Innovadores, científicos, ingenieros y ciudadanos debaten durante doce horas acerca de tecnología y ciencia, así como del futuro de la mente y el cuerpo humanos
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por Emilio Silvera ~
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Tiene motivos para presumir de dones proféticos, porque estuvo en primera fila del despertar digital y vio con claridad lo que vendría después. En los años ochenta y noventa, cuando la mayoría de la población desconocía o empezaba a acercarse a Internet, Nicholas Negroponte (Nueva York, 1943), informático y arquitecto, fundador y director del Media Lab del Massachusetts Institute of Technology (MIT), vaticinó que íbamos a tener ordenadores en los bolsillos, pantallas táctiles, televisión a la carta como la de Netflix, altavoces inteligentes y hogares conectados. Y entendió que vendrían profundos cambios sociales. Sus artículos en la última página de Wired o su libro El mundo digital (1995) eran seguidos como un oráculo.
El tiempo le ha dado la razón en casi todo. Negroponte conversa en Madrid, donde participa este jueves en la jornada Cruce de Caminos, organizada por Banco Caminos y Bancofar. Sigue confiado en sus visiones del futuro, que hoy suenan muy atrevidas. Claro que también era atrevido lo que decía hace 30 años.
Pregunta. ¿Cuál es el próximo hito para la humanidad?
Respuesta. El mundo digital se ha integrado en nuestras vidas. Lo que vendrá ahora ya no serán extrapolaciones de la informática, como las que hemos visto.
Pregunta. ¿Es la bioingeniería la próxima revolución?
Respuesta. Esa será una de las grandes cosas que vengan, sí. Tendremos humanos genéticamente modificados y corregiremos los errores de la naturaleza. Será un futuro muy distinto.
P. ¿De verdad podremos vivir 150 o 200 años? ¿Lo haremos nosotros o nuestros descendientes?
R. Eso ocurrirá con seguridad en la próxima generación. Es un poco tarde para nosotros, porque revertir el envejecimiento es más difícil. Pero no hay duda de que sus hijos y mis nietos vivirán hasta los 150 años. Y haremos que los discapacitados puedan andar, luego podremos eliminar las enfermedades raras…
P. Y se alimentará al mundo con comida artificial.
R. Crear carne que no proceda de las vacas es un proyecto maravilloso. Podremos replicar las células de las vacas sin hacer daño a animales, sin el CO2 que emiten, ahorrando agua, cuidando el medio ambiente, y logrando que la gente tenga carne.
P. ¿Nos salvará la tecnología también del cambio climático?
R. La tecnología es la única solución al cambio climático. No hay otra. Tenemos que encontrar la forma de producir energía, no necesariamente de fuentes renovables, como el viento o el sol, sino haciendo que la fusión nuclear funcione. En 50 años tendremos una economía distinta y un mundo mejor gracias a ella.
P. Usted pronostica avances enormes para la humanidad. ¿No teme que las miserias humanas, o los intereses políticos y económicos, impidan que lleguen a beneficiar a la mayoría?
R. Los intereses corporativos suelen frenar algunos avances, pero no por mucho tiempo. Es bien conocido que quienes tienen intereses en el petróleo pueden forzar un retraso en las tecnologías alternativas. Por eso es tan difícil hacer pronósticos sobre cuándo llegarán algunas cosas, porque a menudo los retrasos vienen de fuerzas externas que no tienen que ver con la tecnología.
P. El 5G, el sistema que dominará las comunicaciones móviles, está siendo el centro de esta Segunda Guerra Fría, un campo de batalla entre EE UU y China por esa tecnología. ¿Quién ganará?
R. Hace 15 años que EE UU se ha rendido en las tecnologías de la telecomunicación. Los principales actores ya no son empresas americanas. El repentino interés por el 5G, y en particular por Huawei, me parece increíble. Porque el 5G no es tan importante como están vendiendo. Es solo un cambio incremental sobre el 4G. El hito fue el 3G. Esto no es la fusión nuclear. Si alguien domina la fusión nuclear, cambiará las reglas del juego. El 5G no va a ser rompedor. Y si miramos lo que hace China en áreas como el 5G, está muy por delante de EE UU.
