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Estrellas cercanas que podrían facilitar la presencia de vida

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo y la Vida    ~    Comentarios Comments (2)

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Hay una veintena de estrellas que se encuentran dentro de un radio de acción marcado por los doce años-luz de distancia al Sol. ¿Cuál de ella se nos presenta como la más probable para que, algunos de sus planetas pudieran albergar alguna clase de vida, incluso Vida Inteligente? La estrella más cercana a nosotros es Alfa Centauri que, en realidad es un sistema estelar situado a unos 4.37 años-luz de nosotros (unos 42 billones de kilómetros). En realidad, se trata de un sistema de tres estrellas.

Alfa Centauri contiene al menos un planeta del tamaño terrestre con algo más de la masa de la Tierra que está orbitando a Alfa Centauri B. Sin embargo, su cercanía a la estrella, unos 6 millones de kilómetros lo hace tener una temperatura de más de 1.ooo ºC lo que parece ser muy caliente para albergar alguna clase  de vida.

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Alfa Centauri, seguramente por su cercanía a nosotros, ha ejercido siempre una sugestiva atracción para nosotros cuando miramos el cielo nocturno. Resulta ser, en su conjunto, la tercera estrella más brillante de todas, y junto con Hadar (Beta Centauri), las dos en la imagen de arriba, es una muy importante y útil referencia para la localización de la Cruz del Sur.  Además, y como se trata de una estrella triple, Alpha Centauri A, la componente principal, se constituye en una buena candidata para la búsqueda  de planetas del mismo tipo que la Tierra.

Las tres estrellas se formaron a partir de la misma nebulosa de materia interestelar. El trio de estrellas se van orbitando las unas a las otras a un ritmo como de vals, unidas por los lazos invisibles de la fuerza gravitatoria que generan y con la que se influyen mutuamente. Lo cierto es que las estrellas triples gozan de pocas probabilidades para albergar la vida, porque no pueden mantener a sus planetas en una órbita estable y segura, la inestabilidad que producen las tres estrellas en esos posibles planetas, parece que sería insoportable para formas de vida inteligente. Claro que, las distancias a las que se encuentran unas estrellas de otras es grande y… ¿quién sabe? Nunca podemos afirmar nada sin haberlo confirmado.

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La fría sipertierra alredor de la estrella de Barnard

La siguiente estrella más allá de Alfa Centauri es la estrella de Barnard, situada a 6 años-luz aproximadamente de nuestro Sol, o, lo que es lo mismo, a unos sesenta mil billones de kilómetros de distancia. Esta estrella parece contar con una familia de planetas. Sin embargo, es una estrella muy vieja, casi tanto como el propio universo, y, por tanto, es deficitaria en la mayoría de los elementos químicos esenciales para la vida. Es poco prometedora para buscar vida en sus alrededores.

Las 10 estrellas más cercanas al Sol se encuentran en un rango de distancia entre los 4 y 10 años luz. Para tener una idea, la Vía Láctea mide unos 100.000 años luz, lo cual convierte a estas estrellas en verdaderas vecinas:

                                                En un radio de 12,5 años-luz

  1. Alfa Centauri (que, en realidad, es un sistema de tres estrellas): a 4,2 años luz.
  2. Estrella de Barnard: a 5,9 años luz.
  3. Wolf 359: a 7,7 años luz.
  4. Lalande 21185: a 8,2 años luz
  5. Sirio (un sistema binario de estrellas): a 8,6 años luz
  6. Luyten 726-8 (otro sistema binario): a 8,7 años luz.
  7. Ross 154: a 9,7 años luz
  8. Ross 248: a 10,3 años luz
  9. Epsilon Eridani: a 10,5 años luz.
  10. Lacaille 9352: a 10,7 años luz

 

 

Más allá de Barnard existe un cierto numero de estrellas, todas ellas poco prometedoras para la existencia de vida y de inteligencia porque, o son demasiado pequeñas y frías para emitir la clase de luz que la vida tal como la conocemos requiere, o demasiado jóvenes como para que haya aparecido la vida inteligente en los planetas que las circundan. No encontraremos otra estrella que pueda albergar la vida y seres inteligentes hasta que no viajemos a una distancia próxima a los once años-luz del Sol.

Épsilon Eridani está situada a unos 10,5 años-luz del Sol, es una de las estrellas más cercanas  al Sistema Solar y la tercera más próxima visible a simple vista. Está en la secuencia principal, de tipo espectral K2, muy parecida a nuestro Sol y con una masa algo menor que éste, de unas 0,83 masas solares. Es joven, sólo tiene unos 600 millones de años de edad mientras que el Sol tiene 4.600 millones de años.

