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La Misión Kepler

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Astronomía y Astrofísica    ~    Comentarios Comments (0)

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Es la primera misión con la capacidad de encontrar planetas similares a la Tierra que explicarían la presencia de otro tipo de vida.

La misión espacial Kepler, que lleva el nombre en honor al astrónomo alemán Johannes Kepler, partió desde Cabo Cañaveral (Florida) un  5 de marzo, en un viaje de tres años que la llevará a buscar vida similar a la terrestre y observar más de 100.000 estrellas similares al Sol en la región conocida como Cygnus-Lyra en la Vía Láctea, según informó la NASA.

Momento del lanzamientoMomento del lanzamiento

A la caza de Planetas Azules

El cohete Delta II que sacó a la nave de la fuerza de gravedad terrestre comenzó a rugir a las 22.49 (03.49 GMT del sábado) cuando iluminó la noche del cielo límpido de la zona central de la Florida. “El cohete Delta II ha partido llevando a Kepler en busca de otros planetas como la Tierra”, dijo el control de la misión segundos después de que cruzara la noche del Cabo Cañaveral de la Florida.

Tras entrar en la órbita a unos 185 kilómetros de la Tierra el cohete activará nuevamente sus motores para lanzar la nave a otra órbita, esta vez en torno al sol.

El Kepler, que pesa más de una tonelada, será situado en una órbita alrededor del Sol, como nuestro planeta, que realizará en 371 días y será elíptica. Esa distancia se ha considerado óptima para mantener las comunicaciones con la Tierra y su forma hará posible que el telescopio evite el brillo deslumbrante de los objetos celestiales.

El lanzamiento se llevó a cabo con un cohete Delta II, que ya ha puesto en órbita más de 120 satélites y varias sondas a Marte. Hay que recordar que el pasado 25 de febrero el lanzamiento de la misión OCO (un observatorio orbital destinado a medir el carbono en la atmósfera) acabó en fracaso porque el cohete, un Taurus XL, no pudo soportar el peso de la nave.

“Esta es la primera misión con la capacidad de encontrar planetas similares a la Tierra, planetas que orbitan estrellas como el Sol en una zona templada donde puede mantenerse el agua sobre su superficie”, señaló la agencia espacial estadounidense en un comunicado publicado en Internet.

Para el director de la División de Astrofísica de la agencia espacial en Washington, Jon Morse , Kepler es un componente crucial en los esfuerzos de la NASA por encontrar y estudiar planetas en los que pueda hacer condiciones similares a las de la Tierra.

“El censo planetario que realice Kepler será muy importante para determinar la frecuencia de planetas similares a la Tierra en nuestra galaxia y para planificar futuras misiones que detecten de manera directa esos mundos”, agregó.

Según William Borucki, científico asignado a Kepler en el Centro Ames de Investigaciones de la NASA, encontrar estrellas con planetas similares a la Tierra involucraría la certeza de que existen las condiciones para el desarrollo de un tipo de vida común en toda la galaxia.

“Y si no se encuentran Tierras, o muy pocas, eso significará que sí estamos solos”, añadió.

Kepler llevará a bordo un telescopio ultrapoderoso que detectará cambios en la luz procedente de los planetas de hasta 20 partes por millón y las imágenes de dichos cuerpos quedarán grabadas mediante una cámara con gran capacidad de resolución.

Por su parte, Debra Fischer, buscadora de planetas más allá del sistema solar (exoplanetas), “Kepler es crucial para establecer qué tipo de planetas se forman en torno a otras estrellas”.

Los descubrimientos que realice la misión se usarán inmediatamente para estudiar la atmósfera de grandes exoplanetas mediante el observatorio espacial Spitzer.

“Y los datos que recojamos algún día nos ayudarán a determinar el rumbo de un cuerpo azul como nuestro planeta en torno a otra estrella de nuestra galaxia”, señaló. Es la primera misión con la capacidad de encontrar planetas similares a la Tierra que explicarían la presencia de otro tipo de vida.

Kepler llevará a bordo un telescopio ultrapoderoso que detectará cambios en la luz procedente de los planetas de hasta 20 partes por millón y las imágenes de dichos cuerpos quedarán grabadas mediante una cámara con gran capacidad de resolución.