P. Usted representa el optimismo ante los cambios tecnológicos. Pero todo indica que la opinión pública ha ido pasando del entusiasmo al pesimismo.
R. Sigo siendo optimista, pero eso es verdad. Hay un creciente sentimiento en todo el mundo de escepticismo, de que la tecnología ha creado muchos de los problemas que tenemos que arreglar. Si lo miras objetivamente y con perspectiva, la tecnología ha traído muchas soluciones, como en la medicina, y los problemas son sobre todo por cómo usamos la tecnología.
P. Los gigantes de Internet son vistos ahora como un gran oligopolio que hace negocio sin control con nuestros datos. Una especie de Gran Hermano.
R. Pondré otro ejemplo. Cuando las revelaciones de Snowden, muchos americanos como yo nos sorprendimos de que el Gobierno nos estaba vigilando. Si vas a China, y acabo de estar allí, ves cientos de cámaras en la calle haciendo reconocimiento facial y creando una casi perfecta seguridad. Y la gente está satisfecha. Dicen: de acuerdo, quizás se viole lo que vosotros los occidentales consideráis intimidad, pero no tenemos delincuencia. Son cosas que se ven distintas desde cada cultura.
P. ¿Juega China con ventaja en la carrera tecnológica por la falta de garantías para la intimidad? Allí se puede crear una gigantesca base de datos genéticos que en Occidente no sería viable.
R. Europa es quizás el líder mundial en protección de la intimidad. Por otro lado, hay mucha gente que muere en Alemania porque es ilegal compartir datos que permitirían salvarlos. Es un difícil equilibrio. Si me atropella un coche, no quiero que mis datos médicos estén protegidos, quiero que cuando llegue la ambulancia lo sepan todo.
P. ¿Cree que los gigantes de Silicon Valley deben ser divididos como otros monopolios en el pasado, lo que ha propuesto la senadora Elizabeth Warren?
R. No estoy seguro de que dividir a estas compañías garantice asuntos como la privacidad. A nadie le gusta que una empresa crezca tanto y sea dominante, pero lo que tenemos que mirar es qué sacamos de ellos, quién está contribuyendo más al conocimiento y la ciencia. Es sorprendente qué poco aportan muchas de esas grandes compañías. La gente joven quiere ser Mark Zuckerberg, no quieren ser Alan Turing. Es decepcionante. Necesitamos gente que invente y sea imaginativa como Turing.
P. ¿Están afectando las redes sociales a la calidad de la democracia? Allí se expanden ideas extremistas, mensajes de odio…
R. No uso mucho las redes sociales. Soy más un observador. Está claro que están teniendo un impacto. En unas partes, están creando democracia, en otras partes la están debilitando. El balance es probablemente a favor de la democracia.
P. Diversos estudios alertan de la destrucción de millones de empleos por la robotización, incluso en la actividades más intelectuales. Esto está generando ansiedad en la población y abriendo debates como el de la renta universal. ¿Cuál es el futuro del empleo?
R. Es más fácil automatizar la mayoría de actividades intelectuales que la mayoría de empleos en servicios, como preparar comida rápida. Es más fácil tener un robot abogado, o contable. El desplazamiento del empleo no dependerá de las capacidades intelectuales. En algún momento tendremos que repensar el concepto del trabajo. Una parte del concepto tiene que ver con tener un sentido, un propósito. La gente siempre tendrá un propósito, pero puede no ser llevar un salario a casa, que es lo que define el empleo hoy.
P. ¿Vamos a tener algún día una verdadera inteligencia artificial, que tenga conciencia?
R. Esa es la pregunta, la conciencia, y la mayoría de la gente no se la hace. No estoy seguro de que lo vaya a ver en mi vida. Pero antes de eso veremos máquinas que tendrán sentido del humor, y será asombroso. Otra pregunta que no parece interesante es: ¿porqué los hombres apreciamos la música?