Épsilon emite menos luz visible y luz ultravioleta que nuestra estrella, pero probablemente sea suficiente para permitir allí el comienzo de la vida que, si tenemos en cuenta el corto tiempo que ha pasado, no llegaría a poder ser inteligente. Claro que, los cálculos realizados sobre la vida de las entrellas en general y sobre esta en particular… ¡No son fiables! Y, siendo así (que los), tampoco podemos estar seguro de lo que en sus alrededores pueda estar presente. Se le descubrió un planeta orbitando a su alrededor, Épsilon Eridani b, que se descubrió en el año 2000. La masa del planeta está en 1,2 ± 0,33 de la de Júpiter y está a una distancia de 3,3 Unidades Astronómicas. Se cree que existen algunos planetas de reciente formación que orbitan esta estrella.

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“Tau Ceti es una estrella en la constelación Cetus similar al sol en masa y tipo espectral. A poco menos de doce años luz de distancia del sistema solar, es una estrella relativamente cercana. Es un astro de bajo contenido metálico, de lo que se deduce su baja probabilidad de albergar planetas del tipo terrestre en su sistema. Las observaciones astronómicas han detectado más de diez veces la cantidad de objetos y polvo estelar rodeando la estrella en relación al sistema solar. La estrella aparenta ser estable, con pequeñas variaciones estelares.”

Más allá de Épsilon Eridani hay nueve estrellas que se encuentran todavía dentro de un margen de distancia del Sol que no sobrepasan los 12 años-luz. Sin embargo, todas ellas, menos una, son demasiado jóvenes, demasiado viejas, demasiado pequeñas o demasiado grandes para poder albergar la vida y la inteligencia. La excepción se llama Tau Ceti.

Tau Ceti está situada exactamente a doce años-luz de nosotros y satisface todas las exigencias básicas para que en ella (en algún planeta de su entorno) haya podido evolucionar la vida inteligente: Se trata de una estrella solitaria como el Sol -al contrario que Alfa Centauri- no tendría dificultad alguna en conservar sus planetas que no serían distorsionados por la gravedad generada por estrellas cercanas. La edad de Tau Ceti es la misma que la de nuestro Sol y también tiene su mismo tamaño y existen señales de que posee una buena familia de planetas. No parece  descabellado pensar que, de entre todas las estrellas próximas a nosotros, sea Tau Ceti la única con alguna probabilidad de albergar la vida inteligente.

Sistema solar de Tau Ceti

La noticia que publicaron los medios decía: ¡Descubren un nuevo planeta extrasolar que se encuentra en una zona habitable! El planeta orbita en torno a la estrella Tau Ceti, a doce años luz del Sol. Hay cinco cuerpos cuya masa oscila entre dos y seis veces la de la Tierra.

¿Quién sabe lo que en algunos de esos planetas que orbitan la estrella Tau Ceti pudiera estar pasando? Y, desde luego, dadas las características de su sistema planetario y la cercanía que parece existir entre alguno de los mundos allí presentes, si algún ser vivo inteligente pudiera contempalr el paisaje al amanecer, no sería extraño que pudiera ser testigo de una escena como la que arriba contemplamos. ¿Es tan bello el Universo! Cualquier escena que podamos imaginar en nuestras mentes… ¡Ahí estará! en alguna parte.

Es cierto que la vida, podría estar cerca de nosotros y que, por una u otra circunstancia que no conocemos, aún no hayamos podido dar con ella. Sin embargo, lo cierto es que podría estar mucho más cerca de lo que podemos pensar y, desde luego, es evidente que el Sol y su familia de planetas y pequeños mundos (que llamamos lunas), son también lugares a tener en cuenta para encontrarla aunque, posiblemente, no sea inteligente.

Con certeza, ni sabemos cuentos cientos de miles de millones de estrellas puede haber en nuestra propia Galaxia, la Vía Láctea. Sabemos más o menos la proporción de estrellas que pueden albergar sistemas planetarios y, sólo en nuestro entorno galáctico podrían ser cuarenta mil millones de estrellas las que pudieran estar habilitadas para poder albergar la vida en sus planetas.

Estas cifras asombrosas nos llevan a plantear muchas preguntas, tales como: ¿Estarán todas esas estrellas prometedoras dándo luz y calor a planetas que tengan presente formas de vida, unas inteligentes y otras no? ¿O sólo lo están algunas? ¿O ninguna a excepción del Sol y su familia. Algunos astrónomos dicen que la ciencia ya conoce la respuesta a esas preguntas. Razonan que la Tierra es una clase de planeta ordinario, que contiene materiales también ordinarios que pueden encontrarse por todas las regiones del Universo, ya que, la formación de estrellas y planetas siempre tienen su origen en los mismos materiales y los mismos mecanismos y, en todas las regiones del Universo, por muy alejadas que estén, actúan las mismas fuerzas, las mismas constantes, los mismos ritmos y las mismas energías.

                                         Gliese 581 ¿Otra promesa vida?