El objetivo científico de la Misión Kepler, explorar la estructura y diversidad de los sistemas planetarios, está bien enfocado y responde a varios temas estratégicos prominentes:|

  • Proporciona la respuesta a la pregunta fundamental #2 del Plan Estratégico 2000 de la NASA
  • Aporta una contribución a todos los Departamentos de Temas de Ciencias del Espacio de la NASA
  • Trata las cuestiones acerca de la formación y evolución de planetas planteados en la investigación de la década del Consejo de Investigación Nacional 2001
  • Responde al llamado de investigación de la década del Consejo de Investigación Nacional para investigaciones de planetas terrestres con anterioridad al comienzo del proyecto de Descubrimiento de Planetas Terrestres
    Proporciona resultados científicos excitantes de gran interés para el público en general acerca de la exploración.

    La misión sigue la bien establecida historia de exploración de la NASA, es decir, avanzar en lo desconocido realizando primero una investigación como base para el diseño de misiones futuras. Este es el camino seguido tanto en la exploración del sistema solar como en astrofísica. Kepler es el explorador científico para el proyecto de Descubrimiento de Planetas Terrestres y un elemento clave en el programa de los Orígenes de la NASA.

    La Misión Kepler responde una de las preguntas fundamentales del plan estratégico de la NASA

Mediante la realización de una investigación imparcial de la vecindad solar ampliada y con una sensibilidad capaz de detectar planetas del tamaño de la Tierra en la zona habitable de estrellas tipo solar, Kepler puede aclarar la incógnita acerca de los planetas terrestres – antes del final de la década!

Kepler contribuye con todos los departamentos de temas de ciencias del espacio de la NASA

Kepler proporciona una gran cantidad de información de utilidad para varios temas de las ciencias del espacio. La información no tiene precedentes en cuanto a su combinación de precisión fotométrica, continuidad y duración. Los temas de los departamentos de ciencias del espacio incluyen:

  • Búsqueda astronómica de los orígenes de sistemas planetarios
  • Búsqueda de planetas habitables
  • Frecuencia, tamaño, órbita, propiedades de la estrella progenitora

  • Estructura y evolución del universo
  • Evolución estelar:
    Oscilaciones del modo-p, índices de rotación, ciclo de manchas
    Variables cataclísmicas, binarias eclipsantes,
    Variabilidad del núcleo galáctico activo

  • Exploración del sistema solar
  • Comparación de nuestro sistema solar con otros
  • Conexión entre el Sol y la Tierra
  • Frecuencia de los mínimos de Maunder (la mini Era Glaciar),
  • Características de otras estrellas ‘tipo solar’

  • Educación y alcance público

Los objetivos científicos de Kepler tienen gran atractivo para el público

Kepler resuelve muchas de las incógnitas acerca de la ‘formación y evolución de los planetas’

Kepler trata los cuestionamientos acerca de la formación y evolución de los planetas planteados en el estudio de la década del Consejo Nacional de Investigación 2001: A continuación, algunos extractos del informe del Consejo.

En relación con los interrogantes básicos, el informe del Consejo afirma:

‘El primer paso es realizar un censo de sistemas planetarios extrasolares a fin de responder los siguientes interrogantes:

  • ¿Qué fracción de estrellas tiene sistemas planetarios?
  • ¿Cuántos planetas hay en un sistema típico? y
  • ¿Cuáles son sus masas y distancias a la estrella central?
  • ¿En qué medida dependen estas características de la masa de la estrella, su edad y del hecho de que tenga una compañera binaria?’ (p.55)

En cuanto a los métodos para tratar estas cuestiones, el informe del Consejo dice:

  • ‘La fotometría con base en el espacio es lo suficientemente precisa como para extender el censo a los planetas con masas tan pequeñas como los planetas terrestres.’ (p.56)
  • ‘El censo planetario, junto con las nuevas observaciones de discos protoplanetarios, suministrará los datos necesarios para comprender la formación planetaria.’ (p.56)

Kepler puede determinar para la Misión del Buscador de Planetas Terrestres si estos planetas son comunes

El informe Astronomía y Astrofísica en el Nuevo Milenio del Consejo llama a la construcción del Buscador de Planetas Terrestres solo luego de demostrar que los planetas del tamaño de la Tierra son comunes. Citando el informe acerca del Buscador:

  • ‘La recomendación de esta misión [Buscador de Planetas Terrestres]que realiza el comité se basa en la suposición de que esta misión va a revolucionar áreas importantes de la ciencia planetaria y no planetaria, y con anterioridad al comienzo de la misión se llevarán a cabo investigaciones desde la Tierra y desde el espacio para confirmar las expectativas de que los planetas terrestres sean comunes alrededor de estrellas tipo solar.’ (pp. 12 y 39)
  • Asimismo, a fin de asegurar que la misión del Buscador alcance su pleno potencial científico, es importante determinar con anterioridad al comienzo de la misión la probabilidad de encontrar un número adecuado de planetas del tamaño de la Tierra para ser estudiados por el Buscador’. (p. 112)

La Misión Kepler determina si los planetas terrestres son comunes y además caracteriza estos sistemas planetarios y determina su distribución. Citando a Philip y Phylis Morrison (2000) en relación con la Misión Kepler: ‘Atrapar en redes a todo un mar de estrellas hasta encontrar el tenue patrón del tránsito revelador parece ser el esquema más sencillo hasta el momento para encontrar planetas tipo terrestres’.

La Misión Keppler comienza a recolectar información inmediatamente después de su lanzamiento y verificación y comienza a producir resultados en forma progresiva luego de un breve período.

  • Los primeros resultados se obtienen en unos pocos meses cuando se divisan los planetas gigantes interiores, aquellos con períodos orbitales de solo unos días.
    Los objetos que se encuentran en órbitas de unos pocos meses, como la de Mercurio, se detectan durante el primer año.
  • Los planetas del tamaño de la Tierra con órbitas como la de la Tierra requieren casi la totalidad de los cuatro años de la misión, aunque en algunos casos pueden verse tres tránsitos en un período apenas mayor a dos años. Otros resultados que requieren los cuatro años completos de datos son:
  • Planetas del tamaño de Mercurio en órbitas de períodos cortos, que utilizan una docena o más tránsitos para ser detectados; y
  • La detección de planetas internos gigantes que no transitan la estrella pero que modulan en forma periódica el brillo aparente debido a la luz reflejada del planeta. |El descubrimiento más excitante de esta misión debería ser la detección de planetas del tamaño de la Tierra en la zona habitable de estrellas tipo solar. Sin embargo, estamos preparados para muchos otros descubrimientos acerca de la ocurrencia y características de planetas alrededor de otras estrellas. Aún encontrar pocos o ningún planeta es importante, ya que llevaría a la conclusión de que los planetas terrestres son una rareza y que el origen de la Tierra debe ser reconsiderado.

    Suposiciones utilizadas para estimar los resultados

    La fortaleza de la Misión Keppler radica en su habilidad para tratar lo inesperado con su capacidad de controlar una muestra lo suficientemente grande de estrellas para obtener un reconocimiento estadísticamente significativo de planetas terrestres o mayores con períodos orbitales que van desde unos pocos días a más de un año. Solo podemos estimar los resultados esperados en base a posibles panoramas, ya que no tenemos conocimiento acerca de la frecuencia y distribución de los planetas terrestres fuera de nuestro sistema solar. La misión fue diseñada para recolectar suficiente información a fin de que aún un resultado nulo sea significativo e indique que los planetas terrestres son raros.

    Para estimar cuantitativamente el potencial de los resultados para la Misión Keppler, asumimos que:

  • Se controlan cien mil estrellas en la secuencia principal:
  • El promedio de variabilidad de luz blanca de la mayoría de las estrellas F-, G- y K- en la secuencia principal en la escala de tiempo correspondiente a un tránsito es similar al del Sol luego de excluir al 25% más activo de las estrellas enanas en el campo de visión;
  • La mayoría de las estrellas de la secuencia principal, incluyendo las binarias, tienen planetas terrestres dentro o cerca de la zona habitable;
  • En promedio dos planetas del tamaño de la Tierra o mayores existen en la región entre 0,5 y 1,5 UA, basado en nuestro sistema solar y el modelo de acreción de Wetherill (1996);
  • La probabilidad de un tránsito para planetas dentro o cerca de la zona habitable es de ½% por planeta;
  • El tránsito es casi rasante en una órbita de un año;
  • Cada estrella tiene un planeta gigante en una órbita exterior (tipo joviana);
  • En promedio, 1% de las estrellas de la secuencia principal tienen planetas gigantes en órbitas <1 semana y números comparables de planetas gigantes en órbitas de entre 1 semana y 1 mes y entre 1 mes y 1 año;
  • La eficacia de la detección de del 84% con expectativas de una detección falsa; y
  • La vida de la misión es de cuatro años.Resumen de los Resultados Esperados