P. ¿Hay que reivindicar las humanidades, o la filosofía, en una sociedad hipertecnológica?
R. Las humanidades son la cosa más importante que puedes estudiar.
por Emilio Silvera ~
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Elon Musk en una foto de archivo OnInnovation
Su empresa Neuralink trabaja en un ‘disco duro’ para la mente humana
Es la única forma que Musk contempla para sobrevivir a la amenaza de la inteligencia artificial, que según él podría acabar con el ser humano
Elon Musk es mundialmente conocido por Tesla y Space X, sus empresas dedicadas a los coches eléctricos y la aeronáutica, respectivamente. Son sus negocios más famosos, incluso si el que le hizo rico en su día fue PayPal; pero parece que el millonario y popular tuitero tiene muchas más aspiraciones puestas en su compañía menos conocida: Neuralink.
El objetivo principal de Neuralink es fabricar un disco duro para la mente humana, esto es, un recipiente para volcar la mente biológica y convertirla en algo artificial.
Esto no es lo mismo que convertirlo en una inteligencia artificial, no en el sentido en el que se usa ese término ahora mismo, pero básicamente Musk quiere que los humanos volquemos nuestras mentes para que funcionan dentro de máquinas.
Suena imposible o de ciencia ficción, pero el millonario ha insistido recientemente en sus intenciones de crear una mente humana robótica. “A medida que los algoritmos y el hardware mejoren, la inteligencia digital superará a la inteligencia biológica por un amplio margen, eso es obvio”.
Esta afirmación parece chocar con el temor de Musk a la inteligencia artificial, a que las máquinas puedan superar el potencial humano y ser un peligro similar al que tantas veces ha retratado el cine de Hollywood; pero ese miedo parece cimentar su empresa. Y usa como ejemplo los primates.
“Cuando una especie de primate, el homo sapiens, se hizo más listo que los otros, los empujó a pequeños hábitats”. En otras palabras, las máquinas podrían recluirnos en zoos para humanos si se vuelven demasiado inteligentes. “Es una posibilidad para nosotros”.
El sistema de cerebro artificial que Neuralink está desarrollado no estaría listo antes de una década, según Musk, que tampoco ha detallado en extremo cómo funciona más allá de hablar de una interfaz para que los humanos interactuemos con ella.
“Un chip y unos pequeños cables que se implantaría en tu cráneo”.
por Emilio Silvera ~
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Los 5 proyectos más increíbles de la NASA
El peligro de asteroides y la basura espacial, los hidrocarburos presentes en una luna de saturno, la observación del espacio profundo y las futuras misiones de exploración interplanetaria son algunos de los temas prioritarios para la NASA, agencia que hace pocos días ha dado a conocer los nuevos proyectos científicos con presupuesto aprobado para avanzar en la carrera espacial, en el marco del Programa sobre Conceptos Innovadores Avanzados. A continuación, los más relevantes:
Un submarino en Titán
Mar del Kraken
La idea es explorar el Mar del Kraken, un inmenso cuerpo líquido de hidrocarburos situado al norte de la luna de Saturno. La nave sería autónoma y llevaría a cabo investigaciones científicas bajo la superficie del mar. La misión estaría lista en 2040. Titán contiene 40 veces más hidrocarburos que todos los pozos de petróleo juntos de nuestro planeta.
Captura de asteroides y basura espacial Un grupo de nanosatélites se encargarían de capturar asteroides o meteoritos que amenazan la Tierra, así como la basura espacial que se acumula en el espacio desde hace décadas.
Estudio de asteroides Se proyecta el diseño de una nave que se acerque a un asteroide o cometa liberando a la distancia un enjambre de pequeñas sondas para realizar un mapa del campo gravitatorio del cuerpo y describir su composición y su estructura.
Aragoscope Es un innovador concepto de telescopio espacial que aprovecharía los principios de difracción para capturar imágenes con una resolución 1.000 veces mayor que la del telescopio espacial Hubble.
Misión en el espacio profundo El Heliopause Electrostatic Rapid Transit System (HERTS) es un concepto de propulsión para misiones en el espacio profundo que utilizaría la energía del sol para ‘catapultarse’ a las afueras del Sistema Solar, alcanzando velocidades mayores a los 700 kilómetros por segundo.
