martes, 23 de abril del 2024 Fecha
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¡Estamos tratando de recrear la creación!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Física... ¡Y mucho más!    ~    Comentarios Comments (0)

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Me ha venido a la memoria una noticia que leí, no hace tanto tiempo, en un Boletin de la RSEF, se refería a nuevas y ambiciosas iniciativas en el campo de la Física para tratar de recrear los primeros instantes del Universo, y, sobre todo, de desvelar los secretos que esconde la materia que según parece y a pesar de los muchos avances conseguidos… ¡Aún no conocemos!

La Noticia, del año pasado,  decía:

“Europa construirá un acelerador tres veces mayor que el LHC.  Aunque el LHC seguirá funcionando por lo menos durante dos décadas más, Europa ya empieza a pensar en su sucesor: un enorme colisionador con una circunferencia de 100 km (frente a los 27 del LHC) y capaz de alcanzar una energía de 100 TeV, siete veces superior a los 14 TeV a los que puede llegar, como máximo, el LHC. Tras alcanzar el hito de detectar el bosón de Higgs,

Standard Model Particles and their interactions

El Modelo Estándar incluye a todos los componentes fundamentales de la materia ordinaria pero no dice nada de la materia oscura ni de la energía oscura. “Tenemos muchas esperanzas de que el LHC en esta nueva etapa a su máximo nivel de energía pueda tener un primer atisbo de lo que es la materia oscura. Y a partir de ahí determinar los objetivos del próximo gran colisionador”, dijo Heuer, Director del CERN.”

Dibujo20150417 dark matter - gas temperature - illustris project - dark matter particle mass - marco cirelli - neutel 2015

“En física, el consenso científico es que la materia oscura existe con una certeza del 100%. Sabemos que interacciona muy poco con la materia ordinaria, por ello detectarla es extremadamente difícil, pero la estamos buscando con ahínco y tesón en un rango de 90 órdenes de magnitud. Has leído bien, buscamos una partícula con una masa entre los yoctogramos y los yottagramos. La hemos descartado en muchos lugares, pero hay muchos otros en los que aún podría esconderse.”

“Uno de los grandes objetivos del LHC Run 2 es buscar una partícula candidata a la materia oscura si es que hay alguna que esté a su alcance. No sabemos si está a su alcance. Pero no perdemos la esperanza de que la encuentre. Te recomiendo leer al físico y optimista Matt Strassler, “Dark Matter: How Could the Large Hadron Collider Discover It?,” Of Particular Significance, 13 April 2015; “More on Dark Matter and the Large Hadron Collider,” OPS, 15 April 2015.”

 

Dibujo20150417 spin-independent - wimp-nucleon scattering - evolution in time - Snowmass CF1 Summary WIMP

“La materia oscura es un corpúsculo (si es macroscópico) o una partícula (si es microscópica) neutro (para la carga eléctrica y para la carga de color), que tiene una vida media muy larga y que interacciona débilmente con la materia ordinaria, quizás sólo gracias al bosón de Higgs. Uno de los objetivos del LHC Run 2 es explorar la búsqueda de una partícula de materia oscura en un pequeño rango de energías (la escala débil entre cientos y miles de GeV). Nos gusta creer que hay muchas razones físicas por las cuales debería esconderse en dicha escala. Pero la Naturaleza es sutil, aunque no perversa. Igual que el borracho que ha perdido sus llaves al entrar en casa de noche las busca debajo de la farola, donde hay luz, aunque esté a unos metros de distancia, buscamos la partícula donde podemos hacerlo. Y nuestra esperanza es encontrarla, pero si no la encontramos allí, como somos tercos, seguiremos buscándola.”

Dibujo20150417 wimp direct searches - current and future limits - Snowmass CF1 Summary WIMP

“La ciencia no es una labor fácil. Si lo fuera no sería una labor apasionante. Llevamos buscando la partícula de materia oscura muy poco tiempo (desde 1985 más o menos). Treinta años parece mucho tiempo, pero es muy poco en ciencia. Todavía nos quedan unos diez años de trabajo como mínimo para explorar el hueco que nos queda hasta que tengamos que preocuparnos por los neutrinos en las búsquedas directas de la materia oscura. Si no encontramos la partícula responsable de la materia oscura en 2030 habrá que superar dicho límite y buscar más allá. Una búsqueda muchísimo más difícil. Pero el tesón de los físicos, el trabajo de miles de personas en pro del conocimiento, acabará dando caza a la partícula. Se esconda donde se esconda acabaremos dando con ella. Quizás sea necesario un siglo.”

“El descubrimiento de la partícula responsable de la materia oscura será uno de los grandes descubrimientos del siglo XXI. Deseo que se logre durante mi vida… pero ya se sabe que a la Naturaleza le importa un comino mi existencia. Queda mucho por explorar y queda mucho esfuerzo por realizar. ¡La ciencia es pura pasión! ¡Disfrutemos de la ciencia!”