    Basándonos en estas suposiciones y en la capacidad de la Misión Keppler, esperamos realizar un censo de planetas con períodos de entre días a unos pocos años y detectar:

    Planetas terrestres con órbitas interiores basándonos en sus tránsitos:

  • Aproximadamente 50 planetas si la mayoría tiene R ~1,0 Re
  • Aproximadamente 185 planetas si la mayoría tiene R ~1,3 Re
  • Aproximadamente 640 planetas si la mayoría tiene R ~2,2 Re (O posiblemente una combinación de lo anterior)
  • Aproximadamente 12% de los casos con dos o más planetas por sistema

Planetas gigantes interiores basándonos en la modulación de su luz reflejada:

  • Aproximadamente 870 planetas con períodos menores a una semana

Planetas gigantes basándonos en sus tránsitos:

  • Aproximadamente 135 planetas con órbitas interiores junto con albedos de 100 de estos planetas
  • Densidades de 35 de los planetas con órbitas interiores, y
  • Aproximadamente 30 planetas con órbitas exteriores.

Se esperan sistemas con dos o más planetas terrestres en tránsito dentro o cerca de la zona habitable. Se pueden detectar más de un planeta por sistema cuando se ve un sistema planetario con inclinaciones orbitales relativamente pequeñas cerca de cualquiera de los nodos de la intersección de los planos orbitales. La probabilidad de ver un segundo planeta es del 12% cuando ya se ha encontrado un planeta (Koch y Borucki, 1994) en sistemas con espaciados e inclinaciones similares a la analogía Venus-Tierra.

Si las estrellas binarias no poseen planetas, el número de sistemas esperados es aproximadamente 46% menor.

En resumen, la Misión Keppler produce una muestra estadísticamente válida, suficiente para establecer la frecuencia y distribución de los planetas tanto en los sistemas estelares simples como en los múltiples según se manifestó en los Objetivos. Los resultados esperados son tan ricos que resultados sustancialmente distintos aún aumentan enormemente la comprensión de las comunidades de los sistemas planetarios extrasolares.

La meta científica de la Misión Kepler es explorar la estructura y variedad de los sistemas planetarios. Más específicamente, esto se logra observando una gran muestra de estrella a fin de:

  • Meta 1: Determinar la frecuencia de planetas del tamaño de la Tierra o mayores dentro o cerca de la zona habitable de una amplia variedad de clases espectrales de estrellas.
    La frecuencia de los planetas se deriva del número y tamaño de los planetas encontrados y del número y tipo espectral de las estrellas estudiadas. Inclusive un resultado negativo tendría un importante significado debido al gran número de estrellas examinadas y al bajo índice de falsa alarma.|
  • Meta 2: Determinar la distribución de tamaños y los ejes semi mayores de estos planetas.
    El área del planeta se calcula por la proporción de la disminución del brillo y el área estelar. Para una detección con un significado estadístico >8 sigma, la incertidumbre del área planetaria es de aproximadamente el 14% y para el radio del planeta el 7%.

    El eje semi mayor del planeta se deriva del período medido y la masa estelar, utilizando la Tercera Ley de Kepler. Una incertidumbre en el eje semi mayor de aproximadamente el 1% resulta de una incertidumbre del 3% de la masa de la estrella central, derivada de las observaciones espectroscópicas con base en la Tierra.