FUENTE E IMÁGENES
RPP, Songquan Deng / Shutterstock.com
por Emilio Silvera ~
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En una entrevista publicada en 1935, el célebre inventor Nikola Tesla vaticinaba que en el siglo XXI, “los robots tomarán el lugar de la mano de obra esclava de las civilizaciones antiguas […] liberando a la humanidad para perseguir aspiraciones más elevadas”. Si bien Tesla realizó numerosas predicciones de este tipo, unas más acertadas que otras,- no cabe duda que la capacidad de visualizar el futuro y planificar nuestras acciones es una característica que nos define como especie, casi tanto como los pulgares oponibles o el lenguaje.
En todos los paneles predominó una visión optimista y tecnocrática en la que la medicina preventiva, la ingeniería genética y la tecnología de la información serían las grandes protagonistas y principales fuentes de progreso
Siguiendo este espíritu de predicción y planificación, el pasado sábado se celebraba la conferencia titulada The Future of People (el Futuro de la Gente) en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés), en Boston (EE UU). Durante casi doce horas de paneles y charlas, más de treinta científicos, ingenieros, inversores, periodistas, sociólogos y emprendedores analizaron las tendencias en sus respectivos campos para imaginar cómo será la humanidad del futuro.
Los distintos paneles se organizaron temáticamente para tratar el futuro del cuerpo y la mente humana, la sociedad y el trabajo. En todos ellos predominó una visión optimista y tecnocrática en la que la medicina preventiva, la ingeniería genética y la tecnología de la información serían las grandes protagonistas y principales fuentes de progreso.
Algunos de los ponentes destacaron por la audacia de sus predicciones. Aubrey de Grey, experto en medicina regenerativa, predijo que en el año 2050 la esperanza de vida se extenderá hasta los 150 años gracias a la medicina preventiva, a la que comparó con el mantenimiento intensivo de un coche clásico. Por su parte Jaron Lanier –a quien se le atribuye la invención y popularización del término realidad virtual– animó a perder el miedo a la inteligencia artificial aduciendo que esta se encuentra muy lejos de poder superar al intelecto humano. El bioquímico Kevin Esvelt aseguró que en poco tiempo la ingeniería genética permitirá erradicar enfermedades que afectan a millones de seres humanos, como la malaria, gracias a la modificación de las especies que las transmiten. Otras predicciones apuntaron a los avances en ingeniería genética para posibilitar la eliminación de enfermedades hereditarias y como elemento clave para la exploración espacial y la colonización de Marte.
El inventor del término “realidad virtual” anima a perder el miedo a la inteligencia artificial, porque se encuentra muy lejos de poder superar al intelecto humano
Sin embargo, tanto los moderadores de los debates como el propio público se mostraron mucho más escépticos y precavidos. Gracias a sus preguntas, tras cada sesión se estableció un debate mucho más anclado en la realidad en el que se abordaron cuestiones controvertidas como el acceso universal a los adelantos en salud y los beneficios de la tecnología, la preocupación por la pérdida de empleos debido a la automatización o los riesgos de la aparición de una nueva eugenesia que lleve en última instancia a violaciones de los derechos humanos.
Este tira y afloja entre el optimismo desbordante y el miedo a lo desconocido estuvo presente desde la charla de apertura por parte del escritor David Brin, quien atribuyó el auge del negacionismo científico entre los ciudadanos más conservadores a la falta de dialogo social. Según Brin, corresponde a los progresistas “dirigirse a sus conciudadanos y hablar amistosamente con ellos utilizando sus mismas referencias culturales para aliviar su miedo a la ciencia”.
La conferencia fue organizada por estudiantes de la Sloan School of Management (la escuela de negocios de MIT), patrocinada por Openmind y dirigida por Lea Peersman Pujol, una estudiante española de MBA en dicha escuela. Según Peersman, su objetivo al idear este encuentro era dar voz a los jóvenes para que puedan participar y tomar un papel activo a la hora de definir su propio futuro.
Una parte importante del evento quedó en manos de los más jóvenes para que pudieran expresar sus preocupaciones y expectativas.
Por este motivo, una parte importante del evento quedó en manos de los más jóvenes para que pudieran expresar sus preocupaciones y expectativas. Un ejemplo fue el denominado Fastforward Challenge, un ejercicio de imaginación en el que se invitó a los participantes a visualizar su vida en cuestión de salud, trabajo, movilidad y energía en el año 2050.
