modelo más sencillo por el cual un animal puede desplazarce que no sea mediante apendices articulados? Las patas de un perro, desde el punto de vista mecánico, no se diferencian demasiado de las de una mosca, pese a haber sufrido evoluciones completamente independientes una de otra. Evidentemente, la rueda es también, una máquina muy sencilla, útil para desplazarce por tierra, pero hay buenas razones técnicas que dificultan su evolución.
Recuerdo haber visto con los chicos cuando eran pequeños, aquella película en la que L. Frank Baum, en Ozma de Oz, inventó una raza de hombres, llamada “los rodadores” , con cuatro piernas como un perro pero que, cada una de ellas terminaba con una ruedecilla que les hacía correr velozmente para causar el pánico en la pequeña protagonista de la fantástica historia. Y, de la misma manera, si nos paramos a observar la Naturaleza y las criaturas que en ella han llegado a sugir, el asombro de tan fantástico logro, nos llega a dejar sin habla.
Pese a que ningún animal utiliza ruedas para autopropulsarce a través del suelo o del aite, sí existen bacterias que se mueven por los líquidos haciendo rodar sus flagelos a modo de propulsores.
Existen mecanismos de rotación en el interior de las células para esparcir filamentos retorcidos de ADN. Algunos aniumales unicelulares se desplazan a través del agua haciendo que ruede todo su cuerpo. Si estudiamos el mundo microscópico de esos infinitesimales seres, nos quedaríamos maravillados de la inmensa diversidad de mecanismos que utilizan para poder realizar sus actividades cotidianas.
Órganos sensoriales como los ojos y nariz también deben ser como son si la vida evoluciona hacia algún tipo de actividad inteligente avanzada. Las ondas electromagnéticas son ideales para dar al cerebro un cuidadoso “mapa” del mundo exterior. Las ondas de presión, transmitidas por moléculas, proporcionan pistas adicionales de gran valor sobre el entorno, y son captadas por los oídos. Las moléculas emanadas por una sustancia se detectan por la nariz.
Por ahí fuera, cualquier cosa que podamos imaginar… ¡Podría ser posible!
No es imposible que puedan existan culturas avanzadas extraterrestres inteligentes en las que el olfato y el gusto no sean solamente los sentidos dominantes, sino que también sean los que proporcionan los principales medios de comunicación entre individuos. Hasta hace muy pocos años, los biólogos no han descubierto que, en especies animales terrestres, se transmite una gran cantidad de información mediante una transferencia directa de sustancias que ahora se denominan feromonas.
Las formas de vida que existen aquí en la Tierra no son todas conocidas por nosotros y especies que están ocultas a nuestro conocimiento deambulan por el planeta tan ricamente. De la misma manera, en cualquiera de los mundos que son en el Universo, habrá miles de millones de criaturas que, como las de la Tierra, estarán habitando ecosistemas diversos en las mismas condiciones que aquí lo hacen las especies vecinas conocidas o no por nosotros. Un mensaje sí está claro: Todas las criaturas que existen en la Tierra están basadas en el Carbono.
Puesto que tanto la luz como el sonido y las moléculas existen efectivamente en otros planetas, parece que la evolución debería crear también sentidos que explotaran éstos fenómenos como excelente medio de control de las circunstancias de la vida. Aquí en la Tierra, por ejemplo, el ojo no ha tenido menos de tres desarrollos independientes entre sí: Los ojos de los vertebrados, los ojos de los Insectos y los de las diversas clases de moluscos.
¡La Naturaleza! Esa maravilla que, a pesar de la diversidad, hace a todos los seres vivos de la misma cosa: Quarks y Leptones. En este caso, en el planeta Tierra que es lo que conocemos, están basados en el Carbono, el elemento más idóneo para que sean posibles esas combinaciones increíbles.
El pulpo, por ejemplo, tiene un ojo particularmente bueno (de hecho, en algunos aspectos es mejor que el nuestro); posse párpados, córnea, iris, pupíla, retina igual que el ojo humano, ¡aunque ha evolucionado de forma completamente independiente del ojo de los vertebrados! Es difícil encontrar un ejemplo más sorprendente de cómo la evolución, actuándo según dos líneas de desarrollo desconectadas, puede llegar a crear dos instrumentos nada sencillos que, en esencia, poseen la misma función e idéntica estructura.
Los ojos, igual que otros órganos sensoriales, tienen buenas razones para constituir un tipo de cara habitual. En primer lugar, constituye una gran ventaja que ojos, nariz y oídos estén situados cerca de la boca, pués así son de utilidad para buscar alimentos. Asimismo, resulta ventajoso que estén colocados en las proximidades del cerebro: la sensibilidad está allí, y debe reaccionar para conseguir alimentos, eludir peligros y atisbar el mundo que nos rodea transmitiendo, por medio de los sentidos al cerebro, lo que pasa a nuestro alrededor.
