jueves, 25 de abril del 2024 Fecha
Ir a la página principal Ir al blog

IMPRESIÓN NO PERMITIDA - TEXTO SUJETO A DERECHOS DE AUTOR



RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

 

A veces nos hemos prguntado por la presencia de esos pequeños mundos alrededor de los planetas y, nos ha llamado la  diversidad de características que cada uno tiene y los define pero, sobre todo, nos hemos preguntado por qué están allí. Y, en a los planetas mayores como Júpiter -al menos en relación a sus cuatro lunas mayores- la respuesta que se nos viene a la mente sería:

Júpiter debe poseer estas lunas por idénticas razones por las que el Sol posee sus planetas. En un esquema menor, la situación debió ser la misma. Las grandes lunas de Júpiter son casi tan grandes como planetas, o, al menos, parecen planetas pequeños y, se formarían alrededor del planeta gigante del solar como Mercurio, Venus, la Tierra y Marte lo hicieron alrededor de la estrella que nos alumbra, creciendo a partir de fragmentos de materia planetaria que orbitaban el planeta. De hecho, el propio Júpiter parece un sistema solar en miniatura. La única diferencia está en que Júpiter, al no tener la masa suficiente, no pudio llegar a ser estrella y se quedó en planeta grande.

 

                ¿Qué “luna” será esta? ¿Tendrá que ver algo con el planeta Marte?

Es posible que las pequeñas lunas del solar tengan un origen diferente. Incluímos aquí las dos lunas de Marte, Phobos y Deimos -simples trozos de roca en forma de patata, de unos quince kilómetros de diámetro-, lo mismo que docenas de pequeñas lunas que giran alrededor de Júpiter y de los demás planetas gigantes.

Quizá, todas esas pequeñas lunas no son otra cosa que que asteroides capturados y atraídos por las grandes masas de esos planetas que generan una fuerte atracción gravitatoria que los hizo apartarse de sus trayectorias normales quedando “prisioneros” del gigante. Sin embargo, pueden pasar relativamente de planetas como Marte y seguir, tranquilamente su viaje hacia los confines del Universo. El que Marte los pueda “enganchar”, posiblemente sea debido a que Phobos y Deimos pasaron a la distancia precisa: Ni tan cerca como para chocar con el planeta ni tan lejos como para poder evadir la fuerza de Gravedad.

Así que, ya sólo nos queda saber el origen de la luna de la Tierra. No creo que ninguna de esas explicaciones nos sirva ni sean satisfactorias al caso. Nuestra Luna no puede ser un planeta en el “ solar” terrestre, porque la Tierra es demasiado pequeña para poder tener su propia familia de planetas. Y además nuestra Luna está formada por materiales muy diferentes a los de los asteroides, lo que nos dice que no se trata de una captura realizada a partir del Cinturón de Asteroides. De hecho, no se ha dado todavía ninguna explicación suficientemente fiable del origen de la Luna.

A escala cósmica, el misterio de nuestra Luna es de importancia, y además es un misterio provocado. Harold Urey, el padre de la ciencia lunar, estudió el problema y se rindió diciendo:

“Es más simular que la Luna no está en el cielo que explicar cómo ha conseguido estar ahí”

 

 

Teorías son muchas y muy variadas pero… Ni la captura de la Luna solitaria y viajera por la la fuerza de gravedad de la Tierra, ni una binaria -la Tierra y la Luna se formaron juntas-, o, la ficción -la Luna es en su origen parte de la Tierra- que, al ser golpeada por un cuerpo de grandes dimensiones, desgajo una parte de su superficie y, junto con otra parte del propio cuerpo invasor (que continuó su camino tan riocamente), quedaron orbitando la Tierra hasta juntarse y formar la Luna.

Hemos podido llegar a descubrir muchas curiosidades que rodean a nuestra Luna y, los modernos telescopios y aparatos de medición nos han dicho que: La Luna se aleja de nosotros describiendo un círculo espiral a razón de 2,5 centímetros cada año y, también hemos llegado a que el día, se alarga un segundo cada cincuenta mil años pero, de dónde vino la Luna… ¡Nadie lo sabe!