Ya avanzado el año 2.015, y el LHC ha comenzado sus actividades  a mayor energía para tratar de buscar esa dichosa “materia oscura” de la que todo el mundo habla y de la que nadie sabe decir, a ciencia cierta, de qué está hecha, cómo surgío, por qué no emite radiación y sí gravedad…

Está bien que no dejemos de avanzar y sigamos buscando aquello que desconocemos. La Naturaleza esconde muchos secretos que tratamos de desvelar  y, la hipotética “materia oscura” es uno de ellos. Hablamos y hablamos sobre algo que no sabemos si en realidad será. Tampoco sabemos de que pueda estar conformada, de dónde surgió y por qué, y,  si emite o genera fuerza gravitatoria por qué no emite radiación. En fin, un misterio que sería bueno resolver. Está claro que algo debe haber, una especie de “sustancia cósmica” que impregna todo el Espacio, es la única manera de explicarse como pudieron formarse las galaxias.

¡100 TeV! ¡100 Km de diámetro!

Si cuando se acercaba la hora de puesta en marcha del LHC salieron múltiples organizaciones planteando protestas de todo tipo, incluso alguna se atrevió a decir que el Acelerador tenía tanta energía que crearía un agujero negro que se tragaría a la Tierra. ¿Qué dirán ahora del fututo Acelerador? Seguramente, habrá mucha más algarabía, protestas y un sin fin de manifestaciones de todo tipo. Sin embargo, el futuro… ¡Es imparable!

En cuanto a la “materia oscura”, no puedo negar que algo parecido debe existir, de otra manera no llego a comprender como podrían haberse podido llegar a formarse las galaxias a pesar de la expansión de Hubble. ¡Algo tuvo que retener la materia que las conforma! Una fuerza de Gravedad que, si no era de esa dichosa “materia” entonces ¿de qué podría ser?

Mi abuelo tiene un cordero

Dice que lo va a matar

Del pellejo hará un pandero

Lo que sea sonará

emilio silvera

Sobre el número áureo

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en General    ~    Comentarios Comments (0)

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El Número áureo descubierto en el útero.

En su momento pudimos leer, en el apartado de Ciencia del Diario ABC, el siguiente reportaje:

“Un ginecólogo belga encuentra por primera vez la «divina proporción» en las entrañas de las mujeres que están en su edad más fértil

 

 

El número áureo, descubierto en el útero
Archivo
El útero materno, en una imagen de un documental de National Geographic

1,618. Ese es el número áureo o relación dorada, una proporción de las cosas descubierta en la antigüedad a la que se le atribuye un carácter estético y que puede encontrarse no solo en el mundo del arte, sino también en la naturaleza. Y resulta que también en el útero de las mujeres. El ginecólogo Jasper Vergtus, de la Universidad de Leuven en Bélgica, asegura que existe una relación entre ese número considerado por algunos casi místico y el sexo femenino. El investigador sugiere que cuando las mujeres son más fértiles, entre los 16 y los 20 años, las dimensiones del útero se acercan a 1,6, una aproximación muy cercana al número áureo, según publica el diario británico The Guardian en su edición online.

El número áureo -a menudo llamado número dorado, razón áurea, razón dorada, proporción áurea o divina proporción- fue formulado por primera vez por Euclides, unos tres siglos antes de Cristo, como un número irracional y con infinitos decimales, cuyo su valor aproximado es 1,6180339887498… Casi 2000 años más tarde Alberto Durero describía cómo trazar con regla y compás la espiral basada en la sección áurea. Unas décadas después, el astrónomo Johannes Kepler desarrolló su modelo del Sistema Solar, en el que tenía en cuenta estas proporciones mágicas.

El número áureo también está «emparentado» con la serie de Fibonacci. Si llamamos Fn al enésimo número de Fibonacci y Fn+1 al siguiente, podemos ver que a medida que n se hace más grande, la razón entre Fn+1 y Fn oscila, siendo alternativamente menor y mayor que la razón áurea. Esto se relaciona de una forma muy especial con la naturaleza, por ejemplo, con la disposición de los pétalos de las flores.

De Da Vinci a las entrañas

La divina proporción ha sido empleada hasta la saciedad en el arte -buen ejemplo de ello es el magnífico Hombre de Vitruvio de Leonardo Da Vinci- pero se encuentra en los lugares más dispares de la naturaleza. Según The Guardian, el doctor Verguts ha medido los úteros de 5.000 mujeres utilizando ultrasonidos y ha dibujado una tabla con las proporciones según la longitud y la anchura para las diferentes franjas de edad. El número resultante es 2 tras el nacimiento y decrece a 1,46 cuando la mujer envejece. Lo más sorprendente es que cuando las mujeres están en su etapa más fértil, entre los 16 y los 20 años, las dimensiones del útero son de 1,6, una estupenda aproximación al número áureo. Es la primera vez que alguien se ha dado cuenta.

Probablemente, el asunto tiene un escaso valor científico o médico, pero resulta más que curioso que este número presente en el arte, la arquitectura y la naturaleza -hasta en los cuasicristales del último Nobel de Química– aparezca también en las entrañas femeninas. Ya sabemos lo que el Partenón, una tarjeta de crédito, el rostro de la Mona Lisa y un útero tienen en común. Y todas, de una u otra forma, son cosas atractivas.”