Para cerrar el evento se cedió el escenario a una decena de emprendedores y jóvenes profesionales menores de 35 años quienes presentaron sus proyectos y start-ups en áreas tan diversas como las energías renovables, bioingeniería y el arte. Estos pioneros pusieron de manifiesto durante su intervención que la edad no es una limitación cuando se cuenta con talento y ganas de trabajar en un entorno capaz de estimular el emprendimiento.
por Emilio Silvera ~
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La inmortalidad de los robots puede chocar contra nuestra propia mortalidad, y lo peor es que no estamos preparados para aceptarlo.
¿Cuánto dura un robot? Como cualquier otro aparato, la respuesta es “hasta que deje de funcionar o saquen un sustituto”. Pero hasta ahora nadie sabe qué es lo que pasa cuando ninguna de las dos cosas ocurra.
Estamos creando sistemas inteligentes capaces de aprender por si solos, de evolucionar frente a los cambios; entra dentro de lo posible que llegue el día en el que creemos una IA que no haga falta cambiar.
Un sistema que sea capaz de adaptarse perfectamente a nuestras necesidades; nada de comprar el último modelo cuando salga, ya tendríamos el último modelo que existirá para siempre.
Después de tanto tiempo buscando la inmortalidad, el ser humano sería capaz de crear una “vida inmortal”, aunque no sea la suya.
Y después de tanto tiempo, es inevitable que nazca una conexión emocional con este sistema; si yo mismo tuve una conexión semejante con la calculadora que me ayudó a sacar los estudios, es muy probable que la pueda tener con una IA, la verdad.
Ya hay muchas historias de ciencia ficción con ese mismo planteamiento; recientemente, Her fue todo un éxito que nos hablaba de relaciones entre humanos y sistemas artificiales.
Pero tenemos que mirar más allá. Tenemos que mirar al momento en el que, inevitablemente, tengamos que acabar con esa inteligencia.
No es una idea demasiado futurista; la Unión Europea ya tiene una propuesta en la mesa para la creación de un nuevo estado legal: “persona electrónica”.
“Personas electrónicas”, la nueva propuesta en la Unión Europea para los robots
Una persona electrónica también tendría sus obligaciones y deberes, aunque estos afectarían principalmente a su propietario; por ejemplo, los robots estarían registrados en una seguridad social que financiaría los posibles problemas y daños que produjesen.
Si un robot sufre un error y empieza a provocar daños materiales o personales, debería haber alguien responsable de ello, y una manera de pagarlo.
La proposición, que recientemente ha dado otro paso en el Parlamento Europeo, también incluye un “botón de apagado” obligatorio; un método para desactivar cualquier robot en cualquier momento, si la autoridad lo considera necesario.
Según Tenzin Priyadarshi, CEO del Centro Dalai Lama de ética y valores en el MIT, los botones de apagado pueden existir por dos razones.
Ambos son peligros reales que ya son considerados factores a tener en cuenta en la actualidad; puede que ese robot sea tuyo, pero hay posibilidades de que pueda ser hackeado, o que un error haga que deje de obedecerte.
O incluso, que el robot crea que el problema eres tú. Ya dice la primera ley de la robótica de Asimov que los robots nunca deben hacer daño a un ser humano; pero cada vez más mentes están preocupadas de que los robots que creamos no sigan esa ley.
Es por eso que nacen iniciativas que buscan asegurarse de que esta transición ocurre sin problemas. Hoy mismo Apple se ha unido a Partnership on AI, una organización de algunos de los más grandes actores de la industria; su objetivo es crear una Inteligencia Artificial que sea ética.
Apple se une a Google y Microsoft para crear una ética para Inteligencia Artificial
En cambio, algunas de las mentes más reconocidas de la actualidad, como Stephen Hawking o Elon Musk, piden prudencia. Hay muchas cosas que pueden salir mal si tomamos el camino equivocado; por ejemplo, que la Tercera Guerra Mundial sea entre robots asesinos.
Que un robot sea “inmortal” para el ser humano medio puede ser de gran ayuda; pero si perdemos la perspectiva, también puede ser nuestra perdición.