Uno de los diez hijos de Darwin llegó a suponer que el ritmo de separación de la Tierra y la Luna, podía dar lugar a imaginar que hace 50 millones de años, la Luna estaba a tan sólo unos 9.000 km de la Tierra en comparación con el promedio de 380.000 km y que el día, tenía una duración de apenas 5 horas.

Como podréis ver, siempre nos gustó especular.

Lo cierto es que hemos llegado a conocer muy bien la Luna y sabemos también, de qué materiales está formada y, en comparación con la Tierra, la Luna presenta una gran pobreza de elementos siderófilos (literalmente, adictos al hierro), que se adhieren con prontitud al hierro. Porque en comparación con la Tierra la Luna tiene una gran escacez de estos componentes; de hecho sólo posee una cuarta parte del hierro que se esperaría en cualquier material rocoso del Sistema solar.

File:Lunar rocks distribution lmb.jpg

El conocimiento que tenemos de la composición de la Luna se basa, por una parte, en los análisis in situ que realizaron los astronautas del programa Apolo y en los exhaustivos que se han hecho de los casi 400 kilos de rocas lunares que trajeron. Hay que tener en cuenta que los astronautas tocaron únicamente seis puntos de la Luna. Por otra parte, los miles de fotografías de la Luna que se han hecho permiten extrapolar la información obtenida en esos seis muestreos para lograr una aproximación de lo que sería un estudio global, con todos los errores que esta generalización conlleva. Con todo, los geólogos han agrupado los componentes de la Luna en cuatro grandes categorías en función de su origen.

Con la excepción de los elementos implantados por el viento solar (hidrógeno, carbono, nitrógeno y gases nobles), las principales concentraciones de interés, a partir de fuentes extralunares, son las de los elementos denominados siderófilos, como el hierro, el cobre, el níquel, etcétera. La mayor parte de ellos procede de cuerpos meteoríticos que han impactado sobre la superficie lunar, y no es raro que, aunque en algunos casos existan desviaciones de la norma, sus pautas de concentración en el regolito sean similares a las de los meteoritos condríticos. Las concentraciones que podrían tener mayor interés de tecnológica se encontrarían en los restos de meteoritos de grandes dimensiones.

Las concentraciones de elementos mayoritarios son, salvo para el titanio (abundante) y el sodio (muy escaso), similares a las terrestres a excepci´çon del hierro que es sólo una cuarta parte del que encontramos en nuestro planeta. En cuanto a los elementos traza incompatibles, destacan los altos valores en tierras raras de los basaltos de tipo KREEP. Las concentraciones de elementos menores más para su utilización in situ son las del fósforo, cromo y manganeso. El cromo muestra una mayor abundancia en las rocas lunares que en sus homólogas terrestres. El manganeso en las rocas lunares llega al 0,25%.

Lo único cierto es que, lo mismo que le pasó a Harold Urey que estudió muy a fondo el problema, nadie ha sabido hasta el momento dar una explicación creíble del origen de la Luna que, está muy de nosotros pero, sin embargo, no conocemos de dónde vino o cómo pudo llegar aquí. De todo lo demás sobre ella, hemos aprendido con el tiempo y, de la misma manera, esperémos que, algún día, alguien nos diga ¡y nos demuestre! su origen.

Claro que satélites naturales en nuestro propio sistema solar son muchos y, algunos, son fascinantes por lo que en ellos podríamos encontrar.

File:Titan in natural color Cassini.jpg

 

                       Titán en color natural (sonda Cassini-Huygens 2005)

Titán es el mayor de los satélites de Saturno, siendo el único del Sistema Solar que posee una atmósfera importante. Según los disponibles su atmósfera podría estar compuesta principalmente de nitrógeno, pero hasta un 6% puede ser metano y compuestos complejos de hidrocarburos. En el año 2005, la sonda espacial Cassini-Huygens descendió en paracaídas por la atmósfera de Titán y aterrizó en su helada superficie para algunos de sus secretos.

¡Sigamos soñando con la realidad! En este presente que ya es futuro.