El propio cerebro, al evaluar e interpretar los impulsos sensoriales, lo hace mediante redes eléctricas: una especie de microcomputador de inmensa complejidad. Los filamentos nerviosos que conducen los impulsos eléctricos pueden ser esenciales para el cerebro de los seres vivos avanzados (de ello hemos hablado aquí con frecuencia).
Si la vida en otros planetas llega a alcanzar el nivel de inteligencia de nuestra especie en la Tierra, parece probable que tendría al menos, algunos rasgos humanoides. La ubicación de los dedos en los extremos de los brazos reporta, evidentemente, indudables ventajas. De la misma manera y para su seguridad, el valioso cerewbro debe estar fuertemente encastado y, además, tan alejado del suelo como sea posible, su seguridad es esencial.
Imaginar podemos todo lo que a nuestras mentes pueda acudir, incluso seres con ojos en las puntas de los dedor pero, la Naturaleza es racional, no pocas veces decimos que es sabia y, si pensamos en todo lo que antes hemos leído y visto, no tenemos más remedio que aceptarlo: ¡La Naturaleza es realmente Sabia! y, lo mismo que aquí en la Tierra, habrá sabido crear criaturas en esos mundos lejanos en los que, la diversidad, será tan abundante como lo es en nuestro propio planeta y, lo mismo que en él, en esos otros mundos estará presente la evolución y la adaptación al medio que, en definitiva, son las reglas que rigen cuando la vida está presente.
emilio silvera
May
24
La Vida es imparable
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Universo y la Vida ~
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BIODIVIERSIDAD
Estiman que quedan unos 12 millones de especies por descubrir

Un ejemplar de Eriovixia gryffindori, una araña con forma de gorro de mago. SUMUKA J. N.
Los expertos estiman que quedan alrededor de 12 millones de especies animales y vegetales por descubrir. Esta abrumadora cifra se hace aún más colosal si se tiene en cuenta que las especies que ya se conocen suponen sólo una quinta parte. En 2016 se catalogaron unas 18.000 especies nuevas y, de ellas, un grupo de taxonomistas del Instituto Internacional para la Exploración de Especies (IISE, por sus siglas en inglés) ha seleccionado, por décimo año consecutivo, las 10 más destacadas.
En esta lista aparece este año una araña de menos de dos milímetros de los bosques húmedos de la India, que tiene forma de sombrero de mago, a la que han bautizado Eriovixia gryffindori en honor al personaje de Harry Potter. Hasta ahora, sólo se han descubierto ejemplares hembra. También está incluida una hormiga de Papúa Nueva Guinea, la Pheidole drogon, que utiliza sus espinas para triturar semillas y así poder comerlas.
La hormiga espiniosa Pheidole drogon MASAKO OGASAWARA
Otra de las especies, el arbusto Solanum ossicruentum, tiene unos frutos, duros como huesos, que parecen sangrar al cortarlos. Este es una vieja conocida de los científicos, ya que está catalogada desde hace 50 años, pero erróneamente, puesto que se le consideraba una variación de otra planta.
En el sur de Colombia ha aparecido la Telipogon diabolicus, una orquídea cuya estructura reproductiva recuerda a las representaciones de la cara del diablo. Está en peligro crítico: sólo crece en un bosque de montaña al sur del país que actualmente está muy amenazado por la construcción de una carretera.
En Laos, Tailandia y Vietnam los científicos han descrito un ciempiés con 20 pares de patas y unos 20 centímetros de longitud (Scolopendra cataracta) capaz de sumergirse en el agua y correr por el fondo de la misma manera que en tierra firme.
La lista también incluye un saltamontes experto en camuflaje. Las hembras de esta especie (Eulophophyllum kirki), que tiene forma de hoja, exhiben un color rosa brillante mientras que los machos son completamente verdes. Completan la lista una rata omnívora de Indonesia (Gracilimus radix), una gran raya de agua dulce (Potamotrygon rex) endémica al río Tocantins, de Brasil, que mide más de un metro y puede pesar hasta 20 kilos, un milpiés (Illacme tobini) del Parque Nacional Sequoia, en EEUU, que, aunque ahora tiene 414 patas, continúa añadiendo más a lo largo de su vida y un gusano marino primitivo (Xenoturbella churro) que tiene la particularidad de tener boca, pero no ano.
Precisamente este último es una de las especies que más fascina de esta lista al investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), Antonio García-Valdecasas, que ha coordinado el comité seleccionador. El experto explica a ELMUNDO que el objetivo de la publicación de esta clasificación es recordar que el descubrimiento de la diversidad de la vida en el planeta está lejos de haber acabado. «Buscamos mantener vivo el asombro del mundo natural, cuyo conocimiento produce una sensación de plenitud que ningún artilugio tecnológico puede disputar», añade el investigador.
El saltamontes Eulophophyllum kirki PETER KIRK
Para hacer la recopilación de estas 10 especies, García-Valdecasas señala que primero se hace una preselección desde el IISE y, después, los miembros del comité las puntúan. «Cualquier persona puede sugerir la consideración de cualquier especie, incluso nosotros mismos», recuerda. Eso sí, la única cláusula es que si la especie la ha descubierto alguno de ellos, ese año no puede votar.