Si queréis saber más sobre estos interesantes temas, os recomiendo leer:

La fórmula de Euler, una ecuación en la 4ª dimensión de Ricard Jiménez García que, en su Mundo aureo ofrece una serie de obras fascinantes y que son reveladoras de profundos pensamientos, y, sin dudarlo, os pueden transportar en un viaje sin fin, en el que podeis visitar mundos maravillosos del pensamiento humano que, ligado al Universo con los hilos invisibles de las ideas… ¡Os dará que pensar!

Nuestra percepción y la realidad: Dos cosas distintas

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en La realidad cambiante    ~    Comentarios Comments (0)

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No todos vemos el mundo de la misma manera

Nuestra realidad es la que cada uno de nosotros percibimos, entendemos y actuamos de manera diferente en la vida. Cada uno poseemos nuestra propia realidad del mundo y de nosotros mismos. Estamos construidos a base de creencias, y esas creencias son las que influyen de manera decisiva en nuestra realidad y en nuestra conducta, por lo tanto, son las culpables de que consigamos o no nuestros objetivos. Básicamente nuestra realidad está formada por nuestras creencias.

“Nuestra tarea más urgente es dejar de identificarnos con el pensamiento, dejar de estar poseídos por él”     Eso nos aconseja Eckhart Tolle, y, no siempre resulta ser de esa manera, Hay ocasiones en la que, nuestros pensamientos son la guía que nos pueden llevar al buen destino, y, si lo que dice (que no lo aclara) está referido a los pensamientos de los otros, simplemente se trata de discernir dónde radica la verdad, en lo que nos dicen o en lo que nosotros creemos. Claro que, no todos creen siempre en lo correcto.

Lo cierto es que, la única realidad vendrá de los descubrimientos que son desvelados y nos muestran los secretos d ela Naturaleza.

Nosotros los humanos, nunca estamos seguros de nada y, buscando esa seguridad, creamos modelos con los que tratamos de acercarmos más y más a esa realidad que presentimos, y, para ello, encontramos las maneras de aproximarnos a esa realidad “presentida”.

Pero vayamos a algo concreto y pensemos, por ejemplo, en la técnica reiterativa que se utiliza para obtener “soluciones” en casos como el problema de los tres cuerpos (por ejemplo) tiene un inconveniente. A veces no funciona, no siempre podemos decir a priori si va a funcionar o no. La técnica que se aplica para “resolver” las ecuaciones diferenciales pertinentes (recordemos que no se pueden resolver analíticamente) implica realizar aproximaciones sucesivas, en las cuales, como es sabido, el primer paso del proceso de cálculo sólo da una solución aproximada; el segundo paso añade (con un poco de suerte) una correccción para obtener una aproximación más precisa de la realidad; el tercer paso nos da una aproximación aún mejor, y así sucesivamente hasta que nos parezca que la aproximación es lo suficientemente buena para el objetivo que nos hayamos propuesto. Pero nunca podremos conseguir con exactitud la “respuesta” que encaja a la perfección con el comportamiento de los objetos del mundo real en lo que se centra nuestro interés en ese determinado momento y sobre ese objetivo en particular.

Ninguna idea nos ha llegado de manera instantánea y depurada en todos sus conceptos, sino que, han sido ideas que han tenido que ir siendo depuradas más y más a conseguir esa realidad que buscábamos haciendo que, el esquema encontrado, se parezca lo más posible al mundo que nos rodea y que podemos observar. Esa es, en pocas palabras la historia de la Relatividad de Einstein que ajunto muchas ideas  y conceptos para conseguir sus teorías que están muy cercas de lo que el mundo es.

Lo que hacemos es sumar una serie de números -en principio, una serie de números infinitamente larga- A los matemáticos les interesa estas series infinitas para sus propios objetivos, independientemente de la importancia quer puedan tener para los estudios del comportamiento de las cosas tales como los planetas que orbitan alrededor del Sol, y conocen una gran cantidad de series infinitas cuyas sumas se comportan lo suficientemente bien como para ofrecer una aproximación cada vez mejor de un número concreto.

            En esta aproximación muestra la prueba de texturizado del modelo 3D finalmente seleccionado.

Un buen ejemplo lo constituye uno de los procedimientos que se utilizan habitualmente para calcular el valor aproximado de π, el cociente entre la circunferencia de un círculo y su diámetro. Se puede calcular realmente el valor de π/4, con tanta precisión como se desee, sumando la serie numérica:

1 – 1/3 + 1/5 – 1/7 ….

Esto nos da una primera aproximación del valor de π que sería (4 x 1), que no es muy brillante; una segunda aproximación cuyo valor sería 2,6666… (4 x 2/3), que es algo mejor, y que, curiosamente,  se encuentra al otro lado de la respuesta «correcta»; una tercera aproximación que sería 3,46666…, y así sucesivamente. Estas aproximaciones van siendo cada vez mejores y convergen en el verdadero valor de π, en este caso concreto desde ambos lados. Pero el proceso es tedioso -la suma del primer millón de términos de la serie nos da para pi (π) un valor de 3,1415937, que sólo es correcto en sus cinco primeras cinco cifras decimales, Ni obstante, se puede calcular π de este modo hasta el grado de precisión que se desee (hasta alguna cifra de los decimales), si tienes la paciencia necesaria.