 

Las sondas espaciales Cassini-Huygens nos han posibilitado para contemplar imágenes del espacio exterior que nunca habríamos imaginado ver. Fijaos en el lejano Sol que alumbra el océano de metano de la Luna Titan de Saturno, mientras que el planeta, contempla asombrado tanto belleza.

emilio silvera

 

  1. 1
    Emilio Silvera
    el 11 de marzo del 2014 a las 11:02

    Independientemente de que el matrimonio de la Tierra y la Luna continúe en el misterio, lo cierto es que, de las “lunas” naturales de los planetas, he tenido siempre una gran curiosidad, algunos, incluso llegan a fascinarme por ser “pequeños mundos” que guardan algunos secretos que debemos desvelar.

    Europa, Encelado, Ganímedes, Titán…, incluso Io y alguno más que llaman poderosamente mi atención por sus características y la posibilidad de que, en alguno de ellos, pueda estar presente alguna forma de vida. Europa parece que tiene todos los boletos para ello, y, Titán, posiblemente dentro algunos miles o millones de años… también.

    Encelado con sus geíseres que hablan de lo que podría contener su interior. Con tan solo 500 Km de diámetro, esa pequeña luna de Saturno desveló algunos de sus secretos gracias a la sonda Cassini que descubrió y nos enseñó imágenes de los géiseres que emergían de su superficie y quie, probablemente, tengan algo que ver con alguno de sus anillos. Dichos Géiseres son una promesa de que puede haber océanos escondidos bajo la superficie.

    En uno de los muchos estudios que se han hecho sobre el satélite Io, los científicos han encontrado un patrón de calor proveniente de los volcanes en la superficie que tienen su origen en cientos de volcanes en erupción, así lo han confirmado los datos recogidos por las naves espaciales de la NASA y los Telescopios terrestres. Todo ello me lleva a pensar en el hecho cierto de que, donde hay y hubo erupciones… ¡Surge la Vida!

    Ganímedes, el satélite más grande de Júpiter tiene su campo magnético propio (núcleo de metales) y es, grande como un pequeño mundo, de hecho, es más grande que Mercurio. Si miramos en cualquier enciclopedía nos dirán:

    “Ganímedes está compuesto de silicatos y hielo, con una corteza de hielo que flota encima de un fangoso manto que puede contener una capa de agua líquida. Las indicaciones preliminares de la nave orbital Galileo sugieren que Ganímedes tiene una estructura diferenciada en tres capas: un pequeño núcleo de hierro fundido o de hierro y azufre en el centro, rodeado por un manto de sílice rocoso con una corteza helada en lo más exterior. Este centro metálico hace pensar en un mayor grado de calentamiento de Ganímedes de lo que se había propuesto previamente. De hecho, Ganímedes puede ser similar a Ío con una capa exterior adicional de hielo.

    La superficie de Ganímedes es una mezcla aproximadamente igual de dos tipos de terreno: uno muy viejo, muy craterizado y las regiones oscuras y algo más jóvenes (aunque todavía viejas) marcadas con una serie extensa de ranuras y anillos de origen claramente tectónica.”

    Todo esto nos lleva hasta Titán, ese “mundo” donde los océanos de metano y materiales de hidrocarburos abundan por todas partes, donde está presente una espesa atmósfera como la que tenía la Tierra hace miles de millones de años y, donde, de alguna manera (la imaginación es libre), podría estar presente alguna clase de vida.

    Lo cierto es, amigos míos, que nos queda mucho por descubrir. ¡Menos mal!

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    Responder
  2. 2
    José Germán Vidal Palencia
    el 28 de junio del 2014 a las 5:01

     
     
     
    No andaba tan equivocado el hijo de Darwin que pensaba que en el pasado la Luna se encontraba muy cerca de la Tierra. Se ha concluido del análisis de algunas rocas, que en un principio el período de rotación terrestre fue sólo de una seis u ocho horas. Esto se infiere del análisis de ciertos fósiles, los estromatolitos. Estos son restos fosilizados  de colonias de bacterias en forma de pequeños domos. Crecen a la orilla del mar y su altura está determinada por la amplitud de las mareas. Así, al analizar estromatolitos cuya edad varía entre los 600 y los 1200 millones de años, se ha encontrado  que mientras más viejo es un estromatolito, mayor es su tamaño. Este resultado puede implicar que las mareas durante ese lapso de tiempo fueron más grandes, y dado que la Luna es el principal cuerpo que interviene en la acción de la marea, la altura de las mareas está relacionada con la acción de la Luna. Entre las posibles explicaciones de mareas tan altas destaca la posibilidad de que la Luna haya estado más cerca de la Tierra.
     