  • Meta 3: Estimar la frecuencia de los planetas y la distribución orbital de los planetas en sistemas estelares múltiples.
    Esta meta se logra comparando el número de sistemas planetarios encontrados en sistemas estelares simples contra los encontrados en sistemas múltiples. Los sistemas estelares múltiples se identifican mediante mediciones espectrocópicas con base en la Tierra si están muy unidos o mediante observaciones con resolución angular alta si son sistemas muy espaciados.
  • Meta 4: Determinar las distribuciones de los ejes semi mayores, albedo, tamaño, masa y densidad de los planetas gigantes de período corto. Los planetas gigantes con períodos cortos se detectan a través de las variaciones en la luz que reflejan. Igual que en el caso anterior, el eje semi mayor se deriva del período orbital y la masa estelar.También deberían verse tránsitos en aproximadamente el 10% de los casos y debería determinarse el tamaño de los planetas. Estos planetas se descubren durante los primeros meses de la misión. El albedo se calcula a partir del tamaño del planeta, el eje semi mayor y la amplitud de la modulación de la luz reflejada. La densidad se calcula cuando el planeta se ve tanto en tránsito (para hacer una estimación de su tamaño) y cuando se utiliza la espectrocopía Doppler (a fin de determinar la masa del planeta para estrellas mv<13 y más frías que F5) tal como se hizo en el caso de HD209458b.
  • Meta 5: Identificar miembros adicionales de cada sistema planetario descubierto mediante fotometría utilizando técnicas complementarias.
    Se utilizan las observaciones realizadas mediante la Misión de Interferometría Espacial y la espectrocopía Doppler con base en la Tierra para buscar compañeros masivos adicionales que no realicen tránsitos, suministrando de esa forma más detalles de cada sistema planetario descubierto.
  • Meta 6: Determinar las propiedades de las estrellas que poseen sistemas planetarios. Se obtiene el tipo espectral, la clase de luminosidad y la metalicidad de cada estrella donde se observan tránsitos mediante las observaciones con base en la Tierra. Asimismo, se obtiene el índice de rotación, las inhomogeneidades del brillo de la superficie y la actividad estelar directamente de los datos de la fotometría. La edad y la masa estelar se determinan a través de las mediciones del modo-p de Kepler.

Soporte de las Misiones de la Temática de los Orígenes:

Más aún, los resultados de las Metas arriba mencionadas sustentan a las misiones de la temática de los Orígenes, la Misión de Interferometría Espacial y el Buscador de Planetas Terrestres, mediante:

  • La identificación de las características estelares comunes de las estrellas huéspedes para búsquedas futuras de planetas,
  • La definición del volumen de espacio requerido para la búsqueda y
  • El suministro de una lista de puntos metas para la Misión de Interferometría Espacial en los que ya se conoce la existencia de planetas terrestres

Se realizan observaciones complementarias de seguimiento en todos los casos de tránsitos candidatos para confirmar que los tránsitos son producidos por planetas y para aprender más acerca de las características de las estrellas progenitoras y los sistemas planetarios.

Eliminación de los candidatos no planetarios

Las enanas blancas tienen radios similares al de la Tierra y pueden producir una curva de luz que imita el tránsito de un planeta terrestre. También el eclipse rasante de una compañera estelar puede imitar un tránsito. En ambos casos, las compañeras estelares tienen masas en general de >>100 MJ. Las variaciones de velocidad radial inducidas por estas compañeras son típicamente >>>1 km/s y pueden ser detectadas fácilmente, como por ejemplo con el Indicador de Velocidad Digital SAO disponible para Latham (1992). Por lo tanto, los tránsitos candidatos en los que la compañera es estelar pueden ser eliminados. En forma similar, las enanas marrones (10 Mj < M < 100 Mj, R ~1Rj) pueden distinguirse de los planetas gigantes.|

Los datos de la velocidad radial también sirven para explorar o delinear la estructura de los sistemas planetarios por medio de la detección de planetas gigantes que no se ven en los tránsitos o por luz reflejada. Normalmente, dichos datos solo aportan la cantidad, M sini, donde M es la masa planetaria e i es la inclinación orbital. La presencia de tránsitos implica que i ~90º, lo que establece la masa del planeta. Tomando algunas muestras del corrimiento Doppler durante una órbita, se pueden determinar completamente los parámetros orbitales de los planetas que muestran tránsitos y se establece la masa del planeta dentro del 3%. La masa (mediante espectroscopia) y el radio del planeta (mediante fotometría) dan la densidad del planeta.

Marcy, miembro del equipo Keppler ha desarrollado una técnica para medir velocidades de 3m/s en Keck (Marcy y otros, 2000). Los miembros del equipo Keppler también tienen acceso institucional al probado Hamilton Echelle (Barsi) y a los nuevos espectrómetros del Telescopio Hobby-Eberly (Cochran) y el Observatorio MMT (Latham) todos con una capacidad de <10m/s.