Hacemos una parada aquí para dejar una nota que nos dice que  independiente de cualquier otra consdideración, lo cierto es que, en matemáticas y la teoría del caos y  entre otros temas. Si hablamos de Pi mos topamos con múltiples sorpresas y él está representado en el diseño de la doble espiral de ADN  el Efecto mariposa y la Torah, entre otras muchísimas cosas que  se escriben con Pi. Es un número misterioso que lo podemos ver por todas partes reopresentado de una u otra manera. Desde la más remota antigüedad, fascinó a los más grandes pensadores.

No pocos están convencisos de la existencia de patrones que se repiten en los distintos órdenes de la vida. Descubrirlos implicaría, nada más y nada menos, que deducir el mundo. Yo no dejaría de lado, en todo esto la Teoría del Caos que podría definirse (¡en forma muy simplona!) como el estudio de sistemas complejos siempre cambiantes. Los resultados que consideramos ´impredecibles´ ocurrirán en sistemas que son sensibles a los cambios pequeños en sus condiciones iniciales. El ejemplo más común es conocido como “el efecto mariposa” “. La teoría supone que el batir de alas de una mariposa en la China durante un determinado período de tiempo podría causar cambios atmosféricos imperceptibles en el clima de New York.

Pi es la decimosexta letra del alfabeto griego y el símbolo que representa el misterio matemático más viejo del mundo: la proporción de la circunferencia de un círculo a su diámetro.

El registro escrito conocido más temprano de la proporción viene del año 1650 antes de Cristo en Egipto, donde un escriba calculó el valor como 3.16 (con un pequeñísimo error). Aunque ahora, nosotros tenemos métodos para calcular los dígitos de pi (3.1415…) sus restos de valor exacto todavía son un misterio.

Desde 1794, cuando se estableció que Pi era irracional e infinita, las personas han estado buscando un patrón en el cordón interminable de números.

Cosa curiosa, Pi puede encontrarse por todas partes, en la astronomía, en la física, en la luz, en el sonido, en el suelo, etc. Algunos cálculos advierten que tendría más de 51 mil millones de dígitos, pero hasta el momento no se ha detectado un patrón discernible que surja de sus números. De hecho, la primera sucesión 123456789 aparece recién cerca de los 500 millones de dígitos en la proporción.

En la actualidad hay algunas computadoras superpoderosas tratando de resolver la cuestión. En el film, la computadora bautizada por Max como Euclid literalmente “estalla” al acercarse a la verdad del cálculo. ¿Y entonces?… Azar, fe, creencias, ciencia, métodos…y siempre un misterio último sin resolver.

¿El hallazgo de patrones será la respuesta? Tal vez por eso los pitagóricos amaban la forma/patrón espiral… porque ella está por todas partes en la naturaleza: en los caracoles, en los cuernos del carnero, en las volutas de humo, en la leche sobre el café, en la cara de un girasol, en las huellas digitales, en el ADN y en la Vía Láctea.

3.1415926535897932384626433832795028841971693993…

Sí, son muchas las mentes más claras que se han interesado por este fascinante número π. En su libro de 1989 “La nueva mente del emperador”, Roger Penrose comentó sobre las limitaciones en el conocimiento humano con un sorprendente ejemplo: Él conjeturó que nunca más probable es saber si una cadena de 10 7s consecutivo aparece en la expansión digital del número pi . A tan sólo 8 años más tarde, Yasumasa Kanada utiliza una computadora para encontrar exactamente esa cadena, empezando por el dígito de pi …. 17387594880th

Sin embargo, al final, algunos creen que, como todo esta relacionado, sabremos reconocer el mensaje que trata de enviarnos π y que, hasta el momento no hemos sabido comprender. Y, por otra parte, existen otras cuestiones que también estamos tratandode dilucidar para aproximarnos a esa realidad incomprendida que, estándo aquí, no podemos ver. Por ejmplo:

Roger Penrose dedicó bastante más tinta en defender  los argumentos de Shadows of Mind que en escribir dicha obra. En una de sus contrarréplicas, publicada en la revista Psyche (Enero, 1996), nos ofrece una de las versiones más claras de su famoso argumento.

Supongamos que todos los métodos de razonamiento matemático humanamente asequibles válidos para la demostración de cualquier tesis están contenidos en el conjunto F. Es más, en F no sólo introducimos lo que entenderíamos como lógica matemática (axiomas y reglas de inferencia) sino todo lo matemáticamente posible para tener un modelo matemático del cerebro que utiliza esa lógica (todos los algoritmos necesarios para simular un cerebro). F es, entonces, el modelo soñado por cualquier ingeniero de AI: un modelo del cerebro y su capacidad para realizar todo cálculo lógico imaginable para el hombre. Y, precisamente, ese es el modelo soñado porque la AI Fuerte piensa que eso es un ser humano inteligente. Así, cabe preguntarse: ¿Soy F? Y parece que todos contestaríamos, a priori, que sí.

                     ¿Es la verdad inalcanzable?