Planetas como la Tierra y muy parecidos los hay en nuestra propia Galaxia a miles de millones y, si la vida hizo su aparición en esta paradisíaca variedad de planeta, estos astrónomos se preguntan, ¿por qué no habría pasado lo mismo en otros planetas similares al nuestro? ¿Tiene acaso nuestro planeta algo especial para que sólo en él esté presente la vida? La Naturaleza, amigos míos, no hace esa clase de elecciones y su discurrir está regido por leyes inamovibles que, en cualquier circunstancia y lugar, siempre emplea los caminos más “simples” y lógicos para que las cosas resulten como nosotros las podemos contemplar a nuestro alrededor. Y, siendo así (que lo es), nada aconseja a nuestro sentido común creer que estamos sólos en tan vasto Universo.

El célebre astrónomo, con una sonrisa oía la pregunta del joven periodista:

– ¿Verdad señor que sería un milagro encontrar vida en otros planetas?

El milagro joven, ¡sería que no la encontráramos!

emilio silvera

 

  1. 1
    emilio silvera
    el 9 de abril del 2014 a las 7:35

    Antes de que termine este siglo (espero), tendremos la posibilidad de viajar a los planetas y lunas cercanos, dentro de nuestro propio sistema solar. El viajar a sistemas planetarios situados en otras estrellas, aunque sea de la vecindad, es algo que aún, sólo es un sueño. Y, poder saber lo que en esos mundos pueda existir es, de momento, casi imposible. No hay que desestimar la idea de que en alguno de los mundos que orbitan las estrellas vecinas que en el presente trabajo menciono, pueda estar presente alguna clase de vida primigenia o algo más avanzada como la que surgió en la Tierra hace algunos miles de millones de años.
    Lástima que la tecnología actual sea aún poco viable para poder viajar lejos. No tenemos los medios materiales ni tecnológicos para poder construir naves espaciales de verdad. Es decir, naves que surquen los espacios interestelares hacia las estrellas a velocidades que permitan una cierta esperanza de que los viajeros que parten hacia otros mundos, sean los mismos que puedan llegar a ellos. Para que eso fuese posible, tendríamos que contar con nuevos sistemas de viajar por el espacio que no suponga ni hacerlo a velocidades relativistas ni tampoco, por el medio convencional. Lo que nos espera en el futuro es un viaje mediante apertura de “puertas” hiperespaciales que “acorten” las distancias entre las estrellas, de otra manera, nunca podríamos realizar ese sueño.
    El cuerpo humano no está preparado para soportar largos períodos de tiempo en la ingravidez, lo que nos lleva a tener que inventar sistemas que sean incorporados a las naves espaciales para impedir tal parámetro negativo, es decir, que las naves cuenten con Gravedad Artificial que simule la terrestre. Tampoco sabemos como impedir que la radiación entre en el interior de la nave para hacer estragos en la salud de los viajeros, así que habrá que inventar o descubrir nuevas aleaciones de materiales que impidan dicho inconveniente.
    Uno de los principales problemas con los que tendríamos que luchar al viajar por el espacio sería, evitar el daño causado por miles de millones de pequeños “meteoritos” que, como granos de roca viajan a muchísima velocidad por el espacio y pueden causar agujeros en el fuselaje de las naves, así que, necesitamos un material “inteligente” que, en ese caso, de inmediato se vuelva a recomponer cerrando el pequeño espacio abierto por ese encontronazo de la materia viajera.
    Muchos más, son los inconvenientes que tendríamos que salvar en viajes de larga duración por el espacio y no es momento este de enumerarlos todos, toda vez que simplemente hago un breve comentario para dejar claro que, nuestros sueños de viajar a otros mundos… ¡Quedan lejos de ser una realidad!
    Si eso es así (que lo es), la vida en otros mundos, para ser descunbierta pronto, o es inteligente y nos envían señales que podamos comprender, o, por otro lado, podría ser no inteligente y la podríamos encontrar en Marte, Europa, Encelado, Titán, o en cualquiera de los pequeños mundos que nos circundan en el Sistema solar, una especie de Gran Barrio dentro de nuestro rincón en la Vía Láctea.

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  2. 2
    emilio silvera
    el 29 de octubre del 2019 a las 10:40

    De vez en cuando hemos retomado el tema de  la existencia de planetas habitables a los que podamos tener acceso algún día. Es un sueño que está arraigado en nosotros desde hace mucho tiempo, y, desde luego, el motivo no es otro que el conocimiento que tenemos de que, algún día, nuestra querida Tierra dejará de ser habitable.
    Estamos algo atrasados en el conocimiento de los mundos más cercanos a nosotros y las condiciones de habitabilidad que tienen, la continuación de nuestra especie está, precisamente, en el hecho de que podamos iniciar el camino hacia las estrellas con todas las probabilidades de éxito y seguridad de los viajeros, cosa que ahora no podemos, y, además, carecemos de los medios tecnicos para construir navez que nos den las garantías necesarias en aventuras de tal calibre.
    ¡Cuánto nos queda por recorrer!
     

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