     
     
     
     
     
     

    Responder
  3. 3
    José Germán Vidal Palencia
    el 28 de junio del 2014 a las 5:01

     
     No andaba tan equivocado el hijo de Darwin que pensaba que en el pasado la Luna se encontraba muy cerca de la Tierra. Se ha concluido del análisis de algunas rocas, que en un principio el período de rotación terrestre fue sólo de una seis u ocho horas. Esto se infiere del análisis de ciertos fósiles, los estromatolitos. Estos son restos fosilizados  de colonias de bacterias en forma de pequeños domos. Crecen a la orilla del mar y su altura está determinada por la amplitud de las mareas. Así, al analizar estromatolitos cuya edad varía entre los 600 y los 1200 millones de años, se ha encontrado  que mientras más viejo es un estromatolito, mayor es su tamaño. Este resultado puede implicar que las mareas durante ese lapso de tiempo fueron más grandes, y dado que la Luna es el principal cuerpo que interviene en la acción de la marea, la altura de las mareas está relacionada con la acción de la Luna. Entre las posibles explicaciones de mareas tan altas destaca la posibilidad de que la Luna haya estado más cerca de la Tierra.
     
     
     
     
     
     
     

    Responder
  4. 4
    José Germán Vidal Palencia
    el 30 de junio del 2014 a las 16:20

     
    Don Emilio:
     
    Su frase:
     
     “Todo ello me lleva a pensar en el hecho cierto de que, donde hay y hubo erupciones… ¡Surge la vida!”
     
    Me lleva a recordar algunos datos científicos que obtuve cuando realizaba una investigación sobre el origen del agua sobre nuestro planeta. Durante el desarrollo de mi escrito denominado “Dos Planetas Azules” (inédito), visite algunas instituciones universitarias y de investigación científica, logrando interesantes comentarios a preguntas expresas mías.
     
    El libro hace referencia a la posibilidad de que Neptuno pudiese tener océanos al igual que nuestro planeta. Dado que la vida puede estar presente donde existe agua, si en ese planeta conocido como el Gigante Azul del Sistema Solar, también existe agua, lo más probable es que allí se conciba vida en alguna magnitud. De cualquier manera, la ciencia es la que tiene la última palabra para corroborarlo en lo posible. Es desde este punto de vista que planteo mis interrogantes. A continuación narro algunas de las respuestas obtenidas. Pero antes debo decir, que nuestra Luna al igual que el satélite neptuniano llamado Tritón, habrían sido fundamentales ambos para que con sus efectos gravitatorios influyeran en la creación de mareas sobre la superficie de ellos. Considerando que Neptuno está en la lupa de investigación, sobre esa posibilidad.
     
    Se dice que la atmósfera azulosa de Neptuno se debe a que está formada por metano. Pero yo me pregunto, si observáramos a la Tierra desde Neptuno, con el particular azul de sus cielos y mares, ¿daríamos por sentado que la atmósfera de la Tierra es de metano, simplemente porque se ve azul?
     
    Esta fue una de las inquietudes que me llevaron a investigar cómo y porqué se creó el agua sobre la superficie terrestre, pensando que parte del azul que muestra Neptuno, es simple y azulosa agua observada gracias a la luz solar que allá llega, con la milésima parte de su intensidad, comparada con la que llega a la Tierra.
     
     En el siguiente comentario haré la narración correspondiente.
     
    Saludos
     

    Responder
  5. 5
    Emilio Silvera
    el 30 de junio del 2014 a las 18:51

    Siempre interesantes anécfotas que, nos hacen imaginar… ¡tántas cosas!