Sin embargo, Roger Penrose, piensa que no, y para demostrarlo utiliza el celebérrimo teorema de Gödel, que venimos a recordar a muy grosso modo: un sistema axiomático es incompleto si contiene enunciados que el sistema no puede demostrar ni refutar (en lógica se llaman enunciados indecidibles). Según el teorema de incompletitud, todo sistema axiomático consistente y recursivo para la aritmética tiene enunciados indecidibles. Concretamente, si los axiomas del sistema son verdaderos, puede exhibirse un enunciado verdadero y no decidible dentro del sistema.

Si yo soy F, como soy un conjunto de algoritmos (basados en sistemas axiomáticos consistentes y recursivos), contendré algún teorema (proposiciones que se infieren de los axiomas de mi sistema) que es indecidible. Los seres humanos nos damos cuenta, somos conscientes de que ese teorema es indecidible. De repente nos encontraríamos con algo dentro de nosotros mismos con lo que no sabríamos qué hacer. Pero en esto hay una contradicción con ser F, porque F, al ser un conjunto de algoritmos, no sería capaz de demostrar la indecibilidad de ninguno de sus teoremas por lo dicho por Gödel… Una máquina nunca podría darse cuenta de que está ante un teorema indecidible. Ergo, si nosotros somos capaces de descubrir teoremas indecidibles es porque, algunas veces, actuamos mediante algo diferente a un algoritmo: no sólo somos lógica matemática.

Claro que, cómo podría un robot imitar nuestros múltiples, locos  y dispares pensamientos:

  • Los Computadores nunca podrán reemplazar la estupidez humana.
  • El hombre nace ignorante,  la educación lo idiotiza.
  • Una persona inteligente resuelve problemas, el genio los evita.
  • Las mujeres consideran que guardar un secreto, es no revelar la fuente.
  • Todas las mujeres tienen algo bonito… así sea una prima lejana.
  • La felicidad es una lata de atún, pero con el abrelatas un poco distante.
  • El único animal que no resiste aplausos es el mosquito.
  • El amor está en el cerebro, no en el corazón.
  • Definición de nostalgia “es la alegría de estar triste”.
  • “Mi segundo órgano favorito es el cerebro”.

 

Vale, ¿y qué consecuencias tiene eso? Para la AI muy graves. Penrose piensa no sólo que no somos computadores sino que ni siquiera podemos tener un computador que pueda simular matemáticamente nuestros procesos mentales. Con esto Penrose no está diciendo que en múltiples ocasiones no utilicemos algoritmos (o no seamos algoritmos) cuando pensemos, sólo dice (lo cual es más que suficiente) que, habrá al menos algunas ocasiones, en las que no utilizamos algoritmos o, dicho de otro modo, hay algún componente en nuestra mente del cual no podemos hacer un modelo matemático, qué menos que replicarlo computacionalmente en un ordenador.

Además el asunto se hace más curioso cuanto más te adentras en él. ¿Cuáles podrían ser esos elementos no computables de nuestra mente? La respuesta ha de ser un rotundo no tenemos ni idea, porque no hay forma alguna de crear un método matemático para saber qué elementos de un sistema serán los indecidibles. Esto lo explicaba muy bien Turing con el famoso problema de la parada: si tenemos un ordenador que está procesando un problema matemático y vemos que no se para, es decir, que tarda un tiempo en resolverlo, no hay manera de saber si llegará un momento en el que se parará o si seguirá eternamente funcionando (y tendremos que darle al reset para que termine). Si programamos una máquina para que vaya sacando decimales a pi, no hay forma de saber si pi tiene una cantidad de decimales tal que nuestra máquina tardará una semana, seis meses o millones de años en sacarlos todos o si los decimales de pi son infinitos. De esta misma forma, no podemos saber, por definición, qué elementos de nuestra mente son no computables. A pesar de ello, Penrose insiste en que lo no computable en nuestra mente es, nada más y nada menos, que la conciencia, ya que, explica él, mediante ella percibimos la indecibilidad de los teoremas. Es posible, ya que, aunque a priori no pudiéramos saber qué elementos no son decidibles, podríamos encontrarnos casualmente con alguno de ellos y podría ser que fuera la conciencia. Pero, ¿cómo es posible que nuestro cerebro genere conciencia siendo el cerebro algo aparentemente sujeto a computación? Penrose tiene que irse al mundo cuántico, en el que casi todo lo extraño sucede, para encontrar fenómenos no modelizables por las matemáticas y, de paso, resolver el problema del origen físico de la conciencia.

Las neuronas no nos valen. Son demasiado grandes y pueden ser modelizadas por la mecánica clásica. Hace falta algo más pequeño, algo que, por su naturaleza, exprese la incomputabilidad de la conciencia. Penrose se fija en el citoesqueleto de las neuronas formado por unas estructuras llamadas microtúbulos. Este micronivel está empapado de fenómenos cuánticos no computables, siendo el funcionamiento a nivel neuronal, si acaso, una sombra amplificadora suya, un reflejo de la auténtica actividad generadora de conciencia. ¡Qué emocionante! Pero, ¿cómo generan estos microtúbulos empapados de efectos cuánticos la conciencia? Penrose dice que no lo sabe, que ya bastante ha dicho…

O sea señor Penrose, que después de todo el camino hecho, al final, estamos cómo al principio: no tenemos ni idea de qué es lo que genera la conciencia. Sólo hemos cambiado el problema de lugar. Si antes nos preguntábamos cómo cien mil millones de neuronas generaban conciencia, ahora nos preguntamos cómo los efectos cuánticos no computables generan conciencia. Penrose dice que habrá que esperar a que la mecánica cuántica se desarrolle más. Crick o Searle nos dicen que habrá que esperar a ver lo que nos dice la neurología… ¡Pero yo no puedo esperar!