Masa, tamaño y metalicidad

Otras restricciones al radio de la estrella progenitora y demás propiedades se obtienen por medio de las oscilaciones del modo-p (por ejemplo, Brown y Gilliland, 1994) utilizando el modo de muestreo de 1 minuto de Keppler. En el Sol se excitan una serie de modos con períodos de aproximadamente 3 minutos e igual espaciado en el dominio de frecuencia a un nivel de aproximadamente 3 ppm en luz blanca. Este nivel de precisión requiere la detección de al menos 1012 fotones. Keppler proporciona los niveles necesarios de fotones en un mes para las 3.600 estrellas enanas más brillantes que mv =11,4 en el campo de visión. Dos miembros del equipo Keppler tienen considerable experiencia e interés científico en esta clase de sismología estelar que puede realizarse con Keppler (Gilliland y Brown).

Observaciones astrométricas

Cuando Keppler encuentre un planeta, se puede utilizar SIM para calcular las masas (si son jovianos o más grandes) o establecer topes máximos a las masas de los planetas detectados. Los datos de SIM completan los datos Doppler ya que no se puede utilizar la espectrocopía Doppler para las estrellas más calientes que F5. También se puede utilizar SIM para buscar planetas gigantes adicionales en grandes órbitas. Por ejemplo, SIM puede detectar un planeta 0,4 Mj en una órbita de 4 años alrededor de una estrella del tipo solar a una distancia de 500 pc.

Utilizando paralaje, se puede determinar la distancia geométrica de un sistema a 500 pc en 0,2%, colocando todas las inter-comparaciones de sistemas planetarios descubiertos sobre una base firme. Dos de los miembros del equipo Keppler (Latham y Boss) son también miembros del equipo de propuesta de proyectos claves de SIM para el estudio de sistemas planetarios. El campo de consideración puntual de SIM de 15 grados es casi idéntico al de Keppler y es un uso altamente eficiente del tiempo de observación de SIM.

Mediante las mediciones en infrarrojo realizadas con SOFIA o NGST todo exceso o falta de IR indicará la fracción de sistemas con planetas terrestres que se encuentra o no incrustada en el polvo zodiacal extrasolar.

“La misión Kepler es un componente crítico en los esfuerzos de la NASA por encontrar y estudiar planetas en donde puedan estar presentes condiciones parecidas a las de la Tierra”, comenta Jon Morse, director de la División de Astrofísica, en las oficinas centrales de la NASA, en Washington.

La misión estará tres años y medio buscando en más de 100.000 estrellas similares al Sol, en la región Cisne-Lira de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Se espera que encuentre cientos de planetas, del tamaño de la Tierra y más grandes también, en órbitas a distintas distancias de sus respectivas estrellas. Si los planetas parecidos a la Tierra se encuentran dentro de la zona habitable (en donde las condiciones favorecen la existencia de agua líquida), Kepler podría hallar decenas de mundos como el nuestro. Por otro lado, si estos planetas son poco abundantes, Kepler podría no encontrarlos.

El telescopio Kepler está especialmente diseñado para la detección de estrellas de luminosidad variable y periódica, causada por el tránsito de planetas. Algunos sistemas de estrellas se encuentran orientados de tal forma que sus planetas pasan en frente de sus estrellas, tal como se los ve desde nuestro punto de vista en la Tierra. Mientras los planetas transitan, causan una disminución pequeña en la luminosidad de su estrellas, o parpadeo: Video de 1 megabyte. El telescopio puede registrar cambios en la luminosidad de apenas 20 partes por millón.

“Si la misión Kepler observara desde el espacio un pequeño pueblo sobre la Tierra, por la noche, sería capaz de detectar la disminución en la luz de un pórtico mientras alguien pasa frente a él”, comentó James Fanson, coordinador del proyecto Kepler, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por su sigla en idioma inglés), de la NASA, en Pasadena, California.

Para lograr esta proeza, Kepler usará la cámara más grande que jamás se haya lanzado al espacio; un instrumento que posee 95 megapíxeles y “dispositivos de carga acoplada” (CCDs, en idioma inglés).

A través de la observación de una amplia sección del cielo durante su tiempo de vida útil, la misión Kepler tendrá la posibilidad de ver planetas que transitan sus estrellas, de manera periódica, en múltiples ciclos. Esto permitirá a los astrónomos confirmar la presencia de planetas. Los planetas de tamaño similar a la Tierra, ubicados en zonas habitables, deberán teóricamente completar una órbita en un año aproximadamente; de modo que Kepler monitorizará dichas estrellas al menos durante tres años antes de confirmar su existencia. Telescopios con base en la Tierra, junto con los telescopios espaciales Hubble y Spitzer, de la NASA, realizarán estudios de seguimiento en los planetas más grandes que puedan ver.