     

    Responder
  6. 6
    José Germán Vidal Palencia
    el 3 de julio del 2014 a las 15:05

     
    En relación al agua que puede existir en los diferentes planetas y específicamente en el  nuestro, se ha comprobado que agua nueva denominada científicamente como “aguas juveniles”, se produce a partir de la erupción de la mayoría de los volcanes existentes.
     
     
     
     
     

    Responder
  7. 7
    kike
    el 3 de julio del 2014 a las 18:16

    Muy interesante el siguiente enlace; a través de unas mil emisoras de aficionados a traves de móviles e Internet, y de una pequeña aplicación, se muestran los rayos caidos en tiempo real en casi toda Europa.

     http://www.blitzortung.org/Webpages/index.php?lang=es

    Responder
  8. 8
    José Germán Vidal Palencia
    el 4 de julio del 2014 a las 4:48

    Muy interesante es blitzortung.org. Despierta el interés a gente interesada en una tecnología que enlaza muchas partes del mundo. Observar nuestro mundo, a partir de los fenómenos que en él ocurren, siempre despertará asombro a propios y extraños. 

    Responder
  9. 9
    Emilio Silvera
    el 4 de julio del 2014 a las 4:57

    Está claro que el futuro se dirige hacia nosotros con velocidad vertiginosa, cada día que pasa avanzamos más en el saber del mundo, en conocer los fenómenos de la Naturaleza y cómo se producen esas transciones de fase que cambian el panorama para transformar los escenarios del mundo, de la Naturaleza, del Universo mismo… ¿Y, nosotros, cuándo cambiaremos para mejor?

    Lo cierto es que existen muchas personas que, al menos, lo están intentando. Mientras, la Cienca sigue su camino hacia ese futuro incierto que está muy lejos de nuestro alcance, confinados en este pequeño mundo y condenados a vivir un eterno presente durante el tiempo de nuestras vidas.

    El pasado se hace presente que, de inmediato pasa a lo que sería nuestro futuro que se desvanace y es de nuevo presente que se esfuma para convertirse en pasado… ¿Dónde estamos en realidad?

    Saludos amigos Mayorquin y Mexicano… ¡Qué peuqeño es el mundo!

    Responder
  10. 10
    José Germán Vidal Palencia
    el 4 de julio del 2014 a las 5:11

    ¡Igualmente Don Emilio! Estamos de acuerdo. Pero agrego, debemos intentar hacer de nuestro presente, un futuro glorioso. Sigamos intentándolo.
    ¡Un gran abrazo amigos!

    Responder
  11. 11
    nelson
    el 4 de julio del 2014 a las 20:56

    Ya que quedamos todos fuera del mundial, aprovecho para saludar este reencuentro de viejos amigos (por allí está también Abdel) en la casa del Maestro.
    Un abrazo para todos.
     

    Responder
  12. 12
    kike
    el 4 de julio del 2014 a las 23:26

    Hola Nelson. ( O gana Brasil o pierden los demás….)

     Por cierto, ahora que caigo no es conveniente hablar de futbol, política o religión en foros de ciencia, así que hablaré de ciencia:

     Los astronáutas norteamericanos de la estación espacial internacional, se apostaron con su compañero alemán que si perdían en el partido de ambos combinados en el mundial, se raparían la  cabeza. Ahora creo que están pensando que hacer con los pelos del rapado, porque si se les escapan y flotan van a tener que abandonar la estación de puro picor….  Lo que digo, únicamente ciencia y astronomía…

     Un fuerte abrazo, extensivo a Maese y a José Germán. 

    Responder
  13. 13
    José Germán Vidal Palencia
    el 5 de julio del 2014 a las 2:58

     
     
     
    ¡Hola amigos!:
     
    En este momento estoy tratando de dar un punto de vista sobre las cuestiones que sobre la Luna, plantea tan exquisitamente Don Emilio. Virtualmente me he subido a ella para comprenderla mejor. ¡Espero no caer sobre el estadio Maracaná, cuando esté la final, durante los tiros de penales!
     
    Y dice, este, mi gran amigo y maestro:
     
     
     
    ¿Por qué tienen “lunas” los planetas y, cómo y por qué está ahí la Luna?
     