Además, ¿no parece extraño que la conciencia tenga algo que ver con el citoesqueleto de las neuronas? La función del citoesqueleto celular suele ser sustentar la célula, hacerla estable en su locomoción… ¿qué tendrá que ver eso con ser consciente? Claro que en el estado actual de la ciencia igual podría decirse: ¿qué tendrá que ver la actividad eléctrica de cien mil millones de neuronas con que yo sienta que me duele una muela?

     Todo eso está bien pero, ¿Qué es PI?

Desde hace aproximadamente unos 5000 años, el hombre ha utilizado  objetos que ruedan para ayudarse en sus tareas, por eso es muy probable que haya descubierto ese “3 y pico” hace muchos años, pues es imprescindible para calcular y resolver problemas que involucraran estos cuerpos. Cuenta la historia, que los antiguos egipcios en el 1600 a. de C. ya sabían que existía una relación entre la longitud de la circunferencia y su diámetro; y entre el área del círculo y el diámetro al cuadrado (seguramente de forma intuitiva). En el Papiro de Rhind puede leerse lo siguiente:
“Corta 1/9 del diámetro y construye un cuadrado sobre la longitud restante. Este cuadrado tiene el mismo área que el circulo”.
Si llamamos A al área del círculo, ésta será igual a 8/9 del diámetro al cuadrado
     A=(8/9 d)^2
Como   d=2r entonces   A= 2r^2 x 64/81  = 4r2 x 64/81  = r2 x 256/81
Así vemos como  π adoptaba el valor 256/81, aproximadamente 3,16.  En Mesopotamia, más o menos por la misma época, los babilonios utilizaban el valor 3,125 (3+1/8) según  la Tablilla de Susa.
Mientras que los geómetras de la Grecia clásica sabían que la razón entre la longitud de una circunferencia cualquiera y su diámetro es siempre una constante (el número al que ahora llamamos pi). También conocían y habían conseguido demostrar que tanto la razón entre el área de un círculo y su diámetro al cuadrado, como la del volumen de una esfera y el cubo de su diámetro eran constantes (desconocidas en aquel momento, libro XII de “Los Elementos” de Euclides).
Fue Arquímedes en el siglo III a. de C. quien determinó que estas constantes estaban estrechamente relacionadas con π. Además, utilizó el método de exhaución, inscribiendo y circunscribiendo en una circunferencia, polígonos de hasta 96 lados y consiguiendo una magnífica aproximación para la época.
Lo cierto es que, desde tiempos inmemoriales, vamos tras la huella del saber, tratando de adentrarnos en el conocimiento de las cosas que nos rodean, del mundo en el que vivímos, de la Galaxias que nos acoge y en fin, del Universo y la Naturaleza que guarda todos los secretos que deseamos desvelar y, como nosotros somos parte de esa Naturaleza, es posible, quer todas las respuestas que buscamos esté, desde el principio, gravada en nosotros y, sólo con el tiempo, podrán aflorar y llegar a nuestras mentes que tratamos de comprender a veces, con frustración y sufrimiento ante la impotencia de no saber…lo que pueda haber en el interios de tan complejo “universo”.
Nos queda mucho tiempo de evolución de nuestras mentes para que, algún día, podamos dejar las creencias ancestrales a un lado, y, saber donde está esa realidad que, incansables buscamos. Claro que, algunos, cuando la encuentran, no la quieren reconocer.
emilio silvera

No, no se han detectado las Ondas Gravitacionales

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Ondas gravitacionales    ~    Comentarios Comments (10)

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Foto de perfil de Ricard Jiménez

Público
NO, NO SE HAN DETECTADO LAS ONDAS GRAVITACIONALES.Y el argumento es que, materialmente, es imposible hacerlo.

Cuando se formula una nueva teoría de alcance universal lo normal sería que explicara alguno (aunque sólo fuera uno) de los muchos misterios del Universo. La teoría de las ondas gravitacionales no lo hace, sino que lo dice es que lo hará a su “debido tiempo”.

 

Una nueva teoría debería ser susceptible de poder ser refutada. Lo que se conoce como “método científico”. Tampoco es el caso. La teoría gravitacional tan sólo admite que podamos hacer el mismo tipo de experimento, para así reafirmar sus argumentos. Pero como no permite duplicar ninguno de ellos, nos hemos de creer que lo que dice es cierto. En términos técnicos diríamos que…. Una vez que la onda ha pasado nunca jamás puede volver a ser “rastreada”.

 

 

 

 

Cuando una nueva teoría introduce más variables de las que teníamos (en este caso, las ondas gravitacionales y los agujeros negros) y, aún así, sigue sin proporcionar respuestas incumple una regla básica. Esta regla normalmente se conoce como la “Navaja de Occam” y dictamina que la explicación correcta es la que menos variables necesita. En otras palabras, la más sencilla.