La crisis ambiental en la que está inmerso el planeta provoca que las especies se extingan sin que dé tiempo a descubrirlas. García afirma que es «un problema complicado». «Nuestra especie hace uso de recursos, que procesa y devuelve al medio ambiente de forma poco favorable para muchas especies», sostiene.
En este sentido, el doctor Quentin D. Wheeler, que lidera el comité, explica a este diario que la tasa de extinción actual es 1.000 veces superior que en la prehistoria. «Nos arriesgamos a no llegar a conocer a millones de especies o a no aprender lo que nos pueden enseñar», afirma el científico.
Esta lista se ha hecho pública coincidiendo con el aniversario del botánico sueco Carlos Linneo, del siglo XVIII, considerado padre de la taxonomía moderna.
May
24
Cada día sabemos un poco más… ¡De nosotros!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Universo y la Vida ~
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GENÉTICA
El estudio incluye un análisis del ADN de 78.308 personas
Identifican 40 genes humanos relacionados con la inteligencia
Imagen computerizada de una cadena de ADN EPA
El hallazgo aporta nuevos datos para entender las diferencias en el coeficiente intelectual
Supercomputación para transformar el análisis genómico
Desde que la publicación del Proyecto Genoma Humano desvelara en 2001 la secuencia completa de nuestro ADN, muchos han sido los estudios que han tratado de averiguar qué genes forman parte de dicha secuencia. Conocer su significado y por tanto su función resulta clave para identificar todos los genes del ser humano y con ello entender su biología o las enfermedades que le afectan.
Se trata de una tarea difícil, pues un trabajo de este tipo requiere de la colaboración de muchos equipos de investigación que analicen un gran volumen de datos que permitan construir un modelo general aplicable a toda nuestra especie.
La revista Nature Genomics publica este lunes los resultados de un gran equipo de investigadores de varias instituciones holandesas e inglesas que, tras analizar el ADN de 78.308 personas, aporta la descripción de nuevos genes humanos, 40 de ellos relacionados con la inteligencia. El estudio podría ayudar a entender la función cerebral, la cognición, y definir el componente genético del coeficiente intelectual.
“Hemos llevado a cabo un estudio de todo el genoma relacionado con la Inteligencia para la muestra más grande analizada hasta la fecha (más de 78.000 personas) y por primera vez hemos sido capaces de detectar una cantidad sustancial de efectos genéticos en el coeficiente intelectual“, ha afirmado a EL MUNDO Danielle Posthuma, investigadora de la Universidad de Amsterdam que dirige la investigación.
Los científicos encontraron 52 genes, 12 de ellos ya conocidos y 40 de nueva descripción. La mayoría de estos genes tienen una función en el cerebro y están implicados en la regulación del desarrollo de la célula, proporcionando “una visión de los fundamentos biológicos de la inteligencia”, según explica Posthuma. “También mostramos una relación genética entre la inteligencia y otros rasgos, como la enfermedad de Alzheimer, la esquizofrenia y la neurosis, que tienen una correlación genética negativa con la inteligencia. Nuestros hallazgos ayudan, por tanto, a la comprensión de los fundamentos genéticos de estos trastornos”, ha añadido.
Por otro lado, los investigadores han llevado a cabo un análisis estadístico relacionando la presencia de estos nuevos genes con ciertos rasgos de la población como el volumen intracraneal, la medida de la circunferencia de la cabeza durante la infancia, o el éxito educacional, todos ellos relacionados hasta la fecha indirectamente con valores de inteligencia.
“El éxito educacional y la inteligencia están correlacionados en la población general en un 40%. En términos genéticos esta correlación es aún mayor, alcanzando hasta un 70%. Esto significa que la variación de los genes que están asociados con un incremento de la inteligencia, también lo está con un mayor éxito educacional”, ha apuntado Danielle Posthuma.
En las casi 80.000 personas estudiadas, Posthuma y su equipo han incluido tres grupos de interés especial, como son los individuos de edad avanzada, el análisis de los estudiantes que presentan un alto coeficiente intelectual (CI), o el estudio de gemelos idénticos.
“Hemos querido comprobar si los efectos genéticos sobre la inteligencia eran diferentes con la edad: no lo eran. También probamos si nuestros actuales hallazgos genéticos podían pronosticar de alguna manera si una persona tenía un CI extremadamente alto o no. Podríamos hacerlo, aunque nuestra predicción está aún lejos de ser perfecta”, ha aseverado Posthuma.
En cuanto a los resultados con gemelos idénticos, que suelen usarse para ver en estas personas cómo interactúan los mecanismos de la herencia genética y el medio ambiente, Posthuma ha concluido que aún se necesitan descubrir más genes que ayuden a comprender cómo se produce el legado de la inteligencia de una generación a otra.