“Kepler es una pieza fundamental para entender qué tipos de planetas se forman alrededor de otras estrellas”, comenta Debra Fischer, cazadora de exoplanetas de la Universidad Estatal de San Francisco. “Los descubrimientos que surjan serán inmediatamente utilizados para estudiar, con Spitzer, la atmósfera de grandes exoplanetas gaseosos. Además, la estadística acumulada nos ayudará a trazar el camino que nos llevará hacia el día en el cual obtengamos la imagen de un pálido punto azul, como nuestro planeta, que orbita otra estrella en nuestra galaxia”.

“La mayoría de estos planetas no tienen el tamaño de la Tierra ni órbitas” dice Morse.

Durante el curso de su vida útil -una misión de 3 años y medio- Kepler buscará los cielos por planetas de 30 a 600 veces más pequeño que Júpiter, cercano a la circunferencia terrestre. Luego del lanzamiento, Kepler entrará a una órbita de 372.5 días alrededor del Sol, siguiendo la pista a la estela de la Tierra. Se espera que encuentre verdaderos planetas del tamaño de la Tierra orbitando estrellas como nuestro Sol.

El Astrofísico Alan Boss, de la Institución Carnegie en Washington D.C. recientemente estimó que hay alrededor de diez mil trillones de planetas habitables en el Universo observable, con algunos de ellos del tipo Tierra.

Kepler también buscará por planetas del tipo Tierra que orbiten una estrella en la llamada: “Zona habitable”, la región donde exista agua líquida y quizás vida.

Mientras que Kepler estará buscando planetas que albergen vida, no estará buscando los hombrecillos verdes.

“Kepler no está esperando encontrar E.T; está esperando encontrar el hogar de los E.T.”, dice el científico Borucki.

Kepler no producirá las espectaculares imágenes como el Hubble, pero su telescopio de 0.95 metros de diámetro y su conjunto de 42 dispositivos de cargas eléctricas: CCD (microchips sensibles a la luz que también se encuentran en las cámaras digitales) buscará planetas al medir el cambio de luminocidad que ocurre cuando un planeta se mueve en frente de su estrella (desde la perspectiva de la Tierra).

Al medir la cantidad de fluctuación de luz y cuanto dura, los científicos pueden estimar el tamaño de un planeta, el tamaño de su órbita y potencialmente incluso la temperatura del planeta.

Esta misma técnica de tránsito es responsable de encontrar la mayoría de los exoplanetas conocidos a la fecha.

Fuente NASA

El misterio de nuestras mentes

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Una galaxia es simplemente una parte pequeña del universo, nuestro planeta es una mínima fracción infinitesimal de esa galaxia, y nosotros mismos podríamos ser comparados (en relación a la inmensidad del cosmos) con una colonia de bacterias pensantes e inteligentes. Sin embargo, todo forma parte de lo mismo, y aunque pueda dar la sensación engañosa de una cierta autonomía, en realidad todo está interconectado y el funcionamiento de una cosa incide directamente en las otras.

Pocas dudas pueden caber a estas alturas del hecho de que poder estar hablando de estas cuestiones, es un milagro en sí mismo.

Después de millones y millones de años de evolución, se formaron las consciencias primarias que surgieron en los animales con ciertas estructuras cerebrales de alta complejidad, que podían ser capaces de construir una escena mental, pero con capacidad semántica o simbólica muy limitada y careciendo de un verdadero lenguaje.

La consciencia de orden superior (que floreció en los humanos y presupone la coexistencia de una conciencia primaria) viene acompañada de un sentido de la propia identidad y de la capacidad explícita de construir en los estados de vigilia escenas pasadas y futuras. Como mínimo, requiere una capacidad semántica y, en su forma más desarrollada, una capacidad lingüística.

Los procesos neuronales que subyacen en nuestro cerebro son en realidad desconocidos, y aunque son muchos los estudios y experimentos que se están realizando, su complejidad es tal que de momento los avances son muy limitados. Estamos tratando de conocer la máquina más compleja y perfecta que existe en el universo.

Si eso es así, resultará que después de todo no somos tan insignificantes como en un principio podría parecer, y sólo se trata de tiempo. En su momento y evolucionadas, nuestras mentes tendrán un nivel de conciencia que estará más allá de las percepciones físicas tan limitadas. Para entonces sí estaremos totalmente integrados y formando parte, como un todo, del universo que ahora presentimos.

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