     
     
    Hace aproximadamente 4.700 millones de años, el Sistema Solar estaba conformado como una nube de materia gaseosa. Se había independizado la materia solar, al igual que las otras estrellas que en ese entonces estarían formando un todo de nubes, que más tarde llamaríamos “La Galaxia Vía Láctea”.
     
    Sin embargo, la materia misma que ahora compone a la galaxia, nacería durante el Big Bang, hace aproximadamente 13.800 millones de años.
     
    La cercanía de tanta materia en expansión radial, llevaría a algunas galaxias primero y a otras después, a pasar por procesos de enfriamiento y atracción gravitacional. Mientras más alejadas se encontraban del centro de donde ocurrió el Big Bang, más rápido se estarían formado las primeras galaxias.
     
    Al mismo tiempo, mientras más alejados del centro de la galaxia estarían los sistemas estelares en formación, más rápido se estarían formando los planetas en tales sistemas. En el Solar, empezarían a formarse los planetas hace alrededor de 4.700 millones de años. Según algunas estimaciones científicas debieron transcurrir entre 100 a 200 millones de años,  culminar un proceso de crecimiento planetario y ubicación de ellos en las posiciones que hoy tienen.
     
    Este sería el lapso que tardó la Tierra en alcanzar sus dimensiones actuales, lo cual representa una asombrosa actividad evolutiva del Sistema Solar, en los inicios de su formación. De ello se estima que su nacimiento cómo planeta ocurrió hace 4.500 millones de años, aproximadamente.
     
    Es probable que la Luna haya alcanzado el lugar que hoy ocupa, en las etapas finales del acomodamiento de todos los objetos que quedaron formando lo que hoy es el Sistema Solar.
     
    Después veremos, cómo fue posible que la Luna, alcanzadas sus dimensiones actuales, llegó a ser atrapada por la gravedad terrestre.
     
    Hasta pronto amigos. ¿A quién le van? 
     
     
     
     
     
     
     
     
     

    Responder
  14. 14
    Emilio Silvera
    el 5 de julio del 2014 a las 5:22

    Es curioso como se alegra este lugar cuando amigos, como Nelson, Kike, Abdel, José Germán y otros aparecen por aquí y dejan su impronta inconfudible en cada uno de ellos que, cuando comentan, dejan siempre su firma inimitable y demuestran, de manera inconfudible que, aunque todos seámos uno, también todos somos diferentes.

    ¡Menos mal!

    Gracias a esa rica diversidad tenemos a nuestro favor ese amplio abanico de puntos de vistas y las diferentes perspectivas de mirar las cosas que, de esa manera, se pueden confrontar las unas con las otras para tratar de encontrar la verdad. No, si siempre lo decimos: ¡La Naturaleza es sabia! Y, desde luego, sabe como tenernos entretenidos, aunque sólo sea enredados en discusiones.

    Me alregra veros por aquí queridos compañeros.

    Un abrazo para todos.

    Responder
  15. 15
    José Germán Vidal Palencia
    el 6 de julio del 2014 a las 2:04

     
    ¿Qué final os gusta? ¿América-Europa? ¿América-América? ¿Europa-Europa?
     
    Yo no tengo preferencia, me quedo con el que juegue mejor, aunque pierda.
     
    Se fijaron como Brasil plagió la idea mexicana, de ataque homofóbico a los porteros contrarios. Por tratarse de lides deportivas, se siente gracioso ese grito que coincide con el despeje de tales porteros: ¡¡P%&O!!!
     
    No dudo que pronto se escuchará en todas las canchas del mundo. Se dice que la mentada OLA que se da en los juegos de expectación masiva de todo tipo, donde se genera rítmicamente entre la mayoría de los asistentes, es invención mexicana. ¿Será cierto?
     
    En este blog, somos suficientes amigos e invitados, para generar una OLA sensacional. En las últimas horas así ha ocurrido.
     
    ¡Bravo amigos! ¡¡Por Don Emilio, su Blog, y la amistad que siempre nos estará uniendo!!!!!
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     

    Responder

Deja un comentario



Comentario:

XHTML

Subscribe without commenting