Una teoría que dice refutar una teoría ya existente (en este caso, la teoría de la relatividad general) no es una teoría en sí misma; Tan sólo trata de reafirmar lo que ya se sabía.

Si además dicha teoría no complementa o aglutina, sino que es contraría a la mayor parte del conocimiento del Universo que ya teníamos, deberíamos ser críticos y plantearnos dudas al respecto. Pero ante tanto argumento técnico se diluye el consabido espíritu crítico y nadie osa objetar nada al respecto.

 

 

 

 

La teoría gravitacional es contraría, por ejemplo, a la existencia de las múltiples dimensiones superiores que establece la teoría de cuerdas, la única que (hasta ahora) ha demostrado tener la capacidad de ser una teoría completa del Universo.También incumple un principio básico que creíamos ya superado y es el de que no existen “monopolos” en el Universo; Es decir, que nada es independiente y todo está relacionado.

Hasta ahora sabíamos que una onda era la unión de dos interacciones opuestas: la interacción eléctrica y la interacción magnética. Ahora el escenario ha cambiado, pues una onda magnética o gravitatoria resulta que tiene un comportamiento independiente.

La realidad es distinta. Lo único que hace la teoría gravitacional es interpretar a su manera las leyes de la relatividad general, y proporcionar unos resultados consistentes con lo que se ha interpretado. Además utiliza un criterio de fiabilidad consistente en la respuesta probabilística, lo que es evidentemente contrario a la formulación lógica y matemática en que nos basamos.

 

 

 

Hay que destacar que una onda de gravedad sería la función de onda de la propia partícula, cuyo movimiento la origina: el “gravitón”. Pero hay un problema, que el gravitón nunca jamás se ha detectado; Es decir, no sabemos si existe en realidad. Literalmente podríamos decir que la foto oficial de una onda (lo que LIGO nos proporciona) es algo así como la foto de… “un fantasma”.

Entonces nos encontramos con un escenario en el que… partiendo de una teoría abstracta en su totalidad (como es la ley de la relatividad general) y, basándonos en dos “entes” aún más abstractos (como son los agujeros negros) damos una existencia verdadera (la propia onda de gravedad) a algo que no sabemos si existe en realidad (el propio gravitón).

Si aceptamos que es correcta la teoría gravitacional (es decir, que 1.000 científicos no se pueden equivocar) lo que estamos haciendo es diciendo adiós a la posibilidad de que haya “algo más”, algo que no se puede detectar pero, que sin embargo, forma parte de nuestra existencia. Lo que estamos haciendo es tratar de “ajustar” todo lo que existe al mundo material.

 

Menbranas de la que surgen universos que se expanden

 

 

Pero es imposible hacer esto. La teoría de la relatividad general también predice el big-bang, algo que (por concepto) está fuera del espacio-tiempo. Esto nos lleva a una contradicción y es que si la teoría gravitacional es correcta y refuta la teoría de la relatividad general, ¿Cómo explicar la existencia de algo que es independiente del propio espacio-tiempo?. No hay que olvidar que la relatividad general exige la presencia de un plano matemático llamado imaginario, un plano que (extendido al plano físico) no existe en realidad, pero que es necesario para dar sentido a sus ecuaciones.
La teoría gravitacional no es más que un inmenso y sofisticado “cuento” y éstas son (algunos, sólo algunos) de los argumentos al respecto:

 

 

 

La VERDADERA ESENCIA de las leyes de la relatividad espacio temporal de Einstein residen en unos principios aun más sencillos, que son los principios del movimiento relativo de Galileo.

Es el ejemplo del pasajero que se desplaza sobre un tren que está en movimiento. Cuando además introducimos la relatividad temporal tendríamos la paradoja del gemelo viajero, al que no parece afectarle demasiado el paso del tiempo. Un ejemplo vale mas que 1.000 argumentos.

Si detectamos el movimiento de una onda (aunque sea de gravedad) y además podemos datar su fecha de emisión, esto implica que la onda se ha desplazado siguiendo un movimiento uniforme. Pero entonces…

¿DONDE ESTÁ EL MOVIMIENTO QUE FALTA?

 

 

Puesto de comando.

Puesto de comando del proyecto LIGO

 

Porque según LIGO una onda gravitacional no depende de nada y por esto, precisamente, puede ser detectada. Pero. . ¿No está incumpliendo los principios en que se basan las leyes de la relatividad?

La pregunta fundamental es esta: Si consideramos un espacio tiempo fijo e inmutable que podemos cartografiar y que es independiente de su vertiente temporal (que es lo que implica que no podamos rastrear el origen de la onda gravitacional)… ¿Existe otro espacio/tiempo, existe otro movimiento en el universo que no podemos duplicar experimentalmente?

 

 

 

 

Pues resulta que si, que existe. Se trata de la propia EXPANSION DEL UNIVERSO; A veces llamada constante cosmológica, matería oscura, o el movimiento que se crea de la “nada” (la energía del vacio). El problema es que no es un movimiento básicamente espacial, sino que es un movimiento que tiene lugar en el tiempo. O . . . más «exactamente» en algún «lugar» indeterminado donde el tiempo juega (desde nuestra perspectiva) un papel primordial.

Este movimiento espacio y sobretodo temporal, la mal llamada «constante» cosmológica, implica que la onda se desplaza sobre un “sustento” que, a su vez, se está expandiendo. Este movimiento no es tenido en cuenta por LIGO. Dado que no podemos tomar medidas en el pasado ni por supuesto tampoco en el futuro, podremos razonar sobre este concepto, pero nunca podríamos refutarlo con ningún tipo de experimento. Aún si pudiéramos hacerlo, dado que la expansión del universo es de tipo exponencial, ello implicaría recalibrar a cada momento los instrumentos.

La teoría gravitacional, en contra de los principios en los que se basa, no permite ser refutada, pues no permite el «desplazamiento» en el tiempo para rastrear de nuevo el origen de la señal. Para entendernos, la teoría gravitacional tan sólo permite que nos movamos en el sentido del tiempo, no nos permite girar sobre nuestros pasos para verificar que avanzamos en el sentido correcto.

 

 

 

Esta teoría es contraria a la relatividad general, donde precisamente es el entrelazamiento entre el paso del tiempo y la velocidad (la paradoja del viajero) el que crea la función de onda y, de ahí (precisamente) su forma curvada… ¿Puede ser algo, sea lo que sea, independiente incluso de su creador?

No, no se han detectado las ondas gravitacionales. El único «equipo» de detección capaz de hacerlo es nuestro cerebro. Es el único punto de confluencia de una doble onda espacio tiempo, la verdadera esencia de cualquier onda del Universo.

El interferómetro LIGO es un intento desesperado de poner unas barreras imaginarias (o razonadas) al espacio tiempo. Pero hay un problema. No existe fuerza en el universo capaz de detener la expansión de una onda, porque incrementa su fuerza a cada movimiento.

 

 

Dibujo20140716 ligo facility - graphic - nature com

 

LIGO tan sólo nos proporciona una foto. Y ahí reside el problema, que una foto no puede recoger el movimiento. Si una onda gravitacional es tetra-dimensional lo que debería proporcionarnos es una especie de holograma tridimensional, donde dentro pudiéramos contemplar cómo se desplaza la onda. Pero esto, técnicamente no podemos hacerlo.

Puede que nuestro universo esté acotado, es cierto, pero eso no impide que también sea eterno, que sea un ciclo infinito en si mismo.
La existencia independiente de las ondas gravitacionales niega nuestra esencia, pues nos dicen que nuestra existencia no es eterna, sino que es limitada. Esta es la misión de la ciencia.

La física niega nuestra esencia y se centra en nuestra existencia. La religión hace justo lo contrario. Pero. . . ¿Cuál es la diferencia?
La diferencia es la conciencia, lo único que es independiente y al mismo tiempo depende de todo.Como decía el gran físico Wheeler, de lo que se trata es de integrar nuestra existencia con el universo. De eso se trata. Y todo lo demás es un cuento para que podamos conciliar el sueño.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Planteate lo siguiente. Cuando observamos el Universo no lo vemos como es ahora, sino que lo que vemos esel pasado. Si en lugar de mirar “hacía afuera” miráramos hacía dentro (lo que conocemos como “sueños”) ¿Qué veríamos en realidad?.
Según la teoría gravitacional no existe esta posibilidad, no es el observador el que crea la realidad.

Pero entonces… ¿Quién dice la verdad? Nos hemos de basar ahora en la autoridad de los argumentos y no en los experimentos?

 

 

 

El sonido que LIGO nos proporciona no es el sonido de la onda. Lo único que indica este sonido es que dicha teoría “chirría”. En el vacío no hay rozamiento.

Podemos considerar que el movimiento es lo que pasa entre dos instantes diferentes de tiempo, pero también podemos pensar en él en otros términos. Siempre puede haber una visión opuesta, esta es la esencia de la relatividad.

Para la ciencia se puede sintetizar el movimiento en una foto perfecta. Pero existe otra posibilidad. Porque la unica manera de apreciar el movimiento en una foto, es que dicha foto este distorsionada.

Si existe una velocidad limite en el universo, una velocidad que nunca podremos alcanzar, cualquier foto «mental» que hagamos siempre saldrá distorsionada.

Simplifiquemos aun más las leyes de la relatividad. Todo está en movimiento porque todo está relacionado. No hay un momento perfecto para detenerlo. Siempre será indeterminado.

El resumen final, todo depende. . . ¡Siempre!. ¿De que depende? No importa de que depende.

Todo está relacionado, porque todo tiene su opuesto. La ley fundamental, causa y efecto, que son precisamente las leyes de gravedad.

Todo tiende a la forma de una onda, una onda fuera de nuestro espacio tiempo habitual. En otras palabras, un cambio de mentalidad.

 

Foto
Autor: Ricard Jiménez.
Nota: Le pido disculpas a Don Ricard Jiménes por haber añadido algunas imágenes a su trabajo, simplemete trataba de hacer más amena su lectura al lector al hacer pequeñas paradas para verlas. Gracias amigo.